WORLD RAINFOREST MOVEMENT MOVIMIENTO MUNDIAL POR LOS BOSQUES TROPICALES Secretariado Internacional

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WORLD RAINFOREST MOVEMENT
MOVIMIENTO MUNDIAL POR LOS BOSQUES TROPICALES
Secretariado Internacional
Ricardo Carrere (Coordinador)
Maldonado 1858
11200 Montevideo - Uruguay
Tel: +598 2 403 2989
Fax: +598 2 408 0762
Email: [email protected]
http://www.wrm.org.uy
BOLETIN 43 del WRM
Febrero, 2001
En este número:
NUESTRA OPINION
- Quiénes protegen y quiénes destruyen los bosques
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LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS
AMERICA DEL SUR
- Colombia: legislación “a la medida” de Smurfit
- Ecuador: acción por los manglares de Guayas
- Guyana: el impacto de las transnacionales mineras sobre la gente y el ambiente
- Perú: ¿Quién paga los platos rotos de los “accidentes” provocados por el petróleo?
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AMERICA CENTRAL
- Belice: un país donde los bosques aún pueden ser salvados
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AFRICA
- Camerún: nuevo boletín electrónico
- Camerún: investigación cuestiona mitos acerca de consumo de leña y deforestación
- República Democrática del Congo: el caso de los Twa en el Parque Nacional Kahuzi-Biega
- Kenia: campaña internacional por los Ogiek
- Medalla de Oro a la Shell: una burla al pueblo de Nigeria
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ASIA
- Indonesia: la amenaza de la industria de celulosa y papel en Kalimantan
- Banco Asiático de Desarrollo subsidia deforestación en Laos
- Malasia: barricadas contra madereo en selvas de Sarawak
- India: el escándalo del proyecto de la represa de Dandeli
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OCEANIA
- Papua Nueva Guinea: la destrucción social y ambiental causada por el madereo
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EL BANCO MUNDIAL, LOS BOSQUES Y LA GENTE
- Las promesas rotas del Banco Mundial sobre la revisión de su política forestal
- La Política de Reasentamientos del Banco Mundial falla por su base
- La futura Política sobre Bosques debe excluir los árboles transgénicos
- Recolección de firmas contra el debilitamiento de las normas de salvaguardia
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BOLETIN 43 del WRM
Febrero 2001
NUESTRA OPINION
- Quiénes protegen y quiénes destruyen los bosques
Durante años los “expertos” del enfoque forestal dominante se equivocaron al identificar las principales causas
de la deforestación, al igual que al plantear soluciones para salvar los bosques. Según ellos, una de las
principales causas de la deforestación era el uso de leña por “los pobres”. La solución que proponían era por lo
tanto establecer plantaciones de eucalipto como fuente de leña para “los pobres”. Según ellos, quienes viven en
los bosques eran los responsables de la deforestación y por tanto era necesario que fueran sacados de allí, a fin
de que los bosques quedaran protegidos de ellos. La gente fue entonces expulsada de sus tierras, con el
pretexto de que así se estaba protegiendo los bosques. Este enfoque simplista de “culpabilizar a los pobres” ni
siquiera propuso como solución al problema que, si los pobres eran la principal causa de la deforestación, todos
los esfuerzos deberían dirigirse a la erradicación de la pobreza. Por el contrario, sus principales esfuerzos se
orientaron ¡a erradicar a los pobres de los bosques!
Al tiempo que estos expertos hacían su trabajo, también lo hacían los verdaderos agentes de la destrucción. Las
empresas madereras siguieron cortando, legal e ilegalmente. Los constructores de represas siguieron
represando los ríos e inundando millones de hectáreas de bosques con el agua de los embalses. Los cultivos de
exportación y la ganadería provocaron la corta de más y más áreas de bosque. Las plantaciones industriales
--para celulosa, madera, palma aceitera y otras-- fueron sustituyendo vastas superficies de bosques ricos en
biodiversidad por monocultivos de especies exóticas. Las empresas mineras y petroleras siguieron destruyendo y
contaminando los bosques.
Todos estos procesos han generado, y siguen generando, graves impactos ambientales a nivel local y global,
todos los cuales resultan en sufrimiento humano. Millones de personas viven en los bosques y/o obtienen sus
medios de vida de los mismos. Por ende, la deforestación ha generado pobreza, simplemente porque todos esos
millones de personas se ven privadas del acceso a sus medios de vida una vez que los bosques han
desaparecido o cuando son “reasentados” en algún otro lugar. Es causa asimismo de violaciones a los derechos
humanos. Muchas personas han sido asesinadas --y otras continúan siendo asesinadas-- por defender sus
derechos y por proteger los mismos bosques que los gobiernos del mundo aducen proteger.
Sin embargo, resultaría incorrecto destacar solamente causas directas de la deforestación tales como el
madereo, la industria camaronera, las plantaciones, las represas, etc. Es necesario profundizar en el tema y
señalar que por detrás de estas causas hay otras --subyacentes-- que constituyen la raíz del problema. Entre
ellas está el tema del consumo excesivo en el Norte, que genera una demanda siempre creciente de materia
prima barata --madera, petróleo, minerales, etc.-- y alimentos también baratos, tales como soja, carne o
camarones. Hay además actores fundamentales que hacen viable este suministro de productos a bajo precio,
tales como el FMI, el Banco Mundial, los bancos regionales de desarrollo, las consultoras del Norte, las agencias
de crédito a la exportación, las agencias bilaterales de “asistencia". Y en el medio se ubican funcionarios
gubernamentales corruptos e igualmente corruptos empresarios y funcionarios del norte actuando como
corruptores. El resultado final es la deforestación y la violación de los derechos de las poblaciones locales.
Este número del Boletín del WRM incluye --al igual que la mayoría de los anteriores-- situaciones típicas donde
los bosques están amenazados debido a la acción combinada de diferentes actores tales como los gobiernos, las
multinacionales, las agencias multi y bilaterales, y a la vez están siendo protegidos por pueblos indígenas y por
otros pobladores locales. La realidad nos muestra entonces que no son “los pobres” quienes destruyen los
bosques, sino intereses muy poderosos a nivel local e internacional. La protección de los bosques implica por lo
tanto apoyar las luchas de las poblaciones locales por sus derechos, y simultáneamente trabajar para generar
condiciones para que se haga posible abordar las causas de fondo de la deforestación a nivel nacional e
internacional. Tan sólo cuando eso suceda los bosques estarán a salvo y los pueblos que habitan los bosques o
que de ellos dependen podrán vivir en paz y en armonía con la naturaleza.
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LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS
AMERICA DEL SUR
- Colombia: legislación “a la medida” de Smurfit
Las plantaciones forestales con fines comerciales a cargo de empresas privadas comenzaron en Colombia en la
década de 1960. Las plantaciones comerciales de madera de fibra larga --pinos y cipreses-- se hallan ubicadas
principalmente en el oeste del país, en los departamentos de Antioquía, Caldas, Quindio, Risaralda, Valle y
Cauca; en tanto en las zona central --en los departamentos de Cundinamarca y Boyacá-- predomina el
Eucalyptus globulus.
Ya desde la década de 1970 se vienen denunciando los impactos provocados por los monocultivos forestales en
gran escala en dicho país. Un estudio de ese entonces, contratado por el propio estado colombiano para evaluar
los efectos de las plantaciones de coníferas en el Departamento del Cauca, concluyó que las mismas destruían
los ecosistemas naturales. A su vez, en la década de 1990 varios municipios prohibieron las plantaciones
forestales en cuencas abastecedoras de agua y sancionaron a compañías forestadores por practicar la quema
del bosque para dar lugar a plantaciones. Sin embargo, bajo la influencia del modelo globalizador y a instancias
de las autoridades nacionales y de organismos internacionales de crédito, la forestación en gran escala continúa.
Uno de sus actores más relevantes es Smurfit Cartón de Colombia, responsable de daños ambientales como la
tala de selva en el Chocó Biogeográfico, la contaminación hídrica en el río Cauca y la contaminación atmosférica
en la ciudad de Yumbo. La actividad de la empresa en el país comenzó en 1957 cuando se creó Celulosa y
Papel de Colombia S.A. (Pulpapel) --conformada por el Instituto de Fomento Industrial (IFI), Cartón de Colombia
y la Container Corporation of América, una subsidiaria de la Mobil-- que luego vendió sus acciones a Cartón de
Colombia y pasó a denominarse Smurfit Cartón de Colombia. Esta es parte de la multinacional Jefferson Smurfit
Group plc, con sede en Irlanda. Dicha empresa es uno de los mayores productores de empaques a base de
papel en el mundo, operando en veinte países. La empresa obtiene el mayor margen de ganancias en América
Latina. Es así que en 1993, por ejemplo, el 70% de las ganancias de Smurfit provenían de Colombia, México y
Venezuela.
¿Por qué Smurfit eligió estos países y específicamente Colombia? Además de los buenos crecimientos de las
plantaciones de pino, de la debilidad de los controles ambientales y de los bajos costos de mano de obra
--debido al empleo de trabajadores informales y a la subcontratación de tareas-- una razón fundamental ha sido
la legislación que, gracias a su poderosa influencia, Smurfit ha logrado que el estado apruebe en su beneficio.
Para comenzar, la Ley 99 de 1993 asignó a un representante de los gremios de la actividad forestal un lugar en
el Consejo Nacional Ambiental. La Asociación Colombiana de Reforestadores (ACOFORE), creada a instancias
de la propia Smurfit, lógicamente ofrece ese lugar a Smurfit.
Por otra parte, están vigentes una serie de beneficios que la ley le otorga, algunos rayanos en el disparate. Por
ejemplo, a través de los Certificados de Incentivo Forestal (CIF), establecidos en 1993 como “un reconocimiento
del Estado Colombiano a las externalidades positivas de la reforestación en tanto los beneficios ambientales y
sociales generados”, se permite que los proyectos de plantación con especies introducidas reciban los mismos
beneficios que aquellas donde se usen árboles autóctonas, siempre que “se demuestre como resultado de
estudios científicos o de investigación aplicada que la especie presenta calidades excepcionales para poblar y
conservar y regular aguas”. Teniendo en cuenta los probados impactos negativos que los monocultivos forestales
con especies de rápido crecimiento tienen sobre la dinámica del agua en las cuencas, lo anterior es difícil de
imaginar. Sin embargo, la empresa logra que los estudios lo "demuestren" y se beneficia de los CIF.
