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Informe de evaluación de V&M Florestal Ltda. y Plantar S.A.
Reflorestamentos, ambas certificadas por el FSC
Indice:
INTRODUCCION
Capítulo 01: ALGUNAS CARACTERISTICAS DE LAS EMPRESAS
- V&M Florestal Ltda
- Plantar S.A. Reflorestamentos
Capítulo 2: EL PROCESO DE CERTIFICACION A TRAVES DE LA SGS Y SCS
- La composición del grupo de certificación y el contenido de la evaluación
- La participación de las partes interesadas en el proceso de certificación
- La lógica de los condicionamientos
- El acceso público al Resúmen Público (RP)
Capítulo 3: ACERCA DEL CONTEXTO SOCIAL, ECONOMICO Y AMBIENTAL DE LA
REGION
Capítulo 4: VERIFICACION DE LOS PRINCIPIOS Y CRITERIOS DEL FSC
Capítulo 5: CONSIDERACIONES FINALES
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
Siglas
(*) Autores de este informe y participantes del trabajo de campo:
- Marco Antônio Soares dos Santos André - Articulação do Semi-Árido (ASA) - Espírito Santo.
- Rosa Roldan - Assessora de Meio Ambiente do Central Único dos Trabalhadores (CUT) - Rio de
Janeiro.
- Fábio Martins Villas - Conselho Indigenista Missionário (CIMI) - Espírito Santo.
- Maria Diana de Oliveira - Geógrafa - Minas Gerais.
- José Augusto de Castro Tosato - Centro de Estudos e Pesquisas para o Desenvolvimento do
Extremo Sul da Bahia - CEPEDES - Eunápolis - Bahia.
- Winfried Overbeek - Federação de Órgãos para Assistência Social e Educacional - FASE- Vitória Espírito Santo.
- Marcelo Calazans Soares - Federação de Órgãos para a Assistência Social e Educacional - FASE Vitória - Espírito Santo.
Informe de evaluación de V&M Florestal Ltda. y Plantar S.A.
Reflorestamentos, ambas certificadas por el FSC
"Usted tolere, esto es el sertón. Unos quieren que no lo sea: que ubicado el sertón es por los campos
generales por fuera y por dentro, ellos dicen, fin del rumbo, tierras altas, más allá del Urucuia.
Tonterías. Para los de Corinto y Curvelo, entonces, ¿lo de aquí no es el sertón? ¡Ah, que es más
grande! El lugar sertón se difunde: es donde los pastos carecen de cerrojo”.
Guimarães Rosa, Gran sertón: Veredas
INTRODUCCIÓN
Con el objetivo de contribuir al perfeccionamiento de los principios y criterios que determinan un
“buen manejo” y con vistas a profundizar la discusión sobre el sistema FSC* de certificación de
bosques, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) solicitó dos estudios que
permitieran evaluar el manejo de plantaciones homogéneas certificadas por el FSC. Uno de los
estudios se realizó en Tailandia y el otro en Brasil. Se le dio especial atención al Principio 10, sobre
“plantaciones”, y a su especificidad en el conjunto de los demás principios referentes a bosques
propiamente dichos.
La idea de realizar estudios independientes de este tipo nació de una preocupación que hoy en día
comparten muchos movimientos y organizaciones socio ambientales del Sur y del Norte por la
certificación de millones de hectáreas de plantaciones uniformes y en gran escala de árboles en todo
el mundo. Para abastecer la desenfrenada demanda de productos madereros, muchos de estos grupos
socio ambientales han cuestionado la “sustentabilidad” posible frente a miles de hectáreas de un
cultivo único y uniforme. No sorprende que hayan surgido varias denuncias en contra de las
plantaciones empresariales certificadas desde que el FSC incluyó y aprobó el Principio 10 sobre
“plantaciones”. Pero para discutir sobre las mejoras en el sistema de certificación de plantaciones
dentro del FSC es necesario ofrecer, además de denuncias, más elementos. Es en este sentido que
surge la idea de un estudio que pretende mostrar los resultados de una evaluación de empresas
certificadas, partiendo de una mirada crítica de la realidad local donde operan dichas empresas. En
el caso de las plantaciones evaluadas en Brasil, utilizamos como documentos guía el Resumen y
Sumario Públicos (RP) de las Certificadoras, los Modelos Brasileños de Certificación FSC de
Plantaciones y los Principios y Criterios del FSC.
Por lo tanto, este estudio pretende aportar elementos para la discusión de la certificación de
plantaciones dentro del FSC. Aquí en Brasil decidimos evaluar a dos empresas: V&M Florestal
Ltda., que en enero de 1999 obtuvo a través de la SGS el sello FSC para todas sus unidades de
manejo: 235.886 hectáreas, 128.326 plantadas con eucaliptos. Además de esta empresa, evaluamos a
Plantar S.A. Reflorestamentos, que en dos etapas, entre 1998 y 2000, certificó por SCS un área de
13.287 hectáreas.
Durante una semana en octubre de 2002 escuchamos a las diferentes partes interesadas y visitamos
las áreas de las empresas en los distritos de Curvelo y Bocaiúva. Estudiamos el Resumen y Sumario
Públicos de la certificación y los Informes de Control. Conversamos con pobladores que viven cerca
de las zonas de las empresas, sindicalistas, trabajadores tercerizados, accidentados, jubilados,
despedidos, ediles, inspectores públicos, diputados del estado, técnicos, investigadores, académicos,
organizaciones no gubernamentales y representantes de entidades y organismos públicos regionales.
Consultamos la documentación disponible sobre la región, tesis académicas, acciones civiles
públicas e informes de las comisiones de investigación del Parlamento.
En el primer capítulo de este informe hacemos una breve descripción de las dos empresas tomando
algunas de sus características generales. En el capítulo 2, se hace una crítica a los procesos de
certificación de las dos empresas, tal como llevados a cabo por la SGS, en el caso de V&M
Florestal, y por SCS, en el caso de Plantar S.A. Reflorestamentos. A continuación, en el capítulo 3,
comentamos los Resúmenes Públicos y sus insuficientes enfoques del contexto histórico,
económico, social y ambiental del que participan dichas empresas. Asimismo, intentamos aportar
algunos elementos que no fueron considerados por las certificadoras, pero que son importantes en
dicho contexto. En el capítulo 4, registramos el incumplimiento por parte de las empresas de todos
los principios del FSC. Por último, están las consideraciones finales, la bibliografía y una lista de
siglas, además de los adjuntos.
Es importante señalar que no estamos autorizados a revelar el nombre de algunas personas
entrevistadas en este informe, ya que temían represalias por parte de las empresas. Sin duda, no
podríamos no respetar dichos pedidos y temores. En algunos casos, decidimos por cuenta propia
ocultar el nombre de la persona, debido a la seriedad de la denuncia y al poder de las empresas para
tomar represalias. Por lo tanto, registramos algunos nombres como entrevistado, poblador local y/o
sindicalista. Insistimos en que se trata de personas reales y que las mismas están a disposición del
FSC-Internacional, con la condición de que mantenga la reserva necesaria. Siempre y cuando lo
soliciten, estamos dispuestos a llevar a los representantes del FSC-Internacional para que charlen
con estas personas, como también para que conozcan los lugares que visitamos y describimos. Y,
por último, hacemos hincapié en nuestra preocupación y sorpresa por el miedo que sienten las
personas, porque tratándose de empresas certificadas esto no debería ocurrir.
Capítulo 01:
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LAS EMPRESAS
V&M Florestal Ltda.
V&M (Vallourec & Mannesman) Florestal Ltda. (en adelante llamada V&M), situada en la ciudad
de Curvelo (estado de Minas Gerais), fue fundada en el año 2000, tres años después de que la
empresa Mannesman Ltda., fundada en 1969 y con capital mayoritariamente alemán
(Mannesmanröhen-Werke AG), se asociara al grupo francés Vallourec para constituir la empresa
V&M Tubes situada en Europa. Su representante en Brasil es el Grupo V&M de Brasil, del cual
V&M Florestal Ltda. forma parte.
El principal objetivo de V&M es producir madera para obtener carbón vegetal. Cuando se fundó, el
objetivo de la compañía era sustituir el uso de carbón mineral en la siderurgia de V&M de Brasil en
Barreiro, Bello Horizonte. Hoy en día V&M de Brasil es autosuficiente en lo que atañe a su oferta
de carbón, suministrado por V&M, y produce anualmente cerca de 450 mil tubos de acero.
De acuerdo con los datos del Resumen Público (RP) de la certificación, V&M tiene 235.886
hectáreas de tierras en el estado de Minas Gerais en cuatro distritos diferentes, según la tabla a
continuación, que incluso indica el promedio de producción de carbón en cada distrito:
Zona
Superficie total (ha)
Superficie plantada (ha)
Promedio de producción de carbón (m3)
Curvelo
46.147
33.867
350.000
Bocaiúva
47.577
33.457
300.000
João Pinheiro
87.899
40.567
390.000
Brasilândia
54.263
20.435
240.000
Total
235.886
128.326
1.280.000
Fuente: Resumen Público (RP) de la certificación de V&M Florestal (SGS Forestry)
Las 235.886 hectáreas de la empresa se encuentran en 25 fincas con tamaños que van de las mil a las
36 mil hectáreas y, según la empresa, se utilizan terrenos de cultivo de 25 hectáreas en promedio. En
las zonas de cultivo, la compañía planta varios tipos de eucaliptos (E. camaldulensis, E. urophylla,
E. cloeziana, E. citridora, E. grandis y E. pellita). Recientemente los cultivos originales fueron
sustituidos por plantas clonadas que aseguran una mayor homogeneidad y productividad y aumentan
la eficiencia de dicha actividad, atendiendo a la política del nuevo dueño de la empresa, el Grupo
Vallourec, que pretende reducir anualmente los costos de producción entre un 10% y un 15%. Cada
finca, salvo dos más pequeñas, tiene una carbonería en su propio terreno. La producción de carbón
ha sido tradicionalmente realizada en pequeños hornos redondos denominados “rabo caliente” (ver
fotos 2 y 2a). En 1998, la empresa todavía tenía 1.500 hornos de este tipo, pero en el Resumen
Público (RP) de la SGS afirmó que estaba sustituyendo poco a poco estos hornos por grandes hornos
a los que llamaba “modernos” (ver foto 3), de los que ya había 300 en 1998, siguiendo la tendencia
de sustituir los hornos tradicionales. Una vez producido, el carbón es transportado a la fábrica de
V&M de Brasil recorriendo una distancia de 364 Km.
No hay datos concretos sobre el área de 107.560 hectáreas no plantada con eucaliptos. Según el RP
de la SGS, la empresa tiene cerca de 60 mil hectáreas de reservas nativas, aunque no se indica dónde
están ubicadas dichas zonas y falta diferenciar y especificar el resto de las áreas, como en las que ya
se plantó sin éxito el eucalipto y otras con forraje natural.
Debido al fracaso de las primeras siembras de eucalipto, la empresa decidió fundar su propio centro
de investigación completamente orientado a la investigación del cultivo de la especie eucalipto.
Durante todos estos años la empresa siempre ha tratado de bajar los costos para asegurar la
rentabilidad del negocio. Una estrategia que se volvió sobremanera eficaz es la automatización del
trabajo, por ejemplo, el uso de maquinaria en las actividades de extracción y transporte de la
madera. Una de estas máquinas sustituye a cerca de 70 motoserradores. La introducción de hornos
de carbón nuevos también dejó sin trabajo a la gran mayoría de los trabajadores de esta actividad.
Otra estrategia importante para reducir los gastos es la tercerización de las actividades de extracción
de la madera y producción del carbón, lo que aumenta la productividad del trabajo. Con todas estas
estrategias el número total de trabajadores ha disminuido considerablemente desde los años 1980 y,
al mismo tiempo, el número de tercerizados hoy en día supera muchísimo al número de empleados
fijos. Vea la siguiente tabla:
V&M Florestal
Empleados fijos
Empleados tercerizados
1998
(sin especificar)
(sin especificar)
1999
838
1.701
2000
726
1.619
2001
672
1.470
Fuente: Resumen Público (RP) de la certificación de V&M Florestal (SGS Forestry)
Total
3.000
2.539
2.345
2.142
La tercerización, que a menudo vuelve el trabajo precario, es combatida por la empresa mediante la
adopción de los llamados “modelos mínimos” que deben seguir las compañías tercerizadas. De
acuerdo con el RP, V&M también ha apoyado siempre las campañas en contra del trabajo infantil,
un problema en la zona y específicamente en las actividades de producción del carbón.
La empresa está instalando en todas las fincas corredores ecológicos de 25 metros de ancho con
vegetación nativa. Son 500 metros de eucaliptos entre un corredor y otro. Estos corredores
representan una importante arma de propaganda para la empresa, porque parece que es la única, de
las decenas de empresas del mismo sector que operan en Minas Gerais, que ha creado dichos
corredores.
Según el sitio Web de la empresa en la Internet (www.vmtubes.com.br), V&M “emplea a mano de
obra en el campo, lleva el desarrollo al interior de Minas Gerais e, inclusive, contribuye
considerablemente a la reducción del efecto invernadero”. Esto último lo dice porque utiliza carbón
vegetal en la producción de acero. Se considera que el carbón vegetal es una fuente de energía que
contribuye menos al calentamiento global que el carbón mineral.
Plantar S.A. Reflorestamentos
Plantar S.A. Reflorestamentos (en adelante llamada Plantar), fundada en 1967, es una sociedad
anónima de capital nacional cerrado y los accionistas son miembros de la familia Moura. El Grupo
Plantar se dedica a tres actividades distintas:
- prestación de servicios forestales a grandes empresas, principalmente del sector de la celulosa
(actualmente la empresa planta árboles en un área de más de 350 mil hectáreas en varios estados
de Brasil);
- siderurgia del hierro colado;
- plantación de eucaliptos en tierras propias.
La compañía tiene cerca de 15 predios, con un total de 280 mil hectáreas de tierras, y su actividad
principal es el cultivo de eucaliptos destinados a la producción de carbón para abastecer su propia
siderurgia. El manejo de los bosques en dichas tierras tiene las mismas características básicas que el
de otras empresas como V&M:
- se instaló en la misma época y, en parte, en las mismas zonas;
- opta por plantar monocultivos de una sola especie, el eucalipto (la empresa produce al año cerca
de 10 millones de plantas cada vez más clonadas);
- adopta ciclos de rotación de corta duración;
- sus actividades principales son la extracción de madera y la producción de carbón;
- prefiere tercerizar las actividades principales.
Recientemente la empresa empezó a producir carbón para asado, con gran aceptación en el mercado
interno.
A diferencia de V&M, en 1997 Plantar solicitó el certificado del FSC sólo para una parte de sus
plantaciones, o sea, en principio para 9.419 hectáreas en el municipio de Curvelo. En el año 2000 se
agregaron otras 3.868 hectáreas, totalizando 13.287 hectáreas, es decir, el 4,8% del área está
certificada. Esto representa un porcentaje mínimo si se lo compara con el área total de la empresa.
Los eucaliptos certificados sólo sirven para producir carbón para asado. En este sentido, la
certificación se vuelve una opción interesante para la empresa, ya que le asegura un aumento del
precio del producto vendido. Vale la pena señalar que, en el caso de Plantar, la certificación también
puede ser estratégica, dados los intentos concretos de la empresa de lograr que sus plantaciones se
reconozcan como Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), vendiendo los llamados “créditos de
carbono”.
Sin embargo, el hecho de que la compañía haya certificado solamente una pequeña parte de sus
cultivos no le impide difundir en su sitio de Internet (www.plantar.com.br) lo siguiente: “Sello verde
– este certificado asegura que nuestro bosque está bien manejado, de acuerdo con los principios y
criterios del FSC, es decir, es un bosque ecologicamente correcto, socialmente beneficioso y
económicamente viable”. Al parecer, según esta declaración, el certificado es válido para todos los
cultivos de la empresa, lo que no corresponde a la realidad.
Capítulo 02:
EL PROCESO DE CERTIFICACIÓN A TRAVÉS DE LA SGS Y SCS
En este capítulo pretendemos cuestionar algunos aspectos del proceso de certificación que llevaron a
cabo la SGS, en el caso de V&M, y SCS, en el caso de Plantar. Al analizar los Resúmenes Públicos
(RP), constatamos que las empresas certificadoras siguen ciertos pasos en su trabajo, o sea, hay una
determinada secuencia de actividades para las que utilizan manuales, listas de control, itinerarios y/o
metodologías definidas. Esto nos lleva a pensar que los problemas indicados tienden a ocurrir en
otras certificaciones realizadas por las empresas mencionadas. Veamos a continuación algunos
problemas que merecen destacarse.
La composición del grupo de certificadores y el contenido de la evaluación
En el caso de Plantar, el grupo de SCS estaba integrado por un especialista en Planificación y
Manejo de Recursos Forestales y por otro especialista en Planificación y Manejo Ambiental. Vale la
pena señalar que no había nadie del área social y/o económica en el grupo. Esto puede explicar,
aunque no justificar, por qué en el RP no se hace ningún estudio de la economía local, de la
situación de los trabajadores, de la situación de las comunidades locales y de otros aspectos que no
están directamente relacionados con las actividades de silvicultura en sí, pero que son sobremanera
importantes para evaluar los Principios y Criterios del FSC (vea también el capítulo 03). Asimismo,
los miembros del grupo de SCS no analizaron lo suficiente la historia ambiental de la zona desde el
violento proceso de destrucción de la vegetación nativa, sabanera, aun cuando se trataba de
especialistas en las áreas de Recursos Forestales y Manejo Ambiental.
