La Práxis-Teoría revolucionaria de Lenin -Una Aproximación simple

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SEGUNDA PARTE
Aprendiendo de...
Por: Franz J. T. Lee
19. La Práxis-Teoría Revolucionaria de Lenin - Una Aproximación simple
La conciencia de clase obrera no puede ser conciencia política
genuina, si los trabajadores no están preparados para responder
a todos los casos, sin excepción, de tiranía, opresión, violencia y
abuso, no importa qué clase esté afectada.
LENIN
A. Introducción general
Vladimir Ilych Ulyanov (llamado Lenin) nació el 22 de abril de 1870 (antiguo calendario ruso), en Simbirsk
(ahora Llyanovsk), Rusia. Desde sus años de estudiante comienzan los problemas con las autoridades por sus
actividades radicales en la agrupación marxista. A los 25 años de edad concentró los círculos de estudio de los
trabajadores marxistas de Leningrado (ahora San Petersburgo), en la Liga de Lucha para la Emancipación de la
Clase Trabajadora, embrión del futuro Partido Proletario Ruso. Durante el Segundo Congreso del Partido
Democrático Laboral Ruso (PDLR), en julio de 1903, consiguió aglutinar a su alrededor una facción que se
conoció como los Bolcheviques (de bolshinstvo, que quiere decir ‘mayoría’). El otro grupo, al cual
originalmente perteneció Trotsky, fue el Menchevique (de menshinstvo, que quiere decir ‘minoría’). Después de
este Congreso, Lenin comenzó a desarrollar las bases técnico-políticas de un ‘nuevo tipo de partido’, lo
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que logró más tarde con la formación del Partido Bolchevique. Esto constituyó su gran aporte al marxismo.
En su libro Materialismo y Empirocriticismo, publicado en 1909, defendió las bases práxica-teóricas de un
partido proletario marxista en la luche contra el ‘revisionismo’, contra los que él llamó ‘los falsificadores’ y
‘derrotistas’. Lo que nos interesa tratar aquí, es principalmente, la contribución marxista de Lenin al problema
de la conciencia de clase y organización del proletariado.
Por sus actividades revolucionarias Lenin fue forzado al exilio. En abril de 1917 regresó y comenzó a organizar
el Partido Bolchevique. En el verano de 1917 terminó su famosa obra El Estado y la Revolución. Pocos meses
mas tarde, junto con Trotsky, encabezó la Revolución de Octubre. En 1919 influyó en el establecimiento de la
Tercera Internacional, la Internacional Comunista, con la cual se intentaba promover la revolución mundial.
Murió el 21 de enero de 1924 después de larga enfermedad.
Es interesante hacer notar, que Lenin se consideraba un ‘marxista ortodoxo’, que sólo trata de cultivar, nutrir y
enriquecer tanto al socialismo científico como al socialismo filosófico. En lo que al marxismo se refiere, nunca
demandó originalidad.
Cuando se inició el movimiento revolucionario ruso, a fines de siglo, la lucha de los trabajadores de Europa
Occidental había perdido su ardor. Los ‘líderes’ socialistas de Europa, aparte de las proclamaciones ideológicas
verbales que ponían de relieve sus políticas ‘marxistas’, estaban más interesados en defenderlas políticas
sociales’ y los intereses de los trabajadores en el mercado de trabajo capitalista, dentro del status quo ya
existente. Este cambio definido en la actitud política, alejado de los postulados del Manifiesto Comunista de
1848, tuvo su expresión ideológica en el ‘revisionismo socialdemócrata’ y su expresión práctica en un
‘movimiento sindicalista puramente económico’. El desarrollo político estuvo, por algún tiempo,
ideológicamente camuflado por la batalla de los ‘marxistas ortodoxos’ contra los ‘revisionistas’. Y fue
precisamente la ‘práctica revisionista’ de ambos, lo que Lenin atacó con furor práxico.
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B. La organización de trabajadores y el partido revolucionario
Entre la oposición de ‘izquierda’ de la socialdemocracia, de Europa Occidental y la socialdemocracia rusa
(especialmente Lenin), surgió un antagonismo respecto a la organización de las masas trabajadoras y al papel
que juega un partido marxista en la revolución social. Para poder comprenderla posición leninista es necesario
hacer una revisión somera de las peculiaridades históricas de la revolución proletaria de nuestra época. (1)
1. La Revolución Proletaria
A diferencia y en contradicción con otras revoluciones sociales de épocas anteriores, la revolución proletaria de
los siglos XIX y XX tiene cuatro características distintivas que determinan su carácter histórico específico, pero
que fijan también las enormes dificultades que confrontan su realización.
a) La revolución proletaria que comenzó en 1917 sería la primera revolución social de la historia, nacional e
internacional, realizada por las clases más bajas y empobrecidas de la sociedad, las cuales constituyen una
fuerza revolucionaria descomunal, pero no poseen el control económico, político ni social, y a las que no les
esté permitido disfrutar de la gran acumulación de riqueza de producción a escala global.
b) Sería la primera revolución social en la historia que tiene como objetivo revolucionario una transformación,
conscientemente planificada, del antiguo modo de producción existente, el capitalismo, en uno nuevo, el
socialismo, y eventualmente, el comunismo.
