DEMOCRACIA COMO DESARROLLO HUMANO Isis Sánchez Estellés (Phd in Sociology/University of Essex) Ayudante, Universidad de Castilla-La Mancha INTRODUCCIÓN: MODELOS DE DEMOCRACIA A la hora de plantear la democracia como desarrollo humano, es necesario hacer un breve recorrido por los modelos de democracia más conocidos que se han teorizado desde la ciencia política y la Sociología. La democracia representativa que ha sido la más característica desde el SXVIII, strictu senso, no sólo se caracteriza por acuerdos mayoritarios sino también refiere a mecanismos de control y accountability de los gobiernos mediante dos disposiciones fundamentales a) dar explicaciones, rendir cuentas de sus acciones pasadas (Behn, 2001) b) recibir premios o sanciones en su apoyo electoral en razón de sus acciones pasadas (Manin, Przeworsky y Stokes, 1999). Como avance de la democracia representativa, se ha propuesto la democracia deliberativa que plantea los siguientes principios 1) devolución de poder hacia instancias locales y regionales según el principio de subsidieridad (gobierno lo más próximo posible a los ciudadanos ) 2) participación activa de la ciudanía 3) deliberación como proceso de información, comunicación y discusión pública vinculado a 4) decisión política vinculante (empowerment) tras la deliberación, frente al mero asesoramiento y consulta 5) igualdad compleja de los ciudadanos como condición y objetivo fundamental del proceso democrático (Máiz, 2006). Sin embargo aparecen algunas dudas y sombras ya apuntadas en torno a la democracia deliberativa como modelo teórico-normativo autosufienciente, estanco, especialmente acerca de 1) si la fuerza del mejor argumento no siempre aborda las cuestiones de poder, desigualdad y exclusión del discurso que determinan el acceso y la inclusión en la esfera pública deliberativa , más aún cuando habido una despolitización reciente de amplios sectores de población desideologizados desde finales de los 90 hasta bien entrado el SXXI2) si la atención unilateral al “bien común” no se traduce en una excesiva pretensión de consenso y desatiende la irrenunciable necesidad de la decisión, los costes de transacción, la inevitable dimensión del conflicto, la necesidad de la negociación estratégica y, en concreto , la defensa de los intereses de los grupos subordinados. Efectivamente, el conflicto entendido como competencia política forma parte de la democracia y queda la duda de si la atención al bien común deja de lado esta perspectiva sobre el conflicto 3) si el diseño de modalidades de ámbito local de la democracia descuida fundamentar normativamente el lugar y tareas del Estado en cuanto provisión de las condiciones de accountability, no dominación, igualdad e inclusión en las que el debate sea posible, habida cuenta que los públicos deliberativos constituye el resultado de complejos procesos de construcción cívica 4) si la preocupación por las políticas públicas no deja en segundo plano a la política, en el sentido de las decisiones estratégicas y organizativas, el cambio de las instituciones y las reglas del juego, así como el repertorio de protesta, así como el repertorio de protesta externo a la deliberación. Este punto está en relación a los anteriores en cuanto a las cuestiones del bien público dejando de lado el conflicto. 5) Si la fijación normativa, en fin, con los ámbitos institucionales de la deliberación no desatiende el decisivo papel de los agentes, la temática de la movilización y la incorporación de actores colectivos que aportan nuevas demandas, intereses identidades al escenario de la deliberación y la consolidación de públicos deliberativos. (Maíz, 2006). Este último punto pone de manifiesto que la deliberación tiene que estar unida en términos de acción colectiva. Esto nos lleva al siguiente modelo. La democracia inclusiva se construye, en síntesis sobre los siguientes principios 1) ante todo, en torno a la elaboración simultánea y equilibrada de incorporación al proceso democrático, considerado como consultivo y no meramente expresivo, de los ciudadanos más vulnerables y sus demandas, tanto en el ámbito de las instituciones como de los actores , atenta a los problemas de los procesos políticos ¿Cómo? Y las estructuras ¿Dónde? Pero así mismo a los sujetos colectivos portadores de capacidades y preferencias que la dotan de contenido y dinámica ¿quién? (Maíz, 2003) 2) frente a excesivas pretensiones consensualistas, asume una perspectiva agonística, esto es, atenta a la inevitabilidad de las dimensiones de conflicto