En el caso de V&M, el grupo de la SGS está integrado por más personas (cinco miembros) y es más
equilibrado: un coordinador de la SGS-Qualifor, un ingeniero forestal, un experto en el área de
ecología, un sociólogo y un profesor universitario del área de silvicultura y medio ambiente. Aun
así, se lo puede criticar por lo mismo que al RP de SCS: carece de un estudio adecuado de la
socioeconomía local, de la situación de los trabajadores, de las comunidades locales y de la situación
ambiental de la zona.
La ausencia de estos estudios compromete seriamente una evaluación completa que tome en
consideración, de manera igualitaria, todos los principios y criterios formulados por el FSC para la
certificación de plantaciones forestales.
La participación de las partes interesadas en el proceso de certificación
El RP que refiere la evaluación para la certificación de la empresa V&M enumera a varias “partes
interesadas” con las que, según la SGS, “se realizaron encuentros y discusiones” (“meetings and
discussions were held”) (RP SGS: p. 30), sin comentar, al menos sucintamente, el resultado de
dichos encuentros y discusiones. Vale la pena señalar que durante nuestro trabajo de campo
escuchamos decir a los miembros de los sindicatos mencionados en la lista de “partes interesadas”
consultadas por la SGS que, con seguridad, no los habían tomado en cuenta durante el proceso de
certificación de 1998. Algunas personas de un sindicato específico afirmaron incluso que sólo
habían tomado conocimiento del hecho de que la empresa había obtenido el sello FSC durante las
reuniones en que discutieron el Acuerdo Colectivo, en la sede de la empresa en Curvelo, cuando
vieron cuadros publicitarios en la pared que hacían propaganda de la certificación de la empresa por
el FSC.
En lo que se refiere a Plantar, el RP afirma que “el grupo se puso en contacto con varias empresas
de prestación de servicios tercerizados por Plantar, líderes locales y ONGs”. Entre los “principales
contactos y comentarios” (RP SCS: 2.3, p. 4) menciona someramente el resultado de las reuniones
con una sola ONG (AMDA) y con un líder local (el intendente de Curvelo), ambos con una opinión
favorable a la empresa. No menciona a ninguna empresa de prestación de servicios entre los
“principales contactos y comentarios” (RP SCS: 2.3, p. 5). SCS afirma incluso que “no se puso en
contacto con el Sindicato de Trabajadores Rurales de la zona, porque no hay ninguno en actividad
en la ciudad de Curvelo” (RP SCS: 2.3, p. 6), sin más comentarios. El que no hubiera un sindicato
en ese lugar y momento es un dato sorprendente que SCS tendría que haber investigado a fondo,
incluso por el carácter inhumano de las actividades que realizan los trabajadores, como veremos más
adelante en este informe. Una iniciativa sencilla habría sido ponerse en contacto con la Federación
de Sindicatos de los Trabajadores Rurales de Minas Gerais (FETAEMG), en Bello Horizonte, o con
la federación que representa directamente a la clase trabajadora de las zonas de eucaliptos: la
Federación de Trabajadores de la Industria Extractiva de Minas Gerais (FITIEMG).
Asimismo, vale la pena señalar que algunos líderes y entidades importantes que nosotros
identificamos durante el trabajo de campo no figuran en las “partes interesadas” que presentaron la
SGS y SCS. Son ellos:
- el Ministerio Público (Federal) de Trabajo (MPT) de Bello Horizonte (MG), que hace años
investiga y procesa por actos ilícitos prácticamente a todas las empresas que participan en la
producción del carbón y practican la tercerización, incluso a V&M y Plantar;
- la Repartición Regional de Trabajo (DRT), que hace poco, en marzo de 2002, enjuició a unas 50
empresas, entre ellas a Plantar y V&M, por tercerización ilícita de mano de obra y por no
respetar el ambiente de trabajo;
- el Parlamento del Estado de Minas Gerais, que en los últimos 12 años instaló al menos 3
Comisiones Parlamentarias Investigadoras (CPI) para investigar las prácticas de las empresas de
forestación, incluso las de V&M y Plantar;
- la Federación de Trabajadores de la Industria Extractiva de Minas Gerais (FITIEMG), en Bello
Horizonte (MG), que representa y defiende los intereses de la categoría de los asalariados que
trabajan en las actividades de forestación y producción de carbón y que ha denunciado la
tercerización ilegal y el trabajo esclavo e infantil en las carbonerías de las empresas que plantan
eucaliptos;
- la Federación de Trabajadores de la Agricultura del Estado de Minas Gerais (FETAEMG), que
representa a los sindicatos de los trabajadores rurales de dicho estado;
-
-
-
-
la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) de Montes Claros (MG), una organización originaria de
la Iglesia Católica, muy respetada por defender los derechos del pueblo a la tierra. Siguió de
cerca la primera Comisión Parlamentaria Investigadora (CPI) que se instaló en 1994 en contra de
las empresas de forestación, incluso de V&M (en esa época Mannesman) y Plantar, que
comprobó la práctica de trabajo esclavo en los terrenos de las empresas;
el diputado estadual Rogério Correia, autor de la llamada Ley del Pequi (Ley 13965/01) que
fomenta el cultivo, la extracción, el consumo y la comercialización del pequi*, una fruta típica
de la zona de la sabana, además de otras frutas típicas;
el Centro de Agricultura Alternativa (CAA) de Montes Claros, que conoce a fondo los impactos
de la eucaliptocultura sobre la sabana y desarrolla con las comunidades locales actividades
orientadas a un uso sustentable de las regiones de sabana por parte de las comunidades locales y
verifica su sustentabilidad económica, social y ambiental;
la Universidad Estadual de Montes Claros (UNIMONTES), que desde la Ley del Pequi (Ley
13965/01) se convirtió en un centro de referencia con vistas a coordinar las investigaciones,
llevar un banco de datos, elaborar y difundir material didáctico, promover el rescate y la
valorización de la cultura local y otras actividades relacionadas con el pequi y demás frutos y
productos nativos de la sabana.
La lógica de los condicionamientos
Las dos compañías que les otorgaron el certificado del FSC a V&M y a Plantar adoptaron sistemas
parecidos para corregir el incumplimiento de un determinado criterio y/o principio del FSC por parte
de las empresas. La SGS utiliza los términos “Acción Correctiva Mayor” (ACMayor), que debe
adoptarse en el corto plazo (a lo sumo en unos meses), si no se inviabiliza la certificación, y “Acción
Correctiva Menor” (ACMenor), que también debe adoptar la empresa, aunque no inviabiliza la
certificación. A su vez, SCS utiliza el término “condicionamiento”, equivalente a la ACMayor de la
SGS, y el término “recomendación”, equivalente a la ACMenor de la SGS.
No queda claro cuál es la lógica de las certificadoras cuando optan por una ACMayor o una
ACMenor, por un condicionamiento o una recomendación. En el caso de V&M, el que no hubiera un
relevamiento de la fauna, y por ende un plan de control, mereció de la SGS una ACMayor. El hecho
de que la empresa no hubiera adoptado ninguna actitud en relación con el despido en masa de sus
trabajadores en los últimos 15 años, contribuyendo a una alarmante situación de desempleo en la
región, mereció de la SGS una ACMenor. A juzgar por este ejemplo, el problema del desempleo es
menos importante, aunque el mismo FSC afirma, por una parte, que “las actividades de manejo de
bosques deben asegurar o ampliar, a largo plazo, el bienestar económico y social de los
trabajadores forestales y las comunidades locales” (FSC: p. 4) y, por otra parte, sostiene que “las
actividades de manejo deben incluir la investigación y la recolección de datos necesarios para
controlar, lo menos posible, los siguientes indicadores: [...] c) la composición y los cambios
constatados en la flora y la fauna” (FSC: p. 8.c2). En ningún momento el FSC aclara lo que sería
más o menos importante: el cuidado de la flora y la fauna en sus áreas o el cuidado de los miles de
ex trabajadores que la empresa despidió en los últimos 15 o 20 años.
Por último, lo que llama la atención –a ello nos referiremos luego en este informe– es que al parecer
nada impide la certificación. Cuando en el caso de V&M la SGS constató que no había un plan de
manejo de las zonas no cultivadas (¡el 45% del área certificada!), bastó con que V&M presentara un
programa de relevamiento de la flora y la fauna de la zona y, basándose en él, elaborara un plan de
manejo para no atrasar o al menos no dejar sin efecto la certificación. En la práctica, por lo que
atañe a este y a muchos otros aspectos fundamentales, a la empresa le lleva años adecuarse a los
Principios y Criterios del FSC. En muchos casos de acciones que la SGS le exigió a V&M, bastó
con que la compañía presentara planes o programas sin evidencia de acciones concretas,
controladas, que corrigieran de veras los problemas de inadecuación de la empresa. En el caso del
desempleo mencionado anteriormente, la ACMenor que le exigía a la empresa un apoyo concreto
para generar empleos alternativos quedó sin efecto en el primer control, sin que se hubiera
constatado la generación de un solo empleo alternativo (vea el capítulo 04 - Principio 05: Beneficios
del bosque). Es más, hay otros ejemplos en el informe. En este sentido, vale la pena preguntarse:
- ¿se puede certificar una empresa basándose en una “adecuación” que depende de una serie de
condiciones y recomendaciones cuya cantidad a su vez depende del total de problemas
constatados?;
- ¿de qué sirve imponer condiciones y recomendaciones si no se las controla lo suficiente y si no
se les exige evidencias concretas de haber solucionado los problemas?;
- ¿no debería haber evidencias reales de que las empresas acataron todos los principios y criterios
del FSC antes de otorgarles el certificado del FSC?
El acceso público al Resumen Público (RP)
Ninguna de las “partes interesadas” que visitamos tenía conocimiento del Resumen Público (RP) de
la SGS, sobre V&M, y de SCS, sobre Plantar. En esa “lista” están los sindicatos que la SGS
enumeró como entidades consultadas durante el proceso. Además, hay una falta de información
general sobre qué es el FSC, es decir, qué significa este tipo de certificación de bosques.
Aparte de eso, antes de realizar nuestro trabajo de campo constatamos que el RP, o sea, el primer y
el segundo control de la SGS referente a la certificación de V&M sólo estaban disponibles en inglés
en la página Web de la SGS-Qualifor en la Internet. Sólo el informe del tercer control de diciembre
de 2001 de pronto aparece en portugués, ¡el idioma oficial de Brasil! Esto significa que la SGS no
puso a disposición el RP de la certificación en portugués en el medio de comunicación hoy en día
más indicado para publicar y difundir algo (la Internet), dificultando aún más el acceso público a las
informaciones que llevaron a certificar las plantaciones de V&M, principalmente el de algunas
“partes interesadas” sobremanera importantes como los sindicatos, en un país donde poquísimas
personas dominan el inglés.
Destacamos que, a diferencia de la SGS, SCS puso a disposición en la Internet una versión en
portugués de la certificación de Plantar, inclusive con comentarios sobre las visitas de control. Sin
embargo, vale la pena señalar que el informe que publicó es más conciso que la versión sobre V&M
que la SGS puso a disposición en inglés.
Capítulo 03:
ACERCA DEL CONTEXTO SOCIAL, ECONÓMICO Y AMBIENTAL DE LA REGIÓN
Un enorme vacío en los “resúmenes públicos” de las certificadoras del FSC (SGS y SCS) tiene que
ver con la contextualización socioeconómica general del territorio donde se encuentran las unidades
de manejo certificadas, ya sea de Plantar o de V&M. Faltan referencias aunque sea mínimas a la
población del lugar, en el entorno o rodeada por los cultivos, a su dinámica espacial y su
temporalidad histórica. Es imposible evaluar los impactos reales de los monocultivos de eucaliptos
sobre la naturaleza y la sociedad regional, rural o urbana, sin una contextualización aunque sea
mínima que haga posible las referencias interpretativas.
¿Cómo evaluar los impactos de las plantaciones sin un recorte temporal y comparándolo con lo que
había antes? ¿Cómo medir beneficios y perjuicios, a no ser inscribiéndolos en el tejido
socioeconómico regional, comparándolos con los de otros sectores, culturas y usos de la tierra?
¿Cómo calcular la viabilidad económica de los proyectos de manejo certificados sin un estudio más
detallado de las políticas públicas del gobierno central, estadual y municipal, de los incentivos
fiscales, de las líneas de crédito, financiación, exoneraciones, investigaciones y todas las inversiones
del Estado?
El Resumen Público de la SGS de enero de 1999, por el que se certifica a V&M, le dedica algo así
como tres párrafos al tema “contexto”, al referirse a la Historia del Uso (p. 5) y a los Aspectos
Sociales (p. 7).
Sobre la historia del uso de la tierra el informe sólo dice:
“La zona de plantaciones de MAFLA (léase V&M) está constituida por muchas fincas pequeñas
esparcidas por una zona grande. La mayoría de las fincas han sido plantadas con eucaliptos hace
tiempo, con muchos terrenos replantados luego de tres rotaciones. La compañía les compró las
fincas a estancieros que en general habían despejado el terreno para forraje o para plantar
eucaliptos” (RP SGS: p. 5). (“MAFLA’s (léase V&M) plantation area is made up of many small
farms (fincas) scattered over a large area. Most of these farms have been planted with eucalyptus
for some time, with many areas already being replanted after three rotations. The farms were
purchased by the company from farmers who had generally cleared the land for pasture or
planted eucalyptus.”). (RP SGS: p. 5)
Con un discurso generalizador e impreciso –plagado de palabras como “muchas” (many), “grande”
(large), “la mayoría” (most), “hace tiempo” (some time), “en general” (generally)–, el resumen no
permite hacer una interpretación más cuidadosa de la historia real del uso de la tierra, ya que carece
de referencias espaciales, temporales y cuantitativas. Falta información básica, ya sea sobre el micro
o el macroterritorio regional: la dinámica de las zonas rurales, la sociedad que vive alrededor de las
plantaciones, sus organizaciones e instituciones, las comunidades tradicionales, los pueblitos, el
éxodo rural, la agricultura familiar, los pastos comunitarios, la importancia de las especies de la
sabana para la medicina, la culinaria, la artesanía, la construcción de viviendas.
Sobre los aspectos sociales, el informe se limita a decir que:
“Debido al carácter sobremanera disperso de las plantaciones, hay varias comunidades dentro del
área cubierta por las plantaciones de MAFLA (léase V&M), incluso Curvelo, João Pinheiro,
Bocaiúva, Brasilândia, Paraopeba y otras comunidades más pequeñas.
Gran parte de la zona es agrícola, aunque hay una gran central hidroeléctrica. Mannesman es un
empleador importante y contribuye considerablemente a la recaudación local de impuestos” (RP
SGS: pp. 7-8).
(“Due to the very dispersed nature of the plantations, there are several communities within the
area covered by MAFLA’s (read: V&M) plantations including Curvelo, João Pinheiro, Bocaiúva,
Brasilândia, Paraopeba and other smaller communities.
The area is largely agricultural, although there is a large hydro-eletric power station. Mannesman
is an important employer and also contributes significantly to local tax revenues.”) (RP SGS: p.78)
Sobre las zonas urbanas, las ciudades y distritos alrededor de las plantaciones donde viven los
trabajadores carboneros y sus familias, los lugares que concentran la “infraestructura” de la “polis”,
las policlínicas, las escuelas, las iglesias, las diferentes asociaciones civiles, los locales de los
sindicatos, la artesanía y el pequeño comercio orientado al mercado local, las fiestas y las fechas
más importantes con gran concentración popular – ¡sobre todo esto no hay ninguna referencia!
¿Cuáles son los problemas principales de la comunidad? Nada de todo esto mereció una sola palabra
de la auditoría, quizá ni siquiera su atención, cuando estuvieron allí.
El resumen público que escribió SCS en 1998 cuando certificó a la empresa Plantar mantiene el
mismo silencio sobre la caracterización del contexto socioeconómico de la zona. Los cinco párrafos
dedicados al contexto regional (artículo 1.4 Caracterización del contexto ambiental y
socioeconómico) se limitan a hacer un análisis superficial de Brasil en general, comentan la ley
forestal de 1965, un renglón sobre los incentivos fiscales de 1967 a 1988, el Instituto Estadual de
Bosques (IEF) de Minas Gerais y el IBAMA. Ubica por coordenadas y altitud el municipio de
Curvelo, donde están las plantaciones, e incluso clasifica la vegetación original. ¡Y eso es todo!
Es muy poco como para que el FSC pueda interpretar de manera suficiente el contexto en el que se
encuentran las plantaciones. Los resúmenes públicos y los informes de control dicen más por sus
lagunas y omisiones que por lo que en ellos está escrito. Una prueba de ello es que en ninguno se
menciona la larga lucha del Ministerio Público (Federal) de Trabajo (MPT) en contra de la
tercerización ilegal en varias empresas que plantan eucaliptos, ya sea para producir carbón o
celulosa, entre ellas V&M y Plantar, sorprendidas en flagrante infringiendo explícitamente la ley.
Las auditorías que se realizaron no escriben un solo renglón sobre los procesos judiciales de la
Repartición Regional de Trabajo (DRT) de marzo de 2002, cuando se controlaba el trabajo esclavo y
el trabajo infantil y las dos empresas fueron citadas otra vez. Los resúmenes tampoco dicen nada
sobre las Comisiones Investigadoras (CPI) instaladas en los últimos ocho años en el Parlamento de
Minas Gerais, donde las dos empresas también fueron mencionadas. ¡Vaya!, ¿se puede ignorar estos
“hechos”? ¿Y toda la movilización de la gente, los técnicos, los promotores, sindicatos, inspectores,
delegados, diputados, senadores y periodistas? – porque de 1998 a 2002 el tema se planteó varias
veces en los principales diarios, canales de televisión y radios de Minas Gerais. ¿Cómo pasar por
alto todo esto durante todos estos años de sucesivos controles y evaluaciones? El desconocimiento
de las certificadoras del contexto político de dicho estado trabó el acceso a informaciones básicas
sobre el territorio donde están ubicadas las unidades de manejo forestal. Incluso informaciones de
“dominio público” pasaron desapercibidas en las auditorías del FSC, lo que puede acarrearle serias
consecuencias al “mensaje” que el sello trasmite a sus consumidores finales, de que se trata de un
producto “económicamente viable, socialmente justo y ambientalmente adecuado”.
