El Ayuntamiento de Sevilla es de los más importantes de España desde el punto de vista del patrimonio que conserva. Este patrimonio, que es fruto del legado de la historia pero también del deseo de coleccionismo y gusto de los capitulares, inexplicablemente ha estado oculto buena parte del tiempo. Desde el pionero trabajo de Francisco Collantes de Terán y Delorme se vislumbraba la riqueza y el potencial patrimonial que tenía nuestro Consistorio. Cuando llegué a la Alcaldía de Sevilla, una de las principales tareas que me propuse y que hemos impulsado ha sido la ordenación, la investigación y la conservación del mismo, para darlo a conocer a los ciudadanos de la mejor manera posible. En ello precisamente se fundamenta el plan de actuación denominado “Patrimonium Hispalense”, que tiene como objetivo estudiar, conservar y divulgar este patrimonio municipal o el relacionado directamente con los inmuebles municipales. De esta forma, hoy es para mí un día especialmente grato, al culminar uno de los objetivos que me fijé y que es prioritario para cualquier ciudad, tener clara y perfectamente ordenada su historia y la memoria de los que nos han precedido. Todo esto no hubiera sido posible sin el equipo de profesionales que ha llevado a buen término este proyecto editorial y de investigación de largo alcance, pues se comenzó a preparar hace tres años. Hoy es una realidad que pone en manos de investigadores y de todos los ciudadanos la riqueza que atesora nuestro Consistorio, no solo en dependencias municipales, sino también en los depósitos del Museo Arqueológico y del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla a cuyos responsables agradezco la tutela de este legado por tanto tiempo. Tanto es así que los directores científicos y editores del presente proyecto afirman que buena parte del discurso museológico actual de estos centros no se entendería sin los depósitos municipales. Esto da una idea del alcance de nuestras colecciones y, sobre todo, vislumbra lo clave que ha sido para la colección municipal la obtención en este mandato del estatus de colección museográfica de Andalucía, algo que quedará ya como un antes y un después en la tutela de los bienes culturales municipales. Cuando nos esforzamos en ordenar nuestro patrimonio lo único que deseamos es hacerlo accesible a todos los ciudadanos y que se constituya en materia de reflexión y educación para todos. Está ya trazado un plan de actuación que deberá desarrollarse en los próximos cuatro años y creo que en este tiempo hemos cumplido con nuestro cometido a la hora de estudiarlo, ordenarlo y hacerlo de forma que haya un discurso creado que ocupa un periodo crucial de nuestra historia. Desde la riqueza de la colección arqueológica a la belleza intrínseca y festiva de los carteles de fiestas de primavera, el arco temporal es inmenso, tanto como poder crear itinerarios y discursos que contemplen los principales periodos históricos desde la antigüedad hasta nuestros días. Y esto es algo que pocas ciudades pueden mostrar desde la municipalidad. En el apoyo y profesionalización de los equipos nos vamos a esforzar a partir de ahora con el único deseo de que desde el Ayuntamiento y con la colaboración de otras administraciones la custodia y conservación del legado del pasado se convierte en esperanza para el futuro. Estos dos volúmenes generosamente ilustrados son reflejo de esa historia y de esa riqueza que ha sido posible desvelar gracias al impulso dado por el Ayuntamiento de Sevilla desde la Delegación de Cultura y el Servicio de Archivo, Hemeroteca y Publicaciones; y contando con la inestimable colaboración del BBVA, coeditor de la obra, que, una vez más, ha querido unir su marca a los proyectos singulares y trascendentes que impulsamos desde el Gobierno de nuestra ciudad.