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Guía sumaria
de documentaciones e
ideas sobre mayo del 68
HORACIO SÁENZ GUERRERO *
H
ASTA el 10 de julio estará abierta, en el Museo de Historia
Contemporánea, instalado en el Hotel Nacional de los Inválidos, en París, la gran exposición de mayo de 1968. La iniciativa
ha determinado reacciones de disgusto en sectores tan concretos
como amplios de la sociedad francesa —más exactamente
parisiense— por varias razones. Una, porque la Biblioteca de Documentación Internacional Contemporánea, que ha proporcionado
todo el material expuesto en el Hotel de los Inválidos, dispone de
salas de exposición propias, con museo de historia contemporánea
añadidp, en la mismísima Universidad de Nanterre, por lo que no
se comprende que haya renunciado, para la exhibición pública, a
tan significativo lugar. La otra razón estriba en que, hasta ahora,
en los Inválidos se rendía homenaje a las tradiciones militares y ftl
amor patrio.
El desagrado se desvaneció pronto porque la sociedad francesa,
en general, pese a lo mucho que le encanta llamar la atención
mundial, incluso con lo que aconsejablemente debería olvidarse,
advirtió enseguida que la exposición congregaba reliquias de las
naturalezas! más diversas cuyo conjunto venía a poner de manifiesto la insoportable levedad —parafraseando a Kundera— de los
28 días de mayo que durante un rato se creyó que iban a estremecer
al mundo y que, macerado todo por el tiempo, sólo han movilizado
evocjaciones sentimentales y, por supuesto, los devocionarios de
los izquierdistas de ahora que no quieren perder su filiación.
Son algp más de quinientos los documentos que se exhiben,
desde panfletos, pasquines, octavillas, lemas para gritar e instrucciones para actuar, hasta páginas de periódicos o meros recortes.
Pero no sólo hay papel impreso. Hay fotografías, muchas fotograEL
fías, adoquines y picos, los dos creadores de las barricadas.
PERFIL
La evoqáción que todo ello permite no es otra que la de faciliDE UN A
tarnos
precisar el perfil de una revuelta estudiantil que, de un
REVUELTA
modo
claro,
consiguió algo concreto: el derrumbamiento de un
ESTUDIANTIL
gobierno que se consideraba permanente y estaba muy satisfecho
de sí mismo.
Recomiendo al lector que se haga con el catálogo del certamen.
Bien concebido, refleja lo que el movimiento tuvo de seísmo so-
* Logroño, 1923. Periodista.
Premio Príncipe de Asturias de
Comunicación, 1987.
cio-político que se extendió por Europa y América; en Alemania,
el estallido 'de un anarquismo deslumhrado que casi cuesta la
muerte a su líder Rudy Dutschke, víctima de un atentado; en
Holanda, la aparición de los «provos»; en Méjico, la manifestación de estudiantes —nada menos que 50.000— que había de
costar la vida a 50, cifra aterradora que demuestra la jiaturaleza
violenta y arbitraria de un país —la mentirosa democracia mejicana— frente al ejemplo francés de un solo muerto, y río precisamente como consecuencia de los encuentros con las fuerzas del
orden, cuya entereza, paciencia y nervios templados no lian tenido
precedente en la historia moderna de Europa.
La marea de publicaciones y libros que, sobre todo en Francia,
naturalmente, se ha lanzado sobre la curiosidad del publico, ha
sido muy abundante, lo cual demuestra que el fenómeno del 68
—aquella inmensa juerga en la que no faltó el ingenio y la capacidad de poner en ridículo a Mitterrand (ministro) y a S^rtre (gurú
cuyo izquierdismo oportunista no fue agradecido)— es, a los veinte
años, un fenómeno de muchas interpretaciones, pero de pocas
vigencias que no sean iconográficas.
En España, la primera obra que se ha editado —lo ha hecho
Muchnick, en Barcelona— se titula «La primavera de París», su
autor es Michel Sitbon y consiste en una cronología gráfica de los
acontecimientos del mes que, pese a los encontronazos de las calles y a las asambleas de Nanterre y la Sorbona, tan jagitadas y
vociferantes como sexualmemte activas, siguió siendo el mes de las
flores. Los textos comienzan con una frase de Mendés-France
—más bien discutible— y otra de Charles de Gaulle,' en la que se
demuestra que la gran obsesión de la «grandeur» ya le h¿bía hecho
perder de vista la realidad. A primeros de 1968 dice ver el año con
absoluta confianza, muy particularmente porque se puede esperar
mucho de los jóvenes.