El informe de la SGS sobre V&M, quizá por precaución, llega a hacer dos comentarios sobre estos
“hechos”, uno sobre “el desempleo y la tercerización” que practica la empresa –vinculándolos a la
dinámica internacional de la globalización– y otro afirmando la postura “pro activa” de dicha
compañía en lo que se refiere a la erradicación del trabajo infantil. El resumen de SCS sobre Plantar
ni siquiera toca el asunto, como si nada pasara alrededor de la empresa o incluso dentro de ella. En
este sentido, la desinformación de las auditorías es inexplicable: el orden del día del Parlamento, las
acciones del MPT y de la DRT, la movilización de la sociedad civil, todo esto estaba en las páginas
de los diarios y era uno de los temas más comentados antes, durante e incluso después de las
evaluaciones certificadoras. ¡Cómo es posible que todo esto no haya merecido ni una pizca de
atención o al menos unas palabras? Las fechas no mienten. ¡Todos estos procesos son simultáneos!
Mientras se evaluaba, se certificaba y se controlaba a dichas empresas, la ilegalidad de sus
operaciones era pública y notoria.
La ausencia de una lectura atenta del universo socioeconómico donde se encuentran las plantaciones
y la falta de contextualización impiden evaluar de manera certera los impactos reales de los
monocultivos de eucaliptos sobre la sociedad y el medio ambiente de la región. Los informes son
reveladores de una interpretación subjetiva de los auditores, desde la misma elección de lo que se
pretende abarcar y los temas prioritarios a ser analizados, la elección de interlocutores acríticos,
hasta la visita de campo guiada por un horizonte interpretativo de lo más estrecho, ya que carece de
referencias temporales y espaciales del territorio.
Exigimos de nosotros mismos dedicar una parte de este informe a esa sabana tan olvidada por el
poder público regional como desdeñada por los auditores de la certificación. Es a partir de un
estudio profundo de los ecosistemas nativos y su uso local que los auditores tendrán elementos para
evaluar no sólo los impactos de la eucaliptocultura, sino también la “adaptación” de los
monocultivos de eucaliptos en gran escala a su ambiente.
De acuerdo con la Base de Datos Tropical (1995) que difundió la Universidad de Brasilia, la sabana
es el segundo bioma más grande de América del Sur, con 200 millones de hectáreas, y ocupa una
cuarta parte de la superficie de Brasil. Hay varios tipos de sabana: la sabana tupida (bosque espeso y
cerrado con árboles de 8 a 15 metros), la sabana (bosque abierto con árboles de 5 a 8 metros), el
campo sabana (formación arbustiva abierta), el campo sucio (pastos con ocasional presencia de
arbustos) y el campo limpio (pastos con poca o ninguna formación arbustiva o presencia de árboles).
En los últimos años ha crecido considerablemente el número de investigaciones sobre este bioma
desconocido que tiene una biodiversidad sorprendente. Tiene cerca de 10 mil especies de árboles y
plantas, 195 de mamíferos, 780 de peces, 180 de reptiles y 113 de anfibios. La sabana está en
peligro porque fue invadida por la agricultura y la silvicultura (plantaciones de eucaliptos y pinos en
gran escala) y por la expansión urbana en algunas zonas. Sólo en Minas Gerais, cerca de la mitad de
este bioma fue destruido en los últimos treinta años. La expansión de la frontera agrícola ha
contribuido al surgimiento de nuevas plagas y enfermedades en dichos monocultivos, según una
investigación de la Universidad de Brasilia sobre los cambios en la comunidad de los fitonematoides
producidos por la conversión de ecosistemas naturales en ecosistemas plantados con eucaliptos,
pinos, soja y arroz. Eso explica la necesidad de un uso intensivo de agrotóxicos, para garantizar la
productividad de las plantaciones forestales en las zonas de sabana si se opta por monocultivos. De
acuerdo con un relevamiento de la Universidad de Brasilia, la sabana ofrece varios tipos de
servicios, ya que tiene especies de árboles maderables (130), plantas alimenticias (65), textiles (24),
corcheras (18), productoras de aceites y grasas (29), medicinales (170), utilizadas para la artesanía
(32), apícolas (167) y centenares de especies con potencial forrajero. Hay que estudiar más a fondo
estos datos y completarlos, según varios investigadores de dicho bioma (Universidad de Brasilia,
2001).
Una investigación realizada por Carlos Alberto Dayrell en Riacho dos Machados, zona de sabana
cercana a Montes Claros, muestra cómo con el correr del tiempo las poblaciones locales han
aprendido a convivir de manera sustentable con la sabana:
“La diversidad de la flora nativa también es de importancia capital para los geraizeiros (léase
habitantes de la sabana). Como vimos, las actividades extractivas contribuyen con hasta un 42%
de la producción anual bruta y proporcionan, además de los ingresos externos que genera la
comercialización de algunos productos, alimentos ricos en vitaminas, minerales y proteínas,
aceites comestibles, jabones, remedios, plantas medicinales, maderas, etc. Asimismo, al estudiar
los agroecosistemas familiares típicos, vimos cómo usan con cierta frecuencia de 26 a 78
especies de plantas nativas distintas. Una de las familias investigadas demostró conocer 141
plantas diferentes: su uso (alimenticio, medicinal u otros), su ubicación más común en el paisaje,
la forma de reproducción (con semillas o por rebrote) y, en muchos casos, el mes en que florecen
o se cosechan los frutos (1)” (Dayrell, 1998).
La Red Sabana de Organizaciones No Gubernamentales, un grupo de entidades y movimientos que
luchan por la supervivencia de este bioma, defiende el reconocimiento de la sabana como
“Patrimonio Nacional”, al igual que la Mata Atlántica y la Amazonia, en acatamiento a la Agenda
21 y a la Convención sobre Biodiversidad. Asimismo, con vistas a asegurar un uso sustentable de la
sabana, la Red defiende la instrumentación de Reservas Extractivas y Asentamientos
Agroextractivos.
Capítulo 04:
VERIFICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS Y CRITERIOS DEL FSC
PRINCIPIO 01: Obediencia a las leyes y principios del FSC
El manejo de bosques debe respetar todas las leyes aplicables al país donde se realiza, los
tratados internacionales y los acuerdos firmados por dicho país y obedecer todos los Principios
y Criterios del FSC.
El manejo de bosques de las empresas V&M y Plantar ha infringido clara y constantemente las leyes
brasileñas y algunos de los tratados internacionales firmados por Brasil, como las Convenciones de
la OIT y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Es una
conclusión unánime a la que llegó el grupo luego de realizar el trabajo de campo alrededor de las
plantaciones de las empresas e, incluso, por los relatos y la documentación de diversas fuentes que
se recogió en Bello Horizonte.
En lo que respecta a las leyes de trabajo, las prácticas ilegales de las dos empresas han sido
minuciosamente relatadas y registradas en los informes de la Comisión Investigadora del
Parlamento (CPI) (Informe final del 11 de junio de 2002), en los procesos formados por el
Ministerio Público Federal de Trabajo (MPT) de junio de 2002 y en las acciones de control y
procedimientos de la Repartición Regional de Trabajo (DRT) realizados del 11 al 23 de marzo de
2002. De acuerdo con el informe final de la CPI (2002), “cerca de 40 inspectores entraron en
acción”. Tanto V&M como Plantar fueron investigadas, sorprendidas en flagrante y mencionadas en
este conjunto de documentos como empresas que practican una “tercerización que degrada” las
condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores carboneros, a quienes subemplean mediante una
tercerización ilegal. Según el MPT, y citando la jurisprudencia específica,
“el carácter consultivo de la actividad confiada a un tercero es un elemento fundamental de la
legalidad de la tercerización, ya que la empresa no puede negarse a realizar el negocio para el
cual se constituyó, so pena de considerarse fraudulento el contrato social y de traspasar a otros el
riesgo inherente a la actividad empresarial” (MPT, 2002).
La Comisión Investigadora del Parlamento (CPI) instalada el 23/09/2001, cuyo informe final está
fechado el 11/06/2002, también señala incontables irregularidades tanto de V&M como de Plantar,
entre otras 42 empresas de “reforestación”. Son crímenes relacionados con el proceso de
tercerización, la precariedad de la relación laboral, las pésimas condiciones en que se trabaja, el
trabajo esclavo e infantil y la deforestación de la sabana. Es importante señalar que esta es la tercera
CPI formada por los diputados de Minas Gerais, que desde 1994 produjeron (con la ayuda directa
del Ministerio Público, de la DRT y de los sindicatos de los trabajadores rurales) un amplio
conocimiento sobre el sector. El 16 de mayo de 1994 se instaló la “Comisión Investigadora del
Parlamento para investigar en un plazo de 120 días la existencia de esclavitud por deudas de
trabajo en la deforestación y producción de carbón vegetal en el norte de Minas Gerais”
(Parlamento, 2002). El 29 de junio de 1995 se instaló otra comisión para tratar el mismo asunto.
Luego, el 19 de agosto de 1995, se instaló otra comisión más “para investigar las denuncias en
contra de la llamada ‘mafia del carbón’ que opera principalmente en el norte de MG” (Parlamento,
2002).
Ante tanta presión de la sociedad civil de Minas Gerais, de los sindicatos de los trabajadores rurales,
de parlamentarios, promotores públicos e inspectores del Ministerio de Trabajo, las empresas se
vieron obligadas a firmar un “Trato de Ajuste de Conducta” que “suprime la figura del contratista”.
Algunas empresas firmaron el trato; sin embargo, según el promotor, V&M es una de las que no
quisieron firmar el “trato” y que se negaron a cambiar su postura ilegal en lo que respecta a las leyes
de trabajo. Incluso las empresas que firmaron el “trato de ajuste” fueron sorprendidas en flagrante
incumpliendo el acuerdo; esa fue una de las razones por las que se instaló la última CPI, que terminó
su trabajo este año, 2002, con otro informe contundente: “tercerización fraudulenta, crímenes en
contra de la organización del trabajo, destrucción ecológica, remuneración infame, deterioro de las
condiciones de trabajo, jornada de 12 horas, las horas in itinere nunca se pagan, problemas de
columna, hipertensión, enfermedades pulmonares, envejecimiento precoz causado por las
condiciones de trabajo insalubres”, problemas de “alojamiento de los trabajadores, higiene, agua
potable, alimentación, transporte” e incluso una “lista negra”, contra todas las ordenanzas de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la libertad de organización sindical.
Asimismo, se infringe los Derechos Económicos, Sociales y Culturales –el derecho al desarrollo, al
agua, a la tierra–, como veremos luego en este informe. Los principios y criterios del FSC, de la
manera que la SGS y SCS los interpretan y aplican, han sido objeto de marketing y propaganda por
parte de las empresas, como si el sello las volviera “inmunes” a las leyes brasileñas y a los tratados
internacionales que firmó Brasil.
Por lo que atañe a las leyes ambientales, V&M y Plantar desacatan abiertamente una de las normas
principales de la ley ambiental brasileña, la resolución CONAMA 001/86, que les exige a empresas
de ese tamaño permisos para los que tienen que presentar un EIA/RIMA (ver también el Principio
06).
PRINCIPIO 02: Derecho y responsabilidad de tenencia y uso
La tenencia a largo plazo y el derecho de uso de la tierra y de los recursos del bosque deben
definirse claramente, registrarse y legalizarse.
No se pudo hacer un amplio relevamiento notarial en la región que permitiera corroborar el
derecho de tenencia y uso a largo plazo del territorio que manejan las empresas V&M y Plantar.
Sin embargo, muchos interlocutores con los que hablamos cuestionaron el hecho de que las “tierras
restituidas”* hubieran sido ocupadas en toda la zona por una serie de empresas que plantan
eucaliptos, entre ellas V&M y Plantar. Dichos “contratos” entre compañías de reforestación y el
Estado de Excepción estarían por expirar, por lo que se comprometería la aparente “estabilidad
agraria” de la región. El grupo incluso constató claras evidencias de “conflictos” con algunos
vecinos por la propiedad y los derechos tradicionales de uso y tenencia.
De acuerdo con el material de las entrevistas que les hicimos a profesores universitarios de la
UFMG, a técnicos de ONGs e investigadores de la región norte de Minas Gerais, e incluso según la
bibliografía consultada y los incontables testimonios que recogimos en las cercanías de las
plantaciones y en las ciudades de Curvelo, Bocaiúva y Montes Claros, la mayoría de los territorios
del norte de Minas Gerais eran tierras del Estado, o sea, “tierras restituidas” y arrendadas a largo
plazo, aproximadamente 20 años, a empresas plantadoras de eucaliptos en los años 1970 y 1980. El
recuerdo de las personas mayores, que eran jóvenes en las décadas de los 60, 70 y 80, apunta a las
acciones de “RuralMinas”, que controlaba el sistema de conversión de “tierras restituidas” en tierras
“reforestadas”. No se conoce con seguridad la escala ni la extensión de las “tierras restituidas” en el
conjunto del territorio que hoy tienen y usan las empresas de eucaliptos en MG, cerca de 2 millones
de hectáreas. Algunos de los testimonios que recogimos durante el trabajo de campo hablan de cifras
elevadísimas: entre un 80% y un 90% de las tierras de dichas empresas serían tierras cuya tenencia
original era del Estado y de uso tradicional de la sociedad de Os gerais*. Es la sabana “sin
tranqueras” del escritor João Guimarães Rosa.
Según el informe final de la CPI,
“En estas regiones (norte, nordeste y noroeste de MG) estarían las áreas más grandes de tierras
restituidas. Mediante préstamo o arrendamiento para reforestación y producción de carbón el
Estado otorga gran parte de estas tierras a grandes empresas siderúrgicas. Asimismo, de acuerdo
con los datos del IEF, actualmente hay más de dos millones de hectáreas plantadas con
eucaliptos. Sólo una cuarta parte del área se plantó con recursos de las empresas. Por lo tanto, la
mayoría, o sea, un millón y medio de hectáreas obtuvo financiación proveniente de incentivos
fiscales ofrecidos hasta 1986”. En dicho relato la CPI escribe: “Detrás de estos crímenes
horripilantes están los grandes empresarios de las siderúrgicas y los productores de celulosa y
papel” (Parlamento, 2002).
Sobre el mismo tema, “tierras restituidas en Minas Gerais”, la revista ISTOÉ publicó el 15 de julio
de 1998 un largo artículo titulado “Unos sí, otros no. Área de 265,1 mil hectáreas, que tendría que
haber sido devuelta al Estado, demuestra que la política agraria en Brasil es una para los sin tierra
y otra para las empresas”. Según los periodistas Alan Rodrigues y Luiza Villaméa, “hace dos años
el gobierno de Minas Gerais tendría que haber recibido 23,6 mil hectáreas de las 265,1 mil que
arrendó desde 1975 a 19 reforestadoras del norte de Minas y del Valle del Jequitinhonha”. Según
dicho artículo, gran parte de los contratos firmados por las empresas y la dictadura en la década del
70 estarían por expirar entre 1998 y 2002. De acuerdo con ISTOÉ,
“... las empresas ignoran el compromiso que firmaron, de crear distritos forestales a cambio de
incentivos fiscales. No cumplieron con su parte y, aparte de no devolver las tierras que
explotaron durante más de dos décadas, ahora intentan incorporarlas a su patrimonio basándose
en la ley de usocapião que otorga el inmueble al que lo explota durante 20 años consecutivos”
(ISTOÉ, 1998).
Algunas familias de trabajadores rurales sin tierra esperan que “el Estado recupere las tierras
restituidas para poder asentarse y asegurar su derecho a la tierra, al trabajo e ingresos”.
Las auditorías de evaluación para la obtención del certificado del FSC realizadas por la SGS y SCS
en V&M y Plantar respectivamente hicieron caso omiso de dicha información y sus informes no
pueden garantizar, con total seguridad, que ambas empresas no tienen nada que ver con la ocupación
de tierras restituidas. Los resúmenes públicos de V&M y Plantar sólo señalan que estas compañías
tienen la “tenencia” de la propiedad, pero no dicen nada sobre el origen de dicha tenencia y su
relación directa con las “tierras restituidas”. También guardan silencio sobre las incontables políticas
e incentivos del mismo gobierno central y estadual, que durante la dictadura militar promovieron la
ocupación insustentable de la “sabana”.
Algunos pobladores locales sostienen que en la zona donde V&M se instaló la mayoría de las tierras
eran restituidas. Mencionan como ejemplo la finca Pé do Morro, que tenía 5 mil hectáreas de tierras
y hoy día está en manos de V&M Florestal. En el caso de las empresas de reforestación como V&M
Florestal, la ocupación de tierras restituidas significa que no tienen la tenencia real y legal de dichas
áreas, al contrario de lo que afirma el RP. Según los pobladores, estas tierras incluso deberían volver
a manos de las comunidades locales al terminar el contrato. Según lo que dijeron varias personas
entrevistadas, el contrato implica que las compañías le pagan al estado de Minas Gerais una suma
determinada que, a su vez, se invierte en la promoción de la eucaliptocultura en dicho estado. ¡Un
contrasentido!