Smurfit es también beneficiaria de diferentes tipos de exoneraciones impositivas para promover lo que
erróneamente la legislación denomina “reforestación”. A modo de ejemplo: un descuento del 20% en el impuesto
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a la renta generada por las nuevas plantaciones, una deducción del 80% del valor imputable sobre la venta de
los productos de la cosecha de madera a efectos del pago de impuestos, y la exoneración de impuestos sobre
prestación de servicios técnicos relacionado con las plantaciones forestales, establecida por la Ley de
Presupuesto de 1995.
El rumbo que ha tomado la política forestal en Colombia es alarmante por diversos motivos. En tanto por un lado
no existe una protección efectiva de la enorme diversidad forestal existente en su vasto territorio, afectada
además por las actividades de plantación de cultivos ilícitos y su represión, por otro lado se fomentan los
monocultivos, que son una causa directa de la deforestación y degradación de los bosques, tanto en Colombia
como en el resto del mundo. Además, se aprueban medidas legislativas hechas a medida para Smurfit y los
grandes “reforestadores”, en tanto los agricultores --en especial los minifundistas-- son dejados librados a los
azares del mercado y las condiciones atmosféricas. Todo ello en el marco de un sangriento conflicto a nivel
nacional cuya causa primera se encuentra precisamente en el injusto sistema de tenencia de la tierra.
En la vecina Venezuela, Smurfit ya ha debido enfrentar severos conflictos con comunidades locales a causa de
los monocultivos forestales (ver Boletines 18, 20, 22 y 23 del WRM). Asimismo en Colombia sus actividades
vienen generando una oposición creciente, como la que están oponiendo los Grupos Ecológicos de Risaralda,
provincia donde la empresa ya es dueña del 10% de la tierra. En realidad, difícil sería esperar otra cosa frente a
una actividad que, para beneficiar a unos pocos, tantos perjuicios ocasiona a tantos desde el punto de vista
ambiental y social.
Artículo basado en información de: “Smurfit Cartón Colombia y las plantaciones forestales. Caso colombiano” por
Herney Patiño Ríos, Grupos Ecológicos de Risaralda (ver texto completo en
http://www.wrm.org.uy/countries/Colombia/Smurfit.html; Joe Broderick, “El imperio de cartón. Impacto de una
multinacional papelera en Colombia”, Planeta Colombiana Editorial S.A., Santafé de Bogotá, 1998.
inicio
- Ecuador: Acción por los manglares de Guayas
La cría industrial de camarón constituye una causa directa de la deforestación de los manglares en la zona
tropical. En Ecuador, el nivel de destrucción provocado por el boom camaronero de los ‘70 a mediados de los
‘80, sigue sin disminuir, pese a que en 1995 se aprobó una ley para la protección de los manglares. Hoy en día
hay en ese país 40.000 hectáreas de piscinas de producción de camarón, que han afectado al 70% de la
superficie de manglares originalmente existentes y a prácticamente todos los estuarios de la costa del Pacífico.
Las economías locales han quedado desarticuladas. Los sucesivos gobiernos han venido apoyando esta
destructiva actividad --promocionada como la “Revolución Azul”-- otorgando concesiones para el uso del suelo,
construyendo infraestructura para permitir el transporte de los productos, ofreciendo subsidios, etc. La Ley
“Troley”, aprobada a fines del año pasado, estableció que los actuales beneficiarios de concesiones en
manglares y playas donde se han construído piscinas pueden convertirse en propietarios de la tierra. Ello
significa la completa pérdida de soberanía del estado ecuatoriano sobre un recurso tan valioso como éste.
Recientemente miembros de una asociación local de cangrejeros han denunciado un nuevo caso de destrucción,
esta vez en la Parroquia Naranjal, ubicada en la Provincia de Guayas, al este del país. En una localidad
denominada Granja del Mar, cerca del río San Pablo, se están cortando los manglares para construir piscinas
camaroneras.
Ello está sucediendo a pesar del hecho de que en julio de 2000 la Asociación de Cangrejeros “6 de Julio” recibió
por parte del Ministerio de Medio Ambiente una concesión para el uso de 1.666 hectáreas de manglar. Grande
fue su sorpresa al comprobar que su concesión --obtenida en forma legal-- estaba siendo invadida por personas
presumiblemente vinculadas a la industria camaronera, quienes ya han destruído 70 hectáreas de manglar con la
finalidad de instalar infraestructura para dicha producción. Los habitantes de la zona han solicitado la
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intervención de las autoridades ambientales y de la Oficina Forestal de Guayas, pero hasta ahora nadie ha
tomado cartas en el asunto. Entretanto la destrucción continúa.
La Coordinadora Nacional Ecuatoriana para la Defensa de los Manglares --una coalición de ONGs creada para
unir fuerzas con ese fin-- está solicitando la solidaridad internacional para defender este valioso ecossitema, que
constituye también la fuente de vida para una comunidad local. L@s interesad@s en expresar su apoyo por favor
comunicarse con: FUNDECOL ( [email protected] )
Artículo basado en información de: The Late Friday News, 76th Edition, 13/1/01; Cecilia Chérrez, Acción
Ecológica, 18/12/2000; FUNDECOL, Press Release, 4/1/2000; correo electrónico: [email protected]
inicio
- Guyana: el impacto de las transnacionales mineras sobre la gente y el ambiente
En el interior de Guyana se extiende una selva tropical de 150 kilómetros de ancho, la mayor parte de la cual en
estado primario. Sin embargo, la percepción oficial desde los ’70 según la cual la minería resultaba esencial para
el “desarrollo”, junto a la apertura económica del país -- que implicó la promoción de la explotación de los
recursos naturales, en especial madera y minerales-- para enfrentar la creciente deuda externa y satisfacer las
condiciones del ajuste estructural de 1991 impuesto por el FMI y el Banco Mundial, allanaron el camino a las
empresas transnacionales. Gracias a la generosa concesión de vastas áreas a compañías madereras y mineras,
éstas siguen haciendo el gran negocio y al mismo tiempo destruyen el ambiente y causan graves problemas a
los pueblos indígenas (ver Boletín 17 del WRM).
Los resultados de un informe publicado el año pasado sobre el impacto de la minería en el Distrito Amerindio
Upper Mazaruni de Guyana confirman este panorama general en una región particular del país. La región del
Alto Mazaruni posee una prolífica selva, que constituye el último refugio de los aborígenes Akawaio (Kapon) y
Arenuca (Pemon), cuyas tierras ancestrales comprenden también parte de la Gran Sabana venezolana y del
norte del estado brasileño de Roraima. Su modo de vida en armonía con la ambiente se ha basado
tradicionalmente en migraciones estacionales entre los tramos inferior y superior de los Ríos Mazaruni y
Kamarang, a fin de obtener recursos de la caza, la pesca y la agricultura.
Desde fines de la década de 1950 las autoridades indígenas de la región vienen reclamando a los sucesivos
gobiernos por la invasión de sus tierras por parte de los mineros. En 1959 una tercera parte de la Reserva
Amerindia de Upper Mazaruni fue redefinida como distrito minero y al resto de la misma se le dio la
denominación Distrito Amerindio Upper Mazaruni. Al principio se trataba de mineros de pequeña escala, pero
actualmente estamos hablando de poderosas empresas mineras extranjeras. Alrededor de 37 compañías
mineras --la mayoría de las cuales canadienses-- están registradas en Guyana. Muchas de ellas han estado y
todavía se encuentran en Upper Mazaruni. Golden Star Resources y Vanessa Ventures, ambas canadienses,
son las dos que han provocado el mayor impacto ambiental y consiguiente preocupación a nivel de las
comunidades locales.
El uso de máquinas de dragado de tipo misil (enormes aspiradoras con forma de misil, que se acoplan a las
dragas en el río para extraer los depósitos aluviales) es común en la zona. Dichas máquinas destruyen las
riberas de los ríos y los bosques cercanos e incrementan la sedimentación, provocando severas pérdidas en las
poblaciones de peces y drásticos cambios en la hidrología y la geomorfología de los ríos. A efectos de maximizar
la producción de oro, las empresas mineras que actúan en Upper Mazaruni también utilizan mercurio, si bien se
sabe desde hace décadas que el mercurio genera efectos graves sobre los ecosistemas y la salud humana. De
acuerdo con los autores del citado informe, los impactos ambientales de la minería en la zona resultan evidentes:
el agua está descolorida y cargada de sedimentos, las pilas de desechos se acumulan en las orillas, algunas de
las cuales ya han desaparecido por el uso de las máquinas de dragado tipo misil. La Evaluación de Impacto
Ambiental exigida por la ley no existe más que en el papel.
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La destrucción de los recursos naturales de los que dependen los pobladores locales para su sobrevivencia ha
impactado en la vida cotidiana de los indígenas, especialmente sobre su provisión de alimentos. Ahora les
resulta difícil encontrar pescado en el antes rico río Mazaruni. El ruido provocado por la minería y la caza
insustentable que realizan los mineros ha provocado una disminución de la riqueza y abundancia de animales.
La destrucción de las economías locales ha ido paralela con el surgimiento de serios problemas sociales, tales
como alcoholismo, abuso sexual, prostitución y racismo.
En resumen, la apertura de Guyana a las empresas extranjeras acontecida desde mediados de la década de
1980 está provocando la destrucción de sus selvas tropicales --un caso raro de ecosistema intocado hasta
entonces-- en medio de una completa falta de consideración por los pueblos amerindios que allí han vivido
durante siglos utilizando los recursos de manera sustentable. Este proceso continúa, en detrimento de los
bosques del país y de sus pueblos indígenas, quienes se están movilizando para revertir esta situación. Lo que
antes era un lugar paradisíaco, en el que la población local podía vivir según sus patrones culturales, se está
convirtiendo en un ejemplo de destrucción. ¿Para qué? Para que se beneficien unas pocas megaempresas.
¿Quiénes son los responsables? Las propias empresas --que actúan de manera depredatoria, aprovechando las
circunstancias favorables-- y los sucesivos gobiernos de Guyana, que han demostrado ser incapaces de
controlar las actividades de aquéllas y, en especial, no tener la voluntad de respetar y garantizar los derechos
territoriales indígenas, cuestión que está en la raíz del problema.
Las personas interesadas en obtener un ejemplar del informe referido (en inglés), donde se incluyen testimonios
de portavoces indígenas, así como mapas y fotos, pueden dirigirse a Amerindian Peoples Association
( [email protected] ) o al Forest Peoples Programme ( [email protected] )
Artículo basado en información obtenida de: “Indigenous peoples, land rights and mining in the Upper Mazaruni”,
A Report by Upper Mazaruni Amerindian District Council, Amerindian Peoples Association of Guyana, Forest
Peoples Programme, Global Law Association, Nijmegem, 2000; “Undermining the forests”, FPP-Philippine
Indigenous Peoples Links-WRM, January 2000; The World Guide 1997/98.