_________________________________________
(1) Véase: Ernest Mandel, et. al., Lenin. Revolution und Politik, Francfort del Meno, Edition Suhrkamp, 1970,
pp. 149-205. Lo que sigue es un resumen y un enriquecimiento de las reflexiones de Mandel.
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Hasta ahora y hasta cierto punto, las revoluciones se ‘hicieron’sin la ayuda de una teoría afirmativa o de una
práxis revolucionaria-emancipatoria orientadora.
c) Como las revoluciones sociales anteriores, la revolución proletaria surgió de las luchas y contradicciones de
clase internas del modo de producción existente, pero, contrariamente a ellas, ésta no puede detenerse en un
cierto punto crucial, no puede permitirse el lujo de una transformación incompleta, ya que está dirigida a un
cambio total de todas las relaciones humanas, a un cambio consciente, sistemático y radical del orden existente,
en un período de tiempo muy largo que podría durar siglos. Además, la consecución del poder social por parte
del proletariado, a escala mundial, no es el final, sino el comienzo de la emancipación verdadera, el inicio de las
acciones tendientes a lograr su transformación social, acciones entre las cuales podríamos citar: abolición de la
contradicción entre capital y trabajo, el Estado, la producción de bienes suntuarios, todas las clases sociales
incluyendo el proletariado, el ‘racismo’ y la opresión sexual.
d) Como dijimos anteriormente, la revolución proletaria sería la primera revolución en la historia que es
esencialmente internacional, no limitada a una isla, Estado, región o bloque de países. Esto constituye una
condición sine qua non, absolutamente necesaria para su conquista histórica. Seguramente, tendrá un comienzo
nacional pero su triunfo no será nunca seguro a menos que se realice con éxito a escala global, es decir, un
éxodo del capitalismo mundial. Es un proceso internacional, una revolución mundial, la emancipación global.
Por lo tanto, no puede ser
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una lucha social uniforme y unificada, sino que debe corresponder a los principios contradictorios del desarrollo
histórico igual, desigual y combinado.
Lenin, que vivió en un período de monopolio capitalista, estaba en mejores condiciones que Marx y Engels para
evaluarla importancia de estos factores mencionados en la práxis y teoría revolucionaria. Conocedor de los
mismos, Lenin desarrolló el marxismo, extendiendo su aplicación a los problemas centrales de la
superestructura social, es decir, del Estado, la ideología, la práxis-teoría, la conciencia de clase y el partido.
Por lo general, se puede decir que Lenin, Trotsky y Rosa Luxemburgo (y en forma restringida, también Lukacs
y Gramsci), han formulado el factor subjetivo del marxismo, sólo expuesto en forma tácita por Marx y Engels.
Este factor está especificado, principalmente, en las teorías leninistas sobre la organización y el partido.
2. Ideología burguesa y conciencia de clase proletaria
a. Ideología burguesa
Respecto a las clases y a la ideología, Marx y Engels afirmaron:
„Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época o dicho en otros términos, la clase que
ejerce el poder material dominante en la sociedad, ejerce al mismo tiempo su poder espiritual dominante. La
clase que tiene a su disposición los medios para la producción material, a su vez, dispone con ello de los medios
para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, el propio tiempo, por término medio, las ideas de
quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente“. (2)
__________________________________
(2) Marx y Engels, The Germen Ideology, Nueva York, I.P., 1942, pp. 39-40; (n.t.).
