Rompiendo los Mitos: Genocidio y Racismo- las dos Caras del Orden Económico real-existente

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24. Rompiendo los Mitos: Genocidio y Racismo - las dos Caras del Orden
Económico real-existente
Si algo destaca a comienzos del siglo XXI en el orden jurídico del capitalismo globalizado, es el extraño hecho
de que mientras más énfasis se pone en lo digno, vital e intocable, que son los derechos humanos, y mientras
más intromisiones y hasta intervenciones bélicas se registran a nombre del rescate de los mismos, menos existen
en la cruenta realidad, que vive la vasta mayoría de la población de nuestro planeta Tierra, diariamente expuesta
a atentados y crímenes contra su integridad, dignidad y humanidad, de larga y nefasta trayectoria histórica.
En lo que sigue vamos a hablar sobre un género de crimen que, de algún modo, oscila entre las categorías de
‘genocidio’ y ‘crimen de lesa humanidad’, por cuanto comprende actos de hostilidad y exterminio de las más
diversas apariencias, como las enumeradas en ambas categorías. Trataremos de dilucidar la estrecha relación
que existe entre este tipo de crimen, el fenómeno del racismo, y el orden económico mundialmente establecido,
es decir, el modo de producción capitalista globalizado, que a lo largo de la historia ha caminado sobre
incontables cadáveres humanos. No será fácil tratar sobre un tema de tan alta complejidad en un espacio
relativamente comprimido como lo son unas cuantas páginas; por ende, enfatizamos que aquí no
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podemos presentar una investigación exhaustiva al respecto, sino más bien una aproximación, en la cual
resaltaremos, de manera sintetizada, los aspectos más importantes según nuestro criterio. Antes de entrar en la
presentación de nuestra problemática, es pertinente señalar las definiciones de los términos ‘genocidio’ y
‘crimen de lesa humanidad’ según aparecen en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. (1) El
artículo 6, aprobado el 17 de julio de 1998, define el termino ‘genocidio’ en las siguientes palabras:
„A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por ‘genocidio’ cualquiera de los actos mencionados a
continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o
religioso como tal: a) matanza de miembros del grupo; b) lesión grave a la integridad física o mental de los
miembros del grupo; c) sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear
su destrucción física, total o parcial; d) medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; e)
traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo“. (2)
En el artículo 7 del Estatuto de Roma, conseguimos la siguiente definición del término ‘crimen de lesa
humanidad’:
„A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por ‘crimen de lesa humanidad’ cualquiera de los actos
siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y
con conocimiento de dicho ataque: a) asesinato; b) exterminio; c) esclavitud; d) deportación o traslado forzoso
de una población; e) encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas
fundamentales de derecho internacional; f) tortura; g) violación, esclavitud sexual, prostitución forzada,
_____________________________________
(1) El Estatuto de Roma es el lineamiento jurídico de la recién establecida Corte Penal Internacional, el primer
tribunal penal permanente que establece responsabilidades penales individuales, por la comisión de graves
violaciones contra el derecho internacional y contra los derechos humanos.
(2) Estatuto de Roma, http://comunidad.derecho.orglpantin/eroma.htm1; revisado el 05/11/02.
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embarazo forzado, esterilización forzada o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable; h)
persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales,
étnicos, culturales, religiosos [...], i) desaparición forzada de personas; j) el crimen del apartheid; k) otros actos
inhumanos de carácter similar, que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra
la integridad física o la salud mental o física“. (3)
Si examinamos, aunque someramente, la historia del orden económico capitalista, hoy establecido a escala
global, cuya expresión máxima es el mercado mundial, nos encontramos con que, desde un principio, ésta ha
sido vinculada, en gran medida, a casi todos los actos atroces enumerados tanto bajo el concepto del genocidio
como el del crimen de lesa humanidad. Es sorprendente, que este hecho histórico no haya penetrado, en medida
significante, la conciencia social de las sociedades que fueron víctimas de la expansión del capitalismo europeo,
ni tampoco y mucho menos la propia cultura occidental-europea, perpetradora de estos crímenes. Ningún
testimonio mejor de esta aparente indiferencia o ignorancia histórica que la omnipresencia, perseverancia y
virulencia del racismo en todas las esferas de la vida social, tanto en los países industrializados y de tecnología
avanzada, como en los países eufemísticamente llamados „en vías de desarrollo“. El racismo, como una de las
formas de la discriminación social, ha propulsado y seguirá propulsando, como explicaremos en adelante, la
aniquilación de la gran mayoría de aquellos habitantes de este planeta, quienes históricamente han contribuido,
con su fuerza de trabajo física, a la acumulación de riquezas inmensas, que nunca han estado y nunca estarán a
su alcance.