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- Perú: ¿Quién paga los platos rotos de los “accidentes” provocados por el petróleo?
El derrame de 5.500 barriles de petróleo en el río Marañón acontecido el 3 de octubre de 2000 en el corazón de
la Amazonía peruana, en los distritos de Urarinas y Parinari, Provincia de Loreto, constituye un desastre
ecológico, cuyas consecuencias están todavía perjudicando el ambiente y a la población nativa de la zona. El
derrame afectó la Reserva Pacaya Samiria, que es el área protegida de mayor superficie del país. La
responsable tanto del accidente como de la actual sitación es la transnacional Pluspetrol, con sede en Argentina.
Se estima que el derrame ha afectado a unas 20.000 personas, muchas de las cuales pertenecen al grupo étnico
Cocamas-Cocamillas. La contaminación de las aguas ha alterado su vida cotidiana, ya que ellos la utilizan el
agua del río para beber, bañarse y para esparcimiento. La pesca, que constituye su recurso básico, se ve
impedida por la contaminación existente y la muerte de la fauna del río. Se han multiplicado los casos de diarrea
y enfermedades de la piel. Los médicos enviados por la empresa y por el Ministerio de Salud no dan abasto con
los pacientes. Además hay denuncias de que parte de los medicamentos enviados a la zona nunca llegaron a
destino y fueron vendidos ilegalmente en Iquitos.
“La compañía no ha querido ayudarnos en ningún momento; tan sólo nos ha dado un poco de comida y muy
poca agua potable”, expresó el párroco local Miguel Angel Cadenas. Según testimonios de monjas misioneras
que trabajan en la zona, el alimento suministrado por Pluspetrol es de baja calidad y las provisiones no son
suficientes ni siquiera para satisfacer las necesidades de una dieta básica para toda la población afectada.
En lugar de ayudar efectivamente a los afectados por el desastre que ella misma provocó, Pluspetrol está más
que nada preocupada en mostrar una imagen “verde” y “humanitaria” de si misma hacia el exterior. Quienes
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reciben esa escasa ración de alimento y agua deben firmar un documento expresando su “gratitud” a Pluspetrol
por el apoyo otorgado. Por otra parte, la empresa está por presentar una Evaluación de Impacto Ambiental según
la cual la presencia de petróleo en las aguas del río Marañón sería menor ahora que antes del accidente, lo que
es a toda luces difícil de creer.
ONGs peruanas han denunciado que no es ésta la primera vez que Pluspetrol está implicada en similares
problemas. En noviembre de 1999 un oleoducto perteneciente a la empresa se rompió en la Quebrada Pucayacu
del río Chambira. Como consecuencia varios indígenas Urarina se enfermaron y varios incluso murieron. Las
mismas exigen que se revisen los contratos de explotación de Pluspetrol y que el transporte de petróleo sea
estrictamente controlado. Las consecuencias ambientales de la explotación de petróleo en las zonas tropicales
--entre otras, la contaminación por metales pesados provocada por los materiales de desecho de los pozos, los
incendios de extensas porciones de selva y el riesgo de explosión causado por los escapes de gas-- así como
los impactos sociales que provoca, muestran a las claras que el mencionado derrame no es tan sólo un
“accidente”. En los cálculos de las empresas petroleras esto es tan sólo un riesgo esperado. Pero al final son
siempre los indígenas y otras poblaciones locales, junto a sus bosques y aguas, lo que tienen que pagar los
platos rotos.
Artículo basado en información obtenida de: Resistance - Oilwatch Network Bulletin Nr. 13, February 2001,
correo electrónico: [email protected] ; Wilfredo Ardito Vega, Instituto de Defensa Legal, 29/1/2001; correo
electrónico: [email protected]
inicio
AMERICA CENTRAL
- Belice: un país donde los bosques aún pueden ser salvados
La mayor parte del territorio de Belice está todavía cubierto de bosques, los cuales albergan una enorme
diversidad de plantas y animales. Sin embargo, estos bosques han sido explotados durante siglos de manera
insustentable. Lo que no se ve a simple vista es el hecho de que las especies comercialmente más valiosas han
desaparecido casi por completo, en especial la caoba.
Pese a que la caoba es un árbol emblemático en Belice --es su árbol nacional y ocupa un lugar destacado en la
bandera nacional-- la historia colonial del país comienza realmente con la explotación de otro árbol: el palo de
tinte (Haematoxylum campechianum). A partir de fines del siglo XVI y hasta principios del siglo XIX la mayor
parte de estos árboles fueron cortados y exportados a Europa para extraer la tintura que se usaba en la industria
textil. Tan rentable resultaba este comercio que los piratas atacaban los barcos españoles e ingleses cargados
de la valiosa mercancía. Un solo cargamento de 50 toneladas de palo de tinte valía más que la suma de las
cargas de otras mercaderías durante un año entero. Los encargados de cortar la madera, al igual que los
esclavos, trabajaban en condiciones infrahumanas. Según Alan K. Craig (Caribben Studies, Vol.9:53-62, 1969)
“las condiciones pantanosas en los primeros campamentos de explotación de palo de tinte eran insoportables.
Se construían rudimentarias viviendas sobre plataformas elevadas, en medio de una nube de mosquitos. Durante
la estación de lluvias, los monteadores comenzaban su día metiéndose en más de medio metro de aguas
infestadas de cocodrilos, donde debían permanecer durante todo el día”.
Coincidentemente con el descubrimiento de la tintura de anilina, más barata, obtenida a partir del alquitrán de
carbón --que determinó el fin del uso del palo de tinte como tintura-- el famoso fabricante de muebles Thomas
Chippendale decidió, hacia mediados del siglo XVIII, usar caoba para la producción de muebles. El éxito de
Chippendale significó una enorme demanda de caoba por parte de la industria del mueble y los madereros
recorrieron todo el país para cortar y exportar este nuevo “oro rojo”. Dado que no se realizaron inversiones en
infraestructura vial, los rollizos eran transportadoas a puerto por vía fluvial. Como la única especie considerada
valiosa era la caoba, no se practicaba talarrasa, de modo que la cubierta forestal quedó prácticamente inalterada.
Sin embargo, uno de sus más importantes y principales componentes casi desapareció.
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La amplia aceptación que tuvo en los EE.UU. la goma de mascar --fabricada a partir de la savia del árbol del
chicle (Manilkara zapota)-- dio a los bosques de Belice una nueva oportunidad de generar empleo y ganancias
por exportaciones, ciclo que culminó cuando el chicle natural fue sustituído por un producto de vinilo sintético.
Tal como en muchos otros países tropicales, cuando uno viaja por Belice resulta evidente que toda la riqueza
generada por el palo de tinte, la caoba y el chicle deben estar en alguna otra parte ya que allí obviamente no
está.
En la actualidad otros procesos --vinculados también con la obtención de ingresos por exportaciones-- están
generando presiones sobre los bosques de Belice, en especial tres monocultivos industriales a gran escala: la
caña azucarera, la banana y los cítricos, que han determinado la corta a talarrasa de importantes áreas de
bosque. Por otra parte, la producción industrial del camarón y el turismo son responsables de la destrucción de
algunos de los manglares que protegen la línea de costa de los frecuentes huracanes.
A pesar de todo lo apuntado anteriormente, el hecho es que Belice posee todavía vastas superficies de selva que
pueden ser rehabilitadas, lo que constituye un punto de partida positivo. Mucho dependerá de la capacidad del
gobierno para resolver la grave situación de desempleo y pobreza que enfrentan demasiados beliceños. Toda la
historia del país prueba que una economía orientada a la exportación no constituye una solución a largo plazo.
Citando a Barry y Vernon --autores de “Inside Belize”-- el país “tiene la oportunidad de evitar muchos de los
errores que han provocado estragos en otros países de la región. A diferencia de los países desarrollados, que
están en una fase de restauración en lo que respecta a la conservación del ambiente, Belice puede todavía
tomar medidas preventivas para mantener la estabilidad de sus ecosistemas . . . El desafío que la nación
enfrenta es avanzar económicamente reconociendo a su vez los límites ecológicos para el progreso económico”.
Artículo basado en información obtenida de: Tom Barry with Dylan Vernon.- “Inside Belize. The essential guide to
its politics, economy, society, and environment”, New Mexico, Resource Center Press, 1995;
http://daphne.palomar.edu/wayne/ecoph4.htm ; http://daphne.palomar.edu/wayne/ecoph13.htm
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AFRICA
- Camerún: nuevo boletín electrónico
La ONG camerunesa Centro para el Ambiente y el Desarrollo (CED) ha publicado el primer número de “Inside
Cameroon”, boletín electrónico mensual en inglés (y próximamente en francés), que contiene información
actualizada sobre temas de medio ambiente, desarrollo, economía y derechos humanos en dicho país. Este
primer boletín suministra información detallada y un claro análisis de temas ambientales y sociales importantes,
tales como:
Bosques:
- Bosques y política forestal en Camerún
- Un dudoso “Premio por el Manejo Racional de los Bosques”
Instituciones financieras internacionales:
- La comunidad de donantes y los bosques – El Banco Mundial genera preocupación
- Auditoría económica y financiera del sector forestal en Camerún
El oleoducto Chad-Camerun:
- La estrategia de (in)comunicación de Exxon
- Proceso de compensación: los pigmeos Bagyeli se sienten abandonados
- Los subcontratistas de COTCO violan los derechos de los trabajadores
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Noticias de las corporaciones:
- Organismos genéticamente modificados: ¿Monsanto en Camerún?
Reseña bibliográfica:
- El silencio de los bosques – La mafia de la madera en Camerún
L@s interesad@s en suscribirse al Boletín pueden dirigirse a: [email protected]
inicio
- Camerún: investigación cuestiona mitos acerca de consumo de leña y deforestación
Un estudio publicado por IITA y CIFOR en 1997 sobre la producción y el consumo de leña y la relación entre ese
uso de la madera y la deforestación en el sur de Camerún arroja interesantes resultados, que cuestionan algunos
de los mitos en relación con la responsabilidad de los pobres rurales en la destrucción de los bosques, así como
con los supuestos beneficios de las plantaciones para contrarrestarla.
