Puntos sobresalientes Hechos 18 al 21, semana del 15 Julio 2013. Capítulo 18 9 Al igual que Priscila y Áquila, otros proclamadores del Reino imitaron el ejemplo de Pablo en el ministerio del campo. De hecho, el apóstol exhortó a sus hermanos cristianos: “Háganse imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo” (1 Corintios 11:1). En armonía con el ejemplo de Pablo, Priscila y Áquila ayudaron a comprender mejor las enseñanzas cristianas a Apolos, quien, a su vez, también ayudó a otros. Además, no hay duda de que el matrimonio contribuyó a hacer discípulos en Roma, Corinto y Éfeso (Hechos 18:1, 2, 18, 19; Romanos 16:3-5). *** it-1 pág. 604 Cronología *** El primer viaje de Pablo a Corinto puede calcularse por el proconsulado de Galión. (Hch 18:1, 11-18.) Como se explica en el artículo GALIÓN, su proconsulado al parecer se extendió del verano de 51 E.C. al verano de 52 E.C., aunque algunos eruditos favorecen los años 52 y 53 E.C. Por consiguiente, los dieciocho meses que Pablo permaneció en Corinto tal vez empezaron en el otoño de 50 E.C. y terminaron en la primavera de 52 E.C. Esto lo confirma, además, el hecho de que dos de los compañeros de Pablo en Corinto, Áquila y Priscila, habían llegado hacía poco de Italia debido al edicto del emperador Claudio, que ordenaba que todos los judíos se fueran de Roma. (Hch 18:2.) Paulo Orosio, historiador del siglo V, afirma que este edicto se dio en el noveno año de Claudio, es decir, en el año 49 o a principios de 50 E.C. ¿Qué lección se desprende de este repaso del capítulo 18 de Hechos? Pues bien, tal como Áquila y Priscila aprendieron de Pablo, nosotros nos haremos más hábiles en hacer discípulos si seguimos el ejemplo de buenos maestros de la Palabra de Dios. Busquemos la compañía de quienes están “intensamente ocupado[s] con la palabra” y “dando testimonio cabal” al prójimo (Hechos 18:5, Kingdom Interlinear Translation). Observemos cómo llegan al corazón con su enseñanza persuasiva, pues tal destreza nos ayudará a hacer discípulos. Si alguien estudia la Biblia con nosotros, podríamos sugerirle que invitara a los miembros de su familia o a sus vecinos a unirse al estudio. O también podríamos preguntarle si conoce personas a quienes pudiéramos ofrecerles un estudio bíblico (Hechos 18:6-8) 10 *** w03 15/11 Prediquemos para hacer discípulos *** 7. ¿Cómo se hicieron tan buenos maestros Áquila y Priscila? 8. ¿Qué aprendieron Priscila y Áquila al observar el ministerio de Pablo? 9. ¿Qué efecto tuvo en Priscila y Áquila el ejemplo de Pablo? *** w97 1/11 Los cristianos y el mundo de la humanidad *** 10. ¿Qué ha aprendido del capítulo 18 de Hechos que le ayudará a hacer discípulos? 11. ¿Qué clase de ciudad era Corinto, y qué resultado tuvo la predicación de Pablo en ella? 11 En Corinto había una comunidad judía de considerable tamaño, de modo que Pablo empezó su ministerio predicando en la sinagoga de ese lugar. Pero cuando los judíos se opusieron al mensaje, Pablo se dirigió a la población gentil. (Hechos 18:1-6.) ¡Y cómo era esa población! Corinto era una ciudad cosmopolita y comercial de mucho movimiento, notoria en todo el mundo romano por su vida disoluta. Tanto es así que “corintizar” significaba llevar una vida inmoral. No obstante, cuando los judíos rechazaron la predicación de Pablo, Cristo se le apareció y le dijo: “No temas, sino sigue hablando [...] porque tengo mucha gente en esta ciudad”. (Hechos 18:9, 10.) Y así fue, pues Pablo estableció una congregación en Corinto, algunos de cuyos miembros habían seguido anteriormente un estilo de vida “corintio”. (1 Corintios 6:9-11.) Aprendamos del ejemplo de otros maestros 7 ¿Cómo se hicieron Áquila y Priscila tan buenos maestros de la Palabra de Dios? Además de estudiar con diligencia y asistir a las reuniones, sin duda les