En lo que sigue nos proponemos de manera altamente sintetizada y necesariamente simplificada, primero,
romper el mito de la existencia perpetua del actual modo de producción capitalista, señalando tanto las
tendencias que apuntan hacia su destrucción y/o
_______
(3) Ibid.
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superación, como también las nefastas consecuencias que pueden tener estas para una gran parte de la población
mundial; segundo, romper el mito de que el genocidio es una especie de ‘accidente aberrante’ en la historia
humana, revelando su continuidad histórica y su vínculo con el racismo; y tercero, romper el mito de que el
racismo es un fenómeno su¡ generis, supuestamente desvinculado del modo de producción capitalista,
señalando su función ideológica de racionalizar no sólo la explotación económica, sino el exterminio de las
fuerzas de trabajo humanas, superfluas.
Desaparición de un modo de producción
La historia del ser humano con todas sus expresiones, distorsiones y perversiones en el plano económico,
político y social, es la historia del trabajo humano, la historia de la producción y reproducción material del ser
humano, que no es otra cosa que la historia de la relación de la sociedad hacia la naturaleza, que ha atravesado
diferentes niveles, etapas o ‘modos’ de producción a lo largo de su desenvolvimiento. El modo de producción
capitalista en el que vivimos hoy, constituye apenas la más reciente y más corta de las etapas atravesadas, y ha
comenzado tan sólo cinco siglos atrás, con la constitución del mercado mundial a partir de los siglos XV y XVI,
que internacionalizó la división del trabajo, es decir, la organización eficaz de la explotación del trabajo físico y
de los recursos naturales a nivel internacional, a beneficio de Europa occidental. Hoy, cinco siglos después,
estamos presenciando cómo las características eminentes del capitalismo -la explotación del trabajo físico y de
los recursos naturales- están siendo sustituidas progresivamente por la explotación del trabajo intelectual y de
los recursos sociales. (4)
En la dinámica propia del capitalismo, entre sus constantes innovaciones y revoluciones tecnológicas, la fuerza
de trabajo física
__________________________________
(4) El trabajo intelectual históricamente ha sido arraigado en el ámbito de la organización y supervisión social
del trabajo físico. En el capitalismo, durante mucho tiempo, el trabajo intelectual (como fuerza de trabajo)
constituía un trabajo indirectamente productivo (en la ‘antesala’ de la producción). En el marco del
desplazamiento progresivo y masivo del trabajo físico por máquinas, es decir, de la tecnologización o
automatización creciente de la producción, el trabajo intelectual
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ha sido desplazada por máquinas a escala cada vez más amplia y sofisticada, y algo similar ocurre con los
recursos naturales, cuyo valor de cambio está en constante declive, por lo que se verán progresivamente
reemplazados por la creación de nuevos géneros de recursos y materiales semi-artificiales y artificiales. Las
revoluciones tecnológicas y el progresivo reemplazo de la fuerza de trabajo física han sido acompañados por
una inmensa centralización y concentración de capital a nivel global, expresada en el ‘corporatismo’, con una
economía mundial dominada por tan sólo 200 grandes corporaciones -a su vez encabezadas por corporaciones
norteamericanas- que participan con un 27,5% en la actividad económica mundial, mientras que emplean un
mero 0.78% de la fuerza de trabajo total, global (5). Las grandes corporaciones han incidido en la aceleración
de los procesos de liberalización de comercio y finanzas, la cual les facilita libertades de un grado considerable
para asegurar sus ganancias a nivel internacional y la cual les ayuda en la realización de fusiones para poder
mantener su competitividad en el mercado global (6).