Estudios previos llevados a cabo en Africa habían demostrado que la agricultura contribuye tanto o incluso más
que el uso de leña a la destrucción de los bosques. En Costa de Marfil, por ejemplo, cinco millones de hectáreas
de selva fueron convertidas en tierras de cultivo entre 1966 y 1980, período en el que se destruyeron unos tres
millones de metros cúbicos de madera –ni siquiera utilizada como combustible-- cifra superior al volumen total
exportado en ese lapso. Recientes investigaciones centradas en el tema energético llegaron a la conclusión de
que la agricultura constituye la principal causa de deforestación en Africa. Un estudio del Banco Mundial del año
1987 señala incluso que si bien la deforestación está vinculada generalmente a la corta de árboles para obtener
leña, en realidad lo que generalmente sucede es lo contrario: la leña es un subproducto de la corta practicada
para la agricultura. Dicha conclusión es válida para la zona de selva tropical de Camerún, donde amplias
superficies de bosque han sido cortadas, roturadas y convertidas en tierras de cultivo. La leña es recogida de los
restos de los árboles tumbados. Por el contrario, en la región del Sahel de dicho país, donde el paisaje está
dominado por arbustos, la leña se obtiene de cortar las ramas de los pocos árboles existentes, asegurando su
conservación.
La referida investigación prueba también que la urbanización, el aumento de las área de cultivos y la
deforestación para la obtención de leña están correlacionadas. En las zonas densamente pobladas de Yaoundé
–la capital del país-- y sus alrededores, donde el consumo de leña es mayor y donde ha habido una fuerte
presión sobre los bosques por la agricultura, éstos han casi desaparecido. En cambio, en el área más rural de
Ebolowa, las reservas de bosques son más abundantes, dado que la oferta de leña supera con creces su
demanda. Por otra parte, el trabajo confirma que el consumo de leña en los hogares rurales para cocinar y
calefaccionarse no implica un riesgo para los bosques, dado que los volúmenes de madera usados con estos
fines son pequeños y además el recurso se regenera rápidamente.
El estudio muestra claramente que no pueden hacerse generalizaciones acerca de la relación entre uso de leña y
deforestación, puesto que deben tenerse en cuenta muchas variables, tales como densidad de población --tanto
rural como urbana-- naturaleza de las actividades realizadas por los pequeños campesinos, proximidad a los
centros urbanos, demanda urbana de leña, calidad de los caminos, etc. Por ejemplo, las aldeas próximas a las
principales ciudades venden grandes cantidades de leña, tanto obtenida a partir de los árboles cortados para
destinar áreas de bosque a la agricultura como de la corta de madera en las reservas forestales. Por el contrario
en las área rurales alejadas no hay venta de leña en absoluto debido a que en esas zonas la oferta de leña es
mucho mayor que su demanda y los árboles tumbados para liberar tierra para la agricultura --principal causa de
deforestación en este caso—son dejados descomponiéndose en el lugar.
Confirmando las conclusiones de estudios anteriores, la autora señala también que las plantaciones no
constituyen una medida adecuada para proveer de leña a las poblaciones locales y disminuir así la presión sobre
los bosques. Este tipo de soluciones fue promovido por gobiernos y agencias de desarrollo pensando que podría
traer consigo efectos colaterales positivos, como la generación de empleo e ingresos. Pero en la realidad esto no
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se dio. Los pequeños campesinos de Camerún, así como los de la India por ejemplo, prefieren establecer
plantaciones de uso múltiple --cuyos productos pueden ser vendidos a buen precio en el mercado-- que hacer
crecer árboles con el mero fin de producir leña.
En resumen, los procesos de deforestación en Africa no pueden ser explicados a partir de análisis simplistas,
utilizados con demasiada frecuencia para culpar a los pobres. Lo mismo es aplicable a las soluciones. Existe una
enorme variedad de situaciones al interior de los países del continente, que deben ser tenidas en cuenta antes
de hacer generalizaciones e implementar medidas.
Artículo basado en información obtenida de: Adrienne Paule Demenou, “La place du bois de feu dans un système
agroforestier”, IITA/CIFOR, Cameroon, 1997. El documento completo (en francés) se encuentra a disposición
en: http://www.wrm.org.uy/countries/Cameroon/demenou.html
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- República Democrática del Congo: el caso de los Twa en el Parque Nacional Kahuzi-Biega
El reciente trabajo de Albert Kwokwo Barume "Heading Towards Extinction? Indigenous Rights in Africa: The
Case of the Twa of the Kahuzi-Biega National Park, Democratic Republic of Congo" (“¿Hacia la extinción?
Derechos indígenas en el Africa: el caso de los Twa en el Parque Nacional Kahuzi-Biega”), recientemente
publicado por Forest Peoples Programme e IWGIA, examina la situación y perspectivas del pueblo indígena Twa
en dicho país.
Su autor, un abogado congolés especializado en derechos humanos, utiliza un marco de derechos indígenas
para examinar el caso de los Twa, un pueblo pigmeo que habita en la región oriental del país, que fueron
expulsados de sus territorios tradicionales a fin de crear el Parque Nacional Kahuzi-Biega. Los Twa, un grupo
cazador y recolector de los bosques tropicales, se ven enfrentados a un sombrío futuro. Sin acceso a las tierras
de las que han dependido durante milenios, actualmente se ven obligados a vivir en miserables asentamientos
ubicados en los márgenes de otras aldeas alrededor del Parque. Privados de sus derechos, de compensación y
de justicia, y expuestos a la discriminación de otros sectores de la sociedad, los Twa también sufren altos niveles
de desnutrición y enfermedades.
La obra analiza el contexto más amplio de las políticas respecto de la identidad étnica y los derechos de los
indígenas en Africa. En la misma se ubica la cuestión de los Twa a nivel de dos importantes áreas de
pensamiento: el creciente movimiento de autoidentidad de los así llamados pueblos indígenas del continente
--que están recurriendo a conceptos del derecho internacional para rever sus relaciones con los estados de
modo que se adapten a los mismos-- y los nuevos modelos de la conservación, donde se reconocen los
derechos de los pueblos indígenas, se valoran sus conocimientos y procuran que asuman un papel central en el
manejo de las zonas a conservar.
Los Twa de Kahuzi-Biega aún no se han beneficiado de estos cambios en la manera de enfocar los temas, y en
el referido enfoque se discute acerca de los derechos territoriales y las posibles opciones que los Twa tienen
para cuestionar su expulsión del Parque Nacional Kahuzi-Biega y llegar a nuevos acuerdos basados en el
reconocimiento de sus derechos. El informe finaliza formulando recomendaciones concretas para introducir
reformas en la manera en que las autoridades del país, los conservacionistas y las agencias de ayuda que les
brindan apoyo están tratando el caso de los Twa.
La contradicción entre conservación de la naturaleza y derechos de los pueblos indígenas es falsa. De modo que
lo que el informe busca no es minar los esfuerzos de los conservacionistas que trabajan en el Congo y los
expatriados, quienes tanto han luchado por la protección de la vida silvestre en ese país diezmado por la guerra.
Sin embargo, se desprende claramente la necesidad de que se respete el derecho de los pueblos indígenas que
allí habitan y que han sufrido y siguen sufriendo abusos. El autor señala que la conservación se verá fortalecida
y no debilitada siempre que las comunidades locales la experimenten como un proyecto positivo que redundará
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en su propio beneficio.
El libro contienen los siguientes capítulos: 1) El contexto político; 2) Los pueblos indígenas en Africa; 3) La
conservación en el Congo y el Parque Nacional Kahuzi-Biega; 4) La expulsión de los Twa del Parque Nacional
Kahuzi-Biega; 5) Derechos territoriales; 6) Recomendaciones.
Las personas interesadas en obtener un ejemplar, por favor dirigirse a: [email protected]
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- Kenia: campaña internacional por los Ogiek
El pueblo Ogiek de Kenia es una comunidad étnica minoritaria, que ha vivido desde tiempos inmemoriales
fundamentalmente de la caza y la recolección de miel en las tierras altas de la selva de Tinet, las que forman
parte de la extensa selva Mau en Kenia, ubicada 250 kilómetros al oeste de la capital Nairobi. Algunos de ellos
practican también actividades agropecuarias de subsistencia. Si bien los Ogiek se consideran a si mismos como
guardianes de los bosques, que han manejado de manera sustentable, se han visto forzados a defenderse de la
arbitrariedad tanto del gobierno colonial como de los que lo sucedieron. Las autoridades los han ignorado y han
querido apropiarse de su territorio. Estos han resistido todo tipo de presiones y amenazas, y varias veces
recurrieron a los tribunales para defender sus derechos (ver Boletines 24 y 33 del WRM). El último capítulo de
esta controversia legal inconclusa ha sido la sentencia del Tribunal de Apelaciones de Kenia en mayo de 2000,
que frenó una inminente resolución del gobierno para expulsar a los Ogiek de sus tierras.
No obstante, las autoridades insisten en su intención de forzarlos a que abandonen su territorio, alegando que se
trata de un área protegida comprendida en la Ley Forestal vigente. Tal argumento es falso por dos razones.
Desde el punto de vista legal la propia Ley Forestal establece que los derechos territoriales de los pueblos
indígenas deben ser protegidos. En realidad lo que el gobierno está haciendo es allanar el camino para que
poderosas empresas madereras entren en la selva de Tinet, si bien ahora aduce que es un “área protegida”. La
prohibición de corta que está en vigencia exceptúa a tres grandes empresas --Pan African Paper Mills, Raiply
Timber y Timsales Ltd.-- que ya están preparadas para entrar en los bosques habitados por los Ogiek.
Un grupo de ONGs preocupadas por el problema --la estadounidense Digital Freedom Network (DFN), y las
keniatas Rights News and Features Services y Kenya Land Alliance-- lanzaron en diciembre pasado una
campaña de apoyo a la lucha de los Ogiek. Está a disposición una página web ( http://www.ogiek.org ),
conteniendo una completa explicación de la situación de los Ogiek, así como interesantes enlaces y una carta
modelo a ser dirigida a las autoridades de ese país reclamando pongan fin a la destrucción de la selva Mau y al
hostigamiento a los Ogiek.
Artículo basado en información obtenida de: “Coalition Launches Online Campaign For Kenya's Ogiek People”,
por Tervil Okoko, Panafrican News Agency, 31/12/2000; http://www.ogiek.org
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- Medalla de Oro a la Shell: una burla al pueblo de Nigeria
Las empresas petroleras son mundialmente conocidas por el impacto ambiental negativo que provocan tanto a
nivel local como global. Mientras que en los lugares donde se realiza prospección y explotación petrolera, la regla
es la destrucción ambiental y los trastornos sociales, a nivel global la quema de combustibles fósiles constituye
una de las principales causas del calentamiento global.
En este sentido, la performance de Shell en el Delta del Níger, en Nigeria, resulta ser un ejemplo paradigmático.
