WORLD RAINFOREST MOVEMENT

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WORLD RAINFOREST MOVEMENT
MOVIMIENTO MUNDIAL POR LOS BOSQUES TROPICALES
Secretariado Internacional
Ricardo Carrere (Coordinador)
Maldonado 1858; CP 11200
Montevideo - Uruguay
Tel: +598 2 413 2989
Fax: +598 2 410 0985
E-mail: [email protected]
Sitio web: http://www.wrm.org.uy
Boletín 77 del WRM
Diciembre 2003
(edición en castellano)
En este número:
NUESTRA OPINION
- Cambio climático: volver a empezar
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LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS
AMERICA DEL SUR
- Argentina: a un año del No en Esquel, nace una red nacional contra la minería
- Brasil: Plantar recibe premio a peor proyecto de sumidero de carbono y contraataca
- Chile: Mapuches cuestionan acuerdo entre empresas forestales y ONGs ambientalistas
- Colombia: las plantaciones incertificables de un miembro del Consejo del FSC
AMERICA CENTRAL
- Honduras: asesinato de periodista enfrentado a la minería
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AFRICA
- Camerún: la política sobre bosques debe respetar los derechos de los pueblos "pigmeos"
habitantes de los bosques
- Congo, R.D: proyecto hidroeléctrico de Inga, una traición a las promesas sociales
- Kenia: pueblo indígena del bosque en lucha por sus derechos
- Sudáfrica: mientras las plantaciones avanzan, cada vez son más quienes advierten sobre su peligro
ASIA
- Birmania: pobreza entre rubíes, zafiros y jade
- Filipinas: oposición a política de minería
- Indonesia: trágica inundación en Sumatra resultado de un proyecto de carreteras
- Tailandia: SmartWood suspende certificación del FSC de dos plantaciones
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GENERAL
- La Revisión de las Industrias Extractivas exhorta a establecer límites para la financiación de
actividades mineras del Banco Mundial
- ¡Ríos para la Vida! Declaración de Rasi Salai
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NUESTRA OPINION
- Cambio climático: volver a empezar
El mundo tiene una Convención sobre Cambio Climático desde 1992. La firma y ratificación de esta convención
implica obligaciones, tanto legales como morales. La mayoría de los gobiernos ya la han ratificado. Sin embardo,
luego de todos estos años, los gobiernos tienen poco que mostrar en materia de resultados, excepto las
toneladas de papel utilizadas en interminables negociaciones.
La novena Conferencia de las Partes (COP) finalizó recientemente en Milán, otra vez sin haber logrado alcanzar
las firmas necesarias para que el Protocolo de Kioto, acordado en 1997, entrara en vigencia. El Protocolo,
diseñado para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero de los países industrializados aún aguarda,
luego de seis años, las firmas del principal contaminador del mundo (Estados Unidos) y de Rusia.
¿Dónde nos deja esto? ¿Es imposible que se haga algo serio hasta que estos gobiernos desvergonzados
firmen? ¿Es necesario que todos los esfuerzos de las campañas se centren en lograr que lo hagan?
A esta altura parece claro que es tiempo de empezar a mirar más allá y por fuera del Protocolo de Kioto. De
cualquier manera, todo el mundo sabe que el mundo necesita mucho más que este diluido tratado, que apenas
serviría para cortar algunas emisiones y que permite falsas "soluciones" tales como plantaciones de árboles
como sumideros de carbono, que incrementarían los problemas ambientales sin resolver el tema del cambio
climático en sí.
Nos parece que es tiempo de que tanto las organizaciones de la sociedad civil como los gobiernos extraigan
enseñanzas de los 11 años de virtual inacción y que se aparten de los prevalentes enfoques oficiales sobre el
cambio climático. Es necesario volver al texto de la Convención sobre Cambio Climático y comenzar a cumplir
con sus disposiciones. Volver a las fuentes para asegurar que la humanidad tenga un futuro. El juego del
comercio de carbono debe ser dejado de lado y deben adoptarse medidas concretas para abordar el cambio
climático.
Por supuesto que continúa siendo necesario que se adopte un instrumento legalmente vinculante para asegurar
el cumplimiento de las obligaciones de los estados respecto del cambio climático. Sin embargo, muchas medidas
pueden ser tomadas de inmediato en todos los países del mundo para abordar el cambio climático, que sirvan al
mismo tiempo para mejorar las condiciones de vida de las comunidades locales.
Es necesario empezar por reconocer que desarrollo no es sinónimo de crecimiento y que incluso el crecimiento
no es sinónimo de un incremento de emisiones de gases de efecto invernadero. Es preciso que todos
comprendamos que el modelo de desarrollo del Norte conduce al desastre social y ambiental, incluido el cambio
climático. El Sur no debe seguir ese camino y tiene en cambio que buscar medios alternativos para alcanzar el
bienestar social y el cuidado ambiental. Tal enfoque implicaría una enorme reducción de las emisiones de
carbono proyectadas, que hoy se calculan en base al paradigma predominante de desarrollo.
La deforestación no es sólo innecesaria: es una tragedia para los pueblos que habitan en los bosques o que
dependen de los mismos para su supervivencia. Resulta beneficioso para el Sur conservar y restaurar sus
bosques, que están actualmente siendo destruidos para servir los intereses de elites nacionales y
transnacionales. El evitar la deforestación no sólo sería de gran beneficio para el clima (evitando la liberación del
carbono almacenado en los bosques), sino que al mismo tiempo beneficiaría a las comunidades locales. Esto
puede ser alcanzado a través de políticas nacionales, abarcando desde la reforma agraria hasta el
reconocimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas.
La explotación de petróleo, carbón y gas natural en los trópicos ha resultado en graves impactos sociales y
ambientales, sin traer consigo la prometida prosperidad a los países donde esos combustibles fósiles son
extraídos. El carbono almacenado en los hidrocarburos es la principal fuente de gases de efecto invernadero.
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Una moratoria sobre nuevas exploraciones petroleras serían un buen primer paso para evitar el cambio climático.
Si un pequeño país como Costa Rica ha sido capaz de prohibir la explotación petrolera, también lo pueden hacer
otros países. El uso de energía limpia, renovable y de bajo impacto -en particular en la industria y el transportesería seguramente bienvenido por millones de personas que viven en ciudades altamente contaminadas en el
Sur.
Por supuesto que el Norte tiene la obligación -y la capacidad- de hacer mucho más, dado que su riqueza material
pasada y presente se basa en el abuso de los pueblos y recursos de la Tierra, incluyendo el uso abusivo de la
atmósfera, que dio origen al actual problema del cambio climático.
Entre muchas otras cosas, el Norte debe usar sus recursos financieros, tecnológicos y científicos para cambiar la
matriz energética en sus propios países, pasando de la dependencia de los combustibles fósiles a fuentes de
energía limpias, renovables y de bajo impacto. Los recursos para ello sobran; lo que se requiere es la voluntad
política, que puede ser lograda a través de un mayor involucramiento de la sociedad civil en el tema. Las fuerzas
que impiden este cambio son muy poderosas, con la industria petrolera a la cabeza, por lo que se requiere una
oposición igualmente fuerte para forzar cambios en la dirección requerida.
Lo anterior son sólo unos pocos ejemplos de las muchas cosas que se podría y debería hacer. La gente debería
empezar a preguntar a sus gobiernos por qué no se están instrumentando las acciones necesarias. ¿Por qué
aún estamos a nivel de 1992, cuando el tema se planteó formalmente y se acordó adoptar medidas al respecto?
¿Por qué están los gobiernos aún jugando con el futuro de nuestros hijos? En ese sentido, es bueno recordar las
palabras de un dirigente religioso de la India, quien preguntó a los delegados gubernamentales presentes en la
anterior Conferencia de las Partes realizada en Nueva Delhi: "A quién creen que están engañando? Están
engañando a sus hijos; están engañando a sus nietos".
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LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS
AMERICA DEL SUR
- Argentina: a un año del No en Esquel, nace una red nacional contra la minería
El 4 de diciembre, nuevamente miles de personas de ciudades y parajes de las provincias de Chubut y Río
Negro marcharon junto a los vecinos de Esquel para decir No a la Mina. Esta reafirmación popular se produjo en
medio de un nuevo avance minero, dado que personal de esas corporaciones recorren los alrededores de Cholila
(en Chubut, a pocos kilómetros del Parque Nacional Los Alerces). De continuar las actividades mineras, se
verían comprometidas varias cuencas lacustres y el bosque andino patagónico. El temor de los pobladores ya no
radica en el inicio de las explotaciones sino en la misma etapa de exploración. En esa fase la empresa minera
Meridian Gold contaminó los arroyos de Esquel (Huemules y Willa) y Barrick Gold vertió hidrocarburos en aguas
subterráneas en la provincia de San Juan (Valle del Cura - Proyecto Pascua Lama).
La contagiosa entereza de los esquelenses, que no se doblegaron ante las amenazas y los ataques contra su
local de “Vecinos Autoconvocados por el NO”, y la gravedad de la amenaza minera posibilitaron que el 24 y 25
de noviembre se reunieran en Buenos Aires delegaciones de Catamarca, San Juan, Chubut, Tucumán, Córdoba
y Río Negro y conformaran la Red Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería.
El encuentro permitió que se conocieran problemáticas del centro, oeste y noroeste de Argentina. Los
testimonios de las delegaciones de Catamarca y Tucumán, afectadas por la explotación del yacimiento aurífero
Bajo La Alumbrera, fueron concluyentes. Tal actividad compromete la cuenca Salí-Dulce y la contaminación no
sólo impacta en esas provincias sino también en Santiago del Estero, Córdoba y Santa Fe. También el
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representante tucumano advirtió que la selva de yungas está amenazada por la puesta en marcha de 37
emprendimientos mineros.
La delegación sanjuanina dobló el alerta y advirtió que la pronta explotación de la mina de oro Veladero
comprometerá la cuenca del río Jáchal y afectará la Reserva de la Biósfera San Guillermo (Declarada Patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO en 1984).
Si bien el panorama es sombrío, la entereza de los pobladores de Esquel y las comarcas alimenta la esperanza
de que en Argentina la gente crezca en número y coraje al tomar conciencia del peligro que enfrenta.
Por: Hernán Scandizzo, correo electrónico: [email protected]
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- Brasil: Plantar recibe premio a peor proyecto de sumidero de carbono y contraataca
La compañía forestal Plantar, con sede en el estado de Minas Gerais, tiene grandes plantaciones de eucaliptos
en la zona, que se establecieron a costa de la expulsión de las poblaciones que allí habitaban. También se
hicieron a expensas del bosque típico de la zona (el "cerrado"), cuyos árboles fueron convertidos en carbón para
abastecer a la industria siderúrgica y sustituidos por eucaliptos plantados con el mismo objetivo. Los impactos
sociales, ambientales, económicos y culturales de la empresa fueron ampliamente documentados en una
investigación llevada recientemente a cabo por el WRM ("Certificando lo incertificable: certificación del FSC de
plantaciones de árboles en Tailandia y Brasil"), donde se documentan impactos tales como apropiación de tierras
y expulsión de pobladores, agotamiento y contaminación de aguas y suelos, deforestación, destrucción de la
biodiversidad, pérdida neta de empleos, condiciones precarias de trabajo, pérdida de fuentes de vida y riesgos a
la salud, entre otros.
