Artículo 6 Agua de calidad bacteriológica M. en C. Alejandra Martínez García Subdirectora Ejecutiva de Gestión de Riesgos Prevenir enfermedades La desinfección del agua con cloro, que se distribuye mediante los sistemas de abastecimiento, tiene el propósito de prevenir enfermedades para asegurar la protección de la población contra riesgos derivados de la presencia de contaminantes bacteriológicos. La normatividad sanitaria establece que el agua que se distribuye a la población debe contener cloro residual libre entre 0.2 y 1.5 μg/litro. Monitoreo de cloro residual libre La efectividad del procedimiento de desinfección aplicado al agua se puede evaluar mediante un análisis bacteriológico, en búsqueda de microorganismos patógenos. Sin embargo, por razones económicas, no es posible realizar la vigilancia de la calidad bacteriológica del agua mediante estos estudios; en la práctica se realiza un método sencillo y de menor costo: el monitoreo de cloro residual libre, indicador fundamental cuya presencia señala que no se ha introducido materia orgánico ni, probablemente, microorganismos en tuberías. No obstante, dado que la presencia de cloro residual libre no implica necesariamente la ausencia de organismos patógenos en el agua, es imprescindible realizar un muestreo microbiológico combinado con la determinación de cloro residual libre para un sistema de monitoreo eficiente. Lineamientos generales El monitoreo de la calidad del agua es de observancia obligatoria en el territorio nacional y se aplica a todos los organismos operadores de los sistemas de abastecimiento público y corresponde su vigilancia a la Secretaría de Salud, en coordinación con los gobiernos estatales, municipales, gobierno del Distrito Federal, comisiones estatales de Agua y Saneamiento y la Comisión Nacional del Agua, en sus respectivos ámbitos de competencia. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, junto con la Comisión Nacional del Agua, emitió los Lineamientos generales para el monitoreo de cloro residual libre en sistemas de distribución de agua para uso y consumo humano, con el propósito de realizar eficientemente la aplicación de los recursos destinados al proyecto de agua de calidad bacteriológica y asegurar que sus indicadores sean un reflejo fiel de la calidad del líquido que se suministra a la población. Estos lineamientos establecen el procedimiento para vigilar la calidad del agua. Avances y resultados En el proyecto participan las 32 entidades federativas. Para 2003, la vigilancia de la calidad de agua a nivel nacional garantizó una eficiencia de cloración de 86.47% (66.2 millones de habitantes con agua de calidad bacteriológica 1). En 2004, hasta el mes de octubre, existió una cloración de 88.74% (74.1 millones de habitantes con agua de calidad). La meta establecida para el 2004 fue lograr 89.47% de eficiencia de cloración. 1 La población con agua de calidad bacteriológica para uso y consumo humano se define como la proporción de habitantes del país que recibe agua desinfectada con cloro por medio de los sistemas de abastecimiento formales. El nivel de cloro residual libre considerado debe ser igual o superior a la norma (0.2 - 1.5 μg/L). El reto es mantener y aumentar la cobertura de agua con calidad bacteriológica, de tal forma que en las entidades federativas sea cada vez mayor la población con este servicio. Por ello, es necesario sumar esfuerzos a fin de resolver las deficiencias en el suministro de agua potable de los sistemas de abastecimiento. Con el propósito de homologar criterios para la determinación de cloro residual libre en los sistemas de abastecimiento de agua se llevaron a cabo visitas a las entidades federativas para considerar: Criterios de cobertura en medio urbano y rural. Participación del personal de regulación sanitaria. Situación que guarda el equipo de monitoreo. Técnica usada para la determinación de cloro. Emisión de notificaciones y ordenamientos al organismo operador. De lo anterior se deriva la necesidad de ampliar la cobertura de vigilancia en aquellas localidades consideradas de alto riesgo por su incidencia en enfermedades gastrointestinales y que cuentan con sistemas de abastecimiento formales; así como mantener una vigilancia de acuerdo al número de habitantes. Finalmente, el programa debe avanzar hacia la población que no cuenta con un sistema formal de abastecimiento y, a su vez, protegerla contra riesgos sanitarios.