Num063 025

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JORGE
BERLANGA
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cualquier momento de bajada de
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atención.
Mrj/f/V
a nominación de la película ¡
de Pedro Almodóvar «Tacones
lejanos» para los Globos de Oro1
en el apartado de mejor película
extranjera nos hace meditar una
vez más sobre la situación del
cine español en el pa-nprama
mundial. Estos premios, que son
generalmente considerados en
Hollywood como un ensa-,yo
general de los Oscarsry en donde
las películas que entran en liza
suelen ser, con pocas variaciones,
las mismas, que luego se llevan el
gato al agua a la hora de acaparar
los galardones de la Academia,
nos pueden dar una medida de las
posibilidades que tiene eLdirector
manchego para lograr de una vez
por todas ia bendición de la industria estadounidense o, por el
contrario, de seguir en el papel de
«í>utsider»sde prestigio, considerado como curiosidad extravagante áentixLde circuitos marginales, ¡
Dentro de lo que cabe¿ los Globos
de Oro son mucho más sipifícativos que tes célebres estatuillas
que la efigie del «Tío Osear» como barómetro para conocer los
disíintos niveles de presión con^ercial que van a marcar las directrices del año en el universo
cinematográfico, desde el momento en que se codean directamiente con productos televisivos y
con las estrellas del medio, juntando dos mundoien teorí&separados, pero condenados a enten-
derse por las exigencias de sensi
bilidad y tecnología de este final
de siglo. El vídeo, si no ha mata
do, absorbe cada vez más a lai
figuras de la pantalla grande, y Q¡
público, en estos momentos tiene
sus preferencias mediatizadas día
a día por las oadas catódicas, hasL
ta el punto que tienen mucha máf
fama los protagonistas de una se
rie televisiva de calidad fugaz qué
los de un film que pueda batir réi
cords
de
taquilla.
1
El cine-poco a poco se ve más f
merced de las exigencias televisivas, desde el momento que los bei
neficios que puede dar un proí
ducto dependen en un porcentájf
más alto de su exhibición por¡ la
pequeña pantalla, ya sea por ca1denas de estreno por cable o reesl
treno por-canales habituales,- lo
mismo,que de su comercializa?
ción en cintas grabadas, que del
dinero que pueda dar su proyecl
ción en salas tradicionales. La$
diferentes formas de enfoque que?
quiérase o no, plantean las distintas formas de difusión obligan i
los creadores a una modificación
del lenguaje, al uso de un «temí
po» con una agilidad forzosa qüf
desafíe los continuos cortes publi^
citanos o la tentación del «zapi
ping» para cambiar de oferta en
1 autor se ve, por tanto,
obligado a provocar un rapto
continuo del espectador, a no
conceder ningún respiro, a
hipnotizar durante hora y media
con todos los medios y trucos a su
alcance. Nos encontramos de este
modo con el despegue definitivo
de un cine que utiliza los métodos
más sofisticados para atrapar la
curiosidad del público, tocando
con el artificio los resortes de la
emoción, la atracción magnética
del inconsciente. Lo mismo una
sensibilidad lacrimógena en dosis
masivas que una acción trepidante sin descanso, el deslumbramiento continuo y el esplendor y
protagonismo creciente de los
efectos especiales, el ordenador
como responsable casi directo del
producto final.
En semejante situación, los espa-™
ñoles seguimos contando con Almodóvar como único director
con cierta proyección internacional, que ha hecho de una estética
chocante y de unas referencias
culturales metidas en la túrmix de
un gazpacho -étfeo particular un
estilo propio capaz de provocar la
curiosidad del público foráneo,
aunque las aspiraciones de clasicismo melodramático de «Tacones lejanos» puf dan volverse en
su contra entre públicos acostumbrados a la grotesca parodia sentimental de los seriales de la familia de Angela Channing y similares. Pero no podemos olvidar que
su éxito, siendo anecdótico y sin
pasar más allá de un curioso cutre-lujo dentro de la industria
americana, no4eja de ser absolutamente excepcional dentro de
nuestro país,, cuyo nivel de pro^duceión va cayendo vertiginosamente en los más vertiginosos
abismos de la miseria. ¿Qué
podemos esperar, viendo todavía
esos planos kilométricos en los
que un personaje tarda va-WQS
minutos en sentarse para ,
abrir un libro, sin que nada más
ocurra, salvo!el bostezo como res-,
puesta menos grave? Si ni «1 mismo público nacional responde a
la oferta del cine español, sería un
milagro que el extranjero mostrase
el más mínimo interés. Habría
que dejar dé escudarse en la acusación fácil al poder de las multi-~
nacionales, á la desidia de los distribuidores, a 4a mezquindad de
los exhibidores y empezar a replantearse una situación8que ha
degenerado en gran parte por
errores acumulados por los propios cineastas.