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En lo que concierne a erradicación de la ‘ideología’ dicen:
„Toda esta apariencia de que la dominación de una determinada clase no es más que la dominación de ciertas
ideas, se esfuma, naturalmente, de por sí, tan pronto como la dominación de clase en general deja de ser la
forma de organización de la sociedad; tan pronto como, por consiguiente, ya no es necesario presentar un
interés particular como general o hacer ver que es ‘lo general’, lo dominante“. (3)
A fin de penetrar en las consideraciones de Lenin, es importante comprender estos pensamientos marxistas
dentro del contexto del dominio capitalista. Nacional e internacionalmente, la burguesía controla la producción
ideológica, esto es, los medios de comunicación, las escuelas, las universidades e iglesias y las usa en beneficio
de sus propios intereses de clase para perpetuar su existencia. Mientras la burguesía era joven, revolucionaria y
relativamente estable y progresista, por ejemplo, en los siglos XVIII y XIX, su práctica-ideología influenció,
fundamentalmente a las clases obreras. En la primera fase de las luchas obreras, especialmente hasta 1848 en
Europa Occidental, y mucho más tarde en otras regiones, el obrero como una clase ‘en sí misma’, aún manejaba
los ideales de libertad, igualdad y fraternidad. Pero en cuanto se intensificaron las luchas de clases a nivel
mundial, particularmente en el siglo XX, la clase burguesa dominante se volvió inestable y vacilante, perdiendo
su papel socio-revolucionario-progresista; así, se pudo instaurar un nuevo proceso revolucionario
práxico-teórico del proletariado, llegando éste a convertirse progresivamente en una clase ‘para sí misma’. Los
trabajadores se hacen cada vez más conscientes de sus propios intereses de clase y de su propia misión histórica.
Como una consideración subjetiva de la lucha de clases objetiva, surge una controversia entre la ideología
burguesa, recién desarrollada, y la conciencia de clase proletaria, expresada en la
________________
(3) Ibid., p. 4; (n.t.).
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práxis-teoría revolucionaria. De nuevo observamos que algo así como una `ideología proletaria’, ‘ideología
marxista’ o práctica proletaria resulta científicamente ajena al socialismo científico-filosófico. Son sólo
conceptos de la ‘ideología burguesa’, usados algunas veces por `marxistas’ o ‘revolucionarios’.
Con esta teoría de la organización, Lenin trata de explicar la dialéctica interna del proceso encaminado a lograr
la conciencia de clase política.
b. Teoría de la organización
La teoría de la organización de Lenin funciona con tres categorías activas:
• la clase trabajadora (masas obreras),
• la vanguardia proletaria (el sector obrero ya organizado y con conciencia de clase) y
• la organización revolucionaria (el partido marxista).
- La clase obrera:
Marx y Engels habían desarrollado un concepto de clase `objetiva’ y ‘subjetiva’, enunciado, principalmente, por
el joven Marx en el Manifiesto Comunista (junto con Engels) y en sus trabajos de 1850 52, en el cual señala que
la clase obrera, con un mínimo de conciencia de sí misma, podría convertirse, dentro de la lucha de clases, en
una clase ‘para sí misma’. De allí que, un partido de trabajadores, necesariamente no tendría que jugar un papel
decisivo. Sin embargo, después de 1852 Marx y Engels formularon un concepto objetivo de clase que significa,
esencialmente, ‘la clase en sí misma’, es decir, un grupo social que se define por su posición objetiva específica
en el proceso de producción e independiente de su nivel de conciencia política. (4) Este concepto objetivo es
fundamental para la teoría de la organización de Lenin. De la misma forma, es importante entender los
_________________________________________
(4) Véase: VA. Lenin, What Is To Be Done? (1902) en: Selected Works, Moscow, Foreign Languages
Publishing House, 1960, tomo 1.
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trabajos de la oposición de ‘izquierda’ dentro de la social democracia alemana, con Engels, Bebel y Kautsky.
- La vanguardia proletaria:
Lenin pone énfasis en que, por el sólo hecho de que la clase proletaria exista objetivamente, en una posición
revolucionaria, puede realizarse una lucha de clases revolucionaria. Más aún, sólo en conexión con esta lucha
de clases, el concepto de vanguardia revolucionaria del proletariado tiene un significado científico. Fuera de
esta combinación histórica: la clase proletaria objetiva y lucha de clases concreta, la actividad revolucionaria
sólo puede constituir la ‘esencia de un partido’, pero no un partido proletario. Por consiguiente, no puede existir
un partido que se auto proclame ‘partido de vanguardia’.
Un verdadero partido proletario revolucionario sólo puede ganar el derecho histórico a ser llamado ‘vanguardia
proletaria’, dentro de la lucha de clases propiamente dicha.
- Organización revolucionaria:
La formación del proletariado como una categoría objetiva es, en sí misma, un proceso histórico. Las clases
obreras surgieron de varios grupos sociales que representaban diferentes formas de toma de conciencia política.
Los trabajadores al borde de la lucha de clases, la vanguardia revolucionaria, serán los de más avanzada
conciencia política. La categoría de partido revolucionario tiene, como base analítica, el postulado de que el
socialismo es una ciencia que no puede entenderse ni aprenderse a fondo en forma colectiva sino
individualmente. Sólo así el socialismo científico puede extenderse a toda la sociedad.
