FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE SOCIOLOGÍA XI CONGRESO ESPAÑOL DE SOCIOLOGÍA

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FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE SOCIOLOGÍA
XI CONGRESO ESPAÑOL DE SOCIOLOGÍA
Capital social y organizaciones rurales en la configuración de redes de relaciones
socioproductivas
Caso de estudio: Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara,
Venezuela
Autores:
Msc. Mireya Valdez David
Dr. Mauricio Iranzo T.
Madrid, 10, 11 y 12 de Julio de 2.013
ÍNDICE GENERAL
Pág.
Introducción ………………………………………………………………………
1
Capítulo I: Marco referencial de la Investigación
1.1.- El problema ………………………………………………………
3
1.2.- Interrogantes de la investigación…………………………………
10
Capítulo II: Formulación de objetivos y justificación
2.1.- Objetivos …………………………………………………………
11
2.3.- Justificación ……………………...………………………………
11
Capítulo III: Metódica de la Investigación………………………………………..
12
3.1.- Concepción del proceso de investigación ………………………
12
3.2.- Carácter exploratorio descriptivo……………………………….
12
Capítulo IV: El Capital Social y su configuración en el ámbito rural……………..
15
4.1.- Enfoques teóricos ……………………………………………….
15
4.2.- Teorías del Capital Social ……………………………………….
18
Capítulo V: Red de Relaciones Socioproductivas de las organizaciones
rurales. Caso municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara.
Presentación de resultados……………………………………………..
5.1.- Identificación del territorio ………………………………………
20
5.2.- Sistema productivo del municipio ………………………….........
22
5.3.- Configuración de la red ………………………………………….
23
5.4.- Categorías significativas de la red ……………………………….
26
5.5.- Dinámica del Capital Social en las organizaciones rurales……….
29
5.6.- Estructuras particulares (según la óptica de cada actor ins-
32
titucional)………………………………………………………….
5.7.- Naturaleza y alcance del Capital Social (según la óptica de
los integrantes de las organizaciones rurales)……………………... 37
Conclusiones ………………………………………………………………………...
40
Referencias Bibliográficas ………………………………………………………….
42
Anexos ……………………………………………………………………………….
i
Capital social y organizaciones rurales en la configuración de redes de relaciones
socioproductivas
Caso de estudio: Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara,
Venezuela
Iranzo Tacoronte, Mauricio
Valdez David, Mireya
RESUMEN
Esta investigación tuvo por finalidad estudiar el papel del capital social presente en las
organizaciones rurales, en el fortalecimiento de las redes de relaciones socioproductivas existentes
en el Municipio Andrés Eloy Blanco del Estado Lara, Venezuela, y su incidencia en el desarrollo
local, con un abordaje cualitativo a través de entrevistas a profundidad, estableciéndose el tipo de
relaciones entre los actores, los elementos constitutivos de las redes y su operatividad, concluyendo
que la presencia significativa de los componentes del capital social en las organizaciones rurales del
caso de estudio, aunque no representa una panacea en la resolución de sus problemas, puede
fortalecer la constitución y desarrollo de redes de relaciones socioproductivas.
Palabras claves: Capital social, Organizaciones rurales, Red de relaciones socioproductivas
ii
INTRODUCCIÓN
Hace más de dos décadas el concepto de Capital Social ha sido incluido en el debate del proceso
de desarrollo, considerado desde el punto de vista conceptual, como un activo de cooperación,
confianza y reciprocidad dentro de las normas, valores y relaciones interpersonales de ciertos
grupos. Esta inclusión ha puesto de manifiesto la necesidad de generar nuevas propuestas que
permitan desarrollar concepciones más sustanciales de las relaciones socioeconómicas, revalorando
el papel central de las instituciones y las organizaciones en la superación sociocultural del ser
humano en su comunidad.
Por ello, el capital social debe entenderse como un concepto socializante, con la capacidad para
englobar procesos y situaciones no tratados con profundidad en el pasado, entre los cuales se
pueden mencionar: la línea divisoria entre el desarrollo económico y el social, la importancia del
desarrollo rural (punto importante de esta investigación), las relaciones sociales como fuente de
desarrollo (generadoras de capital social), la unidad familiar como base de los procesos
socioculturales y de las organizaciones económicas, entre otras. Lo que no se debe perder de vista,
en todo caso, al realizar cualquier tipo de análisis al concepto de capital social es, que éste se
encuentra asociado a la condición humana, en donde sus características son las que determinan el
tipo de sociedad en la que convive.
Este estudio centró su atención en los procesos organizacionales, específicamente en el ámbito
rural, en concreto en América Latina y particularmente en un Municipio venezolano, que presentan
características muy particulares que exigen un trato especial en el momento de analizar la
existencia, fuerza y utilidad del Capital Social.
Los nuevos rasgos y condicionantes de las sociedades rurales en Latinoamérica, han permitido
mirar desde otras perspectivas las características de sus organizaciones rurales, que en América
Latina y el Caribe cada vez se parece menos a las imágenes convencionales. Las transformaciones
afectan a todas las dimensiones de la vida rural: la economía, la política, la cultura, y las relaciones
sociales.
Las relaciones presentes en las organizaciones rurales con su entorno, con marcada presencia de
la asociación, les ha permitido establecer lazos y condiciones, que a su vez las han llevado a
desarrollar una relación de pertenencia con los recursos que en ella se encuentran, en donde los
actores sociales públicos y privados representan un factor decisivo.
Para este abordaje del desarrollo y la dinámica del capital social existente en las organizaciones
rurales, esta investigación contempla la caracterización de la situación, el problema de estudio, las
interrogantes de investigación.
Después los objetivos de investigación, básicamente de carácter descriptivo, general y
específicos, así como la justificación, indicando la utilidad y pertinencia del estudio.
Planteada la metodología de la investigación y su proceso, se abarca lo referente a las
organizaciones rurales, el significado de los espacios rurales para la investigación y las
características de las organizaciones que en él hacen vida, para llegar a la teoría referente al capital
social dentro del ámbito rural, analizando cada uno de los enfoques teóricos pertinentes para la
comprensión del mismo y la naturaleza y alcance del capital social en el ámbito rural, en donde se
destaca la influencia de la familia en la formación de las relaciones en ese ámbito y que establecen
su naturaleza y alcance.
Más tarde se estudian las redes de relaciones sociales en el contexto rural, apoyadas en el análisis
de la Teoría de Redes Sociales, con explicaciones acerca de las mismas en la estructura
organizacional, recayendo en un ámbito específico: las relaciones entre los actores del municipio
Andrés Eloy Blanco del estado Lara, para tratar sobre la configuración de una red de relaciones
socioproductivas, su definición, características ventajas, estructura operacional y elementos
constitutivos, además de su posible presencia en el ámbito de las organizaciones rurales, como
producto del desarrollo y acción del capital social presente en ellas.
Por último se detalla esta red de relaciones socioproductivas en el tejido relacional de las
organizaciones presentes en el municipio Andrés Eloy Blanco del estado Lara, detallando el sistema
productivo del territorio y la existencia y probabilidad de fortalecimiento de este tipo de red en esta
localidad.
Las conclusiones de la investigación permitieron realizar un análisis de las implicaciones
teóricas y empíricas que el desarrollo de la tesis aportó como elementos para el estudio del capital
social en el ámbito de las organizaciones rurales.
2
CAPÍTULO I
MARCO REFERENCIAL DE LA INVESTIGACIÓN
1.1.- El Problema
1.1.2.- Caracterización de la situación
Entre los lineamientos de la economía clásica del siglo XVIII, el progreso estaba asociado con la
civilización moderna en el sentido de asumir que la humanidad avanza del pasado al futuro,
pasando con ello del atraso a lo moderno, de lo rural a lo urbano, de lo agrícola a lo industrial. Esta
idea se afianzó en el siglo XIX con miras a la revolución industrial. (Pérez, 2002) y bajo esta
concepción, lo rural está ajustado a las demandas de lo urbano, por tanto, el comportamiento
agrícola es residual y depende de las demandas industriales y urbanas.
Tal concepción de lo rural y lo urbano no se sostiene en el mundo globalizado del siglo XXI.
Como lo explica Bejarano (1998), no se trata de atenuar la supuesta línea divisoria entre lo rural y
lo urbano, ni su equivalencia de lo atrasado a lo moderno, se trata de visualizar un esquema de
desarrollo y de cambio de las sociedades en un sentido diferente. Por tanto es pertinente tratar de
ver la estrecha interdependencia del mundo rural con el resto de la economía y en especial con el
mundo urbano.
El fenómeno de la globalización ha brindado la oportunidad de ver y entender que la
concepción de desarrollo rural (no solo económicamente, sino social, cultural y tecnológicamente)
se ha modificado en la medida en que se percibe con una mayor claridad su complejidad y
diversidad, evidenciando sus restricciones y analizando su alcance. Es así como la ruralidad es el
contexto en el cual se decidió plantear el desarrollo de esta investigación.
Lo rural se enmarca dentro de un contexto físico que es el territorio, entendido según Boisier
(1999), como la superficie terrestre en la cual se desarrollan sistemas de asentamientos humanos,
siendo el territorio rural donde se tipifican y desarrollan actividades relacionadas con la agricultura
y la ganadería, cuya población, atendiendo a criterios numéricos, está por debajo de la población
que habita en los centros urbanos.
Sin embargo, como se ha planteado, los nuevos rasgos de las zonas rurales, a través de los
enfoques del desarrollo rural, han permitido mirar desde otras perspectivas las características de la
ruralidad, en donde sus imágenes se parecen cada vez menos a las que convencionalmente se han
aceptado.
3
En relación a esto, y apoyados en autores como Ceña (1999), se argumenta que el medio rural va
más allá de la simple ruralidad concebida hace varias décadas, al estar conformada por regiones
cuya población no se dedica solamente a la agricultura y a la ganadería, sino que también desarrolla
actividades de artesanía, industrias medianas y pequeñas, comercio, pesca, minería, extracción de
recursos naturales y turismo, entre otros. En dichas regiones hay poblaciones que se relacionan
entre sí y con el exterior, en donde interactúan una serie de instituciones públicas y privadas.