y contestabilidad, poder y desigualdad de los procesos de representación, participación y deliberación (Mouffe, 2000, Laclau y Mouffe, 2001) 3) a ello se añade una atención especial a la centralidad del pluralismo y su acomodación democrática, en cuanto pluralismo de formas de vida y culturas, no sólo en ya clásico pluralismo de intereses e ideologías sólito de los tres modelos ya examinados (Parekh, 2000) A partir de los mencionados principios, la democracia inclusiva se concreta, en otros, en torno a cuatro ejes de reflexión normativa y experimentación democrática empírica, vitales a nuestro entender, para la revitalización del republicanismo cívico 1) la atención a los problemas de la desigualdad y el antagonismo en torno al poder político en los contextos de decisión democrática 2) la necesidad de articular los niveles local y estatal a efectos de participación, control o/y cooperación 3) la gestión del pluralismo y la representación de los grupos minoritarios 4) la recuperación del poder que emana de la acción colectiva (Máiz, 2006). La democracia inclusiva, de este modo, no sólo se centra en el diseño de nuevos mecanismos y ámbitos institucionales en el Estado, de participación y deliberación multinivel, sino que sitúa en su núcleo el problema de coordinación entre los actores tradiciones (partidos y sindicatos), y el papel relevante de los movimientos sociales, asociaciones y organizaciones no gubernamentales como agentes en interacción con las instituciones (Máiz, 2006). Esta dimensión, más allá de la democracia participativa clásica, apunta a nueva perspectiva de la ecología de agentes una red interconectada de actores colectivos complementarios (Heller, 2001). Sin embargo, los modelos anteriores el representativo, deliberativo e inclusivo son modelos de democracia más abstractos que todavía no se han desarrollado herramientas consensuadas para todas las democracias para llevarlas a cabo, ni tampoco como se miden. Por ejemplo, si que podemos considerar los presupuestos participativos o la planificación participativa como elementos de la democracia inclusiva o los consejos de deliberación como ejemplos de puesta en práctica de la democracia deliberativa pero esto todavía no ha sido generalizado. Más aún se nos presenta la cuestión de cómo medir dichos modelos de democracia. Cuando los investigadores pensamos a la hora de medir diversos modelos de democracia, éstos modelos teóricos no nos han servido para poder comparar niveles de democracia. Es pues que resulta necesario encontrar otro marco teórico que pueda dar cuenta de la profundidad y las distintas dimensiones que puede contener la democracia. DEMOCRACIA COMO LIBERTAD Tradicionalmente la democracia liberal se ha asociado a la libertad, principalmente la libertad del mercado, daba lugar a una libertad política para los ciudadanos más "aventajados", esto conllevaba una definición de ciudadanía con derechos excluyente que arranca desde la revolución francesa (poner autor de los derechos). Sin embargo, esta forma de democracia liberal choca con los principios más desiderativos, de la democracia como subjetive function (Neill, 2008), de inclusión para la participación política como valor máximo de la democracia. De hecho la historia política y social nos muestra desde los albores del SXIX como los actores políticos y sociales, tanto la clase trabajadora como las mujeres han luchado por conseguir sus derechos políticos de participación y más o menos deliberación en las instituciones políticas. Sin embargo, ya en el SXXI, se nos pone de manifiesto y con el avance de la investigación científica la posibilidad o necesidad de medir la democracia en términos más estándares que pueden ser comparables y además dar cuenta de la calidad o profundidad de sus principios. Es en este sentido donde Sen (1999) puede proporcionarnos un modelo de democracia que pueda ser medible y explorable. Como economista Sen (1999) está preocupado por la concepción clásica de desarrollo asociado únicamente al crecimiento económico, y por ello plantea desde la noción de libertad una nueva concepción más amplia de desarrollo que incluye no sólo el aspecto económico sino también el social y político en interrelación. Es por ello que Sen al explorar la concepción de libertad, llega a una concepción de democracia que nos que nos puede resultar útil para la exploración de la evolución de la misma en diferentes países. La concepción desarrollada por Amartya Sen (1999) plantea que la libertad es central en el proceso de desarrollo