Desde 1958, cuando la empresa llegó a la región, los miembros del pueblo indígena Ogoni, habitantes
tradicionales del delta, han sufrido destrucción ambiental, pérdida de sus medios de vida, así como altas tasas de
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desempleo y pobreza. A efectos de quebrar la resistencia popular, las amenazas, los abusos, las detenciones y
los asesinatos han estado a la orden del día. Ken Saro Wiwa, el líder Ogoni ejecutado en 1995, permanece como
un símbolo de esta lucha. Se estima que alrededor de 80.000 personas han quedado con sus aldeas destruidas,
al tiempo que unas 2.000 fueron muertas a manos de cuerpos armados oficiales actuando en connivencia con
los intereses de la compañía. Las comunidades locales de la zona han declarado a Shell “persona no grata”. El
documento “Derechos Humanos y Medio Ambiente. Información sobre el Grupo Royal Dutch/Shell, 1996-1997”
señala que: “Hay aproximadamente 7.000 kilómetros cuadrados de manglar en los estados de Rivers y Bayelsa,
donde se han realizado 349 perforaciones, hay un total de 700 kilómetros de ductos, 22 estaciones y una
terminal. Según un estudio de la Comunidad Europea, las aguas del Delta del Níger contienen niveles de
petróleo que oscilan entre 8 y 60 ppm . . . estos niveles son peligrosos para la vida acuática y humana”.
Con la finalidad de enfrentar las severas críticas que venía recibiendo, recientemente Shell lanzó a nivel de los
grandes medios de prensa del Norte una campaña llamada “Ganancias y Principios. ¿Hay elección?”,
procurando mostrarse como cuidadosa del medio ambiente y defensora de los derechos humanos (ver Boletín 40
del WRM).
La campaña parece haber dado sus frutos: en el próximo mes de marzo Shell recibirá la Medalla de Oro del
Reconocimiento Internacional Ambiental a las Corporaciones, otorgada por el Centro Mundial para el Medio
Ambiente (World Environment Center -WEC). Según puede leerse en la página web del WEC, éste es un premio
que se entrega anualmente “a una de las principales empresas multinacionales por su destacada, creativa,
sostenida y bien implementada política ambiental a nivel global . . . El jurado eligió a Shell por su compromiso
con el desarrollo sustentable, tanto como principio guía de sus operaciones en todo el mundo, como en cuanto
piedra angular de los valores en la administración de la compañía”.
Una decisión de este tipo resulta difícil de entender si miramos la triste performance de Shell desde el punto de
vista ambiental y social en Nigeria y otras partes del mundo. No obstante, observando quiénes son los que
participan del WEC y qué empresas recibieron anteriormente el galardón, las cosas se aclaran. En efecto,
nuevamente leyendo su página web nos enteramos que “el WEC sigue cumpliendo su misión gracias a la
generosidad de muchos proveedores de fondos”. Muchas de las principales empresas petroleras, papeleras,
biotecnológicas y químicas a nivel mundial se incluyen en la lista: British Petroleum, Occidental Petroleum,
Exxon, Texaco, International Paper, Weyerhaeuser, Novartis, Monsanto, BASF, Dow Chemical y, por supuesto,
el Grupo Royal Dutch Shell. En 1986 la valiosa Medalla de Oro fue otorgada a Exxon, en 1989 a Dow Chemical y
en el 2000 a International Paper.
Está en marcha un pedido de acción como protesta por medio del envío de cartas al WEC. Las personas
interesadas pueden dirigirse a: http://www.wrm.org.uy/alerts/february01.html (solo disponible en inglés)
Artículo basado en información obtenida de: Ikboparid D. Senewo, 11/1/2001, correo electrónico:
[email protected] ; http://www.wec.org
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ASIA
- Indonesia: la amenaza de la industria de celulosa y papel en Kalimantan
El crecimiento del sector de celulosa y papel, que se ha registrado en Indonesia desde fines de la década de
1980, se basó en la corta de vastas áreas de selva --estimada en al menos 800.000 hectáreas anuales-- la
expansión de los monocultivos forestales, la violación de los derechos territoriales de los pueblos indígenas y el
otorgamiento oficial de subsidios a las empresas, que con frecuencia ha servido como pantalla a prácticas
corruptas (ver Boletín 41 del WRM).
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A pesar de que esta actividad es probadamente insustentable desde el punto de vista ecológico, social e incluso
económico, el sector sigue expandiéndose. La construcción de una planta de celulosa en Kalimantan del Sur,
prevista para junio de este año, está generando preocupación a nivel de las organizaciones ambientalistas. La
proyectada planta, con una producción esperada de 600.000 toneladas al año, se localizará en Sungai Danau en
el Distrito Kotabaru y habrá de ser la primera que se instala en la región. La misma es parte de un plan a nivel
oficial para atraer industrias e inversores extranjeros. El gobierno de Kalimantan del Sur, que está promoviendo
entusiastamente un programa de industrialización --que incluye también minería y una nueva planta de
cemento-- está respaldando esta iniciativa. Por su parte capitales transnacionales están prontos para invertir. Se
ha formado una joint-venture millonaria entre la empresa maderera indonesia PT Marga Buana Bumi Mulia y un
consorcio de inversores extranjeros de ocho países, que no han sido todavía identificados completamente.
Según el diario de circulación nacional Kompas, la empresa Akzo-Nobel, con sede en Holanda, está participando
del proyecto. También estarían formando parte del mismo un grupo de empresas alemanas, que las autoridades
de Kalimantan del Sur contactaron el año pasado durante la Expo 2000 en Hannover. PT Marga Buana Bumi
Mulia es propiedad de Prodosutedjo, hermanastro del ex-dictador Suharto, quien viene siendo investigado por el
colapso de un banco del que formaba parte y quien también ha sido severamente cuestionado por el uso
presuntamente doloso de U$S 15,5 millones que recibió del Fondo de Reforestación con la finalidad de instalar
70.000 hectáreas de plantaciones forestales en Menara Hutan Buana. Parece ser que, en lo que tiene que ver
con la corrupción, la época de Suharto todavía no ha terminado en Indonesia.
La materia prima para la proyectada fábrica de celulosa provendrá de 240.000 hectáreas de plantaciones de
acacia, pino y albizia, 80.000 de las cuales son propiedad de Probosutedjo. Sin embargo se teme que, como
sucede habitualmente, se use también madera de bosques de Kalimantan Oriental y Central, dado que los
bosques de Kalimantan del Sur ya han sido talados. La promesa de puestos de trabajo y prosperidad para las
comunidades locales no podía estar ausente. Se informa que un funcionario local aseguró que la planta
empleará a 20.000 personas durante su construcción y 200.000 trabajadores cuando esté en la fase operativa.
Eso suena completamente absurdo y en verdad nadie sabe a ciencia cierta qué sucederá con la nueva planta en
materia de empleo. No se ha revelado qué agentes están financiando la iniciativa y quién es responsable por el
trabajo de consultoría, aunque se sabe que la Agencia de Crédito a las Exportaciones de Alemania está
comprometida en el proyecto.
Si bien un portavoz del Departamento Forestal local desestimó los temores expresados por las ONGs en el
sentido de que la nueva planta en Kalimantan del Sur habría de generar los mismos problemas que la planta de
Indorayon en Sumatra del Norte, según lo que ha sido la historia del sector en Indonesia es razonable esperar
que se darán impactos ambientales y sociales negativos. ONGs preocupadas están preparando un taller nacional
sobre “Agencia de Crédito a las Exportaciones y la industria de celulosa y papel en Indonesia”, a realizarse en
abril próximo. Del mismo participarán individuos y ONGs de las regiones donde hay este tipo de fábricas. El
evento es considerado un encuentro estratégico en la lucha contra la industria de celulosa y papel y
especialmente importante para frenar este nuevo proyecto.
Artículo basado en información obtenida de: Titi Soentoro, 2/2/2001, correo electrónico: [email protected] ; Liz
Chidley, Down to Earth Campaign, 18/1/2001; correo electrónico: [email protected]
inicio
- Banco Asiático de Desarrollo subsidia deforestación en Laos
Funcionarios del gobierno de Laos, agencias de ayuda internacional y consultores forestales coinciden en forma
casi unánime en que en Laos debe encararse una reforestación a gran escala a efectos de abordar los
problemas asociados con la deforestación. Sin embargo el Proyecto “Plantaciones Forestales Industriales”,
promovido por el Banco Asiático de Desarrollo y evaluado en U$S 11.200.000, supone una ulterior destrucción
de los bosques para ser sustituídos por monocultivos forestales. Las beneficiarias son empresas privadas, como
BGA Lao Plantation Forestry Ltd, que actualmente está plantando 50.000 hectáreas de eucalipto en las
Provincias de Khammouane y Bholikhamsay. La madera a cosecharse será exportada como chips (astillas) al
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Japón a través del puerto de aguas profundas de Cua Lo, cerca de Vinh en Vietnam.
BGA ha recibido subsidios directos e indirectos por parte de los gobiernos de Laos y Japón, así como del Banco
Asiático de Desarrollo. Sin estos subsidios el proyecto probablemente no hubiera resultado viable desde el punto
de vista comercial y en la práctica tales subsidios están acelerando la deforestación.
El gobierno laosiano entregó gratuitamente la tierra para el proyecto de plantación evaluado en U$S 30 millones
y programado para 50 años a cambio de participar en un 5% de las acciones. Luego el gobierno compró otro
10% de las mismas. Según la Ley Forestal vigente en el país, las plantaciones están exentas del pago de tributos
a la tierra, a la vez que BGA paga sólo un 5% como impuesto a la renta en todas sus operaciones.
El gobierno permitió a BGA llevar adelante el programa de asignación de tierras en las áreas donde la compañía
planea establecer las plantaciones. Un representante de la empresa explicó que “BGA realiza la asignación, y
hasta ahora han sido mapeadas diez aldeas”. Al ser preguntado si los campesinos se habían manifestado
reacios al establecimiento de plantaciones en sus tierras, respondió: “No. Nosotros hicimos la presentación y
nadie dijo que no”.
Las tres compañias que orginalmente conformaron BGA fueron: General Finance (empresa financiera
tailandesa); GF-Brierley, una joint-venture de General Finance y Brierley Investments Limited (fundada en Nueva
Zelandia pero actualmente registrada en Bermuda, con oficinas centrales en Singapur) y Asia Tech (compañía
forestal tailandesa). GF-Brierley también posee un 22% de las acciones de Asia Tech.
Con la crisis financiera que afectó a Tailandia a mediados de 1997 Asia Tech se retiró del proyecto. General
Finance fue una de las 56 empresas que el gobierno tailandés clausuró en 1997 por problemas relacionados con
los préstamos que otorgaba. En agosto de 1998 el Banco Central de Tailandia inició un juicio penal contra seis
ejecutivos de dicha compañía, acusándolos de otorgar préstamos por un total de U$S 8 millones sin la adecuada
evaluación de garantías. De modo que Brierley y el gobierno de Laos terminaron siendo los únicos socios en
BGA.
