Secretariado Internacional Tel: +598 2 403 2989 Ricardo Carrere (Coordinador)

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WORLD RAINFOREST MOVEMENT
MOVIMIENTO MUNDIAL POR LOS BOSQUES TROPICALES
Secretariado Internacional
Ricardo Carrere (Coordinador)
Maldonado 1858
11200 Montevideo - Uruguay
En este número:
Tel: +598 2 403 2989
Fax: +598 2 408 0762
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BOLETIN 45 del WRM
Abril, 2001
NUESTRA OPINION
- Evaluación de FAO sobre situación de los bosques: ocultando la verdad
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LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS
AMERICA DEL SUR
- Argentina: monocultivos forestales afectan a poblaciones de aves de pradera
- “Avança Brasil!” . . . hacia la destrucción de la Amazonia
- Chile: monocultivos forestales amenazan bosque de características únicas
- Ecuador: pedido de acción para detener proyecto de oleoducto
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AMERICA CENTRAL
- Honduras: involucramiento del Banco Mundial en la destrucción de manglares
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AMERICA DEL NORTE
- EE.UU: acusaciones durante la asamblea anual del gigante maderero Boise Cascade
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AFRICA
- Chad-Camerún: ingresos petroleros versus derechos humanos y medio ambiente
- Kenia: Pan African Paper Mills provoca contaminación y deforestación
- Liberia: destrucción de bosques respaldada por el gobierno
- Sudáfrica: ¿Quo vadis FSC?
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ASIA
- China: exportando deforestación y promoviendo monocultivos forestales
- India: denuncian violencia del Departamento Forestal contra los adivasi
- Tailandia: un paso adelante en la resolución de un conflicto
- Vietnam: plantaciones como sumideros para evitar reducción de emisiones en Australia
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OCEANIA
- Tonga: las causas subyacentes de la pérdida de los bosques
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GENERAL
- El World Resources Institute critica evaluación de recursos forestales de la FAO
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Abril 2001
NUESTRA OPINION
- Evaluación de FAO sobre situación de los bosques: ocultando la verdad
Recientemente la FAO presentó los resultados de su Evaluación de los Recursos Forestales Globales 2000, que
caracterizó como “el informe de base más abarcativo, confiable y fidedigno en relación con los actuales recursos
forestales”. Pero la pregunta más importante es: ¿sirve para algo?
El mensaje central de la evaluación de la FAO es que la situación ha mejorado en relación con anteriores
estudios de ese tipo a nivel mundial. Se indica que en el presente la deforestación se está dando “a una tasa
neta significativamente inferior a la registrada en el informe anterior de FAO, correspondiente al período
1990-1995”, y se agrega que “es posible que, desde la década de 1980, la deforestación neta a nivel global haya
decrecido”. De manera que parecería ser que --¡por fin!-- la situación estaría mejorando. Sin embargo, si se
analiza el estudio más detenidamente, resulta claro que la situación no ha mejorado en absoluto y que las
conclusiones a que llega resultan de manipular la información de distintas formas:
1) Cambiado la definición de bosques. El propio estudio es autoexplicativo en el caso de Australia, cuya área
boscosa aparece pasando de 41 millones de hectáreas en 1995 ¡a 150 millones de hectáreas en 2000! La razón
es que “este drástico aumento del orden de 115 millones de hectáreas se debe a que se aplicó una definición de
bosque que considera como tal a las superficies de suelo cubiertas en un 10% por las copas de los árboles,
contrariamente al 20% que se utilizaba para los países industrializados en anteriores evaluaciones”. Entonces no
es que el área boscosa haya aumentado --en realidad podría incluso haber disminuido- sino que el cambio de
definición la hace aparecer mucho mayor que antes.
2) No incluyendo la tala comercial como deforestación. Según la FAO, “por definición, el madereo en si mismo no
genera deforestación, siempre que se permita la regeneración del bosque”. Un área deforestada cuyo bosque se
esté regenerando sigue siendo considerada como bosque y se la define como “área temporalmente sin árboles”.
Ello significa que en un país pueden haberse cortado la mayor parte de los bosques pero --a menos que se dé
otro uso al suelo-- para la FAO seguirá teniendo la misma superficie boscosa que antes.
3) Incluyendo a las plantaciones como “bosques”, según la clásica definición de FAO. Ello permite que el estudio
hable de “reducciones en la deforestación neta”, que, sin embargo, “se deben mayormente al significativo
aumento de las plantaciones forestales y a la regeneración de bosques en tierras agrícolas abandonadas”.
Según el estudio, la actual tasa de establecimiento de plantaciones a nivel mundial es de 4,5 millones de
hectáreas anuales, lo que significa que una superficie equivalente de bosque puede desaparecer anualmente,
pero el área “de bosques” aparecerá como no habiendo cambiado en absoluto.
4) Incluyendo a aún más tipos de plantaciones como bosques --como las plantaciones de caucho-- que no
habían sido incluidas como tales en anteriores evaluaciones de la FAO, y así incrementando artificialmente el
área de "bosques".
Pero aún con todas esas manipulaciones, la FAO debe reconocer que “las tasas netas más altas de
deforestación se registraron en Africa y Sudamérica, en tanto la forestación mediante plantaciones compensó
significativamente la pérdida de bosques en Asia”. Ello significa que si las plantaciones fueran consideradas
como lo que realmente son --cultivos y no bosques-- el panorama en estos tres continentes mostraría que la
situación o bien no ha mejorado o bien que se ha deteriorado aún más.
A pesar de lo anterior, todo el mundo sabe que existen pocos países --si es que los hay-- que puedan decir que
ninguno de sus bosques primarios ha sido degradado y que está permitiendo la regeneración de sus bosques
secundarios. Todo el mundo sabe que los monocultivos forestales nada tienen en común con los bosques. Todo
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el mundo sabe que --entre otras-- las selvas de la Amazonía, Africa Central y del Este y Sudeste Asiático están
desapareciendo a una tasa por lo menos igual a la anterior.
Intencionalmente o no, la FAO está difundiendo mensajes erróneos. Está sugiriendo que la deforestación está
disminuyendo, lo que sus propios datos indican no ser cierto. Le está diciendo a los gobiernos que pueden cortar
todos sus bosques, que sólo habrán de ser considerados como “áreas temporalmente sin árboles”. Está
aprobando la sustitución de bosques y praderas por monocultivos forestales, los que “compensarán la
deforestación neta”. Está haciendo crecer artificialmente la superficie boscosa de los países industrializados
mediante un simple cambio de definición. Por último, está ignorando completamente el tema de la degradación
de los bosques.
El mundo necesita saber la verdad acerca del estado real de los bosques. No como un ejercicio académico, sino
como una herramienta para adoptar e implementar políticas que aseguren la conservación de sus bosques en
peligro. Desgraciadamente, la FAO ha perdido la oportunidad de suministrarle al mundo esta herramienta.
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LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS
AMERICA DEL SUR
- Argentina: monocultivos forestales afectan a poblaciones de aves de pradera
En Argentina, la invasión de monocultivos forestales está destruyendo la biodiversidad de las praderas.
Subsidiadas por el gobierno, y con el apoyo del Banco Mundial, las plantaciones se están extendiendo por las
provincias del este del país --Misiones, Corrientes, Entre Ríos-- a la vez que se vienen plantando importantes
superficies en las Provincias de Buenos Aires, Córdoba, Cuyo, Chaco y Patagonia. Según cifras extraoficiales, el
área plantada en Argentina se multiplicó por cinco entre 1995 y 2000, y continúa creciendo. Las autoridades
argentinas quieren seguir los pasos de sus vecinos Chile y Uruguay, ignorando los impactos sociales y
ambientales que este modelo está generando en ambos países.
Un estudio publicado recientemente por la asociación ornitológica “Aves Argentinas”, revela que “el auge de las
forestaciones subsidiadas por el Estado ha producido la pérdida de poblaciones de aves amenazadas en la
eco-región Los Campos, situada al noreste del país”. Muchas zonas que resultan fundamentales para la
conservación de especies de pájaros se están convirtiendo en extensos monocultivos de pino y eucalipto, que
conforman un hábitat uniforme y pobre en alimento para las mismas. Algunos de los hábitats de pradera de aves
endémicas en la Mesopotamia argentina (región ubicada entre los ríos Paraná y Uruguay) están desapareciendo.
En la zona de Los Campos domina una vegetación herbácea subtropical, de transición entre la sabana del
Chaco, los pastizales de la Pampa y el bosque atlántico. Se trata de un ambiente rico en biodiversidad donde
coexisten pastizales, bosques subtropicales, bosques ribereños y humedales. Es el área más rica del país en lo
que se refiere a riqueza de especies de aves de pradera, entre las cuales hay diez que se consideran en peligro
de extinción a nivel global, por ejemplo la cachirla dorada (Anthus nattereri), el tordo amarillo (Xanthopsar flavus),
cuatro especies de capuchinos (Sporophila sp.) y el yetapá de collar (Alectrurus risora).
El relevamiento realizado en Los Campos revela que la destrucción del hábitat natural de pradera y su sustitución
por plantaciones de pino y eucalipto ha llevado a la pérdida de poblaciones de pájaros. Otras prácticas
relacionadas con la forestación --como la eliminación de humedales y el uso de pesticidas-- están ocasionando
impactos adicionales sobre dichas poblaciones. El estudio prueba asimismo que las plantaciones forestales a
gran escala en ecosistemas de pradera tienen similares impactos negativos sobre la biodiversidad a los
registrados en zonas de bosque, y que cuanto mayor sea su escala, mayor será el impacto.