Al respecto, debemos recordar que a mediados del siglo XIX, el socialismo proclama ser el ‘florecer dialéctico’
y la ‘auto-abolición’ de por lo menos tres ciencias sociales clásicas importantes: la filosofía alemana, la
economía nacional inglesa y la ciencia política
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francesa. Tal asimilación científica tiene como prerrequisitos, una cabal comprensión de la dialéctica
materialista, del materialismo histórico, de la teoría económica marxista, de la historia de las revoluciones
sociales modernas y de los movimientos de la clase obrera contemporáneos. Con toda seguridad un obrero de
fábrica medianamente educado, imbuido de las ilusiones e ideologías burguesas, es incapaz de aprender y
asimilar en toda su dimensión histórica, los hechos científicos ya mencionados. Por ello Lenin argumentaba que
la conciencia de clase, las ideas socialistas y la teoría-práxis revolucionaria, sólo pueden ser distribuidas
socialmente, a través de una selección individual de los grupos laborales más experimentados dentro del
proletariado. Porque a medida que esa conciencia de clase sea adquirida individualmente, en principio, los
miembros de otros grupos sociales, por ejemplo los intelectuales, pueden participar directamente en la lucha de
clases proletaria, siempre y cuando apoyen y protejan los intereses de la clase obrera. Basándose en este marco
teórico, Lenin desarrolló su teoría del partido.
3. Lucha de clases proletaria y conciencia de clase proletaria
De lo antes expuesto, según Lenin, se deduce que la unidad dialéctica (como proceso) de las masas proletarias,
de la vanguardia proletaria y del partido revolucionario, está determinada por la transformación de la lucha de
clase proletaria misma y por los efectos causados por esta transformación histórica en la conciencia de clase de
las masas trabajadoras.
Como dijimos anteriormente, las luchas de clases se han emprendido, por milenios, sin que las clases
revolucionarias supieran, conscientemente y con exactitud, cual era su misión histórica. Más aun, las luchas de
clases obreras ocurrieron mucho antes de que existiera un movimiento socialista, un socialismo
filosófico-científico o el Manifiesto Comunista. En esas luchas se incluían métodos como las huelgas, ‘retardo
voluntario en el ritmo de trabajo’, protestas violentas, manifestaciones y hasta organización de sindicatos
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embrionarios. Estos métodos eran el producto directo de las acciones obreras contra las condiciones de opresión
impuestas por la clase dominante y pueden clasificarse como formas elementales de las luchas de clase
proletaria.
Sólo la experiencia, ganada a la acción, puede originar conciencia social y reproducirla. únicamente a través de
las acciones de masa se puede cambiar la conciencia social. Sin embargo, en la mayoría de los trabajadores está
activa sólo durante la lucha misma. Después, regresa a la ‘vida privada’, es decir, a la lucha por la
supervivencia, bajo la alienación capitalista.
En ciertos grupos pequeños de trabajadores progresistas, la vanguardia proletaria se comporta de manera
diferente. Después de le batalla, ellos continúan la lucha, activamente, en otros frentes. La fuerza conductora
detrás de esta vanguardia es menos intelectual, pero constituye la experiencia verdadera, la práxis de la lucha de
clases.
Lenin demostró que la acción colectiva de los trabajadores progresistas es muy difícil de lograr. Ellos saben, por
experiencias ya pasadas, que las acciones efímeras no conducen al logro de sus objetivos de liberación.
Tampoco ignoran el poder de la burguesía. Por ello Lenin subrayó la importancia de que estos obreros
progresistas sean asimilados a los núcleos de trabajadores revolucionarios, a fin de poder organizar un partido
revolucionario de clase proletaria.
El proceso de ‘maduración’ de una virtual situación revolucionaria, se articula en las correspondientes acciones
continuas de las grandes masas obreras con las de los grupos progresistas. Una situación revolucionaria, es
decir, la posibilidad de conquistar el poder social, existe, cuando se logra la asimilación de la vanguardia
revolucionaria proletaria y las acciones de masa y cuando, al mismo tiempo, la conciencia política de la
vanguardia se ha convertido en conciencia revolucionaria.
Vemos así que la transformación de la elemental lucha de clases en revolución proletaria, tiene importantes
precondiciones cuantitativas y cualitativas: se necesita un gran número de trabajadores progresistas, pero
también objetivos revolucionarios muy claramente
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formulados y un programa socialista transitorio bien definido. Luego, según Lenin, sólo es posible una
revolución proletaria triunfante, cuando todos los factores ya mencionados se unen dialécticamente con éxito.
