El proceso de revisión editorial

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EL PROCESO DE REVISIÓN EDITORIAL
Dr. Eduardo B. ARRIBALZAGA * MAAC MCBE
Publicado en Rev Argent Resid Cirug,1998;3(2):48-50.
El proceso de revisión editorial sirve para asegurar la integridad y el progreso científico
mediante una crítica evaluación de hipótesis y hechos comprobados mediante revisores
competentes y objetivos (13). Muchas veces se considera a este proceso, principalmente
en una publicación científica, como un simple control de calidad. Este concepto, en
ocasiones explícitamente marcado(15), no tiene en cuenta otros de fundamental
importancia como son la función del editor o el objetivo primario de toda publicación
científica, sin existir en nuestro país, afortunadamente, la presión por publicar (1).
El propósito de este artículo es definir con precisión el real alcance de un proceso de
revisión editorial, analizando los factores intervinientes.
Función del Editor
En una comunicación científica, el editor de una revista tiene una doble responsabilidad:
con el autor y con los lectores. Con el autor, porque éste es el "dueño" intelectual del
artículo y por consiguiente, debe considerarse material confidencial hasta su
publicación. Con los lectores, porque sólo permitirá la publicación de artículos con
probada honestidad intelectual y escritos según las pautas o requisitos que se exigen,
luego de un proceso de revisión editorial exhaustivo. El editor es el responsable por la
corrección de las erratas, las faltas ortográficas, puntuación, redacción y evidentes
errores de estilo que hacen poco claro al artículo para su lectura. Actúa como un primer
lector, crítico de las formas y del contenido. Es, en definitiva, un "puente" entre el autor
y los futuros lectores: si no es claro el artículo, difícilmente pueda el autor lograr que se
entienda lo que realmente quiere decir. Aquí, en esta especial situación, acude en su
ayuda el Editor para resaltar la idea que tiene ese artículo. También actúa como
corrector de todos los artículos de una Revista para asegurar la consistencia del estilo,
su legibilidad y concisión y permitir que una Revista se diferencie de otras según su
propio "estilo". Además hace confluir diferentes formas de escribir de los distintos
autores sin realizar una homogeneización de sus diversas maneras. Es, en definitiva,
quien determina el contenido de una revista (11), con un concepto de libertad editorial
que no permite transgresiones de ningún tipo. En última instancia, el editor trata de
llevar una precisión acabada que haga más fácil y atractiva la lectura de la Revista y
pretende siempre ayudar a los autores a decir lo que quieren y también a decirlo como
realmente deben hacerlo.
----------------------------------------------* Editor Jefe Revista Argentina de Cirugía
Editor Científico de la Revista del Hospital de Clínicas
Editor Delegado South American Journal of Thoracic Surgery
Miembro del Membership Committee, Council of Biology Editors
Objetivos de la publicación científica
El objetivo primario de una publicación científica es la difusión de los conocimientos
surgidos en investigaciones, observaciones clínicas o educativas o de otro tipo para
comprender todo lo concerniente con las ciencias biológicas (2)(4). Igualmente
importante es la función docente del proceso de revisión editorial al valorar, no solo si
se cumplen las pautas o criterios exigidos para la publicación sino también si los
fundamentos razonados, las distintas especulaciones imaginativas y los debates que se
promueven, prioritariamente en los artículos con planteos de nuevos conceptos, son
indispensables de publicar. Por consiguiente, este proceso de revisión es también una
parte importante en la difusión de los nuevos conocimientos.
Debido al incesante avance tecnológico, al crecimiento notable y sin pausa de los
nuevos hallazgos, surgen inconvenientes de todo tipo (incluso económicos) que
imposibilitan una correcta evaluación de los artículos por parte de los lectores si no
existiera un proceso de revisión editorial por pares o expertos que faciliten sólo la
publicación de trabajos o investiga-ciones de valor. No es una mera formalidad (14),
sino una especial forma de evaluación de un trabajo científico .