No obstante eso, el Banco Mundial decidió aprobar las plantaciones de Plantar como su primer proyecto de
sumidero de carbono dentro de la cartera del Fondo Prototipo de Carbono (PCF, en inglés), que luego fue
validado por la consultora SCS, supuestamente sobre la base de las normas del Forest Stewardship Council
(FSC).
Todo parecía rodar bien para la empresa y el Banco Mundial, hasta que el 9 de diciembre, en el marco de la 9ª
Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático realizada en Milán, la Coalición Mundial por los
Bosques nombró a la empresa como ganadora del Premio Treetanic 2003, que se otorga anualmente al peor
proyecto de sumidero de carbono. En la fundamentación se dijo que "a pesar de los méritos del Banco Mundial,
del Fondo Prototipo de Carbono y del gobierno estadual de Minas Gerais, la Coalición Mundial por los Bosques
está convencida de que los antecedentes pasados y presentes de Plantar en materia de destrucción social y
ambiental son suficientemente importantes como para declararla como la ganadora indiscutible del Premio
Treetanic 2003".
Pero la empresa no se sintió halagada con el premio. Por el contrario, los directores Marcos de Deus y Marcos
Vinicius convocaron al día siguiente a una reunión a los dirigentes del Sindicato de Trabajadores Rurales (STR)
del municipio de Curvelo en Minas Gerais. Allí la empresa ejerció máxima presión para exigirles que firmaran una
carta dirigida al Banco Mundial, cuyo texto ya había elaborado previamente. En su presión sobre los dirigentes
del STR, los directivos de Plantar amenazaron una vez más con despidos en Curvelo, en caso de que no fuera
posible la obtención de los créditos de carbono –una prueba inequívoca de la inviabilidad económica de la
empresa en caso de no existir los incentivos estatales, los sellos verdes y los créditos de carbono. Presionando
uno a uno a cada dirigente presente, como en una escena de ruleta rusa, la empresa consiguió las firmas que
quería, menos la de Gracie dos Reis, que escribió "bajo presión" al lado de su firma. El director Marcos de Deus
la amenazó con un proceso judicial.
En la carta al Banco Mundial, el STR de Curvelo asumiría (bajo presión) que Geraldo Martins, abogado del
sindicato, estaba presente en la COP9 de Milán representando a las organizaciones Rede Alerta contra o
Deserto Verde, FASE y otras, pero no al STR local. Se intenta así crear un clima de oposición local contra
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Geraldo Martins, al que describen como contrario a la creación de empleos en Curvelo. También se procura
dividir a los municipios de Montes Claros y Curvelo, al decirse que en Milán Geraldo Martins había criticado a los
monocultivos, en tanto que Eliseu Oliveira, de Montes Claros, los habría defendido. Tal falsedad fue desmentida
en un mensaje de ambos, en el que dicen:
"Fuimos oficialmente acreditados como delegados para la conferencia y estuvimos reunidos ayer con inversores
del PCF (Fondo del Banco Mundial para "sumideros de carbono"). Hablamos con ellos sobre los impactos
ambientales que las plantaciones de eucaliptos causan en nuestras regiones, el desecamiento de las nacientes y
de ríos y la expulsión de las comunidades locales. Les mostramos los empleos generados por las plantaciones
de eucaliptos, comparándolos con los generados por otras producciones como guayaba, café, maíz, ganado,
leche, especialmente en los estados de Espírito Santo y Minas Gerais, más precisamente en las áreas de Plantar
y Aracruz.
Les hablamos de la situación de inseguridad en el trabajo, la salud del trabajador en el empleo y citamos como
ejemplo un accidente recientemente ocurrido en Curvelo que provocó la muerte de 11 trabajadores y dejó a dos
mutilados, además de que las empresas adoptan un sistema rotativo entre los trabajadores para impedirles que
aseguren sus derechos laborales, despidiendo inclusive a trabajadores con problemas de enfermedades
profesionales. Pedimos que no incluyan a las plantaciones de eucaliptos en el Mecanismo de Desarrollo Limpio
ni como "sumideros de carbono" porque las plantaciones sólo apuntan a la producción de carbón vegetal para la
siderurgia y la celulosa, sin respetar la vegetación nativa.
Para plantar los eucaliptos, se arrancan los árboles nativos que es como arrancar nuestra cultura, nuestras
costumbres y las raíces de nuestros corazones. Les presentamos proyectos alternativos de una verdadera
reforma agraria, que genera más empleo, combate el hambre y la miseria y consolida el Programa Hambre Cero,
respeta los árboles, los animales, el agua y la vida. El calentamiento global ha sido ocasionado por los países
desarrollados y los países del tercer mundo no deben ser obligados a limpiar la contaminación a través de
plantaciones indiscriminadas de árboles. Terminamos diciendo que hablábamos de la angustia de un pueblo y
ellos dijeron que era el inicio de un diálogo".
¿Vuelven las épocas de la dictadura militar? ¿Acaso Plantar tiene el derecho de reprimir la opinión de personas
que no están de acuerdo con el vergonzoso proceso de degradación ambiental provocado por los monocultivos
de eucalipto? Todo lo anterior no hace más que confirmar que Plantar se merece el premio recibido. Y si sigue
así, seguramente va a recibir muchos más.
Fuente: en vista de la actual situación desatada por la empresa, el WRM omite las fuentes de información en
base a las que elaboró el presente artículo, por considerar que divulgarlas podría resultar peligroso para quienes
nos la enviaron.
inicio
- Chile: Mapuches cuestionan acuerdo entre empresas forestales y ONGs ambientalistas
El 12 de noviembre pasado, los grupos forestales Matte (Empresas CMPC), Angelini (Arauco) y un conjunto de
organizaciones ambientalistas chilenas y estadounidenses, celebraron un acuerdo (ver
http://www.wrm.org.uy/paises/Chile/articulo2.html ), por el cual las empresas se comprometen a conservar las
áreas de bosque nativo existentes en sus propiedades --que representan el 2,8% de la superficie total de
bosques nativos del país-- y a no reemplazarlas por plantaciones.
La Coordinación de Organizaciones e Identidades Territoriales Mapuche ha cuestionado dicho acuerdo (ver
http://www.wrm.org.uy/paises/Chile/articulo3.html ). En una declaración dirigida principalmente a American Lands
Alliance, pero también a los demás firmantes del acuerdo, la coordinación Mapuche reconoce el valor de la
campaña impulsada por esas organizaciones en los Estados Unidos a favor de la protección del bosque nativo e
incluso denunciando la situación que enfrentan las comunidades mapuche a causa de la expansión forestal. Sin
embargo, la coordinadora evalúa que no existen condiciones para negociar con esas empresas forestales.
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Por otro lado, las organizaciones Mapuche también cuestionan el llamado a impulsar la certificación del FSC
(Forest Stewardship Council) u otros esquemas similares, porque ello implicaría avalar la invasión forestal y los
graves conflictos que enfrentan las comunidades Mapuche, como es el caso de los conflictos territoriales,
disminución y pérdida de los recursos hídricos, pobreza, emigración, desempleo, tala rasa en un país
principalmente montañoso, presión y acorralamiento de comunidades con daños irreparables a la vida social,
cultural y espiritual de las comunidades.
CMPC y Arauco están entre las entidades que controlan el mercado maderero y han sido amparadas por el
Estado chileno. Han desencadenado conflictos que terminaron en la militarización de las reducciones mapuche
con la aplicación de leyes heredadas del régimen dictatorial de Pinochet, como la Ley de seguridad interior del
Estado y la Ley Antiterrorista. Los Mapuche han sufrido numerosas detenciones, persecuciones, represiones
policiales y hasta el asesinato de Alex Lemún, de 17 años, por la policía chilena en un predio de la empresa
Forestal Mininco (que integra el grupo CMPC) el 7 de noviembre de 2002 (ver boletín del WRM No.64).
Por otra parte, el proyecto de ley sobre bosque nativo actualmente en discusión establece un subsidio de 5
Unidades Tributarias Mensuales (UTM) por hectárea para quienes mantengan cercadas sus propiedades,
permitiendo la regeneración natural y la recuperación de bosques deteriorados. Se incluye además una
bonificación de hasta 5 UTM por hectárea para lograr la preservación de bosques de alto valor ecológico y
mantener la diversidad biológica. Traducido en cifras, la conservación pasaría a ser otro negocio para las
empresas, por el cual percibirían más de 180 millones de dólares.
Las organizaciones Mapuche consideran que cualquier negociación con esas empresas podría tener efectos
negativos sobre la manifestación justa de sus necesidades, problemas y respectivas soluciones. Sería seguir
consolidando los mercados internacionales de exportación de madera, con su corolario de expansión de las
plantaciones anexando territorio Mapuche y valiéndose de la vulnerabilidad en la que quedan sus comunidades y
pequeños campesinos para empujarlos a que sean ellos mismos los que planten pinos y eucaliptos.
Son los grupos económicos del sector forestal los responsables directos de la marginalidad y opresión en que las
redes políticas mantienen al Pueblo Mapuche. Las organizaciones Mapuche, por su parte, se proponen frenar la
expansión forestal para proteger los recursos naturales y para transformar las actuales relaciones políticosociales y legislativas que dicho pueblo enfrenta al interior del Estado chileno. Por ello recalcan que es
fundamental entender que los intereses de los Mapuche no deberían contraponerse a los intereses de las ONGs
en materia de protección ambiental y más específicamente del bosque.
Artículo basado en información obtenida de: “Acuerdo forestales, ambientalistas y Presidente Lagos”,
MAPUEXPRESS, 15 de noviembre de 2003, http://www.mapuexpress.net ; “¿Qué hay detrás de estos acuerdos?
Acuerdo entre CMPC y Arauco con ambientalistas sobre el bosque nativo”, Homero Altamirano, 18 de noviembre
de 2003, publicado en el periódico Llanalhue noticias (Cañete VIII Región); Carta de la Coordinación de
Organizaciones e Identidades Territoriales Mapuche a American Lands, Forestethics, Greenpeace, Defensores
del Bosque, TERRAM, Instituto de Ecología Política.
inicio
- Colombia: las plantaciones incertificables de un miembro del Consejo del FSC
En 1998, el escritor Joe Broderick culminó una investigación sobre la empresa Smurfit Cartón de Colombia,
publicando su libro "El imperio de cartón: impacto de una multinacional papelera en Colombia". En él documentó
en detalle los graves impactos sociales y ambientales resultantes de las actividades de la filial de la transnacional
irlandesa Jefferson Smurfit en ese país.
