FENACLE ANGEL RIVERO

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Las normas de
responsabilidad social una
oportunidad o una
amenaza al movimiento
sindical.

Las dificultades para la sindicalización,
motivadas por la legislación, pero también por
la actitud de las empresas que buscan
mecanismos para evitar la sindicalización o
para destruirla cuando se crean
organizaciones sindicales. La experiencia en
el sectores bananero, azucarero, tabacalero,
florícola y piñas. En el último año fueron
abortados tres sindicatos en empresas de
flores: los únicos que se quisieron organizar,
por lo tanto la contratación colectiva tampoco
existe salvo en pocas empresas comparada
con las que existen en el país.


El IESS, en diciembre del 2009 denunció que
hay 14.000 empresas que deben al IESS
mas de USD10.000 (DIEZ MIL DÓLARES)
cada una, y que se les daba una oportunidad
de hacer convenios: se presentaron
alrededor de quinientas y no sabemos que se
hará con las demás. Muchas de estas
empresas descuentan a los trabajadores,
pero no aportan ni lo correspondiente a los
trabajadores ni lo de la parte patronal.
Hay empresas que no pagan horas extras,
que no reconocen trabajos de fin de semana,
que obligan a trabajar a destajo, a pesar de
que hay un acuerdo salarial (por ejemplo se
les obliga a cumplir cuotas de trabajo para lo
cual pueden llegar a ocupar mas tiempo del
pactado de ocho horas).
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
Hay empresas bananeras que fumigan no
sólo las plantaciones con trabajadores
adentro, sino también escuelas, casas,
canales de agua, otros cultivos, etc.,
exponiendo a la población a sustancias
tóxicas conocidas.
Por lo antedicho, hay derechos laborales
básicos, normas elementales, condiciones
ambientales y de salud que están
amenazadas por muchas empresas, frente a
lo cual se habla de impulsar la
Responsabilidad Social Empresarial.
La respuesta no puede ser de que con la
Responsabilidad Social Empresarial se
solucionaran estos problemas, por que
tenemos leyes que cumplir y eso no sería
ningún valor agregado a la ley, mas bien
podría intentar sustituírsela con esta
propuesta en donde los empresarios
decidirían cual si y cual no de los derechos se
reconocen. Esto es inaceptable por que el
empresariado no puede reemplazar a la ley,
DEBE CUMPLIRLA!
 A través de los medios de prensa e Internet se
propagandiza sobre la responsabilidad social
de las empresas.
 Sin embargo esto no se observa en la práctica
y los trabajadores/ras sufren más bien la
irresponsabilidad social de las empresas.
 En muchos casos cuentan con el visto bueno
de los ministerios de trabajo.
 En los últimos años las desmejoras en las
contrataciones colectivas en el sector bananero, han
impactado negativamente en los salarios de los
trabajadores y aumentado el volumen de trabajo.
 Con esto se podría decir que las empresas
multinacionales buscan las certificaciones para
justificar las malas condiciones laborales que están
fomentando y con ello enmascaran el aumento de la
pobreza entre los trabajadores/ras de los países.
 La responsabilidad socio- laboral y ambiental,
no es solo una palabra de moda en el orden
mundial si no que se pretende sustituir las
organizaciones sindicales.
 Sus normas mínimas pretenden sustituir
contratos colectivos.
 Es preocupante que se están apropiando de
los propios convenios de la OIT, como si ellos
fuesen sus aplicadores y se presentan como
fieles cumplidores de estos.
 La principal intención en este tipo de
iniciativas es comercial y de forma
colateral, mostrar a los Supermercadosdistribuidores, consumidores y gobiernos
el cumplimiento de las normas laborales
y tratar de opacar los logros de los
sindicatos en el tiempo a través de las
contrataciones colectivas.

Los empresarios de esta iniciativa dicen claramente que no
es filantropía, es decir que no es un deseo general de hacer
el bien sino de ayudar. La ayuda que necesitamos los
trabajadores es que se cumpla la ley y se nos permita
organizarnos sindicalmente y tener contratos colectivos. No
creemos en iniciativas unilaterales y cuyos alcances y límites
son fijados por una sola parte. Ya en la experiencia de las
certificaciones se demostró que las propias empresas
obtienen los sellos y controlan su cumplimiento, dejando
fuera al Estado y a los trabajadores. Se ha llegado al extremo
de que el sello de Flores -La Flor del Ecuador- lo otorga
EXPOFLORES a sus afiliados. Aunque ahora se diga que
tienen auditores externos, son finalmente ellos los que
deciden y los trabajadores no tienen derecho a expresarse
independiente y libremente. El Estado no tiene ningún
control de la situación, las certificadoras que dictan normas
muchas veces tienen domicilio fuera del país.


Nuestro pedido es volver al Tripartismo, es decir, a
que empresarios, trabajadores y Estado, y en
muchos casos los consumidores también se sumen,
para discutir los problemas y buscar soluciones
consensuadas.
Mientras no exista esa mesa de tres patas y falte la
de los trabajadores, la mesa se seguirá cayendo
sobre los mismos trabajadores y eso no podemos
aceptarlo. No queremos buenas intenciones,
queremos que se cumpla la ley y consensuar un
programa tripartito para mejorar las condiciones y
ambiente de trabajo de los trabajadores. Mientras no
se demuestre que las empresas aceptan y facilitan
la libertad sindical, todos estos programas servirán
para crear imágenes de mercado, vender más, y
frecuentemente para evitar que se formen sindicatos
y eludir responsabilidades legales.
 Si tomamos en cuenta que, aun el mismo
sistema de certificación es un negocioComercio, este carece de regulación y sus
principios están basados no en defender los
derechos laborales, si no en proporcionar una
imagen pública a las empresas.
 Con un carácter de responsabilidad social que
se vuelve un instrumento de sustitución de las
leyes nacionales.
 La responsabilidad social y ambiental de
las empresas no debe ser sinónimo de
sustitución de los derechos sindicales.
 Los gobiernos no deberían reconocer a
estas iniciativas como las alternativas de
solución a la problemática laboral.
Conclusión:
Las certificaciones de responsabilidad
Social actualmente podrían estar siendo
utilizadas
para
enmascarar
la
persecución sindical, negar la verdadera
negociación colectiva y justificar la
precarización de las condiciones laborales
de miles de trabajadores/ras en América
Latina.
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