Ante el recorte de subvenciones
por parte del Ministerio de Cultura muchos se han llevado las manos a la cabeza, viendo asomar las
orejas aHobo sin dar crédito, después de haber bailado al son de la
protección absolutista del Estado,
ayudando a la destrucción de una
estructura industrial que, aunque
proveniente de un pasado' que
provocaba rechazo, gozaba de
Las aspiraciones de clasicismo
melodramático de «Tacones lejano
pueden volverse en su contra entre
:esca
parodia sentimental de los serialesde la
familia Channing y similares. En la
imagen, ana escena de la película con
Victoria Abril y Marisa Paredes,
una apreciable mecánica productiva. No sé dieron cuenca desque
el monopolio del Poderla la hora
de administrar la creación, basado en una aspiración de control
de los medios artísticos' y de comunicación, podía producir un
deterioro inevitable al enfrentarse
con un mercado abierto. Y ahora,
en el momento en que, se decide
cortar el grifo, y al no haber dado
ningún incentivo oficial a
lainversión privada, nos encontramos en un punto muerto que al
menos nos puede servir como
punto de partida, para asumir aclitudes renovadas tras un naufra^
gio que, al fin y, al cabo, estaba
más que7 anunciado. l
stamos en el 92, un añonen el que
España parece que no $a
reparado en medios para ser el
foco de la cultura mundial, entre
Olimpiadas^
exposíéio-nes
universales, capitalidades artísticas,~y en el que nos encontramos con que el cine español tiene
Amenos que nada para ofrecer, salvo su participación oficial en i las
finanzas de la" carrera ^enfre dos
producciones sobre el mismo-tema, el descubrimiento de America. Como sí fuera una de esas
competiciones a la antigua usanza
entre exploradores para ,ver
quién llegaba antes al objetivo,
dos productoras extranjeras han
decidido poner toda la carne en el
asador para aprovechar el tema
del quinte centenario de la llegada de los españoles a América con
dos películas sobre el mismo tema, Cristóbal Colón. Nuetro Gobierno, para no áaer etfmás errores, apuesta por las dos, con gene-
rosa intervención, no se sabe si a
la'espera df algún beneficio. Espqremos que no nos la devuelvan
dobladf y rios hagan el retrato tópico del rey intrigante y promiscua, de la reina ambiciosa y poco
ap'egada a las abluciones, del mariiio sibilino y avaricioso, de los
colonizadores ávidos de oro y aficionados a cristianar indígenas
a^tes de despenarlos, porque sólo
nos faltaba eso para aumentar un
pdco más nuestro prestigio. Pqr lo
'demás, podemos confiar del
talento ide Ridley Scott para
ofrecemos una obra en todo caso
singular, con su reconocida habilidad para hacer obras maestras
co» cualquier tema. Su capacidad
para hacer películas de culto, ya
sea en el campo del honor con \
duelistas napoleónicos, en el espacio exterior con mujeres guerreras enfrentadas a un monstruo
de1 crueldadj implacable, en el futuro sin esperanza con detectives
quemados siguiendo a robots con ••
alma, o en desérticos paisajes actuales del oeste americano con
damas heroicas luchando contra
una sociedad que las 'oprime, nos
hace esperar al menos una película
jugosa, ^eon tensión y emoción .'
abismal» dentro de íá epopeya de
un personaje que afronta un viaje
a lo desconocido, navegando
rumbó" al vértigo, entre la gloria y
la vergüenza. Cuenta con medios
y actores de talla para no decepcionamos.
