XI Congreso Español de Sociología (FES) Discursos y prácticas en torno al “fracaso escolar” en España (1980-2000)1 Javier Rujas Martínez-Novillo Dpto. de Sociología III, UCM [email protected] Resumen El término “fracaso escolar” no se empieza a introducir realmente en España hasta los años 60, en pleno auge de una literatura sobre las dificultades escolares –en buena medida importada de otros países– producida desde distintos campos y disciplinas (pedagogía, psicología, psiquiatría, religión). Y no será hasta los 70 cuando empiece a generalizarse, al tiempo que se universaliza la escolarización de 6 a 13 años y se “democratiza” el acceso a la enseñanza secundaria. Sin embargo, no será hasta los 80 cuando el llamado “fracaso escolar” se eleve a preocupación pública y política, y cuando se comience a identificar oficialmente –y a pesar de la polémica sobre el concepto– con la tasa de graduación en la educación básica, concentrando la atención en el título. A partir de entonces, diversas políticas se desarrollarán y legitimarán como formas de “lucha” contra el fracaso escolar: la educación compensatoria, la diversificación, las medidas de “atención a la diversidad”, o distintos programas de refuerzo y “atención temprana”. Dispositivos de intervención hoy ya, a pesar de su carácter segregativo y sus dinámicas perversas, plenamente integrados en la institución y normalizados por sus agentes. La institucionalización del problema y sus soluciones lleva, además, a la formación de un cierto campo o mercado del “fracaso escolar”, que trasciende el ámbito escolar, en el que diversos agentes y especialistas (sociólogos, psicólogos, pedagogos, psiquiatras, neurólogos, etc.) pugnan por la definición del mismo y sus soluciones. Si algunos de estos actores ya estaban presentes, otros nuevos irán emergiendo y reclamando su parte de mercado, si bien no todos alcanzarán a tener el mismo poder simbólico o a integrarse en una institución escolar predispuesta a identificar la “inadaptación” y a inventar nuevas –y no tan nuevas– categorías y modos de gestión de la misma. 1 Esta propuesta de comunicación se enmarca en una tesis doctoral financiada por el Programa de Formación del Profesorado Universitario (FPU) del Ministerio de Educación. 1 XI Congreso Español de Sociología (FES) Esta comunicación, parte de una tesis doctoral en curso, analiza los principales discursos y prácticas desarrollados desde los años 80 alrededor del “fracaso escolar” en relación con las transformaciones de la institución escolar, a partir de un trabajo socio-histórico basado en análisis de prensa, revistas especializadas y legislación. Palabras clave: fracaso escolar, genealogía, discursos, prácticas, dispositivos Introducción Resulta obvio hoy en día decir que el “fracaso escolar” es un problema. No obstante, y a pesar de su evidencia actual, no siempre lo fue, ni siempre tuvo el mismo sentido (o sentidos) que tiene en la actualidad. Frente a “prenociones” de este tipo, la sociología puede desplegar diversas estrategias de ruptura y reconstrucción de su objeto. Entre ellas, una estrategia posible y potente es precisamente la ruptura genealógica o socio-histórica, que parte de un problema presente para reconstruir su génesis y transformaciones a partir de los discursos y prácticas concretos que lo producen. Este es el objetivo de la investigación doctoral en la que se enmarca el presente trabajo. Para contribuir a una genealogía del “fracaso escolar”, por tanto, en un primer momento resumiremos brevemente la emergencia del fracaso escolar como problema social en España, en relación con el trabajo colectivo de enunciación, movilización de actores y elaboración de la categoría que acaba por darle entidad e imponerla como realidad, así como con los procesos sociales más amplios en que dicho trabajo se inscribe. A continuación, nos centraremos en la progresiva institucionalización del problema a partir de los años 80 en España, sus sucesivas transformaciones y las consecuencias sociopolíticas de las distintas configuraciones del problema, que se manifiestan fundamentalmente en una sucesión de políticas y dispositivos institucionales de “lucha” contra el “fracaso