Cerca de la finca Pé do Morro, en Bocaiúva, nos encontramos con dos lugareños que tienen
problemas de tierra con la empresa. Al primero V&M le invadió un área de 57 hectáreas en los años
1980. La empresa ya plantó y cortó eucaliptos dos veces. Él no acepta la ocupación de su terreno y
deja que el ganado entre en la zona en disputa. El otro terreno es de un productor rural que insistió
en que no quería que se lo identificara porque temía que la empresa lo persiguiera. Afirmó que casi
todos los gerentes de la compañía lo habían ido a visitar. Este poblador dijo también que todas las
tierras de los alrededores eran restituidas y que la empresa le había comprado al Estado el derecho
de tenencia y luego se las compró uno a uno a los ocupantes de las tierras restituidas. En su caso,
dijo que no perdió, pero que la empresa alambró cerca de 120 hectáreas. Dijo que la enjuició y que
logró recuperar una parte, pero que no la toca por ser sabana. Dijo incluso que hay más conflictos de
este tipo en la zona, como luego confirmaron los testimonios de otros vecinos. Quieren llevar el
ganado a las plantaciones de las empresas en sus tierras, pero dicen que temen que el ganado se
muera, ya que hubo casos de muerte del ganado debido a la aplicación de agrotóxicos en las
plantaciones de eucaliptos.
PRINCIPIO 04: Relaciones comunitarias y derechos de los trabajadores
Las actividades de manejo de bosques deben asegurar o ampliar, a largo plazo, el bienestar
social y económico de los trabajadores forestales y las comunidades locales.
El trabajo de campo, los testimonios de trabajadores fijos de Plantar y V&M, las entrevistas con
trabajadores tercerizados, jubilados por invalidez, ex trabajadores despedidos, la visita a los barrios
de la periferia urbana de Curvelo y a la casa de las familias carboneras, además de los documentos
obtenidos durante el trabajo de campo, el informe de la CPI, la acción civil del MPT, los informes
de la DRT y las entrevistas con el procurador, los diputados y sindicalistas, todo esto no deja lugar a
duda. El trato que reciben los trabajadores directos e indirectos de V&M y Plantar (y sus familias,
habitantes de la periferia urbana) dista mucho de lo que el FSC sostiene en sus principios y criterios,
dista mucho incluso de las leyes de trabajo brasileñas.
En lo que respecta a los alrededores de las plantaciones empresariales, se han constatado incontables
conflictos principalmente entre familias de pequeños agricultores rurales y las empresas, ya sea por
problemas agrarios, límites de las fincas, el uso de agrotóxicos, por el desvío de caminos
tradicionales o por lo que hace a la gestión de los recursos hídricos. En cuanto a las áreas urbanas,
las estrategias de las empresas, que tercerizan, eliminan muchos empleos y generan pocos
impuestos, terminan por causar efectos negativos en el conjunto de la economía urbana. Por lo tanto,
el bienestar social y económico de los trabajadores carboneros y las comunidades locales no ha sido
asegurado ni ampliado por las empresas en estudio. Por lo que hace a este principio, es evidente que
la certificación no satisface uno de sus roles principales: diferenciar lo sustentable.
Las relaciones comunitarias
En Curvelo, por ejemplo, un municipio donde las empresas V&M y Plantar instalaron plantaciones
de eucaliptos, una simple ojeada a la historia de la región, a sus zonas rurales y periferias urbanas,
permite constatar que antes de la llegada de las compañías de eucalipto-carbón, antes de los años
1960, había una cantidad considerable de pequeñas y medianas industrias en el área urbana que
utilizaban productos de la sabana como materia prima: fábrica de pastas, de aceite de ricino, de
cuero y curtiembre, de sillas de montar, de zapatos, fábrica de licor y otros derivados del pequi,
fábrica de aceite de algodón, textiles, fábricas de golosinas y caramelos. En la zona rural integrada a
la sabana, en ese territorio sin tranqueras, se plantaba principalmente arroz, frijoles y maíz y se
practicaba la ganadería lechera y cárnica tradicional. En ese entonces Curvelo tenía una población
de aproximadamente 15 mil habitantes urbanos.
La llegada de los monocultivos de eucaliptos, haciéndose de tierras restituidas, concentrando y
alambrando los campos, talando la sabana, compitiendo con la agricultura y la ganadería y
desterrando a los campesinos, terminó por liquidar las bases sobre las que se asentaba la economía
tradicional de la región. Las industrias que beneficiaban la materia prima de la sabana fueron a la
quiebra. La crisis del pastoreo destruyó la microeconomía urbana que dependía de él. Incluso las
industrias textiles tradicionales que generaban muchos empleos se vieron obligadas a cerrar sus
puertas (vea la foto 1). El pequi es el símbolo principal de esa desestructuración de la economía, la
cultura y la sociedad regional realizada directamente por empresas que se hacen llamar “de
reforestación”, entre ellas V&M y Plantar, dos de las compañías más importantes y responsables de
ese proceso de desestructuración. El pequi es consumido habitualmente por la población de la zona
de sabana y está profundamente arraigado en la culinaria y en la cultura regional. Para los
geraizeiros, los habitantes de la sabana de Minas Gerais, el pequi no es de nadie, porque es de todos.
Por lo tanto, se sienten en el derecho ancestral de tomar el pequi donde esté, ya sea un terreno
público, privado, alambrado, sin alambrar, etc.; dondequiera que sea, el pequi siempre fue
“accesible” para la sociedad regional. Desde los años 1960, debido a la tala y a la instalación en gran
escala de plantaciones de eucaliptos, el pequi y todo lo que él representa están seriamente
amenazados. ¡Incluso en el mercado de Curvelo no encontramos pequis en venta! Algunos
comerciantes comentaron la dificultad que tienen para conseguir esta fruta antes tan accesible.
Muchos de los conflictos entre las empresas y las familias de pequeños agricultores rurales vienen
de la época de su instalación. Hay una cantidad considerable de denuncias vinculadas a V&M, que
les prometía empleos y mejores condiciones de vida a los pequeños agricultores que insistían en
quedarse aislados entre las plantaciones de eucaliptos. Algunos agricultores más viejos de la zona de
Curvelo recuerdan que por haberse negado a vender sus tierras la compañía contaminó sus
riachuelos con agrotóxicos, depreciando sus tierras y obligándolos a venderlas por menos.
Responsabilizan a V&M y Plantar, por el manejo que realizan y por sus agrotóxicos, de la extinción
de peces en sus riachuelos, principalmente el piau y la piraña que utilizaban las familias rurales para
la alimentación. En la zona de Bocaiúva, ocurrieron casos de muerte del ganado por
envenenamiento. En Curvelo, algunos pobladores denuncian la muerte por envenenamiento de
ñandúes e incluso la desaparición de los caimanes.
Como señalamos en el Principio 02: derecho y responsabilidad de tenencia y uso, varios vecinos
confirman la existencia de conflictos relacionados con el registro y la demarcación real que hicieron
V&M y Plantar de las tierras. De acuerdo con los agricultores, las tierras restituidas que las
empresas recibieron del Estado fueron ampliadas al alambrar el terreno. Este problema merece una
auditoría especial y las certificadoras no tendrían que haber guardado silencio.
En relación con el agua, un recurso cada vez más escaso en el norte de MG y contaminado con los
agrotóxicos del manejo de los plantíos, los indicadores son alarmantes: decenas de municipios se
declararon en “estado de calamidad pública” debido a la prolongada sequía que los afecta,
directamente relacionada con los extensos monocultivos de eucaliptos. En dicha zona, según los
técnicos del CAA de Montes Claros, se encuentra uno de los bloques compactos de plantaciones de
eucaliptos más grandes del mundo: ¡1.200.000 hectáreas! En la zona de Curvelo, cerca de Paiol de
Cima, pequeños agricultores con terrenos contiguos a las plantaciones de Plantar dicen que la
empresa debería recuperar un riachuelo que se secó del todo y que antes de las plantaciones sólo se
secaba un mes al año. Los agricultores dicen que luego de la tala de los eucaliptos, y principalmente
durante el “rebrote”, la situación hídrica local se ve mucho más agravada. Un agricultor de una
comunidad cercana confirmó lo mismo.
Asimismo, en lo que respecta a Plantar, hubo otro conflicto bastante significativo durante el primer
semestre de 2000 entre la empresa y los habitantes de varias comunidades rurales de la zona,
relacionado con la construcción del nuevo vivero de la compañía y el consiguiente desvío de un
camino tradicionalmente utilizado por muchos pobladores de Canabrava, Paiol de Cima, Meleiros,
Cachoeira do Choro, Paiol de Baixo y Gomos, entre otros. Según lo que declaran varios pequeños
agricultores, profesores, estudiantes y familias de la zona, además de sindicalistas y ediles, Plantar
desvió el camino tradicional, porque no quería que el “polvo” (el camino es de tierra) afectara a las
plantas de eucalipto sembradas en el vivero nuevo. Por eso la empresa, con la ayuda del Poder
Ejecutivo Municipal, aumentó cerca de 5 km la distancia para llegar al camino, lo que perjudicó a
los estudiantes, a los profesores y a la comunidad en general que aun hoy día hacen el trayecto a pie.
Unos 900 estudiantes y profesores de la Escuela Sérgio Eugênio se vieron particularmente
afectados.
Para construir dicho camino Plantar incluso terraplenó un terreno de aguadas de unos 400 m², que
debería considerarse de conservación permanente, y construyó tres represas en el riachuelo Boa
Morte, todo esto apuntando al vivero y en detrimento del agua que consume la población de los
alrededores, que empezó a construir cisternas por temor a la calidad del agua que sale de ahí.
¡Muchos líderes le exigen a Plantar que instale un sistema de decantación del agua que sale del
vivero! En Paiol de Baixo, algunas lavanderas se quejan de la compañía, porque tienen que caminar
más para tener acceso al agua que antes estaba cerca. De acuerdo con los líderes locales, se le
comunicó lo ocurrido a SCS y esta quedó en ir a ver el lugar, pero, una vez más, se desentendió del
problema. Los habitantes de la zona denuncian las amenazas del intendente de Curvelo, Maurílio
Guimarães, a los líderes de las comunidades; el jerarca dice que “no [se hace] responsable de los
que sigan utilizando el camino tradicional”. Según los mismos líderes, un gerente de Plantar
llamado Marcos Tavares de Deus reconoció el daño causado a las comunidades, pero dijo que la
empresa habría tenido un costo alto si hubiera optado por otra solución para instalar el vivero nuevo.
Los pobladores locales dicen que la obra costó CR$ 45 mil y que cualquier otra solución, como
decía la empresa, podría haber costado más de CR$ 90 mil. De acuerdo con un líder de las
comunidades afectadas, Plantar no discutió nada antes con la sociedad: “Todo se hizo más o menos
en secreto. Primero hicieron la represa, luego desviaron el camino. Nos tomó a todos por
sorpresa”. ¡En los informes de SCS no figura nada sobre este conflicto!
Algunos ediles de la oposición al intendente dicen que la crisis hídrica es tan grande que hay una
política específica para construir 75 mil pozos artesianos. Los mismos ediles exigen que Plantar se
haga responsable de una parte de los costos. La crisis hídrica y la contaminación de los manantiales
con agrotóxicos en toda la zona de Curvelo originaron el boom del agua mineral en el mercado
local. Según un edil de la región, “el que puede no toma el agua de la Compañía de Agua
COPASA”. De acuerdo con dichos interlocutores, alrededor del 70% de los habitantes de Curvelo,
incluso algunos sectores de las clases más carenciadas, prefieren no arriesgarse a tomar el agua de la
empresa de dicho estado, porque temen que el alto índice de cáncer y problemas de riñón en Curvelo
tenga algo que ver con la pésima calidad del agua que se le proporciona a la población. Algunas
instructoras del SENAR, Servicio Nacional de Aprendizaje Rural, se quejan de la pésima calidad del
agua que ofrecen allí.
En Felixlândia, alrededor de la laguna Buriti, Plantar compró terrenos forrajeros para plantar
eucaliptos. Los habitantes de la zona se quejan de que antes de las plantaciones de eucaliptos los
pastos brindaban oportunidades de empleo a los pobladores locales. Según estos vecinos de Plantar,
los eucaliptos de la empresa necesitan mucho menos mano de obra y generan un desempleo
importante en la sociedad local.
En la zona de Curvelo, varias entrevistas con pequeños agricultores y ganaderos muestran que
empresas como V&M y Plantar, al comprar tierras de manera indiscriminada, terminan por inflar el
precio de las tierras, lo que hace que muchos pequeños y medianos propietarios tiendan a vender sus
propiedades. Por ejemplo, en el año 2000 Plantar compró en la zona de la finca Lagoa do Capim una
propiedad de aproximadamente 120 hectáreas con vegetación sabanera. Según el testimonio de
algunos pobladores locales, la empresa taló esta vegetación y plantó eucaliptos, por lo que los
ganaderos de la zona tienen miedo de los agrotóxicos utilizados para el manejo y la consiguiente
contaminación de sus riachuelos.
La llegada de las reforestadoras de eucaliptos ha deteriorado los servicios que la sabana le brindaba
a la sociedad regional y ha dificultado enormemente el desarrollo sustentable de una región cuya
economía está en ruinas, ha desterrado del campo la agricultura familiar y la ganadería, ha talado la
sabana y generado el creciente empobrecimiento de la población. La sociedad siente que V&M y
Plantar son compañías insustentables y devastadoras de la manera de ser de los geraizeiros.
Para terminar este subcapítulo sobre las relaciones comunitarias, viene al caso señalar que ninguna
de las personas entrevistadas en los alrededores de los plantíos de V&M y Plantar estaba enterada de
la certificación de las dos empresas por el FSC. Según los Resúmenes Públicos de la SGS y SCS, se
les había avisado a las comunidades vecinas. Los habitantes sostienen que la única preocupación de
las empresas cuando se comunican con el vecindario es por el fuego y el temor de que se produzca
un gran incendio en sus plantaciones. Sobre dicho asunto es que los habitantes del vecindario
reciben “correspondencia” o impresos en los que se les dice cómo evitar incendios.
Las relaciones de trabajo
No hay nada que pueda explicar el silencio absoluto que guardan los informes de la SGS y SCS, sus
respectivos “resúmenes públicos” e “informes anuales de control” sobre los gravísimos problemas
relacionados con el “mundo del trabajo” en las unidades de manejo forestal certificadas de V&M y
Plantar.
Los diversos relatos de las certificadoras no tratan el tema ni siquiera de manera tangencial, a pesar
de ser de dominio público de la sociedad regional, sus instituciones y entidades representativas e
inclusive de los medios de prensa y la televisión de Minas Gerais. Trabajo en condiciones
infrahumanas, jornadas excesivas, trabajo infantil, tercerización ilegal y sometimiento de la mano de
obra, transporte irregular de los trabajadores, trabajo insalubre y degradante, listas negras de los
líderes de los trabajadores, falta de libertad y autonomía sindical; todo esto fue objeto de incontables
artículos en los medios de comunicación regionales, fue materia de diversos debates públicos en
varias municipalidades, ocupó durante muchos años el orden del día y la agenda de parlamentarios
estaduales y federales de MG en las CPI, movilizó a más de 40 inspectores en diferentes diligencias
y acciones del Ministerio de Trabajo y su repartición regional DRT, accionó a los inspectores del
Ministerio Público Federal de Trabajo, lo que generó acciones civiles en contra de las dos empresas,
y nada, nada de esto merece siquiera una sola palabra en los informes de evaluación y control de
SCS y la SGS.
El RP de la SGS sobre V&M sólo enaltece a la empresa, su iniciativa y solidaridad con el tema del
trabajo infantil:
“El trabajo infantil también ha sido un tema de discusión importante en la región y se han
realizado varias campañas para intentar erradicar dicha práctica. Mannesman (léase V&M) apoyó
estas campañas...” (RP SGS: p. 8). (Child labor has also been a significant issue in the region and
there have been a number of campaigns to try to erradicate this practice. Mannesman (léase
V&M) has supported these campaigns…” (RP SGS: p. 8).
En marzo de 2002, V&M, Plantar y 40 empresas más fueron procesadas otra vez por la DRT, por
explotar ilegalmente a 646 trabajadores en la extracción de madera y producción de carbón en las
áreas fiscalizadas. Enseguida el Oficial Regional de Trabajo responsable de la operación fue
apartado del cargo, lo que demuestra el poder político de las empresas sobre la sociedad y los
organismos públicos de la región.
Según un asesor sindical estadual, los hornos modernos, cada vez más usados por V&M, no
resuelven el problema de las precarias condiciones de trabajo de los carboneros, que siguen
expuestos al peligro del trabajo y al humo de los hornos, aunque menos que con los hornos
convencionales (ver la foto 2). Durante una visita a la zona de hornos modernos de la finca Santa
Cruz, en Felixlândia (ver foto 3), se encontró a un trabajador que manejaba todos los hornos de la
zona. Realizaba una jornada de 12 horas, controlando él solo cerca de 12 hornos, y en el momento
de la visita no estaba usando la máscara de protección contra los gases tóxicos. De acuerdo con una
investigación realizada en 1994 por el Ministerio de Trabajo (FUNDACENTRO) en la finca
Corredor de la entonces empresa Mannesman, se encontró monóxido de carbono (CO), un gas
tóxico inodoro, en concentraciones de 2 a 10 veces superiores al valor máximo permitido. Dichas
concentraciones se midieron en varias situaciones de trabajo de los carboneros, en la recarga del
horno, cuando sale mucho humo. La presencia de CO por encima del valor permitido origina un
proceso de intoxicación y envenenamiento con graves consecuencias para los trabajadores. No es de
sorprender que muchos informantes afirmaran que ya habían muerto muchos carboneros que
trabajaron años en las carbonerías y que otros tienen su salud comprometida. Además, los
sindicalistas denunciaron incluso que una de las enormes puertas del horno “mejorado” cayó encima
de un trabajador provocándole la muerte. Este trabajador era tercerizado y su familia no fue
indemnizada. Según los sindicalistas, la empresa no tiene ninguna política de compensación para las
personas que sufren enfermedades o accidentes de trabajo, como tampoco para los familiares de los
que murieron como consecuencia de dicha actividad. Además, sostienen que la categoría de los
asalariados que trabajan con los eucaliptos es una de las categorías peor pagas. Por ejemplo,
declararon que los que trabajan en el corte de la caña de azúcar, otra actividad asalariada rural,
ganan casi el doble que los que trabajan con los eucaliptos.