El presidente de General Finance, Narongchai Akrasanee, aparentemente jugó un papel fundamental en la
inversión de BGA. Además de ser director de otras empresas en Tailandia y a nivel regional, había sido
consejero de varios ministros en ese país y en 1997 él mismo fue Ministro de Comercio.
En marzo de 1997 Narongchai formó parte de la delegación que realizó una visita oficial de tres días a Vietnam,
junto al Ministro de Relaciones Exteriores de Tailandia, Prachuab Chiyasarn. Según información publicada en el
Bangkok Post, la delegación “manifestó un gran interés en las Rutas nros. 8 y 9”. La Ruta 8 conecta la provincia
tailandesa de Nakhon Phanom con Lhammouane en Laos, y con el puerto de Vinh, en Vietnam, y su
rehabilitación es fundamental para la exportación de los chips producidos por el emprendimiento de BGA. La
reconstrucción de la Ruta 8 fue financiada por el gobierno japonés.
Durante su viaje a Vietnam, Narongchai también se ocupó del problema de las demoras en las exportaciones
provocadas por los trámites burocráticos que había que enfrentar en las fronteras con Laos y con Vietnam.
Entonces el Banco Asiático de Desarrollo apoyó estudios y organizó una serie de talleres a efectos de encontrar
una solución al problema de las demoras en los trámites aduaneros. En Noviembre de 1999 los ministros de
transporte de Tailandia, Laos y Vietnam firmaron un acuerdo para eliminar las restricciones al transporte de
bienes entre los tres países.
Cuando BGA haya terminado la construcción de su fábrica de chips, la misma recibirá energía eléctrica de la
cercana represa de Theun Hinboun. La misma fue culminada en 1998 a través de un préstamo de U$S 60
millones concedido por el mismo Banco. Desde entonces la obra ha provocado enormes problemas a las
poblaciones que viven en sus proximidades, quienes han sufrido la pérdida de sus medios de vida por la
destrucción de las pesquerías del río.
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En 1999 BGA recibió financiamiento del Banco Asiático de Desarrollo para el Proyecto “Plantaciones Forestales
Industriales”. Asimismo el 70% de los gastos de BGA en el año 2000 fueron solventados con préstamos blandos
de dicho proyecto.
Hasta ahora BGA ha plantado sólo 650 hectáreas, pero los campesinos locales ya están viendo sus tierras y
bosques convertidos en monocultivos de eucalipto. En Ban Lao Kha la empresa cortó superficies de densa selva
para dar lugar a las plantaciones. Campesinos de Ban lao Luang informan que ahora se ven obligados a caminar
largas distancias para recolectar hongos y otros productos del bosque, a la vez que los animales que ellos
cazaban, como ser pájaros y ratones, han migrado a zonas remotas del bosque, lejos de las plantaciones.
Además, para asegurarse de que el monocultivo permanezca como tal, la empresa hace aspersiones con el
herbicida glifosato entre filas tres veces al año.
Por: Chris Lang, correo electrónico: [email protected]
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- Malasia: barricadas contra madereo en selvas de Sarawak
La lucha de los Penán y otros pueblos indígenas de Sarawak en defensa de sus territorios ancestrales y su
cultura ha sido larga y penosa. Una forma a través de la cual los Penán han expresado su resistencia es la
construcción de barricadas para evitar que las compañías madereras penetren en la selva. Aunque desde el
punto de vista de las autoridades este tipo de acciones constituyen el denominado “problema de los Penán”, en
realidad el verdadero problema es justamente la actitud oficial, sorda a los reclamos de los Penán y amistosa
hacia las madereras malasias y extranjeras que invaden sus tierras y destruyen la selva.
El pasado mes de enero dos “longhouses” (aldeas, literalmente “casas largas”) Penán de la región del Alto
Baram lanzaron una nueva ronda de protestas contra la corta de la selva. Las mismas se oponen a las
actividades de una compañía que intenta invadir su territorio. Un grupo de alrededor de 120 personas
--incluyendo hombres, mujeres, niños y niñas-- erigió una barricada sobre el camino que lleva a las “longhouses”
de Long Sayan y Long Bekon en Sungai Totoh.
El jefe Penán Ajang Kiew Ajang manifestó en una entrevista en Marudi que el camino fue bloqueado para evitar
que los trabajadores de la empresa ingresaran a la zona en disputa. Más de 30 bulldozers y tractores, además
de otra maquinaria pesada, fueron enviados al área. “Nosotros dependemos de estos bosques para nuestra
sobrevivencia, puesto que no tenemos tierras de nuestra propiedad. No tenemos otra opción que frenarlos a la
fuerza” manifestó. Ajang agregó que la empresa no cumplió con el acuerdo celebrado en octubre de 1997, según
el cual se necesita una negociación previa para que la misma pudiera ingresar a la zona. Denunció asimismo que
sus reclamos al gobierno para que ayudara a los Penán, les ofreciera protección legal y reconociera sus
derechos ancestrales sobre el territorio fueron completamente ignorados.
Si bien hasta ahora no se han registrado casos de violencia física, se teme que, tal como ha sucedido en el
pasado, los Penán sean nuevamente víctimas de la represión por parte de la policia estatal, que actúa en
connivencia con la empresa.
Artículo basado en información obtenida de: “Penans protest against logging in Upper Baram”, por Stephen Then,
The Star, 12/1/2001.
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- India: el escándalo del proyecto de la represa de Dandeli
Los megaproyectos de represas son manifiestamente negativos para el ambiente y las poblaciones locales,
quienes deben soportar directamente sus consecuencias. Con frecuencia los gobiernos, las consultoras y las
empresas --todos ellos interesados en la realización de tales proyectos-- adoptan prácticas corruptas a fin de
llevarlos adelante. Esto es justamente lo que sucedió en el caso del proyecto de la represa Dandeli en India.
Durante los meses de agosto y setiembre de 2000 la ONG ambientalista india Environment Support Group
(Grupo de Apoyo Ambiental) denunció “el peor caso de fraude en la historia de las decisiones de carácter
ambiental en la India". La consultora internacional Ernst and Young y la empresa Murdeshwar Power Company
(MPC) --responsables del proyecto de la represa Dandeli sobre el Río Kalim en el Districto de Uttara Kannada-estuvieron directamente implicados en el escándalo. La consultora plagió la Evaluación de Impacto Ambiental
(EIA) utilizada previamente para otro proyecto de represa --el Proyecto de Aumento de la Capacidad de
Tattihalla, preparado por el Instituto de Estudios de Cuenca y Manejo Ambiental-- y la usó para el caso de la
represa de Dandeli.
A pesar del fraude, el 21 de agosto de 2000 la autoridad ambiental estatal procedió a convocar a la Audiencia
Pública Ambiental exigida por la ley, en la que se manejó el documento fraudulento. Incluso, durante la
audiencia, matones a sueldo que representaban a los promotores del proyecto amenazaron a quienes
cuestionaban la validez de todo el proceso. Durante un mes entero el gobierno de Karnataka se rehusó a aceptar
los hechos, pero a la vez aconsejó secretamente a MPC que presentara una nueva EIA del proyecto a efectos de
evitar ulteriores problemas. Sin embargo aquí no termina esta intrincada historia . . .
Entre setiembre y octubre del año pasado Tata Energy Resource Institute (TERI) --una agencia de investigación
privada muy conocida en la India-- elaboró lo que denominó una EIA del proyecto, pero que en realidad no era
más que otra farsa. No resulta creíble que la preparación del trabajo de campo y la evaluación en el terreno de
un área tan extensa y rica en biodiversidad forestal, en una región de dificil acceso debido a su topografía y
durante la estación lluviosa puedan ser realizadas en el lapso de apenas un mes. En una carta dirigida al Dr.
R.K. Pachauri, Presidente de TERI, el Environmental Support Group manifestaba: “Resulta sorprendente el bajo
nivel del estudio realizado por TERI, que incluso no satisface el exiguo nivel de exigencias de la EIA en la India.
Además llega a la conclusión de que la represa no provocará impactos significativos sobre los bosques de
Dandeli, sin siquiera aportar alguna evidencia que sustente esta afirmación. Incluso el Dr. Ranjit Daniel --una
autoridad en materia de biodiversidad de la región, quien revisó la EIA a nuestro pedido-- calificó la información
de carácter ecológico que se presenta como ‘secundaria y espuria’”.
También se ha denunciado la existencia de implicancias en este negocio sucio. Las autoridades ambientales de
Karnataka y el Ministro de Industrias R.V. Deshpande, que representa los intereses de Dandeli, y que es
políticamente cercano al impulsor del proyecto R.N. Shetty, están en una posición comprometida. La sociedad
civil india está exigiendo que la cuestión sea dirimida en los tribunales.
Artículo basado en información de: Environment Support Group, Diciembre de 2000; correo electrónico:
[email protected] ; sitio web: http://www.altindia.net/esg/index.htm Las personas interesadas en saber más
acerca de este polémico tema pueden dirigirse a: http://web.estart.com/~esg/
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OCEANIA
- Papua Nueva Guinea: la destrucción social y ambiental causada por el madereo
A continuación presentamos fragmentos de los hallazgos de una evaluación de impacto ambiental y social de las
operaciones de madereo en la costa oeste de la provincia de Manus, realizada en 1997 y durante enero de 2000,
que detalla el impacto causado por el madereo.
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El madereo causa un impacto grave sobre los alimentos y otros recursos que forman la base de subsistencia de
muchos pueblos que dependen de los bosques. En lo relativo a los recursos alimentarios, los peces y la carne
silvestre constituyen fuentes vitales de proteínas. Las comunidades locales afirman que la disponibilidad de carne
silvestre ha disminuido en las zonas de madereo debido a la migración de animales hacia la parte este de la isla
de Manus. Los peces, otra fuente vital de proteínas, también han sido severamente afectados por el madereo.
Las grandes cantidades de sedimentos del suelo arrastradas a los arroyos y ríos causan altos niveles de
turbiedad y colmatación, que combinados con los escapes del gas oíl utilizado por las máquinas de madereo y
las sustancias químicas empleadas para tratar la madera, están causando la reducción dramática de las
poblaciones de peces. También ha habido numerosas instancias en las que la compañía maderera ha arrasado
con máquinas excavadoras huertos de vegetales y frutales ubicados en los bosques o sus alrededores,
destrozando las frutas silvestres y otras plantas comestibles de los bosques.