ayudó mucho su estrecha relación con el apóstol Pablo, quien durante dieciocho meses se hospedó en casa del matrimonio en Corinto y trabajó con ellos en la elaboración y reparación de tiendas de campaña (Hechos 18:2, 3). Podemos imaginar las profundas conversaciones espirituales que sin duda mantuvieron. ¡Cuánta fortaleza espiritual debió de infundirles la compañía de Pablo! “El que está andando con personas sabias se hará sabio”, asegura Proverbios 13:20, de modo que la presencia del apóstol tuvo un excelente efecto en los hábitos espirituales de aquella pareja (1 Corintios 15:33). *** w12 1/5 pág. 23 ¿Lo sabía? : ¿Cómo era el “tribunal” mencionado en Hechos 18:12, 13 adonde se llevó al apóstol Pablo? Cuando Priscila y Áquila observaban el ejemplo de Pablo como proclamador del Reino, veían a un buen maestro en acción. El relato de Hechos señala que “todos los sábados pronunciaba un discurso en la sinagoga [de Corinto] y persuadía a judíos y a griegos”. Más tarde, con la llegada de Silas y Timoteo, “empezó a estar intensamente ocupado con la palabra, dando testimonio a los judíos para probar que Jesús es el Cristo”. Cuando los miembros de la sinagoga manifestaron escaso interés, Priscila y Áquila notaron que Pablo trasladó el centro de su predicación a un lugar más favorable, una casa contigua donde pudo ayudar a Crispo, “el presidente de la sinagoga”, a hacerse discípulo. Asimismo es muy probable que observaran el efecto profundo y productivo que aquella conversión tuvo en el territorio. El relato explica: “Crispo [...] se hizo creyente en el Señor, y también toda su casa. Y muchos de los corintios que oyeron empezaron a creer y a bautizarse” (Hechos 18:4-8). 8 ▪ El pasaje de Hechos 18:12, 13 dice que los judíos de la ciudad de Corinto acusaron a Pablo de realizar propaganda religiosa ilegal y lo condujeron al “tribunal” (en griego, béma, término que literalmente significa “lugar para asentar el pie”). En la antigua Corinto había una plataforma al aire libre cerca del centro de la plaza de mercado, o ágora. Este lugar, que tal vez estaba ubicado a tan solo unos pasos de la sinagoga, era ideal para que un orador se dirigiera al pueblo. La plataforma, minuciosamente decorada con finos grabados, era de mármol blanco y azul. Contaba con dos áreas de espera con suelos de mosaico y bancos de mármol. Al parecer, ese podio fue el tribunal adonde llevaron a Pablo para comparecer ante el procónsul Galión, gobernador romano de Acaya. Desde ahí, los magistrados escuchaban casos judiciales y dictaban sentencias ante la multitud reunida. 1 En las ciudades estado griegas era común que la gente se congregara frente a estos tribunales, pues allí se administraban todos los asuntos oficiales. En relación con el juicio de Jesús, los textos griegos tanto de Mateo 27:19 como de Juan 19:13 emplean el término béma para referirse al tribunal desde el que Poncio Pilato se dirigió a la multitud (compárese con Hechos 12:21). cristiano. Cuando el procónsul Galión se negó a escuchar las acusaciones de los judíos en contra de la enseñanza religiosa de Pablo, la muchedumbre se apoderó de Sóstenes y se puso a golpearlo. Ciertos manuscritos dicen que esa muchedumbre estaba compuesta de “griegos” antijudíos, mientras que otros dicen que fueron “judíos”. Sin embargo, ambos términos son interpolaciones, pues ninguno de los tres manuscritos más antiguos dicen qué grupo o partido fue el que atacó a Sóstenes. (Hch 18:8, 12-17.) *** bt cap. 19 “Sigue hablando y no calles” *** 14, 15. a) ¿Qué acusación plantearon los judíos contra Pablo, y por qué la desestimó Galión? b) ¿Qué le sucedió a Sóstenes, y qué es posible que hiciera más tarde? Es posible que esta mala experiencia que sufrió Sóstenes le llevara a convertirse al cristianismo y, posteriormente, a asociarse con Pablo en Éfeso, pues en los saludos que aparecen al comienzo de su primera carta a los Corintios Pablo incluye los de cierto Sóstenes (nombre griego no demasiado común), y se refiere a él como “nuestro hermano”. (1Co 1:1.) 