En noviembre de este año, el WRM fue convidado por organizaciones colombianas a recorrer la región afectada
por las plantaciones de pinos y eucaliptos de Smurfit, para poder así observar la problemática y escuchar las
opiniones de los pobladores locales de forma directa. La visita no sólo confirmó ampliamente la información
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aportada por Broderick, sino que además mostró que la empresa no ha variado un ápice en sus políticas
respecto a la gente y el ambiente y que su relacionamiento con la sociedad local sigue siendo tan problemático
como lo fuera en la época de la publicación de ese libro.
Nada de eso nos podía llamar la atención, ya que los impactos de una filial de esta misma empresa ya habían
sido registrados por el WRM en la vecina Venezuela, a partir de una visita similar realizada en diciembre de 1998
al área de plantaciones de Smurfit Cartón de Venezuela. En un artículo escrito a partir de esa visita concluimos
que "el modelo de 'desarrollo' que lleva adelante la Smurfit en Portuguesa es insustentable, tanto en lo social
como en lo ambiental. Pese a su política de hostigamiento y represión, la compañía no parece estar teniendo
éxito en cuanto a doblegar la determinación de la gente de oponerse a sus actividades y se abre un gran signo
de interrogación respecto a cuanto tiempo podrán sobrevivir sus plantaciones (aún protegidas por alambrado de
púas, perros y hombres armados), estando al mismo tiempo rodeadas de cientos de personas que odian a esos
árboles y a la empresa que ellos representan. Si las plantaciones forestales son insustentables en general, en
este caso parecen ser más insustentables que nunca".
Algo similar podríamos decir de los impactos en Colombia, donde la empresa ha estado involucrada en procesos
de deforestación, donde ha impactado sobre el agua, la fauna y la flora y donde ha sido clave en la expulsión de
la población rural en las zonas en las que se ha instalado. Todo ello –y mucho más- surgió de las entrevistas
realizadas el mes pasado por el WRM a pobladores locales.
La gente local nos dijo que "las plantaciones han acabado con el agua", que "las fumigaciones acaban con todo
lo que hay en el suelo", que "casi no hay fauna", que antes habían "nubes de pájaros" y que "ahora sólo en
verano aparece algún pájaro, pero en invierno no" y que "se acabó también el pescado".
Con respecto al empleo, nos informaron que "todo el trabajo se hace a destajo" (por contratistas) y que "el
contrato implica trabajar como dos y cobrar como uno". Como en la selva, sólo sobrevive el más fuerte: "si no
llega al rendimiento lo sacan, la persona no puede tener más de 40 años y todos tienen que ser fuertes para
llegar a ese rendimiento". En materia de organizaciones de trabajadores, no sólo no hay sindicato, sino que "el
que gruña va para afuera" y "por aquí no se comenta nada".
Con ese currículum, nadie podría pensar que la empresa estuviese interesada en el tema de la certificación de
maderas producidas en forma social y ambientalmente responsable. Sus más de 60.000 hectáreas de
monocultivos de árboles no están certificadas y dudamos que alguna vez puedan llegar a serlo. Nos llama
entonces poderosamente la atención que la Smurfit integre el propio Consejo Directivo del FSC (Forest
Stewardship Council), considerado uno de los sistemas de certificación más creíbles a escala internacional. La
página web del FSC nos informa que el Sr.Victor Giraldo representa a esa empresa en el Consejo del FSC.
Poco bien le hace su presencia al FSC y alguien debería comenzar a hacer las preguntas pertinentes. Por
nuestra parte, quedamos a disposición del FSC para ampliar la información que tenemos sobre la empresa.
Artículo basado en información obtenida de: Carrere, R. "Informe de viaje a las regiones de Colombia con
plantaciones de Smurfit, 31/10/03-7/11/03" (informe interno); página web del FSC: http://www.fscoax.org/html/51-1.html ; Broderick, J. "El imperio de cartón: impacto de una multinacional papelera en Colombia", Bogotá,
Planeta, 1998; Carrere, R. "Smurfit Cartón de Venezuela: las plantaciones de la discordia"
http://www.revistadelsur.org.uy/revista.087-088/WRM.html ).
inicio
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AMERICA CENTRAL
- Honduras: asesinato de periodista enfrentado a la minería
El día miércoles 26 de noviembre del 2003 fue asesinado de un disparo en la cabeza el periodista Germán
Antonio Rivas, director gerente de la Corporación Maya Televisión de la ciudad de Santa Rosa de Copán, en la
región occidental de Honduras, en la frontera con Guatemala. Rivas era director del noticiero "CMV-Noticias",
que se caracteriza por su contenido crítico frente a la instalación de una empresa minera en el Parque Nacional
"El Guisayote de Ocotepeque", en el departamento del mismo nombre. En dicho programa se cuestionaban las
actividades de la empresa minera por el impacto sobre el ambiente y la conservación de los recursos naturales.
El 24 de febrero pasado Rivas había sobrevivido a un intento de asesinato y había recibido reiteradas amenazas
de muerte por teléfono y en forma anónima. Estaba convencido de que el ataque sufrido estaba relacionado con
sus informes televisivos sobre los daños ecológicos causados por la empresa minera Minerales de Occidente
(MINOSA), particularmente sobre un derrame de cianuro en el río Lara, afluente del río Higuito que abastece de
agua potable a la ciudad de Santa Rosa de Copán. "No me atrevo a asegurarlo [que haya sido blanco del
atentado por las denuncias], pero no lo descarto. Decirlo pone en grave riesgo mi vida y la de mi familia", admitió
Rivas.
En un caso similar, Marisol Tábora, integrante de la Asociación de Organismos No Gubernamentales
(ASONOG), una coalición de la sociedad civil, fue amenazada judicialmente por efectuar investigaciones acerca
de la muerte de peces y otras especies, tras el derrame de cianuro en las cercanías de la mina ubicada en el
municipio de La Unión, Copán.
La policía ha guardado silencio con relación al asesinato de Rivas, argumentando que no ha encontrado un móvil
para el atentado. ¿Acaso los antecedentes no alcanzan para por lo menos considerar a la industria minera como
posible sospechosa?
Artículo basado en información obtenida de: “Acción Urgente”, Comité de Familiares de Detenidos
Desaparecidos en Honduras (COFADEH),
http://www.caritaspanama.org/accionsolidaria/accion_urgente_cofadeh.htm ; “Urgent Action. Journalist
Assassinated in Honduras”, http://www.ourworldisnotforsale.org/action/17.htm
inicio
AFRICA
- Camerún: la política sobre bosques debe respetar los derechos de los pueblos "pigmeos" habitantes de
los bosques
Los "pigmeos", con una población estimada generalmente en unas 100.000 personas en Camerún, son el pueblo
de los bosques más conocido y vulnerable de África. Su estilo de vida está estrechamente ligado al bosque, del
cual obtienen su comida (carne, frutas, miel, raíces, etc.) y los productos de medicina tradicional, campo en el
que son conocidos como grandes expertos. El bosque es su hábitat natural, en el que siguen siendo
mayoritariamente nómades.
La Política de Bosques de Camerún de 1993 y la Ley de Bosques de 1994 y sus instrumentos de aplicación han
implicado la negación de los derechos tradicionales de los indígenas.
Camerún tiene un doble sistema de normas legales, con una ley escrita de origen colonial, presentada como
“moderna”, que coexiste con una multitud de leyes no escritas a las que cuales se las denomina
“consuetudinarias o tradicionales” de origen pre-colonial. Basándose en la noción de “tierra de nadie”,
desconocida para el sistema de leyes tradicionales de los pueblos de los bosques, el Estado reclamó toda la
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tierra sobre la cual los individuos no estuvieran en posición de presentar una prueba de propiedad según las
disposiciones de la ley moderna (es decir, títulos de propiedad).
El otorgamiento de concesiones es dominio exclusivo de la administración de bosques y los procedimientos
correspondientes desconocen a todas las comunidades marginales. La determinación de áreas de superficie
abiertas a la explotación no toma en consideración ni las áreas de caza ni las zonas de migración de los
"pigmeos". Solamente reconoce los criterios de rentabilidad económica a la hora de determinar los bosques de
producción, ignorando de esta forma toda consideración social.
La explotación de madera a escala industrial tiene un efecto negativo sobre las poblaciones de "pigmeos", tanto
directamente a través de la destrucción de los recursos del bosque de los que dependen, como indirectamente,
al crear un acceso al bosque para los cazadores furtivos que pueden atrapar presas de caza en forma masiva.
De esta forma contribuyen a aumentar la escasez de recursos de fauna, con el impacto consiguiente sobre la
dieta de los "pigmeos", y en consecuencia sobre su calidad de vida. Muchas especies de árboles cuya madera
tiene gran valor comercial, como el moabi y el bubinga, también tienen importancia económica y cultural para las
comunidades "pigmeas". La tala de esas especies que realizan las compañías madereras contribuye a alterar las
bases de la vida de los "pigmeos" y a la destrucción de su cultura.
Desde la promulgación de la Ley de Bosques el 20 de enero de 1994, las comunidades de poblados que viven
en tierras del Estado o cerca de las mismas tienen derecho a obtener bosques comunitarios. Tal como se define
en la ley, un bosque comunitario es una zona de bosque en tierras de propiedad del Estado, sobre la cual no
pesa ninguna licencia de explotación con una superficie que no puede exceder las 5.000 hectáreas, en la cual el
estado mantiene la propiedad de la tierra pero confía el manejo de los recursos del bosque a la comunidad del
poblado por un plazo de 25 años, renovables.
Según las disposiciones existentes, sería muy difícil para las comunidades "pigmeas" obtener un bosque
comunitario. Uno de los requisitos previos para su otorgamiento es la legalización de una institución que
represente a “la comunidad”. En general, las comunidades "pigmeas" no tienen el nivel de educación formal ni la
organización social exigida para poder cumplir con este requisito.
La designación de un bosque comunitario sólo puede tener lugar en aquellas áreas en las que la comunidad
tiene el goce de los derechos tradicionales a la tierra. En general, los "pigmeos" que han sido reubicados a lo
largo de los caminos y senderos de los bosques no gozan de ningún derecho tradicional a la tierra, ya que estos
derechos están reservados a los bantúes que los “hospedan”. La ley no prevé la designación de bosques
comunitarios en el “Bosque permanente”, en el cual los "pigmeos" mayoritariamente sí gozan de los “derechos
tradicionales”.
La máxima superficie admitida para un bosque comunitario y las áreas de caza comunitarias (5.000 hectáreas)
no se adapta a los "pigmeos", cuya forma de vida basada en la caza y la recolección requiere de extensiones de
superficie mucho mayores.