C. Planificación centralizada
En su concepción del plan estratégico, como ya hemos visto, la teoría de la organización de Lenin es,
fundamentalmente, una práxis-teoría de la revolución. Rosa Luxemburgo, en su polémica contra Lenin (entre
1903 y 1904), no se dio cuenta de esto. El concepto de Lenin sobre centralización, es principalmente de
naturaleza organizativa y enfatiza la función político-social.
Un cuidadoso estudio de su libro ¿Qué Hacer? revela que el objetivo primordial de Lenin es demostrar que la
conciencia de clase del proletariado evoluciona hacia una conciencia de clase a nivel político, mediante una
profunda práxis política. Lenin escribió:
„En realidad, es posible ‘promover la actividad de las masas trabajadoras’; sólo, siempre y cuando, esta
actividad no esté restringida a una agitación política’basada únicamente en lo económico’. Una de las
condiciones fundamentales para el incremento necesario de la agitación política, es la organización de un
despliegue político profundo. En lo que se infiere a conciencia política y actividad revolucionaria, las masas no
pueden ser preparadas sino a través de tal despliegue. De allí que este tipo de actividad sea una de las funciones
más importantes de la Social Democracia Internacional. [...] La conciencia de clase obrera no puede ser
conciencia política genuina, si los trabajadores no están preparados para responder a todos los casos, sin
excepción, de tiranía, opresión, violencia y abuso, no importa qué clase esté afectada. Más aún, para responder
sólo desde un punto de vista democrático social y no otro. La conciencia de las masas trabajadoras no puede ser
conciencia de clase auténtica, a menos que ellas aprendan a observar directamente en los hechos y
acontecimientos
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de naturaleza política, sobre todo los de actualidad, a cada una de las demás clases y todas las manifestaciones
de la vida intelectual, ética y política de esas clases; a menos que aprendan a poner en la práxis el análisis
material y la valoración materialista de todos los aspectos de la vida y actividad de todas las clases, estratos y
grupos de la población [...] porque la auto-realización de la clase obrera está perdurablemente ligada, no sólo a
una comprensión teórica completamente clara; sería más válido decir: no tanto a una comprensión teórica como
a un entender práxico de las relaciones entre todas las diferentes clases de la sociedad moderna, adquirida a
través de la experiencia en la vida política“. (5)
Por esta razón, Lenin hizo hincapié en que el partido revolucionario debe, necesariamente respaldar todas las
reivindicaciones progresistas de las clases oprimidas. En ¿Qué Hacer? Lenin elaboró su plan estratégico central.
Este consiste en una agitación partidista que abarca todos los movimientos, protestas y revueltas de insistencia
elementales, espontáneos, locales y regionales. Poniéndose entonces más énfasis en el nivel político y no en el
centralismo organizativo.
La centralización político-formal tiene el único objetivo de lograr esta agitación partidista que es el plan
estratégico. Dentro de este contexto, Rosa Luxemburgo sostenía que el ejército proletario se reclutaría sólo
dentro de la lucha de clases auténtica y entonces llegaría a tomar conciencia de los objetivos de la lucha. (6)
La historia ha demostrado su error. Lo veremos si estudiamos, por ejemplo, las huelgas generales francesas de
1936 y 1968, las luchas de clase de 1920, 1948 y 1969 en Italia, o las de España entre 1931 y 1937.
El plan estratégico de Lenin intenta unificar, organizadamente, a los dirigentes (cuadros) revolucionarios y a los
trabajadores progresistas con el fin de crear una vanguardia revolucionara. Desde
_________________________________________
(5) Ibid., pp. 115-117; (n.t.).
(6) Véase: Rosa Luxemburgo,.La Crisis de la Socialdemocracia, Barcelona, Editorial Anagrama, 1976.
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luego, no debemos olvidar que este plan estratégico tiene como objetivos: una revolución social, la consecución
del poder político y la confrontación directa con la violencia del Estado. Este no puede ser destruido
dialécticamente, mediante un proceso de evolución gradual, por ejemplo, mediante el reformismo dentro del
sistema capitalista mundial.
Sobre este punto, Rosa Luxemburgo y Lenin coincidieron. Así se hace evidente el problema de encontrar un
instrumento para lograr el poder político revolucionario. Aquí Rosa Luxemburgo consideró nuevamente, que el
partido revolucionario de Lenin no era sino una especie de grupo conspirador blanquista. Sin embargo, un
estudio cuidadoso de ¿Qué Hacer? y de la práxis-teoría del Partido Bolchevique entre 1905 y 1917 revela que el
nuevo tipo de partido leninista está concebido como una vanguardia, cuyo objetivo es la realización
ininterrumpida de un programa revolucionario. Rosa Luxemburgo había analizado el problema desde la
perspectiva de la situación social alemana de 1904, cuando una revolución social no era la orden del día. Una
década más tarde, cuando las condiciones cambiaron en Alemania, el grupo Espartaco arribó a conclusiones
políticas, en un sentido leninista.
