Universidad Católica, evangelización y cultura

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UNIVERSIDAD CATÓLICA,
EVANGELIZACIÓN
Y
CULTURA
+ Ángel Garachana Pérez, CMF
Obispo de San Pedro Sula
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ÍNDICE
Introducción
1. Preocupación de la Iglesia por la cultura en los últimos años.
2. La cultura y su evangelización en Aparecida.
3.
2.1.
Desde nuestro “observatorio de la realidad” (Ver).
2.2.
Desde nuestra “casa de espiritualidad” (Juzgar).
2.3.
Desde nuestro “centro de proyección pastoral” (actuar).
Profundizamos algunas enseñanzas de Aparecida.
3.1.
Por qué damos importancia a los cambios culturales.
3.2.
Ubicación del tema: las mediaciones formadores de cultura.
3.3.
La Universidad Católica y la cultura.
2
UNIVERSIDAD CATOLICA, EVANGELIZACION Y CULTURA
Introducción
“Evangelizar constituye la vida y la vocación propia de la Iglesia, su identidad
más profunda” (EN.14). La evangelización es una realidad “rica, compleja y
dinámica” (EN.17) pero podemos afirmar que su núcleo consiste en el anuncio y
testimonio de “el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio
de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios” (EN.22).
La finalidad de la evangelización es “convertir al mismo tiempo la conciencia
personal y colectiva de los hombres, la actividad en la que ellos están
comprometidos, su vida y ambientes concretos” (EN.18). La evangelización
alcanza su plenitud cuando, pasando por la transformación de los corazones, llega
a la transformación de la cultura (Cfr EN. 19-20). “Una fe que no se hace cultura
es una fe que no fue plenamente recibida, no enteramente pensada, no fielmente
vivida” (Juan Pablo II. Carta al Secretario de Estado. 1982).
Ahora bien, “según su propia naturaleza toda Universidad Católica presta una
importante ayuda a la Iglesia en su misión evangelizadora. Se trata de un vital
testimonio de orden institucional de Cristo y de su mensaje, tan necesario e
importante para las culturas impregnadas de secularismo o allí donde Cristo y su
mensaje no son todavía conocidos de hecho” (ECE. 49).
La Universidad Católica es un medio y un ámbito privilegiado de la relación entre
el Evangelio y la cultura. “Por el encuentro que establece entre la insondable
riqueza del mensaje salvífico del Evangelio y la pluralidad e infinidad de campos
del saber en los que la encarna, permite a la Iglesia establecer un dialogo de
fecundidad incomparable con todos los hombres de cualquier cultura” (ECE. 6).
1. Preocupación de la Iglesia por la cultura en los últimos años.
El interés y preocupación de la Iglesia por la evangelización de la cultura viene de
lejos. Aparecida recoge una profunda y sistemática enseñanza del magisterio, de la
reflexión teológica y de la experiencia pastoral. Me limito a señalar unos
documentos del magisterio universal y del magisterio de la Iglesia
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latinoamericana, ya que la finalidad de esta conferencia no es hacer un estudio
histórico de la doctrina sobre esta cuestión.
 Juan XXIII. Es el Papa del “aggiomomento”, profeta de paz y esperanza en
los nuevos tiempos, frente a los “profetas de calamidades; el Papa del
Vaticano II”. (Anexo 1).
 Vaticano II. GS. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco
en el corazón de la Iglesia. Es la persona entera la que hay que salvar. Por
tanto, es deber permanente de la Iglesia escrutar los signos de los tiempos.
(Anexo 2)
 Pablo VI: nos ha dejado dos cartas pastorales preciosas por su contenido y
por su estilo:
o Ecclesiam suam: la llamada al camino y método pastoral del dialogo
con el mundo en el que le toca vivir a la Iglesia. (Anexo 3).
o Evangelii Nuntiandi: sobre la evangelización de la persona y de la
cultura en el mundo contemporáneo. (Anexo 4).
 Juan Pablo II invita a la Iglesia a encarnar el evangelio en las diversas
culturas y a introducir a los pueblos con sus culturas en su misma
comunidad. Lanzó el proyecto de la “nueva evangelización” que pretende
realizar esta evangelización de las culturas e inculturación del evangelio.