por dos razones: 1) La razón evaluativa, señala que la evaluación del progreso tiene que ser en términos de si la gente ha adquirido las libertades o no 2) La razón efectiva, el logro del desarrollo es a través de de la dependencia en la agencia de las personas Sen propone una perspectiva más amplia de los mercados que implica que aunque los mercados son necesarios para el desarrollo también implica que el desarrollo de culturas críticas asociadas con el mercado. Sen (1999) ve el desarrollo como un proceso que implica no sólo consideraciones económicas sino también sociales y políticas. Esta perspectiva implica que los roles vitales, en el proceso de desarrollo de diferentes instituciones, incluyendo los mercados y las organizaciones orientadas al mercado, los gobiernos y las autoridades locales, los partidos políticos, los partidos políticos y otras instituciones cívicas, acuerdos educaciones y oportunidades de diálogo abierto y debate (incluyendo el rol de los medias y otros medios de comunicación).Esta aproximación permite reconocer el rol de los valores sociales y las costumbres más prevalecientes, que pueden influenciar las libertades que la gente disfruta. El ejercicio de la libertad está mediado por valores, pero los valores en turno están influenciados por la discusión pública y las interacciones sociales, que están influenciados por libertades participativas. Sen (1999) distingue cinco tipos de libertades, vistas desde un punto instrumental, estas incluyen 1) libertades políticas 2) recursos económicos 3) oportunidades sociales 4) garantías de transparencia 5) seguridad protectora. Cada uno de estos distintos tipos de derechos y oportunidades ayuda a avanzar la capacidad de una persona, a la vez que pueden ayudar a complementar cada uno. La política pública para promover las capacidades y libertades sustantivas en general deben trabajar en interrelación de estas distintas esferas de la libertad. A continuación vamos a detallar una por una. 1)Acerca las libertades políticas, son concebidas en un sentido amplio (incluído lo que son llamados los derechos civiles) refieren a las oportunidades que la gente puede gobernar y bajo qué principios, también incluye la posibilidad de evaluar y criticar autoridades, tener la libertad de expresión política y libertad de expresión (información no), disfrutar de la libertad de elegir entre dos opciones políticas etc. Esto incluye tener en cuenta los títulos asociados con las democracias en una dimensión amplia (oportunidades de diálogo política, protesta y la critica al igual que los derechos de voto y elección del ejecutivo y el lesgislativo) 2)Recursos económicos refieren a las oportunidades que los individuos disfrutan para utilizar recursos econónmicos para el próposito del consumo, producción o intercambio. 3)Las oportunidades sociales, los que cada sociedad estructura para la educación, y la salud que influyen en la libertad sustantiva de vivir mejor. Estas facilidades son importantes no sólo para conducir las vidas privadas (como vivir una vida sana o prevenir mortalidad o mortalidad prematura), pero también para más participación efectiva en actividades políticas y económicas.La libertad política (en la forma de libertad de expresión y elecciones ayuda a promover seguridad económica. Las oportunidades sociales (en las formas de educación y facilidades de sanidad) facilita la economía de participación. Las facilidades económicas (en la forma de oportunidades para participación en comercio y producción) pueden generar abundancia personal al igual que recursos públicos para las facilidades sociales. Por ejemplo analfabatismo, puede ser una mayor barrera a la participación en actividades económicas que requieren producción de acuerdo de acuerdo con la especificación o demandan calidad de control. Similarmente, la participación política puede ser enturbecida por la inabilidad de leer periódicos o comunicar escribiendo con otros en actividades políticas. 4)Las garantías de transparencia que lleva con la necesidad de apertura que la gente puede esperar: la libertad que pueden disfrutar una con otra en las garantías de cerrazón y lucidez. Cuando la confianza es seriamente violada, las libertades de mucha gente, como los partidos directos y las terceras partes, pueden ser afectados por la falta de apertura. Las garantías de transparencia (incluyendo el derecho de no cerrazón) puede ser una categoría importante de libertad instrumental. Estas garantías tienen un claro rol instrumental en prevenir la corrupción, irresponsabilidad financiera. 