Revisión editorial por pares (Peer review system)
Este proceso de revisión no es nuevo (13): en 1664, la Royal Society Council para su
revista Philosophical Transactions of the Royal Society ya indicaba que el “material
debía ser primero revisado por al menos un miembro de la sociedad antes de su
publicación” y ésta es la más antigua referencia al singular medio de evaluación. Las
revistas Nature y British Medical Journal ya lo empleaban en el siglo XIX. Su uso se
generalizó luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Consiste en la revisión de los artículos que llegan a la editorial de una revista científica
para su evaluación previa a su eventual publicación. Este proceso revisa el manuscrito
mediante un formulario “ad hoc”, (que varía en cada revista), donde constan las
características de forma y contenido del artículo y así se detallan los diferentes items de
evaluación; al evaluar se busca la necesidad de evitar falacias, tanto en su forma como
en su contenido (5). El mencionado formulario es completado por un secretario de
redacción o un revisor interno del Consejo Editorial . Una vez hecho ésto, en reunión
períodica del Consejo Editorial, se debate la decisión acerca del mencionado manuscrito
para su publicación. Existen 3 posibles decisiones: aceptación, rechazo o aceptación con
pedido de correcciones o aclaraciones que permitan una mejor comprensión del texto.
Algunas revistas científicas destacan este proceso al señalar, al pie de página cuando se
publica el artículo, la fecha de ingreso a la revista del artículo y la fecha en que se tomo
la decisión final: a mayor tiempo entre ambas fechas, existe un mayor trabajo de
corrección y pedido de aclaraciones e hipotéti-camente un valor decreciente del artículo.
Cada revista científica tiene una modalidad de proceso de revisión editorial propio así
como los formularios a emplear y la esencia de ese proceso, por consiguiente, es
diferente según el espectro de lectores y temas que habitualmente se publican. No
significa que sean de mejor o peor calidad científica según el distinto tipo de revisión
editorial, por el contrario se adecuan en consonancia a la especialidad o temática de la
publicación. En algunos casos, el proceso de revisión es a doble ciego (8) (ni el autor
conoce quien es el revisor y viceversa, el revisor no sabe quien es el autor) y en otras
editoriales, sólo el autor ignora quién decide acerca de su manuscrito. Si es mejor uno u
otro método, es tema actualmente de discusión (10), pero en apariencia se decide por un
sistema más abierto donde tanto el revisor como el autor sepan quienes actúan en este
proceso. Este hecho, de reciente trascendencia en el Congreso de Praga desarrollado en
junio de 1998 entre los Editores de todo el mundo(16), se basa en razones éticas, para
igualar la posición de cada participante (autor y revisor) en el proceso y aumentar la
responsabilidad en una publicación científica. Es de destacar que este proceso siempre
se fundamenta en que los revisores (internos o externos, estos últimos fuera de la
revista) son destacados expertos en un área o especialidad, por lo cual el proceso de
revisión esta garantizado por personal idóneo. Sin embargo, un conocido editor trae el
recuerdo de un episodio por él vivido, cuando era un simple y joven autor, quien ante el
pedido de una aclaración por parte de un revisor en una prueba estadística empleada en
su manuscrito, finalmente este revisor le confió que “ no sabia nada de estadísticas” y
pedía la aclaración para poder aprender algo.
Debe existir un balance entre el control de calidad y la innovación: en alguna
oportunidad en nuestro país y en una destacada revista, un trabajo experimental sobre
colecistectomía laparoscópica en ovejas fue originalmente rechazado por no encontrarse
el interés. La consecuente discusión surgida en una reunión periódica entre un secretario
de redacción y el editor permitió descubrir el real valor de ese artículo, que fue
posteriormente citado por cirujanos franceses y sirvió de base en el extranjero al
desarrollo de trabajos sobre esta novísima técnica quirúrgica.