Notablemente, todas estas tendencias hacia la ‘obsoletización’ completa de la fuerza de trabajo física y la
eliminación de la competencia por la consolidación de los monopolios y oligopolios, apuntan hacia una eventual
implosión violenta de la producción de ganancias, con nefastas consecuencias para el sistema económico y
social a nivel mundial. Una especie de sombra de tan siniestro futuro
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se ha convertido en un trabajo directamente productivo. Aún cuando formalmente el valor de cambio de la
fuerza de trabajo intelectual sigue y seguirá ser medido en términos de tiempo (=el equivalente de su
reproducción material mediante la adquisición de mercancías, expresado a su vez en horas de trabajo), el trabajo
intelectual de por sí no es individual-concreto, sino social abstracto, y por esto no estrictamente cuantificable en
términos de tiempo. Si bien el valor de cambio de la fuerza de trabajo física comprendía la mera conservación y
reproducción física de la misma, el valor de cambio de la fuerza de trabajo intelectual comprende tanto la
reproducción del aspecto físico como la del aspecto intelectual. Esto quiere decir, que la fuerza de trabajo
intelectual no sólo hay que reproducirla, sino y a menudos ampliarla por nuevos conocimientos, con lo que
entran elementos difícilmente cuantificables, como lo son la educación y la constante re-educación y formación,
o sea, elementos sociales-abstractos. Consideramos que la creciente importancia y casi predominancia del
trabajo intelectual está anunciando el colapso de la producción clásica capitalista y marca, por ende, una etapa
de transición hacia un probable nuevo modo de ‘creación’.
(5) Sarah Anderson and John Cavanagh, Top 200: The Rise of Corporate Global Power (Los 200 de la Cima: El
Auge del Poder Global Corporativo), http:llwww.ips-dc.orgldownloads/Top 200. pdf; revisado el 06/11/02.
(6) Ibid.
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ya se está haciendo perceptible en forma de la actual crisis económica y financiera mundial, con su
militarización de las economías y de lo que queda del sistema de las relaciones internacionales, hacia un
fascismo mundializado o ‘globofascismo’. (7) Aunado a esto y muy en contraste con las constantes y cada vez
más aceleradas revoluciones tecnológicas, se empieza a hacer sentir la aguda ausencia de una revolución
energética, para prevenir y superar a tiempo el previsible colapso del abastecimiento energético de combustibles
fósiles. Se calcula que el abastecimiento energético podría llegar su fin en menos que cincuenta años, (8) y la
carrera por las reservas energéticas también oscurece, con una sombra bélica, a nuestro presente inmediato.
Resumiendo en pocas palabras el cuadro presentado, consta, que el modo de producción capitalista, que no es
otra cosa que la producción de ganancias y la destrucción, en el camino, de la fuerza de trabajo físico-humana y
de los recursos naturales, ha llegado al punto de su plena realización. Esto significa la total penetración de todos
los espacios y tiempos históricos, es decir, la homogeneización y ‘simultaneización’ de todos los relictos de
modos de producción antiguos, previos al capitalismo, que todavía hayan coexistido con este en términos del
desarrollo igual, desigual y combinado. Vale decir, que esta realización plena del capitalismo a escala mundial
equivale, al mismo tiempo, a su agonía, anunciada por el cambio radical hacia la predominancia del trabajo
intelectual (no necesariamente medible en parámetros de tiempo), sostenido por los recursos sociales (no
necesariamente ubicables en términos de espacio).
En nuestro presente se perfila entonces la destrucción despiadada de la gran reserva de fuerzas de trabajo
físico-humanas,
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(7) Véase en este libro, Jutta Schmitt, Acerca de la Función objetiva del Terrorismo y Racismo en la Era de la
Globalización.
(8) En cuanto al actual panorama energético mundial y alas inminentes guerras, propulsadas por EE.UU. y
relacionadas al abastecimiento energético, véase el análisis de Pedro A. Prieto, Un cuento de terrorismo
energético, http://www.eurosur.org/rebelion/imperio/prieto05llO2.pdf; revisado el 06/11/02. En la página 3, el
autor nos explica: „Al ritmo de consumo de 2001, queda en el planeta petróleo para unos 40 años; gas natural
para unos 60; uranio para unos 67 años y carbón para unos 232 años. Todo ello, suponiendo que ninguno de
estos combustibles tenga que sustituir a los que primero se vayan agotando, siendo el petróleo el que antes se va
a agotar y el que mayor peso soporta en el consumo humano actual: el 40 % de toda la energía fósil y nuclear
que el planeta consume“.
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y queda claro que el capitalismo desvanecerá tal y como ha entrado en existencia, esto es, con las manos llenas
de sangre.