Si los accidentes de trabajo en la empresa V&M no son aparentemente muy numerosos, los
trabajadores dicen que se debe a que los empleados de V&M tienen miedo de quedarse sin la
canasta básica asegurada en el Acuerdo Colectivo. Por lo tanto, no hay registros y a menudo el
trabajador se obliga a trabajar aun enfermo. No se conoce el número concreto de demandas
laborales, porque los sindicatos no siguen estos procesos. Sin embargo, los sindicalistas sostienen
que los casos son muy numerosos. Citamos algunos. Caso 01. Líder sindical. Sufrió un accidente. El
accidente no fue registrado. Nunca recibió entrenamiento y/o curso de capacitación por parte de la
empresa. Caso 02. La esposa de este líder sindical, que trabajaba también en V&M, sufrió un
accidente en la empresa. Trabajaba en la cocina; al ir a buscar algo en la despensa donde no había
luz, se le cayó un objeto en la cabeza y le causó traumatismo craneal. Demandó a la compañía, pero
perdió. El juez alegó que la culpa había sido de ella. Según varios informantes, con ese juez ningún
trabajador gana una demanda, lo que demuestra las dificultades de los que se accidentan en el
trabajo.
En el RP de SCS sobre Plantar, el tema permanece absolutamente velado. ¡No consta una sola línea!
Además, el texto de SCS demuestra una profunda ignorancia con respecto al contexto de la
representación de los trabajadores de Curvelo; se llega a afirmar que “No se pusieron en contacto
con el Sindicato de los Trabajadores Rurales de la región, porque no hay ninguno en actividad en
la ciudad de Curvelo” (RP SCS: p. 7). ¡Nada más lejos de la realidad de los hechos!
Las empresas V&M y Plantar, certificadas con el sello del FSC, desde entonces han sido controladas
por las certificadoras SCS y SGS, al igual que por CPI. El Ministerio Público Federal de Trabajo y
la DRT están recogiendo pruebas explícitas de infracciones y delitos en contra de las leyes de
trabajo brasileñas, teóricamente menos rigurosas que los principios y criterios del FSC. Por más
precario y minimizado que esté el Poder Judicial de Brasil y de Minas Gerais, y por más fácil que
sea eludir las leyes de trabajo brasileñas, en la práctica, en el caso de V&M y Plantar, ha permitido
un mejor control y seguimiento del proceso de trabajo en el interior de las UMF certificadas que el
que se hacía bajo el sistema del FSC, con sus principios, criterios, modelos, métodos de evaluación
y control y sus certificadoras “independientes”.
Tanto V&M como Plantar, a raíz del proceso de mecanización de las actividades forestales y
también en función de la tercerización degradante y explotadora de la mano de obra, terminaron por
liquidar innumerables puestos de trabajo. En 1998 V&M contaba con 3 mil empleos. En 1999
disminuyeron a 2.539. En 2000 el número disminuyó más aún, 2.345, y en 2001 sólo eran 1.908 los
empleos generados por la empresa. Un detalle: del total de trabajadores de la empresa, los
empleados directos disminuyeron de 1.500, en 1998, a 654, en 2001, mientras que el número de
empleados indirectos aumentó de 1.500, en 1998, a 1.701, en 1999, disminuyendo otra vez, en 2001,
a 1.254. Este panorama, presentado por la misma SGS, no mereció ningún condicionamiento real
que minimizara el impacto de estos despidos sobre la vida de los trabajadores y sus familias, que
quedaron sin remuneración y en lo cotidiano de las periferias urbanas, como las de Curvelo,
Pompeu, Bocaiúva o Montes Claros, cuyos servicios públicos quedaron sobrecargados.
Además de la tercerización ilegal y de los despidos causados por la introducción de nuevas
tecnologías sin haberse estudiado los impactos, también hubo despidos relacionados con la
intensificación y sobreexplotación del trabajo. Según los trabajadores de la empresa, con el creciente
número de despidos en V&M, en tareas en que se empleaba a 20 trabajadores hoy sólo se emplea a
3, lo que genera más enfermedades y accidentes de trabajo, a pesar de no haber registros. Los
pobladores que viven cerca del depósito de carbón de V&M ubicado cerca del pueblito Trevão, en la
carretera, declararon que en agosto de 2002 tod@s l@s que trabajaban en el empaque del carbón
fueron despedidos. En su informe, la SGS sólo vincula dichos despidos a los movimientos genéricos
del capitalismo global y del sector de cultivos industriales en Brasil. De hecho, lo que no se verifica
es la necesidad de una política de la empresa, que preste asistencia y califique a los trabajadores
despedidos para su reinserción en el mercado de trabajo. Pierden los ingresos, algunos beneficios
como la canasta básica y el seguro de salud y ni siquiera hay una política de la empresa para estas
personas que sufrieron un abrupto impacto en sus vidas. El seguro de paro del Estado es
absolutamente insuficiente y el plazo es demasiado corto como para que estos trabajadores y sus
familias puedan esperar un nuevo puesto de trabajo en condiciones dignas. Si se espera que el sello
del FSC sea un diferenciador, las empresas certificadas deberían tener políticas específicas para las
familias que al quedar sin empleo y sin ingresos son arrojadas por las mismas empresas a la
exclusión social, a costas y costos del poder público y la sociedad regional.
El destino de los despedidos de Plantar no es diferente del de los de V&M. El grupo visitó algunos
barrios de la periferia más pobre de Curvelo –como Ponte Nova, Sarobá 2, Mato Engenho–, donde
vivían varios ex trabajadores despedidos por Plantar o por sus empresas contratistas. Una evidencia
de delito laboral nos llamó la atención. Una trabajadora, cuyo nombre no revelamos por razones de
seguridad, fue despedida de Plantar estando embarazada de dos meses. El hecho ocurrió unos tres
años y 7 meses antes de la fecha del trabajo de campo. Según la ex trabajadora, ¡la despidieron
porque se le cayó una caja con plantas en el vivero donde trabajaba! El destino de esta trabajadora,
como el de todos a los que Plantar despidió, no es diferente: exclusión social crítica. En el barrio
Ponte Nova, donde ella vivía, se ejercía explícitamente la prostitución infantil callejera con las hijas
de los trabajadores carboneros de V&M, Plantar y sus contratistas.
Con respecto al proceso de tercerización, tanto V&M como Plantar fueron mencionadas en el
Informe de la CPI (2002) como empresas que practican un tipo de tercerización ilegal y degradante
de las condiciones de trabajo. Mediante una Acción Civil Pública el Dr. Geraldo Emediato de Souza
y la Dra. Adriana Augusta de Moura Souza, inspectores del Ministerio Público Federal de Trabajo,
recogieron pruebas explícitas de incumplimiento de las leyes de trabajo tanto en V&M como en
Plantar. Los inspectores del Ministerio de Trabajo hicieron un relevamiento exhaustivo de esta
materia en diferentes acciones de fiscalización por los municipios. Según el inspector Geraldo
Emediato, Plantar por lo menos se dispuso a revertir su proceso ilegal de tercerización firmando un
“acuerdo de compromiso” durante el corriente año 2002. Según el inspector, pese a todos los delitos
laborales que comete, V&M se negó a firmar dicho acuerdo. Con relación a V&M, el informe de la
SGS sólo afirma que la empresa tiene “modelos mínimos” para aceptar los servicios de una empresa
contratista subcontratada: “La respuesta de MAFLA (léase V&M) fue en el sentido de desarrollar
modelos para todas las compañías contratistas detallando el nivel mínimo exigido...” (... MAFLA’s
response has been to develop a standard for all contractor companies detailing the minimum level
required...” ) (RP SGS: p. 8).
Un ex empleado de V&M describió en detalle cómo se dio el proceso de tercerización en el sector
en que trabajaba en noviembre de 1998. Este es su testimonio:
“Cuando V&M tercerizó el sector de “mantenimiento”, yo ganaba 452 reales y la empresa
contratista para la que fui “designado” quería pagarme un salario mínimo de la época, cerca de
130 reales. La compañía contratista quería incluso conquistarme con la posibilidad de un
“premio” por hora trabajada. Entonces pensé que iba a hacer el mismo trabajo que hacía antes en
V&M, pero por un sueldo 75% inferior al anterior. Perdía el seguro de salud, la canasta básica y
las horas extras. Me faltaban pocos años para jubilarme”.
Su caso fue similar al de otros 20 ex compañeros suyos de V&M en el mismo sector. Según dicho
ex empleado, V&M y sus contratistas nunca pagaban por trabajo insalubre. Los trabajadores
tercerizados ganan por producción, pero en el documento de trabajo figura el sueldo mínimo.
Además, V&M fue acusada por varios sindicalistas, por el MPT, la CPI y la DRT de tener una “lista
negra” y facilitarla a las contratistas locales para que éstas no admitieran a las personas que
constaran en la lista. La empresa también fue acusada de recontratar, después de dos años, a
trabajadores despedidos que no hubieran hecho ninguna demanda laboral en la Justicia. El hecho,
comprobado y documentado por el MPT, constituye una gravísima infracción de las Convenciones
87 y 98 de la OIT, que reglamentan la libertad y autonomía de la representación sindical. Por lo que
respecta a la representación sindical, tanto V&M como Plantar utilizan procedimientos que
prácticamente vuelven imposible la organización sindical de los trabajadores de dichas compañías,
contra lo que disponen las Convenciones 87 y 98 de la OIT. Por los testimonios de los
interlocutores, cuando los sindicalistas entran para convocar asambleas o distribuir panfletos a los
trabajadores, se les llama la atención e incluso se les solicita que se retiren de los locales de trabajo.
Otra práctica ilegal de las dos empresas es el reparto de trabajadores en distintos territorios y la alta
rotatividad a que se los somete, lo que dificulta la afiliación a un determinado sindicato de
trabajadores rurales (STR). En todas las entrevistas que les hicimos a los trabajadores de ambas
empresas se notaba el miedo a quedarse sin trabajo o a ser perseguidos por afiliarse a los STR, así
como el de que sus nombres fueran citados en nuestro informe. Los sindicalistas más activos son
constantemente enviados lejos de sus bases sindicales. Constatamos casos en los que, aun realizando
“trabajo rural”, los líderes de los trabajadores son registrados como si fueran trabajadores urbanos
para que no puedan afiliarse a los sindicatos rurales. Además se nos informó que, según la
FETAEMG, V&M elige a los STR con los que va a negociar. Hay casos en que los trabajadores
reciben una gratificación extra por pertenecer a determinados STR que firman acuerdos favorables a
los intereses de la empresa, con cláusulas que violan las leyes de trabajo. Los STR que intentaron
resistir terminaron siendo presionados por los mismos afiliados, que no querían perder el beneficio
de la gratificación extra ofrecida por la empresa. En este caso, también hay incumplimiento de los
principios 1.1 y 1.3 del FSC.
Respecto a la capacitación que brindan las compañías, varios trabajadores entrevistados alegaron
que la misma es puramente simbólica o irrisoria. Si el trabajador tiene su propia motosierra, se lo
terceriza y él mismo subcontrata y le paga a un ayudante (cuarterización) que aprende como él
mismo aprendió, a través de la observación y la práctica. La mayoría de los accidentes son
considerados “errores personales” y no se llena la Comunicación de Accidente de Trabajo (CAT).
Por lo tanto, los trabajadores no cobran indemnización y sólo en casos extremos se los aparta de sus
funciones y se los jubila. En el caso de V&M, los trabajadores reciben una canasta básica de
alimentos, pero si pierden un día de trabajo, aunque sea por enfermedad grave y con certificado
médico, pierden el derecho a este beneficio, por lo que se compromete la alimentación de su familia
por un mes. Una simple lectura del Acuerdo Colectivo de Trabajo del 26/09/2001 que firmaron
V&M y el Sindicato de los Trabajadores Rurales de Pompéu, Bom Despacho, Caetanópolis,
Curvelo, Felixlândia y Paraopebas, con la ayuda de la Federación de los Trabajadores de la
Agricultura del Estado de Minas Gerais (FETAEMG), permite ver una serie de cláusulas que burlan
las leyes de trabajo.
Asimismo, constatamos que no se cumple con lo que establece la ley del trabajo brasileña en lo que
respecta a la salud y a la seguridad de los trabajadores, por lo que no sólo se pone en riesgo sus
vidas, sino la supervivencia de su familia. A través de varias entrevistas, no sólo con trabajadores
actuales de las empresas V&M y Plantar, sino con ex trabajadores de las mismas, algunos con
licencia médica o jubilados por invalidez, comprobamos que los peores accidentes ocurren
principalmente en sector de mantenimiento y en las plantaciones.
Algo que los trabajadores reivindican y que puede comprometer seriamente su salud es el agua
potable, ya que, según las declaraciones, el agua dentro de las empresas y de sus UMF es de pésima
calidad. Con respecto a la exposición al sol, las empresas se niegan a atender la constante
reivindicación de l@s trabajador@s que están expuestos al sol durante toda la jornada: la necesidad
de que se les provea filtro solar. También hay casos de jubilados por invalidez, debido a problemas
cerebrales causados por venenos contra hormigas, sobre todo el Mirex. Entre los síntomas que
notamos están los problemas de habla de dos entrevistados y un caso de internación de 6 meses en
un manicomio fuera del Estado de Minas Gerais, en el interior de San Pablo. También notamos un
número elevado de problemas pulmonares y de columna entre los carboneros y de Lesiones por
Esfuerzo Repetitivo (LER) en las mujeres que trabajan en los viveros, que a pesar de eso siguen
trabajando, muchas con las manos hinchadas y vendadas. Según lo constatado, la mayoría de los
trabajadores afectados no saben por qué su salud está seriamente afectada y no reciben información
al respecto. V&M no tiene una política de asistencia médica para los jubilados por invalidez ni para
los despedidos y sus familias. En cuanto a Plantar, ni siquiera les brinda asistencia médica a los
trabajadores registrados y en actividad.
Aunque un gran número de las personas que trabajan para V&M y Plantar son mujeres, no hay
ninguna política de género específica, lo que las perjudica a ellas mismas tanto como a sus hijos.
Ninguno de los principios y criterios del FSC intenta tratar de forma específica, como debería
hacerlo, la salvaguarda de la salud de las mujeres que trabajan en las empresas certificadas. Así se
viola el derecho a guarderías para los niños. Como no hay ninguna guardería cerca del lugar de
trabajo, no bien vuelven de la licencia por maternidad, las trabajadoras se ven prácticamente
imposibilitadas de amamantar a sus hijos, ya que por lo general salen a diario de sus casas a las 5:30
de la mañana y vuelven a las 7 de la tarde. Por lo tanto, el amamantamiento está comprometido, lo
que eleva el índice de desnutrición infantil en la región.
Además del gran número de trabajadoras de los viveros que presentan síntomas nítidos de LER,
recibimos también quejas por enfermedades reumáticas, probablemente causadas por la constante
manipulación de agua helada y la exposición a un ambiente de trabajo muy frío en invierno.
Por lo que se refiere a las condiciones de trabajo, transporte y seguridad, constatamos la precariedad
de las dos empresas y sus contratistas. El traslado de los trabajadores se realiza en vehículos viejos e
inseguros. Además, tod@s l@s trabajador@s entrevistad@s denunciaron que no se atienden sus
reclamos con respecto al transporte, pues a diario tienen que esperar casi una hora, luego de la
jornada, para que las compañías los lleven de vuelta a sus casas.
Recibimos denuncias de que tanto la DRT como los hospitales locales (con los que V&M tiene un
convenio y a los que presta ayuda financiera), como asimismo políticos locales, terminan siendo
cooptados por las empresas, que son temidas y desempeñan el papel de los actores más poderosos de
la región.
PRINCIPIO 05: Beneficios del bosque
Las actividades de manejo forestal deben incentivar el uso eficiente y optimizado de los
múltiples productos y servicios del bosque para asegurar la viabilidad económica y una gran
cantidad de beneficios ambientales y sociales.
Las empresas V&M y Plantar no cumplen con este principio. Con relación a las plantaciones de
eucalipto, no proveen múltiples productos y servicios a las comunidades y la economía local, sino
sólo madera de eucalipto para carbón, posibilitando algunos destinos adicionales, pero en muy
pequeña escala. Desde los años 1980, hubo despidos en masa de trabajadores, lo que demuestra
que las plantaciones de eucaliptos difícilmente pueden considerarse económicamente viables en
términos de oferta de empleo. Con relación a las otras áreas de las empresas V&M (107.560
hectáreas) y Plantar, predominantemente áreas de sabana, vale la pena señalar que las empresas
impiden el acceso a los múltiples productos y servicios que ofrece este bioma cercando las áreas e
impidiendo de esta forma el uso tradicional de las mismas por las comunidades locales, lo que
dificulta la generación de trabajo e ingresos para dichas comunidades.