Las comunidades "pigmeas" son una parte importante e integral del patrimonio cultural y humano de la cuenca
del Congo. En Camerún, los derechos tradicionales de los "pigmeos" en relación al manejo del espacio y los
recursos forman parte de las cosas sacrificadas en nombre de la modernidad, mediante la imposición de la ley
moderna sobre la ley tradicional. La fragilidad de la existencia de las comunidades "pigmeas", en combinación
con su fuerte dependencia de un ecosistema de bosque intacto, son razones que justifican que estos pueblos
sean objeto de consideración especial por parte de la ley.
Es necesario tomar medidas urgentes y enérgicas para asegurar que la explotación de los bosques y las políticas
de conservación no perjudiquen a los "pigmeos" de la cuenca del Congo:
1. Resulta necesario que los derechos tradicionales a la tierra de los "pigmeos" sean reconocidos en el plan de
zonificación de bosques, incluso dentro de las concesiones y las áreas protegidas. En las áreas protegidas, las
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comunidades "pigmeas" deben participar en la aplicación de la ley y en otras actividades de control en
colaboración con la administración.
2. Se debe prohibir la tala de especies con gran valor cultural, terapéutico o nutricional para los pueblos
dependientes de los bosques.
3. El gobierno debe aumentar las sanciones contra el madereo ilegal.
4. Las reglamentaciones relativas al manejo comunitario de bosques se deben modificar para incluir el contexto
particular de las comunidades "pigmeas".
5. Las definiciones de los derechos de usuario aceptables se deben adaptar para incluir los modos de producción
de los "pigmeos" y permitir que puedan ganarse la vida legalmente mediante la venta de los productos que
recogen en el bosque en forma tradicional.
Extractado de “Forest Management Transparency, Governance and the Law. Case studies from the Congo
Basin”, editado por el Centro para el Medio ambiente y el Desarrollo (Centre for Environment and Development CED), Camerún; Rainforest Foundation, UK; and Forests Monitor, UK; Octubre 2003, en http://www.africaenvironment.org/gendoc/Case_studies.pdf
inicio
- Congo, R.D: proyecto hidroeléctrico de Inga, una traición a las promesas sociales
En un continente todavía asolado por más de 20 conflictos armados respaldados por intereses extranjeros y
financiado mediante el saqueo de los recursos naturales del continente (petróleo, diamantes, oro, madera, cobre,
cobalto y coltan), la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (New Partnership for Africa’s Development NEPAD) se presenta para algunos como una incógnita. Para otros es un "Plan Marshall" para África, que
expresa la imposición del neoliberalismo capitalista: privatización, liberalización del comercio,
(des)industrialización orientada a la exportación, programas de ajuste estructural, todas medidas que promueven
que los africanos paguen deudas impagables, políticas fiscales y monetarias conservadoras y, por supuesto,
todo el menú de las instituciones financieras internacionales.
A principios de junio de 2003, en presencia de los Presidentes Thabo Mbeki (Sudáfrica), Abdoulaye Wade
(Senegal), Olusegun Obasanjo (Nigeria), Abdellaziz Bouteflika (Argelia) y Hosni Moubarak (Egipto), los ocho
países más industrializados del mundo (G-8) renovaron su apoyo a la NEPAD.
En este contexto, la represa de Inga en la República Democrática del Congo ha sido descrita como clave para el
éxito futuro de la NEPAD. El llamado a licitación pública para la rehabilitación de las represas Inga I (350 MV) e
Inga II (1.424 MV) tendrá lugar a mediados de 2004, con un costo total estimado de US$ 500 millones. La mayor
parte del dinero (US$ 400 millones) será aportado por el Banco Mundial, que ha tenido un papel muy activo en el
sector de energía eléctrica del Congo. Las autoridades congoleñas han destinado US$ 80 millones para la
primera fase del programa de rehabilitación de la represa de Inga. Varios grupos empresariales están luchando
para lograr una buena posición para el contrato de Inga, entre ellos Eskom de Sudáfrica y Siemens de Alemania.
La siguiente etapa de Inga, Inga III (entre 1.700 y 3.500 MV, con un costo estimado de US$ 4.000 millones) y la
"Etapa Final Gran Inga” (39.000 MV), también están siendo dirigidas por el Banco Mundial, junto con el Grupo
EDF (Francia) y Lahmeyer (Alemania).
La construcción de la estación hidroeléctrica Inga III de 3.500 megavatios será realizada por cinco miembros de
la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (Southern African Development Community - SADC) con el
objetivo de abastecer al Proyecto de Energía Westcor, integrado por Eskom de Sudáfrica, la Botswana Power
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Corporation, la Empresa Nacional de Electricidade (ENE) de Angola, NamPower de Namibia y la Societe
Nationale d'Electricite (SNEL) de la República Democrática del Congo.
La Gran Inga, en las Cataratas de Inga en el río Congo, donde el río salta 100 metros, tiene un rendimiento
potencial de unos 39.000 megavatios y un costo estimado de US$ 6.000 millones. Eso es tres veces más que
cualquier represa hidroeléctrica existente, y más del doble que el controvertido proyecto de la represa Tres
Gargantas en China. Los partidarios de la represa dirían que como el río fluye con fuerza todo el año, no se
necesitarán represas grandes. Aunque la energía se puede generar mediante obras "de pasada" en las cataratas
de Inga (instalando turbinas en lo alto de la catarata), una gran incógnita es el efecto que pueden tener sobre los
peces y la ecología del río. Incluso las plantas "de pasada" pueden eliminar la migración de peces, y pueden
dañar gravemente los flujos de sedimentos, esenciales para la ecología de los ríos.
El plan de construir la represa hidroeléctrica más grande del mundo en el río Congo, que tendrá la capacidad de
satisfacer las necesidades de energía eléctrica de todo el continente, se enfrenta a la oposición de grupos de la
sociedad civil. Los opositores alegan que se han traicionado las promesas sociales hechas en la Cumbre Mundial
de Johannesburgo.
La conexión de Inga a una red continental de suministro eléctrico para los principales centros de población
costaría más de US$ 10.000 millones. Pero las redes de suministro eléctrico no llegarán a los cientos de millones
de pobres en África rural. Además, la mayoría de las economías africanas se basan en actividades de
subsistencia y comerciales en las que participan micro y pequeñas empresas con características estructurales
que a menudo no son tenidas en cuenta por los elaboradores de políticas.
El proyecto de Inga se aparta del objetivo de proyectos de energía sustentable en pequeña escala discutido en la
Cumbre Mundial, donde el centro de la discusión fue llevar la electricidad a los pobladores rurales mediante
proyectos locales de energía eólica y solar. Megaproyectos como el de esta represa implican más que a menudo,
impactos sociales, económicos y ambientales que afectan negativamente las formas de sustento, las tierras y las
vidas de los pueblos.
Artículo basado en información obtenida de: “Bidding Round for Inga in 2004”, 12 de noviembre de 2003; New
Plant to Bring Regional Power On Stream, 14 de noviembre de 2003, UN Integrated Regional Information
Networks , enviado por Ryan Hoover, correo electrónico: [email protected] , Africa Program, International Rivers
Network, http://www.irn.org ; “Giant Congo hydroelectric project is a 'betrayal'”, por Fred Pearce, New Scientist,
http://www.odiousdebts.org/odiousdebts/index.cfm?DSP=content&ContentID=5707 ; “Impact potential of NEPAD,
the new partnership for Africa’s development, Ako Amadi,
http://www.cbnrm.uwc.ac.za/paplrr/docs/Nairobi%20PAPLRR%20NEPAD%20Paper%20-%20Ako.pdf ; “Africa:
`Nepad? No thanks', say African activists”, Patrick Bond , http://www.greenleft.org.au/back/2002/497/497p14.htm
; y contribuciones de Fred Pearce, correo electrónico: [email protected]
inicio
- Kenia: pueblo indígena del bosque en lucha por sus derechos
Mientras que los kenianos celebran sus cuarenta años de independencia, los indígenas Ogiek recuerdan
cuarenta años de desposeimiento y marginación institucional. Han sufrido la opresión, supresión y brutalidad
sistemáticas a través de una política de asimilación que apunta a su extinción.
El complejo de bosques Mau, con sus más de 290.000 hectáreas, representa el bloque continuo de bosque de
montaña más grande que queda en el este de África. El pueblo Ogiek ha habitado en este bosque desde tiempos
inmemoriales. Los Ogiek son una de pocas comunidades habitantes de los bosques que todavía quedan en
Kenia. Son aproximadamente unas 15.000 personas, viven en grupos y clanes, hablan el idioma ogiek, practican
la caza selectiva y la agricultura tradicional en el marco del sistema de tenencia de la tierra común a las
comunidades habitantes de los bosques (tenencia de árboles, tenencia de animales y tenencia de tierras). Los
Ogiek poseen la tierra en forma colectiva, mientras que las familias y miembros individuales de la comunidad
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gozan de derechos subsidiarios de uso y ocupación. Estas tierras tradicionales no están demarcadas ni han sido
reconocidas específicamente de alguna otra forma por las leyes de Kenia.
La larga historia de resistencia y lucha de los Ogiek ha sustentado su unidad, identidad y diferenciación cultural.
En cambio, la decisión del régimen del presidente Moi de excluir grandes áreas de tierra del sistema de
protección ambiental --el bosque Mau constituye entre 70-80% del área total de bosque que está previsto excluir- y el asentamiento de ocupantes ilegales han puesto en riesgo como nunca antes la propia existencia de los
Ogiek como pueblo diferenciado. Al amenazar los sitios sagrados y el hábitat donde la comunidad se dedica a
cazar, recolectar y otras actividades pastoriles y agrícolas, las concesiones madereras y el programa de
asentamiento (temporalmente detenido), no solo amenazan los aspectos integrales de la existencia, la
continuidad y la cultura de la comunidad Ogiek, sino que también apuntan a matar la esperanza de la comunidad
de trasmitir su identidad y sus tierras a sus hijos.
Los Ogiek han ayudado a los kenianos al denunciar las injusticias oficiales cometidas por el régimen anterior
contra ellos y su medio ambiente. Ahora que el nuevo gobierno de la Coalición Nacional Arco Iris (National
Rainbow Coalition - NARC) formulará una nueva política de bosques, es imperativo que el tema de la
copropiedad y el manejo de sus recursos naturales estén incluidos. En este sentido, los Ogiek exhortan al
gobierno a aplicar mecanismos que aseguren que las minorías indígenas habitantes de los bosques puedan
disfrutar de sus hábitats naturales y no sean castigadas por las políticas gubernamentales. Estos mecanismos
son:
1) Acceso a los recursos, al desarrollo y a compartir los beneficios derivados de sus territorios, como el que
gozan los agricultores, pastores y pescadores.
2) Reconocimiento oficial de sus tierras y protección contra actividades que resulten inaceptables o inadecuadas
en términos ambientales.
3) Aplicar criterios e indicadores de desarrollo sustentable que tengan en cuenta el bienestar espiritual, cultural y
social de los Ogiek y sus hermanos los pueblos Sengwer, Yiaku, Morti, IIK, Chepkitale, etc, todos ellos pueblos
que dependen de los bosques.