Colonialismo y genocidio: origen y función del racismo
El ‘descubrimiento’ de América y el colonialismo subsiguiente marcaron el comienzo de la constitución del
mercado mundial a partir de los siglos XV y XVI , que precede el despegue del capitalismo en los países de
Europa occidental, el cual se debe, en gran medida, al saqueo colonial del hoy llamado ‘Tercer Mundo’, cuyos
propios procesos económicos, políticos y sociales fueron brutalmente interrumpidos, condenados al
estancamiento y en muchos casos a la descomposición. Esta constitución originaria del mercado mundial bajo la
forma del colonialismo europeo empieza con y se caracteriza por el genocidio de los pueblos Americanos, con
12 millones de indígenas masacrados en los primeros 40 años después del ‘descubrimiento’ por Colón. (9) En
relación a los pueblos Africanos se estima que en el marco del genocidio denominado Comercio de Esclavos
Trasatlántico perecieron unos 200 millones de africanos. (10)
Existe una relación histórica directa entre la inmensa riqueza robada y extraída por medio del trabajo
esclavizado y forzado de las colonias, la acumulación del capital comercial y financiero y la creación de unas
condiciones objetivas favorables, que posibilitaron la Revolución industrial en Europa Occidental. (11)
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(9) Jan Carew, Kolumbus und die Ursprünge des Rassismus in Amerika (Colón y los orígenes del racismo en
América), http://www.amana-online.de/pp/aa/carew colon/carew colon 05.shtml; revisado el 05/11/02.
(10) Ibid. Las estimaciones sobre el número de víctimas varían entre los 50 y 200 millones. Esta última cifra
incluye entre 10 y 20 millones de africanos esclavizados que se estima han sido lanzados al Océano Atlántico,
bien sea por haber muertos durante el viaje, bien sea por provocar una subida en los precios de la cotizada
mercancía humana. También incluye los muertos por resistencia a la captura en el propio continente africano,
como los muertos causados por el desmoronamiento de las sociedades africanas, después de que sus miembros
más jóvenes y fuertes habían sido capturados y deportados. La African World Reparations and Repatriations
Truth Commission (Comisión de la Verdad del Mundo Africano de Reparaciones y Repatriación) propone el
equivalente de 777 trillones de dólares americanos (1 trillón equivale a 1 millón de billones o sea 1 000 000 000
000 000 000), esto es, 3500 veces el monto de la deuda externa de los países africanos en su conjunto, como
suma realista en reparaciones para el genocidio cometido contra los pueblos africanos durante la época de la
colonización y del comercio de esclavos, con sus consecuencias letales para la historia de África, a la que el
colonialismo le privó su futuro al destruir su pasado y presente.
(11) Véase Ernest Mandel, Tratado de Economía Marxista, tomo II, Serie Popular Era, México 1978, capítulo
13, El Imperialismo, primer párrafo, El Capitalismo y la Desigualdad entre las Naciones.
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Ahora, en aquel período histórico, dentro del marco del emergente modo de producción capitalista, la fuerza de
trabajo física-humana experimentó un cambio en cuanto que ya no estaba exclusivamente destinada a la
producción de necesidades inmediatas y valores primordialmente de uso, sino que empezó a ser utilizada en
función de la producción de valores de cambio, rompiéndose así un límite, si se quiere ‘físico-natural’, de
producción y consumo, dando paso a su brutal explotación sin piedad, lo que resultó en que la propia fuerza de
trabajo física se convirtiera en una mercancía; momento, que marca el inicio de su gradual y progresiva
destrucción histórica. Esta explotación sin límite de la fuerza de trabajo física humana en la época de la
expansión colonial y de la esclavitud, que condujo al exterminio de millones de personas en las regiones
colonizadas, requería de una especie de `justificación ideológica’, la cual se formuló en términos de una
supuesta ‘superioridad racial’ de los colonizadores, e ‘inferioridad racial’ de los colonizados, con lo cual surgió
el fenómeno del racismo como forma de discriminación social. (12)
El racismo es un producto directo del auge y de la expansión del modo de producción capitalista a partir de los
siglos XV y XVI. La destrucción ciega, despiadada y bárbara de civilizaciones y culturas no-europeas en
América, África y Asia, la esclavización de sus sociedades y su sometimiento al trabajo forzado, se justificó con
recurso a la ‘misión civilizadora’ a cargo de la cultura europea, que era considerada ‘superior’. Los
colonizadores vencedores, que escribieron la historia, invirtieron deliberadamente la verdad del proceso
colonizador, que, en su esencia, fue perverso, inhumano, devastador y aniquilador, arrastrando al abismo a todo
lo que encontró a su paso. En un grotesco y a la vez exitoso intento de acentuación de su ‘superioridad racial’,
el colonizador europeo, atropellador e inhumano, se auto-caracterizó como el portador de
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(12) Para un estudio detallado del origen del racismo como ideología justificadora de la explotación de los
pueblos no-europeos en idioma castellano, véase Franz J.T. Lee, Raíces Históricas y Socioeconómicas del
Racismo: Sudáfrica y Guyana, en: Rita Giacalone et al, Guyana Hoy, Corpoandes, Editorial Venezolana C.A.,
Mérida 1982.