Artículo basado en información obtenida de: Carlos U. Leoni, 8/4/2001, correo electrónico: [email protected]
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BOLETIN 45 del WRM
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- “Avança Brasil! . . . hacia la destrucción de la Amazonia
Entre el 27 y el 29 de marzo pasado, políticos, funcionarios forestales, representantes de la industria y de ONGs
se reunieron en la ciudad de Brasilia durante el seminario “Amazonia Siglo XXI: Perspectivas para el Desarrollo
Sustentable” a efectos de discutir sobre el futuro de la Amazonia, la mayor selva tropical del mundo. A pesar del
drástico proceso de deforestación y degradación que está afectando desde hace años a este vasto y rico espacio
geográfico, en el encuentro reinó una visión optimista. El fundamento de tal actitud está en la idea de que el
“manejo forestal sustentable” habrá de constituir la herramienta capaz de solucionar todos los problemas.
El sector industrial, representado por la Confederación Nacional de Industrias defendió la corta selectiva como
una práctica adecuada para alcanzar el “desarrollo sustentable” de la región amazónica y dio un alerta frente a
las visiones catastrofistas y alarmistas en relación al futuro. Los representantes de las ONGs presentes
compartieron básicamente la idea de que el manejo forestal sustentable constituye una manera adecuada de
conservar la selva. Si bien ambos grupos mencionaron la necesidad de controlar el madereo ilegal, los aspectos
sociales y políticos no fueron considerados en sus respectivas exposiciones.
Este encuentro tan lleno de optimismo fue interrumpido por un grupo de indígenas representantes de diferentes
naciones, que invadió el auditorio y expresó sus puntos de vista. Dijeron que querían seguir siendo indios, que
querían conservar sus bosques y culturas y que para ello necesitaban apoyo. El líder kayapó O-Kiaboro recordó
a la audiencia que la llegada de los europeos al territorio que después sería Brasil significó el inicio de la
destrucción de la naturaleza y de las culturas indígenas. Su pueblo no tiene por qué ser optimista en relación con
el futuro de la Amazonia. Por el contrario, su percepción es que están perdiendo su hogar, y que las autoridades
no están haciendo nada para proteger sus derechos. Abogó por un fortalecimiento del estatus y las funciones de
la FUNAI (agencia gubernamental de asuntos indígenas), que actualmente está siendo desmantelada. Otro de
los representantes indígenas expresó claramente lo que piensan de la FUNAI al señalar: “Dicen que la FUNAI no
sirve. Pero los pueblos indígenas me han dicho: es malo tenerla, pero peor sería no tenerla”. Una vez que los
representantes indígenas expresaron su posición, abandonaron la sala, y las discusiones siguieron más o menos
en el mismo tono optimista: el manejo sustentable es la solución al problema.
Sin embargo, entre los tantos temas no discutidos en el encuentro estuvo el de las consecuencias de este
“manejo” para los bosques. Una de ellas sería la apertura del bosque, como consecuencia de la corta selectiva,
lo que aumentaría aún más el riesgo de incendios, fenómeno que ya está destruyendo extensas áreas de la
Amazonia.
Pero probablemente el peor aspecto de la corta selectiva es que es un argumento usado por el gobierno para
apoyar sus planes de promoción industrial para explotar los recursos de la Amazonía durante el siglo que se
inicia. Por increíble que parezca, tras el desastre ambiental y social que significó el programa “Pra frente Brasil!”
implementado durante la dictadura militar en los años 60 y 70, y a pesar de las críticas que levantó en 1997 el
plan “Brasil en Acción”, para inversiones en infraestructura, nuevos asentamientos y la expansión de la frontera
agrícola en la Amazonía, el gobierno sigue insistiendo con el plan “¡Avança Brasil!”. Este nuevo y gigantesco plan
incluye --entre otros proyectos de consecuencias negativas-- uno para duplicar la actual red carretera en la
región. Ello posibilitaría la explotación de la totalidad del volumen de madera existente y llevaría a la liquidación
final de la selva.
En suma, la conservación de la Amazonia no es una cuestión técnica, que pueda ser resuelta con el “manejo
forestal sustentable”. En el actual contexto político, centrar la discusión en este tema significa jugar a favor de las
empresas que, respaldadas por el gobierno, se están preparando para explotar lo que queda de un espacio que
hace 50 años permanecía prácticamente virgen y estaba siendo utilizado de manera verdaderamente sustentable
por parte de los pueblos indígenas que lo habitaban.
Artículo basado en información obtenida de: “A morte da Floresta Amazônica no século XXI” por Rodolfo Salm,
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BOLETIN 45 del WRM
Abril 2001
Correio da Cidadania 239, abril 2001, Edición Especial, http://www.correiocidadania.com.br/ed239/geral.htm ; e
información adicional enviad al WRM por el propio autor el 15/4/2001. Correo electrónico:
[email protected]
http://www.geocities.com/pinkaiti/amazoniaxxi.html; http://www.geocities.com/pinkaiti/questao.html
inicio
- Chile: monocultivos forestales amenazan bosque de características únicas
La fragmentación de hábitats resultante de actividades humanas, como por ejemplo las plantaciones forestales a
escala industrial, generan restricciones en el suministro de recursos y necesidades de espacio por parte de
especies animales y vegetales, que pueden incluso conducir a la desaparición de ecosistemas enteros. Una vez
que la estructura del paisaje ha sido alterada se pone en peligro la persistencia tanto de poblaciones vegetales
como animales.
En las regiones central y sur de Chile se han establecido y siguen instalándose extensos monocultivos de
árboles de rápido crecimiento. Los bosques templados que allí se encuentran contienen los más altos índices de
biodiversidad y endemismo del país. La actual superficie plantada en Chile se estima en alrededor de 2.500.000
hectáreas, de las cuales 80% corresponden al pino Monterrey (Pinus radiata). Un estudio realizado por la
agencia estatal CONAF en 1997 ya había demostrado que la tasa anual de deforestación en el período
1985-1994 había sido de 36.700 hectáreas y que casi un 40% de esa superficie había sido destruida para ocupar
su lugar con plantaciones.
Además de los conflictos sociales generados por esas plantaciones, varios estudios señalan, desde la década de
1980, que los cambios en el paisaje causados por las plantaciones han provocado efectos negativos desde el
punto de vista ambiental, entre los cuales está la afectación de hábitats de especies nativas. Investigaciones de
carácter independiente son coincidentes en afirmar que el grado de perturbación provocado por las plantaciones
de pino radiata es alto. Las alteraciones ecológicas a veces han afectado a las propias plantaciones, como ha
sucedido con la explosión de la población de insectos defoliantes y roedores registrada en plantaciones en Chile.
En un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Chile y la Universidad de Carleton,
Canadá, se analiza la deforestación y fragmentación del bosque de ruil (Nothofagus alessandri), una formación
endémica de clima templado, limitada a una extensión de 100 kilómetros en la faja costera central de Chile, en
asociación con Nothofagus glauca, Nothofagus obliqua y otras especies. Se estima que en 1981 el bosque de ruil
ocupaba 825 hectáreas, área que en 1991 había caído a 352 hectáreas, debido especialmente a la expansión de
las plantaciones de pino radiata. Los remanentes de bosque de ruil presentan ahora la configuración de un
archipiélago --compuesto por varios segmentos pequeños, de forma regular, y algunos más grandes, irregulares,
relativamente aislados-- rodeados de una matriz formada por plantaciones de pinos. A pesar de tratarse de un
ecosistema de características únicas y de encontrarse severamente amenazado, tan sólo 45 hectáreas del
bosque de ruil están incluidas en el Sistema Chileno de Areas Protegidas, y tal protección --incluso teniendo en
cuenta que esa área resulta insuficiente dado el actual estado del bosque-- no existe en la práctica.
La investigación mencionada considera que la actual situación es crítica, dado que los efectos de la
deforestación y la fragmentación implican, en el corto plazo, la pérdida de especies y que este ecosistema es
único: “El bosque de ruil es un ecosistema que se dirige a la extinción. Si la actual tasa de deforestación no
disminuye, aún no considerando los otros efectos nocivos más allá de la reducción en su superficie, el bosque de
ruil como bioma reconocible habrá de desaparecer en el correr de la próxima década debido a la extinción de
muchas de las especies asociadas con esta formación”, expresa el documento.
Por otra parte, el pino radiata representa una amenaza aun mayor para el bosque de ruil: se trata de una especie
invasora que es capaz de ingresar en los fragmentos remanentes de esta formación vegetal; debido a su
habilidad mayor para obtener agua, podría resultar vencedor en la competencia con los árboles nativos por ese
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elemento; es una especie susceptible a incendios y, dado que el bosque de ruil está inserto en una matriz de
pinos, cualquier incendio en las plantaciones podría destruir totalmente los remanentes de bosque de ruil.
La conclusión de los autores es que el uso del suelo en la región central de Chile no es sustentable. “La
sustentabilidad implica consideraciones económicas, ecológicas y socioculturales. Si bien las plantaciones de
pino pueden representar un ingreso considerable (en el actual esquema de mercado), tales beneficios se logran
a expensas de aspectos socioculturales y ecológicos. Desde el punto de vista sociocultural las extensas
plantaciones de pino aumentan los niveles de pobreza y desempleo, dado que las mismas requieren poca fuerza
de trabajo. El aumento del desempleo a nivel local ha promovido la emigración campesina (Lara & Veblen, 1993;
Unda et al., 1997). Más aun, la pérdida del bosque debido al manejo inadecuado es considerada por la población
local como uno de los principales problemas de la región (Hajek et al., 1990). Desde el punto de vista ecológico
el manejo de la tierra es definitivamente inusustentable. No tenemos evidencias de que el pino Monterrey
degrade la tierra donde es plantado, pero, como se señala más arriba, esta especie exótica es la principal causa
de pérdida y fragmentación del bosque de ruil y, en definitiva, de su actual situación de riesgo”.
