América TV SA c/ COMFER Sumarios: 1.- Se observa que la razón determinante de las sanciones recurridas fue la protección de los derechos del menor frente a la emisión de una publicidad no apta, según se desprende de los considerandos, para su formación. Empero, la lectura de los fundamentos de las sanciones no permite apreciar claramente cuál es el perjuicio que podría producir a la salud moral e intelectual de los menores una publicidad como la descripta, salvo que pudieran aparecer hechos violentos, agresivos o con mensajes distorsionadores de sus mentes, esto es, situaciones que permitieran al juzgador mantener el vigor del principio de presunción de legitimidad del acto. De lo expuesto, no surge de la resolución impugnada de qué modo el aviso televisivo puede constituir un hecho de magnitud tal que mueva necesariamente a su represión contravencional por haber sido propagado dentro del horario de protección al menor, y, es más, qué valor concreto había que proteger en las mentes de los menores frente al anuncio. 2.- Cabe puntualizar que la regulación de los objetivos, la política y las bases que deben observar los servicios de radiodifusión se encuentra contenida en las disposiciones de la ley 22.285, que prevé un compromiso expreso y obligatorio de los titulares de licencias de operar conforme a la metodología dispuesta por las normas que regulan su funcionamiento, cuyo Art. 17 especialmente establece que en el horario de protección al menor “las emisiones deberán ser aptas para todo público”. De este modo, no cabe duda alguna de que el COMFER está erigido como órgano experto en materia de control del cumplimiento de tales pautas. Buenos Aires, 21 de marzo de 2002. Considerando: 1°) Que en el marco del recurso judicial directo deducido por la empresa América TV contra la Resolución 1734 COMFER del 9 de octubre de 2001 (cfr. fs. 1/6) en cuanto le aplicó dos sanciones de apercibimiento por haber emitido los días 27 y 28 de febrero de 2001, a partir de las 16.46 hs. y 15.14 hs., respectivamente, la publicidad del Instituto “SLIM”, y una multa de diez mil pesos ($ 10.000) por haber emitido la misma propaganda el día 2 de marzo de 2001 a partir de las 17,31 hs., todo ello en presunta infracción a los artículos 5°, 16 y 17 de la ley N° 22.285, la sancionada solicita el dictado de una medida suspensiva de los efectos del acto impugnado (cfr. esp. cap. Xl). 2°) Que, la peticionaria alega en apoyo de su pretensión que: a) el acto ostenta vicios manifiestos -en la causa, finalidad y motivación-, frente a los cuales cede la presunción de legitimidad, y, en consecuencia, debe considerarse acreditada la verosimilitud del derecho invocado; b) el peligro en la demora se verifica con la subsistencia de sus efectos hasta el momento en que recaiga la decisión de fondo, de modo tal que obstaculizaría la reparación ulterior, puesto que en el caso de subsistir la ejecutoriedad del acto se contabilizarían las presuntas infracciones de ‘atuerdo al régimen de graduación de sanciones vigentes; c) en cumplimiento del Art.. 299 del Código Procesal, ofrece formal caución juratoria de responder por las costas y los daños y perjuicios que el otorgamiento de la medida pudiera ocasionar. 3°) Que dentro del contexto del juicio hipotético y provisorio que cabe formular a fin de estudiar la concurrencia de la verosimilitud del derecho invocado, corresponde en primer lugar reproducir el hecho que configuró el antecedente de la sanción, que se describe en el segundo considerando de la resolución impugnada: “Que en la publicidad en cuestión, en los días y horarios citados, se realizó una comparación entre una mujer excedida de peso y una ballena, observándose escenas en las que la mujer es introducida al mar por un equipo de rescate de cetáceos, luego ésta despierta como de un sueño y observa su cuerpo y sonríe mientras se incorpora y una voz en off expresa “Tranquila, tranquila, ya viniste a Slim”, siendo este mensaje por su contenido inadecuado para ser difundido en el horario de Protección al Menor.” Dichas emisiones -consideró el órgano rector- vulneraban los antes citados artículos de la ley de radiodifusión. 4°) Que este Tribunal tiene dicho que “el legislador ha constituido al Comité Federal de Radiodifusión en autoridad de aplicación de la ley, asignándole, en cuanto a lo que aquí interesa, la función de controlar los servicios de radiodifusión en sus aspectos culturales, artísticos, legales, comerciales y administrativos, y en especial, la de supervisar la programación y el contenido de las emisiones con lo cual cabe, como principio, no sustituir los criterios de la autoridad administrativa en ejercicio de las responsabilidades que le incumben” (cfr. “Telefé S.A. c/ Comfer”, del 4/11/94, y “América TV c/ Comfer”, del 1111/01). A mayor abundamiento, cabe puntualizar que la regulación de los objetivos, la política y las bases que deben observar los servicios de radiodifusión se encuentra contenida en las disposiciones de la ley 22.285, que prevé un compromiso expreso y obligatorio de los titulares de licencias de operar conforme a la metodología dispuesta por las normas que regulan su funcionamiento, cuyo Art. 17 especialmente establece que en el horario de protección al menor “las emisiones deberán ser aptas para todo público”. De este modo, no cabe duda alguna de que el COMFER está erigido como órgano experto en materia de control del cumplimiento de tales pautas. 