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la `luz’ y de la ‘cultura’ ante el indígena colonizado, cuya persona y cultura fueron degradados y descalificados
como algo sub-humano. La religión del colonizador, el cristianismo católico-romano, cuya doctrina contiene
elementos odiosos de discriminación, intolerancia y comportamiento asocia¡ como lo son el machismo, el
racismo y el elitismo (13), desprestigió las religiones naturales del indígena y las tildó de ‘pagano’, ‘salvaje’,
‘hostil’, ‘retrasado’ y ‘primitivo’. Así es como la ‘luz’ y la ‘cultura’ occidental del colonizador cristiano,
católico-romano, erradicaron de la faz de la Tierra a millones de vidas, consideradas sub-humanas.
Uno de los puntales claves del racismo lo constituye el falseamiento de la historia y la propagación de mitos
históricos, como lo es el cuento del ‘descubrimiento’ de América por Cristóbal Colón, que sigue propagándose
hasta hoy día sin que se haya desmantelado. En este contexto cabe señalar que los trabajos científicos que
existen acerca de la presencia africana precolombina en las Américas, no han logrado penetrar la historiografía
oficial, ni tampoco sustituir la enseñanza oficial tergiversada en las escuelas y universidades públicas, lo que ha
impedido la tan necesaria rectificación de la historia y el eventual desmantelamiento de un mito nefasto que
sigue, sin ser tocado, en el servicio de la perpetuación de una supuesta superioridad o inferioridad racial de los
pueblos.
Lejos de poder romper el mito de Colón tan cuidadosamente velado a lo largo de los siglos, y tan asentado en la
‘conciencia social común’, estas obras historiográficos ‘anti-mito’, como lo es, por ejemplo, el trabajo del
historiador, lingüista y antropólogo guyanés, Dr. Ivan Van Sertima, parecen ser condenados al mero registro
histórico. (14) Contrario a la realidad histórica revelada por Van Sertima, que demuestra una pacífica y
fructífera presencia cultural y científica
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(13) Expresiones eminentes del elitismo cristiano son las nociones del ‘pueblo escogido por Dios’ en el Viejo
Testamento por un lado, y del ‘Nuevo Jerusalén’ en el Nuevo Testamento por otro lado.
(14) Dr. Van Sertima, en su obra clave, They came before Columbus. The African Presence in Ancient America
(Llegaron antes que Colón. La Presencia Africana en la América Antigua), New York 1976, demuestra en base
de historia documentada, artefactos culturales africanos encontrados en las Américas, y otras evidencias
relacionadas alas ciencias, a la lingüística, a la botánica y ala arquitectura, que los africanos habían estado
realizando viajes al ‘nuevo
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africana en las Américas a partir de 700 antes de Cristo (15), se tejó el gran mito del gran hombre blanco,
europeo, audaz e impávido, que llegó a ‘descubrir’, ‘civilizar’ y ‘cristianizar’ a un ‘nuevo’ mundo,
supuestamente ‘bárbaro’, ‘sub humano’ e ‘indigente’, expresión degradadora, que ha sido eternizada en el
propio termino ‘indígena’.
Fue esta imagen racista y tergiversada de las civilizaciones no europeas que sirvió como justificación para el
empleo de practicas genocidas, que parecieran la ‘vía natural’ de cómo un europeo trata a civilizaciones y
pueblos no-europeos, y que sirvió además para legitimar el carácter exterminador, esclavista y represor del
nuevo orden colonial tan violentamente impuesto sobre éstos. Para los poderes europeos, los genocidios
cometidos en el ‘nuevo mundo’, junto al pillaje y saqueo de sus riquezas, se tradujo en la conquista efectiva,
económica y política, de vastas regiones de la Tierra y en la glorificación histórica de la propia ‘raza europea’.