escolar” –hoy elementos plenamente normalizados en la vida escolar. Nos quedaremos, no obstante, a principios de la década de los 2000 para no excedernos en la exposición, pese a que en la última década no han dejado de sucederse programas, iniciativas de reforma y, sobre todo, discursos legitimadores de propuestas contradictorias con el “fracaso escolar” en el centro. La emergencia del “fracaso escolar” como problema social en España (1900-1970) 2 XI Congreso Español de Sociología (FES) El “fracaso escolar” no nace en España hasta entrada la segunda mitad del siglo XX, aunque hunda en parte sus raíces en procesos y producciones anteriores que puedan remontarse a principios de siglo. Antecedentes. Desde finales del siglo XIX y a lo largo del primer tercio del XX, al tiempo que se consolidan los sistemas educativos nacionales, se introducen innovaciones en la organización escolar en el sentido de una mayor racionalización y se amplía levemente la escolarización de las clases populares en el nivel de la escuela primaria. Es entonces cuando se comienza a introducir la dicotomía éxito-fracaso en el ámbito educativo –aún no aplicada a los “resultados” de los alumnos– y se desarrollan en el marco de los estudios sobre la infancia anormal2 y la inteligencia nuevas categorías que luego se extenderán al resto de escolares y en el último tercio del siglo XX se asociarán a la de “fracaso escolar”. Por un lado, la noción de rendimiento escolar, que transfiere la metáfora físico-económica al aprendizaje de los alumnos, y, por otro, la de retraso escolar, que no cobra sentido más que con la introducción en esa misma época de la graduación escolar en primaria3 (que servirá de patrón para la definición de los “progresos”, “avances” y “retrasos” de los alumnos) y que será la base de la introducción de las primeras “aulas para retardados” –es decir, de la segregación escolar en base a criterios de rendimiento– en España. Aparición. En los años 60 empezará a introducirse cada vez con más frecuencia la expresión en referencia al rendimiento escolar o a los “resultados educativos” de alumnos (principalmente a través de obras extranjeras de psicólogos, pedagogos, educadores y algún religioso, traducidas al castellano en esos años). Si hasta entonces no aparecía más que puntualmente en prensa o medios educativos en otros sentidos, en los 60 aparecerá de forma primero difusa, sin un esfuerzo de definición, y generalmente en plural (como sinónimo principalmente de suspensos en exámenes). Ello en un contexto de reconfiguración del sistema escolar, de aumento de la escolarización, una cierta apertura de la enseñanza secundaria, un interés nacional e internacional –de gobiernos y organizaciones internacionales– creciente alrededor de las cuestiones educativas, un impulso reformador alrededor de los conceptos de “democratización” o “igualdad de oportunidades”, al servicio del desarrollismo económico, y una producción creciente de trabajos e instituciones especializadas alrededor de las “dificultades escolares”, las “inadaptaciones” de la infancia y la juventud, etc. 2 Categoría acuñada en esa época para referirse a los niños que asisten a las clases pero no se acomodan a las normas o no asimilan los aprendizajes. 3 La organización racionalizada en cursos sucesivos y progresivos, que asocia determinados contenidos a determinadas edades en función de una concepción lineal del desarrollo intelectual del niño con pretensión universal. 3 XI Congreso Español de Sociología (FES) Generalización. En los años 70 tendrá lugar la generalización de la expresión en España, incrementándose las publicaciones psicológicas, pedagógicas, etc. sobre el tema, mostrando un acuerdo sobre el carácter problemático del “fracaso escolar” sin por ello darse un acuerdo sobre su definición concreta, que se asociaba de forma difusa al “retraso escolar”, a las “dificultades escolares” en general, a los “suspensos”, etc. Será ya en los 80, tras la aplicación completa de la Ley General de Educación y, con ella, de la educación general básica (un tronco común para toda la población de 6 a 14 años), cuando la noción de fracaso escolar comience a asociarse a la finalización