(Anexo 5).
El magisterio de la Iglesia latinoamericana, en sintonía con la Iglesia universal, ha
reflexionado sobre esta problemática en sus Conferencias Generales:
 Medellín. No tiene un apartado específico dedicado a “la cultura”. En el
capitulo 4, dedicado a la “educación”, encontramos bastantes referencias a
la cultura.
 Puebla. Inspirándose en la “Evangelii Nuntiandi”, reflexiona sobre la
cultura y las culturas y afirma la opción pastoral de la Iglesia de A.L por la
evangelización de la propia cultura. (Anexo 6).
 Santo Domingo. Todo el capitulo III de la 2ª parte está dedicado a la
“cultura cristiana”: cultura, inculturación, cultura afro e indígena, nueva
4
cultura, la acción educativa, comunicación social, etc. Esta Conferencia
aborda de una manera sistemática y amplia los diversos aspectos implicados
en la relación cultura y evangelización. (Anexo 7).
2. La cultura y su evangelización en Aparecida
Los discípulos misioneros reunidos en Aparecida quisimos que la V Conferencia
General del Episcopado Latinoamericano fuera “un observatorio de la realidad,
una “casa de espiritualidad” y “un centro de proyección pastoral”.
¿Qué tratamiento recibió “la cultura y su evangelización” en cada uno de estos
lugares? Veámoslo.
2.1 Desde nuestro “observatorio de la realidad” (ver)
 Cambios grandes, profundos, globales y complejos
n. 33: Realidad marcada por grandes cambios que afectan profundamente.
n. 34: Con alcance global, afectan al mundo entero.
n. 35: Integrales: afectan todo ámbito de la vida, cultural, social, religioso.
n. 36: Cambios muy complejos que desbordan y hacen difícil dar sentido.
n. 39: Dificultad de “transmisión” de los valores, incluidos los religioso, a
través de la educación y de la familia, a causa de estos cambios.
 Cambio cultural, el más profundo
n. 43: Este cambio “impacta, antes que a cualquier otra dimensión, a la
cultura…”
n. 44: Vivimos un “cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural”
(Desarrollo 43-59).
 Nos preguntamos: ¿qué hacer?
n. 11: Repensar y relanzar su misión, no replegarse. Confirmar, renovar,
revitalizar la novedad del Evangelio.
n. 12: No resistiría el embate de estos cambios una fe… Recomenzar desde
Cristo.
n. 41: Necesitamos recomenzar desde Cristo:
 Hacernos discípulos… Seguimiento.
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 Hacernos misioneros para llevar a Cristo a la cultura, ya que Él es su centro
y su profundidad.
2.2 Desde nuestra “casa de espiritualidad” (juzgar)
Desde nuestra casa de espiritualidad, contemplamos los cambios descritos con
ojos de fe y corazón compasivo para escuchar lo que Dios quiere decirnos, pues
sabemos que la situación histórica se convierte en mediación teologal, en
revelación de Dios. “Como discípulos de Jesucristo nos sentimos interpelados a
discernir los signos de los tiempos, para ponernos al servicio del Reino anunciado
por Jesús” (33 y 367).
Más aún, Aparecida afirma que la Iglesia realiza este discernimiento “a la luz del
Espíritu Santo” (33) y “en fidelidad al Espíritu que la conduce” (367).
 Ante la crisis de sentido global y unitario de la propia vida y de la historia
común (37), con incertidumbres en el corazón, nos preguntamos como Tomás:
“¿Cómo vamos a saber el camino?” (Jn. 14,5) (101).
Jesús nos responde con una propuesta provocadora: “yo soy el camino, la
verdad y la vida” (Jn. 14,6). Sí, “en Cristo Palabra, Sabiduría de Dios, la cultura
puede volver a encontrar su centro y su profundidad, desde donde se puede mirar
la realidad en el conjunto de todos sus factores” (41) (Capítulo 3. La alegría de ser
discípulos misioneros).
 Ante el surgimiento actual de “una sobrevaloración de la subjetividad
individual”, de los derechos individuales y de la satisfacción inmediata de los
propios deseos, sin preocupación ética por los derechos sociales y solidarios (44),
Aparecida nos recuerda el llamamiento de Jesús a su seguimiento. “Jesús
invita a encontrarnos con Él y a que nos vinculemos estrechamente a Él” (131).