La imagen mítica y racista del ‘colonizador culto’ como opuesta al ‘colonizado salvaje’ no sólo penetró la
conciencia social de la Europa occidental en expansión de los siglos XV / XVI, como quedó manifiesto en las
expresiones filosóficas, literarias y científicas tanto del Renacimiento como de la Ilustración, (16) sino quedó
psicológicamente asentada en la conciencia social de los propios pueblos subyugados. Tanto es así, que hasta
hoy día parece imposible, de lado y lado, de no conceptualizar a los pueblos racialmente degradados hasta el
más bajo nivel social -especialmente los pueblos africanos-, en términos de algún tipo de ‘inferioridad’, o de no
conceptualizar los antiguos colonizadores, hoy naciones ‘altamente desarrolladas’, en términos
___________________________________
mundo’ y estableciendo su presencia, varios siglos antes de la llegada de Cristóbal Colón en 1492. Van Sértima
también señala la altísima probabilidad de que Colón ya tenía conocimiento previo de una ruta marítima hacia
las Américas, desde sus días como comerciante en Guinea, África. Van Sertima es además fundador de la
renombrada revista Journal of African Civilizations (Revista de las Civilizaciones Africanas), fundada en 1979,
la cual trabaja en función de la rehabilitación histórica, científica y cultural de los pueblos africanos. Para un
breve bosquejo de los trabajos escritos por este autor, véase http://www.cwo.com/~lucumi/vansertima.htmi y
http:// www.cwo.com/-iucumi/sertima.htmi, la página web del autor todavía se encuentra en proceso de
construcción: http:llwww.vansertima.com/newpagel.htm; revisadas el 04/11/02.
(15) Ivan Van Sertima, op. cit.
(16) Jan Carew explica: „El renacimiento glorificó las hazañas de los hombres blancos, europeos y proscribió
los méritos de las mujeres, de los Judíos y de los seres humanos no-europeos al basurero“.
http://www.amana-online.de/pp/aa/carewcolon/carewcolon,
http://www.amana-online.de/pp/aa/carew-colon/carew-colon-05.shtmi; revisado el 05111/02.
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de algún tipo de `superioridad’. El historiador Ivan Van Sertima resume este hecho con las palabras siguientes:
„El africano de piel oscura siempre ha sido presentado como el más bajo de los bajos, por lo menos desde la era
de la Conquista y de la esclavitud. Su humillación a escala mundial comienza, en efecto, con la apariencia de
Colón. [...] La imagen del africano de piel oscura como criatura atrasada, apática y estúpida, todavía existe hoy
en día. No sólo su naturaleza humana y su libertad, sino hasta la memoria de sus méritos culturales y
tecnológicos antes del momento de su degradación, pareciera haber sido erradicada de la conciencia histórica“.
(17)
Así que, una vez sembrado el racismo y eliminado de la conciencia social el pasado de los pueblos no-europeos,
tragado por el mito de Colón, el presente y futuro de los pueblos sudamericanos y africanos quedaron en manos
de los colonizadores. En palabras del famoso escritor británico, George Orwell: „Quien controla el pasado,
controla el futuro; quien controla el presente, controla el pasado“. (18)
Hacia los genocidios del siglo XXI
La ideología del racismo descalificó las civilizaciones no europeas, que habían sido arrastradas al molino del
emergente mercado mundial por la colonización, de ‘primitivas’ y ‘no-humanas’, como lo expresan
inequívocamentelostantoscalificativosdegradantes, adscritos a estas civilizaciones. En la ideología del racismo
encontramos entonces la razón, por la que las atrocidades cometidas en contra de estos pueblos -las matanzas,
las lesiones a la integridad física y mental de sus miembros, el sometimiento a condiciones de existencia que
acarrearon su destrucción física (a veces parcial, a
__________________________________
En cuanto a la Ilustración, las posturas de filósofos tan eminentes como lo fueron Montesquieu y Voltaire en
cuanto al hombre no-europeo, específicamente africano de piel oscura se refiere, son notoriamente conocidas.
(17) Van Sertima op. cit., 27-28, citado en: Jan Carew, op. cit.,
http://www.amana-online.de/pp/aa/carew-colon/carew_colon_03.shtml; revisado el 04/11/02.