La mayoría de los eucaliptos que plantan V&M y Plantar se usan para hacer carbón destinado a la
siderurgia y a asados. Los únicos beneficiarios de las plantaciones de eucalipto son las mismas
empresas. Al mismo tiempo, según los sindicalistas, gracias a la certificación, V&M empezó a
producir recientemente carbón para asados, cortes de madera para hornos a leña, alquitrán y polvo
de carbón, inclusive para la exportación. Otro uso interesante y viable del eucalipto en pequeña
escala es la extracción de miel. Poco a poco este uso irá desapareciendo debido a la sustitución del
eucalipto con flor por el eucalipto clonado. Este último garantiza mayor productividad en términos
de madera, lo que resulta de interés para la empresa pero impide que las comunidades locales
obtengan beneficios económicos.
Los beneficios sociales del cultivo de eucaliptos y la producción de carbón han disminuido cada vez
más debido a la merma de la mano de obra. Los sindicalistas afirman que en 1985 la empresa V&M
aún empleaba a cerca de 2.500 trabajadores. Hoy son aproximadamente 600 trabajadores, de los
cuales 100 son de la propia empresa y 500 son tercerizados, lo que evidencia un grado altísimo de
despidos. Uno de los principales motivos es la introducción de los nuevos hornos para hacer carbón
y de las máquinas para cortar los árboles. Según el informe de la CPI de las carbonerías, estas
máquinas logran sustituir a 70 trabajadores. Los sindicalistas afirman además que faltan otras
alternativas de empleo en la región. No existe ninguna política de las empresas relativa a la
reinserción en el mercado de trabajo de las personas que fueron despedidas. Sólo mientras trabajan
en la empresa, si no son tercerizados, logran recibir algún tipo de entrenamiento y capacitación.
En el RP de V&M la SGS incluye la siguiente “Acción Correctiva Menor” para la empresa (Minor
002 4.1.4): “Las empresas certificadas deben apoyar activamente y promover oportunidades de
empleo alternativo, afectado por la reducción del personal en las plantaciones y carbonerías. No
hay un programa formal para hacerlo” (RP SGS: p. 34). (“Certified companies must actively
support and promote alternative job opportunities affected by the reduction of staffing in forest and
charcoal activities. There is no formal programme to do this”) (RP SGS: p. 34). Según el RP, la
intención de esta condición sería suministrarle al comercio local eucaliptos para aprovechar otros
usos del eucalipto (como madera para muebles) y de esta forma bajar el desempleo. La ciudad más
interesada en este sentido era Curvelo, ya que dicha ciudad, según la SGS, “está fundida y no tiene
industria” (RP SGS: p. 36) (“the city is bankrupt and has no industry”) (RP SGS: p. 36). Durante
nuestro trabajo de campo un edil de Curvelo afirmó que realmente hubo encuentros para discutir
este tema, pero por ahora no ocurrió nada, porque la empresa hasta ahora no tiene como ofrecer
eucaliptos que sirvan para la fabricación de muebles. Vale la pena señalar que al final del RP la SGS
decidió excluir dicho condicionamiento, basada en la elaboración de un plan de la V&M al respecto.
Se comprobó que la existencia de un plan y la organización de algunos seminarios no aseguran
ninguna acción concreta, o sea, no ayudan a amenizar la grave situación de desempleo generada por
la empresa.
Las comunidades tradicionales que viven en las zonas de sabana donde las empresas V&M y Plantar
se instalaron tenían por costumbre el uso colectivo de la sabana. La CPT, el CAA y los sindicalistas
denunciaron que cuando V&M llegó, empezó a ocupar y a cercar zonas de sabana, incluso en las
“altiplanicies” (llanuras con vegetación rasa). Estas zonas son de uso colectivo, allí las comunidades
locales suelen pastorear el ganado. También las llaman zonas de “pasto común” o de “suelta” y
tienen un valor fundamental para los habitantes de la sabana. Dayrell (1998) afirma:
“El alimento del ganado en las zonas de “suelta” de la sabana es bastante diversificado. Aparte
del heno nativo, el ganado se alimenta de una infinidad de ramas y brotes que le aseguran el
sustento. Se mencionaron al menos 32 especies de plantas diferentes que el ganado come con
regularidad. En general, sólo se lleva el ganado a las zonas de forraje cultivado cuando está para
parir, en el auge de la sequía hasta el principio de las lluvias (agosto/noviembre) y luego a
mediados de la época de lluvias (febrero/abril). El resto del tiempo el ganado se cría en zonas
abiertas, siempre y cuando se pueda” (Dayrell, 1998).
Las comunidades locales también cosechaban frutas típicas de la región como el pequi, mangaba,
panan y otras, además de plantas medicinales. La tierra era de todos. Al cercar las zonas de sabana,
las empresas generaron conflictos con las comunidades locales, ya que no podían aprovechar un
servicio esencial que les ofrecía la vegetación nativa; las cercas causaron daños ambientales,
sociales e incluso culturales. Según los sindicalistas, la comunidad de Canabrava, que perdió los
pastos colectivos en los años 1980 por culpa de la empresa V&M, está indignada hasta el día de hoy
por esta política empresarial. Como forma de protesta, aprovecha las aberturas en las cercas para que
el ganado entre a pastar, quema los árboles de “pura indignación” y hace carbón con los eucaliptos
de la empresa. Pese a haber sido multada por el Instituto Estadual de Bosques (IEF), el conflicto aún
no ha sido resuelto de manera adecuada.
El pequi es una fruta típica de las zonas de sabana y por lo general se vende informalmente en las
calles de las ciudades de la región. Según el CAA de Montes Claros, la cosecha de pequi puede
llegar a rendir hasta R$ 2 mil por hectárea de sabana y puede ser una actividad perfectamente viable
aprovechando sus múltiples usos. Dayrell (1998) declara lo siguiente:
“Los frutos se cosechan durante casi todo el año, pero la zafra principal coincide con la época de
lluvias que va de octubre a marzo. Principalmente los jóvenes y las mujeres cosechan los frutos,
pero cuando el destino es la comercialización o la fabricación de aceite y jabón, los hombres
participan en la cosecha y ayudan a procesarlos. Los frutos más comercializados son el pequi,
coquinho azedo, panan, murucuyá, cajuzinho y coco catolé. De otros se extrae el aceite (rufão) o
se fabrica jabón (macaúba y tingui). El procesamiento es artesanal y por lo general lo realizan
las mujeres con la ayuda de los hombres. Una familia de la finca Tapera suele producir
anualmente cerca de 300 litros de aceite de pequi. Consume de 30 a 50 litros al año y vende el
resto a precios que van de los R$ 2 a los R$ 5 el litro. En el período de zafra proveen de frutos a
los animales (aves y porcinos) con cierta regularidad, principalmente cuando la zafra de maíz se
ve perjudicada por la sequía” (Dayrell, 1998).
En Montes Claros se comercializan 8.500 toneladas de pequis durante la zafra. A diferencia de las
plantaciones de eucaliptos, esta actividad se realiza sin apoyo gubernamental y en el marco de la
economía informal, aunque genera empleos e ingresos para la población. Es en ese sentido que el
diputado estadual Rogério Correia elaboró la Ley Pro-Pequi que fomenta el cultivo, la extracción, el
consumo, la comercialización y el procesamiento del pequi y otras frutas y productos nativos de la
sabana. El RP de la SGS, sobre V&M, y el de SCS, sobre Plantar, no mencionan para nada este
potencial enorme que es el uso sustentable de la sabana, en donde el FSC debería dar prioridad a sus
estrategias de certificación.
PRINCIPIO 06: Impactos ambientales
El manejo de bosques debe conservar la diversidad ecológica y sus valores asociados, los
recursos hídricos, los suelos, los ecosistemas y paisajes frágiles y singulares. De esta manera
logrará mantener las funciones ecológicas y la integridad de los bosques.
V&M y Plantar no respetaron la flora y la fauna nativas; al contrario, ayudaron a destruir la
sabana, un bioma único, quemando grandes áreas para producir carbón y luego plantar los
eucaliptos, esto en los años 1970 y 1980, como hacían prácticamente todas las empresas. Este
proceso causó impactos que afectan a las poblaciones, la flora y la fauna locales hasta el presente:
el deterioro de la calidad y la cantidad de recursos hídricos, la desaparición de la fauna, el
predominio de los monocultivos, la erosión, la aplicación de agrotóxicos en los extensos
monocultivos, incluso un herbicida que el FSC prohibió. No hay un solo Estudio e Informe de
Impactos Ambientales (EIA/RIMA), como exigen las leyes brasileñas.
Según los representantes de la CPT de Montes Claros, la empresa V&M, dueña de 47.577 hectáreas
en la región, llegó en los años 1960, ocupó zonas de sabana y quitó la vegetación nativa con
tractores y grandes cadenas. Al principio usaban la sabana para hacer carbón vegetal y luego plantar
eucaliptos. En el distrito de Bocaiúva, donde se plantaron más de 33 mil hectáreas de eucaliptos,
empezaron a secarse las fuentes naturales, los ríos y riachuelos. Dayrell (1998) dice que:
“La sabana, con una peculiar formación de suelos y vegetación, y favorecida por una fauna
subterránea, lograba absorber rápidamente las lluvias, incluso las más intensas, y almacenarlas
en corrientes de agua subterráneas que podían tener una profundidad de 100 metros. La
capacidad de absorción del agua de lluvia por los suelos de la sabana fue citada por el escritor
Guimarães Rosa, un profundo conocedor del sertón brasileño, en su obra Gran sertón: veredas:
“La sabana pasajera. La sabana es ella solita – la amplitud. El sol. El cielo de no querer
verse. Las duras arenas. Los arbolitos malitos de tan míos. ¿Ahí llovía? Llueve – y no
encharca charcos, no se forman corrientes, no produce barro: la lluvia entera se mete en
minutos tierra adentro, como un aceitito entrador” (Guimarães Rosa, apud Luz &
Monção, 1995: 3).
Luego de la deforestación, las lluvias asustan a los habitantes por la cantidad de barro y arena
que arrastran de la sabana y obstruyen las ciénagas y los cursos de agua. El Sr. Geraldo explica:
“Como dicen los más viejos, el eucalipto es malo pa’ las aguas. Pero no es sólo por
culpa del eucalipto, también es por culpa de la tala que hace que el agua corra hacia las
cabeceras y que está entupiendo los pozos. Ni qué decir que esto es todo un tema, ¿vio?
La tala arrasa con todo por culpa de la erosión que viene y entupe todos los pozos de
agua”.
Acabaron con los animales silvestres, una importante fuente de proteínas para los geraizeiros.
Un poblador que presenció todo cuenta lo que vio, impotente:
“En esa zona había muchos ciervos, agutíes, tatúes, perdices, sariamas, loros - había
muchos. Hoy no se escucha ni el canto de un grillo en los eucaliptos. Si llega uno, seguro
que se enferma. Se acabó todo. ¡Fue una decepción! Lo que quedó fue reculando hacia
los rincones donde había algo verde y hoy no se ve nada”.
Vale la pena señalar que, según el RP de V&M, la pluviosidad promedio anual en la zona de
Bocaiúva es de aproximadamente 1.000 mm. Según un especialista en la materia, Walter de Paula
Lima, uno de los asesores técnicos más importantes de las compañías del sector de eucaliptocultura
afirmó en una conferencia en el estado de Bahía, sobre la instalación de la empresa Veracel
Celulose, que en las plantaciones de eucaliptos que están en zonas donde la pluviosidad promedio
anual es inferior a los 1.200 mm el balance hídrico puede llegar a ser desfavorable y que, en ese
caso, la oferta de agua será menor que el reflujo y esto puede perjudicar el suelo y los manantiales
hídricos.
De acuerdo con los técnicos y los sindicalistas, toda la región (de sabana) es de captación de aguas,
siempre y cuando se aprovechen las excelentes condiciones de dicho bioma. Para explicar el proceso
de destrucción ambiental causado por el eucalipto, los sindicalistas citan el caso de la finca Pé do
Morro de 5 mil hectáreas. V&M (en esa época, Mannesman Florestal Ltda.) compró la finca con
vegetación sabanera y luego la arrancó con tractores y cadenas para plantar eucaliptos.
Posteriormente se secaron los riachuelos Canabrava, Bom Jardim, Extrema, São Gregorio y Água
Boa. El río Tabatinga, que pasa por la finca Pé do Morro, también se secó (ver foto 4). En la finca
Pé do Morro se secó el río Sucururu (ver foto 5), un afluente del Tabatinga. Cerca de la misma finca
se encontró una vega llamada Cabeceira do Corisco completamente seca (ver foto 6). Los
sindicalistas denunciaron que no hay ningún trabajo de recuperación de los ríos ni para atenuar los
problemas de erosión (ver foto 7). Vimos otro riachuelo llamado Vaquejado – este es un ejemplo de
que aún hay riachuelos con buen caudal de agua exactamente donde no hay plantaciones de
eucaliptos (ver foto 8).
En la finca Meleiro de la empresa V&M, en Curvelo, el riachuelo Meleiro está desfigurado en varios
trechos del lecho, donde tanto la calidad del agua como su caudal disminuyeron considerablemente
(ver foto 9). Encontramos fuentes secas, degradadas y con plantaciones de eucaliptos en terrenos
que deberían ser de conservación permanente (ver foto 10).
Cerca de la finca Meleiro encontramos varios riachuelos que se volvieron ocasionales y que cuando
nosotros llegamos estaban completamente secos, con sus fuentes secas y degradadas. Algunos
pobladores entrevistados fueron testigos de la desaparición de varias especies de peces en el
microestuario de los riachuelos Boa Morte y Paiol y el río Ribeirão.
A unos 12 km de Curvelo está el vivero de Plantar. Según los pobladores, para instalar el vivero la
empresa desvió un camino centenario y así logró tener acceso al agua en cantidad suficiente y de
buena calidad, fundamental para poder trabajar, aprovechando las aguas del riachuelo Boa Morte. El
desvío del camino, realizado sin haber consultado a la comunidad, aumentó 5 km el recorrido que
hacen las comunidades vecinas que lo utilizan (ver foto 11). Asimismo, para hacer el desvío la
empresa terraplenó un terreno de aguadas (ver foto 12). Al colocar las cañerías de desagüe sin el
debido cuidado, ensanchó el lecho en ese lugar y provocó su elevación, lo que modificó el régimen
de las aguas en una ciénaga de desagüe. Las actividades del vivero comprometieron el agua
superficial del lecho del riachuelo e impidieron que las comunidades de la zona de desagüe pudieran
usar el agua, ya que está contaminada con agrotóxicos y fertilizantes del vivero y Plantar no la trata.
Los habitantes tuvieron que instalar cisternas, ya que no podían utilizar el agua del riachuelo. Un
cartel a orillas de la vega indica que hay un proyecto en estudio para recuperar el riachuelo Boa
Morte (ver foto 13). Sin embargo, constatamos que dicho proyecto se limita al abandono de la zona
en provecho de las plantaciones de eucaliptos.
En el municipio de Felixlândia, hay un manantial llamado Cabeceira do Buriti en franco proceso de
degradación. La pequeña comunidad local está preocupada por el riachuelo de Buriti. El nivel
hídrico de la represa contigua disminuyó casi dos metros (ver foto 14) y su caudal se redujo cerca de
50%. Según los pobladores, la oferta de agua ha disminuido desde que instrumentaron las
plantaciones de eucalipto de Plantar en las zonas de pastoreo, en las zonas de captación del agua del
manantial. Los habitantes, que viven hace más de 40 años en la localidad, nunca fueron consultados
por la empresa para discutir el tema. Temen tener que abandonar la región si el problema persiste.
Los pobladores mencionaron también el problema de la aplicación de herbicidas antes de plantar los
eucaliptos, cuando se enteraron de la muerte de peces, sariamas y ñandúes. No hubo ninguna
comunicación por parte de la empresa sobre dicha aplicación. Por último, sostienen que, a diferencia
de la agricultura, el eucalipto no representa una fuente de empleos en la región.
Según el CAA de Montes Claros, V&M compró recientemente un terreno de eucaliptos de la
empresa Reflorage, que se instaló en la región en 1992. Los impactos ambientales de esa plantación
de eucaliptos originaron una gran movilización popular de las comunidades que dependen del río
Riachão: Montes Claros, Mirabela, Coração de Jesus y Brasília de Minas. El comité local de defensa
del río Riachão, cuyo caudal disminuyó considerablemente, declaró lo siguiente en una carta
difundida el 13/07/2002 y denominada “Carta compromiso de Riachão”:
“La implantación del monocultivo de eucaliptos y los grandes proyectos de irrigación trajeron
aparejados la deforestación desordenada, el consumo abusivo del agua y el uso intensivo de
agrotóxicos, lo que llevó a la extinción de la fuente del río y perjudicó a cerca de 18 mil personas
y 3 mil familias” (Carta compromiso de Riachão, 2001).
Con la compra del terreno de Reflorage, V&M heredó una enorme deuda socio ambiental con estas
familias, que hasta el presente no han tenido una solución definitiva. Debido a la disminución del
caudal del río, sólo 12 grandes estancieros que viven en la zona por donde pasa el río,
inmediatamente después de las zonas de eucaliptos, logran aprovechar las aguas del río, lo que
vuelve difícil la vida de 3 mil familias que viven agua abajo.