Esta vinculación radical y absoluta nos saca del “yo cerrado”, del subjetivismo
para constituirnos como sujetos en relación con el Tú absoluto de Jesucristo
(Capítulo 4. La vocación de los discípulos misioneros a la santidad).
 Ante la globalización “excluyente” de los pobres (65), conducida por una
tendencia que privilegia el lucro… y la concentración de riquezas” (62) y pone la
ciencia y la técnica al servicio del mercado “con los únicos criterios de la eficacia,
la rentabilidad y lo funcional (45).
6
Los discípulos de Jesús están llamados a la comunión, al amor fraterno y al
servicio mutuo. “La fe en Jesucristo nos libera del aislamiento del yo, porque nos
lleva a la comunión”. Y “no hay discipulado sin comunión” (156). La comunión
se ejercita en las relaciones fraternas de amor, perdón, ayuda, solidaridad,
servicio, etc. según el mandamiento del Señor (161). Así la Iglesia es misionera
“por atracción”. Atrae por la fuerza del amor testimoniado (159) (Capítulo 5. La
comunión de los discípulos misioneros en la Iglesia).
 Ante la cultura de la información desbordante que deja una sensación
de ansiedad y de inseguridad, que se quiere subsanar con más información de
último minuto, en vivo y en directo. Y ante la cultura de la distracción, de la
superficialidad y de la diversión (39).
Aparecida apuesta por la formación. “La vocación y el compromiso de ser hoy
discípulos y misioneros de Jesucristo… requiere una clara y decidida opción por
la formación de los miembros de nuestras comunidades” (268). Esta formación ha
de ser integral, kerigmática y permanente (279), respetuosa de los procesos de las
personas y comunidades (281) y acompañada (282). (Capítulo 6. El itinerario
formativo de los discípulos misioneros).
2.3 Desde nuestro “centro de proyección pastoral” (Actuar)
Interpelados por el cambio cultural, tan intenso y extenso, y con la conmoción
misionera de un renovado Pentecostés, los obispos propusimos en Aparecida
cuatro amplias y luminosas líneas de acción para incidir profundamente en la
nueva cultura, de manera que lleve las marcas de una “cultura de la justicia, de la
solidaridad y de la vida”.
La cuarta línea de acción (Cap. 10) lleva por título “nuestros pueblos y la
cultura” y arranca de una reflexión sobre “la cultura y su evangelización”. Les
presento las ideas principales:
 La cultura representa el modo particular con el que los pueblos cultivan
su relación con la naturaleza, con los demás, con ellos mismos y con Dios.
 Miramos con empatía las distintas culturas de nuestros pueblos.
 La fe ha animado la vida y la cultura de nuestros pueblos durante
siglos. La fe sólo es adecuadamente profesada, entendida y vivida cuando
penetra profundamente en el sustrato cultural de un pueblo.
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 Con esta inculturación de la fe, la Iglesia se ha enriquecido con nuevas
expresiones y valores.
 Este patrimonio se ve confrontado hoy con la nueva cultura de cambios
profundos, rápidos y globales.
 Ante este cambio muchos están desorientados. La Iglesia aportará luz y
seguridad, denunciando los modelos antropológicos incompatibles con la
dignidad humana y anunciando a Jesucristo como la verdad última del ser
humano.
 El evangelio no puede prescindir de la cultura actual. Es necesario
conocer, evaluar y asumir cristianamente la nueva cultura y anunciar a los
hombres de esta cultura el evangelio de Jesucristo. Mirar gráfico en la
página siguiente.
8
GRÁFICO
CULTURA
MODO DE RELACIONARSE
La
naturaleza
Dios
Las personas
EVANGELIZADA
CULTURA
CULTURA
EVANGELIO
CULTURA TRADICIONAL
 La fe ha animado la vida y la
cultura de nuestros pueblos.
 La fe se ha enriquecido con las
nuevas expresiones y valores.
FE
INCULTURADO
CULTURA ACTUAL
 Patrimonio confrontado con la
nueva cultura.
 De cambios rápidos, profundos
y globales.