Ei\ cuanto á la otra aventura, la
produciría por los todopoderosos
Salkind y dirigida por John
Glenn, podemos esperar una pelíciía típica dé la casa, con intriga,
amoríos y acción para todos los
públicos, sip más pretensiones
que las de una satisfactoria res-
puesta comercial, en busca del
oro como en una nueva empresa
de conquista de un mundo colonizado a medias. Si nojios decepciona tanta tripulación embarcada en el oportunismo de las fechas, tal vez podamos gozar de
;
«Los españoles seguimos
contando conAlmodómr
como único director con
cierta proyección
internacional, que ha
hecho de unas referencias
culturales metidas en la
ético particular un estilo
propio capaz de provocar la
foráneo.»
> algún entrtíénimienlQ;e% i
de'España;"".-'./''' -. '.'.-""•'•' '"-.,
Porque más acá parece que poco
nos va a ofrecer el cacaféack>:92, ¡
Carlos Saura, metido a experto ea
trasladar a la pantalla el duende
= del arte flamenco, prepara para
Sevilla una gran serie iobri^bailaroas, músicos y. cantaores de la I
tierra, que gozará sin dufia 4e la ;
sensibilidad para et tema del Üi» i,
rector aragonés, Y casi iWemos
parar de contar, Una película con ¡
Marta Sánchez, seguramente otra
con la Panfoja, y unos'cuantos
proyectos sípiendo ;ía Jfoeá:^te
costumbre, éiiíreeíresir|imienta
del folklore^ la afición poi el fhriíler y el sentimentalismo nostálgico
posfranqíiista. Entre todos, casi se
pueden contar con los dedos deJás! manos. Será que «1 paño está
para otrts cosas más que para
enjugar los s^doceslde la érisiicinematógráfica. \ . _ • .V'"-';.'.-Así que mtóntías el cine espaftol
se plantea^ con un presenté prácticamente inaiie,.mis posit^iíidades
de competencia en el panorama
de nuevo orden mundial que se
presenta para el aio 93, aquí no
podemos hper otra cosa que intentar divertirnos con Id que sé
presume vaja ser el gran fxito de
la temporada. Después d¿ reírnos
conj&s horrores^ humor ne$co
de «La familia Adams», que en su
comicidad macabra parece que
fuera de estos parajes, nada como
poner rumbó al país de nunca lamas y ver la ultima joya de Steven
Spiell^rg, un señor que tóerapre
lo ha tertido claro» disfrutando
con Peter Pan,y_e| CapWií Garfio, esperando» rodeados déla decrepitud de viejos planteamientos, no perder nunca la ilusión de
la niñez.
nuestro país; cuyo nivel dé producción ya cayendo vertiginosamente m los más vertiginosos
abismos de la miseria;; ¿Qué
podemos .esperar, viendo
todavía esos planos kilométricos
en los que un personaje tarda varios - minutos en sentarse para
abrir un libro, sin que nada más
ocurra, salvo el bostezo como respuesta Amenos grave? Si ni el mismo público nacional3responde a
la oferta délcme español, sena un
milagro que el extranjero mostrase- -el más mínimo interés* Habría
que dejar de escudarse en la acusación fácil al poder de las multi-nacionales» a la desidia de los distribuidores, a la mezquindad de
los exhibidores, y empezar a replantearse una- situación que ha
degenerado en gran parte por
errores acumulados por los propios cineastas. .... : ... , , , „ '
Ante el recorte de subvenciones
pórpárté del Ministerio de Cultujra muchos se han llevado las manos a la cabeza, viendo asomar las
orejas al lobo sin dar crédito, después de haber bailado al son de la
protección absolutista del Estado;
ayudando a la destrucción de una
-estructura industrial que, aunque
proveniente de un pasado que
provocaba rechazo, gozaba de
Las aspiraciones de clasicismo
pueden volverse en su contra entre
públicos acostumbrados a la grotesca
parodia sentimental de los seriales de
la fomiliaChawting y similares. En la
imagen, ana escena de la película con .
