DE LA CRISIS DE LAS HEGEMONÍAS A LA CRISIS DE 1973 Un poder hegemónico es aquel que tiene la capacidad de imponerse. Hegemonía implica la supremacía de uno o varios Estados sobre otros por su potencial económico, militar o político. También puede existir dentro de cada país, grupos que detenten la hegemonía cultural. Después de la Segunda Guerra Mundial, las dos superpotencias de la Guerra Fría intentaron imponer su hegemonía dentro del propio bloque. Para lograrlo se valieron de los medios de información y entretenimiento (como radio, cine propaganda), donde se glorificaba el modelo en vigencia. (Estados Unidos mostraba las bondades del capitalismo y de la democracia liberal; la U.R.S.S idealizaba el modelo comunista). Ambos bloques demonizaban al enemigo e impedían las críticas, logrando un único criterio de “verdad”. A pesar de esta política, ambos bloques comenzaron a resquebrajarse. LA GUERRA DE VIETNAM En el bloque occidental, la guerra de Vietnam despertó muchas críticas porque iba en contra de los principios que Estados Unidos había manifestado desde 1950: ser defensor de las democracias y libertades políticas y civiles, que se ignoraban bajo el régimen comunista. La guerra de Vietnam (1958 – 1975) resultó un fuerte golpe para la posición de liderazgo hegemónico de Estados Unidos. Tras la derrota francesa (1954), Indochina quedó dividida en tres Estados independientes Camboya, Laos y Vietnam del Norte, cuya capital es Hanoi (comunista) y Vietnam del Sur, cuya capital es Saigón, (pro occidental). Vietnam del Norte, al mando de Ho Chi Minh, impulsó la reconstrucción del país y llevó adelante una profunda reforma agraria. Vietnam del Sur se vio sumergido en una gran corrupción y se transformó en un gobierno autoritario y dictatorial, con graves problemas económicos y sociales. En este marco, se formó un Frente de Liberación Nacional, conocido como Vietcong, opositor al régimen. Ante esta situación, el gobierno de Ho Chi Minh brindó apoyo al Vietcong enviando armas y tácticas, como la guerra de guerrillas. Tanto el Vietcong como Vietnam del Norte, recibieron ayuda y un fuerte apoyo de China y U.R.S.S. Vietnam del Sur fue ayudado por el presidente estadounidense John F. Kennedy y por su sucesor, el presidente Lyndon Johnson. En 1965 los marines norteamericanos luchaban en la zona de Vietnam, presentándolo como una “cruzada del mundo libre, contra el totalitarismo”. Muchos países del bloque occidental, colaboraron directa o indirectamente con Estados Unidos en su lucha anticomunista. En esta guerra Estados Unidos cometió varios errores: No conocía ni comprendía el conflicto que enfrentaba. Pensó que sería una victoria rápida. Creyeron que sería una guerra tradicional, con batallas en campo abierto, en un espacio geográfico que no traería complicaciones. Decidieron golpear al enemigo para una rápida rendición (atacaron puentes, cultivos, fábricas, ferrocarriles), en vez de ocupar el territorio. Contrariamente a lo que creyeron los estadounidenses, los vietnamitas eludieron los combates tradicionales en campo abierto, en los cuales la artillería norteamericana era temible. Se movían constantemente, desconcertando al enemigo, que nunca sabía por dónde vendría el ataque. Había algo más que complicaba el panorama de los norteamericanos: los vietnamitas tenían un sistema de túneles secretos que servían de escondite, por los que se desplazaban y descansaban. Los estadounidenses tenían serios problemas para dar con el enemigo. Al descontrol de los jóvenes soldados norteamericanos, provocado por las estrategias de los comunistas, se sumó una equivocada medida del Pentágono: ante una guerra no convencional, los altos mandos decidieron que los oficiales rotaran cada seis meses, para que el mayor número posible de ellos adquiriese experiencia en el combate. Algunos soldados terminaron asesinando a sus propios jefes cuando estos no les parecían capaces de organizar una respuesta efectiva en los choques con los comunistas. Se calcula que más de 800 oficiales murieron en manos de sus propias tropas. En 1967 el gobierno norteamericano se dio cuenta de que la guerra no terminaría en victoria. La población se manifestó en Washington, frente al Pentágono, reclamando paz y el fin de la guerra. Muchos chicos jóvenes destruían sus órdenes de reclutamiento y huían a Canadá o a México para no ir a la guerra. Para ellos era una guerra distante e incomprensible. En 1968, las presiones internas y los fracasos militares, hicieron que Estados Unidos inicie las negociaciones de paz. Estas fracasaron porque Estados Unidos puso como condición de que los