de la educación obligatoria (fijada en los 14 años desde 1964) y a la obtención del Graduado Escolar que la sancionaba, a lo que se añade su contabilización en forma de tasa estadística (porcentaje de jóvenes que no obtienen el Graduado Escolar a la edad teórica de su obtención). Todo este proceso de emergencia del problema se hace en paralelo a diversos procesos sociales más amplios, de los que no es, sin embargo, un mero reflejo, como sugeriría un planteamiento objetivista: el proceso de escolarización, que supone la imposición definitiva de la obligatoriedad escolar hasta los 14 años y el alcance del objetivo de la escolarización universal entre 6 y 13 años, algo que no se consigue hasta la segunda mitad de los 70; los cambios en la configuración institucional, con la introducción en el primer tercio del siglo XX de un nuevo modelo de escuela primaria que acabaría por sustituir al de la escuela unitaria finalmente en los 70-, la escuela graduada, basada en un currículo unificado y organizado en grados progresivos, con exámenes de paso de un curso a otro; la configuración en los años 70 de una enseñanza “básica” única con tronco común de los 6 a los 14 años, rompiendo con el sistema dual hasta entonces vigente; un determinado sistema de evaluación y examen que, en base a un curriculum y a unas normas del juicio escolar, establece los límites entre el éxito y el fracaso, y sirve de base a la escuela para aprobar, suspender, hacer repetir, considerar a unos más “atrasados” que a otros, etc.; la constitución de un campo de la inadaptación escolar y de la infancia inadaptada, que progresivamente va a separar a los niños considerados de inteligencia normal de los “deficientes” o “subnormales”, para los que se constituirán una pedagogía, un cuerpo docente e instituciones específicas (primero separadas de la escuela ordinaria, luego parcialmente integradas en la misma pero conservando su especificidad). Hacia la institucionalización del problema (1970-1990) En los años 70, como vemos en la cronología, se multiplican las publicaciones y los actos académicos alrededor del “fracaso escolar” –expresión ya generalizada en singular, si bien aún no fijada en la no titulación en EGB. Se multiplican también las publicaciones españolas y extranjeras traducidas alrededor del problema (que han 4 XI Congreso Español de Sociología (FES) crecido y siguen creciendo exponencialmente hasta nuestros días). Particularmente importantes en esta época son las publicaciones pedagógicas como Cuadernos de Pedagogía, revista educativa de corte progresista nacida en 1975. Los primeros artículos publicados en Cuadernos de Pedagogía sobre “fracaso escolar” (1975, 1977) los escriben de hecho psicólogos, con perspectivas distintas (más o menos críticas, más o menos individualizantes o atentas al medio social de origen). Pero es sobre todo a principios de los 80 cuando la noción de “fracaso escolar” empieza a ser objeto de múltiples actos académicos (jornadas, coloquios, congresos) desde distintos ámbitos: sindicatos, sociología, psicología, pedagogía, medicina e higiene escolar. Es precisamente a través de estas reuniones y publicaciones como tiene lugar el trabajo colectivo, a la vez simbólico y material –puesto que se inscribe en documentos4–, de institucionalización del problema como tal. Si en los 70 parecen dominar los discursos psicológicos sobre el fracaso escolar (desde la psicología infantil, la psicoterapia, el psicoanálisis), como se aprecia al analizar los expertos que intervienen en textos y artículos sobre el tema en medios como El País o Cuadernos de Pedagogía, en los 80 aparecen otros discursos, conforme otros profesionales empiezan a interesarse por el tema. Hasta entonces, por ejemplo, los sociólogos parecían haberse conformado desde los 60, y en relación con la aún débil institucionalización de la sociología de la educación como subdisciplina con entidad propia, con desarrollar un enfoque enmarcado en la teoría del capital humano y muy cercano a la planificación educativa (Ortega, 1983), o bien, en los 70, con una crítica global del sistema de enseñanza y de su función de reproducción de las desigualdades sociales (de