“CINE Y DICTADURA. La censura al desnudo” (Judith Gociol, Hernán Invernizzi) Colección Claves para todos. Edit. Capital Intelectual. Buenos Aires. 2006. Reseñado por Natalia Giles El Proceso de Reorganización Nacional iniciado el 24 de marzo de 1976, en su propósito de devolverle el rumbo perdido a una sociedad que se había desviado de su camino, mostró un particular interés por el control de la cultura. Para el disciplinamiento social era necesario, según sus ejecutores, eliminar las prácticas culturales imperantes hasta ese momento, pero ¿Cual sería su reemplazo? Una de sus preocupaciones era evitar la propagación de mensajes “subversivos”. Tal como sucedió en otros ámbitos, la ambigüedad y amplitud del término hizo que gran parte de la cinematografía nacional no pudieran escapar al filo de las tijeras. La represión que sufrieron las distintas expresiones culturales en la República Argentina durante los años que duró el terrorismo de Estado suele ser vistas como actos de vandalismo arbitrario, impulsivo e irracional. A menudo esta forma de interpretar la represión es adjudicada a la personalidad siniestra de alguna figura destacada. En el caso de la cinematografía esa figura la encarna Miguel Paulino Tato, director del Ente de Calificación cinematográfico y fascista confeso. Este tipo de interpretación refuerza la imagen tan difundida de los represores convertidos en bestias endemoniadas totalmente ajenas y alejadas de la sociedad. Por tal motivo cuesta pensarlo como parte de los objetivos del programa del gobierno militar, gobierno que contaba con el apoyo entusiasta de buena parte de la sociedad. Por el contrario la investigación que realizan Judith Gociol y Hernán Invernizzi discuten la interpretación clásica y proponen un nuevo modo de pensar la censura. Su libro aborda la censura ejercida particularmente sobre el cine y la relación que se estableció con el gobierno dictatorial. El aporte principal de esta obra es demostrar que la censura fue parte de una política cuidadosamente elaborada y planificada. Para esto los autores reconstruyen como funcionaban los mecanismos de represivos. Cine y dictadura es un libro destinado al amplio público. Esta formado por 5 capítulos cortos, con abundante información. En solo 96 páginas los autores logran condensar datos estadísticos, relatos testimoniales de las personas que fueros blancos de censura, fragmentos de medios de comunicación gráficos, junto con numerosos componentes que hacen que sea un texto de fácil lectura. Además, logran despegarse de lo anecdótico y realizar un valioso trabajo que enriquece el campo de la Historia Reciente. 1 Los autores muestran que la censura, como política estatal, se manifiesta en numerosos ejemplos como pueden ser la creación de un organismo oficial, el Ente de Calificación cinematográfico, que mantenía contactos fluidos con el poder. También cristaliza en la figura del censor, funcionario público que estaba inserto en un entramado de relaciones burocráticas que habían sido establecidas para una dedicación completa y exclusiva. Además presentan documentos inéditos que permiten conocer las tareas cotidianas de censurar. Por otro lado, una frecuente interpretación que se desprende del sentido común es que la industria cinematográfica atravesó en el periodo dictatorial una aguda crisis de subsistencia. Sin embargo, este trabajo demuestra que el número de películas producidas en la argentina no se redujo, lo que se modificó fueron las temáticas abordadas. En las películas taquilleras se muestra este interés por despolitizar, entretener, e incluso, crear una imagen “amigable” de la fuerzas de seguridad. El cine nacional, como otras expresiones culturales, tuvo que acomodarse al clima autoritario y represivo, que se manifiesta de diversas formas por ejemplo en la negociaciones a las que eran sometidos muchos de sus realizadores, que incluso, algunos se vieron obligados a practicar una de las peores formas de censura: la autocensura. Cine y dictadura es un obra interesante porque permite que el público comience a conocer aspectos de la historia que durante muchos años habían quedado en la sombras. Además, sus autores son investigadores destacados por sus trabajos que favorecen desarrollo del incipiente campo de la Historia Reciente. Es un libro sencillo pero comprometido. 2