5)La Seguridad de protección es necesaria para proveer una seguridad social para prevenir a la población afectada de ser reducida a la miseria, en algunos casos incluso hambre y muerte. El dominio de la seguridad de protección incluyen acuerdos instituciones fijos como los ayudas al desempleo, ayudas del estado a los indingentes, acuerdos como salida del hambre o empleo público de emergencia para generar ingresos para los desposeídos. Sen (1999) distingue entre el aspecto del proceso y la oportunidad del proceso que implica un contraste. Es necesario no sólo tener atención a los procedimientos apropiados (lo que algunas veces hacen los liberalistas, sin darse cuenta que algunos desaventajados sufren de deprivación sistemática y oportunidades sustantivas) o sólo a oportunidades adecuadas (sin darse cuenta de la naturaleza del proceso que da las oportunidades hacia la libertad de oportunidad que la gente tiene). Ambas procesos y oportunidades tienen importancia en sí misma, en ambos se refleja la libertad como desarrollo no sólo económico sino también social y político. Sen (1999) propone la perspectiva normativa, donde las libertades individuales son acogidas para ser críticas. El éxito de una sociedad es evaluado primeramente por los miembros que una sociedad puede disfrutar, sin embargo las visiones más tradicionales, que se focalizan en otras cosas como la utilidad, la libertad procedimental o los ingresos reales. Teniendo mayor libertad para hacer las cosas una razón para valorar es 1) significante en sí mismo para totalidad de la libertad de la persona y 2) importancia en promover una oportunidad a la persona para tener resultados positivos. Ambos son relevantes para la evaluación de la libertad de los miembros de la sociedad y a la vez ser cruciales para el desarrollo de la sociedad. En este perspectiva, la expansión de la libertad está visto como "el fin principal" y las formas principales de desarrollo. El rol sustancial de la libertad se refiere a la importancia de la libertad que enriquece la vida social. Las libertades sustantivas incluyen las capacidades elementarias como abolir privaciones de pobreza, infralimentación, morbilidad, mortalidad prematura al igual que las libertades que son asociadas con tener educación, disfrutar participación política y libertad de expresión. En esta perspectiva, el proceso de expandir las libertades humanas, y la evaluación del desarrollo, tiene que tener en cuenta estas consideraciones no simplemente una cuestión económica. En esta definición del desarrollo como perspectiva , la participación política y el disenso son partes constitutivas del desarrollo en sí mismo. Una persona que es muy rica que se le prohíbe de hablar abiertamente, o de no participar en los asuntos públicos y decisiones, está sustraído de que tiene razón para valorar. Esta perspectiva implica que la libertad como proceso ayuda al desarrollo humano en sentido amplio (Sen, 1999), lo que incluiría formas de participación como las explicadas en la deliberativa e inclusiva. Esto también implica analizar cómo las libertades son ejercidas, y esto implica también tener en cuenta la multiplicidad de partidos, cómo la política es ejercida y las cuestiones de género que resultan también esenciales en democracia. Las transacciones económicas tienden a estar típicamente determinadas por el crecimiento económico, el crecimiento económico puede utilizarse no sólo para los ingresos privados sino también para la expansión de servicios sociales. Igualmente la creación de oportunidades sociales, como educación pública, salud y el desarrollo de una prensa libre y nuevos procesos económicos pueden influenciar al desarrollo económico. Sen (1999) plantea como novedad que la calidad de la vida puede estar relacionado o no con el crecimiento económico. El hecho que la educación y la salud son provechosos para el crecimiento económico añade el argumento de poner mayor energía de estos arreglos en economías pobres, sin tener que esperar a ser el pionero el objetivo del crecimiento económico. La cuestión de la eficacia del mecanismo de mercado asociado a la libertad, y la cuestión de la libertad asociada a los problemas de desigualdad que igualmente genera el mercado, merece la pena ser considerado simultáneamente. La cuestión de necesidades económicas ligado o interrelación a la urgencia de libertades políticas. (Sen, 1999). CUESTIONES ACERCA DE CÓMO MEDIR LA DEMOCRACIA A la hora de ponerse a medir la democracia en relación con