Artículo basado en información obtenida de: “Landscape Ecology, Deforestation, And Forest Fragmentation: The
Case Of The Ruil Forest In Chile.” por Audrey A. Grez, Ramiro O. Bustamante, Javier A. Simonetti y Lenore
Fahrig (http://www.brocku.ca/epi/lebk/grez.html)
inicio
- Ecuador: pedido de acción para detener proyecto de oleoducto
El gobierno ecuatoriano ha firmado un contrato con la empresa Oleoductos de Crudos Pesados (OCP) para
construir un oleoducto que atravesará el país de este a oeste, recorriendo las tres regiones geográficas que
conforman su territorio. La obra afectará áreas frágiles de gran importancia desde el punto de vista ecológico y
para la producción agrícola.
El oleoducto de 500 km de largo habrá de transportar crudo de baja calidad. La mayor parte del mismo provendrá
de un bloque petrolero localizado en el Parque Nacional Yasuní, que todavía no ha sido licitado para explotación.
Es esta un área prístina dentro del Parque, el cual es uno de los más importantes del Ecuador continental y
hogar del pueblo indígena huaorani. Existe también el peligro de que la frontera petrolera se extienda a los
territorios amazónicos del sur del país, todavía relativamente inalterados, donde viven los indígenas quichua,
shuar y achuar.
OCP Ecuador es un consorcio conformado por Agip, Alberta, Kerr Mc Gee, Occidental, YPF, Pérez Companc y
Techint. Las obras serán realizadas por la empresa argentina Techint, que es conocida por su desastrosa
performance en materia ambiental. El costo estimado de U$S 1.100 millones está, según fuentes locales,
sobrevaluado, teniendo en cuenta que el costo del mismo oleoducto fue evaluado en 1999 en U$S 400 millones.
En definitiva, quien pagará esa diferencia será el pueblo ecuatoriano.
El trayecto del gasoducto fue aprobado antes de que se realizara la evaluación de impacto ambiental (EIA)
requerida por la Ley de Gestión Ambiental. La Constitución de la República establece que previo a este tipo de
obras debe hacerse una consulta a las comunidades afectadas, lo que tampoco se llevó a cabo a cabo. Tras la
aprobación del proyecto, se dio a la consultora ENTRIX un plazo de tan sólo dos meses para hacer una EIA,
tiempo a todas luces insuficiente considerando que el oleoducto de 500 km de longitud habrá de atravesar
ecosistemas sumamente complejos.
Dado que el oleoducto atravesará todo el país, de este a oeste, pasará por todos los sistemas de fallas existente
en el Ecuador, donde hay un total de 94 fallas. En la ruta proyectada de la obra hay varios volcanes activos,
entre los cuales el Reventador, el Antisana, el complejo volcánico de Chacama, el Guagua Pichincha y el
Pululahua. El Guaga Picchincha provoca especial preocupación ya que recientemente entró en erupción. Una
erupción violenta significaría que el oleoducto quedaría expuesto al efecto de las cenizas, eventuales aludes y
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flujos de lava.
El oleoducto sería construido sobre un suelo vulnerable y susceptible a la erosión, en regiones de alta
pluviosidad, donde los derrumbes son frecuentes. Parte de la obra pasará por una zona con alta concentración
de escuelas, lo que significa un riesgo para el sector más vulnerable de la población: los niños.
La obra atravesará asimismo otras importantes áreas, ecológicamente frágiles, y cortará de hecho varios
ecosistemas del país, incluyendo zonas donde nacen arroyos y ríos, zonas agrícolas de alta calidad, áreas
topográficamente inestables o activas desde el punto de vista sísmico, bosques tropicales primarios, etc.
Asimismo, unos 40 poblados serían afectados por el proyecto.
La ruta proyectada del oleoducto pasa por el Valle de Mindo, considerado por los ornitólogos como la Capital
Mundial de las Aves, dado que es la zona con mayor concentración de pájaros por unidad de superficie en
América del Sur. El oleoducto habrá de destruir importantes corredores de vida silvestre, afectando la fauna
local. Los medios de vida de las poblaciones locales están constituidos por la ganadería y el turismo. Ambas
actividades se verán seriamente afectadas tanto por la construcción como por el futuro funcionamiento del
oleoducto. El mismo pasará también por otras áreas protegidas y bosques útiles para prevenir los procesos de
erosión en las estribaciones de los Andes.
Por otra parte, la proximidad con Colombia implica un riesgo adicional, dado que en los últimos 10 años ha
habido más de 760 atentados contra oleoductos en dicho país. Dado que Ecuador está participando del Plan
Colombia y considerando que los niveles de violencia en dicho país vienen incrementándose, el nuevo oleoducto
se convertirá en un importante objetivo militar. En efecto, el año pasado el Sistema de Oleoductos Trans
Ecuatoriano (SOTE) ya fue objeto de cuatro atentados.
Las consecuencias de la mala planificación de los oleoductos son ya conocidas en Ecuador. Tal es el caso de
SOTE, construído por Texaco hace 30 años, que ha colapsado varias veces, provocando muerte por quemadura
de personas a lo largo del mismo.
Desde hace años, Acción Ecológica ha venido promoviendo una moratoria a la expansión de la explotación
petrolera en los trópicos. Ahora está solicitando a todas las personas y organizaciones que piensan que la
Amazonía debe sobrevivir, que apoyen la campaña contra la construcción del mencionado oleoducto y la
expansión de la explotación petrolera sobre los bosques primarios de la Amazonía ecuatoriana. Si desea sumar
su voz, por favor escriba al Ministerio de Energía y Minas ([email protected]) con copia a:
[email protected]
Por: Acción Ecológica. Correo electrónico: [email protected]
inicio
AMERICA CENTRAL
- Honduras: involucramiento del Banco Mundial en la destrucción de manglares
La cría industrial de camarón es una de las principales causas de pérdida de los manglares en la zona tropical. Si
bien los agentes directos de tal destrucción son las empresas privadas, es importante destacar que los gobiernos
y las agencias multilaterales de ayuda juegan un activo papel en allanar el camino para que esto suceda.
La expansión de la empresa camaronera "San Bernardo Marine Farms" (SBMF) en el Golfo de Fonseca, en
Honduras, está provocando profunda preocupación. En junio de 1999 la Corporación Financiera Internacional
(IFC) --agencia del Banco Mundial para el sector privado-- concedió un préstamo por U$S 6 millones a SBMF,
compañía cuyas acciones mayoritarias están en manos de inversores estadounidenses. La justificación para el
préstamo fue aparentemente la “reactivación de la producción camaronera y la recuperación frente a los daños
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causados por el Huracán Mitch”. Tales argumentos no parecen ser muy sólidos. En primer término, porque tiene
poco sentido en relación con la prevención contra catástrofes naturales --tales como huracanes-- apoyar una
actividad que implica la destrucción del manglar el cual, entre otras valiosas funciones, actúa como barrera
natural para la protección de la línea de costa. En segundo término, porque la infraestructura propiedad de la
compañía no fue en realidad severamente dañada por este fenómeno climático, de modo que los fondos frescos
van a ser utilizados para la expansión de sus operaciones, provocando así más impactos ambientales negativos
sobre los humedales vecinos y los medios de vida de las comunidades de pescadores locales.
Como consecuencia de la lucha de los pescadores del Golfo y de las organizaciones que los apoyan en la
protección del ecosistema local y para frenar el desarrollo de las camaroneras, el área fue declarada a fines de
1999 como Sitio Ramsar. No obstante la IFC no tuvo en cuenta esto, ni tampoco los propios lineamientos
ambientales del Banco Mundial. De modo que la IFC es también responsable por el conflicto social y la
destrucción ambiental generados por el proyecto. Recientemente, miembros de las comunidad local, que llevaron
adelante una acción de corte de las rutas de acceso a las instalaciones de SBMF, fueron objeto de una salvaje
represión por parte de la policía nacional. Por otra parte, la Evaluación de Impacto Ambiental realizada para
obtener el permiso ambiental correspondiente con el fin de expandir las operaciones de la camaronera ha sido
severamente cuestionada.
El Grupo Banco Mundial --al que pertenece IFC-- tiene una serie de lineamientos en materia de protección
ambiental. A pesar de ello, al otorgar los fondos para la inversión, la IFC parece haber optado por ignorarlos. ¿El
Banco Mundial hará algo para que la IFC cumpla con sus propias reglas?
Artículo basado en información obtenida de: Late Friday News, March 2001, correo electrónico:
[email protected] ; CODEFFAGOLF, 27/3/2001, correo electrónico: [email protected]
inicio
AMERICA DEL NORTE
- EE.UU: acusaciones durante la asamblea anual del gigante maderero Boise Cascade
La empresa Boise Cascade, con sede en los EE.UU., ha venido practicando un madereo insustentable en países
del Sur y del Norte, incluidos los propios EE.UU. Uno de los conflictos más destacados en que ha estado
implicada es el de los bosques comunitarios o ejidos de la Sierra de Petatlán en el estado de Guerrero, México,
que tuvo como consecuencia la detención y el enjuiciamiento de Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, dos
campesinos que organizaron la resistencia contra Boise Cascade (ver boletines 26, 35 y 38 del WRM).
Boise Cascade también ha recibido críticas en Chile, donde la empresa es el séptimo mayor exportador de
madera de bosques primarios, afectando de ese modo un ecosistema único como son los bosques templados del
sur del país. Ello generó una fuerte resistencia por parte de las comunidades locales y organizaciones
ambientalistas, como consecuencia de la cual la empresa anunció recientemente que abandonaría el país. Por
otra parte, Boise Cascade está cortando intensamente bosques primarios en los EE.UU. y en la región central de
Canadá. La compañía ha sido el principal distribuidor de madera de los bosques lluviosos de Great Bear, en
British Columbia, donde hace poco se decretó una moratoria de corta.