norvietnamitas se retiraran de Vietnam del Sur, lo cual no sucedió. En 1969, el nuevo presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, comenzó un plan de retirada progresiva de Vietnam. Pero Nixon no quería ser el presidente que perdiera la guerra, por lo cual ordenó un nuevo ataque, que fue respondido por los norvietnamitas con la ayuda de la U:R.S.S. En 1972 se iniciaron nuevas conversaciones de paz, que finalizaron en 1973 con la retirada de Estados Unidos. Vietnam fue unificado y convertido en la República Socialista de Vietnam. LA UNIÓN SOVIÉTICA Y LA DESESTALINIZACIÓN. Stalin gobernó la U.R.S.S. con mano de hierro hasta el final, y sólo con su muerte en 1953, desaparecieron los temores de purgas y persecuciones a los sospechosos de disentir con la ideología oficial. Le sucedió Nikita Kruschev, quien presentó un informe de las atrocidades que había cometido Stalin contra los propios comunistas, solo por simples sospechas de traición. Bajo su gobierno comenzó el proceso de “desestalinización”: lanzó un conjunto de reformas políticas y económicas que tenían como objetivo dinamizar la economía y dar cierta democratización al rígido centralismo del Estado.: liberó prisioneros políticos, eliminó estatuas de Stalin y permitió la publicación de libros en los que se criticaba al gobierno. Pero el efecto que produjo no fue el esperado por Kruschev: ante el temor de cuestionamientos al Partido Comunista, toda crítica fue aplastada y la apertura hacia la democracia fue clausurada. En 1964 Kruschev fue desplazado de su cargo y reemplazado por Leónidas Breznev. Con él se produjo la reivindicación de Stalin y su dura política. El centralismo impuesto por Stalin y la planificación económica soviética se extendieron por toda la Europa del Este. Pero las promesas de democratización de Nikita Kruschev crearon grandes expectativas de cambios entre los principales dirigentes políticos de algunos países. Polonia fue uno de estos casos. EL CASO DE POLONIA Un grupo de obreros metalúrgicos iniciaron una huelga para protestar por las malas condiciones laborales, falta de alimentos, malas viviendas, bajos salarios y relaciones comerciales desfavorables con la Unión Soviética. También se unieron a este reclamo un grupo importante de estudiantes. Los primeros reclamos fueron escuchados pero luego la U.R.S.S. ordenó reprimir, ocasionando muertos y heridos. Luego de arduas negociaciones, quedó aclarado que Polonia no tenía intenciones de abandonar el comunismo ni los pactos firmados con la Unión Soviética. Se les concedió cierta autonomía y permiso para llevar a cabo algunas reformas. A partir del caso polaco, otros países de Europa del Este se animaron a pensar en cambios con respecto a sus relaciones con Moscú y desafiaron la hegemonía de de la U.R.S.S. EL CASO DE LA REPÚBLICA SOCIALISTA DE CHECOSLOVAQUIA Durante el proceso de desestalinización, el país no se vio beneficiado. Continuó bajo un régimen centralizado, el estilo stalinista, con una economía estancada. Pronto comenzaron las protestas de los estudiantes y de los eslovacos, quienes exigían la federalización del país. El Secretario General del Partido Comunista Checoslovaco, planteó un modelo socialista, pero “con rostro más humano”. Reconocía que la dureza aplicada por Moscú había sido necesaria luego de la Segunda Guerra Mundial para frenar el gran poder de la burguesía. Pero ya era tiempo de modificar esa rigidez, al igual que la centralización económica impuesta por el C.O.M.E.C.O.N. Según el nuevo gobierno del país, el Partido Comunista debía seguir liderando pero dando participación a las bases, no imponiendo decisiones. Además querían combinar una economía planificada con apertura al mercado; respetar a las minorías nacionales como la checa; libertades de expresión y de prensa; existencia de consejos obreros en las fábricas con formación de sindicatos; legalización de otros partidos políticos además del comunista. El presidente checoslovaco Dubcek, pretendía que este socialismo continuara su relación con Moscú y con el resto de los países del Pacto de Varsovia, pero estableciendo también relaciones con países occidentales. En marzo de 1968 se inició una verdadera Primavera de Praga, un verdadero período de liberalización política. Pero Breznev no lo permitió. Ordenó atacar a todo Estado que formara parte del Pacto de Varsovia, que adoptara una actitud de apertura hacia el capitalismo. La invasión a Checoslovaquia se produjo en agosto de 1968. Luego de una feroz represión, la Primavera de Praga llegó a su fin y debieron aceptar el restablecimiento del socialismo ligado a la U.R.S.S.