En este sentido, en la década de los setenta surgen teorías de desarrollo económico llamadas
estrategias de desarrollo rural, concebidas como reacción a los efectos negativos que sobre los
países en desarrollo, estaban produciendo los modelos dominantes de desarrollo de los años
cincuenta, en donde la pobreza se concentraba fundamentalmente en las zonas rurales. Estos
modelos fueron el modelo ortodoxo y el modelo estructuralista apoyados en las teorías clásica y
neoclásica del intercambio y la ventaja competitiva. Para ellos el desarrollo se medía por el aumento
de la participación de la industria en la producción global y la agricultura era considerada un sector
residual, pues no se adaptaba a las nuevas situaciones y, por tanto, iba perdiendo peso en el
conjunto de la economía, por ello, jugaba un cierto papel de almacenamiento de recursos (incluida
la mano de obra) para la industria. (Ceña, 1999)
Las estrategias de desarrollo rural surgidas en respuesta a los modelos ortodoxo y estructuralista
de desarrollo, plantean que existen fuertes nexos con lo urbano más allá de la provisión de
alimentos, por el intercambio de bienes y servicios, entre los que destacan el cuidado de los recursos
naturales, los espacios recreativos y el afianzamiento de la cultura, que han permitido el
fortalecimiento de la conexión entre lo rural y lo urbano, además de la relación económica que ha
tomado otra perspectiva desde la globalización.
Por otro lado, el medio rural se encuentra en un frágil equilibrio ante las funciones que se le
exigen: primero, el producir alimentos y facilitar materias primas en el marco de un desarrollo
sustentable y, segundo, ser zona para el equilibrio ecológico y para las actividades de ocio y
descanso.
Ahora bien, el interés por el medio rural, además de las características que posee, surge del
conjunto de relaciones que lo configuran como un territorio con potencial de desarrollo. Este
conjunto de relaciones a las que se hace referencia, no solo existen entre lo rural y lo urbano, sino
que además dentro del mismo territorio rural se visualizan nexos entre la población, que a través de
la existencia de relaciones económicas, sociales, culturales, permiten el establecimiento de figuras
4
específicas de relación, integración y trabajo para realizar las labores propias de producción en el
medio rural, como las asociaciones, cooperativas, empresas familiares, agroindustriales.
El surgimiento de una organización, en cualquier ámbito, requiere que un grupo suficiente de
individuos tome conciencia de la situación compleja que vive y de las dificultades para superarla
solamente mediante la acción individual, por lo que se estructuran colectivamente sobre la base de
procesos formalizados, con integrantes que tienen objetivos comunes.
Agruparse en organizaciones promueve el establecimiento de: primero, relaciones de trabajo que
dan lugar a la asignación de funciones que sus integrantes cumplen para obtener los objetivos
comunes.
Segundo, estas funciones delimitan cada uno de los cargos que los integrantes ejercen, y por
ende la manera de operarlos, creando con ello el basamento organizacional-administrativo requerido
por toda organización.
Tercero, las funciones de los integrantes de las organizaciones llevan al establecimiento de
relaciones con otras organizaciones que pueden llevar a crear un tejido denso, en donde se insertan
actividades que llevan a la producción, creación, innovación de bienes y servicios o cualquier
actividad a la que la organización se dedique.
En este sentido, las organizaciones rurales, bajo el análisis de la teoría antes descrita,
desencadenan procesos productivos, pero no lo hacen de manera aislada sino que establecen
relaciones sociales y de trabajo con su entorno. Es de acotar que, no se pretendió categorizar de
manera exclusiva las distintas formas de organización en el medio rural, pero es importante aclarar
de qué manera están conformadas y, las posibles similitudes y diferencias que puedan existir entre
las mismas tomando en cuenta su modelo organizativo-administrativo.
Atenidos a esto, en revisiones realizadas para el planteamiento, se tomó como marco de
referencia para las organizaciones rurales la estructura agraria que ha imperado en América Latina,
especialmente en Venezuela, en donde, la época de la reforma agraria dio lugar al surgimiento de un
conjunto complejo de procesos de organización que fundamentalmente giraron en torno a
reivindicaciones de tierra; y la figura predominante de organización, para ese momento, fueron las
cooperativas.
La organización representaba, sobre todo, una fuerza política para presionar por la entrega de
tierras, de créditos y, no siempre en menor grado, mostrar una capacidad de movilizar los esfuerzos
propios de los beneficiarios para trabajar las tierras adquiridas. En el período de los años 60 y 70, se
5
impuso en muchos países latinoamericanos un modelo de cooperativas de producción cuya función
central era diseñada para superar los problemas menores, como la reducción en tiempo de la
cosecha manual, en la producción agrícola, pero en menor escala se atendía las necesidades del
productor agrícola para la adquisición de la tecnología, sobre todo la mecánica, que le permitiría
aumentar en una parte considerable la modernización de la producción.
Durante los años ochenta, se reconoce un proceso de reflujo y cambios en estas organizaciones
en la mayoría de los países latinoamericanos. Sin embargo, durante la década en su conjunto, se
puede observar una serie de transformaciones en las condiciones de sectores importantes del
productor agrícola y en las mismas organizaciones que cambiaron la configuración básica de las
mismas. Muchos de estos cambios están en el análisis realizado por Chiriboga (1996) a las
organizaciones rurales en la región andina, cuyas conclusiones coinciden con referencias de toda
América Latina.
Una de estas conclusiones se refiere al poco éxito en algunos países, tomando en cuenta el modo
de implementación en cada país, del modelo de organización cooperativa, fundamentado en la
modernización de líneas tradicionales de producción, a la vez que surgen otras modalidades de
inserción del productor agrícola en los procesos económicos. Entre éstas, se puede observar, la
incorporación de líneas no tradicionales de producción, la consolidación en muchas áreas de
estrategias familiares mixtas entre sistemas tradicionales de producción y sistemas no tradicionales.
Estos cambios, señalados en las conclusiones de Chiriboga (1996), permitieron el surgimiento
y/o fortalecimiento de un mayor número de instancias organizativas de base, relacionadas con una
inserción económica más compleja, que trajo como ventaja la apertura de asociaciones
especializadas, cajas locales de ahorro y crédito, agrupaciones para la comercialización de
productos específicos, entre otras; además de la incorporación de capacidades administrativas en
estas organizaciones, que les permitieron implementar proyectos locales de desarrollo.
A finales del siglo XX y principios del XXI se observa un cambio de estrategia básica hacia la
promoción del relacionamiento en espacios productivos, en los que las Organizaciones Rurales
tienen un rol activo más que reivindicativo y receptor. Temas de salud, de gestión de recursos
naturales, de educación, de crédito, de gestión productiva y de comercialización, han sido algunos
de los objetos de estas relaciones, en consonancia con los lineamientos, especialmente en
Venezuela, de los planes y programas de la nación, y las reformas que en materia de organización
rural para la producción se han implementado en los últimos diez años.
6
Bajo este panorama, en consonancia con estudios realizados por la CEPAL (2003), las
organizaciones rurales participan en la discusión de la sostenibilidad del desarrollo y la
preocupación por las relaciones interorganizacionales y la consolidación de servicios, que dan pie a
esta sostenibilidad. Esta discusión no ha llegado a acuerdos concretos debido a la complejidad de
las relaciones presentes en las organizaciones que hace posible la diversidad de criterios referentes a
los temas en discusión, pues éstas se encuentran conformadas por personas de diferentes criterios y
formas de pensar.
Sin embargo, como se expuso anteriormente, la finalidad de las organizaciones es conformarse
para trabajar en pro de objetivos comunes, que otorgue beneficios para todos sus integrantes, de la
manera en que éstos se relacionen entre sí y con otras organizaciones depende el éxito de esta
finalidad. De allí que se pongan en práctica formas de coordinación y asociatividad entre los
integrantes de las organizaciones para alcanzar los objetivos propuestos.
Ahora bien, estas formas de coordinación y asociatividad se encuentran apoyadas en una
conexión direccional que determina la intensidad de la relación, siendo esta conexión una actitud de
confianza, cooperación y reciprocidad en el cumplimiento de las obligaciones entre las partes, es
una conexión que posee la capacidad fungible de crear relaciones sociales estructuradas para
enfrentar necesidades u objetivos colectivos (Durston, 2003), la cual está representada por el capital
social, término que en las últimas décadas concentra a su alrededor la discusión del entramado de
relaciones entre y al interior de los grupos.
En los últimos años, la identificación del capital social se insertó y se desarrolló con rapidez y
sin demasiada clarificación de su papel teórico y alcances empíricos pasando a ser un nuevo
ingrediente de política pública social, en particular en aquellos casos de superación de la pobreza.
Como antecedente histórico, la primera definición del término se le atribuye, según Woolcock
(2000:45) a Hanifan en el año 1916, cuando lo describe como “esas cosas intangibles que cuentan
para la mayoría en la vida diaria de la gente, denominada buena voluntad, compañerismo, simpatía
y relaciones sociales entre los individuos y las familias que integran una unidad social”. Explica
este autor que el individuo al entrar en contacto con su vecino, y ellos con otros vecinos, habrá una
acumulación de capital social que puede satisfacer inmediatamente sus necesidades sociales y que
tenga potencialidad suficiente para la mejora sustancial de toda la comunidad,
Luego de este primer enfoque de capital social no se volvió a mencionar dentro de la literatura
sino hasta finales de los años setenta cuando entra al campo de la investigación, a partir de esta
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fecha han sido numerosos los estudios realizados desde distintos campos científicos. Para hacer un
abordaje de los diferentes autores que han estudiado el concepto se hace referencia al trabajo
realizado por Iranzo (2008) quien los clasifica en introductorios y complementarios.
Dentro de los
autores introductorios presenta a Bourdieu (1985); Coleman (1990); Putnam (1993) y Portes (1998),
quienes de manera general lo definen como un recurso dentro de la trama de relaciones de los
grupos para alcanzar los objetivos propuestos.
Dentro de los complementarios Iranzo (2008) hace referencia a Kliksberg (1999) y a Durston
(2000). El primero lo define como un valor dentro de las relaciones que posibilita la acción del
colectivo, mientras el segundo, va un poco más allá y lo define como parte de las estructuras
sociales que promueven el accionar de la colectividad.
Relacionando los puntos de vista de estos autores introductorios y complementarios el capital
social se asume como la capacidad colectiva de tomar decisiones y actuar conjuntamente para
perseguir objetivos de beneficio común, derivada de componentes de la estructura social tan
diversos como la confianza, los valores, la cultura, las redes, las asociaciones y las instituciones.
Según lo expone Putnam (1993), el capital social no son sus beneficios, ni tampoco aquellas partes
de la sociedad que lo hacen posible, sino la capacidad adicional que tienen los que pueden realizar
acciones en común, sobre los que solo actúan individualmente, es decir la capacidad de acción
colectiva.