La asamblea anual de la empresa, realizada el pasado mes de marzo en Idaho, fue escenario de críticas
dirigidas a la misma debido a su performance desde el punto de vista ambiental. El encuentro tuvo
características inusuales, dado que se centró en preguntas realizadas por miembros y simpatizantes de
Rainforest Action Network (RAN) acerca de cuestiones ambientales relacionadas con la corporación. Enrique
Rodríguez, miembro de la Asociación de Campesinos Ambientalistas de la Sierra de Petatlán acusó a Boise
Cascade de destruir los bosques en México y de estar implicada en el arresto de Rodolfo Montiel y Teodoro
Cabrera, quienes todavía se encuentran en prisión. Como forma de evitar tratar los temas planteados por los
ambientalistas, un portavoz de la compañía acusó a RAN de “no ser una organización ambientalista seria” y la
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BOLETIN 45 del WRM
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definió como “un grupo de insensatos, activistas radicales en contra de la ley, que arremeten contra la sociedad
moderna”.
Mientras tanto, fuera del salón donde se desarrollaba la asamblea, partidarios de RAN marcharon desde el
Capitolio de Idaho hasta la sede central de Boise Cascade, cantando y coreando consignas. Fue desplegado un
enorme cartel que denunciaba los métodos “dinosaurios” de la empresa en la corta de bosques. Patricia Vera,
coordinadora internacional de la ONG Defensores del Bosque Chileno, presente en la protesta, solicitó a la
empresa que estableciera por escrito cuáles son sus planes para dar por finalizadas sus operaciones en los
bosques templados de Chile.
Una cosa es clara: este año los accionistas y empleados de Boise Cascade y los periodistas presentes no se
aburrieron en la asamblea anual y, tal vez, incluso se fueron a sus casas con alguna interrogante en su mente.
Artículo basado en información obtenida de: “Protesters criticize Boise Cascade's actions.
Activists draw caustic response from spokesman” por Beth Bow
http://www.idahostatesman.com/news/daily/20010420/LocalNews/105861.shtml
inicio
AFRICA
- Chad-Camerún: ingresos petroleros versus derechos humanos y medio ambiente
“Este es el proyecto más rigurosamente examinado y controlado del mundo” replicó un alto funcionario francés
en Chad a los representantes de las organizaciones de Derechos Humanos de ese país que se entrevistaron con
él en marzo de 2001. “No hay absolutamente nada de que preocuparse” agregó. Sin embargo, hay muchas
personas preocupadas y que han venido luchando contra este proyecto desde hace mucho tiempo.
En verdad, la campaña internacional contra el proyecto de explotación petrolera y oleoducto Chad-Camerún,
liderada por ONGs africanas y apoyada por ONGs de todo el mundo, ha sido muy exitosa en términos de lograr
que el proyecto incluyera numerosas medidas precautorias con el propósito de hacerlo más responsable desde
el punto de vista ambiental y social. Por ejemplo, la trayectoria de la obra fue rediseñada para evitar que pasara
por algunas zonas ricas en biodiversidad; en Chad se estableció un Comité de Supervisión --incluyendo a
representantes de la sociedad civil-- para asegurarse de que los ingresos provenientes de la venta de petróleo
sean utilizadas en el alivio de la pobreza y, sobre todo, en los documentos oficiales se destacó el papel de la
sociedad civil, las comunidades locales y los pueblos indígenas. Más aún, se estableció un Grupo Asesor
Internacional, con el cometido de monitorear los impactos ambientales y sociales del proyecto, así como
cuestiones de "buen gobierno", incluyendo el tema de los Derechos Humanos. Por lo menos en el papel, todas
estas medidas indican un importante alejamiento del enfoque liberal de partida, según el cual el Banco Mundial y
las empresas privadas que cuentan con su apoyo dejarían todo librado a los respectivos gobiernos receptores de
los fondos --sin importar cuan corruptos fueran-- para que manejaran los proyectos de acuerdo con sus propios
intereses.
A pesar de lo impresionantes que puedan parecer estos cambios en el papel, existen serias dudas acerca de lo
que todas estas medidas puedan significar en la práctica, dado que no pueden ser consideradas aisladamente
de la situación política general de ambos países. El último Informe sobre Derechos Humanos realizado por el
Departamento de Estado de los EE.UU. confirma que tanto el gobierno de Chad como el de Camerún siguen
cometiendo impunemente graves violaciones a los Derechos Humanos y que los ciudadanos de ambos países
no tienen acceso a un sistema judicial independiente.
ONGs chadianas y camerunesas exigieron una moratoria sobre la decisión de financiar el proyecto hasta tanto
existan las garantías que aseguren que el proyecto no implicará más violaciones de los Derechos Humanos y
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destrucción ambiental. Pese a ello, los gobiernos, las empresas petroleras y sus financiadores internacionales
estaban apresurados y el proyecto fue aprobado en junio de 2000.
Poco después los temores de las ONGs resultaron confirmados, cuando el gobierno de Chad utilizó parte de los
fondos del primer pago por parte de las empresas petroleras para adquirir armas (ver Boletín 41 del WRM). A
pesar de las manifestaciones del Banco Mundial en el sentido de que está en funciones un Comité de
Supervisión, el marco regulatorio para su accionar todavía no se ha publicado. Además, en el borrador del
decreto de implementación del comité, dado a conocer por el gobierno, se propone un proceso de toma de
decisiones por mayoría simple, lo que aseguraría siempre la mayoría al gobierno. Lo que es más, reduce
sensiblemente el área de intervención del Comité de Supervisión y sólo le requiere que informe al gobierno.
En Camerún la construcción del oleoducto habrá de destruir la biodiversidad, especialmente en la selva litoral,
habitada por el pueblo indígena Bakola. Tal como lo exigen las políticas ambientales del Banco, el organismo
requirió del gobierno que creara un área protegida a efectos de compensar dicha pérdida de biodiversidad. No
obstante, dicha zona de compensación --denominada Reserva de Campo-- está siendo amenazada por una
compañía maderera francesa que forma parte del muy conocido Grupo Bollore, que mantiene estrechos vínculos
con el gobierno camerunés.
El Grupo Asesor Internacional, presidido por un ex Primer Ministro de Senegal, está a punto de realizar su
primera visita de campo a Chad y Camerún. La efectividad del trabajo de este grupo dependerá de su capacidad
para trascender el ejercicio de relaciones públicas en que puede convertirse su visita y, en cambio, establecer
relaciones con las comunidades afectadas y las ONGs en el terreno.
Independientemente de la actividad de este Grupo, recientemente el Panel de Inspección del Banco Mundial ha
recibido una demanda presentada por un miembro del Parlamento de Chad, representante de la región
productora de petróleo y por 120 residentes locales. En la demanda se plantea que la población local y su
ambiente se han perjudicado o son pasibles de perjudicarse como consecuencia de la violación por parte del
Banco de sus propias políticas. La Junta de Directores Ejecutivos del Banco habrá de decidir si autorizará o no al
Panel de Inspección a investigar la denuncia, sólo luego que la administración del Banco Mundial haya tenido la
posibilidad de responder a esas acusaciones. Dada la naturaleza controversial del proyecto y el clima de
opresión política reinante en Chad y Camerún, la credibilidad del Banco se vería seriamente perjudicada si no va
al fondo de las acusaciones planteadas por los demandantes, quienes corren el riesgo de ser encarcelados,
torturados e incluso asesinados por hacer públicamente esas denuncias.
Posiblemente hasta ahora el resultado más positivo de la campaña internacional sobre el proyecto haya sido el
fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil tanto en Chad como en Camerún. A pesar de las
enormes dificultados y los peligros que deben afrontar, hay planes para coordinar esfuerzos a nivel de las ONGs,
con el fin de monitorear la situación de los campos petroleros y la construcción del oleoducto, con el objetivo de
evitar un desastre desde el punto de vista humano y ambiental. Tales esfuerzos merecen todo el apoyo de la
comunidad internacional.
Por: Korinna Horta, correo electrónico: [email protected]
inicio
- Kenia: Pan African Paper Mills provoca contaminación y deforestación
El modelo de plantaciones a gran escala para celulosa que viene siendo implementado en el Sur no sólo provoca
impactos sociales y ambientales negativos sobre los bosques, sino que genera efectos adicionales derivados de
la contaminación por el proceso industrial de producción de celulosa, así como deforestación para proveer de
materia prima a las fábricas.
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Tal es también el caso de Pan African Paper Mills (Panpaper), cuya planta está localizada en el poblado de
Webuye, en Western Province, con una población de 60.000 habitantes. La fábrica se encuentra en un área
ambientalmente sensible sobre la costa del río Nzoia, que desemboca en el Lago Victoria. Hay denuncias de que
la fábrica emite humo y efluentes líquidos, contaminando de ese modo el aire, el agua y los ríos cercanos. El
impacto ambiental provocado por la planta es tan fuerte, que las estructuras de hierro en Webuye han quedado
oxidadas, y la gente que pasa por allí, usando la ruta Nairobi-Kampala, tiene que cerrar la ventanilla de sus
vehículos y contener la respiración hasta una distancia prudencial del poblado.
Los problemas provocados por Panpaper no son nuevos. Según un informe publicado en 1994 la contaminación
generada por esta fábrica es considerada responsable de una serie de problemas sanitarios: más del 60% de los
niños nacidos después de 1974 --cuando la planta comenzó a operar-- han tenido problemas respiratorios en las
edades de entre uno a cinco años. Asimismo se ha verificado la existencia de otros problemas de salud, tales
como tos crónica, gripe, alteraciones nerviosas, diarrea, tifus y migraña, que el personal de salud ha atribuido
mayormente a la contaminación del aire y del agua producida por dicha planta industrial.