clase), inspirada del marxismo o de la sociología crítica francesa y norteamericana. No será, sin embargo, hasta principios de los 80 cuando la sociología empiece a hablar de “fracaso escolar”, cuando el término ya se haya generalizado y el problema se haya instituido como tal5. A principios de los 80 será aún objeto de discursos psicológicos que acentúan la dimensión individual, las “deficiencias” o inadaptaciones de la persona, o afectiva – reproduciendo el tópico psicologicista de las causas afectivas del fracaso escolar-; de los discursos políticos alrededor de la reforma del sistema educativo en pugna entonces en la esfera pública y que, desde la perspectiva planificadora o tecnocrática, entienden el fracaso escolar como una deficiencia o disfunción subsanable 4 La noción de inscripción, acuñada en el ámbito de los Estudios de Ciencia y Tecnología, puede encontrarse desarrollada en el trabajo de Latour (1992). 5 Los primeros trabajos sociológicos en incluir el término en el título serán: L. Samper, I. Samper, T. Solé, Perspectivas psicológicas y sociológicas sobre el fracaso escolar: Un estudio en tres barrios de Lleida, 1982; C. de Elejabeitia, “Fracaso escolar”, Cuadernos de pedagogía, 88 (4), 1982; Estudio sociológico sobre el fracaso escolar, Madrid, Didascalia, 1982; J. Carabaña, “Le llamaban fracaso escolar”, Cuadernos de pedagogía, nº 103-104, 1983. 5 XI Congreso Español de Sociología (FES) políticamente con una nueva reforma; los discursos sociológicos sobre la importancia del origen social; o los discursos que desde la pedagogía responden al debate “¿Fracaso escolar o fracaso del sistema?”, entonces en boga, posicionándose a favor de la segunda tesis y llamando a una reforma pedagógica completa. Será también en esos años cuando comience a hacerse un hueco en la agenda política y la noción sea apropiada por los políticos y los planificadores educativos, especialmente desde el momento en que se fija el indicador de “fracaso escolar” en el porcentaje de personas que no obtiene el Graduado Escolar al finalizar la EGB, contribuyendo la cuantificación a su objetivación e imposición como hecho de sentido común. No es casualidad que, a finales de esta década, sea también cuando se introduce en España el concepto de “educación compensatoria”6, que se convertirá en un programa de política educativa específico a principios de los 80 durante el primer Gobierno del PSOE, bajo el Ministerio Maravall. No obstante, en las décadas siguientes las actuaciones del programa, basado en la “compensación” de la desigualdad de oportunidades “en beneficio de aquellas zonas geográficas o grupos de población que por sus especiales características requieren atención educativa preferente” (RD1174/1983), irán variando. Cronología (1970-2000) Año Ámbito políticoinstitucional Publicaciones W. D. Wall et al: El fracaso escolar [UNESCO, 1962] 1970 Ley General de Educación 1971 Orientaciones UNESCO, The statistical measurement of educational wastage (drop-out, repetition and school retardation) G. Bastin: Por qué fracasan nuestros Pedagógicas hijos [1966] 1973 1975 Actos Conferencia Internacional de la UNESCO, 32ª sesión, Ginebra: “Improved effectiveness of educational systems, particularly through reduction of wastage at all levels of instruction” J. A. Ríos González, M. A. Perearnau Curso : "El fracaso escolar en la Torras: Fracaso escolar y vida infancia y adolescencia", San familiar. Sebastián C. Gil Muñoz: Causas del fracaso Conferencia de Felisa Soriano: escolar. "Factores que influyen en el fracaso del escolar", Asociación de amas de OCDE (1973): Los indicadores de casa 6 Para una crítica sociológica del concepto de “educación compensatoria” puede verse el texto clásico de Basil Bernstein (1986). 