Bajo el análisis de la teoría del capital social, éste se manifiesta a través de la existencia de un
trabajo social acumulado a fin de obtener un rendimiento tanto económico como social de los
grupos que lo poseen. En este sentido, para establecerlo se conjugan los diferentes tipos de capital,
es decir, el capital económico y el capital cultural permiten generar capital social en forma de
relaciones sociales a través de la pertenencia a grupos que lo detentan, lo que rinde beneficios por el
acceso a una red privilegiada de intercambios donde se produce un mayor rendimiento del capital
económico y el capital cultural acumulados.
Por la pertenencia a estos grupos y por la capacidad (adquirida) de movilizar los recursos de los
miembros de ese grupo a su favor, ciertos individuos contarán con ventajas a la hora de obtener
beneficios de sus activos económicos o culturales. En esta perspectiva, el volumen de capital social
poseído por un individuo depende de dos factores: 1) de la extensión de la red de conexiones que
puede efectivamente movilizar, y 2) del volumen de capital (económico, cultural o simbólico)
poseído por aquellos con quienes está relacionado.
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En este sentido, se toma como base para realizar el abordaje del capital social, al conjunto
complejo de relaciones de confianza, cooperación, y reciprocidad establecidas entre las
organizaciones rurales ubicadas en un determinado territorio. Estas complejas tramas de relaciones
sociales constituyen el tejido social y varían en cuanto a su densidad en los diversos territorios.
La pertinencia de la acción social permite observar al ser humano como un ser que se manifiesta
en las relaciones sociales que establece con sus semejantes, en donde cada uno está influenciado por
la percepción que tiene cada quien del significado de la acción de los demás. Dependiendo del tipo
de relacionamiento se manifiestan las acciones de confianza, cooperación, reciprocidad, ética,
valores y otras, características del capital social de los grupos. Esta acción social desarrollada y
practicada de manera continua produce densidad en las relaciones y origina, en la mayoría de los
casos, una red social que perdura en el tiempo.
Tomando en cuenta esto, el abordaje del capital social no se reduce al sentido subjetivo que el
ser humano persigue con sus actos, pues como resultado de la acción se produce siempre algo más
que simples comportamientos subjetivos, ya que éstos derivan en consecuencias que a veces no son
conocidas por el sujeto, pero no por ello dejan de tomarse en cuenta. En este sentido, la densidad de
las relaciones es compleja como resultado de las acciones conscientes subjetivas y colectivas, así
como de las consecuencias conscientes e inconscientes, dentro del tejido de la relación social.
Se asume entonces al capital social como expresión de las actitudes de confianza, reciprocidad,
ética, valores, presentes en las relaciones complejas producto de la acción social de los integrantes
de las organizaciones. También está referido a la capacidad colectiva de tomar decisiones y actuar
conjuntamente para perseguir objetivos de beneficio común, capacidad que coloca al grupo,
organización o comunidad en un plano de superioridad con respecto al individuo aislado. La fuente
de esta capacidad no es un individuo, sino la suma e interacción de varios individuos reunidos en un
grupo, organización o comunidad entera, en busca de un interés común.
En el territorio rural, se encuentran presentes un conjunto de relaciones entre las organizaciones
ubicadas en él, los lazos de parentesco y vecindad, las relaciones de reciprocidad, las normas
compartidas, las relaciones interpersonales, las asociaciones y las acciones colectivas son, entre
otras, formas de relacionamiento e intercambio social, extendidas por el tejido económico y social
rural, que denota la presencia compleja de la acción social.
En consecuencia, se argumenta que el capital social se encuentra estrechamente relacionado a las
organizaciones, en el caso que acontece, la presencia del mismo estimula la acción de sus
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integrantes para alcanzar los objetivos comunes obteniendo beneficios para todos, dando la
posibilidad al territorio rural de alcanzar el desarrollo económico y social cónsono con los objetivos
que se plantean.
Resumiendo, el capital social como parte de la acción colectiva, se encuentra presente en las
relaciones económicas y sociales de los individuos, por tanto forma parte también de las relaciones
de las organizaciones rurales y, desde este punto de vista es importante configurarlo para develar la
manera de determinar su acción e intensidad en el entramado de las relaciones productivas rurales, a
través de la identificación de una red de relaciones socioproductivas en la búsqueda de beneficios
individuales y colectivos
1.2.- Interrogantes de la investigación
Dado que se presume, entendida esta presunción como hipótesis orientadora, que la acción e
intensidad del capital social presente en la red de relaciones de las organizaciones rurales permite el
establecimiento de redes socioproductivas, generando beneficios individuales y colectivos con
incidencia en el desarrollo local, se establecieron las siguientes interrogantes:
¿Cuál es el referente teórico que sustenta la validación conceptual en la configuración del capital
social en las organizaciones rurales?
¿Cuál es la naturaleza y el alcance del capital social presente en las organizaciones rurales,
tomando los actores de un caso de estudio?
¿Qué estructuras de base existen para la acción e intensidad del capital social en las
organizaciones rurales de nuestro caso de estudio?
¿Qué mecanismos son efectivos en la configuración de una red de relaciones socioproductivas
por medio de la acción e intensidad del capital social en las organizaciones rurales a partir del caso
de estudio seleccionado?
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CAPÍTULO II
FORMULACIÓN DE OBJETIVOS Y JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN
2.1.- Objetivos
2.1.1.- Objetivo General
Establecer el papel del capital social presente en las organizaciones rurales, en el fortalecimiento
de las redes de relaciones socioproductivas existentes en el Municipio Andrés Eloy Blanco del
Estado Lara, Venezuela, y su incidencia en el desarrollo local
2.1.1.1.- Objetivos Específicos
1.- Identificar y explicar los ejes teóricos-conceptuales del capital social en las organizaciones
localizadas en ámbitos rurales.
2.- Explicitar la naturaleza y alcance del capital social en las organizaciones rurales del caso de
estudio, Municipio Andrés Eloy Blanco del Estado Lara, Venezuela, y su papel en el
fortalecimiento de la red de relaciones socioproductivas.
3.- Establecer la dinámica del capital social en las organizaciones rurales y su incidencia en el
desarrollo local del caso de estudio a través de las redes de relaciones socioproductivas.
2.2.- Justificación de la Investigación
El proceso investigativo de este estudio se apoyó en los cambios surgidos en el medio rural
como manifestaciones que generan singulares condiciones productivas, sociales, organizativas,
ambientales, culturales e institucionales, dándole una identidad particular a cada territorio, en
respuesta a las diversas modalidades de asentamiento, apropiación e interrelación de los actores
locales, entre sí y con su entorno, abriendo un abanico de posibilidades para el abordaje científico,
humanístico, cultural y tecnológico, que fomente el interés por un estilo de vida de marcada
influencia en la dinámica socioeconómica del campo y la ciudad.
En este sentido, el abordaje realizado a la configuración del capital social en las organizaciones
rurales, como base de agrupación de los productores agrícolas, se justificó porque éstas reflejan la
importancia que como figura tienen dentro del ámbito rural, tendiente a la búsqueda de las diversas
ventajas que posee el medio, tales como: acceso al mercado productivo, fortalecimiento de
relaciones económicas que les genere ganancias, posibilidad de reinversión, construcción del
desarrollo en todos los niveles: económico, político, social, educativo.
11
CAPÍTULO III
METÓDICA DE INVESTIGACIÓN
3.1.- Concepción del proceso de investigación
El conocimiento y la comprensión, sobre lo que sucede en la relación hombre-mundo, ha
generado nuevas explicaciones en la investigación sobre las interacciones entre los seres humanos y
su percepción de la realidad. Esta indagación, redescubre lo que el ser humano parece ser, teniendo
aplicaciones referenciadas a todo tipo de contexto de acción, en donde éste se desenvuelve.
En la construcción del conocimiento y la realidad, los procesos de investigación se apoyan en
metodologías específicas de trabajo, llamadas también diseño metodológico, la metódica de trabajo
o simplemente metodología, todos estos títulos hacen referencia al lugar del proyecto de
investigación destinado para suministrar información sobre la manera cómo se va a realizar.
Para ello, en base a la formulación del problema se estableció una investigación con un enfoque
holístico, que analizó sus etapas desde el punto de vista de las múltiples interacciones que las
caracterizaron y tal como se manifestaron en el contexto real, desde una perspectiva descriptiva, de
acuerdo a los objetivos planteados.
3.2.- Carácter exploratorio-descriptivo
En la primera parte se realizó la construcción teórica sobre la configuración del capital social en
las organizaciones rurales, a través de una revisión y análisis de diferentes textos de autores
señalados por Iranzo (2008) como autores introductorios: Bourdieu (1985); Coleman (1990);
Putnam (1993) y Portes (1998), y a los autores complementarios: Granovetter (1973); Fukuyama
(1995); Kliksberg (1999) y a Durston (2000). Además de otros autores, cuyo aporte teórico a la
conceptualización del capital social se consideraron relevantes, para este estudio se denominaron
como autores contemporáneos: Koka y Prescott (2002) y Bonnewitz, (2003). Junto con esto,
también se realizó la revisión y estudio de las teorías del Capital Social (Marrero 2007),
La identificación y selección de los textos y documentos permitió seleccionar los enunciados que
hacían referencia a la conceptualización y explicación del capital social en el contexto de las
organizaciones rurales, y a través de la abstracción se identificaron en categorías significativas
Utilizando el Análisis de Contenido, que según Krippendorff (1990) es un método de
investigación destinado a formular, a partir de ciertos datos, inferencias reproducibles y válidas,
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aplicables a su contexto, se procedió a identificar los elementos definitorios que conformaron los
términos analizados,
Este análisis arrojó como resultado la identificación de los elementos significativos del término
capital social en estrecha relación con las organizaciones rurales dentro de su contexto, lo que
permitió la interpretación teórica del término. En este sentido, a través del Análisis de Contenido se
extrajo lo esencial de los textos analizados, con base a una búsqueda orientada por las preguntas de
investigación. (Ver figura 1)
Figura 1: Análisis de contenido
Fuente: Elaboración propia (2011) con base en Krippendorff (1990)
Este método permitió la identificación y explicación de los ejes teóricos-conceptuales del Capital
Social en las organizaciones localizadas en ámbitos rurales, que determinó la multidimensionalidad
por medio de la cual puede ser abordado el concepto.
Posteriormente, y en base a los ejes teóricos-conceptuales identificados, se procedió, utilizando
el pensamiento lógico deductivo por medio de la aplicación, comprensión y demostración,
establecer la dinámica de la presencia del capital social en al ámbito rural y su incidencia en el
desarrollo local.
