Jornadas de Trabajo sobre Salud y lucha contra el dopaje en el deporte Control del Dopaje. Experiencias y propuestas (1) Dr. Juan José Rodríguez Sendín, secretario general del Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM) La palabra es un instrumento poderosísimo, una herramienta con un poder extraordinario es capaz de curar y de matar, de mandar, incluso, gente a la guerra. Es tan poderosa que al principio, cuando no había nada, sólo existía el verbo. La palabra nos calma, nos tranquiliza, incluso, nos cura, nos duerme… pero también nos engaña, nos irrita, nos alerta, nos preocupa, nos hace daño, nos pone a la defensiva. La palabra “Dopaje” nos provoca sensaciones especiales, representa muchas cosas… nos pone ante un monstruo que, de una manera u otra, hace mucho daño. Pero la palabra también nos va a permitir luchar contra el dopaje, convencer y convencernos que podemos cambiar la tendencia, podemos hacer un deporte más limpio y más sano. 1-PROBLEMAS DE SALUD PÚBLICA -El dopaje es un fraude que pone en riesgo la salud del deportista a cambio de gloria o de dinero. -El deportista que se dopa es un mal ejemplo, una referencia perjudicial para jóvenes y personas que quieran repetir sus comportamientos. -Cuando detrás hay un médico, adquiere una relevancia especial al constituir una amenaza para la salud de los hombres y mujeres, en especial de los más jóvenes que, como profesionales o aficionados, practican el deporte, y ser aplicado, originado o con el asesoramiento de un médico. -La Medicina puesta al servicio del dopaje es una clara corrupción de la misma. Hablamos de corrupción cuando existe una desviación del correcto ejercicio de las funciones de la Medicina y del médico, cuando la idea de bien común sustituida por la del beneficio propio o particular, o cuando el régimen de garantías no se aplica o se hace inadecuadamente. 2-ORGANIZACIÓN MÉDICA COLEGIAL a) El médico que participa en el dopaje, es decir, el que usa sustancias o métodos para mejorar el rendimiento deportivo con riesgo para la vida del deportista comete una violación inequívoca de la ética médica. A la luz del conocimiento científico, son prácticas de dopaje gravemente peligrosas, los procedimientos que: -Modifican los componentes de la sangre. -El uso de medicinas o sustancias de cualquier naturaleza que alteran el sistema nervioso, ya sea estimulándolo, ya deprimiéndolo. -Las que inducen alteraciones del tono mental o de la combatividad. -Las que enmascaran el dolor o la fatiga. -Las que puedan modificar los rasgos asociados a la edad o a la configuración sexual -Las que actúan o que buscan un incremento del rendimiento competitivo mediante el aumento antinatural de la masa muscular o de la resistencia a la fatiga. Las normas deontológicas básicas del Código de Ética y Deontológica Médica (CEDM) Español lo prohíben: “No está justificado poner en peligro la salud de nadie para alcanzar unos objetivos”. El mandato de no dañar ocupa el lugar preeminente de toda la ética profesional. Así lo afirma el artículo 4.4 del vigente CDEM, al señalar que “el médico nunca podrá perjudicar intencionadamente la salud de su paciente o someterle a riesgos desproporcionados”, aunque sea un deseo libre del deportista y esté adecuadamente informado. La conducta antideontológica en el médico se agrava cuando esas prácticas van ligadas a la obtención de beneficios económicos: -Equivalen a una explotación cómplice de la vulnerabilidad de los sujetos. -Víctimas voluntarias de la sed de gloria o de dinero. -“Objeto de explotación por firmas comerciales o por algunos directivos poco escrupulosos”. b) No hay diferencias entre ningún médico en relación al deber de información y el respeto escrupuloso a la confidencialidad. Están presentes en el CEDM desde hace muchos años cuando establece el deber de informar sobre los riesgos y las consecuencias de las intervenciones médicas y de guardar la confidencialidad y el secreto debido. c) De las declaraciones de la Asociación Médica Mundial y del Comité Permanente de Médicos Europeos sobre la materia, en cuya redacción intervino en su momento la Organización Médica Colegial, se deduce que: -Los médicos han de oponerse a la práctica del dopaje. -La obligación de informar a los deportistas de los efectos perjudiciales que los diferentes procedimientos de dopaje conllevan. -No podrán nunca dar por aceptable esa conducta antiética en sus colegas. -Están obligados, de acuerdo con nuestras normas estatutarias y deontológicas, a denunciarlos ante las instancias colegiales”. 3-COMPROMISOS DE LA OMC En la Organización Médica Colegial debemos asumir un papel activo y responsable en la persecución del dopaje practicado por los médicos. No podemos descuidar el deber de poner en marcha los procedimientos disciplinarios colegiales para reprimir el dopaje, como práctica contraria a la ética y la deontología médicas. El Código de Ética y Deontología señala la gravedad de los comportamientos médicos en relación al dopaje, la valoración al respecto se encuentra implícita en otros apartados más genéricos sin una referencia específica al dopaje. Ante la Ley orgánica de protección de la salud y de lucha contra el dopaje en el deporte, la OMC adquirió el compromiso de incluir en la próxima revisión del Código de Deontología, el articulado que trate explícitamente estos aspectos: a) Proporcionar sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento físico supone un riesgo para la salud del deportista o del paciente, que puede ser grave, ante lo cual el médico debe mostrar una clara actitud negativa: Art. 4; aunque exista un adecuado consentimiento informado por parte del paciente: Art.9.3. b) El secreto profesional ante situaciones de dopaje se podría ver eximido en determinadas circunstancias tanto a favor del paciente como del contratante de los servicios médicos, en la medida que se pueda derivar daño para las partes interesadas: Art. 16.1.a) y d). -cuando el contratante puede resultar económicamente o deportivamente perjudicado ante la ocultación de una información por parte del deportista. -cuando la salud del propio deportista puede resultar perjudicada de su propio comportamiento. -cuando se tiene información sobre algo que puede suponer un daño para la salud de terceros. c) La responsabilidad deontológica del profesional de la Medicina incluye el compromiso social de ejemplaridad (esto no se dice textualmente en el actual CEDM aunque se deduce fácilmente de varios artículos, pero convendría incluirlo explícitamente en un nuevo apartado del Art. 4. Por esta razón los casos de facultativos implicados en el dopaje con repercusión mediática tienen una especial gravedad por cuanto lesionan la médula de la confianza social en la profesión médica. Esto significa que más allá de lo que dictamine la vía judicial, en los casos probados se deben depurar responsabilidades deontológicas, que suelen ser más exigentes. Este nuevo artículo se podría situar al final del Capítulo V. Calidad de la atención médica, haciendo una breve mención a los artículos previos sobre el deber de no dañar (Art. 4), sobre el secreto profesional (Art. 16) y sobre el deber de ejemplaridad ante la sociedad (posible nuevo artículo).(2) Con una mención a que este deber deontológico no se limita al deporte profesional, pues puede tener una magnitud incluso mayor en la práctica amateur, gimnasios, etc. Madrid, 26 de enero 2009 Notas: (1) Con el agradecimiento al Dr. Rogelio Altisent, presidente de la Comisión Central de Deontología por su ayuda en la elaboración de este informe. (2) Donde, ya de paso, sería muy importante hacer una mención más o menos explícita al deber de ejemplaridad social del médico, de su estilo de vida en público (tabaco, abuso de alcohol, drogas,…).