Las últimas páginas del volumen —que recomiendq— recuerdan, siempre con el respaldo de fotografías, la manifestación del
millón de franceses que expresa su adhesión al general y la otra
manifestación, ésta de automovilistas, que precipitará el olvido
casi fulminante del motín, porque, dígase lo que se diga, estuvo
muy lejos de ser revolución. En esa otra manifestación,¡cientos de
miles de franceses marchan a disfrutar del fin de semana de Pentecostés.
Por cierto que el editor Muchnick ha incluido en;el libro la
historia asombrosa de cómo fueron confiscados por la guardia civil
de aduanas los fotolitos procedentes de Francia que ¡debían ser
empleados en la impresión del libro. Se pretendía hacer en Barcelona una doble edición, para Francia y para España. Los franceses
renunciaron al plan, duplicaron los fotolitos e hicieron su edición
y, después, los pasaron a España. Se perdió trabajo, se pbrdió dinero
y se comprobó hasta qué punto es posible actuar con necedad y
daño aplicando el reglamento como «zombies».
Para orientación del curioso o del estudioso, los libros que han
generado la conmemoración y que me han parecido! de mayor
interés, son:
PRIMERA
OBRA
EDITADA
EN
ESPAÑA
«L'État face a la crise», de Maurice Grimaud, hace veinte
años pfefecto de policía de París. Se ha dicho de la obra que
es una extraordinaria lección de cosas sobre el funcionamiento de la sociedad.
«Vingt ans aprés, que reste-t-il de 68?», d'Henry Weber
(Seuil,! 224 págs., 89 francos).
— «19Í68 dans le monde», de David Caute (Laffont, 448
páginas, 135 francos).
— «Mai 68, histoire des événements», de Laurent Joffrín
(Seuil,: 377 págs., 35 francos).
— «Journal de la commune eludíante, textes et documents
novenibre 1967-juin 1968» (Seuil, 822 págs., 250 francos).
— Colección de los «Douze números introuvables de 1968
du journal «L'Enragé», reedición en facsímil efectuada por
Pauvert et Cié, 64 francos. Otro facsímil atrayente es el im
preso por «La documentation francaise» que ilustra ocho
momentos claves de mayo del 68 definidos por la prensa de
aquel ^iempo, la prensa paralela, pasquines y «graffiti». La
presentación es de Marc Ferré. 75 francos.
— «L'Enthousiasme», de Daniel Rondean (éditions Quai
Voltaite).
— «Mai en héritage», de Elisabeth Salvaresi (éditions Syros/
Alteniative).
— Las mociones asamblearias han sido reunidas y clasifica
das en; las 882 páginas del «Journal de la Commune étudiante», de Alain Schriapp y Fierre Vidal-Naquet (Seuil, colec
ción «L'Univers historique», 362 de las mociones están
comentadas).
— «Mai si», de Bensaid y Krivine (ediciones La Breche).
— «Mai 68», de Roger Martelli (miembro del PC) (edicio
nes so;ciales).
— «La France de 68», por Alain Delale y Gilíes Ragache
(Seuil).
— «Mai de 68, histoire des événements» (Points/Seuil).
— «États-Unis 68» (Complexe).
—«1968 dans le monde», de David Caute (Laffont).
— «IVÍai 68 et la question de la révolution», de Fierre de
Hempel (La Boulangerie).
— «IVÍai 68, l'entre-deux de la modernité, Histoire de Trente
Ans»,i de Jacques Capdevielle y Rene Mouriaux —de la
Francie des barricades a'celle de la cohabitation— (Presses de
la Foñdation Nationale des sciences politiques).
— «Qénération I. Les années de revé; II. les années de poudre», !(Seuil).
Todos los periódicos de Europa —y en España lo han hecho de
modo muy brillante— han publicado muchas páginas y varios
suplementos, algunos menos importantes de lo que cabía esperar,
como en el baso de «Le Monde», y otros muy notables, como el de
«Liberation», cuya originalidad está fuera de lo común. Da una
interpretación de los 20 años —1968-88— pero no se refiere ni
una sola vez a los hechos de mayo, sino a sus herencias y a las del
decenio.