16. ¿Cómo podemos hacer nuestras las siguientes palabras del Señor: “Sigue hablando y no calles, porque yo estoy contigo”? *** bt cap. 19 pág. 152 “Sigue hablando y no calles” *** EL VOTO DE PABLO En Cencreas, Pablo se hizo “cortar al rape el pelo [...] porque tenía un voto” (Hech. 18:18). ¿Qué clase de voto era? En líneas generales, un voto es una promesa voluntaria por la que se asume ante Dios el compromiso de realizar un acto u ofrenda, o entrar en cierto estado. Hay quien cree que el apóstol se afeitó la cabeza al terminar un período de nazareato. Pero este servicio especial a Jehová exigía que el rapado se hiciera “a la entrada de la tienda de reunión”, según estipulaban las Escrituras. En vista de eso, parece que tal operación solo podría haberse efectuado en Jerusalén, y no en Cencreas (Núm. 6:5, 18). Hechos no dice el motivo del voto de Pablo. ¿Lo habría formulado antes de ser cristiano? ¿Habría hecho una petición a Jehová? No lo sabemos. Un comentarista explica que tal vez se rasuró en “acción de gracias [...] al haber sido preservado de todo daño durante el ministerio en Corinto”. 14 ¿Qué ocurrió cuando Pablo llegó al tribunal? El magistrado que presidía era Galión, procónsul de Acaya y hermano mayor del célebre filósofo romano Séneca. Los judíos presentaron este cargo: “Contrario a la ley, este persuade a los hombres a [adoptar] otra manera de adorar a Dios” (Hech. 18:13). Con estas palabras insinuaban que había estado realizando propaganda religiosa ilegal. Sin embargo, Galión se dio cuenta de que no era culpable de ninguna “injusticia o [...] acto inicuo de villanía” (Hech. 18:14). Aquel magistrado no tenía la menor intención de enredarse en disputas judaicas. De modo que, antes de que el acusado pudiera abrir la boca para defenderse, desestimó la causa. Esta decisión enojó tanto a los denunciantes, que se desquitaron con Sóstenes, probablemente el hombre que había reemplazado a Crispo como presidente de la sinagoga. En efecto, “se pusieron a golpearlo enfrente del tribunal” (Hech. 18:17). ¿Por qué no impidió Galión aquel atropello? Quizás porque creía que él era el cabecilla de la turba y que, por tanto, lo tenía bien merecido. Sea o no así, es posible que del altercado saliera algo bueno, pues años después, en su primera carta a los Corintios, el apóstol habla de un tal Sóstenes y lo llama hermano (1 Cor. 1:1, 2). ¿Se trata del mismo que había sido agredido ante el tribunal? En tal caso, la desagradable experiencia pudo haberle ayudado a abrazar el cristianismo. 15 *** bt cap. 20 “Creciendo y prevaleciendo” pese a la oposición *** 8. ¿Qué ruta siguió Pablo de regreso a Éfeso, y por qué razón? “Usando persuasión respecto al reino de Dios” (Hechos 18:23; 19:1-10) Como ya hemos visto, Jesús le dijo a Pablo: “No temas, sino sigue hablando y no calles, porque yo estoy contigo” (Hech. 18:9, 10). Ahora bien, ¿cuándo le hizo esa promesa? Después de que los judíos rechazaron su predicación. Por lo tanto, conviene que recordemos siempre estas palabras, sobre todo cuando la gente rechaza nuestro mensaje. Nunca olvidemos que es Jehová quien lee los corazones y atrae a su lado a las personas sinceras (1 Sam. 16:7; Juan 6:44). Ciertamente, este hecho es un aliciente para trabajar con ganas en el ministerio. También nos anima saber que todos los días se bautizan centenares de personas, sí, cientos de miles cada año. Como el apóstol, tenemos que obedecer este mandato de Cristo: “Hagan discípulos de gente de todas las naciones”. Si estamos decididos a cumplirlo, contamos con la garantía que él mismo