6 XI Congreso Español de Sociología (FES) resultados en los sistemas de enseñanza. La igualdad de oportunidades. J. Holt: El fracaso de la escuela [1969, 4 eds.] 1977 Consejo de Europa: Educación Compensatoria L. Lurçat: El fracaso y el desinterés 1979 escolar en la escuela primaria [1976, 3 eds.] Jornadas Internacionales sobre Psicología y Educación B. Martínez Muñiz: Causas del 1980 fracaso escolar y técnicas para afrontarlo [3 eds.] Jornadas de Estudio sobre el Fracaso Escolar (FETE-UGT, Secretaría de Renovación Pedagógica) B. Martínez Muñiz: La familia ante el 1981 fracaso escolar [2 eds.] Mesa redonda “Inadaptación social y fracaso de los jóvenes en la enseñanza media”, colegio de licenciados de Barcelona. Creación de la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y S. Hernández Ruiz, G. Gómez Dacal: Fracasos escolares: estudio pedagógico, legal y económico. Instituto de Estudios Sociológicos 1982 Bernard Krief: Didas-82: estudio sociológico sobre el fracaso escolar. Monográfico sobre fracaso escolar de la revista Perspectiva escolar. el Adolescente (SEPYPNA) Coloquio del Instituto de Estudios Sociológicos Bernard Krief sobre fracaso escolar 50 aniversario de la creación de la especialidad de Pedagogía en España (“Los pedagogos no son responsables del fracaso escolar; éste viene de las deficiencias del sistema”, declaran los organizadores) RD sobre Educación Compensatoria 1983 RD por el que se regula el sistema de Monográfico de Cuadernos de Pedagogía sobre fracaso escolar. becas y otras ayudas al estudio 7 XI Congreso Español de Sociología (FES) de carácter personalizado B. Tierno: El fracaso escolar [4 eds.] C. Birzea: La pedagogía del éxito [3 eds.] J. Blat: El fracaso escolar en la enseñanza primaria: medios para combatirlo: estudio comparativo internacional [UNESCO] 1984 J. B. Carrasco: Cómo prevenir el Symposium Internacional Fracaso escolar, aprendizaje verbal y memoria (Tarragona) fracaso educativo. S. Molina García, E. García Pascual: El éxito y el fracaso escolar en la EGB. J. M. Maravall: La reforma de la enseñanza. LODE 1985 I Congreso sobre Fracaso Escolar, XIII Reunión Nacional de la RD de Ordenación Asociación Española de Medicina e de la Educación Higiene Escolar y Universitaria Especial CRESAS: El fracaso escolar no es una 1986 fatalidad [1981] MEC: Proyecto para la reforma de la Congreso nacional de Psiquiatría enseñanza. Infantil y Juvenil F. Etxebarria (ed.): El fracaso de la I Jornadas sobre el Fracaso de la escuela. Escuela 1987 Bernabé Tierno: Cómo estudiar con 1988 éxito [4 eds.] Resolución de los ministros de educación de la UE, reunidos en 1989 Consejo de 14 de diciembre de 1989, Libro blanco para la reforma del sistema educativo Primer congreso internacional Eurotalent (llama atención sobre el fracaso escolar de los superdotados) sobre la lucha contra el fracaso escolar 1990 LOGSE I Simposium Internacional 8 XI Congreso Español de Sociología (FES) sobre el éxito escolar, Barcelona, 16 y 17 de febrero de 1990, Colegio Viaró de Sant Cugat del Vallès. Reunión de altos funcionarios europeos de 1992 Educación acerca de la lucha contra el fracaso escolar, presidida por Portugal Eurydice (CE): La lucha contra el 1994 fracaso escolar. Un desafío para la construcción europea. 1995 OCDE: Our children at risk. S. Molina García: El fracaso escolar en el aprendizaje escolar Conferencia "Combating Failure at 1997 S. Molina García: Escuelas sin School", OCDE, Toronto, Ontario, fracasos: prevención del fracaso Canada, September 1997. escolar desde la pedagogía interactiva. 1998 OCDE: Overcoming failure at school Conferencia "Combating Failure at (capítulo: 'Spain: The need to School", OCDE, Christchurch, New aknowledge failure') Zealand, February 1998. Jacques Delors et al: L'éducation: un 1999 trésor est caché dedans. Rapport à Jornadas MEC: “La Educación l'UNESCO de la Commission Secundaria Obligatoria a debate. internationale sur l'éducation pour le Situación actual y perspectivas”. XXIe siècle. 2000 Primer estudio PISA Monográfico sobre Fracaso escolar 2001 en la Revista de Estudios de la Juventud Jornadas sobre fracaso escolar y transición a la vida laboral, 2002 Fundación para la modernización de España 2003 LOCE 2004 2006 S. Molina García: El fracas de la ESO. LOE Programa de 2007 Segundo estudio PISA mejora del éxito escolar Tercer estudio PISA OCDE: No more failures: ten steps to equity in education. 