 Conocer, evaluar y asumir
críticamente la nueva cultura.
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3. Profundizamos algunas enseñanzas de Aparecida
Expuesto lo que dice Aparecida, considero que es conveniente detenernos en la
profundización de algunas de sus enseñanzas para una comprensión más
fundamentada y para una acción pastoral más adaptada.
3.1 Por qué damos importancia a los cambios culturales
Quizá alguno pueda pensar y decir (o pensarlo y callarse por prudencia o por
temor) que lo verdaderamente importante y decisivo es “hablar de nuestro Señor
Jesucristo”, darlo a conocer oportuna e inoportunamente y que todas esas teorías
de los cambios culturales, de la atención a los signos de los tiempos, de la
inculturación, etc. son novedades, prurito de andar “a la moda teológica”, aspectos
secundarios, al fin y al cabo.
Puede ayudarnos a comprender el significado y la influencia de los cambios
culturales, servirnos del esquema fundamental de la comunicación, sin entrar
“científicamente” en ninguna de las diversas teorías que han estudiado y explicado
los varios y complejos aspectos de este fenómeno humano. La evangelización, en
definitiva, es un fenómeno de comunicación. Este esquema considera los
siguientes componentes: emisor-receptor-mensaje-canal-situación cultural.
 El emisor es la persona misma del discípulo misionero considerada, no
individualmente, sino en el entramado de la comunidad y de la Iglesia,
agraciada con una vocación que le capacita para vivir y comunicar la vida
nueva en Jesucristo.
 El receptor es el destinatario de nuestra acción evangelizadora (tanto el que
ya es creyente y miembro de la Iglesia como el que no ha escuchado aún el
Evangelio o no ha respondido a Él), considerado, no en abstracto, sino en
los diferentes contextos en los que se inserta, afectado por desafíos
concretos y, sobre todo, capacitado ontológica y teologalmente para
escuchar la Palabra de Dios y vivir de ella.
 El mensaje es la Palabra de Dios revelada de forma insuperable en
Jesucristo y en correlación con las expectativas y necesidades de los
emisores y receptores.
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 El canal es el vehículo a través del cual se transmite el mensaje. No es algo
puramente exterior. Implica actitudes, palabras, signos, medios y
estructuras.
 La situación cultural. El acontecimiento del anuncio del Evangelio se
produce en una situación que de ninguna manera puede ser minusvalorada.
Afecta a los emisores, a los receptores, al mensaje mismo y a los canales de
transmisión. La situación ofrece posibilidades y resistencias que se
convierten en verdaderos desafíos (económicos, políticos, socioculturales,
etc.). No es algo adjetivo, sino la atmósfera que todos respiramos y que ha
de ser convenientemente discernida para ver de qué modo repercute en los
diversos elementos de la cadena de transmisión. El análisis situacional,
entendido y realizado de maneras diversas a lo largo de la historia de la
Iglesia, forma parte ineludible de la tarea evangelizadora. No se puede ser
buen discípulo misionero a espaldas de la realidad concreta.
GRÁFICO
El Mensaje
El Evangelio
Receptor
Evangelizados
Emisor
Evangelizador
El Canal,
ministerio de la evangelización
La situación cultural
Teniendo en cuenta lo anterior, es preciso establecer una correlación lo más
estrecha posible entre los distintos factores que intervienen en el acontecimiento
de la evangelización, de manera que cualquier cambio en uno de ellos influye en
los demás. Por ejemplo, si el emisor comunica algo que íntimamente no acepta o
que no empalma con las claves del destinatario, entonces no se produce la
comunicación.
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Como ya he señalado, tanto el emisor como el receptor se hallan en una situación
que condiciona su manera de comunicar y de comprender. Esta situación
proporciona ciertos “códigos” o claves (conceptos, vocablos, modelos
interpretativos) sin los cuales la comunicación resultaría imposible. Todo mensaje,
por tanto, para que resulte inteligente, debe ser “codificado” por el emisor y
“decodificado” por el receptor según los modelos interpretativos de la situación
que ambos comparten. Según esto, el ministerio de la evangelización no puede
consistir en proponer el mensaje de forma abstracta e intemporal sino que tiene
que codificarlo de acuerdo con las claves de las distintas personas y situaciones y
todo cambio de situación afectará a la comunicación y a la comunión recíproca
del emisor y receptor, del evangelizador y del evangelizando.