el desarrollo, han existido varios modelos a lo largo del curso de la investigación. Por ejemplo, (Bollen, 1979) analizó si el momento en el que se alcanza el desarrollo o el nivel del mismo influyen en la democracia política. Sin embargo, el autor señala de cuestiones más concretas para que encuentre relaciones significativas entre la democracia y el desarrollo económico. Por ejemplo, las hipótesis de que cuanto más cultura protestante mayor es el nivel de democracia política, y cuanto más el nivel de control del sistema económico menor es el nivel de democracia. Demostró como el nivel de desarrollo es la variable más importante que las variables de tiempo, y señala como diferentes sistemas culturales como el protestantismo y la dependencia económica de otros factores tienen sobre la democracia. Por su parte (Muller, 1988) analiza las relaciones entre democracia, desigualdad y desarrollo económico. La asociación negativa entre la desigualdad de ingresos y la estabilidad democrático puede ser un efecto espurio del nivel desarrollo económico. Lipset (1959) el argumento que un nivel de desarrollo económico es la principal causa de la estabilidad democrática ha sido el argumento base de las ciencias sociales señalando una asociación positiva entre la estabilidad democrática y una serie de interrelaciones entre la riqueza nacional, industrialización, urbanización, educación, desarrollos de comunicación. El desarrollo económico causa a la vez desigualdad de ingresos y estabilidad de la democracia, por lo que la relación entre desigualdad y democracia no puede ser significativa debido al desarrollo económico (Muller, 1988). Muller mantiene que un nivel alto de democracia puede reducir la desigualdad sólo si es mantenido a lo largo del tiempo. Muller pone de manifiesto que no es necesario una medida cuantitativo de nivel de democracia sino medidas cualitativas de democracia y de forma continuada, sólo entonces cuando es cuando aparece un efecto negativo de la democracia en la desigualdad. Es aquí, donde se nos pone de manifesto que a veces no nos es tan provechoso de medir el nivel de democracia como su cualidad o medidas que den cuenta de su profundidad. Un efecto de las instituciones democráticas en la distribución de ingresos puede ser transmitido a través de mecanismos causales. En efecto las instituciones igualitarias de las democracias modernas proveen a todos los ciudadanos con oportunidad de participar en los procesos de gobierno, y manifestado como sufragio universal y elecciones libres y la oportunidad de contestar a la decisiones gubernamentales, y manifestado por los derechos de libertad, de expresión y asociación. La influencia de la democracia política estructural bajará un nivel de desigualdad, operando a través de fuertes sindicatos y partidos socialistas y con una base social sólida (Stephens 1979, Lenski 1966). Esta cuestión acerca de la igualdad nos aterriza en el tema de qué dimensiones tenemos que tener en cuenta a la hora de medir la democracia en relación con el desarrollo. Si la democracia es multidimensional, y pueden existir indicadores que seleccionen algunos aspectos y no otros (Coppedge 2002), se hace necesario construir un modelo donde incluyan variables de la democracia que sean relevantes para una concepción de desarrollo humano (libertad como democracia según Sen). Siguiendo a Coppedge et al, (2008) podemos considerar que la democracia tiene dos dimensiones fundamentales protesta/contención e inclusividad (Dahl 1971). Dahl definió la poliarquía como la existencia ocho garantías institucionales: la libertad de organización, la libertad de expresión, el derecho al voto, elegibilidad para el cargo público, el derecho de competir por apoyo y votos, la habilidad de fuentes alternativas de información, libertad y elecciones justas, y la dependencia de las políticas públicas en las preferencias de los ciudadanos. Dahl (1971) sin embargo también propone la cuestión de que se pueden agrupar entre la protesta/contención e inclusividad. Esta identificación de estas dos dimensiones tiene una dimensión conceptual y empírica. Esta clasificación deja fuera relativamente dimensiones que no son parte de la poliarquía como la eficiencia económica. Esto resulta acorde con la visión de Sen (1999) sobre el desarrollo que implica más unas condiciones de vida señaladas anteriormente y que no excluye el mercado como agente político-social pero no todas las reglas deben ser guiadas por el mecanismo del mercado. Coppedge et al, (2008) señala que los