D. Vanguardia revolucionaria y acciones espontáneas de masa
Marx y Engels habían criticado, a nivel teórico, acciones obreras como las de la Comuna de París de 1871, pero
una vez ocurridas, las respaldaban febrilmente. Así mismo, Lenin enjuiciaba las acciones espontáneas con fines
exclusivamente sindicalistas, pero, una vez realizadas tales luchas, él respaldaba los propósitos verdaderos de
los trabajadores. Entonces no es cierto que detestara absolutamente la espontaneidad obrera, como más tarde
quiso hacerlo ver la burocracia estalinista, falsificando los esfuerzos revolucionarios de Lenin. Obviamente, un
Gobierno burocrático elitesco tiene que aborrecer las acciones espontáneas de masa.
Rosa Luxemburgo y Lenin coincidían con la afirmación de Marx y Engels en el Manifiesto Comunista que la
revolución proletaria no
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tiene horario, de hecho, ni siquiera una fórmula política. La elemental acción de masa, sin la cual una
revolución social es imposible, no puede organizarse esquemáticamente, ni puede ser comandada por un grupo
de funcionarios revolucionarios.
La diferencia entre la teoría de la organización de Lenin y la llamada teoría de la espontaneidad de Rosa
Luxemburgo no radica en una evaluación diferente de la iniciativa, auto-organización o creatividad de las
masas, sino en la comprensión de sus limitaciones. Las masas son incapaces de formular un programa completo
de revolución socialista, dentro de la lucha misma. Tampoco pueden organizar el poder central necesario para
hacer caer a la clase gobernante. Las limitaciones de la clase obrera, van a encontrarse precisamente allí, donde
la realización, el éxito de la revolución socialista no puede improvisarse. En todo caso, la espontaneidad pura en
la lucha de la clase obrera, no existe.
El concepto ‘espontaneidad de las masas’ solamente significa: movimientos obreros que no están políticamente
influenciados desde afuera, es decir, desde otras organizaciones o partidos políticos. Aún más, en las acciones
espontáneas de masa se encuentran trabajadores progresistas individuales o líderes revolucionarios, los que
poseen un nivel de conciencia política más elevado que el resto de las masas obreras. En un sentido leninista,
las acciones espontáneas de masa, aún guiadas parcialmente por la ideología burguesa, son desorganizadas,
descontinuadas y sin ninguna planificación. Una organización revolucionaria, un partido revolucionario,
establece que la vanguardia, políticamente consciente, coordine, planifique y sincronice esta lucha espontánea
de masa de una manera continua, como un proceso revolucionario. Todas las exigencias del ‘hiper centralismo’
de Lenin, se concentran en los objetivos arriba mencionados. Sólo un determinista, un mecanicista fatalista,
diría que todas las acciones de masa deben ocurrir en un cierto día y a una hora determinada. El grupo
Kautsky-Bauer, especialmente, había propagado tal actitud política. Las luchas obreras francesas e italianas de
1968-69, comenzaron con acciones espontáneas de masa no respaldadas por los grandes sindicatos ni por los
partidos
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políticos. La vanguardia del movimiento fue integrada por trabajadores radicales y estudiantes progresistas.
Millones de obreros estuvieron involucrados, aproximadamente 10 millones en Francia y 15 millones en Italia.
En ambas, las reivindicaciones políticas fueron más allá de las reivindicaciones puramente económicas. Pero
ninguna de las dos tuvo éxito como para derribar el aparato del Estado o cambiar el modo de producción
capitalista. Trotsky habría dicho: el impulso político se disipó por la ausencia de un cilindro revolucionario que
pudiera haber concentrado la energía en un punto decisivo. (7)
Ciertamente, el calor político es la energía que determina la movilización de masas. La lucha de clases misma es
el cilindro, no el partido revolucionario. Sin la presión revolucionaria el cilindro no funciona; sin él, todo el
calor político se evapora en la nada. Esto exactamente sucedió en Italia y Francia. Sin una verdadera
organización revolucionaria, es decir, sin un partido de vanguardia, la revolución social no es posible. Esta es la
quintaesencia científica de la práxis-teoría de la organización de Lenin.