Aparte textos cuyos contenidos son fácilmente deducibles
(Henry Weber, por ejemplo, propone una cita para 1998: «será
entonces —dice— cuando el balance de mayo podrá hacerse verdaderamente. Continuará... No fue más que un principió. El debate
continúa»). Hay otros que documentan de un modo menos
etnocéntrico el hecho de que 1968 fue una conmoción de enorme
universalidad: guerra de Vietnam, asesinatos de Martín Lutero
King y de Robert Kennedy, actuaciones de MacCarthy y Wallace,
la fugaz Primavera de Praga, las revueltas de Chicago, los dos
millones de muertos de Biafra, la matanza de Méjico -+-ya citada
al principio— la Women-lib, la expansión del izquierdismo en los
sectores más snobs y «divinos» de todas las sociedades occidentales, con Nueva York en primer término, quizá porque^ como había
dicho Cohn Bendit —un «météque» impertinente que, por
excepción, los franceses consideran suyo— el izquierdismo no era
otra cosa que el remedio a la enfermedad senil del comunismo.
Para ambientar algún tipo de conclusión, que confeccionaré
aunque lo considere innecesario porque los miles de actuaciones
«mediáticas» han proporcionado recuerdos, motivos dé reflexión
y elementos de juicio a todos los interesados, me parece instructivo,
al menos, refrescar algunos de los «graffiti» que expresaron mejor
que nada las ideas de los turbulentos estudiantes del 68: «Corre,
camarada, el viejo mundo te persigue»; «Desabotonaos el cerebro
con tanta frecuencia como la bragueta»; «Mis deseos son la
realidad»; «Basta de iglesias»; «No cambiemos de patrono, cambiemos el empleo de la vida»; «Un "poli" duerme en cada uno de
nosotros; hay que matarlo»; «Tenemos una izquierda prehistórica»; «Vivid sin tiempos muertos, gozad sin limitaciones»; «Soy
marxista, tendencia Groucho»; «Un pensamiento que se estanca
es un pensamiento que se pudre»; «La burguesía no practica más
placer que el de degradarlos todos»; «Todo el poder absoluto abusa
absolutamente»; «Sed realistas: pedid lo imposible»; «Esto no es
una revolución, sire, es una mutación»; «Trabajador, tú tienes 25
años, pero tu sindicato es del siglo pasado»...
Las conclusiones pueden ser diversas. Para mí, dígase lo que se
diga sobre el enorme «atrezzo» de la rebelión y pese a la honda
huella cultural que los 28 días de mayo dejaron en los jóvenes
—sólo en los mejores, pocos— del «baby boom» que fueron sus
protagonistas, la dimensión mitológica, que es lo que queda para
las generaciones siguientes, es prácticamente inexistente. Piénsese
que aquel mes no ha generado ni una obra literaria respetable ni
una película de igual calidad. Mejor dicho, no ha generado nada. El
psicodrama se acabó en sí mismo. La iconografía gráfica es
significativamente convencional, periodísticamente primaria y gacetillera. Quizá porque no hubo tragedia ni hubo verdadero heroísmo. Todo fue muy fácil, una revolución vacía. Se ha dicho con
razón que define la esencial falta de nervio creador del 68 la circunstancia de que las expresiones culturales que podrían ser consideradas como más próximas al mayo —el rock,4a nouyelle vague y
le nouveau román— son anteriores: vive de las rentas movilizadas
—ésas sí, revolucionariamente— en el decenio del 55 al 65.
Tampoco políticamente dio pasos serios. El «happening» era
LAS
FRASES
DÉLA
REVUELTA
demasiado divertido para pensar en que estaba el poder abandonado. La violencia practicada no se desbordó subversivamente como
querían con i tremendos ataques de ira impotente los bolcheviques
que anhelaban secuestrar el Elíseo.
PROVOCACIÓN
GIGANTESCA
DE UNA
GENERACIÓN
Acaso se | trató de una provocación gigantesca de toda una generación. La creadora de un espacio nuevo para la que se ha convenido en llamar la sociedad civil: el de su reconocimiento como
ente libre. Por lo demás, como ha dicho Montanelli, los pretextos
de aquella ola literaria eran tanto más paradójicos cuanto que en
las sociedades del Este, en las cuales la opresión se daba con todo
su peso y la libertad brillaba por su ausencia, no se produjo ni una
sombra de Ips hechos de 1968. Añade el gran periodista italiano,
aunque ahora me tomo la libertad de hacer un corte a mi gusto,
que el tercer fruto de aquel mayo fue una generación de borricos
que, por desgracia, al llegar a las cátedras (los pocos que han llegado
a'cátedraS serias —aclaro yo—), están intentando preparar una
nueva generación de borricos...
No pocos opinan igual.
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