4) Promover la elaboración de estrategias de desarrollo sustentable por parte de los pobladores de los bosques a
nivel local y nacional.
5) Aceptar su propio concepto de áreas protegidas y conservación, basado en sus leyes y conocimientos
tradicionales, y su conexión profunda con sus tierras, territorios y recursos.
6) El programa de asentamiento aprobado por la oficina de la Presidencia invade sus vidas privadas y sería
contradictorio con las demandas de los Ogiek.
En relación a la asignación ilegal e irregular de tierras públicas, los Ogiek exhortan a la Comisión Presidencial a
que revoque y anule las designaciones de áreas de bosque a ser excluidas de la protección ambiental.
Artículo basado en información obtenida de: “Mau Forest Complex on the spotlight. Kenyan’s must be told the
truth”, Ogiek Welfare Council http://www.ogiek.org/indepth/news-spotlight.htm , enviado por ECOTERRA
International, Nairobi Node, correo electrónico: [email protected]
inicio
- Sudáfrica: mientras las plantaciones avanzan, cada vez son más quienes advierten sobre su peligro
Un amplio espectro de grupos ambientalistas y de la comunidad, organismos de investigación y tomadores de
decisiones del gobierno y la industria se reunieron en Nelspruit, Sudáfrica a mediados de noviembre para discutir
un tema candente: el impacto de las plantaciones para madera.
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La conferencia, titulada “Plantaciones para madera: impactos, visiones futuras y tendencias mundiales” fue
auspiciada por GEASPHERE en colaboración con la coalición TimberWatch y tuvo lugar el 13 y 14 de noviembre.
Este evento representó una posibilidad para que ambientalistas y partes interesadas -que cada vez son máspudieran expresar su creciente preocupación, a la vez que les permitió interactuar con representantes del
gobierno y la industria, en la discusión de los temas polémicos y buscar una base común sobre la cual elaborar
una visión “forestal” para el futuro.
Los participantes temen el impacto continuo de lo que un propietario de tierra local describió como: "miles de
millones de pinos, acacias y eucaliptos sedientos disfrazados de "bosques", que cubren con un manto de
esterilidad grandes áreas de Mpumalanga, KwaZulu Natal y otros lugares, para producir celulosa, tablas y postes
para beneficio de los accionistas de las empresas. Los resultados negativos superan a los beneficios."
Uno de los oradores centrales fue el Profesor Braam van Wyk de la Universidad de Pretoria, que se refirió a las
amenazas a las que está sujeto un recurso extramadamente valioso: "Las praderas del sur de África: aspectos
de su biodiversidad, dinámica y manejo". Destacó que en países tradicionalmente productores de madera, las
plantaciones se usan para producir árboles madereros mediante la modificación de un recurso natural, como es
el caso de los bosques boreales del hemisferio norte, de los que se extrae madera en forma selectiva o por corta
a talarasa y son replantados con especies nativas de esa parte del mundo.
Pero según afirmó, "en el sur de África destruimos un recurso natural antes de crear otro recurso, que luego debe
ser mantenido en forma artificial. ¿Qué estamos destruyendo?", preguntó. "¿Se compensa lo que destruimos con
lo que lo reemplazamos?"
Según afirmó el Profesor, pastizales es un nombre poco adecuado, porque la mayoría de la flora de este bioma
son hierbas, arbustos y flores silvestres, constituyendo los pastos apenas un 11 por ciento de la diversidad
vegetal en algunas praderas, en particular en los pastizales de montaña del noreste, donde ha tenido lugar la
"forestación" más extensiva. El bioma de praderas alberga alrededor de 4.000 especies vegetales (en
comparación con un país como Suecia que tiene 1.700 especies vegetales), por lo que constituye un recurso
genético muy valioso. Además las plantas crean un hábitat -lugar donde vivir- para otras especies. Muchos
animales endémicos del bioma de pradera están seriamente amenazados por la destrucción de su hábitat. Los
anfibios de la región central de KwaZulu Natal han sido gravemente afectados -algunas especies incluso pueden
haberse extinguido- debido a la destrucción excesiva de la pradera.
Un componente esencial del manejo de la pradera es el fuego, conocido como la "sangre vital" de los pastizales.
"Si no hay fuego, no hay praderas. Obviamente, el manejo de los bloques de las plantaciones industriales para
madera excluye este regenerador vital, por lo que la destrucción de la pradera es total.
La destrucción de la pradera causada por el arado de la tierra o el establecimiento de plantaciones para madera
se considera irreversible, porque las praderas, culminación de millones de años de superposición de distintos
tipos de vegetación uno sobre otro, no pueden ser recreadas.
Los eucaliptos, las acacias y los pinos son conocidos por la cualidad "hidrofóbica" que inducen en los suelos.
Una capa cerosa reviste los granos de arena y reduce la penetración de agua. Este efecto es agravado por el
fuego. Los pastizales sin embargo, permiten un aumento de la retención del agua y ayudan a evitar las
inundaciones.
La mayoría de los estudios sobre praderas se han centrado en las especies de pasto importantes para la
producción ganadera. Por esta razón "no sabemos prácticamente nada sobre el valioso bioma de pradera",
explicó Van Wyk. "¿Debemos continuar destruyéndolo?"
En sus viajes por zonas rurales el profesor ve fila tras fila de monocultivos de eucaliptos y pinos -establecidos
recientemente- en ecosistemas primarios de pradera. Esto constituye un problema que la industria forestal debe
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admitir, afirmó, y debe dialogar con las partes afectadas para encontrar una solución. Llamó al lanzamiento de un
Día Nacional de la Pradera, para generar conciencia sobre el tema y para aprender a valorarla.
David Lindley, de Proyecto de Humedales de la empresa Mondi, habló sobre el manejo de humedales dentro de
la industria forestal. Presentó un documento que afirma que la Mondi Timber Company se ha comprometido a
extraer todos los árboles plantados en humedales y zonas riparias para el 2010.
El investigador Dirk Versfeld presentó las líneas generales de un programa para que la industria maderera se
reconvierta y gradualmente pase a plantar especies nativas de madera dura o "madera de crecimiento lento", lo
que representa una inversión a largo plazo y de gran valor. Versfeld es coautor junto a Mike Warren del
documento "Indigenous Forestry Alternatives for Rural Development" (Alternativas de manejo de bosques
indígenas para el desarrollo rural). (Se puede solicitar una copia enviando un mensaje de correo electrónico a
[email protected] ).
Nhlanhla Msweli de Campaña de Swazilandia contra la Pobreza y la Desigualdad Económica (Swaziland
Campaign against Poverty and Economic Inequality - SCAPEI) se refirió al impacto de las plantaciones para
madera sobre los pobladores rurales de Swazilandia, donde grandes áreas de pradera han desaparecido bajo los
monocultivos de árboles, negando a los pobladores locales una opción de sustento.
En una plantación para madera no se puede apacentar ganado, no se pueden plantar alimentos ni se pueden
cazar animales. Pobladores que vivían en forma sustentable, usando su medio ambiente natural practicando la
agricultura de subsistencia, han sido arrancados de su tierra y desplazados a las montañas, donde no pueden
mantener su estilo de vida. Msweli se refirió a los salarios bajos y a la reducción de puestos de trabajo en la
industria forestal, en combinación con la contaminación del aire y el agua en las cercanías de las fábricas de
papel. Lamentó que las grandes corporaciones multinacionales sigan anexando y explotando la tierra en
beneficio de accionistas multinacionales, y en detrimento de los pobladores locales.
George Dor del movimiento Jubileo Sudáfrica realizó una intervención titulada: "Deuda ecológica: reparaciones
de daños causados por la industria, la minería, las grandes represas y la explotación forestal". Resaltó que las
grandes deudas que muchos países en desarrollo se esfuerzan por pagar a instituciones como el Banco Mundial
y el FMI a menudo fueron generadas para financiar proyectos que produjeron beneficios insignificantes para los
pobladores del país prestatario, y ahora son un lastre que impide su desarrollo.
Es necesario contraer nuevos préstamos para financiar la vieja deuda, pero los nuevos préstamos vienen con
condiciones que benefician a las corporaciones de los países prestamistas. En Sudáfrica, actividades como la
minería, la construcción de grandes represas, el establecimiento de plantaciones industriales de árboles y el
desarrollo del turismo benefician directamente a las corporaciones de los países del norte, a menudo a expensas
de los pueblos y el medio ambiente del Sur. La "deuda ecológica" es lo que los países del Norte "deben" a los del
Sur debido a la destrucción ecológica. En forma similar, las grandes corporaciones tienen una "deuda" con los
pobladores afectados por sus actividades. Dor destacó que los movimientos sociales y ambientales trabajan sin
conexión entre sí; deben trabajar en red y en forma mucho más estrecha en torno a los temas comunes.
Maria Rydlund de la Sociedad Sueca para la Conservación de la Naturaleza (SSNC) vino especialmente desde
Suecia para la conferencia y aportó una perspectiva internacional. Se refirió a los impactos de las plantaciones
de monocultivos de árboles en muchos países en desarrollo como Indonesia, Tailandia y Brasil. La mayoría de la
madera producida en el hemisferio sur se destina a satisfacer las necesidades de los consumidores del norte.
Los pueblos de los bosques del sur son desplazados para dar lugar a plantaciones de monocultivos de árboles
de propiedad privada, de las cuales obtienen muy pocos beneficios reales. Ya no se trata de bosques: tienen
mucho más en común con un monocultivo agrícola.
El abogado especializado en derechos humanos Richard Spoor explicó cómo el marco legal les permite a las
corporaciones externalizar los costos. El sistema legal ha sido heredado de los romanos hace 2.000 años,
cuando había abundancia de agua, suelos y vida silvestre. Al ejercer sus "derechos legales" a la propiedad y al
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beneficio propio, las personas podían destruir el ambiente natural sin temor al castigo de la ley. Esta actitud
persiste hasta hoy en día, en que las personas afectadas por la gran empresa "en ejercicio de su derecho a la
propiedad y al beneficio" no tienen ningún recurso legal a su alcance para reclamar una compensación por sus
pérdidas. Spoor argumentó que los verdaderos costos de la industria maderera no se toman en cuenta. Cuando
se seca el agua en una finca situada aguas abajo de una gran plantación de árboles, la pérdida que sufre el
agricultor debe ser asumida por la industria maderera. El impacto que tiene la contaminación de las fábricas de
celulosa en los agricultores y otros usuarios situados aguas abajo debe ser cuantificado. Los pobladores
desplazados de sus tierras, que pierden su forma de sustento, deben ser compensados. Si todos estos costos
ocultos fueran cuantificados, quedaría en evidencia que la industria maderera es una inversión muy poco
rentable. Spoor exhortó a aumentar el activismo ambiental, social y legal, apuntando a aumentar el nivel de
conciencia de la gente sobre la importancia del impacto de las grandes industrias sobre nuestro medio ambiente
natural y social, y sus costos reales para la sociedad.
