MENSAJE A LOS JÓVENES GRADUADOS 20 de junio de 2013 “Que todos seamos uno” es la divisa de la generación los jóvenes que hoy terminan su preparatoria y su formación en el Instituto Mater. Hoy es día de fiesta y de celebrar que jóvenes tan distintos, con características diferentes y potencialidades diversas, tienen en común anhelos de vida y de crecimiento para ellos, ellas y sus familias. Ellos y ellas han vivido un tiempo de transición del Instituto Mater, en este sentido, han aprendido en la práctica, lo que Sofía dijo alguna vez, a mediados del siglo XIX, después de haber vivido la época del Terror, la era Napoleónica y las sucesivas restauraciones de la República Francesa: “los tiempos cambian y nosotras tenemos que cambiar con ellos”. Estos jóvenes vivieron su Primaria en un tiempo de seguridad y con solidez de la economía de Nuevo León; en su tiempo de Secundaria conocieron lo que es una ciudad sitiada por el miedo y las amenazas de un poder que pretende ser mayor que el Estado; en su época de Preparatoria han conocido como los seres humanos en comunidad podemos ser resilientes, sobreponernos a la adversidad, es decir, la violencia, el terror, la pobreza y la desigualdad como nuevos jinetes del Apocalipsis no tienen la última palabra. Ellos y ellas han transitado su tiempo de educación en una institución que busca siempre el bien común, que le apuesta a la esperanza y que toma las mejores herramientas humanas para construir y reconstruirse desde la fe centrada en Jesús. Una fe donde decimos con convicción que la muerte, en cualquiera de sus formas, no tiene la última palabra. Esa es la razón de la divisa, no importa que tengamos modos de ser diferentes o que transitemos por circunstancias diversas, ellos y ellas saben que todos somos uno si miramos a los otros desde el corazón, desde la compasión, desde el perdón, desde la comunión. Queridos jóvenes, su tiempo de preparatoria ha sido también de transición, vivieron situaciones nuevas como la Misión Intercolegial en SLP y la Misión de Adviento a la Granja Hogar, la experiencia laboral en su último semestre, el pilotaje de la Pedagogía del Perdón y la Reconciliación, la mejora de los índices de aprovechamiento académico, también tuvieron en su último año el cambio de dirección de preparatoria. Quiero agradecer a los padres y madres de familia la confianza que han tenido en el Instituto Mater. Esta noche quiero agradecer, de modo especial, Daniel y Alicia, papá y mamá de Daniel Bortoni, nosotras, las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús, en 1994 dijimos que una parte importante de nuestra misión es defender y hacer crecer la vida, quiero pedir un aplauso especial para ella y él, porque durante este año yo he visto como han defendido y han hecho crecer la vida de Daniel, y junto con él, el equipo de trabajo de la Preparatoria ha crecido en sabiduría y defensa de la vida. Ellos representan a los papás y mamás de esta generación que defienden y hacen crecer la vida. Los jóvenes de hoy tienen herramientas diferentes a los jóvenes de hace una década, ya tienen en su poder toda la posibilidad del internet y las redes sociales, sigan utilizándolo con responsabilidad. Y tienen también lo que todos los jóvenes de todas las generaciones tenemos: deseos de tener un lugar en este planeta, dejar una huella positiva en ella. A partir del verano iniciarán una nueva etapa de vida y se van con el aprendizaje de llevar en su bagaje cultural una ética cristiana con valores concretos: la transparencia, la honestidad, la inclusión, la solidaridad, el respeto, la responsabilidad sobre el planeta, la admiración por culturas diferentes, la innovación académica. Agradezco también sus gestos de rebeldía desde la perspectiva de construir una casa para todos,un espacio habitable donde todos y todas quepan, ustedes ya comenzaron a experimentar la vivencia de su divisa “Que todos seamos uno”. ¡Dios les siga bendiciendo y con esa bendición sigan construyendo la casa común! ¡Gracias! Silvia Canto Celis, rscj