La pérdida de alimentos y la contaminación de las fuentes de agua ocasionan problemas de salud en las
comunidades que dependen de los bosques, y las mujeres y los niños son los más perjudicados por la situación.
Los registros de salud muestran el aumento de la desnutrición debido a la disminución de carne silvestre y la
recolección de peces.
El madereo extactivista y la dependencia de la economía monetaria que esta actividad genera para la obtención
de los productos esenciales cotidianos como los alimentos, tienen como consecuencia la alteración y el
debilitamiento de la estructura y la integridad de las comunidades de los bosques. Como resultado, a menudo se
agravan las tensiones sociales dentro de las comunidades y entre ellas.
La división social causada por la imposición del madereo en gran escala es uno de los impactos negativos más
importantes identificados por los propietarios de tierras en toda la costa oeste de la zona de Manus. El madereo
ha creado una nueva distinción en la comunidad entre quienes “tienen” y quienes “no tienen”, sobre la base de la
afluencia repentina de efectivo por royalties. Debido a la estructura compleja de tenencia de la tierra de
Melanesia, y la necesidad de las compañías madereras de identificar a los “propietarios de tierras” para obtener
licencias de los gobiernos nacionales para el madereo, las negociaciones a menudo se basan en la propia
conveniencia y se restringen a unas pocas personas clave, en vez de realizarse con la totalidad de los legítimos
propietarios. De esa forma, unos pocos individuos pueden debilitar toda la estructura de tenencia de la tierra
tradicional a cambio de dinero en efectivo. Las comunidades raramente ven las prometidas obras de
infraestructura como escuelas, clínicas y carreteras permanentes, más allá de los caminos rudimentarios para la
extracción de la madera.
En la medida en que los miembros más jóvenes de la comunidad buscan trabajo en los campamentos
madereros, la disminución de mano de obra no sólo priva a las comunidades de los trabajadores necesarios para
la agricultura, la caza, la pesca y las actividades culturales, sino que también contribuye a fomentar otros
aspectos negativos de la industria de extracción, como el alcoholismo, la drogadicción y la prostitución.
Debido a la insuficiencia de las normas de seguridad, la falta de capacitación, las jornadas de trabajo extensas y
las presiones, la tasa de accidentes es alta. Se han producido gran cantidad de accidentes de alto riesgo, en el
que han muerto operadores de motosierras y otros trabajadores. La compañía no proporciona cobertura de
seguro a quienes trabajan incansablemente a cambio de salarios muy bajos.
Las mujeres parecen ser el sector más afectado. Dado que muchos hombres se van a buscar empleo en la
industria del madereo, la nueva división del trabajo que surge exige que las mujeres sigan desempeñando las
tareas previamente masculinas y que deban trabajar más duro y mayor cantidad de horas para procurar agua y
productos del bosque, que además son escasos debido a las operaciones de madereo.
El autor del estudio concluye que las operaciones de madereo “están dañando en forma irreversible los recursos
forestales, incluso a la flora, la fauna, la integridad de las cuencas hídricas y la calidad del suelo. Los propietarios
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de tierras tradicionales que dependen de los recursos forestales no obtienen ningún tipo de beneficio. El madereo
ha destruido sus medios de subsistencia y sustento ... La industria maderera ha deteriorado las condiciones de
vida de los propietarios de tierras de Papua Nueva Guinea. Los propietarios de tierras se enfrentan a la
destrucción de su medio ambiente y también de su estructura social. Y por esa razón, el futuro de la próxima
generación se torna incierto...".
Artículo basado en información obtenida de: Cain Lomai Pwesei.- "Environmental and Social Impact Assessment
of Logging Operations in the West Coast of Manus Area, Manus Province, Papua New Guinea", enero 2001. El
resumen completo del trabajo (en inglés) se encuentra disponible en:
http://www.wrm.org.uy/countries/PapuaNG/logging.html
inicio
EL BANCO MUNDIAL, LOS BOSQUES Y LA GENTE
El Banco Mundial puede jugar un papel positivo o negativo en la conservación de los bosques, y muchas cosas
dependerán de la política forestal final que adoptará este año y de su implementación. Todavía no se ha
difundido en forma pública el borrador de estrategia para su discusión. Al mismo tiempo, el Banco está
realizando una revisión de su política de reasentamiento, de importancia crucial para muchas personas que
podrían ser “reasentadas”, y para muchos bosques que podrían resultar degradados como resultado. Se han
notado serias deficiencias en el proyecto actual elaborado por el Banco. Al mismo tiempo, el Banco parece no
estar dispuesto a hacer pública su posición sobre los organismos modificados genéticamente en general o sobre
los árboles transgénicos en particular, lo que puede dar como resultado importantes impactos sobre los bosques
y sus pobladores. Los tres artículos siguientes apuntan a compartir nuestra preocupación sobre estos tres
importantes temas.
inicio
- Las promesas rotas del Banco Mundial sobre la revisión de su política forestal
El proceso de revisión de la implementación de la política y desarrollo de la estrategia sobre bosques del Banco
Mundial (FPIRS por su sigla en inglés) está entrando en sus etapas finales. Después de recibir los aportes de
numerosos grupos de interesados de todo el mundo, el Banco súbitamente parece menos deseoso de compartir
su nuevo borrador de política para obtener el aporte significativo de todos los participantes en el proceso, antes
de presentarlo a la Junta de Directores Ejecutivos del Banco para su aprobación final.
Tal situación ha generado grave preocupación entre gran número de ONGs. Después de enterarse de que el
Banco Mundial no haría público su borrador de estrategia antes de enviarla a la Administración superior, 84
ONGs escribieron a la UICN --la organización a cargo de facilitar el proceso de consulta-- urgiéndole a que
demandara al Banco un cambio en el proceso. Posteriormente se envió otra carta a Ian Johnson, Vicepresidente
del Banco Mundial. Después de expresar que las consultas regionales instrumentadas por el Banco "eran pasos
promisorios hacia una nueva Política Forestal fortalecida", la carta afirmaba que "el seguimiento de estos pasos
positivos plantea interrogantes preocupantes sobre la buena fe del Banco Mundial de consultar seriamente a las
organizaciones de la sociedad civil. Se ha recibido escasa información y comentarios del Banco Mundial sobre la
Política Forestal con posterioridad a la finalización de las consultas regionales".
La carta de las ONGs destacó además que el Banco Mundial asumió públicamente el compromiso de “preparar
un borrador de documento de Estrategia forestal que sería difundido y discutido ampliamente con las distintas
partes interesadas ... antes de ser presentado a la administración del Banco Mundial. Al parecer no se ha
cumplido con esa promesa. En vísperas de Navidad, se envió un borrador de documento de discusión de
estrategia a los miembros del Grupo Técnico Asesor para su reunión de enero, con el pedido de no hacerlo
público".
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De acuerdo con la carta, "fue sólo después de que las ONGs y la UICN expresaron su profunda preocupación en
una reunión con el Departamento de Medio Ambiente del Banco Mundial el 16 de enero de 2001, que el borrador
de documento de discusión fue colocado en el sitio web del Banco Mundial. Pero no se han dado garantías de
que las revisiones a la Estrategia y Política forestal se difundirán públicamente antes de su presentación a la
Junta de Directores Ejecutivos del Banco Mundial. En este momento incluso no está claro si el personal del
Banco Mundial está preparando una nueva Estrategia Forestal no obligatoria o una nueva Política operativa
intersectorial sobre bosques".
Las cartas de las ONGs fueron seguidas el 29 de enero por una carta del Director General interino de UICN,
Simon N. Stuart a Ian Johnson. Stuart recordó a Johnson el objetivo principal del proceso de consulta sobre la
política forestal: “Es importante recordar”, afirmó, “que el objetivo del proceso de la FPIRS no es simplemente
que la Junta de Directores del Banco adopte formalmente una nueva política. Más que eso, el objetivo de la
totalidad del proceso que subyace a la FPIRS ha sido fomentar el consenso en torno a una estrategia y política
forestal de amplia aceptación dentro y fuera del Banco, para hacer posible una implementación mejor que la que
tuvo la política/estrategia de 1991. La nueva estrategia propuesta depende en gran medida de la construcción
de relaciones de colaboración, tanto dentro como fuera del Banco, a fin de poder capitalizar la ventaja
comparativa del Banco Mundial para que así pueda lograr más que lo que lograría por sus propios medios. Esas
relaciones de colaboración externas no se materializarán si el Banco se torna demasiado introvertido en la última
fase del proceso de desarrollo de su política/estrategia”.
El Director de UICN también recordó al Banco que “el documento original del Proceso de consulta publicado en
el sitio web de la FPIRS, acordado con UICN, establece que el Banco Mundial compartiría una copia del borrador
de estrategia con todas las partes interesadas antes de su aprobación por parte de la administración superior del
Banco. Durante cada una de las consultas regionales, el personal del Banco Mundial también demostró una
intención clara de volver a involucrar a los participantes de las consultas regionales con posterioridad a las
mismas y a compartir un borrador para que los mismos lo revisaran y comentaran”.
Ian Johnson, del Banco Mundial respondió el 7 de febrero a UICN y a las ONGs que habían apelado a dicha
institución. A continuación presentamos sus observaciones sobre las recomendaciones de UICN:
1. UICN recomienda que el Banco Mundial difunda públicamente un texto completo de cualquier política
operativa revisada sobre bosques.
"El Banco mantiene su compromiso de publicar la versión revisada del Anexo 5C (revisiones recomendadas a la
OP 4.36 Bosques) en el sitio web de la FPIRS tan pronto como el documento esté listo. Estamos de acuerdo
sobre la importancia de que las distintas partes interesadas evalúen y proporcionen sus opiniones sobre esas
revisiones recomendadas. En breve se publicará un Anexo 5C revisado".
2. UICN recomienda que el equipo de la FPIRS extienda la fecha límite para la recepción de comentarios más
allá del 15 de febrero.
"Estamos alentando a las personas interesadas a que envíen sus comentarios lo antes posible, con una fecha
límite sugerida del 15 de febrero, de forma que los comentarios puedan ser considerados en su totalidad en las
revisiones que se están procesando actualmente. Sin embargo, los comentarios y observaciones sobre los
documentos publicados en el sitio web serán bienvenidos en cualquier momento del proceso y se les dará la
consideración debida en todo momento".
3. UICN recomienda que el equipo de la FPIRS compile un registro que documente cada uno de los comentarios
recibidos, la forma en que se reflejan o no en las revisiones, y el fundamento de esa decisión.