Wally Menne de la coalición TimberWatch informó sobre el reciente Congreso Forestal Mundial, y se refirió a las
enormes diferencias existentes entre bosques y plantaciones. Explicó los impactos físicos que tiene el manejo de
plantaciones sobre los sistemas de bosques locales, tales como la pérdida de biodiversidad, la erosión debido a
la extracción de madera, y el grave impacto sobre las fuentes de agua. Las plantaciones son conocidas con el
nombre de "ladronas" de agua, porque consumen más cantidad de agua que la que proporcionan las lluvias,
explicó Menne.
Morne Lizamore del Departamento de Asuntos Hídricos y Bosques (Department of Water Affairs and Forestry DWAF) realizó una presentación resumiendo las reglamentaciones a las que está sujeta la industria forestal, y
los procesos de obtención de licencias para establecer plantaciones de árboles. La legislación sudafricana
permite una amplia participación pública afirmó, y más personas deben sentirse empoderadas para formar parte
del proceso y realizar intervenciones informadas sobre las inversiones que tendrán impactos sobre su medio
ambiente.
La industria estuvo representada por Mike Edwards, Director Ejecutivo de la Asociación de Productores
Forestales de Sudáfrica. En su intervención afirmó que debido al aumento de la demanda, la industria necesita
establecer otras 250.000 hectáreas de monocultivos industriales de eucalipto para satisfacer la demanda
creciente de celulosa, pero que el obstáculo principal para este crecimiento sería la disponibilidad de agua y
suelos. También, la industria perdería una cantidad importante de árboles a extraer de humedales, zonas riparias
y áreas plantadas en forma ilegal para poder cumplir con la legislación y las reglamentaciones de certificación.
Mencionó que la industria utilizaría cada vez más programas "de plantación por terceros" para obtener su materia
prima. Edwards expresó el compromiso de la industria con el manejo sustentable y la transparencia, y agradeció
a los organizadores por la oportunidad de contribuir al evento.
Linda Mossop, Directora Ejecutiva del Departamento Forestal en el DWAF, compartió el estrado con Mike
Edwards y se alineó fuertemente del lado de la industria, haciendo uso de la oportunidad para agradecer
públicamente a la industria por su apoyo, especialmente en relación al programa de "forestación" del gobierno en
Eastern Cape y KwaZulu Natal, por medio del cual el gobierno pretende "abrir la industria" a nuevos actores.
También agradeció la oportunidad de dialogar y propuso la realización de nuevos talleres centrados en los
impactos específicos de las plantaciones.
Durante las discusiones realizadas después de las presentaciones, algunos participantes expresaron su
desacuerdo con la forma enfática en que el gobierno apoya a la industria "forestal". Creen firmemente que el
DWAF debería actuar más como regulador y menos como promotor de las plantaciones de árboles en Sudáfrica.
El segundo día del evento los participantes viajaron por áreas de pradera de montaña del noreste, donde
extensas plantaciones de eucalipto y pino cubren grandes zonas de las tierras altas de Mpumalanga. Se
señalaron distintos problemas prácticos, por ejemplo, la plantación ilegal de árboles en áreas de humedales y
zonas riparias. En el viaje se recorrió también parte de las miles de hectáreas de plantaciones destruidas
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recientemente en uno de los incendios más grandes de la historia, que causó pérdidas masivas a la industria y
daños graves a los suelos.
Por Philip Owen, Geasphere, correo electrónico: [email protected] . (Es posible solicitar el documento
conteniendo las presentaciones y actas de la reunión del 13 de noviembre en la dirección [email protected] )
inicio
ASIA
- Birmania: pobreza entre rubíes, zafiros y jade
Birmania posee una fama justificada por sus ricos depósitos de piedras preciosas, entre las que se incluyen
rubíes, zafiros y jade. La localidad de Mogok, ubicada en la zona este de la División de Mandalay en la frontera
del estado de Shan, ha sido el centro de la extracción de rubíes y zafiros durante ochocientos años.
Las compañías mineras que operan en Mogok pasaron primero a ser controladas por capitales británicos en
1888. Posteriormente, fueron nacionalizadas en 1962 después del golpe militar liderado por el General Ne Win.
Sin embargo, hasta hace relativamente poco tiempo, eran empresas relativamente pequeñas y producían un
daño limitado al medio ambiente circundante. Desde 1989, ha habido un cambio significativo y se han ido
imponiendo operaciones de minería a gran escala que han transformado la industria.
El rápido aumento en la participación de actores no locales, así como de capital y equipos, ha acelerado también
la devastación ecológica de la región. Entre 1989 y 1992, los equipos de minería modernos han causado
extensos daños, especialmente en los alrededores de Mogok y Mineshu. En el proceso, los empresarios locales
han sido desplazados por la competencia y la corrupción crecientes. Hoy son trabajadores mal pagos que
trabajan para intereses empresariales externos. Otro efecto ha sido la migración gradual de trabajadores y
pequeños empresarios desde Mogok a las zonas mineras de Shwe Gin, en la División de Pegu. Muchos mineros
y agricultores Karen locales, a lo largo del proceso, han sido víctimas de los mismos problemas sociales,
económicos y ambientales que indujeron a estos empresarios a dejar Mogok en primer lugar.
La expansión de formas intensivas de extracción de recursos, en la mayoría de los casos, no es sustentable. Las
actividades mineras se realizan en un contexto que no cuenta con una supervisión regulatoria. Las personas que
trabajan en las minas durante la estación lluviosa se arriesgan sistemáticamente a morir ahogados debido a la
ocurrencia de riadas o al derrumbe de los muros de retención. Los trabajadores que clasifican las gemas
después de extraídas con frecuencia hacen su trabajo bajo el sol ardiente, porque gran parte de la zona
circundante ha sido talada y no hay sombra. Según informan los trabajadores de las minas, es raro que se
permitan los descansos y habitualmente deben enfrentar condiciones de abuso verbal y físico por parte de los
soldados contratados por las compañías para custodiar la seguridad del sitio.
Más recientemente se han utilizado presas de varios niveles con mecanismo de alimentación por gravedad y
cribas. Pero con la llegada de los intereses empresariales externos, los mineros han comenzado a realizar la
extracción de oro con medios hidráulicos. Éste es un método altamente destructivo que utiliza bombas diesel
para arrojar chorros de agua presurizada a través de una manguera que se apunta a la ribera de un río o a un
lado de un afloramiento rocoso. La enorme presión simplemente arrasa grandes cantidades de roca y tierra. Los
sedimentos con contenido de oro se canalizan después a través de una larga presa que en general está
recubierta de mercurio líquido (azogue). El mercurio captura las partículas más finas de oro mediante un proceso
químico llamado fusión y éstas posteriormente se separan. La mezcla sobrante de desechos y barro
contaminado se la lleva después el río aguas abajo. Dado que el mercurio es altamente venenoso para seres
humanos y animales, esta práctica ha sido prohibida en muchas partes del mundo. Actualmente, no se sabe si
estas sustancias químicas están siendo usadas en estas dos localidades, aunque sí son ampliamente utilizadas
para extraer oro en otros lugares de Birmania. Cualquiera sea el caso, el daño ambiental ha sido grave.
Fuentes locales han informado que las actividades de minería, en especial la minería hidráulica, en los
alrededores de los municipios de Mogok y Shwe Gin han producido un modelo de problemas común, que incluye:
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* El colapso de los lechos de los ríos debido a la extracción de cieno y tierra de las riberas, base de sostén de
árboles y muros
* Aumento de los niveles de erosión del suelo
* Aumento de los niveles de sedimentación
* Reducción de poblaciones de peces debido a cambios en la temperatura del agua
* Aumento de la contaminación del agua debido a los desechos mineros (es decir, los materiales finamente
triturados que sobran después de la extracción de la mena o mineral deseado)
* Aumento de la contaminación del agua debido a lodo líquido o drenaje ácido de las minas (la mezcla de
desechos, agua y sustancias químicas, en general cianuro o mercurio)
* Aumento de la contaminación del agua debido a las pérdidas de combustibles diesel y petróleo de las bombas y
otros equipos de minería.
* La pérdida de estanques y otras fuentes de agua dulce, como pequeños arroyos, debido al bombeo excesivo.
* La destrucción de campos arables debido a las “zanjas profundas” y el uso indiscriminado de equipos pesados
(por ejemplo topadoras).
* Aumento del uso de madera para construir presas y reforzar túneles subterráneos
* Aumento del uso de productos no madereros del bosque (por ejemplo bambú y ratán).
Dada la realidad política y económica de Birmania, la mayoría de la población no tiene mucho para elegir. Los
habitantes de estas regiones de Birmania, simplemente, están atrapados entre dos poderosos: el ejército y los
intereses de las empresas. Con pocas alternativas viables a su disposición, muchas comunidades se sienten
obligadas a participar en la explotación no sustentable de sus propios recursos naturales, incluso a pesar de
saber que están destruyendo los ecosistemas que necesitan para su propia supervivencia.
Trozos extractados de “Capitalizing on Conflict. How Logging and Mining Contribute to Environmental Destruction
in Burma”, por Earth Rights International with Karen Environmental & Social Action Network, octubre de 2003. El
informe completo se puede descargar en el sitio http://m1e.net/c?11841838-pSMLVzXzp5lzM%40347152DvtuggLI338vc
inicio
- Filipinas: oposición a política de minería
Se estima que aproximadamente 40% del territorio de Filipinas ha sido entregado en forma de concesiones a
compañías mineras multinacionales. Sin embargo, este proceso no ha transcurrido sin oposición. Desde la región
de Cordillera en el norte de Filipinas hasta la región sudoriental de la isla Palawan, los grupos indígenas
Subanen, Tagbunau, Pala'wan, Tau't bato y Batak (ver Boletines N° 11, 28 y 67 del WRM) han luchado para
defender sus territorios de los impactos masivos de la minería.
Este año, la Presidenta Gloria Macapagal-Arroyo inició una política de promoción de la minería en el país. En
este marco, se inició un proceso nacional de consulta en cooperación con la Agencia Internacional de Desarrollo
de Estados Unidos (USAID), que ha enfrentado una fuerte oposición de varios grupos de la sociedad civil que se
han reunido en la Conferencia Nacional sobre Minería (National Mining Conference - NMC). Han organizado un
"aluvión de faxes" a nivel nacional para el 3 de diciembre, como forma de expresar la oposición unificada al
Marco de Política Nacional de Minerales y a la Ley de Minería de Filipinas de 1995.
Como lo expresa esta organización, su oposición se basa en las siguientes razones:
“a. La ley está basada en un marco económico orientado a la exportación, una política que sigue siendo un
factor esencial para conducir la economía del país a la quiebra.
b. La ley ha abierto nuestra riqueza mineral a la explotación absoluta por parte de
inversores extranjeros, entregando así nuestro patrimonio nacional y nuestra soberanía a entidades corporativas
que controlan el capital y los conocimientos técnicos.