5°) Que, dentro del contexto de los principios enunciados, y de las constancias de la causa que es de donde deben surgir los elementos básicos para el examen liminar de la viabilidad de las medidas cautelares- se observa que la razón determinante de las sanciones recurridas fue la protección de los derechos del menor frente a la emisión de una publicidad no apta, según se desprende de los considerandos, para su formación. Empero, la lectura de los fundamentos de las sanciones no permite apreciar claramente cuál es el perjuicio que podría producir a la salud moral e intelectual de los menores una publicidad como la descripta, salvo que pudieran aparecer hechos violentos, agresivos o con mensajes distorsionadores de sus mentes, esto es, situaciones que permitieran al juzgador mantener el vigor del principio de presunción de legitimidad del acto (Art. 12 de la ley 19.549; cfr. por ejemplo, esta Sala En re “América TV”, cit.). Lógicamente, este juicio es, como se dijo preliminar y provisorio, cuyo alcance definitivo deberá fijarse al decidir sobre el fondo de la cuestión. Mas lo que se comprueba es que dentro del marco propio del estudio que por imperativo legal el Tribunal debe realizar, a los ojos de un ciudadano medio -que es el estándar a partir del cual el juzgador debe valorar en primer término los hechos, las conductas y la interpretación de los textos normativos- no surge de la resolución impugnada de qué modo el aviso televisivo puede constituir un hecho de magnitud tal que mueva necesariamente a su represión contravencional por haber sido propagado dentro del horario de protección al menor, y, es más, qué valor concreto había que proteger en las mentes de los menores frente al anuncio. 6°) Que de tal manera, el acto impugnado aparece prima facie manifiestamente arbitrario, con lo cual está acreditada la verosimilitud del derecho invocado por la actora. 7°) Que el peligro en la demora impone un estudio preciso en la especie, toda vez que, si bien la vigencia durante la sustanciación del trámite del recurso directo de las sanciones impugnadas no produciría por vía de principio en la situación de la peticionaria un perjuicio que exceda al que de ordinario soporta quien reclama la protección de sus derechos, y que ellas no revisten dentro de la escala legal establecida por la ley, una gravedad que demuestre que pueda verse afectado el ejercicio de derechos de naturaleza constitucional por parte de la recurrente, como podrían ser, sanciones tales como la suspensión o inhabilitación (cfr. esta Sala in re “América TV’, cit.), el Tribunal aprecia que requisito concurre en el caso bajo estudio. En efecto, la actora invoca que de subsistir la ejecutoriedad del acto atacado se generaría un daño irreparable, “en tanto se contabilizarían estas presuntas infracciones conforme al régimen de graduación de sanciones vigente, tornando a cada infracción futura en más gravosa y onerosa para la representada.” Al respecto, pese a que el régimen punitorio de la ley de radiodifusión y su reglamentación (decreto 286/81), no prevén en el modo de computar como agravantes las sanciones anteriores, lo cierto es que en el Art. 54 deI texto reglamentario se dispone que el encuadre y la graduación se efectúan “teniendo en cuenta los antecedentes de los responsables”, de donde se extrae que como consecuencia del principio de ejecutoriedad del acto administrativo (Art. 12 LNPA), las sanciones impuestas serían eventualmente computadas. 8°) Que, de tal manera, están reunidos en autos los dos componentes fundamentales que habilitan la procedencia de las medidas cautelares. Ahora bien, habida cuenta de la naturaleza y alcance de las medidas sancionatorias impuestas y de los intereses que invoca la actora, el Tribunal estima conveniente, en uso de la prerrogativa que le otorga el Art. 204 deI CPCC, limitar la medida cautelar a conceder -bajo caución juratoria-, y ordenar al COMFER que se abstenga de computar, frente a la comisión de eventuales infracciones que merecieran su punición, las sanciones aquí recurridas, hasta tanto recaiga decisión en esta causa. Así se decide. Regístrese, notifíquese y devuélvase. BUJAN COVIELLO - LICHT