Basándose en el trabajo de campo de mayo/junio de 1998, la SGS afirma en el RP de V&M que la
empresa “usa relativamente pocos productos químicos y está abocada a minimizar el uso actual
mientras busca alternativas” (RP SGS: p. 21) (“uses relatively few chemicals and is committed to
minimising the current use while seeking alternatives) (RP SGS: p. 21). Además, la SGS sostiene
que “los productos químicos usados por MAFLA (léase V&M) no son, por lo general,
particularmente tóxicos” (RP SGS: p. 22) (the chemicals used by MAFLA (read: V&M), in general,
not particularly toxic” (RP SGS: p. 22). Por lo tanto, nos llama la atención que recién en el segundo
control de febrero de 2001 la SGS informara que la empresa usa dos agrotóxicos –el fungicida
benomyl y el herbicida oxifluorofen–, productos que el mismo FSC prohibió en su política
provisoria del año 2000 por considerarlos tóxicos y residuales, según la misma SGS. Durante el
tercer control de diciembre de 2001, V&M dijo que ya no usaba más el benomyl, pero que seguía
usando el oxifluorofen y que le había solicitado una excepción a la SGS que, a su vez, había enviado
la solicitud al FSC Internacional. Queremos señalar que todo esto es un indicio inequívoco de que el
eucalipto no se adapta bien al bioma de la sabana y aprovechamos para recordarles que en un
estudio de Filgueiras y Pereira que difundió la Universidad de Brasilia se enumeraron 419 especies
de hongos asociadas a miles de plantas que pertenecen a la sabana (BDT, 1995). Además, la
pregunta es: ¿cómo la SGS solamente descubre este asunto, que parece ser grave, en el 2 º control? O
sea, casi 3 años después de la visita de certificación. Hay dos opciones: o la SGS no evaluó
correctamente los agrotóxicos aplicados en la época de la certificación, o V&M omitió estas
informaciones en ese momento. También nos preguntamos: en este caso, ¿qué postura adopta el
FSC Internacional? Creemos que el FSC aceptó la excepción que pidieron en diciembre de 2001, ya
que durante nuestra visita de campo, en octubre de 2002, vimos que V&M sigue con el sello, por los
letreros enfrente de las fincas de eucaliptos (ver foto 15).
Varias personas de las comunidades locales y sindicalistas entrevistados confirman que la empresa
V&M utiliza la pulverización por avión. La empresa afirma que se trata solamente de aplicación de
adobos. La comunidad y el sindicato, sin embargo, afirman que se constató la muerte de peces y
ganado luego de la pulverización por avión, lo que fortalece la sospecha de que los agrotóxicos se
aplicaron de esa forma. Los sindicalistas denunciaron también que la empresa hoy en día utiliza
tractores para aplicar veneno contra hormigas; de esta forma sustituye la aplicación manual que
obviamente representa mayores gastos con mano de obra. Según los informantes, la consecuencia es
un aumento de la cantidad de agrotóxicos utilizados, o sea, un aumento de los impactos ambientales.
Vale la pena señalar que en el tercer informe de control de la SGS de 2001 se constató también un
aumento del uso de veneno contra hormigas. Sin embargo, V&M sostiene que “el uso es variable,
de acuerdo con las características de cada terreno y especie de eucalipto” (tercer control SGS: p.
5).
De acuerdo con el RP, la empresa V&M deja crecer el sotobosque después de uno o dos años para
aumentar la biodiversidad. En la finca Pé do Morro, en Bocaiúva, se constató que había eucaliptos
de aproximadamente cuatro años sin ningún sotobosque (ver foto 16), o sea, sin biodiversidad
alguna.
Según un ex trabajador de V&M en Curvelo, la empresa, como política ambiental, usa una máquina
para recuperar el alquitrán del humo de los hornos de carbón. El alquitrán se almacena en un tanque
de 20 mil litros. A veces el tanque de alquitrán se llena antes de que pase el camión-tanque. Cuando
esto sucede, el ex trabajador dice que entierran el alquitrán sobrante en un pozo y contaminan el
ambiente. Además, al limpiar la máquina, vuelcan en la tierra los residuos de alquitrán.
Según el RP de V&M, la empresa adoptó un Sistema de Manejo Ambiental para sus áreas, una
especie de autocontrol. Vale la pena señalar que la compañía se niega a contratar a un grupo de
especialistas para que realicen un Estudio e Informe de Impactos Ambientales (EIA/RIMA), una
exigencia del Consejo Nacional de Medio Ambiente (CONAMA) en su resolución 001/86, por lo
que obstaculiza incluso la labor de las autoridades ambientales del estado, del IEF y del Consejo
Estadual de Política Ambiental - COPAM (ver también el Principio 1), según nos informó un
empleado del IEF que no quiso identificarse. La empresa sólo está dispuesta a entregar un Informe y
Plan de Control Ambiental (RCA/PCA), que consiste en un análisis superficial, sin considerar
medidas para contener los impactos negativos. Lo importante es precisamente contener los impactos
negativos que son muchos y graves, como quedó en evidencia en el trabajo de campo. Subrayamos
que Plantar tampoco dispone de un EIA/RIMA.
PRINCIPIO 07: Plan de manejo
Debe redactarse, instrumentarse y actualizarse un plan de manejo acorde con la escala e
intensidad de las operaciones propuestas. Los objetivos a largo plazo del manejo de bosques y
los medios para lograrlos deben definirse claramente.
Las empresas cumplen con este principio en lo que respecta a las zonas de eucaliptos, pero no hay
un plan de manejo consolidado para las zonas no plantadas.
Según los RP de la certificación, hay un plan de manejo de los eucaliptos muy claro para las
235.886 hectáreas certificadas de V&M y para los eucaliptos de Plantar. Sin embargo, para las
107.560 hectáreas de V&M que no son zonas plantadas con eucaliptos, sino en su mayoría zonas de
sabana, no hay un plan de manejo. Por el contrario, hay una política para evitar el uso de servicios
que brinda este bioma extremadamente rico. Esta política impide una explotación sustentable que
pueda beneficiar a las comunidades locales. Como se relata en otras partes de este informe, hay una
política para aislar estas áreas de las comunidades locales, lo que causa indignación e insatisfacción
entre los habitantes, que siempre las han usado de manera colectiva. Ni en el informe de la SGS,
sobre V&M, ni en el de SCS, sobre Plantar, encontramos algún elemento que ahonde en el manejo
tradicional de la sabana que hacen las comunidades locales, un tema bastante estudiado y conocido
por entidades como el CAA de Montes Claros.
Además, el mismo RP de V&M dice que:
“las visitas de campo demostraron que a pesar de que algunas de estas zonas tienen una valiosa
vegetación natural en buen estado de conservación, otras zonas se encuentran muy degradadas”
(RP SGS: p. 20). (“field visits showed that though some of these areas are very valuable natural
vegetation in a well-preserved state, other areas are very degraded”) (RP SGS: p. 20).
Nuestro trabajo de campo nos permite compartir dicha opinión: hay fuertes indicios de que en las
zonas no cultivadas con eucaliptos no se realiza ningún tipo de manejo.
Con relación a Plantar, el RP no aclara en ningún momento qué porcentaje del área que se pretende
certificar está cubierto de vegetación nativa. Recién después de una exigencia de SCS relativa al
manejo de reservas quedó claro que en el año 2000, dos años después de la certificación, la empresa
compró fincas vecinas con cobertura natural de la sabana para añadirlas al área certificada y poder
llegar al 20% de reserva legal - 20% de la propiedad que, según el Código Forestal Brasileño, debe
conservarse. Esto significa que cuando la empresa obtuvo la certificación tenía pocas áreas de
reserva, menos que las que exige la ley y sin ningún plan de manejo.
PRINCIPIO 08: Control y evaluación
El control debe dirigirse –acorde con la escala y la intensidad del manejo de bosques– para
evaluar las condiciones del bosque, el rendimiento de los productos forestales, la cadena de
protección, las actividades de manejo y sus impactos ambientales y sociales.
Durante las visitas de campo y las visitas a las comunidades y organizaciones locales, no hallamos
pruebas de un control preciso y cuidadoso de los impactos ambientales y sociales de las actividades
de manejo de bosques. Es necesario controlar constantemente la cadena de protección.
En ningún momento vimos que se hiciera un control de los impactos ambientales en los terrenos de
Plantar y V&M. No vimos letreros que indicaran la existencia de fuentes, cursos de agua, lagunas,
ciénagas, riachuelos y ríos, ni sus nombres, que por ley deben conservarse con sus respectivas Zonas
de Conservación Permanente (APP). El control de los cursos de agua debe incluir medidores del
nivel del agua para controlar las variaciones. No vimos estos medidores en ningún lugar, aunque
prácticamente todos los cursos de agua se habían degradado, se habían vuelto ocasionales y muchos
estaban secos durante la visita de campo.
Si las empresas hubieran tenido un plan de control de los impactos sociales, por ejemplo por lo que
respecta a los pastos colectivos que les quitaron a las comunidades locales y a la precariedad del
trabajo resultante de la tercerización, seguramente esos impactos reales que constatamos durante el
trabajo de campo se habrían solucionado. Pero aunque las empresas hubieran detectado dichos
problemas, ¿por qué no figuran en los RP? Es decir, ¿qué sentido tiene un plan de control si no
redunda en una acción concreta que parta de los problemas constatados?
Por lo que hace a la cadena de protección, hay dudas sobre ambas empresas. La Guía de Control
Ambiental que adjuntamos a este informe muestra que V&M do Brasil aún compra carbón nativo.
Esto demuestra que hay una cadena de protección oficial: V&M planta los eucaliptos, hace el carbón
y luego lo transporta a la fábrica de V&M do Brasil, además de utilizarlo para otras aplicaciones
como carbón en polvo, carbón para asado y leña cortada y empacada. Además, hay otra cadena de
protección paralela, que empieza con la quema de la sabana, la compra del carbón por comerciantes
locales y el transporte a la fábrica de V&M do Brasil en Bello Horizonte.
Con relación a Plantar, nos interesa señalar que sólo las plantaciones certificadas, menos del 5% del
área de la empresa, sirven para hacer carbón para asado. El resto de las áreas se destina al carbón
para la siderurgia. Debido a la denuncia contra V&M y a la semejanza de ambas empresas, aparte de
la falta de inspección constatada en campo, es necesario realizar una auditoría urgente de la cadena
de protección de Plantar que asegure que la empresa no está mezclando carbón para asado con el
carbón para la siderurgia. Subrayamos la enorme dificultad para distinguir e inspeccionar estos
destinos, ya que se trata del mismo producto: el carbón.
En resumen, el tema es el siguiente: ya sea el carbón que se destina a la siderurgia, el que se embala
y se vende directamente al consumidor o el que sigue cualquier otro destino, ¿cómo asegurarnos que
el carbón con el sello FSC es precisamente el que proviene de la madera de las unidades de manejo
certificadas? En el caso de Plantar, esa garantía exige un control permanente, ya que las unidades de
manejo que certificó SCS son pocas en relación con el conjunto de las plantaciones de la empresa.
Es evidente que un plan o sistema de selección y diferenciación de la madera, por sí solo, no es una
“garantía” efectiva. La empresa puede tener un plan detallado que permita definir de qué terreno, e
incluso de qué árbol, proviene el carbón, pero eso por sí solo no es una garantía de que no se utiliza
la madera de las UMF no certificadas o incluso la madera nativa de la sabana. De acuerdo con una
“factura” que conseguimos durante el trabajo de campo, V&M do Brasil aún compra y usa carbón
hecho de madera de la sabana del norte de Minas Gerais. Algunos camioneros que entrevistamos
dijeron que entre un 10% y un 15% del carbón que transportan a V&M do Brasil y Plantar proviene
de la sabana. Los camioneros fueron una fuente de información fundamental para quienes estudiaron
e investigaron al “sector del carbón” en MG -la CPI, el MPT, la DRT, etc.-, pero tanto la SGS como
SCS no parecen haberlos interrogado sobre las dos empresas que estaban evaluando. Aparte de un
plan abstracto y conceptual, puramente técnico, no hay ninguna garantía de que el carbón certificado
(al fin y al cabo es en él que viene el “sello”, como un mensaje simbólico al consumidor) proviene
de veras de las unidades de manejo que se evaluaron. En el caso de Plantar, el control externo e
independiente es fundamental, ya que no certificó la gran mayoría de sus plantaciones. En el caso de
V&M, que certificó todas las UMF, ¿por qué entonces comprar carbón proveniente de la sabana?
PRINCIPIO 09: Mantenimiento de los bosques de alto valor de conservación
Las actividades de manejo de bosques de alto valor de conservación deben mantener o
aumentar las cualidades que distinguen a estos bosques. Las decisiones relativas a los bosques
de alto valor de conservación deben considerarse siempre en el contexto de un enfoque de
precaución.
En la actualidad V&M no logra satisfacer este principio, ya que en los últimos años empezó por
primera vez un proceso de sistematización de los elementos de la fauna y la flora en las áreas no
plantadas con eucaliptos. Los mismos controles de la SGS dejan dudas sobre si ya hay datos
suficientes para definir las zonas de sabana de alto valor de conservación por lo que respecta a la
fauna y la flora. Además, V&M y Plantar deberían necesariamente tener en cuenta a las
comunidades locales y su profundo conocimiento sobre este bioma para definir bien dichos lugares.
Según el RP de V&M, fue necesario aplicar una Acción Correctiva Mayor (ACMayor) para
controlar sistemáticamente las informaciones sobre algunas especies de fauna dentro de las áreas,
sobre todo para evaluar el impacto de las actividades realizadas por la empresa en las plantaciones.
En respuesta, la empresa se puso en contacto con las Universidades Federales de Viçosa y Minas
Gerais, que presentaron una propuesta para realizar la recolección de datos con vistas a un posterior
plan de control. Dicha acción, aparte de algunas medidas internas en la empresa, convirtió la
ACMayor en una Acción Correctiva Menor (ACMenor). En la segunda visita de control de febrero
de 2001, más de dos años después de la certificación, el informe de la SGS sostiene que “se llevó a
cabo una reunión con el grupo de investigadores de la UFLA (léase Universidad Federal de Lavras)
en la que se discutió en qué etapa se encontraba este trabajo de investigación en gran escala,
sobremanera valioso y pionero” (2º control SGS: p. 4) (“a meeting was held with the research team
from the UFLA (read: Federal University of Lavras) at which progress on this large-scale, extremely
valuable and pioneering research work was discussed”) (2º control SGS: p. 4). Lo sorprendente es
que esta Universidad no tuvo nada que ver con esta investigación sobre la fauna, sino con otra sobre
la flora (ver el próximo párrafo). Durante la reunión, la UFLA afirmó que se había estudiado menos
del 50% de los más de 1.500 lotes de sabana, lo que llevó a que la SGS convirtiera otra vez la
ACMenor en una ACMayor, ya que todavía no había ninguna propuesta concreta de control. La
nueva ACMayor le exigió a la empresa una planificación realista para terminar el trabajo de
relevamiento y empezar el control. En la tercera visita de control de la SGS, diez meses después, se
constató que el plan de control había empezado en mayo de 2001, es decir, tres meses después del
segundo control, cuando todavía faltaba estudiar más de 750 lotes de reserva. Vale la pena recordar
que el área de la empresa se encuentra en una zona geográfica muy grande, lo que hace mucho más
difícil el trabajo de campo. En conclusión, lo que cuestionamos es la falta de precisión de la SGS
por lo que atañe al control de este asunto, como asimismo la conclusión a la que llega el trabajo de
relevamiento y el hecho de haber comenzado el control de la fauna en tan poco tiempo, sin que la
SGS hubiera hecho ningún tipo de comentario o cuestionamiento sobre el contenido del
relevamiento y del plan de control. Sin embargo, hace casi cuatro años que ostentan el sello FSC.
La SGS exigió otra ACMayor para relevar datos, mapear la vegetación nativa y protegerla en las
áreas de la empresa mediante un programa denominado “Programa de Manejo de la Sabana” (RP
SGS: p. 43) (“Programme for management of the Cerrado”) (RP SGS: p. 43). En virtud de esta
Acción, la empresa hizo un convenio con la Universidad Federal de Lavras (UFLA) para realizar el
trabajo durante 24 meses. Como resultado de esta iniciativa, la ACMayor fue sustituida por una
ACMenor. En la primera visita de control de noviembre de 1999, la empresa estimaba que el
relevamiento de campo estaría listo para fines de 2000. Sin embargo, durante la segunda visita de
control de febrero de 2001 se constató que no se había realizado más del 50% del trabajo de campo,
o sea, no se cumplió lo planeado. Por lo tanto, la SGS decidió convertir otra vez esa ACMenor en
una ACMayor y le exigió un plan realista para terminar el relevamiento de campo y empezar el plan
de manejo de las zonas de sabana. V&M planeó la elaboración del plan de manejo para junio de
2002. Durante la tercera visita de control de diciembre de 2001 se concluyó el relevamiento de la
flora, o sea, en diez meses lograron terminar más del 50% del trabajo de campo. Según la SGS,
también se fijaron normas de manejo para cada área, según el tipo de alteración constatada, y sus
correspondientes acciones correctivas adecuadas a cada situación. También en este caso no nos
queda otra cosa sino concluir con un cuestionamiento: la rapidez con que se terminó el trabajo sin
ninguna objeción de la SGS, ni siquiera en lo que respecta al contenido del plan de manejo.
En todo el trabajo de investigación sobre el valor de las zonas de sabana, incluidas la fauna y la
flora, no se plantea en ningún momento la posibilidad de consultar o de hacer participar a las
comunidades locales. Las comunidades locales son los verdaderos especialistas de la región. Dayrell
(1998) cuenta que:
“Asimismo, al estudiar los agroecosistemas familiares típicos, vimos cómo usan con cierta
frecuencia de 26 a 78 especies de plantas nativas distintas. Una de las familias investigadas
demostró conocer 141 plantas diferentes: su uso (alimenticio, medicinal u otros), su ubicación
más común en el paisaje, la forma de reproducción (con semillas o por rebrote) y, en muchos
casos, el mes en que florecen o se cosechan los frutos (2)” (Dayrell, 1998).
Comparemos esta cita con lo que dice la SGS en el RP de V&M:
“Los días claros (de V&M) habrá tres objetivos principales: (...) para brindarles algún tipo de
educación ambiental: por lo general, en el sector local de la agricultura el grado de
conocimientos sobre conservación del suelo y las aguas y la protección de la flora y la fauna no
es muy alto. Los días claros son una oportunidad para que la gerencia de MAFLA (léase V&M)
les explique a los agricultores locales la importancia de dichos temas” (RP SGS: p. 39).