Luego de este momento, se procedió a explicitar la naturaleza y alcance del capital social en las
organizaciones rurales. Para ello se utilizó el método cualitativo etnográfico, que consiste en
describir el estilo de vida de un grupo de personas que habitualmente habitan el mismo espacio
físico (Martínez: 1998).
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Normalmente, este método de estudio incluye personas, sus rasgos individuales o respuestas,
eventos, documentos, artefactos u otros objetos, segmentos de tiempo, de lugares y de situaciones y,
en general, la acumulación de distintas fuentes de datos que se corroboren y complementen
mutuamente.
Para efectos de esta investigación, la población seleccionada se encuentra en las organizaciones
rurales del municipio Andrés Eloy Blanco, del estado Lara, que por ser netamente agrícola reúne las
características necesarias para esta investigación. Para ello, se trabajó con dos grupos o unidades de
análisis: el primero conformado por una muestra representativa de los agricultores pertenecientes a
las organizaciones rurales productivas del municipio; el segundo compuesto por los representantes
de las organizaciones de apoyo a las unidades productivas que hacen vida en las comunidades. La
idea de estos dos grupos es de confrontar la opinión que cada uno de ellos tiene con respecto al
objeto de estudio. La selección de la muestra fue de tipo intencional.
También se contó con la colaboración de dos informantes claves, que hicieron el puente entre las
organizaciones productivas de las comunidades rurales del municipio Andrés Eloy Blanco, del
estado Lara, y la investigadora.
De esta manera, la naturaleza del capital social, se estudió tomando como base la
multidimensionalidad del mismo, y, el alcance a través de las relaciones, basada igualmente en la
multidimensionalidad, que los actores mantienen con su entorno, así como con organizaciones
gubernamentales y privadas.
En la investigación cualitativa etnográfica los procedimientos metodológicos deben orientarse
hacia el descubrimiento de las estructuras personales o grupales, mediante técnicas de recolección
de la información como el cuestionario abierto y la entrevista no estructurada.
Los resultados obtenidos en el cuestionario abierto y las entrevistas no estructuradas, se
analizaron a través de dos momentos generales dentro del proceso de investigación cualitativa
etnográfica: primero la categorización y el análisis de los contenidos y, segundo, la interpretación y
teorización.
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CAPÍTULO IV
EL CAPITAL SOCIAL Y SU CONFIGURACIÓN EN EL ÁMBITO RURAL
4.1.- Enfoques teóricos
Partiendo de las discusiones que ha suscitado el concepto de capital social y, tomando en cuenta
los análisis de los debates que se han derivado del mismo, se establece que su conceptualización
corresponde a realidades sociales que dan lugar al establecimiento de relaciones entre los
integrantes de grupos que persiguen objetivos comunes.
Se acota entonces que, el capital social posee raíces antropológicas, pues según estudios
realizados en esa área, las poblaciones humanas se organizan en sistemas totales que operan en
diversos planos, a saber, el plano material (relación con el medio ambiente físico y tecnológico), el
plano organizacional (aspectos jurídicos-políticos, organización comunitaria y estadal) y el plano
valorativo y simbólico (valores, aspectos cognitivos, creencias) los cuales actúan en forma
simultánea y complementaria (Ver figura 2). La interacción que se da entre estos planos dentro de
las relaciones de una comunidad produce participación comunitaria y genera altos niveles de
productividad, incrementando el desarrollo de la localidad. (Tarff, 2006).
Figura 2. Planos donde se desenvuelve el Capital Social
Plano
Organizacional
Plano Material
Capital Social
Plano Valórico y
Simbólico
Fuente: Elaboración propia 2011
En el plano material, para la configuración del capital social, éste se enmarca dentro del
territorio rural, donde se desarrollan actividades caracterizadas por la presencia de faenas
agropecuarias, siendo lo más característico dentro del ámbito rural, pues son éstas las que definen y
dan carácter a la gran mayoría de los distintos espacios rurales. Sin embargo, aunque
tradicionalmente estos espacios hayan sido primariamente utilizados para la agricultura o ganadería,
15
actualmente grandes superficies están protegidas como un área de conservación del medio ambiente
(flora, fauna u otros recursos naturales), reservas de extracción de riqueza mineral y para otra
actividad de importancia económica, como por ejemplo, el turismo rural o ecoturismo.
El plano organizacional para la configuración del capital social, está representado por las
organizaciones rurales que hacen vida en ese territorio. Específicamente en Venezuela, a través de
la reforma agraria, se ensayaron diversas modalidades de organización rural, tomando en cuenta las
características propias de una organización, como lo son el agrupamiento de base formal o informal,
cuyo fin es promover los objetivos comunes conducentes a beneficios sociales y/o económicos.
Acotando sin embargo que, estas organizaciones rurales, referenciadas para la configuración del
capital social, presentan características propias que las diferencian de una organización tradicional,
como lo son: la presencia de lazos de consanguinidad y afectividad generacional entre sus
integrantes, típico de las zonas rurales, así como por presentar un elevado grado de dependencia al
Estado, como ente protector de estas organizaciones, en cuanto a la toma de decisiones en relación a
las políticas sectoriales agrícolas que deben ser puestas en práctica
En relación al plano valorativo y simbólico, la configuración del capital social en el territorio
rural, está condicionada por la idiosincrasia de los habitantes, provista de una riqueza cultural
heredada por generaciones, impregnada por los valores característicos de sus comunidades, que
innegablemente trasladan a sus organizaciones.
En consecuencia, al configurar el capital social en el ámbito rural, tomando en cuenta su análisis
teórico, lo primero que se establece es lo que lo distingue de los otros tipos de capital, en base a los
elementos que lo conforman, de esto han dejado constancia los diferentes autores que han tratado el
tema, en este sentido Iranzo (2008) realizó una clasificación que los ubica en autores introductorios
y complementarios, analizando los puntos de vista de cada uno de ellos.
Dentro de los autores introductorios se encuentran Bourdieau (1985), Coleman (1990), Putnam
(1993) y Portes (1998), quienes consideraron al Capital Social en base a elementos como: agregado
de valor entre los integrantes de un grupo o comunidad, red de relaciones, recursos
socioestructurales presentes en una estructura, presencia de confianza, cooperación y asociación
entre individuos y recursos aportados por los individuos en la estructura social.
Todos estos elementos reunidos en un solo contexto, conforman una estructura básica que da
origen a una definición consensualmente aceptada por otros autores, quienes las tomaron como base
16
para estudiar la naturaleza del concepto. Lo resaltante del capital social es que representa beneficios
para una colectividad, y se encuentra presente en su red de relaciones.
En relación a los autores complementarios Iranzo (2008) hace referencia a Kliksberg (1999) y
Durston (2000), pero realizando una revisión se consideró conveniente incluir a Granovetter (1973)
y Fukuyama (1995) dentro de esta clasificación. Los elementos manejados por estos autores son: la
presencia de normas, instituciones y organizaciones, confianza, ayuda recíproca y cooperación,
vinculación con la cotidianidad, normas como promotores de la confianza y cooperación, y lo que
es más importante la relevancia de la cultura en el fomento del desarrollo.
De lo anterior se deduce que el capital social es más complejo que otras formas de capital
(económico, humano), porque también influyen sobre él sus propias condiciones internas, es decir
los elementos básicos que forman parte de él. Para finalizar y complementando la división realizada
por Iranzo (2008) a los autores que trataron el concepto de capital social se añade (a conveniencia
del estudio) una nueva división la de autores contemporáneos, revisados Koka y Prescott (2002) y
Bonnewitz (2003), llevan la conceptualización del término enmarcándolo en las relaciones sociales
como guía para el posicionamiento del espacio social.
Todo este análisis ha derivado que, en consecuencia, el capital social se manifiesta a través de
las relaciones entre grupos, que a través de la idiosincrasia cultural, característica particular de cada
uno de ellos, les permite relacionarse para desarrollar organizaciones duraderas y sostenibles, dando
lugar al trabajo en comunidad en pro de objetivos para el bien común, todo ello bajo la
reglamentación de normas y valores, en algunos casos sancionadoras, acatados por todos.
Sin embargo hay que recalcar que, dentro del ámbito rural, el capital social por sí solo no
necesariamente produce altos niveles de participación, ni relaciones sociales altamente eficientes, ni
crea tampoco aumentos en la productividad, pero este capital se mueve en un plano relacional
(explicado anteriormente) con otras variables que permite su aporte al fortalecimiento de una
dinámica social que lleva al aumento de la productividad.
Es por ello que, debe establecerse la diferencia entre el capital social y otro tipo de capital,
reforzando el hecho que éste forma parte fundamental de las relaciones sociales que se establecen
entre los integrantes de los grupos, más aún sí se encuentran conformados en redes.
En conclusión, la base estructural del capital social son las relaciones sociales establecidas entre
los integrantes de los grupos, poseen como característica el fomento de la cooperación que
contribuye a la acción por los beneficios económicos y sociales que estos grupos establecen como
17
objetivos. Esta base estructural del Capital Social, en el contexto del territorio rural, está matizado
por las relaciones que se mueven dentro del núcleo familiar.
4.2.- Teoría del Capital Social
Según Marrero (2007) parece haber acuerdo acerca de que la primera formulación explícita de
una teoría del capital social tuvo lugar en 1961, con la publicación de “The Death and Life of Great
American Cities” por Jane Jacobs, donde la autora atribuye las bajas tasas de criminalidad y la
pulcritud de algunos antiguos barrios de las ciudades, a la densa red de relaciones sociales que se
forman dentro de ellos. Sin embargo, el concepto comienza a ser ampliamente conocido en ámbitos
académicos a través de Pierre Bourdieu.
La teoría de capital social descansa sobre tres supuestos: 1) Que los sistemas de relaciones
sociales modelan la capacidad de desempeño de los individuos en la estructura social; 2) que existe
un tipo particular de relaciones que operan a través de interacciones y redes sociales informales
asentadas en mecanismos ajenos al mercado (el capital social); y 3) que tales redes tienen como
consecuencia facilitar el desempeño tanto de los individuos como de los grupos sociales,
proveyéndolos de recursos cuya ausencia haría más dificultoso su desempeño. En este sentido este
tipo de capital es relacional, ya que no puede existir producción de recursos con prescindencia del
relacionamiento social.
Desde la perspectiva de esta teoría la definición, en sentido operativo, del capital social es la del
contenido de relaciones sociales que están caracterizadas por actitudes de confianza y
comportamientos de reciprocidad y cooperación. Este capital es un recurso para aumentar el
bienestar material y dar relevancia a la categoría de ciudadanía de una comunidad, tal que
proporciona mayores beneficios para aquellos que lo poseen, sobre aquello que podría lograrse sin
este activo.