Por otra parte, la necesidad de materia prima que tiene la fábrica se ha convertido en un incentivo para la
destrucción de los bosques remanentes en la región --en especial los de Kakamega y Mt. Kenia-- que vienen
siendo devastados rápidamente. Pan African Paper Mills es uno de los principales compradores de la madera
que se extrae de allí. Asimismo, la empresa es una de las tres empresas exentas de la moratoria parcial de corta
vigente en el país. Según círculos oficiales, tal medida fue tomada ya que “el gobierno posee acciones de la
empresa y ésta es importante para la economía”. El historial de Panpaper en relación con la conservación de los
bosques es terrible. Desde 1972 --año en que la planta fue construida-- hasta hoy, la cobertura boscosa de la
zona, así como la de Turbo y Mosorit --ubicados a 200 kilómetros de distancia-- ha desaparecido.
El argumento de que es éste el precio a pagar para alcanzar el “desarrollo” ya no es más aceptable ni aceptado.
Como consecuencia, los pobladores de Webuye y un grupo de activistas se han organizado en el denominado
Grupo de Lobby contra la Contaminación de Panpaper (Panpaper Anti-Pollution Lobby Group) y organizado una
protesta para terminar con los abusos que se vienen cometiendo. Las personas interesadas en expresar su
apoyo a esta iniciativa pueden enviar correos electrónicos a la empresa ([email protected] o
[email protected]), expresando su preocupación por la actual situación y su apoyo a la defensa de los
derechos ambientales de la población local.
Artículo basado en información obtenida de: Eusebius Mukhwana, 27/3/2001, correo electrónico:
[email protected] ; “Death mill”. A case study of Pan African paper Mills (EA) Limited, Webuye, Kenya
por Oduor Ong’wen, mayo de 1994.
inicio
- Liberia: destrucción de bosques respaldada por el gobierno
Liberia alberga los dos últimos fragmentos de bosque tropical cerrado remanentes en lo que se conoce como
Bosques de la Alta Guinea en el Africa Occidental, los cuales se extienden además por Ghana, Costa de Marfil,
Guinea y Sierra Leone. La superficie original de esta selva ha sido estimada en 727.900 km2, pero se ha
reducido a tan sólo 92.797, lo que representa apenas un 12,7% de su tamaño original. En Liberia se encuentra el
44,5% de esa superficie, en tanto el 29,1% está en Costa de Marfil. La región posee altos niveles de
biodiversidad, contando con más de 2.000 especies vegetales, entre las cuales 240 son consideradas valiosas
por su madera (ver Boletín 44 del WRM).
El proceso de deforestación que afecta a Liberia es consecuencia de la avidez de las empresas madereras
internacionales que invadieron el país la década pasada, junto a la actitud del gobierno, que ha promovido sus
actividades. Prácticamente todos los bosques del país, incluyendo las áreas designadas como parques
nacionales o reservas forestales, han sido otorgados en concesión a compañías madereras. Las que todavía
siguen sin haber sido concedidas ya han sido invadidas por las empresas. El monitoreo y las regulaciones a
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cargo de la autoridad forestal (FDA) no existen más que en los papeles. Las operaciones de madereo han
alcanzado niveles sin precedentes y hoy en día alrededor del 60% de los bosques del país está severamente
degradado. La biodiversidad en Liberia y los medios de vida de las comunidades rurales están aún más
amenazados porque la deforestación ha provocado la fragmentación de los bosques en una porción al
nor-noroeste y otra al este-sureste.
En enero del 2000 el gobierno anunció la cancelación de todos los acuerdos de concesiones y que en adelante
sólo serían atendidas las solicitudes por más de 120.000 hectáreas. El FDA arguyó que la nueva medida fue
tomada con la finalidad de maximizar los ingresos al erario público y para promover el uso sustentable de los
bosques. Sin embargo, ahora resulta claro que la verdadera intención era la de otorgar más concesiones a un
reducido grupo de grandes empresas extranjeras. Ello queda probado por el hecho que las áreas que se tomaron
de los pequeños concesionarios fueron inmediatamente redistribuidas a favor de las grandes empresas.
Si bien hay pocas diferencias en el modus operandi de las madereras, el caso de Oriental Timber Company
(OTC) resulta paradigmático (ver Boletín 30 del WRM). En la década de los 90, durante la guerra civil que afectó
al país, un hombre de negocios holandés llamado Gus van Kouwenhaven, conocido en círculos oficiales como
“Gus” y estrechamente vinculado a Charles Taylor, quien se transformaría luego en Presidente de Liberia, obtuvo
varias concesiones en el sudeste del país, sobre una zona selvática que se extiende a lo largo de los condados
de Río Cess, Gran Bassa y Sinoe. Si bien este acuerdo fue mantenido en secreto, se estima que el actual
tamaño de la concesión oscila entre 900.000 y 1.440.000 hectáreas. En 1999 se registró en Liberia una empresa
malasia con el nombre Oriental Timber Company (OTC) y --por sorprendente que parezca-- su presidente resultó
ser el tal “Gus”. Además de sus operaciones de corta de madera, OTC maneja el puerto de Buchanan y se
encargó de mejorar la carretera que conecta dicho puerto con el de Greenville, construida orginalmente por "Gus"
durante la guerra, con la finalidad de que sirviera para el transporte de madera rolliza.
El acuerdo que favoreció a OTC ha sido y sigue siendo objeto de muchas especulaciones y críticas. No se sabe
a ciencia cierta quién es el propietario de OTC. Mientras hay quienes piensan que el grupo indonesio Djan Djanti
es la casa matriz de OTC en Asia, otros señalan al grupo Global Star, con sede en Hong-Kong.
Las actividades de corta de OTC nunca pasaron por una evaluación de impacto ambiental. Se practica talarrasa
en extensas áreas, utilizando más de 140 caterpillars y bulldozers y unos 75 trailers, que trabajan día y noche,
siete días a la semana. Cada trailer hace por lo menos dos viajes por día al puerto de Buchanan, cargado de
madera. Dada la velocidad a la que opera OTC, una estimación realista del volumen de madera extraída ronda
los 2.500 a 3.000 m3 de rollizos diarios, o sea 75.000 a 90.000 m3 mensuales. Estas prácticas constituyen una
flagrante violación a las disposiciones del FDA.
La totalidad de la madera extraída por OTC se exporta como rollizos. Según el director de la empresa, Joseph
Wong, OTC comercializa entre 60.000 y 70.000 m3 al mes con destino a fábricas de tableros en el sudeste
asiático. Ello equivale a entre 720.000 y 840.000 m3 anuales. El resto de la producción es vendido, a través del
puerto de Buchanan , a intermediarios que las llevan a Europa, siendo Francia y España los destinos finales más
frecuentemente citados.
Como sucede habitualmente, la llegada de OTC a la región fue anunciada con bombos y platillos: creación de
miles de puestos de trabajo, construcción de carreteras, hospitales y escuelas, así como asistencia a las
poblaciones rurales. No obstante, los moradores de las zonas donde opera OTC se quejan de los numerosos
abusos cometidos, entre los cuales la destrucción de sus hogares, así como de cosechas y bosques sagrados
pertenecientes a las comunidades locales. Asimismo, en varias ocasiones los pobladores han sido objeto de
acoso, intimidación e incluso detención ilegal por parte del personal de vigilancia de OTC. Se trajeron alrededor
de 600 trabajadores asiáticos (principalmente de la isla indonesia de Sumatra), a los que se les otorgó permisos
de trabajo. El trabajo especializado es realizado por personal asiático y sólo unos pocos de esos puestos están
ocupados por liberianos, quienes trabajan mayormente en tareas no calificadas en el puerto o en el lugar de
corta.
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Lo anterior muestra a las claras que OTC y el gobierno de Liberia actúan como socios. Esta sociedad está a su
vez promovida por la controvertida Ley de Productos Estratégicos, a través de la cual el Presidente tiene la
potestad de declarar cualquier recurso natural del país --desde los bosques a las minas-- como “producto
estratégico”. El Presidente se reserva el exclusivo derecho de ejecutar, negociar y llevar a término los contratos
comerciales y acuerdos con inversores extranjeros y nacionales para la explotación de cualquiera de estos
productos. En uno de los más recordados incidentes que protagonizara, el Presidente Taylor despidió al
superintendente del condado de Grand Bassa, luego que éste hubiera criticado a OTC y amenazado con mandar
a prisión a sus directivos por no responder a las demandas planteadas contra la empresa por residentes locales.
Otro caso notorio fue el del otorgamiento por parte de Taylor a OTC de 94.000 hectáreas de bosque destinadas
exclusivamente a estudios científicos e investigaciones por parte de la Universidad de Liberia.
El resultado de esta curiosa “joint-venture” entre los sectores público y privado es evidente: quien gana es OTC y
un reducido grupo de funcionarios oficiales, mientras que quien pierde son los bosques de Liberia y su gente.
Artículo basado en información obtenida de: “Living Dangerously. An Assessment of Multinationals in Liberia
Logging Industry (August 2000-January 2001)” por The Agenda for Global Trade Project (AGTP) & Save my
Future (SAMFU) Foundation, February 2001. Enviado por: Ronnie Siakor, 1/3/2001, correo electrónico:
[email protected] ; Investigative Report on Oriental Timber Corporation:
http://www.theperspective.org/otc.html
inicio
- Sudáfrica: ¿Quo vadis FSC?
La certificación por parte del FSC (Consejo de Manejo Forestal) de plantaciones de árboles en régimen de
monocultivo como “bosques manejados de manera sustentable” constituye una burla al concepto de ambiente
sustentable y manejo ecosistémico.
En los últimos años, el FSC ha otorgado su sello de aprobación a vastas extensiones de plantaciones forestales
industriales en Sudáfrica y muchos otros países.
¿Cómo puede explicarse esto? La vegetación natural sobre la que se han establecido estas plantaciones era
originariamente de praderas o bosques con altos niveles de biodiversidad. Luego de su conversión en
plantaciones, estas áreas tienen poca o ninguna chance de retornar a su vegetación climáxica. El ambiente ha
sido sometido a una espantosa gama de impactos negativos, empezando por la construcción de caminos
rudimentarios y terminando con el accionar de enormes cosechadoras mecánicas computarizadas, que
compactan el suelo y alteran de ese modo sus funciones.