componentes de definición de la poliarquía reflejan estas dos dimensiones, no sólo conceptualmente pero también empíricamente . Los indicadores de la democracia que primeramente quieren medir la inclusividad deben variar juntos, indicadores que miden la contención deben variar juntos. Sin embargo los indicadores de la inclusividad si quieren distinguirse deben variar con respecto a los de contención y viceversa Dahl (1971) plantea que las dos dimensiones son generalmente fundamentales, no de un particular año o región y no cambiable cuando los países cambian haciéndose más o menos democráticos. Los autores plantean que las dimensiones de inclusión y contención, deben tener dimensión conceptual y deben tener sonido empírico. La distinción conceptual y las similaridades que parecían perfectamente lógicas pueden resultar a veces difíciles de encontrar una evidencia empírica. Como se puede observar las dimensiones de inclusividad y contención forman parte de lo que en un primer apartado han sido consideradas como democracia inclusiva teniendo en cuenta variables como la acción colectiva y el conflicto entendido como competencia política. Desde esta perspectiva hay que tener en cuenta, que la democracia siempre se enfrenta a una serie de alteraciones y permanente adaptación de solución a los problemas, para la innovación democrática (Saward, 2000). Sin embargo y hasta ahora han resultado difíciles de medir estos dos componentes a excepción de los resultados expuestos en Coppedge et al (2008). MIDIENDO LA DEMOCRACIA COMO CALIDAD Bühlmann (2008) introduce tipos de democracia: una visión minimalista que puede ser elitista, focalizado únicamente en gobierno de la gente y gobernanza efectiva, gobernanza de nivel medio sería participatoria, señalando por debajo “el gobierno de y por la gente” y una formación “intensa y de participación y representación”, y una de máximos que señala “lo social”, “un gobierno de y por la gente” y las características de “la mejor representación/alta participación, justicia social”. Definiciones de forma máximos y mínimos pueden ser más concentradas y más amplias concepciones de democracia, es aquí donde se introduce la cuestión de la calidad de la democracia entroncada con el desarrollo humano. En este sentido, una visión focalizada de democracia define democracia como una característica propia del sistema político, mientras que una visión amplia de democracia refiere a la sociedad (en la economía, quizás incluso del medio ambiente) y también trata de contextualizar el sistema político en el contexto de la sociedad (Campbell, 2008). Esta cuestión es similar a la concepción de Sen (1999) de libertad como símbolo básico del desarrollo humano y por ende la democracia como hemos señalado anteriormente. O’Donnell (2004) conceptualiza “el ser humano como agente” con tres atributos: un autonomía para las decisiones políticas, una habilidad cognitiva para razonar, y una responsabilidad para las acciones que se corresponde con la segunda concepción de Sen (1999). De acuerdo con O’Donnell, los conceptos de democracia y la cualidad de democracia son basadas en dos principios desarrollo humano y derechos humanos. O’Donell (2004b) ofrece las siguientes especificaciones conceptuales 1) desarrollo humano focaliza en las condiciones básicas y las capacidad que permiten a los individuales actuar como agentes. El desarrollo humano normalmente adereza los contextos económicos y sociales. Atendiendo este entendimiento de desarrollo humano, O’Donnell (2004b) línea directa con el Desarrollo Humano de UNDP y su aplicación concreta del índice de Desarrollo Humano. Esta da la razón de por qué una medida económica y social de desarrollo (como el índice de desarrollo humano) puede ser un valor crucial de medir la calidad de la democracia y aporta, más allá de la medida del sistema político incluyendo las cuestiones del sistema político que afectan a los sistemas económicos y sociales. Junto a ello, los derechos humanos son clasificados en derechos políticos, derechos civiles y los derechos sociales. La “dimensión social” está interpretado como “cuestiones necesarias” que permiten transformar los derechos formales en libertades reales. El desarrollo humano, los derechos humanos son más derechos significan muchas más libertades que las meras libertades políticas nacidas de la democracia burguesa de la revolución francesa. Acorde con todo lo anterior O’Donnell (2004b) usa la metáfora de tres cuestiones interrelaciones derechos humanos, desarrollo humano y