Pero son precisamente los agricultores locales los que deberían ser los “educadores”, ya que
conocen bien el ambiente y saben cómo utilizarlo y protegerlo, mientras que las empresas han
quemado grandes zonas de sabana, según varios testimonios de los pobladores. Como dice el
escritor João Guimarães Rosa, “Maestro no es el que siempre supo, sino el que de repente aprende”
(Guimarães Rosa, 1985). Dayrell (1998) escribe lo siguiente:
“... la recolección de la leña casi siempre se realiza eligiendo las maderas más viejas, secas y
caídas. Cuando se hace el corte, nunca es generalizado (salvo para la labranza o el forraje), casi
siempre es raso, lo que permite que luego rebrote. Parece que el corte se hace al azar. Sin
embargo, un informante dijo que cuando va a cortar una madera, si es poco común, siempre
comprueba que haya otra de la misma especie, más joven, que pueda sustituirla. Una vez vi a un
geraizeiro (léase habitante de la sabana) arrancando plantas en una zona de pastos. Le pregunté
por qué no arrancaba algunas especies y me contestó contándome sobre la utilidad de las
especies que no había arrancado” (Dayrell, 1998).
Los llamados “pastos comunes”, ubicados en las altiplanicies, tienen una importancia social y
cultural enorme, porque eran áreas de uso colectivo. Según los testimonios que recogimos en
Bocaiúva, la ocupación y el alambrado de dichas áreas por parte de la compañía V&M hasta el día
de hoy causa insatisfacción entre las comunidades locales.
Con relación a Plantar, SCS dice que en el año 2000 la empresa compró otros terrenos, un total de
2.975 hectáreas de vegetación nativa, para satisfacer una exigencia legal del Código Forestal
brasileño. Según SCS, la empresa clasificó los terrenos por área de conservación, área de
preservación y área de reserva legal, sin hacer mayores comentarios.
PRINCIPIO 10: Plantaciones de árboles
Las plantaciones de árboles deben planearse según los principios 1 al 9, el Principio 10 y sus
Criterios. Teniendo en cuenta que las plantaciones pueden aportar un conjunto de beneficios
sociales y económicos y que pueden ayudar a satisfacer las necesidades globales de productos
forestales, deben completar el manejo, reducir las presiones y promover la restauración y la
conservación de los bosques naturales.
Por varias razones, las plantaciones de árboles de V&M y Plantar no satisfacen los principios del
FSC (del 1 al 9), según lo que referimos en este informe. La mayoría está en terrenos con
vegetación nativa de la sabana, lo que ayudó a destruir este bioma amenazado y causó impactos
sociales, ambientales, culturales y económicos. Asimismo, denunciamos que Plantar taló una zona
de sabana en el año 2000 y que V&M sigue comprando carbón hecho con la madera de la sabana
para producir acero, una práctica absolutamente contraria al Principio 10 del FSC.
Este informe muestra que las compañías investigadas, V&M y Plantar, no acataron varios elementos
de los Principios 1 a 9 del FSC, por lo que la certificación es ilegítima. Entre dichos elementos
incluimos los impactos ambientales, sociales, económicos y culturales. Muchos informantes
denunciaron que lo primero que hicieron estas empresas fue quemar la sabana para obtener carbón y
luego plantaron eucaliptos. Pero, para el FSC, este hecho no influye en la certificación, ya que la
deforestación se realizó antes de noviembre de 1994. Sin embargo, los impactos de la destrucción
total de este bioma en las zonas de cultivo se sienten hasta el día de hoy, principalmente las
poblaciones locales que perdieron mucho de su flora y su fauna y sus recursos hídricos y sufrieron
las consecuencias de la aplicación de agrotóxicos. Lejos de proteger la vegetación nativa que aún
queda, las miles de hectáreas plantadas con eucaliptos terminan convirtiéndose en una amenaza.
Subrayamos que, según los pobladores de Curvelo, Plantar taló un área de sabana de unas 120
hectáreas que compró en el año 2000 en la zona de Lagoa do Capim.
Según el RP de V&M, al momento de la certificación, la empresa aún no había fijado bien el tamaño
del área de corte y utilizaba terrenos de cultivo de 30 a 50 hectáreas. Por lo tanto, la SGS exigió una
Acción Correctiva Menor (ACMenor) para obligar a la empresa a definir un tamaño fijo. Durante el
primer control de la SGS, realizado en noviembre de 1999, dicha ACMenor se excluyó, ya que la
compañía había fijado el tamaño máximo de los terrenos de cultivo en 24 hectáreas. Sin embargo,
durante nuestro trabajo de campo en la finca Pé do Morro, en Bocaiúva, vimos varios terrenos de
cultivo de 41,62 a 48,89 hectáreas, según lo indicaban unos letreros pequeños al borde de la
carretera (ver foto 17).
De acuerdo con el RP de V&M, la empresa está abriendo corredores ecológicos cada 500 metros en
todas las plantaciones de eucaliptos. Recién el último día del trabajo de campo constatamos la
existencia de un corredor ecológico de exactamente 25 metros de ancho (ver foto 18). Vale la pena
recordar que uno de los revisores del RP cuestionó la eficacia, por lo que hace a la fauna nativa, de
un corredor de tan sólo 25 metros de ancho. Ese revisor, cuyo nombre no figura en el RP, sostiene
que “los corredores ecológicos deben tener por lo menos de 50 a 100 metros de ancho para ser
útiles” (RP SGS: p. 43) (“Wildlife corridors should be at least 50-100 m wide to be useful.”) (RP
SGS: p. 43). La SGS reaccionó ante esta crítica diciendo que el tema sería discutido en las visitas de
control. Sin embargo, no encontramos ningún otro comentario sobre este asunto en los tres informes
de control que luego difundió la SGS.
Varias personas entrevistadas denunciaron que V&M do Brasil, una empresa que pertenece al
mismo propietario de V&M y que consume el carbón producido por V&M, aún compra carbón
hecho de las maderas de la sabana y producido por estancieros y/o ocupantes de las tierras
restituidas. La sabana, con una biodiversidad enorme, es un bioma amenazado. Una persona
entrevistada que no quiso identificarse nos dio una muestra del uso que se hace del carbón nativo:
una Guía de Control Ambiental (adjunta). Esta guía, emitida por el Instituto Estadual de Bosques
(IEF) el 25 de octubre de 2002, autoriza el transporte de 60 metros de madera nativa de Curvelo a
V&M do Brasil S.A. en Bello Horizonte. Esta siderurgia usa carbón vegetal como fuente de energía
para la producción de acero. El uso de carbón nativo es un hecho sobremanera grave, debido a la
propuesta esencial de que las plantaciones de árboles sean fuentes renovables de madera,
precisamente para evitar la tala de la vegetación nativa, en este caso, la sabana. Según algunos
camioneros entrevistados, esa práctica existe porque no hay ningún tipo de inspección en la
carretera. Hicimos el recorrido de Curvelo a Montes Claros y constatamos la inexistencia de
cualquier tipo de inspección. Este hecho es igualmente grave, dada la justificación esgrimida por la
empresa de que sus plantaciones ayudan a conservar la sabana, cuando en realidad la empresa no
cumple con lo que divulga ni con lo que establece la legislación brasileña.
Capítulo 05:
CONSIDERACIONES FINALES
El objetivo de este informe no es quitarle importancia al FSC ni a la certificación de bosques en
general. Al contrario, este trabajo intenta ayudar a lograr un objetivo fundamental que el FSC ha
defendido desde su creación: garantizar que el consumidor que compra productos con el sello del
FSC tenga la seguridad de que el producto que compra proviene de una zona donde los bosques se
manejan de manera sustentable, con beneficios sociales, económicos y ambientales en el contexto
local donde se practica. Luego de haber evaluado la certificación de las empresas V&M Florestal y
Plantar S.A. –en 1998 V&M, con más de 235 mil hectáreas, se convirtió en la empresa más grande
con el sello del FSC para plantaciones forestales en Brasil–, concluimos con total seguridad que
dicha seguridad hoy en día, en el caso de las plantaciones, no existe.
Creemos que los miembros del FSC, que serán los primeros en recibir este informe, deben examinar
–basándose también, claro está, en otros estudios e informes– en qué casos es preciso corregir la
certificación de plantaciones forestales para asegurar la credibilidad del sello, teniendo en cuenta no
sólo los principios y criterios, sino también los procedimientos que se adoptan hoy en día en relación
con las empresas certificadoras y la forma en que las mismas conducen el proceso de certificación,
un tema bastante cuestionado en este informe.
Como aporte a esta discusión, desearíamos que se considerara lo siguiente:
-
por lo que respecta a las poblaciones y economías locales, este estudio de caso muestra
claramente el enorme contraste entre la “pobreza” social, económica y ambiental de los
monocultivos de eucaliptos y la “riqueza” social, cultural, económica y ambiental del manejo de
un bosque natural, en este caso la sabana. Para el consumidor final, sería una falta de
transparencia y credibilidad el que un producto tuviera el sello FSC sin saber si el producto que
compró proviene de una plantación “industrial” de especies exóticas de una megaempresa
ubicada en medio de la sabana o de una cooperativa de comunidades locales que manejan de
forma sustentable la sabana y sus especies endógenas y propias. El FSC aumentaría sobremanera
la credibilidad si estableciera una distinción entre la certificación de una zona con vegetación
nativa (un bosque natural, sabana, etc.) y la de una zona con monocultivos de árboles, muy
diferentes una de la otra;
-
la necesidad de establecer esta distinción se vuelve más evidente si se tiene en cuenta que los
primeros nueve principios y criterios del FSC se elaboraron para manejar bosques nativos y no
para manejar monocultivos de árboles. El Principio 10 se elaboró para atender específicamente a
la realidad de las plantaciones, pero siempre se exigió el cumplimiento de los nueve primeros
principios. Este informe demuestra que muchas de las objeciones a los primeros diez principios
son aplicables a todos los monocultivos de árboles en gran escala actualmente certificados por
el FSC. Veamos algunos ejemplos:
- los beneficios del bosque (Principio 05) se limitan a uno solo (eucaliptos para un fin
específico: carbón, celulosa, etc.), lo que genera conflictos con el uso tradicional y
colectivo que hacen las comunidades locales de la vegetación nativa;
- debido a la sustitución de la vegetación nativa, la instrumentación del manejo moderno
de monocultivos nunca logra conservar la biodiversidad y sus valores asociados
(Principio 06); por el contrario, siempre causa impactos significativos sobre la cantidad
y calidad del agua, la biodiversidad de la flora y la fauna y la protección del suelo;
- en las regiones donde se instala una plantación, los beneficios económicos y sociales
(Principio 10) de productos como el carbón destinado a la siderurgia o la madera
destinada a la producción de celulosa son insignificantes si se los compara con los
impactos sociales negativos sobre la vida de los trabajadores y los impactos
socioeconómicos negativos sobre la vida de las comunidades locales, todo lo cual está
documentado en numerosas publicaciones en muchos países donde hay plantaciones de
monocultivos de árboles en gran escala;
-
la separación del sello del FSC –un sello nuevo sólo para los productos de los bosques nativos y
otro para los productos de las plantaciones de árboles– exige necesariamente la elaboración de
principios y criterios nuevos para las plantaciones forestales. Creemos que la base de estos
principios y criterios nuevos sólo se construye a partir de un debate profundo sobre lo que se
considera un manejo sustentable en el contexto de la moderna silvicultura. Este debate nos
remite a otra discusión mucho más profunda: ¿qué tipo de sociedad sustentable queremos?;
-
como representantes de ONGs del área ambiental, social, indígena y sindical, creemos que la
nueva “sustentabilidad” de las plantaciones de árboles en gran escala depende, en primer lugar,
de que las comunidades locales las acepten; necesariamente, serían ellas las principales invitadas
a participar en la discusión, junto con los miembros del FSC. Claro que ningún sistema de
silvicultura se iguala al bioma de la sabana, sobremanera rico en servicios ambientales, sociales,
culturales y económicos. Además, estamos seguros de que el modelo actual es absolutamente
inadecuado, porque no le proporciona prácticamente ningún beneficio a la población local; por
el contrario, sobre todo causa impactos negativos;
-
pensamos que este nuevo modelo de silvicultura debe lograr una cierta diversidad en la
composición de las plantaciones de árboles, o sea, en el terreno de cultivo y no a través de
“corredores ecológicos”. Sin duda, la pérdida de homogeneidad de las plantaciones reducirá la
producción de madera, pero por otra parte aumentará los posibles beneficios sociales,
ambientales y económicos, aparte de asegurar más equilibrio ecológico, como lo demuestra la
agroecología. De esta forma, aumentaría la inserción y adaptación de las plantaciones forestales
al ambiente local, no sólo desde el punto de vista ecológico, sino también social, económico y
cultural.
Esperamos que muchos miembros del FSC, grupos de consumidores y representantes de las
empresas quieran participar en esta discusión bastante avanzada y con buenos resultados en varias
áreas de la agricultura. Al mismo tiempo, sabemos que la lógica del mercado, por ejemplo el
mercado de la celulosa, vuelve difícil este tipo de discusión sobre el modelo. La competencia sólo
admite discusiones si es para aumentar más la productividad, sin tener en cuenta cualquier otro
parámetro. Pero creemos que es necesario hacer este esfuerzo, aunque la adhesión sea escasa al
principio, porque recordamos a todos los que por culpa del actual modelo de plantaciones de
eucaliptos y otros monocultivos en gran escala:
- perdieron sus tierras, sus terrenos de uso colectivo, sus fuentes de sustento;
- se accidentaron o murieron en las actividades de extracción de la madera y producción del
carbón o se envenenaron con los agrotóxicos;
- perdieron sus fuentes de agua y peces;
- perdieron el empleo en las empresas;
- perdieron la infancia y la esperanza de una vida mejor.
Muchas veces estos impactos reales se debieron al creciente consumo de los consumidores,
principalmente en los países del Norte. Esto representa otro desafío para el FSC, si lo que queremos
es un futuro de veras sustentable.
Creemos que el FSC tiene dos caminos por delante:
- seguir certificando megaplantaciones como la de V&M y hacerse de una gran tajada del
mercado, aunque recibiendo constantes denuncias que socavan cada vez más su credibilidad, o
- rever a fondo su política de certificación de plantaciones forestales y recuperar la legitimidad en
la que tanta gente del Norte y del Sur, inclusive los que escribimos este informe, aún está
dispuesta a apostar.
* Caryocar brasiliense. [N. de la T.]
* Este relevamiento se realizó a partir del documento elaborado por la UFLa (Universidad Federal
de Lavras, 1995), “Relevamiento de especies vegetales de la sabana”, que arrojó un total de 249
plantas conocidas por los geraizeiros del norte de Minas Gerais.
* Tierras que no son propias ni de uso público, pero que tampoco se incorporan al dominio privado.
[N. de la T.]
* Nombre que se le da a la región. De ahí deriva geraizeiros: habitantes de Os gerais. [N. de la T.]
* Es importante señalar que la mayoría de las especies nativas de la sabana rebrotan luego del corte.
Bibliografía
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Minas Gerais de fomento del cultivo, extracción, consumo, comercialización y procesamiento
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Bello Horizonte, 27-07-2001.
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Diputado Adelmo Carneiro Leão, presidente de la CPI. Bello Horizonte, 11-06-2002.
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WWW.PLANTAR.COM.BR
-
WWW.VMTUBES.COM.BR
Siglas
ACMayor – Acción Correctiva Mayor
ACMenor – Acción Correctiva Menor
AMDA – Asociación de Defensa Ambiental de Minas Gerais (por su sigla en portugués)
APP – Área de Preservación Permanente
CAA – Centro de Agricultura Alternativa
CAT – Comunicación de Accidente de Trabajo
COPAM – Consejo Estadual de Política Ambiental
CPI – Comisión Parlamentaria Investigadora
CPT – Comisión Pastoral de la Tierra
DRT – Repartición Regional de Trabajo (por su sigla en portugués)
EIA/RIMA – Estudio e Informe de Impactos Ambientales (por su sigla en portugués)
FETAEMG – Federación de Sindicatos de los Trabajadores Rurales de Minas Gerais
FITIEMG – Federación de Trabajadores de la Industria Extractiva de Minas Gerais
FSC – Consejo de Manejo de Bosques (por su sigla en inglés)
IEF – Instituto Estadual de Bosques (por su sigla en portugués)
LER – Lesión por Esfuerzo Repetitivo
MAFLA – Mannesman Florestal Ltda. (en el 2000 pasó a llamarse V&M Florestal Ltda.)
MDL – Mecanismo de Desarrollo Limpio
MG – Minas Gerais (estado de Brasil)
MPT – Ministerio Público (Federal) de Trabajo
OIT – Organización Internacional del Trabajo
Plantar – Plantar S.A. Reflorestamentos
PIDESC – Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
RCA/PCA – Informe y Plan de Control Ambiental (por su sigla en portugués)
RP – Resumen (sumario) Público del informe de evaluación para la certificación
SCS – Sistemas de Certificación Científica (por su sigla en inglés)
SENAR – Servicio Nacional de Aprendizaje Rural
SGS – Sociedad General de Vigilancia (por su sigla en francés)
STR – Sindicato de Trabajadores Rurales
UFLA – Universidad Federal de Lavras
UFMG – Universidad Federal de Minas Gerais
UMF – Unidad de Manejo Forestal
UNIMONTES – Universidad Estadual de Montes Claros
V&M – Vallourec & Mannesman Florestal Ltda.
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