En medio de estos eventos catastróficos desde el punto de vista ambiental, la tierra y la vida de los legítimos
habitantes de estas zonas están expuestas a una amplia serie de alteraciones químicas, físicas, biológicas y
demográficas. Todo ello forma parte de un proceso que les es impuesto para satisfacer las demandas
determinadas por la avidez consumidora de productos de fibra de madera en el Primer Mundo:
1.- Como primera medida, el tapiz vegetal natural es eliminado mecánicamente o utilizando herbicidas, para
evitar que compita por agua, luz y nutrientes con los árboles exóticos de las plantaciones.
2.- Los árboles exóticos son artificialmente fertilizados a fin de asegurar su establecimiento, a la vez que se
incorporan al suelo otros productos químicos artificiales para que absorban humedad y eviten que las plántulas
se sequen.
3.- Derrames de herbicidas, insecticidas, combustible, aceite de motor y otros residuos humanos ingresan al
ambiente natural sin haber sido invitados.
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4.- Plantas invasoras exóticas, transportadas como semillas en los neumáticos de los vehículos y en las botas de
los trabajadores se establecen fácilmente en el vacío generado por la destrucción de la cubierta vegetal natural.
5.- Generalmente los contratistas plantadores no ofrecen instalaciones sanitarias adecuadas a los trabajadores.
De modo que las heces humanas son depositadas directamente sobre el terreno, lo que lleva a la contaminación
de los cursos y cuerpos de agua con bacterias tales como las que causan el cólera. El reciente brote de cólera
en la región este de Sudáfrica bien puede haberse originado de esta fuente.
6.- Los trabajadores contratados reciben bajos salarios y no les queda otra opción que construir viviendas
precarias en los bosques cercanos a la plantación donde trabajan, lo que resulta en importantes daños
ambientales.
7.- Los animales terrestres y aves perturbados por el establecimiento de las plantaciones huyen a otras áreas,
siempre que no sean cazados o atrapados para servir de alimento al personal que allí trabaja.
8.- La población local que tendría acceso al área si ésta no hubiera sido ocupada por plantaciones, la podría
haber utilizado como área de pastoreo para su ganado, para la recolección de quincha para el techado de sus
casas y para obtener comida y plantas medicinales para su propio limitado uso. Ahora se ven privadas de este
recurso y forzadas a trasladarse a zonas previamente no perturbadas en búsqueda de esos medios de vida. Ello
lleva frecuentemente a conflictos con los encargados de las áreas naturales protegidas.
9.- El agua superficial en las proximidades de las nuevas plantaciones se agota rápidamente y los cuerpos de
agua sólo se vuelven visibles durante la estación de lluvias. La gente debe recurrir al uso de pozos de agua, que
a menudo son salinos o están contaminados con bacterias provenientes de heces humanas.
10.- Los trabajadores de las plantaciones son generalmente hombres solteros provenientes de otras zonas del
país y en gran medida de países limítrofes. Ello a menudo resulta en el problema de acoso sexual a las mujeres
de las comunidades locales. Como consecuencia de esta situación se presentan casos de embarazos no
deseados, enfermedades de transmisión sexual y destrucción de vínculos personales. Hay una alta probabilidad
de que el incremento de la incidencia de infección con VIH en las zonas rurales de KwaZulu Natal pueda ser en
parte atribuible a las prácticas de empleo de la industria plantadora.
11.- Estos trabajadores contratados agregan una dimensión adicional a las necesidades de cobertura sanitaria a
nivel local. En efecto, quienes provienen de remotas zonas rurales en países vecinos pueden ser portadores de
enfermedades tales como malaria y tuberculosis. Se ha constatado un aumento de la incidencia de ambas
enfermedades en los últimos 15 a 20 años, período que coincide con el de la expansión de las plantaciones
industriales.
12.- La pérdida de organismos beneficiosos del suelo como consecuencia de este tipo de plantaciones forestales
está bien documentada. Los monocultivos son por su propia naturaleza susceptibles a la rápida expansión de
organismos patógenos. Los controles naturales presentes en ecosistemas biodiversos no pueden replicarse en el
ambiente uniforme de los monocultivos forestales.
13.- El establecimiento de las plantaciones altera el balance natural de las especies ya que generan barreras que
alteran los patrones normales de migración y de reproducción de aves, animales terrestres e insectos.
14.- La seguridad alimentaria de la comunidad resulta ser una de las primeras víctimas de las plantaciones. Las
áreas utilizadas tradicionalmente para el cultivo de frutas y hortalizas se vuelven demasiado secas o
excesivamente sombreadas cuando las plantaciones son establecidas demasiado cerca de las fértiles áreas que
bordean ríos y arroyos. Los pocos habitantes que allí quedan se ven obligados a utilizar sus magros ingresos
(generalmente jubilaciones) para adquirir alimentos procesados en los comercios locales.
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15.- Los sistemas de transporte, en especial las carreteras, están sujetos a elevados niveles de uso, para el que
no fueron diseñados. Dado que generalmente es el Estado el que carga con los costos de mejoramiento y
mantenimiento de los caminos rurales, en definitiva la industria maderera se está beneficiando de un subsidio
indirecto.
16.- Los efectos negativos sobre las granjas vecinas, que no se dedican a la producción de madera, son
numerosos. Análogamente a la forma en que los cultivos genéticamente modificados contaminan los cultivos no
genéticamente modificados u orgánicos de los campos vecinos, las plantaciones provocan impactos que minan
la viabilidad económica de los granjeros. Entre ellos se cuenta el incremento de la invasión por plantas exóticas,
la pérdida de agua subterránea, el incremento de los niveles de delincuencia y caza furtiva, y la alteración en el
normal manejo de las pastaras utilizando el fuego, debido al riesgo de que el fuego se extienda a las
plantaciones.
Las plantaciones forestales a gran escala destruyen ecosistemas enteros y a las economías rurales. Por alguna
extraña razón esta calamidad es ignorada por las autoridades y los institutos de investigación. Debería ser de
incumbencia de una organización como el FSC insistir en que se realice en cada caso una investigación
exhaustiva e imparcial antes de que se pueda pensar en una certificación.
Falsos bosques han ocupado el lugar del paisaje natural. Falsos no sólo porque sus dueños pretenden
mostrarlos como si fueran realmente capaces de sustituir a los verdaderos bosques, sino también porque se
exagera acerca de sus supuestos beneficios económicos a nivel local.
No hay duda alguna de que un producto de consumo como el papel o los tableros de fibra tienen gran valor para
la sociedad moderna. Pero lo que no es aceptable es que la tasa de consumo de papel y derivados siga
creciendo, mientras que lo mismo no sucede con el nivel de vida de las comunidades pobres en los lugares
donde se produce la madera. El aumento de la cultura del use y tire en los países llamados desarrollados está
directamente relacionado con la degradación del ambiente y del nivel de vida de los países que han sido
colonizados por las multinacionales y sus plantaciones forestales.
El FSC debe asumir gran parte de la responsabilidad por esta injusticia social y ambiental.
¡Las plantaciones no son bosques!
Por: Wally Menne, miembro de TIMBERWATCH Coalition. Correo electrónico: [email protected]
inicio
ASIA
- China: exportando deforestación y promoviendo monocultivos forestales
El crecimiento de la economía china, medido en términos de la economía convencional, resulta sorprendente: el
PBI nacional alcanzó una cifra 22 veces superior a la registrada en 1978. Que este fenómeno pueda ser
considerado como un éxito para China y la región resulta dudoso dado que, por un lado, ha estado acompañado
de importantes problemas ambientales en el propio país --entre ellos la pérdida de los bosques existentes y la
expansión de los monocultivos forestales-- y, por otro, ha llevado a la deforestación en otros países de la región
a fin de satisfacer la creciente demanda de madera de su mercado interno.
A efectos de enfrentar el proceso de deforestación aludido y la consiguiente erosión del suelo, el gobierno chino
estableció en 1998 una moratoria de corta de madera en 12 provincias, que fue extendida a 18 en el 2000. Como
resultado de la medida, la producción nacional de madera disminuyó un 97% entre 1997 y 2000. Pero el
consumo de madera aumentó, lo que está actualmente llevando a la deforestación en países vecinos.
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Uno de tales casos es el de Birmania. El poblado de Pianma, localizado a algo más de 2000 kilómetros al
sudoeste de Beijing, en el extremo de la Provincia de Yunnan es actualmente una de las puertas de entrada de
China a los bosques del norte de Birmania. Un comercio de madera masivo, no regulado y largamente
desapercibido ha estado destruyendo los antiguos bosques tropicales de la zona. El mismo se intensificó en
1998 tras la referida moratoria. Durante el año se movilizan sólo a través de Pianma más de 350.000 metros
cúbicos de madera. También ingresan a China desde Birmania abultados volúmenes a través de centros
poblados localizados sobre la frontera, hacia el sur, como Tengchong, Yingjiang, Zhangfeng, Ruili y Wanding.
Una empresa maderera malasia está construyendo un puente sobre el río Salween, unos 100 kilómetros al norte
de Pianma, cerca de Fugong, para hacer posible el ingreso de aún más rollizos. De acuerdo con estadísticas
oficiales, Birmania suministra casi el 10% de las importaciones chinas de madera (740.000 metros cúbicos), pero
de acuerdo con estimaciones confiables el volumen sería en realidad el doble. En Birmania la cobertura forestal
se redujo de un 21% del total de la superficie del país en 1949 a menos del 7% hoy en día. La dictadura militar
que gobierna el país desde 1962 ha allanado el camino a las empresas madereras transnacionales, que están
devastando la selva y acabando con los medios de vida de las poblaciones locales.