Esta definición operativa privilegia la atención a las relaciones sociales en el ámbito rural por
sobre los discursos normativos, pero pretende a la vez analizar la dinámica social en lo rural desde
una perspectiva holística en la cual el capital social se relaciona sistemáticamente con otras formas
de capital, al plantear que éste está presente en los procesos socioeconómicos.
Desde esta posición el análisis y la experiencia empírica poseen un valor instrumental específico.
Esto es, en primer lugar, valor para desmentir el “mito tecnocrático”, acerca de la idea que lo rural
es sinónimo de pobreza, en donde existe un atado de carencias y patologías, y por tanto necesitan
que el tecnócrata les resuelva su situación.
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En segundo lugar, valor para asegurar que la posición descrita anteriormente, se diferencia, por
ende, de la posición real, en la que hay que darle el sentido que poseen las relaciones sociales en el
ámbito rural, apoyando la potenciación de sus capacidades para la formación y desarrollo del
Capital Social
En conclusión, se argumenta que el capital social destaca todas las dimensiones que emergen
entre los grupos que establecen relaciones y las instituciones políticas y sociales. Estas dimensiones
incluyen aspectos cognitivos (percepciones mutuas, creencias, estereotipos) y conductuales, además
de discursos más o menos inclusivos, participativos que les permiten relacionarse de una
determinada manera.
El capital social hay que desarrollarlo en cada situación específica, e involucra no solo a un
grupo de manera aislada, sino a dos o más grupos, dos o más partes, dos o más sistemas, en el caso
de las instituciones públicas y sociales encargadas de fomentar el desarrollo en las comunidades,
abre la posibilidad de auto-observarse en las tramas de relaciones de las que participan y a través de
las cuales se relacionan con la comunidad. En el ámbito rural representa una herramienta que brinda
a los organismos públicos y sociales la posibilidad de analizar las relaciones con los grupos
sociales, asumiendo que son parte interviniente con capacidad para evaluar y modificar los aspectos
que puedan obstaculizar los objetivos propuestos.
En este sentido, el capital social se presenta como un flujo de relaciones e intercambios basados
en la cooperación de los distintos actores sociales, con una acumulación de confianza y expectativas
de reciprocidad, en donde se privilegian cuestiones de entorno o contexto que posibilitan el
desarrollo de determinadas formas de sociabilidad, que le otorga aspectos cognitivos asociado a la
interiorización de normas y reglas informales y formales.
En consecuencia, se entiende que la presencia de capital social lleva implícito el establecimiento
de lazos entre las personas, que favorecen los emprendimientos, la acción colectiva y la
colaboración, que hace más denso el tejido social y contribuye de esta forma a construir una mejor
sociedad.
Las relaciones sociales establecidas entre los diferentes actores sociales representan la estructura
de base del Capital Social, con características esenciales que determinan a cada actor como parte
funcional de esta estructura social, cada uno de ellos aporta sus características particulares que
determina la singularidad e idiosincrasia del entramado de las relaciones sociales en las cuales se
desenvuelven.
19
Figura 3. Capital social en el ámbito Rural
Fuente: Elaboración propia. 2011
CAPÍTULO V
RED DE RELACIONES SOCIOPRODUCTIVAS DE LAS ORGANIZACIONES RURALES.
CASO MUNICIPIO ANDRES ELOY BLANCO, EDO. LARA
PRESENTACIÓN DE RESULTADOS
El caso para mostrar la configuración de una red de relaciones socioproductivas de las
organizaciones rurales de actores localizados en ámbitos rurales, se ubica específicamente en el
municipio Andrés Eloy Blanco del estado Lara, que por reunir características particulares en cuanto
a la producción agropecuaria, turística y de servicios, fue seleccionado para realizar esta
investigación.
5.1- Identificación del Territorio
El municipio Andrés Eloy Blanco está ubicado al sur del estado Lara, entre los 09˚ 31' 35'' y 09˚
49' y 12'' de latitud norte y los 69˚ 20' y 20'' y 69˚ 49' y 46'' de longitud oeste. Cuenta con una
superficie de 708 Km2. Limita por el norte con los municipios Jiménez e Iribarren; por el sur con el
estado Portuguesa; por el este con el estado Portuguesa y por el oeste con el municipio Morán.
20
Mapa 1: Ubicación del municipio Andrés Eloy Blanco
Fuente: Ley de División Política Territorial del estado Lara
Gaceta Oficial No. 701, ext. 11/06/1995. Barquisimeto
Asamblea Legislativa del estado Lara, 1998
La división político-territorial del municipio consta de tres parroquias: Pío Tamayo cuya capital
es Sanare, que es también la capital del municipio; Yacambú capital La Escalera y Quebrada Honda
del Guache capital La Bucarita. La población total del municipio, según el último censo del 2004,
es de 47.404 Habitantes, repartidas de la siguiente manera: Parroquia Pío Tamayo 28.810
habitantes, Parroquia Yacambú 10.824 habitantes y Parroquia Quebrada Honda de Guache 7.770
habitantes. La densidad demográfica del total del municipio es de 52.90 hab/Km2, lo cual
representa el 2.67 por ciento de la población del estado Lara. Es una población joven, el 45.9 por
ciento es menor de 15 años. La ubicación de las parroquias se muestra en el mapa.
Mapa 2. Municipio Andrés Eloy Blanco. Parroquia y capitales
Fuente: Ley de División Político Territorial del estado Lara
Gaceta Oficial No. 301. ext. 11 de junio 1995.
Barquisimeto. Asamblea
Legislativa del
Estado Lara. 1998
21
5.2.- Sistema productivo del municipio
5.2.1.- Agrícola
En relación a su economía es un municipio netamente agrícola, se cultivan una variedad de
rubros, en donde se destaca la producción de café que, según el censo realizado por el Ministerio de
Agricultura y Tierras en el año 2004, es de 4.644 toneladas, cosechadas en 9.680 hectáreas,
representando el 31,9% de las hectáreas, cosechadas a nivel estadal y el 36,8% de la producción
total del estado, lo que lo ubica entre uno de los primeros municipios productores de café del estado
Lara.
La característica resaltante de este tipo de agricultura es que siendo el café el rubro emblemático
del municipio, sus productores se encuentran mejor conformados que los otros rubros agrícolas, el
sector cafetalero recibe, por así decirlo, mayor apoyo que facilita su capacitación e impulsa su
financiamiento, por ello, en la conformación de la red son considerados como un sector aparte del
hortícola.
Por otro lado, la producción hortícola general presenta también una característica particular, por
la condición geográfica y climática, el municipio posee dos tipos de cultivos: 1) Los de piso alto
(temperatura bastante baja) donde se cultiva: papa, caraota, zanahoria, ajo, remolacha, brócoli; 2)
Los cultivos de piso bajo: donde cultivan pimentón, cebolla, tomate, maíz, berenjena. En este grupo
de cultivos de piso, la mayor producción se da en la papa, seguida de la caraota, cuyas cosechas
abastecen el territorio nacional.
En cuanto al cultivo frutícola, la nuez de macadamia se está promocionando de manera
ascendente, ya que es un fruto valorado internacionalmente, de alto paladar. Se cultivan también
frutas como piña, melón, lechoza.
La ubicación geográfica y la riqueza de las tierras de este municipio, ha dado comienzo a la
producción ornamental, que tiene como principal rubro a la orquídea en varias especies. Con ello se
trata de resaltar la belleza del paisaje de pie de monte andino, además de promocionar y
comercializar la floricultura.
5.2.2.- Pecuario
En cuanto a la producción pecuaria el municipio Andrés Eloy Blanco cuenta con dos razas en
producción: bovina y porcina. De las cuales la primera representa el 1,6 % de la producción
22
regional, con 794 cabezas de las 50.577 que se crían en todo el estado. La producción porcina
representa el 0,2% a nivel regional con 319 cabezas de 149.803 que se dan a nivel del estado Lara.
Aparentemente, según información de Fundacite Lara, se está desarrollando la producción
cunícola y de leche con la participación de varias cooperativas conformadas en una red, apoyadas
por este organismo, pero la conformación de estas redes no se visualizan, los productores alegan
que no existe compenetración con el organismo gubernamental. Por otro lado, en la zona alta se
están promocionando la construcción de lagunas para la siembra de cachama, apoyados por la
Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”. Los avances en este sentido son lentos, debido a
la idiosincrasia de los productores.
5.2.3.- Turismo y Artesanía
La combinación de relieve, vegetación y clima proporcionan un confort climático y una
exuberancia visual que hace de este municipio poseedor de un importante potencial turístico. Esta
misma potencialidad y la particularidad de los ecosistemas que involucra, motivó la declaración de
dos parques nacionales (Yacambú y Guache) y una zona protectora de cuenca hidrográfica.
Este potencial va a permitir el desarrollo del ecoturismo, el turismo de aventura, así como el
agroturismo rural. Para ello se debe agrupar a productores que habiten en estas zonas
conformándolos en asociaciones y cooperativas en pro del desarrollo de este sector, actualmente la
empresa privada ha desarrollada en gran medida este sector a través de posadas y sitios de
alojamiento en cónsona unión con la naturaleza.
Por otro lado, las numerosas manifestaciones culturales como la danza, gastronomía, tradiciones
como La Zaragoza, e innumerables mitos y leyendas, configuran un acervo cultural que es atractivo
para los visitantes del estado Lara y del país, además que puede ser promocionado
internacionalmente, representando un potencial para el desarrollo del turismo cultural.
Los yacimientos de arcilla blanca, roja y gris hacen del municipio un emporio en este tipo de
artesanía. Las piezas que de ella se obtienen son muy preciadas en el mercado nacional, debido a
esto el desarrollo de la potencialidad artesanal es uno de los objetivos del gobierno municipal, quien
está en la búsqueda de conformar alianzas estratégicas que promuevan el desarrollo de los
artesanos.
5.3.- Configuración de la red
Haciendo uso del método ideográfico para la configuración de la red de relaciones
socioproductivas de las organizaciones rurales, se dividió el sistema productivo de este municipio
23
en cuatro sectores: El sector cafetalero, por ser el de mayor productividad y, el que posee el mayor
número de organizaciones: cooperativas y asociaciones de productores; el sector hortícola,
conformado por los cultivos de piso alto y de piso bajo, el frutícola y el ornamental; el sector
pecuario, con la cría de las especies bovina, caprina, cunícola, piscícola y aves y, por último, el
sector turístico y artesanal, apoyado por la riqueza natural y ecológica que posee el municipio, que
enaltece y enriquece la idiosincrasia cultural de la región. (Ver figura 4)
Figura 4. Sectores productivos del MAEB
Sector Cafetalero
Sector Hortícola
Sector Pecuario
Sector Turístico y
Artesanal
Es el de mayor producción en el municipio. Presentó dos
características principales: Dos organizaciones de segundo
grado que agrupan a las demás asociaciones y cooperativas.