democracia. O’Donnell señala que todos los derechos y habilidades asociados con la democracia, derechos humanos y desarrollo humano directamente pertenecen a y permiten la agencia del ser humano (O’Donell, 2004b). Esto pertenecería a una democracia de máximos y nunca de mínimos, las cuales también existen. Democracias de máximos como ya hemos visto tenemos ejemplos con los modelos de democracia deliberativa e inclusiva señalados anteriormente. Sin embargo una de las novedades que más aporta O’Donnell (2004) es el peso que adquiere también el contexto social junto con el pluralismo que la democracia inclusiva lo señala como básico. Es interesante señalar como el concepto de performance o gobernanza es importante también para la democracia como calidad. El Banco Mundial por ejemplo, libera una serie regular de Indicadores Globales, donde buena gobernanza está ligado a buenos resultados. Esto lo recoge el Ranking de Calidad de la Democracia. En efecto, además de las dimensiones estructurales de la democracia (libertad, igualdad y performance), el Ranking de Calidad de la Democracia aplica una serie de dimensiones de la democracia, cuando las dimensiones representan diferentes sectores de la sociedad. Estos sectores pueden ser representados como subsistemas encarnados en el sistema general de la sociedad. Estas dimensiones son (Campbelll and Sükösd, 2002, Campbell and Pölzbauer, 2008a) 1) sistema político 2) igualdad de género ·) sistema económico 4) conocimiento (sociedad de la información, investigación y educación) 5) salud (estatus de salud y sistema de salud) 6) economía sostenible. El Ranking de la Democracia asigna específicos indicadores por dimensión, y las dimensiones que son agregadas para todo el ranking teniendo en cuenta el performance de cada una de ellas. Para esta dimensión agregada, e incluso se le ponen pesos a cada una de las dimensiones: - Politíca- 50% - Género-10% - Economía-10% - Conocimiento-10% - Salud- 10% - Y el medio ambiente-10% El Ranking de la democracia “La Calidad de la democracia: La Calidad de la Política y la Calidad de la Sociedad (Campbell, 2004: 12-15). El Ranking de la democracia es mucho más amplio que el índice de Desarrollo de los Derechos Humanos. (HDI), porque los rankings de la democracia de IDH cubren todos los aspectos sociales pero no del sistema político. Al pesar la política 50%, el Ranking de la democracia enfatiza la posición del sistema política para la democracia. Sin tener en cuenta el sistema político, no tiene mucho sentido hablar de democracia (Campbell, 2008). Sin embargo combinando varios pesos de las dimensiones no políticas son iguales a la dimensión política, implicando que en una dimensión democrática el sistema político entiende que el sistema político lleva la responsabilidad de otros sectores de la sociedad (y para el medio ambiente). Estas medidas están de acuerdo con la Calidad de la democracia: La Calidad de la Política y la Calidad de la Sociedad. Sin la calidad de la sociedad no se puede medir la calidad de la política (Campbell, 2008) . El Ranking de la Democracia al contrario, señala que puede ser parcialmente “superficial” hablar de las calidades de la política en democracia, ignorando las cuestiones sociales y económicas, olvida los avances que habido en la democracia desde los inicios de la revolución francesa y el capitalismo, olvida los derechos políticos y sociales conseguidos por gran parte de los sectores que forman parte de la sociedad, ligado a un concepto de democracia inclusiva que estábamos poniendo de manifiesto. La fórmula conceptual de la democracia de calidad que quedaría según Guillermo de O’Donnell podría resumirse en: O’Donnell , Calidad de la democracia= Derechos humanos y Desarrollo Humano. Mientras que el índice de la Calidad de la Democracia (Democracy Ranking of the Quality of Democracy)= (libertad y otras características del sistema político y la performance de las dimensiones no políticas). Ambos son compatibles a la hora de medir no sólo indicadores económicos y sociales para el desarrollo humano, implicando también indicadores políticos de calidad de la democracia. Ello lleva implícito que hablar de democracia de calidad y de desarrollo humano son términos sinónimos. A continuación vamos a detallar una serie de resultados que pueden alumbrar sobre las cuestiones anteriormente señaladas. Siguiendo Democracy Ranking 2011, podemos observar que las 10 democracias más destacadas por orden son Noruega, Suecia, Finlandia, Suiza, Dinamarca, Nueva