(18) George Orwell, 1984, Signet Classics, New American Library, 1969, p. 204; traducción propia.
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veces total), los asesinatos, exterminios, la esclavitud, deportación y el traslado forzoso, la privación grave de su
libertad física, la tortura, violación, esclavitud sexual, persecución, etc.- no figuraron nunca, en la conciencia
histórica-social de la cultura europea-occidental, como aquél lo que realmente fueron: actos de genocidio y
crímenes de lesa humanidad.
El mercado mundial en su función de organizarla explotación de la fuerza de trabajo física y de los recursos
naturales en el servicio de la producción de ganancias, ha engendrado y propulsado el proceso de desintegración
de las civilizaciones no-europeas, y su sometimiento forzoso bajo los requerimientos económicos de los centros
de poder capitalistas, acarreando a lo largo del proceso fenómenos como la pobreza, la desnutrición, el
desempleo, el éxodo rural, el incremento demográfico y la migración. Las guerras y conflictos armados entre y
dentro de los países del ‘Tercer Mundo’, surgidos como consecuencia de este largo proceso de colonización y
desintegración, forman parte intrínseca del establecimiento y funcionamiento normal del mercado mundial.
Se le suele presentar este tipo de guerras a la opinión pública mundial como ‘conflictos raciales’, ‘ínter-étnicos’
y/o ‘religiosos’, lo que agrega leña al fuego de los prejuicios raciales de las metrópoli, reforzando la vieja
imagen del carácter ‘primitivo’ y ‘bárbaro’ de los habitantes de estas regiones de la Tierra, cuando la realidad es
completamente distinta y mucho más compleja. La identidad étnica como elemento conflictivo, ha sido un
producto del tribalismo, a su vez un fenómeno inducido por la táctica del divide et impera del colonialismo, que
aprovechó y agudizó las rivalidades existentes entre diferentes grupos étnicos, los cuales, sin embargo y de por
sí, no eran necesariamente virulentas ni letales. (19) La misma táctica, empleada en diferentes niveles, sigue
operando hoy por hoy en el servicio de los intereses económicos de las grandes potencias económicas y
corporaciones transnacionales a lo largo y ancho del planeta. (20)
______________________________________
(19) En esta línea argumenta el profesor universitario y autor alemán Ekkehard Krippendorff, en su libro
Internationale Politik: Geschichte und Theorie (Política Internacional: Historia y Teoría), Campus Verlag,
Frankfurt 1 New York 1986, pp. 265-268.
(20) El ejemplo más reciente y notorio de un ‘genocidio cometido entre grupos étnicos’ en el ‘Tercer Mundo’,
específicamente en África, que ha sido presentado como un problema exclusivamente
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De igual manera sigue existiendo y operando la descalificación racista de la gran parte de los habitantes de los
países del ‘Tercer Mundo’, históricamente atropellados y desamparados, en función de preparar el terreno para
la aceptación psicológica-social, específicamente por parte de las poblaciones de los países metropolitanos, de
las masacres venideras del siglo XXI.
Si bien las atrocidades barbáricas cometidas en contra de las civilizaciones no-europeas a lo largo de la
expansión del capitalismo no habían podido sacudir ni penetrar la conciencia social de la población de los
países metropolitanos, las barbaridades cometidas dentro de su propio seno sí tenían un impacto y dieron paso a
esfuerzos contundentes, concretizados en la creación de instancias con jurisdicción internacional. Nos referimos
aquí al Holocausto Nazi, que sentó las bases y los antecedentes para un enjuiciamiento internacional de los
perpetradores de este tipo de crímenes. (21)
Reconectando con nuestra introducción, ante el desplazamiento del trabajo físico y su sustitución por el trabajo
intelectual altamente calificado, ante un panorama de crisis económicas, financieras, energéticas, políticas y
sociales a nivel mundial, no sorprende la reanimación del racismo a escala global, justo en el momento cuando
se está perfilando una reducción de la población mundial, tanto a
___________________________________
inter-étnico, fue la masacre de ochocientos mil Tutsis en Rwanda en 1994. En este caso destaca el hecho, de que
el testimonio clave del testigo experto y periodista alemán, Uwe Freisecke, ante el Tribunal de las Naciones
Unidas para Rwanda en Arusha, Tanzania, ha sido rechazado como ‘irrelevante e inadmisible’, cuando su
testimonio declaraba que la violencia desatada en Rwanda no era atribuible a un conflicto interno, sino causado
por la intervención deliberada de poderes internacionales, que crearon las condiciones necesarias para que se
desatara el catástrofe y que le brindaron ayuda a una de las dos partes del conflicto, en la conducción de sus
operaciones militares. Testimonio detallado de Freisecke en: http://www.expotimes.net/backissuesjul1/ju114.
htm; revisado el 08/11/02.