"Continuaremos haciendo el seguimiento y compilando todos los comentarios que estamos recibiendo por correo
electrónico y los comentarios enviados para su publicación en el Foro de Discusión de la FPIRS. Hemos estado
compilando, y lo seguimos haciendo, un registro de comentarios recibidos y la forma en que los mismos se
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reflejan en las revisiones que estamos efectuando a los documentos. Publicaremos un registro, o resumen, de
los comentarios en el sitio web de la FPIRS".
4. Si el Banco realiza todas estas cosas, cumplirá las expectativas que creó en el diseño original del proceso de
consulta y en las consultas regionales. No obstante, el Banco debe avanzar todavía un paso más …UICN
recomienda… que el equipo de la FPIRS divulgue la estrategia y política revisada después de que hayan pasado
por el CODE y antes de ser presentadas a la Junta.
"Es nuestra intención poner a disposición una estrategia y política revisadas antes de su presentación a la Junta
de Directores".
En relación con la respuesta de Ian Johnson al primer punto, el hecho es que estamos a 19 de febrero y la
versión revisada del Anexo 5 C todavía no fue publicada en el sitio web del Banco. La segunda recomendación
de UICN obviamente está vinculada a la primera. La gente necesita leer y estudiar la versión revisada para poder
hacer sugerencias. Es necesario cambiar la fecha límite y no es suficiente decir que “los comentarios y
observaciones sobre los documentos publicados en el sitio web serán bienvenidos en cualquier momento del
proceso y se les dará la consideración debida en todo momento”. La respuesta de Ian Johnson a la muy precisa
4ta. recomendación (“que el equipo de la FPIRS divulgue la estrategia y política revisada después de que hayan
pasado por el CODE y antes de ser presentadas a la Junta”) es tan vaga que deja un gran signo de interrogación
sobre si la estrategia revisada será sometida a discusión antes de su presentación a la Junta o si la “intención”
del Banco es simplemente informar a las ONGs sin proporcionar una oportunidad significativa de efectuar
comentarios.
Parece ser que a menos que algo cambie, el Banco volverá a perder una oportunidad, como afirma el director de
UICN, de "fomentar el consenso en torno a una estrategia y política forestal de amplia aceptación dentro y fuera
del Banco, para hacer posible una implementación mejor que la que tuvo la política/estrategia de 1991".
Artículo basado en información obtenida de: Carta de las ONGs a Ian Johnson del 30 de enero de 2001; carta del
UICN a Ian Johnson del 29 January 2001; Carta de Ian Johnson UICN del 7 de febrero de 2001. (Las tres cartas
se encuentran disponibles --en inglés-- en nuestro sitio web en la siguiente dirección
http://www.wrm.org.uy/actors/WB/index.html#monitor)
inicio
- La Política de Reasentamientos del Banco Mundial falla por su base
Durante los últimos tres años el Banco Mundial ha estado elaborando el borrador de una nueva política de
reasentamientos. Tras un largo período de consultas externas finalmente se ha sometido al “Comité de Eficiencia
del Desarrollo” del Banco un texto de política revisada, pero ésta no fue aceptada por lo que ahora viene siendo
reconsiderada a nivel interno.
Una copia que se filtró del borrador demuestra que la política planteada adolece de serias deficiencias:
- establece disposiciones que dan menos seguridades que la política anterior a la gente que carece de derechos
reconocidos sobre la tierra;
- adopta estándares ubicados muy por debajo de los de la Comisión Mundial sobre Represas;
- establece una cuestionable diferencia entre reasentamiento voluntario e involuntario;
- no exige mejorar los medios y la calidad de vida de las personas desplazadas.
Las ONGs se han mostrado indignadas de que el Banco no haya cumplido su promesa de hacer público un
documento que estableciera las razones por las cuales el organismo ha rechazado las recomendaciones de la
sociedad civil para el fortalecimiento de su política. La misma tiene asimismo implicancias muy serias para los
pueblos que habitan en los bosques y en particular para los afectados por áreas protegidas.
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El borrador de la política propone un proceso diferente para los pueblos cuyos medios de vida resulten
negativamente afectados por los proyectos del Banco en zonas de conservación (Párrafo 3.b). En estos casos
las comunidades no serán consultadas hasta la etapa de implementación del proyecto, en lugar de hacerlo en la
fase de preparación (Párrafo 7). Las disposiciones en la Política Operacional (OP) referentes a los reasentados
involuntariamente (bajo el párrafo 3 a), tales como la de ser informados acerca de sus opciones y derechos, el
ser consultados acerca de alternativas, de ser rápidamente compensados, que se les asegure en tiempo y forma
el acceso a la información, apoyo en materia de infraestructura, disposiciones sobre medios de vida alternativos
y (siempre que sea posible) el reemplazo de las tierras perdidas, NO son asegurados para quienes (bajo el
párrafo 3 b) sus medios de sobrevivencia son restringidos por áreas protegidas (párrafos 6, 10 y 12). En cambio
a estas personas se les ofrece solamente la seguridad de que el prestatario, sin obligación alguna de consultar a
los afectados, habrá de suministrar un “marco borrador del proceso” durante la etapa de evaluación del proyecto.
A la vez durante su implementación suministrará un plan “aceptable para el Banco” (pero no necesariamente
para las propias poblaciones) (Párrafo 30) con la finalidad de “por lo menos” restaurar sus medios de vida “en
términos reales” (sea lo que sea que esto signifique) (Párrafo 7). Mientras que se asegura a los reasentados
involuntariamente por otros proyectos de desarrollo que el prestatario está obligado a desarrollar uno de entre
tres tipos de planes o marcos de reasentamiento --cuyos detalles figuran en el anexo titulado “Instrumentos para
el Reasentamiento Involuntario”-- no se establecen tales detalles para el caso de aquellos para quienes el
prestatario sólo debe desarrollar un “marco borrador del proceso”.
Este tipo de discriminación es inaceptable, tanto por razones de carácter moral como legal. La experiencia
demuestra que la distinción que la política trata de establecer entre desplazamiento forzado e involuntario
“acceso restringido” resulta injusta e infundada. Estudios detallados sobre pueblos afectados por el
establecimiento de áreas protegidas muestran de qué la forma la imposición de restricciones sobre sus medios
de vida y la pérdida efectiva de sus tierras puede inevitablemente forzar a dichos pueblos a relocalizarse, dado
que su vida en esas condiciones resulta imposible. Con frecuencia las poblaciones cuyas tierras son designadas
como áreas protegidas son indígenas, minorías étnicas, pastores “nómades” y grupos marginados que viven en
los bosques, cuyos sistemas tradicionales de uso de la tierra, de carácter extensivo, dependen de la posibilidad
de moverse en y acceder a vastas áreas. Es muy común que los derechos territoriales de estos pueblos sean
ignorados por la legislación nacional. Ellos merecen la misma consideración y preocupación que aquellos cuyas
tierras y recursos son expropiados por cualquier otro proyecto de desarrollo impuesto.
Es a todas luces evidente que la distinción artificial que está haciendo el Banco Mundial en los Párrafos 3a) y
3b) tiene la intención de hacer que los proyectos estén asegurados contra la posibilidad de ser eventualmente
sometidos al Panel de Inspección del propio banco, como sucedió con el Proyecto de “Ecodesarrollo” en la India.
A la larga este tipo de manipulaciones no benefician a nadie y perjudicarán notoriamente la credibilidad del
Banco.
Por Marcus Colchester, Forest Peoples Programme, 30/1/2001; correo electrónico: [email protected]
inicio
- La futura Política sobre Bosques debe excluir los árboles transgénicos
Uno de los temas que no fue abordado en las discusiones sobre la futura Política y Estrategia del Banco Mundial
sobre Bosques es la posición del Banco en relación con los organismos genéticamente modificados. Es
necesario tratar con urgencia este tema, en especial porque la siguiente información está generando
preocupación dentro del movimiento ambientalista:
- Aunque el tema de los organismos genéticamente modificados se ha convertido en uno de los debates
ambientales más notorios, el último informe ambiental anual del Banco Mundial no trata el tema en absoluto.
- Una reunión a puertas cerradas realizada el 5 de diciembre entre el Presidente Wolfensohn con los Directores
Ejecutivos de las corporaciones de biotecnología líderes del mundo parece indicar que la institución está en
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proceso de definir su papel en la promoción de la agricultura genéticamente modificada, incluyendo al sector
forestal. A la reunión asistieron los Directores ejecutivos de Aventis, BASF, Bayer, Dow AgroSciences, Dupont,
Emergent Genetics, Merial Limited, Monsanto, Seminis, Syngenta, Cargill y Mahyco.
- Un informe distribuido en la consulta regional sobre Política Forestal para Africa subsahariana indica que las
plantaciones de árboles transgénicos se consideran como parte de la solución para la crisis forestal mundial: “Si
se van a preservar las áreas forestales que subsisten, es importante reconocer que la futura producción de
madera deberá provenir del aumento de la productividad de las plantaciones, apoyada por los avances
biotecnológicos …”
Los riesgos de la biotecnología en el sector forestal todavía no se comprenden en su totalidad, pero podrían ser
devastadores. Los largos marcos temporales de las plantaciones de árboles y el hecho de que a menudo se
establecen en zonas remotas y cerca de áreas forestales naturales, exige que se analicen con seriedad las
amenazas potenciales a la biodiversidad causadas por la contaminación genética y la potencial invasión.
Además, la promoción de la biotecnología en el sector forestal podría acelerar un desarrollo inadecuado de
plantaciones con los consiguientes y ya bien documentados graves impactos sociales y sobre los ciclos del agua
y del suelo.
El Banco Mundial puede desempeñar un papel importante en la protección de los bosques del mundo. Pero el
uso de árboles transgénicos no sólo no es una solución para el problema, sino que podría ser el golpe final
contra los bosques y los pueblos que dependen de ellos. Por esa razón, la futura política forestal del banco debe
excluir los árboles transgénicos de todas las actividades financiadas por el Banco.
Artículo basado en información obtenida de: Memorándum del 8 de enero de 2001 para la Segunda reunión del
TAG en Washington, D.C.- Korinna Horta, Ned Daly y Kay Treakle
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- Recolección de firmas contra el debilitamiento de las normas de salvaguardia
En este momento se están revisando políticas del Banco de importancia esencial. El Forest Peoples Programme
actualmente está coordinando la recolección de firmas para una carta que se enviará a los Directores Ejecutivos
del Banco Mundial. La fecha límite es el viernes 23 de febrero. Los comentarios y firmas se deben enviar a Tom
Griffiths a la dirección [email protected] . Es posible obtener el borrador de la carta en inglés en nuestro
sitio web: http://www.wrm.org.uy/alerts/february01.html
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