Zelanda, Holanda, Irlanda, Alemania y Reino Unido. Sin embargo, cuando miramos con detalle las distintas performance de las diferentes esferas, vemos que en la economía Noruega con 92.3 y Suiza 83.9 sin embargo el puesto general varía de 1 en Noruega con 94,5 al 4 Suiza con 86.2. Si miramos también con detenimiento vemos que Suiza está con 61.9 10 puntos por encima del resto. Teniendo porcentajes de género parecidos en torno al 80-86 de género y salud. Sin embargo, en educación o cultura los porcentajes son variados Noruega estando la primera tenemos 66.9, mientras que Suecia siendo sólo la segunda tenemos 82.6. Finlandia, Suiza y Dinamarca tienen 76.7, 77.6 y 73.0. España se sitúa en esta posición en el puesto 16 con un 85.6. Dentro del la esfera del sistema político hay 10 puntos por debajo de la situada como primera con un 87.1, en la economía incluso por 30 puntos por debajo del primer puesto, en el medio ambiente se incluye en el rango medio de las 16 primeras, así como en las cuestiones de género y salud. Sin embargo, en la esfera de conocimiento España se sitúa 10 y 20 puntos por debajo de Suecia, Finlandia, Suiza y Dinamarca (Democracy Ranking of the Quality of Democracy). Los países que se encuentran a la cola del índice son China en el puesto 101, Gambia 102, Egipto 103 y Nigeria 104 con puntuaciones en torno 44.5 y 34.3 (Democracy Ranking of the Quality of Democracy). Sin embargo, si miramos en relación el IDH que ha variado a lo largo del tiempo, y tenemos en cuenta cuáles son los índices de indicadores de los objetivos del Milenio vemos que se tiene en cuenta, % de los más pobres en el consumo, crecimiento por persona empleada, proporción de población por debajo del nivel de dieta, no participación en primaria, nivel de analfabetismo entre los 15-24, Proporción de asientos por mujeres en el Parlamento Nacional. Mortalidad maternal, VIH. En general tiene todo tipo de indicadores sociales y económicos de cara a los objetivos del Nuevo Milenio. Sin embargo acerca de la democracia y el sistema político no existen indicadores homogéneos de cara a la comparativa y a poder tener datos sobre la efectividad del gobierno en cuestión o como hemos señalado según la concepción de O’Donnell (2004) de la calidad de la democracia. Sí que podemos decir que la ONU produce una serie de informes muy detallados cualitativamente sobre los países en desarrollo pero no de los países desarrollados, sin embargo esto no implica que no fuera necesario pero cualquier caso se echa en falta analizar la calidad de la democracia con el IDH, pues bajo la concepción de Sen (1999) la democracia no siempre está ligada a la vida del mercado y los valores tienen una importancia en sí mismos. CONCLUSIONES Según todo lo analizado, podemos extraer las siguientes conclusiones: - Los modelos-normativos de democracia son útiles a la hora de señalar modelos a seguir en la práctica, aun así se necesitaría más concreción a la hora de determinar los máximos principios de la democracia y la forma o el ¿cómo?. La democracia inclusiva resulta a la luz de lo expuesto, la democracia más completa sin embargo todavía estamos cortos en las herramientas o la forma. - Lo anterior expuesto también pone de manifiesto que la libertad también puede formar parte de la democracia de máximos y no en sentido de mínimos como proponía la democracia liberal, la concepción de Sen (1999) desarrollo como libertad así lo sostiene ampliamente. - Finalmente, lo anterior nos sugiere que la forma de medir el desarrollo debe ser cambiada y no simplemente sujeta a cuestiones económico-sociales, sino también de calidad de la democracia. La calidad de la democracia implica según lo expuesto, tener en cuenta la sociedad y la política desde donde se gobierna la economía como aspectos fundamentales y a la vez tener en cuenta la efectividad de las distintas esferas que como propone el Ranking de la Democracia se puede medir de distintas esferas como el género, la educación, la salud, medio ambiente teniendo pesos relativos sobre los mismos. BIBLIOGRAFÍA Bühlmann (2008), Invited Discussion on "Sure Independence Screening (J. Fan and J. Lv)". Journal of the Royal Statistical Society: Series B, 70, pp 884-887 Bollen (1979), “Political Democracy and the Time of Development”, American Sociological Review, Vol44, pp572-587 Behn, R (2001), Rethinking Democratic Accountability, Washington, Brooking Institution Dahl (1971), Poliarchya: Participacion and Opposition, Yale, Yale University Press. 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