El problema que surge para los editores es que, por la proliferación de artículos e
incluso duplicaciones de éstos, es difícil encontrar un trabajo que sea de interés y
original. Si recordamos que un 10 a 14 % de los manuscritos contienen datos útiles, que
un 10 a 15 % de éstos son realmente importantes y casi un 50 % de los artículos nunca
serán citados posteriormente, es importante resaltar la improba tarea de los Consejos
Editoriales en la realización de un proceso de revisión eficiente y que no sea sólo un
simple trámite administrativo más. Debe además tenerse en cuenta que, a pesar de la
idoneidad de los revisores, la evaluación puede estar condicionada (y por ende, sesgada)
por la objetividad personal, el conocimiento del lugar donde se realizó el trabajo, etc (8)
o los antecedentes de haber sido enviada a una revista que se encuentra en el Index
Medicus (7).
Por otro lado, es trascendente que los revisores tengan una especial experiencia en una
particular área o especialidad, con contribuciones sustanciales en la literatura científica
o con intensa actividad profesional. Deben contar al mismo tiempo con cierto idealismo
(9) que combine su ojo crítico sobre el manuscrito con una actitud positiva y creativa
que tienda a mejorarlo y sirva como un hecho educativo distinto para el autor/investigador. Una adecuada revisión, facilitada por los especiales formularios de
evaluación, permite destacar la originalidad, importancia, diseño e interpretación del
trabajo en detalle, sin olvidar las pruebas estadísticas y la relevancia de las referencias
bibliográficas. Sin llegar a creer que sólo quien está entrenado en epidemiología o
estadística o es joven e inquieto buscador de novedades puede actuar como revisor en
una revista científica, cualquier destacado experto en una especialidad está capacitado
para proceder con este proceso único de evaluación con sólo sus conocimientos y
honestidad intelectual. No está exento de cometer errores en la evaluación: Horrobin
(12) estimó que 1/3 de las revisiones son seguras, competentes y claras, 1/3 son seguras
pero obsesionadas con lo trivial y el tercio restante son inapropiadas. Las evaluaciones
deben ser fundamentadas por evidencias y no contener solamente opiniones
disparatadas como por ejemplo, “ideas ridículas, ingenuas, pérdida de esfuerzo y
tiempo, etc”. No se debe creer que una revisión editorial puede quitar la posibilidad de
progreso de la ciencia al criticar con fundamentos las innovaciones surgidas, aún
cuando éstas fueran comunicadas en formas no tradicionales (3).
El proceso de revisión editorial, a pesar de sus deficiencias (16), para algunos autores se
convierte en una “caja negra” (black box) similar a las que tienen los aviones
comerciales, por que no se sabe cómo y quién es el responsable de la corrección del
manuscrito. Otros, temiendo que se convierta en una “caja de Pandora”, sugieren
modificaciones para mejorar incluso la versión final del manuscrito que se publicará
(17). El rechazo de un artículo (18), no sólo es el fracaso del autor para comunicar sus
ideas, sino también del proceso de revisión editorial en mejorarlo.
Por último, se recordará que en ciencia en general, pero en medicina en particular, se
debe buscar un equilibrio entre, por un lado la originalidad, creatividad y profundidad
de un tema y la seguridad y la veracidad por el otro lado, que impliquen un mejor
cuidado o asistencia al enfermo. En una palabra, al igual que en la práctica asistencial,
el proceso de revisión editorial debe ser consistente con los ideales de “ curar a veces,
mejorar a menudo, reconfortar siempre”.
Bibliografía
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2. Arribalzaga EB: Inquietudes ante un artículo científico . Rev Argent Cirug,
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4. Arribalzaga EB: Difusión, no duplicación. Rev Argent Cirug, 1998;74:127-131.
5. Auclair F, Leroux J, Weinberg AL and Turnbull J: Logic in Medicine: a need to teach
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10. Goldbeck-Wood S: Peer review process. News. BMJ, 1997;315:766.
11. International Committee of Medical Journal Editors: Editorial Freedom. BMJ,
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16. Smith R: Peer review: reform or revolution? BMJ, 1997;315:759-60.
17. Sweitzer BJ, Cullen DJ: How well does a journal´speer review process function?
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18. Wright C, Brown GF: Rejection: dealing with mixed messages. CBE Views,
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