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c. La ley no está basada en la realidad de Filipinas. Nuestro país es un archipiélago con ecosistemas frágiles y
las áreas donde están localizados los minerales están habitadas principalmente por pueblos indígenas.
d. La ley no garantiza el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas a sus territorios y su derecho a
la autodeterminación.
e. La ley continua distorsionando el desarrollo de nuestra economía que podría lograrse en primera instancia
mediante el fortalecimiento de la agricultura y el impulso de la industrialización nacional, en vez de simplemente
atraer las inversiones extranjeras para las industrias extractivas como la minería".
En consecuencia, la Conferencia plantea las siguientes demandas:
“1. Cancelación de todos los permisos de minería ya otorgados y declaración de una moratoria a las actividades
de minería en gran escala.
2. Formulación de una nueva Política Nacional de Minerales que respete la integridad de la Creación, cumpla
verdaderamente con los principios del desarrollo sustentable, defina claramente el papel de la industria minera
en el fortalecimiento de la economía del país basada en el apoyo al desarrollo agrícola y la industrialización
nacional, asegure el respeto a los derechos humanos básicos y fortalezca los procesos democráticos.
3. Legislación de un nuevo código de minería en base a esa nueva Política Nacional de Minerales.
4. Con el fin de que la Oficina de Minas y Geociencias mejore su práctica de procesos democráticos: transitar un
proceso de consulta muy exhaustivo que asegure que las personas que han sido y serán las más perjudicadas
por las operaciones mineras sean plenamente consultadas, posibilitar la expresión de los sentimientos y
demandas de los pobladores, y garantizar la difusión de los resultados de la consulta para posibilitar comentarios
y aportes. También promovemos la formación de un organismo intersectorial que estudie el impacto de las
políticas de minería.
5. Reconocimiento y respeto al derecho de los pueblos indígenas a la tierra y a la autodeterminación. Esto no se
verá disminuido por los mecanismos que aseguren los permisos de acceso a los territorios de pueblos indígenas
para implementar proyectos de desarrollo como la minería.
6. La resolución de los temas pendientes de las comunidades afectadas por la minería, (la limpieza de los ríos
Mogpog y Boac, el conflicto entre los pueblos Subanon de Siocon y TVI, los derechos de los pequeños mineros
en Diwalwal, la contaminación del río Abra por parte de la Lepanto Consolidated Mining Corporation, la
rehabilitación de las zonas de minería a cielo abierto de la Benguet Corporation, el reclamo de una iniciativa
popular de los pobladores de Didipio, la protesta popular contra la Western Mining Corporation, etc.) en vez de la
aprobación apresurada de una Política Nacional de Minerales claramente favorable a la industria minera.
7. Realización de una evaluación de los impactos sociales y ambientales de los casi ocho años de
instrumentación de la ley 7942 y sus instrumentos regulatorios.”
Estos grupos de la sociedad civil exigen: “Dejen que se oigan las voces del pueblo. La fortaleza de un gobierno
solo puede garantizarse si éste satisface las aspiraciones básicas y las demandas de la mayoría que todavía vive
marginada y oprimida”.
Artículo basado en información obtenida de: “Urgent Action - 'fax barrage' on Philippines' National Minerals Policy
process”, 3 de diciembre de 2003, http://www.minesandcommunities.org/Action/action50.htm
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- Indonesia: trágica inundación en Sumatra resultado de un proyecto de carreteras
El controvertido proyecto de la red de carreteras de Ladia Galaska, cuya construcción lleva ya más de un año,
con un costo de US$ 1,2 millones, vinculará la costa occidental de Aceh con la costa este de Sumatra del norte.
Más de 90 kilómetros de los 505 kilómetros que está previsto tenga la carretera, atraviesan el bosque
relativamente prístino de las tierras altas centrales del Parque Nacional Mount Leuser; un hecho que implicaría
notorios impactos negativos permanentes sobre el medio ambiente.
El debate en torno al proyecto se reavivó cuando el 2 de noviembre una enorme riada cobró más de 150 víctimas
mortales y numerosos desaparecidos en el Parque Nacional Mount Leuser, cerca de la provincia indonesia de
Sumatra del Norte.
El gobierno de Yakarta responsabilizó a los madereros ilegales por la inundación. Sin embargo, una investigación
realizada por la Unidad de Manejo de Leuser financiada por la Unión Europea, concluyó que las inundaciones
fueron ocasionadas por desprendimientos de tierras en la parte norte del parque que bloquearon el río Bohorok,
llevando a que éste finalmente rompiera bruscamente el bloqueo, dando lugar a una enorme riada. Los
opositores al proyecto de carreteras afirman que ésta ha sido la causa de la tragedia, argumentando que ha
distorsionado el medio ambiente del parque Leuser y que está generando una situación que podría conducir a un
desastre ambiental todavía mucho peor. Hay también una sensación de el proyecto de Ladia Galaska acelerará
la destrucción de la última zona importante de bosque tropical que todavía queda en la isla de Sumatra.
El Foro Indonesio sobre Medio Ambiente (Walhi) ha entablado una demanda legal contra el gobernador de Aceh,
Abdullah Puteh, en relación con la construcción de la carretera y busca la detención del proyecto. Yarrow
Robertson, director de la Unidad de Manejo de Leuser, que ha dedicado más de veinte años al estudio del
ecosistema de Leuser, afirmó que la ruta planificada a través del parque nacional hasta Bohorok, el lugar de la
última inundación, como parte del proyecto de Ladia Galaska, traería aparejados además otros problemas.
Argumenta que aceleraría la erosión de las pendientes montañosas y atravesaría más de 1.000 ríos y arroyos.
Como resultado, 580 poblados por debajo de la ruta se verían enfrentados al riesgo potencial de
desprendimientos de tierras y nuevas inundaciones catastróficas. Según Robertson: "las inundaciones y
desprendimientos de tierras en Aceh y Sumatra del norte serán 100 veces peor si se construye la carretera de
Ladia Galaska”. Destacó que en la medida que hay 1.000 ríos que circulan a través del ecosistema de Leuser, es
probable que éstos se desborden en forma anual, y si cada río matara cada vez a 10 personas, podrían llegar a
morir diez mil personas.
Parece razonable analizar detenidamente las razones que se alegan para la realización de esta obra. El gobierno
de Aceh argumenta que la carretera es necesaria para mejorar la economía de las aisladas tierras altas
centrales, que están conectadas al resto de la provincia por un solo camino mal mantenido. Sin embargo, los
ambientalistas sugieren que fácilmente se podría reemplazar esta carretera, que no logró superar la evaluación
de impacto ambiental, por una vía férrea que no causaría tanto daño ambiental por invasión al bosque. En
realidad, la carretera, al parecer, sólo beneficiaría a algunas pocas personas, mientras que el agua del
ecosistema de Leuser es sostén de más de dos millones de agricultores.
Sin duda, el fácil acceso al bosque facilitará y promoverá las actividades de madereo. Hay, además, acusaciones
de que el respaldo del gobierno a la construcción de la carretera ha sido motivado por el hecho de que la misma
será una mina de oro para los funcionarios locales que pueden repartir contratos de construcción a las
compañías madereras y un dividendo adicional para los alcaldes locales que aprobarán los permisos de
madereo. También se verán beneficiadas varias plantaciones de palma aceitera adyacentes a la ruta proyectada.
Las jerarquías gubernamentales todavía están divididas en torno al tema. Mientras el Ministro de Bosques M.
Prakosa y el Ministro de Estado para el Medio Ambiente, Nabiel Makarim han expresado su oposición al
proyecto, el Ministro de Asentamientos e Infraestructura Soenarno parece estar a favor, y ha sostenido que el
proyecto de carreteras no significará un aumento en el madereo ilegal.
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Si finalmente el proyecto se llevara a cabo, los principales beneficiarios serían un puñado de personas
poderosas. En el otro extremo de la cadena, los pobladores locales y su medio ambiente deberían sufrir las
consecuencias negativas: inundaciones, desprendimientos de tierras, pérdida de bosque, de biodiversidad y de
sustento. Todavía hay tiempo de impedir que esto suceda.
Artículo basado en información obtenida de: “Road to Ruin”, Marianne Kearney, South China Morning Post, 12 de
noviembre de 2003; “Sumatra floods put spotlight on logging and roadbuilding”, Shawn Donnan y Taufan Hidayat,
24 de noviembre de 2003; “Government told to reconsider road project in Leuser park”, Apriadi Gunawan y
Muninggar Sri Saraswati, The Jakarta Post, 12 de noviembre de 2003; enviado por Watch Indonesia!, correo
electrónico: [email protected] , sitio web: http://home.snafu.de/watchin/Index-engl.htm ; “Walhi pushes
Ladia Galaksor suit for environmental damage”, Nani Farida, The Jakarta Post, 18 de noviembre de 2003,
http://www.ecologyasia.com/NewsArchives/nov2003/thejakartapost.com_20031118_1.htm
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- Tailandia: SmartWood suspende certificación del FSC de dos plantaciones
El 1º de diciembre de 2003, SmartWood suspendió la certificación del Consejo de Manejo Forestal (FSC por su
sigla en inglés) de dos plantaciones de teca de la Organización Forestal Industrial. SmartWood está acreditada
por el FSC para evaluar si las actividades forestales se adecuan a los principios del FSC para un buen manejo
de bosques o plantaciones (ver Boletines del WRM Nº 48, 64 y 72).
La OFI fue creada en 1947 como compañía maderera estatal. Cuando en 1989 el gobierno impuso una moratoria
al madereo, varias ONGs tailandesas exigieron que la OFI fuera clausurada. Desde entonces, la empresa ha
tratado de reinventarse como compañía de plantaciones. Con el certificado del FSC suspendido, la OFI no puede
aducir que hace un buen manejo en alguna de sus plantaciones.
De hecho, al talar sus plantaciones de teca, la OFI está alentando la tala ilegal. Veerawat Dheeraprasert, el
presidente de Foundation for Ecological Recovery (Fundación para la Recuperación Ecológica), una ONG
tailandesa, explica que: “Si la OFI hace actividades de tala, hay más posibilidades de que exista madereo ilegal
porque la OFI estará cortando y vendiendo madera a los aserraderos, los cuales pueden fácilmente mezclar los
troncos de OFI con otros de origen ilegal”.
Cuando SmartWood concedió a la OFI su certificado FSC en junio de 2001, también estableció 26 condiciones,
de las cuales 15 deberían ser cumplidas en el plazo de un año. Un año después, SmartWood definió que había
12 condiciones que la OFI no había cumplido, a pesar de lo cual no suspendió el certificado. En lugar de eso
propuso 13 requerimientos de acción correctiva, seis de los cuales debían ser cumplidos en el plazo de seis
meses.
En enero de 2003, SmartWood descubrió que la OFI no había cumplido cuatro de los 13 requerimientos de
acción correctiva. Aún así, SmartWood tampoco suspendió el certificado, sino que estableció seis requerimientos
de acción correctiva, todos ellos para ser aplicados “de inmediato”.