Una de ellas agrupa a los grandes productores, y la otra a los
medianos y pequeños, incluso a los que trabajan recogiendo y
trillando el café pero que no son productores, ni poseen
tierras.
Debido a las características topográficas y climatológicas del
municipio, las cooperativas son variadas, la mayoría de tipo
familiar. Se encuentran los cultivos olerícolas de piso alto, los
de piso bajo, la zona frutícola y la ornamental. No existen
organizaciones de segundo grado
Es el sector de más baja productividad. Actualmente se
detectaron cooperativas de ganado bovino y porcino, siendo
los primeros los de mayor número. También están
conformándose cooperativas que trabajan con piscicultura,
con la siembra y cosecha de la cachama, así como la cría de
aves y conejos.
Este sector presenta una gran potencialidad, tanto el turismo
como la labor artesanal reflejan la idiosincrasia cultural de la
zona. Los hermosos paisajes naturales representan una fuente
para el turismo ecológico. Actualmente la empresa privada es
la que más ha desarrollado este sector. Los artesanos por su
lado, están coordinándose para organizarse en asociaciones
rentables.
Fuente: Elaboración propia 2011
Conectados a estos actores, se configuraron aquellos que de una u otra forma están o deberían
estar relacionadas con estas organizaciones rurales, para que en un intercambio de recursos
económicos, de conocimiento científico, tecnológico y de servicios, incidan en el desarrollo del
municipio. Estos actores se agruparon en los siguientes sectores: gobierno nacional, gobierno
regional, gobierno municipal, sector académico, apoyo social y sector privado. (Ver figura 5)
24
Figura 5. Actores presentes en el municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara
Fuente: Elaboración propia. 2011
La utilización del método ideográfico, permitió la agrupación y clasificación de las
organizaciones rurales de acuerdo al sector y a la función que desempeñan en el sistema de
producción del municipio. Se detectaron organizaciones, que sin ser netamente de un sector
específico, podrían pertenecer a cualquiera de ellos, esta clasificación permitió la visualización de
los probables clusters, así como la presencia de los lazos débiles y los agujeros estructurales, que no
deben faltar en las redes porque permiten a las organizaciones conectarse con otras que no están
dentro de su propio entorno. (Ver figura 6)
Figura 6. Red de Relaciones Socioproductivas
25
Fuente: Elaboración propia 2012
5.4.- Categorías significativas de la red
Ahora bien, al quedar configurados los diferentes sectores productivos, se procedió a través del
método etnográfico, utilizando la entrevista no estructurada, a establecer las categorías para dar una
explicación teórica a la configuración de la red. La unidad de análisis estuvo conformada por un
representante de cada uno de los actores que configuraron la red, en un total de siete, considerando
el actor gobierno local a través del director del Plan Café quien coordina el departamento de
Gerencia Agroindustrial de la Alcaldía. (Ver metódica).
El Método etnográfico permitió visualizar las siguientes categorías: (Los testimonios de los
actores se encuentran en el anexo 1)
Formas de organización:
Cooperativas familiares, Consejos comunales, organizaciones sociales de apoyo al
productor. Son las diferentes maneras de agrupación presentes en el municipio, que permitieron
establecer la presencia y posibilidad de
la red, así como su conformación amplia y futuro
fortalecimiento Esta categorización determina la presencia de las tramas.
La forma de organización más común son las cooperativas familiares. En sentido
general no se encuentran como tal conformadas en redes, y la influencia de una sobre la otra, así
como su dependencia, es puntual, referido al contexto en el cual se desarrolla la relación.
En cuanto a las formas de relación más frecuentes y significativas, se encuentran:
Reuniones, mercados populares y asambleas. Estas relaciones están determinadas por
lazos fuertes, donde predominan las relaciones familiares, pero con presencia de lazos débiles, con
los cuales quedó establecida la presencia de agujeros estructurales que permiten a estas
organizaciones establecer nexos fuera de su entorno familiar.
El fin de la configuración de la red es el establecimiento de relaciones más
estructuradas entre los actores, que les permita establecer canales de comunicación para la
comercialización y apoyo de la producción, así como el intercambio de recursos, conocimiento,
tecnología e innovación.
En las formas de financiamiento
Créditos populares, créditos privados, Cajas populares, ahorros. El acceso al
financiamiento económico, en donde el predominio de una estructura cerrada, lleva al
26
endeudamiento con créditos privados, que prácticamente se cobran con la cosecha lo que debilita a
la organización.
Las formas de financiamiento las canalizan a través de créditos populares, privados,
cajas de ahorro de las organizaciones y ahorros de cada uno de ellos. En este sentido se observó que
el acceso a los dos primeros tipos es limitado, los actores no cuentan con los canales apropiados
para que éstos se hagan asequibles, los que lo logran es debido a que se relacionan con actores de
mayor trayectoria que les permiten la accesibilidad, con la salvedad que un porcentaje de ese crédito
debe ser depositado a la organización enlace.
Las cajas populares existen en teoría, los actores, excepto los de mayor trayectoria,
afirmaron tener acceso a ellas y, en cuanto al ahorro la calidad de vida de estos productores no les
permite reunir cantidades de dinero considerables para una inversión posterior. La configuración de
esta red va a presentar la posibilidad de abordaje a estas formas de financiamiento para que las
organizaciones que no tienen la poca posibilidad puedan beneficiarse, apoyados, por supuesto, en
una red que les permitirá canalizar económicamente cada uno de sus proyectos.
En cuanto a los entes capacitadores:
Instituciones gubernamentales, instituciones de Educación Superior, instituciones del
Estado. Muchas veces desconocidos por las organizaciones rurales, estas instituciones son las que
se encargarán de colaborar con el enriquecimiento intelectual, partiendo del conocimiento que las
organizaciones posee, respetando de este modo la idiosincrasia cultural.
Su presencia es reconocida por ellos, pero hasta hoy día no se han establecido
relaciones formales y estructuradas con estos actores, debido muchas veces a la actitud de los
productores con respecto al celo por su organización y por ende de su producción.
El hecho que estos actores capacitadores conformen esta red, les permitirá ser
facilitadores del conocimiento, tecnología e innovación que estas organizaciones requieren como
herramienta de integración al mercado globalizado.
Por último se tiene la categoría de abordaje al mercado:
Organizaciones de segundo grado, ferias campesinas, empresas privadas,
transportistas. La mayoría de las organizaciones rurales, por lo fuerte del mercado, se ven en la
necesidad de rematar sus cosechas, generando pérdidas en muchos casos. Una red fortalecida con
una buena conexión entre los mecanismos de abordaje, aunado al conocimiento, tecnología e
información, permitirán obtener mejores beneficios a los productores.
27
Se determinó que la mayoría lo hacer a través de una relación con una organización
de segundo grado, en ferias campesinas, donde la empresa privada y los medios de transporte
representan un condicionante.
En este sentido esta red incipiente requeriría de una integración mayor, que les
permitirá el abordaje a un mercado que muchas veces se les presenta inaccesible por las condiciones
económicas que estos actores poseen. La configuración y consolidación de esta red facilitará el
establecimiento de relaciones socioproductivas encaminadas a mejorar la calidad de vida de sus
integrantes, con incidencia en el desarrollo de su territorio.
Concluyendo, la acción del capital social en la configuración de la red de relaciones
socioproductivas de las organizaciones rurales, activa la capacidad de interrelación entre los
integrantes de las organizaciones, ya que implica no solo un sector, sino todos los sectores
interconectados, no solo entre ellos mismos sino con aquellas organizaciones y actores que les
brinden oportunidades y beneficios. Esta red estará basada en la diversificación de la producción, la
pluriactividad, sobre todo en el sector agrícola, donde los cultivos no se dan todo el año, siendo para
ellos más productivo cultivar otro rubro (sea agrícola o pecuario) mientras esperan el nuevo ciclo
del que producen.
La red de relaciones socioproductivas de las organizaciones rurales sería una red de redes, ya
que cada sector tiene su vida y actividad propia, sin descartar la conectividad que deben establecer
con los otros sectores, sobre todo en la relación que deben mantener con las organizaciones y
actores de las áreas de financiamiento, capacitación y abordaje del mercado.
5.5.- Dinámica del Capital Social en las Organizaciones Rurales
Lo resaltante en esta configuración es la influencia que sobre el capital social ejerce el núcleo
familiar, se observó que cada individuo posee un entorno familiar, de amigos y conocidos, quienes a
su vez poseen su entorno propio, los cuales se construyen en base a los principios básicos de la
cultura e idiosincrasia de los habitantes de la zona montañosa, que potencialmente al agruparse son
portadores de capacidades y recursos en la organización rural, generando beneficios tanto en lo
económico como en lo social.
En este sentido, se establece la dinámica del capital social en las organizaciones rurales a través
de la conformación del grupo familiar en organizaciones productivas estructuradas como artífices
del desarrollo económico y social en el ámbito rural, integrando a las mismas los conocimientos y
herramientas primarios para el logro de este desarrollo, lo que tiene su incidencia en la producción.
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Esta conformación en organizaciones productivas va a permitir a los actores relacionarse con el
entorno, tanto cercano como distante, derivando en procesos de articulación a mercados de
productos y servicios, gestionando de esta manera la cooperación entre estas organizaciones, lo que
es favorable en el establecimiento de redes con incidencia en el desarrollo local. (Ver figura 7)
Figura 7. Dinámica del capital social en las organizaciones rurales
Fuente: Elaboración propia 2012.
Ahora bien, a través de la dinámica del capital social, se observó la dimensionalidad del mismo
en las organizaciones rurales, mostrando los elementos que permiten destacar la acción de la
pluriactividad en el establecimiento de las relaciones sociales y económicas.
Las dimensiones del capital social, (Nahapiet y Ghoshal, 1998) identificadas como ejes teóricos
conceptuales, se dividen en: dimensión estructural, posee como características la cohesión y la
diversidad. Con respecto a la primera, ésta lleva implícita las normas, reglas, valores y el aspecto
cultural que los actores de las organizaciones aportan. Se destacan también los derechos y
obligaciones, el intercambio, la transferencia de información y tecnología, elementos claves en la
conformación de redes organizacionales, como estructura para el desarrollo y la acción del capital
social. Son importantes también en esta cohesión estructural las redes sociales establecidas con
organizaciones dedicadas a la labor social, que generan confianza entre los actores involucrados.