9 XI Congreso Español de Sociología (FES) Programa de lucha contra el abandono escolar temprano Internacionalización del problema y proliferación de dispositivos institucionales (1990-2000) Desde finales de los 80, tras la entrada de España en la Unión Europea, se suceden varias iniciativas europeas para unificar criterios y homogeneizar indicadores, sistemas y políticas educativas. Entre las cuestiones que estarán en el centro de estas iniciativas se encontrará el tema del fracaso escolar, que será objeto de una “Resolución de los ministros de educación de la UE, reunidos en Consejo de 14 de diciembre de 1989, sobre la lucha contra el fracaso escolar”, que marca su entrada en la agenda política europea, y dará lugar a la publicación La lucha contra el fracaso escolar. Un desafío para la construcción europea (EURYDICE, 1994), que, como muestra el propio título, da un paso más en la internacionalización del problema definiéndolo como un reto a nivel europeo del que dependería el progreso en el proceso de “construcción europea”. Ello estará en consonancia con los discursos y políticas que promoverá la UE a partir de la Estrategia de Lisboa (2000) para convertirse en “la economía del conocimiento más competitiva y dinámica del mundo”, por medio de la homogeneización de estándares y niveles educativos en los países de la Unión. A la influencia creciente de la UE, que va a llamar con frecuencia la atención a España directa o indirectamente –a través de la comparación estadística internacional y las interpretaciones tajantes que la sitúan siempre “a la cola de Europa”, reproduciendo el antiguo complejo del retraso español– en la década de los 2000, se va a sumar la de la OCDE, también como centro de cálculo (Latour, 1992) y máquina de producir datos comparativos internacionales y recomendaciones. El ejemplo más claro, además de los informes anuales Panorama de la educación y los informes puntuales sobre equidad o desigualdad de oportunidades, serán los informes PISA, que se van a convertir en un referente mundial en la medición de competencias –concepto importado al ámbito educativo y convertido en centro de atención en la última década– y en la comparación internacional. El efecto perverso es que se asocia la noción de “fracaso escolar” ya no sólo a la titulación en ESO, sino a la obtención de 10 XI Congreso Español de Sociología (FES) bajos niveles de competencias en PISA, generando un efecto ranking por el cual la descripción de convierte en prescripción y las “mediciones objetivas” en juicios7. En los 90, con la reforma global del sistema educativo que supone la LOGSE, se introducen nuevos cambios y dispositivos institucionales que van desarrollando la filosofía de educación compensatoria y de atención a la diversidad en que se basa la reforma, entre ellos los programas de diversificación curricular en la ESO o los Programas de Garantía Social –hoy Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI). A ello se añadirán en los 2000, las aulas de enlace –dirigidas al alumnado originario de otros países y con lengua materna distinta–, los programas de apoyo y refuerzo (PROA, desde 2005) y los Programas de mejora del éxito escolar y de lucha contra el abandono escolar temprano (2007). Se multiplican y diversifican, por tanto, en las últimas décadas las iniciativas y dispositivos institucionales de “lucha” – siguiendo la metáfora bélica empleada con frecuencia en las políticas públicas– contra el fracaso escolar, normalizándose progresivamente en la práctica cotidiana de los centros, bien integrándose en la institución, bien externalizando el fracaso escolar (García et al, 2006). En los 2000, la estrategia Europa 2020 establece como objetivo para los países europeos la reducción de sus tasas de “abandono educativo temprano” al 15% y la aspiración a que un 85% de los jóvenes alcancen un título de enseñanza secundaria postobligatoria (Bachillerato o Formación Profesional). En este marco, la UE fija unos indicadores para todos los países que la componen, entre ellos el de “abandono educativo temprano”8, entendido como el porcentaje de población de 18 a 24 que no ha completado la educación secundaria segunda etapa (Bachillerato o FP) y no ha seguido ningún tipo de formación en las cuatro semanas previas a la encuesta (EPA). Un indicador que obvia las diferencias entre países (en cuanto a sistema escolar, mercado