En junio de 2003, SmartWood comprobó que la OFI todavía no había cumplido cinco condiciones y dos
requerimientos de acción correctiva. Cinco meses después, finalmente, SmartWood suspendió el certificado.
La certificación de la OFI fue controvertida desde un principio. En noviembre de 2000, antes de que SmartWood
emitiera el certificado, la ONG tailandesa TERRA publicó un artículo sobre la certificación, en su revista
“Watershed”. La organización Rainforest Foundation incluyó un estudio de caso sobre la OFI en su crítica al FSC
realizada en noviembre de 2002, titulada “Trading in Credibility”. En abril de 2003, la Fundación para la
Recuperación Ecológica escribió al FSC exigiéndole que retirara el certificado. El Boletín del WRM informó sobre
este asunto en diversas oportunidades (ver Boletines Nº 48, 64 y 72 del WRM), y en agosto de 2003, el WRM
publicó un libro titulado “Certificando lo incertificable”, que incluye un estudio detallado de mi autoría sobre la
certificación de la OFI.
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Sin la presión de este monitoreo de la sociedad civil es posible que SmartWood no hubiera suspendido el
certificado.
Cuando SmartWood suspendió el certificado de OFI, también estableció 16 requerimientos de acción correctiva,
cinco de los cuales deben ser cumplidos antes de que pueda volver a otorgarse el certificado a la OFI. Entre los
requerimientos de acción correctiva de SmartWood figuran dos relativos a la cadena de custodia (término técnico
para referirse al seguimiento de la madera desde el la plantación hasta el uso final). Más de dos años después
de emitido el certificado de la FIO, SmartWood pide ahora a la OFI “mejorar el sistema de la cadena de custodia
de manera que documente sistemáticamente el movimiento de los troncos desde los bloques de corta hasta el
área en que se dejan en depósito”.
La clara implicancia es que actualmente la OFI no puede hacer un rastreo confiable de su madera. En este caso
no hay forma de saber de qué plantación proviene la madera de la OFI –o incluso si la madera es legal o ilegal.
Una de las actividades más controvertidas de la OFI es su papel en la subasta de madera cortada ilegalmente.
Cuando las autoridades descubren madera que ha sido cortada ilegalmente, la derivan a la OFI para que realice
una subasta.
Para las arcas menguadas de la OFI, esas subastan son una fuente importante de ingresos. Para los madereros,
son una forma de convertir la madera ilegal en madera legal.
Suraphon Duangkhae, secretario general de Wildlife Fund Thailand, describe cómo las compañías madereras
envían a los trabajadores a los bosques a talar árboles ilegalmente. “Luego les piden al funcionario forestal que
arreste a los trabajadores”, comenta. “Pero cuando el funcionario forestal llega a la zona no hay trabajadores, tan
solo troncos. ¡Entonces arresta los troncos! Luego la OFI realiza una subasta y la empresa que está por detrás
de la escena regresa y gana la subasta”.
En 1997 la OFI se vio envuelta en un gran escándalo en torno a actividades de tala. Los leñadores estaban
cortando árboles ilegalmente en el Parque Nacional de Salween y sellaban fraudulentamente los troncos para
que apareciera que su origen era Birmania. Quizás increíblemente --más que nada porque el funcionario forestal
que reveló la estafa también hizo pública la participación de los funcionarios de la OFI -- la OFI estaba entre las
organizaciones responsables de almacenar los troncos confiscados. Quizá no tan increíblemente, en abril de
este año, más de la mitad de los troncos confiscados habían “desaparecido”. En mayo, la OFI recibió la orden de
que los troncos fueran llevados a un campo de la armada en Saraburi, para impedir que fueran hurtados.
Recientemente, el gobierno tailandés comenzó a hacer preguntas difíciles acerca de la legalidad de 100.000
troncos de teca hundidos en el lago Chiang Saen, en el norte de Tailandia. Archa Land Company, propietaria de
los troncos, aduce que se los compró a la OFI. El problema es que nadie puede demostrar el origen de los
troncos. El periódico The Nation reprodujo comentarios del Primer Ministro tailandés Thaksin Shinawatra: “Creo
que es más que probable, que en un volumen tan grande de madera, parte de la misma sea ilegal. Hay muchas
formas de falsificar los registros y hay funcionarios corruptos involucrados en la maniobra”. Como para confirmar
los temores de Thaksin, 200 troncos se prendieron fuego misteriosamente –el día previo a que el Ministro de
Ambiente y Recursos Naturales, Prapat Panyachatraksa, fuera a inspeccionarlos.
El 12 de diciembre de 2003, un editorial de The Nation señaló que para resolver el tema de la tala ilegal en
Tailandia, el gobierno debe analizar el papel de la OFI. La certificación del FSC ha empeorado la situación
permitiendo a la OFI exportar su madera, haciendo así “aún más conveniente la tala ilegal”. El editorial
preguntaba “si Tailandia todavía necesita a la OFI, un organismo que parece hacer más mal que bien a los
esfuerzos nacionales de conservación de los bosques”. Los titulares de la editorial no dejan dudas sobre la
opinión de The Nation: “Hagan lo correcto: terminen con la OFI”.
Por: Chris Lang, e-mail: [email protected]
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GENERAL
- La Revisión de las Industrias Extractivas exhorta a establecer límites para la financiación de actividades
mineras del Banco Mundial
A medida que se expande la economía mundial, se intensifica la presión sobre los territorios indígenas para
extraer minerales, petróleo y gas, lo que representa una gran amenaza para ellos, sus tierras, sus territorios y los
recursos de los cuales dependen. El Banco Mundial ha sido un instrumento de tales procesos, apoyando
proyectos de minería que han sido condenados incluso por las Naciones Unidas.
Las intervenciones del Grupo Banco Mundial en el sector de industrias extractivas ha tenido impactos negativos
sobre los pueblos indígenas en muy diversas formas. El Banco ha tenido como rutina aconsejar a los países la
reelaboración de los códigos nacionales de minería para que faciliten la extracción minera en gran escala de las
compañías extranjeras. Ha debilitado las protecciones legales de que disponían previamente los pueblos
indígenas. Ha apoyado en forma directa proyectos de minería, petróleo y gas sin realizar una evaluación
adecuada de sus posibles consecuencias sociales y ambientales y sin tener en cuenta la ausencia de
gobernabilidad y de capacidad institucional o regulatoria de las zonas o países donde se ejecutan los proyectos.
Sus políticas hacen muy poca mención a los derechos humanos.
Por ejemplo, en el caso de los Bagyeli, un pueblo indígena y habitante del bosque, han sido víctimas de los
impactos del Proyecto del oleoducto Chad-Camerún patrocinado por el Banco Mundial. Se ha seguido con la
ejecución del proyecto incluso después de que los Bagyeli y las ONGs que los apoyan demostraron claramente
los riesgos e incluso a pesar de que algunos miembros del Directorio del Banco Mundial admitieron que la
política de protección de pueblos indígenas del Banco no se había aplicado correctamente. “Nos prometieron
trabajo. Nos sacaron todo lo que teníamos. Tomaron nuestra tierra. Tomaron nuestro bosque. Tomaron nuestra
agua”, afirmó Sama Bailie de Camerún sudoccidental. (ver Boletines Nº 72, 66, 45, 41, 35, 14 y 2 del WRM).
Actualmente, una evaluación oficial de los impactos de la financiación otorgada por el Banco Mundial a industrias
extractivas (la Revisión de las Industrias Extractivas) llama al Banco a detener de inmediato la financiación de
proyectos de extracción de carbón y a eliminar progresivamente su apoyo a proyectos petroleros hasta su
eliminación final en 2008. Exhorta al Banco a exigir el consentimiento previo e informado de las comunidades
que resultarían afectadas por los proyectos mineros y petroleros, y la protección de los derechos humanos. Y
afirma que el Banco debe negarse a financiar prácticas ambientalmente destructivas como el vertido de efluentes
en ríos y océanos. El informe final, difundido recientemente en diciembre, criticó duramente los malos
antecedentes de las industrias extractivas en términos de desarrollo, derechos humanos y medio ambiente (el
informe completo se puede obtener en http://www.eireview.org ).
En el documento de la Revisión se recomienda que la adopción y el cumplimiento demostrado de principios
sobre derechos humanos deben ser un requisito previo para las compañías que solicitan apoyo del Grupo Banco
Mundial para las industrias extractivas, un requisito que sin duda constituye un problema para varias empresas -como Shell, Anglo-American, ChevronTexaco, y ExxonMobil-- que enfrentan investigaciones en procesos
judiciales por su papel en la violación de derechos humanos.
Como expresara Keith Slack de Oxfam America: "La Revisión ha hecho algunas recomendaciones fuertes
tendientes a abordar los problemas, pero la responsabilidad ahora está en manos del Banco. Todos estaremos
observando como James Wolfensohn y su equipo instrumentan estos cambios".
Mientras tanto, las comunidades y los pueblos en general continúan con su resistencia contra las fuerzas
globales que invaden sus vidas y les privan de sus tierra y sus formas de sustento, de sus alimentos, de su
pasado y de su futuro.
Artículo basado en información obtenida de “Good News: Recommendations for World Bank Policy Changes”,
“World Bank Official Review Advises: Respect Human Rights, Pull Out of Coal and Oil Financing”, Paula Palmer,
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Global Response, correo electrónico: [email protected] , http://www.globalresponse.org ; enviado por
Amazon Alliance, correo electrónico: [email protected] ; http://www.amazonalliance.org
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- ¡Ríos para la Vida! Declaración de Rasi Salai
Entre el 28 de noviembre y el 4 de diciembre de 2003, la Asamblea de los Pobres (Tailandia), International Rivers
Network (con sede en los EE.UU.) y la Red de Ríos del Sudeste Asiático (SEARIN), organizaron la Segunda
Reunión Internacional de Afectados por Represas y sus aliados, también llamada ¡Ríos para la Vida!
A la reunión asistieron más de 300 personas de 62 países, representando a afectados por represas, luchadores
contra represas destructivas y activistas en pro del manejo sustentable y equitativo del agua y la energía. Se
reunieron en un área que está siendo restaurada luego de haber sido inundada por una represa. Las compuertas
de la represa están ahora abiertas, el río fluye, los cultivos han madurado, los peces están comenzando a
retornar y la vida comunitaria está volviendo a ser tan vibrante como antes.
Los tailandeses afectados por represas están dando al mundo un ejemplo de determinación y lucha en la
defensa de sus vidas, ríos, territorios, culturas e identidades.
¡Agua para la vida, no para la muerte! El llamamiento hecho en la Primera Reunión de Afectados por Represas,
realizada en Curitiba, Brasil, en 1997, ha sido logrado en Rasi Salai, Tailandia.
La declaración completa de Rasi Salai está disponible (en inglés) en:
http://www.irn.org/programs/rasi/index.asp?id=031204.rasidecl.html
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