Espero que este enfoque, tomado de la dinámica de la comunicación, nos ayude a
comprender la razón profunda por la cual el documento de Aparecida nos invita a
mirar y sentir la nueva realidad latinoamericana, que queremos evangelizar.
3.2 La ubicación del tema: las mediaciones formadoras de cultura
Aparecida expone su enseñanza sobre “nuestros pueblos y la cultura” en el
capítulo décimo. Después de una reflexión inicial sobre evangelización de la
cultura e inculturación del Evangelio (10.1), va exponiendo lo que podríamos
llamar “mediaciones”, “instituciones” más influyentes en la configuración de una
determinada cultura, es decir, en la forma de pensar, sentir, valorar, simbolizar y
actuar de una determinada colectividad, o grupo, o pueblo. Estas “mediaciones”
aparecen en el gráfico de la página siguiente.
Ahora bien, de la misma manera que la cultura, a través de esas mediaciones,
influye de una manera fuerte en los destinatarios de la evangelización, también
pueden convertirse en mediaciones o instrumentos de la evangelización.
De la misma manera que diversos grupos pueden usar estos “medios” para
transmitir su determinada antropología, es decir su visión de la persona, la Iglesia
puede usar esos mismos “medios” para transmitir su antropología teológica, su
comprensión del hombre y del mundo a la luz de Jesucristo, rostro humano de
Dios y rostro divino del hombre.
Por tanto no podemos:
 Dar la espalda a esas mediaciones.
 Ni satanizarlas, como malas en sí mismas.
 Ni asumirlas ingenuamente, acríticamente.
12
GRÁFICO
13
Sino que hemos de usar profesional y evangélicamente esas mediaciones para
evangelizar la cultura e inculturar el evangelio.
3.3 La universidad católica y la cultura
Según el documento de Aparecida, una de esas mediaciones culturales es la
educación. Como ya le dedicó un apartado (6.4.6) al presentar los “lugares de
formación para los discípulos misioneros” (6.4), ahora nos remite a esas
reflexiones y añade tres nuevos considerandos:
10.2
LA EDUCACIÓN COMO BIEN PÚBLICO
481-483
 El estado tiene su misión propia en el campo educativo pero no podemos
despreocuparnos del tipo de educación que ofrece.
 Derecho de los educandos a ser educados en la dimensión moral y
religiosa.
 Hemos de garantizar la formación religiosa de quienes asisten a la
escuela pública, o bien en la propia escuela o en las instancias formativas
eclesiales.
Dentro de las instituciones educativas, Aparecida coloca a la Universidad
Católica. Pongo de nuevo ante sus ojos los esquemas ofrecidos al desarrollar el
tema “el itinerario formativo de los discípulos misioneros” (Cap. 6). (Gráficos).
Una mirada a estos gráficos nos ayuda a ubicar de inmediato la Universidad
Católica, que aparece colocada dentro de la “Educación Católica” y ésta como uno
de los lugares de formación de los discípulos misioneros de Jesucristo.
14
15
GRÁFICO
LUGARES DE FORMACIÓN
DE LOS DISCÍPULOS
MISIONEROS
LA FAMILIA
LAS PARROQUIAS
LAS PEQUEÑAS
COMUNIDADES
ECLESIALES
LOS
MOVIMIENTOS
Y LAS NUEVAS
COMUNIDADES
LOS SEMINARIOS Y
CASAS DE
FORMACIÓN
RELIGIOSA
LA EDUCACIÓN
CATÓLICA
LOS CENTROS
EDUCATIVOS
CATÓLICOS
LAS
UNIVERSIDADES
Y CENTROS
SUPERIORES
16
GRÁFICO
6.4.6
La educación católica
MISIÓN EDUCADORA DE LA
IGLESIA
La Universidad
Católica
La escuela Católica





Naturaleza
Meta
Renovación
Destinatarios
Libertad




Identidad
Responsabilidades
Pastoral Universitaria
Agradecimiento
Institutos de teología y
pastoral
 Existencia
 Apoyo y valoración
En el contexto de la nueva cultura
17
Aparecida dedica tres números a la Universidad Católica. Las ideas están
tomadas de la Constitución Apostólica del Papa Juan Pablo II sobre las
universidades, que lleva por título “Ex Corde Ecclesiae”.