Por tanto, un actor que sea central en una red de interacciones tendrá un mayor potencial para
establecer cohesión con otros actores debido a su ventaja de ubicación en la red. (Tsai y Ghoshal,
1998).
La dimensión relacional: se refiere a las características y atributos de las relaciones, como la
confianza y otros incentivos complejos que se derivan principalmente de la historia de los actores
en su entramado social. (Gulati y otros, 2000). Por tanto, esta dimensión señala en qué medida las
29
acciones económicas, sociales, políticas, culturales, son afectadas por la calidad de las relaciones
entre los actores (interna y externa).
En este sentido, cuando dos actores comienzan a confiar uno en el otro, aumenta su
predisposición a compartir recursos sin preocupaciones respecto a que el otro vaya a tomar ventaja,
en esto radica la dimensión relacional del capital social, que permite medir la capacidad de los
actores de relacionarse en la red.
Con respecto a la dimensión recursos: se refiere al grado en el cual los actores poseen recursos
valiosos. Adler y Kwon (2002:34), expresan:
La no consideración de los recursos como una dimensión del capital social,
conllevaría el riesgo de que dicho capital se convirtiese en un concepto con
escasa utilidad real, pues el valor que podrían proporcionar las relaciones que
el actor focal tiene, cuando los actores que conforman la red no tienen recursos
que movilizar, sería realmente escaso o nulo.
Para que las organizaciones puedan movilizar los recursos de sus contactos, deben tener
conocimiento de los recursos existentes en la red, e incluso tratar de cuantificarlos y asignarles
valor; de este modo, la creación de las redes podría estar motivada por la intención de las
organizaciones de acceder y poner en uso los recursos de los actores que se desenvuelven dentro de
estas organizaciones.
Es importante enfatizar que, esta dimensión no solo representa los recursos económicos
depositados en la red, sino el conocimiento que se tenga acerca de esos recursos, que permiten a las
organizaciones desarrollarse y participar en el mundo productivo globalizado. La tecnología, la
información, la comunicación y lo más relevante, el conocimiento que los actores desarrollen en
ellos es, por así decirlo, el poder que tienen en la red.
Ahora bien, tomando en cuenta las explicaciones de los ejes teórico-conceptuales del capital
social y su dinámica, con base en los autores revisados en el proceso de observación documental y
las observaciones empíricas, se obtuvo las siguientes implicaciones teóricas en las organizaciones
localizadas en el ámbito rural:
1.- El núcleo familiar en el mundo rural es el eje que mueve las relaciones sociales y económicas
que allí se dan, por tanto las características del capital social presente en ellas están matizadas por
las peculiaridades que cada grupo familiar posee, en donde develar los elementos constituyentes del
mismo permite su configuración dentro de la trama de relaciones sociales establecida.
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2.- En el ámbito rural la estructura de base del capital social, representada por las relaciones
entre los diferentes actores, se aloja en la unión de integrantes de los grupos que conforman este
ámbito, los cuales son los que aportan los valores, cultura e idiosincrasia que caracterizan esta
estructura social. Estos grupos representativos son la familia, la comunidad y las organizaciones.
3.- Dentro de la comunidad es factible el establecimiento de la confianza, pues existen
tendencias sistemáticas en ella que tienen que ver con sus experiencias históricas, con sus esfuerzos
por mejorar, con agentes externos facilitadores u obstructores. Esas tendencias inciden en los
comportamientos individuales que determinan un marco de condiciones favorables para configurar
y fortalecer el capital social dentro de las comunidades.
4.- En el ámbito rural las organizaciones se consolidan a través de la comunicación que se
establece entre sus integrantes, quienes están dispuestos a actuar en forma coordinada para lograr su
misión, las organizaciones funcionan mediante normas que han sido establecidas para el
cumplimiento de los propósitos. La dinámica de acción de las organizaciones en el ámbito rural,
está supeditada a las transformaciones que vayan ocurriendo en el entorno o a los negocios en los
cuales se desenvuelven debido a la producción o cosecha.
5.- Una de las características más notables en el ámbito rural es la pluriactividad, esta forma
relacional activa la presencia del capital social, como base para el establecimiento de la cooperación
entre los actores, y de esta manera, surja la posibilidad de crear y desarrollar una red de relaciones
que abarque desde los productores hasta las empresas encargadas de realizar el mercadeo de los
productos, obteniendo beneficios económicos y sociales para las comunidades rurales.
Estas implicaciones teóricas del capital social en las organizaciones localizadas en el ámbito
rural, permitió la configuración de redes sociales, bases estructurales para su fortalecimiento.
5.6.- Estructuras particulares (según la óptica de cada actor institucional)
Las siguientes estructuras fueron elaboradas por cada uno de los actores a los que se le realizó la
entrevista para explicitar la naturaleza del capital social del municipio, en ellas visualizaron lo que
consideran la direccionalidad y características de esta naturaleza.
31
Figura 8: Banco Agrícola de Venezuela (Actor 1)
Fuente: Elaboración propia con base en datos del representante de BAV 2009
El representante del BAV expresó a través de esta estructura que la naturaleza del capital social
presente en las organizaciones rurales del municipio está ligada o en relación estrecha con la familia
que es la base de las organizaciones rurales de la zona, las cuales poseen suficiente decisión y
autonomía. Apoyados por la organización de segundo grado gran Casa, para apropiarse de los
recursos que consideran les pertenecen por herencia generacional. Esta relación con Gran Casa les
ha permitido primero, tener acceso a beneficios con los cuales no contaban y segundo, optar por
créditos para su producción. Los recursos y el crédito para desarrollarlos los lleva a pensar en la
formulación de planes de desarrollo para obtener con ellos beneficios para el círculo familiar.
Figura 9: INAPYMI (Actor 2)
Fuente: Elaboración propia con base en datos del representante de INAPYMI 2009
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Este actor señaló que la naturaleza y alcance del capital social tiene su base en los núcleos
familiares, que posteriormente pueden o no desarrollarse como empresas familiares, dependiendo
de los objetivos que tengan, éstas empresas se convierten entonces en organizaciones de tipo
familiar, recibiendo el apoyo de Gran Casa, estableciéndose entre ellas relaciones de tipo intra e
inter organizacional que las lleva a implementar planes de desarrollo socioeconómico. Gran Casa
como organización posee sus normas y reglamentos que los hace extensivos a aquellas
organizaciones familiares que se les una.
Figura 10: FONCREI (Actor 3)
Fuente: Elaboración propia con base en datos del representante de Foncrei 2009
Para este actor la naturaleza y alcance del capital social tiene su base en las organizaciones
familiares, que poseen por ser dueños de la tierra, el conocimiento para trabajarla legado por
generaciones, pero que por ser de índole familiar tienen grandes necesidades de capacitación para la
gerencia. Estas organizaciones por supuesto se encuentran estrechamente relacionadas con Gran
Casa, quienes desarrollan para ellas proyectos de capacitación además de un programa social que
redundaría en una mejor calidad de vida para los integrantes de las organizaciones, estos programas
se han abocado, en este municipio, a proveer de condiciones dignas a los miembros de las
organizaciones afiliadas que lo necesiten. Gran Casa en su labor por brindar beneficios, busca desde
hace años establecer relaciones de cooperación con el sector universitario para que sean ellos
quienes elaboren los proyectos de capacitación, tomando en cuenta cada una de las necesidades de
las organizaciones.
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Figura 11: Gran Café Sanare (Gran Casa) (Actor 4)
Fuente: Elaboración propia con base en datos del representante de Gran Casa 2009
Esta organización de segundo grado, creada para afiliar a aquellas organizaciones rurales que se
encuentren en desventaja ante los mayores productores, considera que la naturaleza y alcance del
capital social en el municipio reviste de la importancia que la familia tiene como organización, por
ser éstas las dueñas absolutas de las tierras y por tanto las que deciden que beneficios buscar para
sus miembros. Gran Casa ha ido promoviendo en estas familias la organización en comunas, para
generar con ello la diversidad de la producción y obtengan como organización beneficios
económicos durante todo el año, por supuesto consideran que existen fallas con respecto a la
adquisición de conocimiento y tecnología y de allí se deriva una de las mayores necesidades que
poseen, pero al normar y reglamentar las comunas estarán en capacidad de establecer relaciones con
organizaciones, la universidad por ejemplo, que les brinden esta posibilidad de capacitación en
mejora de su calidad de vida.
Figura 12: Fundacafé (Actor 5)
Fuente: Elaboración propia con base en datos del representante de Fundacafé 2009
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Para el representante de la organización Fundacafé la naturaleza y alcance del capital social de
este municipio, tiene su base en las organizaciones familiares apoyadas por Gran Casa. Fundacafé
es la filial social de Gran Casa, se encarga de proveer beneficios sociales a los afiliados, están
conscientes que tienen un déficit en adiestramiento para brindarlo a las organizaciones rurales, lo
que los ha llevado a considerar la ayuda externa, pero a través de Gran Casa, en la relación que
establezcan con la universidad esperan superarlo, esto por supuesto redundaría en una mejor
organización con la finalidad de brindar mayor beneficio.
Figura 13: FONDAS (Actor 6)
Fuente: Elaboración propia con base en datos del representante de Fondas 2009
La naturaleza y alcance de las organizaciones rurales del municipio Andrés Eloy Blanco del
estado Lara, para el representante del Fondas, recae en las organizaciones familiares con el total
apoyo de las familias en rechazo a los intermediarios, que para ellos son los promotores de la
miseria económica en la que han vivido. Por ello han comenzado a conformarse en organizaciones
rurales, que con el apoyo de la organización cafetalera Gran Casa logran tener acceso a proyectos
que redundan en beneficios socioeconómicos para sus organizaciones. Gran Casa les ha presentado
la posibilidad de establecer relaciones de cooperación con la universidad para poder promocionar
estos proyectos, aumentando con esta alianza la calidad de vida de los miembros de estad
organizaciones rurales
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Figura 14: CVA-CAFÉ (Actor 7)
Fuente: Elaboración propia con base en datos del representante de CVA-CAFÉ. 2009
El representante de la CVA-café manifestó que la naturaleza y alcance del capital social de los
productores rurales del municipio Andrés Eloy Blanco del estado Lara, tiene su base en la tenencia
de la tierra, por ser de tradición cafetalera su finalidad es brindar apoyo económico a estas familias,
en este sentido han establecido una relación de cooperación con Gran Casa, quien como
organización de apoyo a los medianos y pequeños productores, se encargan del control y manejo de
los recursos, teniendo a Fundacafé como organización social de apoyo en procura de los beneficios
socioeconómicos de las organizaciones rurales del municipio. Gran Casa en su continua búsqueda
de mejoras para sus afiliados, se encuentra en conversaciones con el sector universitario para
proveer a las organizaciones de capacitación tecnológica en pro de una mejor calidad de vida.