(21) Los Juicios de Nuremberg empezaron el 18 de octubre de 1945 con la acusación formal en contra de 20
individuos y diferentes organizaciones, alegando, primero, conspiración; segundo, crimen contra la paz; tercero,
crímenes
de
guerra
y
cuarto,
crímenes
de
lesa
humanidad.
Véase
http://www.theatlantic.com/unbound/flashbks/nurember/wyprec.htm; revisado el 08/11/02. Posteriormente, la
Resolución 96 (I) de las Naciones Unidas del 11 de diciembre de 1946, declaró el genocidio un crimen juzgable
bajo el derecho internacional, y luego la Resolución 260 (III), del 9 de diciembre de 1948, estableció la
Convención
para
la
Prevención
y
el
Castigo
del
Crimen
de
Genocidio;
véase
http://www.fordham.edu/halsali/mod/UN-GENO.htmi; revisado el 08/11/02. Conste de paso, que tan sólo unos
meses después de la derrota de Alemania en 1945, muchos científicos alemanes Nazi fueron trasladados
discretamente a los EE.UU., bajo la condición de que se integraran a los proyectos militares adelantados por el
Gobierno de los EE.UU. La Operación fue denominada Operation Paperclip, véase http://www.goordnance.apg.
army.mil/OPpaperclip.htm; revisado el 08/11/02.
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causa del efecto devastador de las crisis, como a causa de la nueva ‘guerra perpetua’, anunciada por la potencia
económica y militar más grande del planeta, en respuesta a los acontecimientos del 11 de Septiembre del año
2001. El polvo de las Torres Gemelas colapsadas todavía no se había puesto y los culpables ya tenían rostro: los
musulmanes árabes, la ‘encarnación del mal’. La imagen del nuevo enemigo ya estaba lista para ser activada, y
bajo omisión de cualquier principio del Estado de derecho, donde la acusación parte de pruebas basadas en una
investigación exhaustiva del crimen perpetrado (la cual, por cierto, quedó obstaculizada desde un principio), se
procedió a declarar culpable a unos musulmanes árabes y con ellos a toda una civilización no-occidental. (22)
El presidente de los EE.UU., George W. Bush, no tardó en declarar la ‘guerra contra el mal’, contra unas
fuerzas oscuras que habían atacado al mundo occidental-‘civilizado’ por su odio profundo de los valores ahí
reinantes. En cuestión de pocos días, el discurso político de todos los gobernantes occidentales se centró
públicamente en la reactivación racista del viejo y eficaz mito de los tiempos de la colonización, es decir, la
confrontación ‘civilización versus barbarie’. En medio de esta reanimación racista de una imagen enemiga
preestablecida, se formuló la Doctrina de la Guerra Preventiva, con la cual se abre un nuevo ciclo de agresión y
genocidio en el mundo.
De tal modo, en el orden del día global figura la eliminación de la gran mayoría de personas que venden su
obsoleta fuerza de trabajo física y que están ubicados además en las regiones del ‘Tercer Mundo’, donde, como
siempre, no sólo la vida, sino la propia muerte, se mide con dos medidas distintas, es decir, donde las muertes
constituyen tan sólo un ‘daño colateral’. La Doctrina de la Guerra Preventiva del siglo XXI, expresión máxima
de la lógica destructiva del capitalismo, hace recordar los inicios cataclísmicos y sangrientos de este sistema,
que ha mostrado, desde un principio, que sus dos caras complementarias que lo identifican son el genocidio y el
racismo.
______________________________________
(22) Se habla de un ‘choque de civilizaciones’, en alusión a Samuel P. Huntington, quien sostiene en su escrito
The Clash of Civilizations, que el origen de los venideros conflictos en el mundo de la ‘posguerra fría’ ya no
será
de
índole
ideológico
o
económico,
sino
cultural.
Véase
http://www.
alamut.com/subj/economics/misc/clash.htmi; revisado el 10/11/02.
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