E. Organización, burocracia y práxis revolucionaria
No obstante, todo el plan tiene una dificultad terminante que Lenin no admitió en 1903-1905, cuando riñó con
los mencheviques, y que no logró comprender bien antes de la Primera Guerra Mundial, en el periodo
1908-1914. En el sentido político, Rosa Luxemburgo y Trotsky fueron más perspicaces. Las limitaciones de la
conciencia de clase de las grandes masas trabajadoras, confirmaron la necesidad de una vanguardia, de la
separación entre el partido y las masas. Esto supone una relación dialéctica compleja, la unidad de separación e
integración. Quiere decir, que el partido revolucionario surge dentro de una sociedad capitalista, cuyas
características inherentes son: la división universal del trabajo, la producción de bienes para el consumo y la
alienación de todas las relaciones humanas; por consiguiente, cuando el aparato del partido se construye
separadamente de las
__________________________________________
(7) Véase: Leon Trotzky, Geschichte der russischen Revolution, 3 tomos, Francfort del Meno,
Fischer, 1973.
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masas obreras, corre el peligro de convertirse en una entidad independiente, que puede conducir a
deformaciones y burocracia.
Exactamente, esto fue lo que sucedió en la Segunda y Tercera Internacional, donde los partidos políticos
internacionales estaban subordinados a burocracias reformistas conservadoras, orientadas hacia la preservación
del status quo.
La burocracia es un producto social de la división del trabajo y la imposibilidad de las masas obreras de cumplir
de inmediato sus objetivos revolucionarios. Esta división del trabajo refleja las condiciones materiales del
capitalismo. Cuando se ignoran estas condiciones históricas, el movimiento revolucionario necesariamente se
estanca.
Ya en 1905 Rosa Luxemburgo advirtió que podría originarse una división entre las agitadas masas obreras y el
vacilante partido Social Demócrata. (8) En su trabajo Resultados y Perspectivas (9) (1906), Trotsky explicó
cómo los partidos social-demócratas podrían llegar a convertirse en obstáculos para la revolución cuando se
mantienen al margen de las luchas obreras. Sólo en 1914 Lenin cambió de opinión. El 4 de agosto de 1914
sufrió un trauma, la Primera Guerra Mundial se hizo una realidad histórica.
F. Práxis-teoría de la organización y programa revolucionario
A partir de 1914, Lenin consideró la organización como algo no sólo funcional, sino también substancial.
Entonces abandonó la posición que había tomado en ¿Qué Hacer? y Un Paso Adelante, Dos Pasos Atrás (10)
donde el concepto de ‘organización’ en general, fue comparado con el concepto de ‘espontaneidad’ en general.
Ahora, él hace la distinción entre organización conservadora-objetiva y organización revolucionaria-objetiva.
La voluntad revolucionaria espontánea de las masas se coloca por encima de las acciones de masa de las
organizaciones reformistas-conservadoras.
__________________________________________
(8) Véase: Rosa Luxemburgo, op. cit.
(9) Leon Trotzky, The Permanent Revolution and Results and Prospects, Nueva York, New Park Publications,
1962.
(10) V.I. Lenin, One Step Forward, Two Steps Back, Moscú, F.L.P.H., 1950.
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Esto parece ser un paso hacia la posición de Rosa Luxemburgo, pero en realidad, él estaba elaborando su propia
teoría. Ahora distinguía claramente entre partido revolucionario y organización. En lugar de la posición
anterior, en la que sostenía que el partido revolucionario debía desarrollar la conciencia de clase dentro de la
clase obrera, ahora, el partido revolucionario debe despertar y desarrollar la conciencia revolucionaria en la
vanguardia de la clase obrera. La edificación del partido revolucionario significa la asimilación del programa de
la revolución socialista con la experiencia lograda en las luchas de clases, por la mayoría de los trabajadores
progresistas. (11)
En este sentido, Lenin avanzó un paso más que Luxemburgo y Trotsky. Antes de 1914, esta concepción
revolucionaria estaba limitada a Rusia, luego se extendió a Europa Occidental. Después de la primera
Revolución rusa de 1905, Lenin tenía una visión clara respecto a la realidad de la revolución en el mundo
colonial y puso énfasis, más que nunca, en la práxis-teoría revolucionaria. La organización de la vanguardia es
un instrumento para realizar una revolución y las revoluciones proletarias no son posibles sin el desarrollo de la
práxis-teoría proletaria.
G. Centrismo democrático y democracia de los soviets
En la práxis-teoría de la organización de Lenin, el centralismo no pretende obstaculizar la democracia del
partido. Concibió la organización como algo basado en miembros activos que operan bajo control colectivo. Si
existe alguna relación entre la concepción leninista de un partido y la burocracia de Stalin, entonces debería
delinearse dentro del contexto verdadero.