Como se habrá notado, estas estructuras particulares según la óptica de estos siete actores,
permite verificar que la naturaleza del Capital Social de las organizaciones establecida en este
ámbito rural es de nexos familiares, que posteriormente lleva a establecer una relación direccionada,
a través del camino que estas organizaciones emprendan para consolidarse, a tener acceso al
mercado productivo y de servicios, lo que determina el alcance y tipo de relación con los actores de
su entorno.
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5.7.- Naturaleza y alcance del Capital Social (según la óptica de los integrantes de las
organizaciones rurales)
5.7.1.- Naturaleza del Capital Social
Se tomó la opinión de cinco representantes de las diferentes organizaciones rurales del
municipio, y un agricultor independiente, que no pertenece a ninguna cooperativa. La selección de
este grupo tuvo como finalidad: primero, constatar las ideas expresadas por los representantes de los
diferentes organismos en las entrevistas y, segundo, comparar las respuestas de los agricultores
pertenecientes a las cooperativas con las del agricultor que no pertenece a ninguna de ellas.
A través de la categorización, se abordó la dimensión estructural tomando en cuenta la cohesión
y la diversidad. La primera se mostró a través de las normas, reglas, valores (cultura) con elementos
de las redes como interacción e intercambio; de la segunda, en la presencia de lazos fuertes,
característicos de relaciones familiares, y débiles.
La naturaleza del capital social, según la opinión de los integrantes de estas organizaciones, es de
tipo comunitario, caracterizado porque su membresía no depende de un reclutamiento, sino que lo
conforman personas de vecindades estables asentadas en un territorio.
Con respecto a la dimensión estructural se observó que los productores agrícolas se reúnen en
organizaciones cooperativas, sus integrantes pertenecen a un círculo familiar y poco admiten la
presencia de otros socios, si no pertenecen a la zona agrícola y pecuaria en donde ellos trabajan.
Los jefes de familia son los encargados de organizar las cooperativas, pero la mayoría admite
que en cuanto a la búsqueda de los recursos para su labor agrícola, depositan su confianza en el
organismo Gran Casa, quien se encarga de facilitarles la adquisición de créditos, además de
ofrecerles beneficios sociales y económicos.
Tomando en cuenta en la categorización la dimensión relacional, aparecen relaciones
egocéntricas y verticales, así como horizontales y exocéntricas.
En cuanto a la dimensión relacional la naturaleza del capital social es vertical, pues expresaron
que dependen (la mayoría) de Gran Casa, que funge de líder, pues se encarga de realizar las
diligencias ante los organismos competentes para la asignación de créditos y ayudas.
Se limitan a establecer relaciones económicas con otras organizaciones. Esto se evidencia en
cuanto que no necesitan de personas extrañas a ellos para hacer funcionar sus organizaciones. Sin
embargo el grado de confianza que se genera entre los integrantes de la cooperativa es elevado.
37
El aporte económico para los beneficios sociales lo envían a Gran Casa, que se encarga, a través
de Fundacafé, de invertir para obtener beneficios sociales, educativos y culturales para los
integrantes de las organizaciones inscritas en Gran Casa.
Es limitada la dimensión relacional, la información de lo que acontece en el mercado la reciben a
través de Gran Casa. Quienes no se encuentran alineados con este organismo, no se encuentran
plenamente informados de lo que sucede. Solo cuando llegan estos informes, muy retrasados para
aquellos productores, como el caso del actor 6, que no bajan frecuentemente a las zonas más
pobladas, donde existen organizaciones, es cuando se dan por enterados. Aquí se observa el
paternalismo que ejerce el Estado a través de la organización Gran Casa.
En relación a la dimensión recursos, se hace presente la comunicación, la información, la
tecnología y, por supuesto, lo económico.
En este sentido, respecto a los recursos, los productores están conscientes que poseen el recurso
mayor: la tierra. Pero como su estructura es cerrada con respecto a su relación con otras
organizaciones, la mayoría de las veces no manejan ese recurso con un cien por ciento de
rentabilidad. La organización con Gran Casa les ha permitido tener acceso a fuentes de información
que les ha permitido avanzar en cuanto a organizarse como cooperativa y maximizar su trabajo y
producción.
La ayuda tecnológica que pueden recibir de otras organizaciones para administrar sus recursos,
ser ve imposibilitada por la poca disponibilidad que estas cooperativas tienen en relación a no
permitir el acceso de otras organizaciones, para proporcionarles ayuda. Sin embargo reconocen que
si Gran Casa maneja estas relaciones, ellos pueden salir beneficiados, ya que no interfiere con su
trabajo agrícola.
En resumen, el peso que la mayoría de estas organizaciones le otorgan a Gran Casa, permite
visualizar que dependen de ella en un grado importante para realizar cualquier actividad económica.
5.7.2.- Alcance del Capital Social:
El alcance del capital social de las organizaciones rurales presenta características de tipo unión
(bonding) según la definición de Granovetter (1973), predominada por la relación cara a cara,
familiar, propia de los lazos fuertes.
Se establece el alcance también, en menor medida, en la relación entre organizaciones, pero
específicamente del mismo municipio, y esto a través de Gran Casa, típico de las relaciones tipo
puente (bridging), que se basa en la confianza, cooperación y reciprocidad establecida por los
38
diferentes sectores productivos en donde una organización de segundo grado es la que lidera las
transacciones comerciales.
Se detectó también la relación tipo escalera (linking), pero solo a nivel de las organizaciones con
Gran Casa, no entre ellas mismas. Siendo ésta una relación vertical, en donde, los actores en
posición desigual establecen una relación asimétrica y dependiente con Gran Casa, con respecto a la
comercialización y a la distribución de los beneficios.
El alcance es egocéntrico, con respecto a su relación con Gran Casa, que se ha convertido para
los productores del municipio Andrés Eloy Blanco en el pilar para el logro de créditos y beneficios.
Las organizaciones rurales intercambian bienes y servicios con su entorno más cercano
(organizaciones del mismo municipio), pero cuando el alcance es más allá de este entorno (con
otros municipios) la realizan a través de Gran Casa, sobre todo cuando deben transportar sus
cosechas.
Los integrantes de las organizaciones, no han permitido que otros actores, como la universidad,
establezcan una relación de cooperación con ellos, para fortalecerlos en la parte tecnológica, que los
ayudaría a aumentar su capacidad productiva. Sin embargo en los últimos 2 años, han permitido que
Gran Casa, inicie relaciones de trabajo con la universidad, para así obtener beneficios en función
del desarrollo agrícola del municipio.
Estas características de la naturaleza y alcance del capital social concuerdan con el aporte dado
por los representantes de los actores institucionales que mantienen relaciones con las organizaciones
rurales.
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CONCLUSIONES
La configuración de una red de relaciones socioproductivas como acción del capital social
presente en las relaciones de los actores de las organizaciones localizadas en ámbitos rurales, se
presentó en este estudio como una alternativa de crecimiento organizacional con incidencia en el
desarrollo de la localidad.
La identificación de los ejes teóricos-conceptuales del capital social y su dinámica de acción
permitió visualizar, a través de su naturaleza y alcance, la posibilidad de constatar y configurar una
red de relaciones socioproductivas en donde los actores de las organizaciones rurales establecen
relaciones más estructuradas con actores del entorno, incidiendo esto favorablemente en el
desarrollo de sus localidades.
La configuración de la red identifica los elementos que la conforman, clasificando a los actores
en sectores productivos, permitiendo con ello el establecimiento de tramas presentes y futuras de la
red, fruto de las relaciones entre los actores e integrantes de las organizaciones rurales.
El establecimiento de la operatividad de esta red, tiene su base en la elaboración de proyectos
productivos, realizados bajo una metodología que permite una dinámica de interrelación con los
productores rurales y los actores encargados de la transferencia de conocimiento, tecnología e
información.
Finalmente, el estudio descriptivo realizado permitió la identificación de la estructura, la
naturaleza y alcance de la red, animada e impulsada por el Capital Social presente en las relaciones,
así como visualizar las posibilidades de ocurrencia de la operatividad cierta de la red.
El análisis estructural donde se establecieron las variables clave que condicionan la red, permitió
visualizar el sin número de posibilidades de relacionamiento de las variables a través de sus
influencias y dependencias directas e indirectas, enfatizando a través de las categorías establecidas
los condicionamientos generados según la óptica de los involucrados.
Es importante acotar que, entre las estructuras y relaciones establecidas, la de los valores
asociados a la organización reviste especial importancia, ya que condicionará el entramado de
relaciones sociales, impregnándolo de la idiosincrasia que los actores sociales imprimen en los lazos
que impulsan la configuración de la red. Otros elementos son también determinantes, (recursos,
financiamiento, mercados, capacitación) porque no pueden desligarse de la configuración del
sistema socioeconómico y de la influencia de las políticas y del desarrollo concreto del territorio.
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La identificación y abordaje de los actores permitió entrever sus expectativas. Los que resultan
dominantes dentro de esa configuración tendrán la acción principal dentro de la organización de las
diferentes relaciones que se establezcan, pero no hay duda de la existencia de limitaciones que
deben superar.
La construcción y configuración de una red de relaciones socioproductivas de las organizaciones
rurales con posibilidades de permanencia, se debate entre posturas que surgieron en la
interpretación de las categorías, resultando tendencias tanto optimistas como pesimistas, que
investigaciones posteriores, orientadas a su fortalecimiento, deberán deslindar.
Sin embargo, en el análisis realizado por los actores, se observa una mayor ocurrencia en sus
testimonios y explicaciones, de tendencias optimistas, que engloban los valores culturales asociados
a las organizaciones y la posible influencia que estiman tendrá la situación económica del país en el
desarrollo de las mismas.
En la trama de relaciones socioeconómicas de estas organizaciones, se complementan, por un
lado los actores institucionales que le dan fuerza a las políticas adelantadas con sentido social y por
el otro se muestra la fortaleza del capital social dentro de la red; ambos en convergencia representan
las relaciones socioeconómicas de los actores y sus consecuencias e influencias capaces de
desencadenar esta acción del capital social en las relaciones establecidas y por establecer entre estos
actores rurales, para sí mismos y con su entorno.
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