Esta son sus ideas principales:
No. 341:
 La Universidad Católica presta una importante ayuda a la Iglesia en su
misión evangelizadora.
 Consiste en el testimonio vital e institucional de Cristo y de su mensaje
en la cultura.
 En consecuencia, las actividades universitarias deben estar vinculadas y
armonizadas con esta misión.
 Esto implica responsabilidades tales como:
o Una formación profesional.
o Una formación ética.
o La investigación teológica para un lenguaje actualizado.
No. 342:
 La Universidad Católica ha de ser fiel a su identidad cristiana.
 Esto implica:
o Diálogo entre fe y razón, fe y cultura.
o Formación de la comunidad universitaria en la DSI para un
compromiso solidario.
 Para ello se debe cuidar el perfil humano, académico y cristiano de los
responsables universitarios.
No. 343.
 Es necesaria una pastoral universitaria:
o Que acompañe el caminar de la comunidad universitaria.
o Que promueva el encuentro con Jesucristo.
o Que suscite iniciativas misioneras y solidarias.
o Que se relacione con otras universidades.
Teniendo en consideración ambos documentos subrayo algunos aspectos de
las relaciones existentes entre la Universidad Católica y la cultura.
18
La Universidad Católica en cuanto “Universidad” “contribuye a la tutela y
desarrollo de la dignidad humana (la persona) y de la herencia cultural” (ECE.
. 12) “Está llamada a ser instrumento cada vez más eficaz de progreso cultural
tanto para las personas como para la sociedad” (ECE. 32) Y de una manera
especial estará muy atenta a la cultura moderna para “discernir y evaluar bien
tanto sus aspiraciones como sus contradicciones” (ECE. 45)
En cuanto “Católica” aporta al discernimiento y desarrollo de la cultura la
inspiración y la luz del mensaje cristiano (ECE. 13-14) y se siente
institucionalmente
vinculada a la Iglesia, tanto particular como
universalmente, y a su enseñanza en materia de fe y moral (ECE. 27).
Este binomio “Universidad-Católica” arrastra consigo otros semejantes
como:




Fe y razón (17)
Ética y ciencia (18)
Evangelio y cultura (43)
Pensamiento cristiano y ciencias modernas (46)
En la medida en que la Universidad Católica mantenga la unión, la relación y
la cualificación recíproca de estos binomios contribuirá al desarrollo de:
 Una cultura de la verdad. “Nuestra época tiene necesidad urgente de
esta forma de servicio desinteresado que es el de proclamar el sentido de la
verdad, valor fundamental sin el cual desaparecen la libertad, la justicia y la
dignidad del hombre” (ECE. 4).
 Una cultura del diálogo entre las diversas disciplinas del saber (ECE.
16, 20) y entra las personas de cualquier cultura (ECE. 6)
 Una cultura del sentido de la vida. Los sorprendentes descubrimientos
científicos y tecnológicos conllevan un enorme crecimiento económico e
industrial. Pero ¿cuál es el significado y finalidad de esos adelantos y de ese
progreso? ¿Hacen más humano nuestro mundo? La Universidad Católica tiene
aquí una importante responsabilidad, dar sentido al desarrollo científico,
técnico y económico (ECE. 7)
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 Una cultura ética. La Universidad Católica dará “especial prioridad al
examen y evaluación, desde el punto de vista cristiano, de los valores y
normas dominantes en la sociedad y en la cultura moderna, y a la
responsabilidad de comunicar a la sociedad de hoy aquellos principios éticos y
religiosos que dan pleno sentido a la vida humana” (ECE. 33)
 Una cultura de la justicia social. “El espíritu cristiano de servicio a los
demás en la promoción de la justicia social reviste particular importancia para
la Universidad Católica” (ECE. 34). En sintonía con la Doctrina Social de la
Iglesia, “siente la responsabilidad de contribuir concretamente al progreso de
la sociedad en la que opera” (idem).
+Ángel Garachana Pérez, CMF
Obispo de San Pedro Sula
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