laboral, condiciones de vida, etc.) y no nos dice nada del proceso que lleva al abandono, pero que se ha convertido en obligado, en problema social y político urgente, por imposición de una instancia supranacional. No obstante, si bien en los 2000 se generaliza el indicador de “abandono educativo temprano”, y más ahora en el contexto de crisis, sigue estando muy presente el indicador de fracaso escolar, y con frecuencia ambos se confunden, no sólo desde el punto de vista técnico, sino desde el punto de vista de los discursos públicos - 7 Con PISA, por ejemplo, esta transmutación es clara cuando, al encontrarse España en valores estadísticos “medios”, se le atribuye a su sistema o a sus alumnos en conjunto un carácter “mediocre”, como si lo primero permitiera deducir automáticamente lo segundo. 8 Puede verse un repaso de las distintas definiciones técnicas de fracaso y abandono en (Fernández Enguita et al, 2010: 18-21). 11 XI Congreso Español de Sociología (FES) que en algunos casos ya optan sencillamente por hablar de “fracaso y abandono” sin distinción- y de las políticas que los usan para legitimarse. Conclusión Si el problema del fracaso escolar como tal es un problema relativamente reciente en la historia de España, hoy en día ocupa un lugar prioritario en las agendas junto –y a veces revuelto– con el abandono escolar. Con antecedentes a principios de siglo XX, con nociones como las de rendimiento escolar y retraso escolar, el término “fracaso escolar” no se introduce en España hasta los 60, en paralelo a una extensión de la escolarización básica, con la importación de una serie de obras especializadas (psicología, psiquiatría, pedagogía, etc.) en las “dificultades escolares” de niños y jóvenes. En los 70, la noción se generaliza coincidiendo con el alcance de la escolarización universal y la elaboración de la LGE, a través de una literatura especializada ya producida en España que va produciendo un reconocimiento social cada vez mayor del problema hasta institucionalizarlo. En los 80 el problema alcanzará a los discursos políticos sobre la reforma del sistema educativo, al tiempo que se asocia a la tasa de graduación en EGB, objetivándose a través de la cuantificación. A partir de entonces, se desarrollan diversas políticas institucionales de lucha contra el fracaso escolar, empezando por la educación compensatoria en los 80, siguiendo con la diversificación curricular y los programas de Garantía Social en los 90, y los programas de apoyo y refuerzo (PROA), de mejora del éxito y lucha contra el abandono en los 2000. Dispositivos todos ellos hoy plenamente normalizados, en una lógica de integración en la institución o de externalización del fracaso. A comienzos del siglo XXI la dominación en el ámbito de la política educativa de organismos internacionales como a UE o la OCDE se hace sentir a través de la comparación estadística internacional –y el efecto-ranking que conlleva– o la imposición de conceptos e indicadores (competencias, abandono escolar temprano, etc.), transformando la problematización del fracaso escolar en nuevos sentidos que habrá que seguir explorando. Bibliografía Bernstein, Basil (1986): "Una crítica de la “educación compensatoria”", en VVAA: Materiales de sociología crítica. Madrid: La Piqueta. 12 XI Congreso Español de Sociología (FES) EURYDICE (1994): La lucha contra el fracaso escolar: Un desafío para la construcción Europea. Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas. Fernández Enguita, Mariano; Mena Martínez, Luis; Rivière Gómez, Jaime (2010): Fracaso y abandono escolar en España. Barcelona: Fundación La Caixa (Estudios Sociales). García, Maribel; Bataller, Joaquim Casal; Pareja, Rafael Merino (2006): "De los Programas de Garantía Social a los Programas de Cualificación Profesional Inicial: sobre perfiles y dispositivos locales", Revista de educación. (341), pp. 8198. Latour, Bruno (1992): Ciencia en acción. Cómo seguir a los científicos e ingenieros a través de la sociedad. Barcelona: Labor. Ortega, Félix (1983): "La sociología de la educación en España", Informe sociológico sobre el cambio social en España 1975-1983: IV Informe Foessa. Madrid: Euroamérica, pp. 165-182. 13