Desgraciadamente, Birmania constituye sólo uno de los tantos ejemplos de deforestación relacionada con el
crecimiento económico de China. Las importaciones de rollizos de madera de coníferas desde Rusia también
han crecido considerablemente en los últimos dos años y actualmente representan el 42% del volumen de
madera rolliza que ingresa a China.
Por otra parte, los preparativos para el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) han
provocado un ulterior crecimiento de las importaciones de madera. En una movida hacia un sistema comercial
más abierto, se disminuyeron las tarifas de los productos forestales y en muchos lugares de la frontera china
incluso no se cobra ningún impuesto a la madera rolliza. De ese modo, las importaciones chinas de rollizos
pasaron de menos de 5 millones de metros cúbicos en 1998 a más de 10 millones en 1999 y alrededor de 15
millones en 2000. China se ha convertido en el segundo mayor importador de madera del mundo.
En este contexto, la moratoria de corta parece haberse convertido en una forma de lograr que otros países
carguen con los costos del crecimiento de la economía china. Al mismo tiempo, la medida está conduciendo a un
drástico aumento de los monocultivos forestales en el país.
“A medida que China se hace más rica, es natural que consuma más madera” manifestó recientemente un
funcionario del Banco Mundial. ¿Es esa la única respuesta? ¿No será que la raíz del problema está en la
adopción por parte de China de un modelo de desarrollo basado en un estilo de consumo que determina un uso
insustentable de los recursos internos y también externos?
En los años 40, uno de sus partidarios preguntó a Mahatma Gandhi cuánto debían esperar para que la India
fuese tan rica como Inglaterra. Gandhi le respondió: “si Inglaterra necesitó de la mitad del mundo para llegar a
ser tan rica como es, ¿cuántos mundos necesitaría la India para llegar a ser así de rica?” ¿No es lo mismo
aplicable a China?
Artículo basado en información obtenida de: EnviroNews Service, 6/3/2001, correo electrónico:
[email protected]; Glen Barry, 26/3/2001, correo electrónico: [email protected]
inicio
- India: denuncian violencia del Departamento Forestal contra los adivasi
El pueblo indígena adivasi ha vivido en la India desde tiempos inmemoriales. Hoy en día constituyen una minoría
étnica designada peyorativamente como “tribales”. Este pueblo, si bien es descendiente de los primitivos
pobladores de la India, a lo largo de la historia se ha visto crecientemente expulsado hacia áreas marginales,
zonas de pendiente y bosques. Hace sólo unas pocas décadas los adivasi todavía vivían como esclavos,
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careciendo de todo derecho político o civil, obligados a trabajar en fábricas pertenecientes a personas de
nacionalidad india y europea. Hoy en día sus derechos territoriales siguen siendo ignorados. Lo que es más, son
víctimas de la violencia y de todo tipo de abusos para expulsarlos de los bosques donde habitan.
Informes provenientes de las comunidades locales consignan que durante los meses de marzo y abril 2001, la
policía y miembros de los Van Suraksha Samities (Comités de Protección de Bosques) atacaron a un grupo de
adivasi desarmados en el distrito de Dewas en Madhya Pradesh. A causa de la agresión cuatro aldeanos
perdieron la vida.
Este no es el primer caso del que se tiene conocimiento en Madhya Pradesh respecto de este tipo de violaciones
a los Derechos Humanos de los pueblos indígenas de los bosques. El 23 de setiembre de 1999 funcionarios
forestales abrieron fuego en la aldea de Kadudiya, provocando la muerte del adivasi Roopsingh Bhilala. Hay
informes sobre numerosos casos a partir de mediados de marzo de este año en los cuales funcionarios forestales
y de la policía, al igual que miembros de las Fuerzas Armadas Especiales, han atacado poblados adivasi,
demoliendo sus casas, saqueando sus tierras y agrediendo a los residentes, incluidas las mujeres. Entre las
atrocidades cometidas en detrimento de los adivasi se informa también de casos de secuestro y contaminación
de alimentos y agua con herbicidas. A pesar de una numerosa protesta pacífica que tuvo lugar el 29 de mayo de
2000, la administración de Dewas no ha adoptado medidas para frenar este tipo de abusos. No se ha iniciado
ningún juicio contra los agresores y la población local sigue sometida a la represión. Por otra parte, no se ha
otorgado compensación alguna a los aldeanos afectados y a sus familias.
Los pobladores locales y activistas de Dewas rechazan las acusaciones de las autoridades en el sentido de que
están armados y de que incitan a la población a la violencia. También rechazan las acusaciones de que se
encuentran implicados en la extracción ilegal de madera. En realidad, las recientes atrocidades son
consecuencia de la resistencia con que han enfrentado las prácticas depredadoras y corruptas de algunos
funcionarios del Departamento Forestal, que, según se ha informado, practican la extracción ilegal de madera a
escala comercial. Los activistas locales han señalado que vienen alentando a la población a no dejarse sobornar
por los funcionarios forestales para seguir llevando a cabo las actividades tradicionales en materia de obtención
de medios de vida que por derecho les corresponde. Los activistas sostienen que la reciente campaña de
violencia por parte de los funcionarios locales no es más que una reacción frente a la oposición de la población a
sus prácticas corruptas y a la represión desatada por los recientemente constituídos Comités de Protección de
Bosques, formados según las pautas del Manejo Forestal Conjunto establecido hace pocos años, con el apoyo
de varias organizaciones, entre las cuales el Banco Mundial.
Artículo basado en información obtenida de: Tom Griffiths, Forest Peoples Programme, 18/4/2001, correo
electrónico: [email protected]; http://www.rfb.it/icc99/adivasi.htm ;
http://www.caritas.org.nz/Update/sept2000/update24land.htm
inicio
- Tailandia: un paso adelante en la resolución de un conflicto
En el norte de Tailandia existe un conflicto entre ciertos grupos de las tierras altas y de las bajas respecto del uso
de los recursos naturales. Muchos habitantes de las tierras bajas acusan a grupos minoritarios de las tierras altas
de estar afectando sus fuentes de agua, al practicar una agricultura insustentable que lleva a la deforestación, a
la que se considera responsable de la disminución del suministro de agua y del aumento de la sedimentación en
los cursos a causa de la creciente erosión. La solución que se propone: sacar a estos grupos minoritarios de la
zona. Obviamente ello resulta inaceptable para estos últimos, por lo que el conflicto ha persistido durante varios
años.
Con la finalidad de lograr soluciones equitativas al problema, algunas organizaciones --incluyendo al Movimiento
Mundial por los Bosques Tropicales-- organizaron un simposio internacional, que tuvo lugar en Chiang Mai en
marzo pasado. Entre los participantes se incluyeron expertos internacionales en manejo de cuencas y áreas
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protegidas, así como representantes del Real Departamento Forestal, funcionarios oficiales, académicos,
conservacionistas y organizaciones locales. Una vez finalizado el simposio, los participantes visitaron la zona de
conflicto y pudieron escuchar in situ los puntos de vista de pobladores locales, tanto de las tierras altas como de
la llanura.
El principal logro del encuentro fue abrir un espacio de discusión de los diferentes puntos de vista y aportar al
debate la experiencia de otros países, así como los resultados de recientes investigaciones. El simposio
concluyó en que la solución del problema no es tan simple como parecía en un principio a algunos de los grupos
de las tierras bajas y que, por lo tanto, la solución no podía ser simplista.
De la visita a la zona de conflicto llegamos a las siguientes conclusiones:
1) La erosión de suelo en la zona de montaña constituye un problema importante para los usuarios aguas abajo,
pero la principal causa de la erosión no parece ser la deforestación, sino un sistema de caminería mal
construído.
2) Parte del problema en las áreas de montaña ha sido el reasentamiento forzado de la población que solía
realizar prácticas de agricultura itinerante que resultaban sustentables, pero que ahora se ve obligada a practicar
una agricultura de carácter permanente, la cual implica algunos impactos ambientales.
3) El uso del agua, en especial por parte de los pobladores de las tierras bajas, ha aumentado drásticamente
como consecuencia de la expansión de los cultivos comerciales y de los huertos frutales de exportación en
dichas tierras. La escasez de agua padecida por los usuarios tierras abajo en los últimos años se ha debido en
gran medida al incremento en el uso de agua destinada a los cultivos agrícola y frutícola.
4) Se han construido una serie de represas a lo largo del tramo inferior del sistema hidrológico en cuestión, y a
su vez hay muchos canales de irrigación que desvían el agua, lo que ha provocado un impacto sobre las fuentes
del elemento en las zonas bajas.
En suma, lo que resulta claro es que, aún si los pobladores de las tierras altas fueran removidos de su territorio,
tal solución injusta no resolvería el problema. Por tanto, es necesario continuar los esfuerzos para reunir a la
gente y facilitar un proceso para el logro de soluciones verdaderas y equitativas a una cuestión que se está
convirtiendo en un problema creciente tanto para los pobladores de las tierras altas como para los de las bajas.
Esperamos sinceramente que el simposio internacional realizado recientemente signifique un paso adelante en
ese sentido.
Por: Secretariado Internacional del WRM
inicio
- Vietnam: plantaciones como sumideros para evitar reducción de emisiones en Australia
Durante las negociaciones internacionales sobre el cambio climático (COP 6) en La Haya en noviembre del año
pasado, el gobierno de Australia se alineó con EE.UU., Japón y Canadá, negándose a reducir las emisiones de
carbono de su propio país. Cinco meses después, el mismo gobierno ha anunciado cinco proyectos cuyo
propósito es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Como era previsible, los proyectos,
financiados a través del Programa Internacional de Cooperación sobre el Efecto Invernadero (International
Greenhouse Partnerships (IGP) Programme), no tienen por finalidad la reducción de las emisiones en Australia,
sino que habrán de ser implementados en Perú, Fiji, Malasia y Vietnam.