Victoria Abril y MarisaFaredes.
una apreciabíe mecánica produoí
ti va. No se dieron cuéntale que
el monopolio del Pódela la hora)
de administrar la creación, basa-do en una aspiración de controj
de los medios Artísticos y de co-i
municación, podía producir urí
deterioro inevitable al enfrentad
se con un mercado abierto. ^
.ahora, en él momento en que se
decide cortar el grifo, y! al no ha¿
ber dado ningún incentivo oficia)
a la inversión privada, nos enconitramos en un punto ¿nuérto que al
menos nos puede serw cpmd
punto de partida pata asumir aclitudes renovadas 4ras «& naufrar
gio que, al fui y al cabo, estaba
stamos en el 91, tin año et. el que
España |¡areceLque = no 'ha
reparado en m^díds; para ser ej
foco de la cultura munj* diaii entre
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universales, capitalidades as-, •
tísticas, y en-el que nos' encontramos con que el cine españoHienls;
menos que nada para ofrece^ salvo
su participación-oficial en \&$, ,
finanzas de la carrera'entre dos
producciones ssobre el 'mismo tema; el descubrimiento^de América.
Como si fuera una de ;es4s,
competiciones a la antigua usanza
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quién Hégaba Cantes al objetivé,
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asador para aprovechar el teraia
del quinto centenario de la llegada
de los españoles a América coto
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ma, Cristóbal Colón. Nuetrq Gébietno» para no caer en más erré-™
res,* apuesta por lasados, con genp-
i ropa intervención, no se sabe sj a
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peremos qufe no nos la devuelvan
dcfblada y nos hagan el retrato tópiécTdél re^ intrigante y promisi cu|3, de la rejna ambiciosa y poco
apegada alas abluciones, del ma;riifo sibilino y avaricioso» de los
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! nqs faltaba eso para aumentar un
poco más nuestro prestigio.
Pdr-loj demás, podemos confiar
def talento de Ridley Scott para
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sirigular, con sá reconocida habi
lidad para hacer obras maestras
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pata hacer películas de culto, ya
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quemados siguiendo a robots con
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una sociedad que las oprime, nos
hace esperar al menos una pelícu
la jugosa, con tensión~y emoción
abismal, dentro de la epopeya de
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la vergüenza. Cuenta con medios
y actores dé talla para no decepcktaarnosr ¡
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En¡ cuanto a la otra aventura, la
producida por los todopoderosos
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Glenn, podemos esperar una película típica de la casa, con intriga,
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públicos, sin más pretensiones
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Porque más acá parece que poco
nos va a^ofrecer éteacar@ado 92,
puesta comercial, en ]busca del (Jarlos Sáura, metido a 'dpetlo,ef
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nizado a medias. SÍ no nos decep- Sevilla uta gran serie solare baíjaciona tanta tripulación ^embarga- róas, músicosjy cantaorés de 1
da en el oportunismo $e las fe- tierra, que gozará sin dilda de la
chas, tal vez podamos gozar de sensibilidad para el iejnMd.fi*>
rector aragonés^ ¡y casi podemos
parar.de contar, Una película coi
%rtá Sánchez, seguramente otra
con la Ppntoja, ,y. uho^,cuantói
proyectos siguiendo la línea lie
costumbre, entre el resutpnííento
del folklore, la afición por el thtíí
ller y el sentimentalismo nostálgi
co posfraiiquisla.. Entre tódos^casf se puecfei contajr con íps dedos
de las: manos. Será que- el paño
estápara otras coíasmás flue para
enjugar los sudores de la .crisis ci¿
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Así que mientras el cinerespañoi
seplánte^, coníiii presenté prácti*
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de competencia eií el panorama
dé nuevo orden mundial que™ so
«Los españoles seguimos, presenta para el año 93,!áquí nq^
podem^;hacer otra co&| -qiiguni
tentar divertimos con io que sé
como único director con ¡
presume va a serjeí gran éxito de
-ciertaproyección- ->
la ^ temporada, Después df reírnol
con los horrores de humor negm
internacional, quena '
de «LafaítóMa Ádams», que éffsu
:hecho de unas referencias
comicidad macabra parece que
culturales metidas en la •,
fuerade estos parajes, nada epmo^
poner rumbo al país de «inca ja
túrmix de un gazpacho ,
más y verla última joya de Steveii
ético particular un estilo
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propio 'capaz de provocar la lo ha teriido claro, disfrutando
con Peter Pán^y e^Capit^n Gar-!
curiosidad del público '
fío, esperando, rodeados (le la de^
foráneo.»
crepitud de viejos plán^mientds, no perder nunca la ilusión des
la niñez, ^
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