Una nueva herramienta para burlar a los

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Una nueva
Censores
herramienta
para
burlar
a
los
Telecomunicaciones
Software contra la censura que dificulta la labor de los censores de localizar y bloquear
comunicaciones no deseadas.
Un nuevo método para superar la censura de Internet por parte de los Estados depende,
irónicamente, de una técnica que los expertos en seguridad asocian habitualmente con la
vigilancia gubernamental.
Las tecnologías anti censura actuales, incluyendo servicios como Tor y Dynaweb, dirigen las
conexiones a páginas web restringidas a través de una red de servidores proxy encriptados con
el objetivo de ocultar a los censores a quienes visitan esas webs. Pero los censores están
constantemente buscando y bloqueando estos proxys. Un nuevo plan, denominado Telex, hace
que a los censores les resulte más difícil bloquear las comunicaciones.
Y lo hace recogiendo el tráfico destinado a webs prohibidas y disfrazándolo de tráfico para
webs populares que no están censuradas. Para conseguirlo emplea el mismo método de
análisis de paquetes de datos que suelen usar los censores.
“Para eludir la censura estatal en Internet, la gente ha recurrido a servidores proxy que están
situados fuera del país que lleva a cabo la censura”, comenta J. Alex Halderman, profesor
adjunto de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de Michigan (Estados Unidos).
“En ese caso, la dificultad reside en que tienes que comunicar a la gente dónde están los
proxys y es muy difícil hacerlo sin que los censores del Gobierno también averigüen dónde
están”.
El sistema Telex tiene dos componentes principales: “estaciones” en decenas de proveedores
de servicios de Internet (ISPs por sus siglas en inglés) que conectan el tráfico de dentro de
países donde existe la censura al resto de Internet, y el programa de software para clientes de
Telex que está cargado en los ordenadores de quienes quieren evitar la censura.
Para ocultar el destino del tráfico que quiere enviar el usuario, Telex emplea una forma de
criptografía llamada “esteganografía”, que es la práctica de esconder mensajes secretos dentro
de mensajes que se pueden leer.
El software del cliente de Telex empieza por hacer una conexión de salida con una
página web no bloqueada, encriptando el tráfico de la misma forma que un comercio
en Internet o una página de banca por Internet (la dirección en la barra de direcciones
empieza por https:// en vez de por http://). La identidad de la web censurada va
encriptada en una línea especial o “etiqueta” incrustada en la solicitud encriptada.
Una estación de Telex en un ISP puede examinar el tráfico entrante y detectar la presencia de
estas etiquetas, siempre que tenga la clave de encriptado. Sin ella, la etiqueta es indistinguible
del galimatías de etiquetas que se pueden encontrar al azar.
Cuando la estación de Telex detecta una petición entrante que incluye una etiqueta, redirige
esa conexión a la web especificada en el mensaje encriptado. Este comportamiento es similar
a una polémica tecnología denominada “inspección profunda de paquetes” (DPI por sus siglas
en inglés), que gobiernos e ISPs han usado para censurar y para bloquear o silenciar
determinados tipos de tráfico de Internet, como el sistema para compartir archivos P2P.
“La DPI se ha usado de forma notoria como método de censura, pero Telex la usa de forma
completamente distinta”. Afirma Halderman. “Básicamente estamos poniendo el concepto patas
arriba para crear algo que es una potente herramienta contra la censura”.
Halderman asegura que el diseño está hecho de tal manera que no importa que los censores
sepan dónde están los ISPs que usan estaciones Telex. “La clave es que queremos colocar las
estaciones en un número suficiente de puntos en Internet para que bloquear todas las rutas
que pasan por ellas equivalga a hacer que Internet no esté disponible en su totalidad”, afirma.
“La visión es que si hacemos un despliegue lo suficientemente grande de Telex, puede
conseguir que la conexión a Internet para un gobierno que quiera censurar determinadas
páginas sea una cuestión de todo o nada. O aceptan el hecho de que la gente pueda llegar a
las páginas que quieren censurar, o la desenchufan por completo”.
Tomado de MIT Technology Review.
http://www.ginteven.com.ve
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