El aludido programa IGP, que fuera lanzado en mayo de 1998 y se implementa desde el Ministerio de Industria,
Ciencia y Recursos, se propone “reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a través de proyectos en
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el exterior”, que serán considerados en el futuro como proyectos de compensación de carbono bajo el Protocolo
de Kioto.
Al anunciar los proyectos, Nick Minchin, ministro australiano de Industria, Ciencia y Recursos dijo que "no sólo
los proyectos estarán abordando el cambio climático global mediante la reducción de gases de efecto
invernadero, sino que además estarán ayudando a Australia a desarrollar su experiencia en materia de
tecnologías limpias y verdes a través de proyectos serios y comercialmente viables".
Uno de los proyectos del Programa IGP consiste en el establecimiento de plantaciones de árboles de rápido
crecimiento en Vietnam. Este proyecto, evaluado en U$S 242.000, será llevado adelante por CSIRO
(Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth), conjuntamente con el Centro de
Investigación para el Mejoramiento de Arboles Forestales de Vietnam. Según Minchin, CSIRO “aumentará la
captura de carbono por parte de los bosques plantados [sic] en Vietnam a través del uso de material de
plantación genéticamente mejorado”.
CSIRO suministrará las semillas de acacia y eucalipto --los árboles favoritos de la industria de la pulpa y el
papel-- y establecerá cuatro viveros, cada uno de los cuales de cinco hectáreas de extensión, dos en la Provincia
de Quang Tri en la zona central de Vietnam, y dos en la Provincia de Binh Thuan, al sur. Los plantines
producidos en estos viveros serán instalados sobre una superficie de 8.250 hectáreas en varios sitios del país.
De acuerdo con estimaciones de la propia CSIRO, estas plantaciones absorberán “21.500 toneladas extra de
CO2” de la atmósfera por año, comparadas con otras plantaciones forestales. Dicho cálculo se basa en un
crecimiento volumétrico del 15%, que se espera obtener a partir de la semilla genéticamente mejorada. Sin
embargo, investigaciones recientemente publicadas en las revistas “Nature” y “Science” indican que los bosques
son mejores que las plantaciones en lo que respecta a la absorción de carbono (ver Boletín 39 del WRM). Aún
así, la información que IGP ofrece al público no hace mención alguna de comparaciones entre la cantidad de
carbono almacenado por un bosque y por una plantación.
CSIRO también participa en el desarrollo de modelos predictivos para “otras importantes especies para
plantación” y considera que “tal conocimiento habrá de colaborar con el exitoso crecimiento de las plantaciones,
permitiendo mayores rendimientos de los bosques [sic] plantados y una mayor absorción de carbono en el largo
plazo”. Incluso asumiendo que las plantaciones puedan ser útiles en la absorción de dióxido de carbono, la lógica
falla por su base, dado que un mayor crecimiento en las plantaciones no hará ninguna diferencia si los árboles
son cortados a los cinco años para producir productos de corta vida tales como astillas de madera, celulosa y
papel.
Entretanto, en otros lugares de Vietnam los inversores se están topando con dificultades para encontrar tierra
suficiente para sus plantaciones. Por ejemplo, el proyecto de Quy Nhom, evaluado en U$S 14 millones y
financiado con fondos japoneses, se propone instalar 13.000 hectáreas de acacia y eucalipto en la Provincia de
Binh Dinh, con la finalidad de producir astillas de madera a ser exportadas a Japón. Hasta ahora, luego de siete
años de aprobación del proyecto, la empresa solamente recibió alrededor de 8.000 hectáreas de tierras. “El
problema de disponibilidad de tierras está aumentando los riesgos de los proyectos de plantaciones” manifestó a
la publicación Vietnam Investment Review Hironobu Ohara, director del mencionado proyecto.
Según un artículo aparecido recientemente en el diario tailandés The Nation, el gobierno vietnamita exige que
todo proyecto de secuestro de carbono a ser implementado en el país debe incluir un apoyo a las comunidades
que resultarían afectadas por las plantaciones. La información puesta a disposición del público por el IGP en
relación con el aludido proyecto no hace alusión alguna a este tema.
Cabe señalar que el 75% de los fondos de CSIRO provienen del gobierno de Australia, por lo que resulta
explícito a quién debe su lealtad. Tal como lo expresa la propia organización: “las funciones primarias de CSIRO
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consisten en asistir a la industria australiana, contribuir con los objetivos nacionales del país y facilitar la
aplicación de los resultados de la investigación”.
El mensaje resulta pues claro: el gobierno de Australia no negociará reducciones de las emisiones de carbono en
su país, pero CSIRO ha de “asistir a la industria australiana” mediante la instalación de plantaciones de eucalipto
y acacia en Vietnam . . . supuestamente para absorber dichas emisiones.
Más información sobre este proyecto debería estar disponible en el IGP ([email protected]) y CSIRO
([email protected]. au)
Por: Chris Lang. E-mail: [email protected]
inicio
OCEANIA
- Tonga: las causas subyacentes de la pérdida de los bosques
El Reino de Tonga se encuentra al suroeste del Pacífico central. Su territorio comprende más de 175 islas, con
un total de 750 km2 y una población de unos 100.000 habitantes, que viven en 166 poblados esparcidos en 43
islas. El clima es subtropical. La temperatura a lo largo del año oscila entre los 17 y los 30ºC y las precipitaciones
son de aproximadamente 2.700 milímetros anuales.
Es razonable suponer que en alguna época Tonga estuvo completamente cubierta de bosques, los cuales, según
un estudio realizado en las áreas boscosas aún existentes, eran muy ricos en especies. Estos bosques
remanentes están confinados a pequeñas áreas en zonas con características físicas que vuelven su uso muy
difícil. La mayor superficie boscosa se encuentra en la escarpada costa de 'Eua. Otros relictos están esparcidos
a lo largo del país, en varias islas relativamente remotas, de difícil acceso --como Kao, Tofua y Late-- en zonas
de manglares y algunos pocos segmentos en Vava’u y Tongatapu.
Según un estudio realizado en el país, hay dos causas fundamentales e interconectadas que explican el serio
proceso de deforestación y degradación de los bosques: el crecimiento poblacional y la monetarización de la
economía. Las restricciones ecológicas y espaciales constituirían la razón del efecto del aumento de la población
(de unos 20.000 habitantes en 1891 a 100.000 habitantes en 1996) sobre los bosques. Sin embargo, la
incidencia de la presión de población fue acelerada y exacerbada por los cambios registrados en la economía y
su impacto sobre el patrón de uso del suelo. La transformación más importante y abarcativa desde el punto de
vista económico ha sido la transición de Tonga de una economía no monetaria --basada primordialmente en la
agricultura de subsistencia-- a la economía monetaria, sobre una base más amplia y comercial. La entrada de
Tonga en la economía globalizada comenzó hace unos 50 años y, hoy en día, teniendo en cuenta el aumento de
la demanda de dinero en efectivo, dicha transición puede ya considerarse completa.
A medida que la interacción entre Tonga --que hasta entonces había sido un país relativamente aislado-- y el
mundo externo aumentaba, también lo hacían los riesgos de la intensificación de la presión sobre los recursos
naturales, incluídos los bosques. De hecho, entre 1980 y 1992 los niveles de exportación se triplicaron.
Considerando que los productos de la agricultura de monocultivo --destinados especialmente al mercado
japonés-- representan el 75% o más de los ingresos por exportaciones, no resulta sorprendente que el avance de
la frontera agrícola haya provocado la progresiva pérdida de los bosques.
Artículo basado en información obtenida de: “Deforestation and Forest Degradation in the Kingdom of Tonga”,
Denis Wolff, Tonga Community Development Trust (El estudio completo en inglés está disponible en:
http://wrm.org.uy/deforestation/Oceania/Tonga.html )
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GENERAL
- El World Resources Institute critica evaluación de recursos forestales de la FAO
Un reciente estudio del World Resources Institute (WRI) acerca de la última evaluación de FAO sobre los
bosques en el mundo informa que la deforestación podría no estar disminuyendo e incluso haber aumentado en
la zona tropical.
“Los propios datos manejados por FAO muestran que la pérdida de bosques naturales en la zona tropical sigue
siendo acelerada” dice Emily Matthews, autora del estudio del WRI titulado “Para comprender la Evaluación de
Recursos Forestales 2000” (título original: “Understanding the Forest Resources Assessment 2000”). “La
afirmación de FAO de que la tasa global de deforestación está decreciendo es engañosa, dadas las diferencias
existentes en las condición de los bosques a nivel regional y subregional”.
Las tasas de deforestación se han incrementado en Africa tropical, han permanecido constantes en América
Central y decrecido sólo un poco en la zona tropical de Asia y Sudamérica. El informe del WRI, que fue
refrendado por el WWF, señala que la comprensión de la verdadera tasa de deforestación se hace más difícil
debido a que la “tasa neta de cambio” utilizada por FAO mide las modificaciones acaecidas tomando
conjuntamente los bosques naturales y las plantaciones. Durante la década de 1990 se plantaron unos 3
millones de hectáreas por año en todo el mundo, lo que FAO considera como una compensación a la pérdida de
bosques.
Pero si se excluyen las nuevas plantaciones, resulta claro que en los trópicos el área de bosques ha disminuido a
una tasa de casi 16 millones de hectáreas por año. “El nivel de deforestación en los trópicos es mayor en todas
las zonas tropicales del mundo, excepción hecha de América Latina”, manifiesta Matthews. “Se perdió más
bosque tropical en la década de 1990 que en la de 1980” concluye.
El texto completo en inglés del aludido informe del WRI está disponible en:
http://www.wri.org/wri/forests/pdf/fra2000.pdf
Artículo basado en información obtenida de: WRI study reports deforestation may be higher than FAO estimates,
Washington, 12/3/01 http://www.wri.org/wri/press/fao_fra5.html
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