El `éxito’ de Stalin no fue una consecuencia histórica de la práxis-teoría de la organización de Lenin, sino de
que en Rusia había desaparecido un elemento muy importante de esa práxis-teoría. Después de 1924 un amplio
estrato de organizadores revolucionarios que junto con las masas obreras pudo haber permanecido
______________________________________
(11) Véase: V.I. Lenin, „Left Wing“ Communism, an Infantile Disorder, Moscú, Novosti Press Agency
Publishing House, 1920. Del mismo autor: „Left Wing“ Childishness and Petty Bourgeois Mentality, Moscú,
s/e. 1979.
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políticamente activo, no estaba presente. Bajo tales circunstancias, la concepción leninista del partido, se
transformó en su contrario. Lenin mismo previó esta posibilidad. (12)
El ‘sistema de los soviets’ fue la respuesta que los mismos trabajadores rusos dieron al problema de la
organización de sus propias actividades revolucionarias durante y después de la Revolución de Octubre de
1917. Un soviet es, en realidad, un frente unificado de diversas tendencias políticas, con un fin común: la
defensa de la revolución. Por eso, básicamente, no hay contradicción entre la organización revolucionaria de
Lenin y la ‘democracia’ del soviet o poder del soviet. De hecho, sin el trabajo sistemático de organización de un
partido revolucionario, el sistema soviético caería bajo la influencia de burocracias reformistas (como sucedió
con el soviet alemán en 1918-19) perdiendo, desde luego, el poder político. Bajo circunstancias de procesos
transitorios, donde la revolución mundial no se ha efectuado, el sistema del soviet necesita de un partido
revolucionario, pero no del tipo de partido estalinista que suprimió las luchas obreras de Hungría en 1956, o las
de Checoslovaquia en 1968 y las de Polonia en 1981. Centralismo democrático no quiere decir ‘papel
dominante del partido’, sino que se basa en la democracia de cooperación entre el partido y los soviets; el
primero guiando a los segundos, brindándoles un amplio campo de acción a la iniciativa, productividad y
creatividad propias del obrero. Sin los soviets, como base material, el partido no es nada.
H. ‘Intelligentsia’ técnica, ciencias sociales y conciencia de clase proletaria
Siendo la teoría de la organización, de hecho, la práxis-teoría revolucionaria de Lenin, en condiciones
contemporáneas, ¿cuál puede ser la contribución de los intelectuales para lograr el desarrollo de la conciencia
de clase proletaria a escala global? (13) Sólo tocaré este punto muy brevemente.
__________________________________________
(12) Véase: VA. Lenin, What Is To Be Done?, op.cit.
(13) Véase: Franz J.T. Lee, Technische Intelligenz und Klassenkampf, Francfort del Meno, S. Fischer Verlag,
1974, pp. 55-90.
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Durante la llamada `tercera Revolución industrial’ del capitalismo, después de la década de los 60, en países
imperialistas y parcialmente en países desarrollados del ‘Tercer Mundo’, el ‘trabajo intelectual’ ha sido
reintroducido y explotado masivamente en el proceso de producción capitalista tardía en la llamada
globalización del siglo XXI. Esto ha traído como consecuencia la aparición de una ‘intelligentsia’ técnica,
tecnológica y científica, un estrato superior del proletariado mundial. En el sentido leninista de vanguardia
proletaria, ésta tiene la oportunidad histórica de superar la alienación capitalista en el campo de la conciencia
social y de hacer valiosísimos aportes en lo que respecta al cultivo de la conciencia revolucionaria a escala
mundial.
Precondición muy importante para el logro de este objetivo es la abolición de la contradicción entre la práxis
científica y la teoría filosófica, e igualmente, la supresión de la brecha existente (en un sentido dialéctico) entre
las ciencias naturales y sociales.
Como hemos visto, la práxis-teoría leninista de la organización proporciona una respuesta al problema de la
realidad de la revolución y de la cuestión revolucionaria en la historia contemporánea. Así mismo, plantea que
la práxis-teoría revolucionaria internacional es un prerrequisito para el análisis científico-filosófico a nivel
mundial, del mismo modo que la organización internacional es la condición previa para tal práxis-teoría
revolucionario-emancipatoria.
Sin conocer las experiencias históricas de las luchas de clases internacionales, de los diferentes sistemas
ideológicos, del modo de producción capitalista internacional, las contradicciones del capitalismo
contemporáneo no pueden identificarse con precisión científica-filosófica. Más aún, la historia entendida como
el proceso de trabajo es el único laboratorio de la ciencia social en el cual se forman los educadores. No
debemos olvidar la famosa frase de Marx: „Los mismos educadores deben educarse“.
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