nos da: “Estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas” (Mat. 28:19, 20). Pablo había prometido regresar a Éfeso, y lo cumplió (Hech. 18:20, 21). Pero fijémonos en cómo fue la vuelta. La última vez lo dejamos en Antioquía de Siria. Así que hubiera podido hacer un corto viaje a Seleucia y luego ir directamente en barco hasta su destino. Sin embargo, realizó el trayecto por tierra, “por las partes del interior”, en un itinerario de unos 1.600 kilómetros (1.000 millas). ¿Por qué siguió una ruta tan fatigosa? Porque le permitía ir “fortaleciendo a todos los discípulos” (Hech. 18:23; 19:1). Aunque su tercera expedición misional iba a ser, como las dos anteriores, muy sacrificada, entendía que valía la pena. Hoy, los superintendentes que visitan con sus esposas las congregaciones muestran el mismo amor y abnegación. ¿Verdad que lo agradecemos? *** it-2 pág. 1058 SÓSTENES Celoso y humilde 16 8 *** w96 1/10 pág. 21 Apolos: elocuente proclamador de la verdad cristiana *** El relato de Lucas continúa: “Cuando lo oyeron Priscila y Áquila, lo tomaron consigo y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios”. (Hechos 18:26.) Áquila y Priscila debieron darse cuenta de que la fe de Apolos tenía mucho en común con la de ellos, pero actuaron prudentemente y no trataron de (de raíces que significan: “salvar” y “fuerza”). Presidente de la sinagoga de Corinto cuando Pablo visitó esa ciudad; posiblemente fue el sucesor de Crispo, quien se hizo 2 corregir en público el entendimiento parcial de Apolos. Podemos imaginarnos que sostuvieron varias conversaciones con él a fin de ayudarlo. ¿Cómo reaccionó Apolos, un hombre “poderoso [...] en las Escrituras”? (Hechos 18:24, Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español.) Seguramente Apolos llevaba tiempo predicando en público su incompleto mensaje antes de conocer a Áquila y Priscila. Una persona orgullosa podría fácilmente haberse negado a aceptar la corrección, pero Apolos fue humilde y agradeció poder perfeccionar su conocimiento. w96 1/10 págs. 21-22 Apolos: elocuente proclamador de la verdad cristiana *** El mensaje que predicaban Pablo y Apolos era el mismo, pero sus personalidades diferían. Pablo mismo admitió que era “inexperto en el habla”; Apolos, en cambio, era “elocuente”. (2 Corintios 10:10; 11:6.) Tenía aptitudes que le permitieron captar la atención de algunos miembros de la comunidad judía de Corinto. Logró ‘probar cabalmente que los judíos estaban equivocados’, mientras que Pablo, no mucho tiempo antes, se había marchado de la sinagoga. (Hechos 18:1, 4-6.) La modestia de Apolos también se hace patente en su disposición a aceptar una carta de recomendación de los hermanos efesios dirigida a la congregación de Corinto. El relato sigue diciendo: “Además, porque deseaba pasar a Acaya, los hermanos escribieron a los discípulos, exhortándolos a recibirlo amablemente”. (Hechos 18:27; 19:1.) Apolos no exigió que lo aceptaran por méritos propios, sino que siguió modestamente las disposiciones de la congregación cristiana. ¿Pudiera ser esta la razón por la que algunos sintieran predilección por Apolos? Varios comentaristas sostienen la teoría de que la pasión innata del pueblo griego por la discusión filosófica pudo haber contribuido a que algunos prefirieran el estilo más interesante de Apolos. Giuseppe Ricciotti opina que “su hablar florido y sus alegorías aladas le habían conquistado la simpatía de muchos, que lo anteponían a Pablo, orador seco y rudo”. Si, de hecho, hubo quienes permitieron incorrectamente que tales preferencias personales crearan divisiones entre los hermanos, resulta fácil comprender por qué Pablo criticó duramente el ensalzamiento de “la sabiduría de los sabios”. (1 Corintios 1:17-25.) *** w10 15/6 Sigamos edificándonos unos a otros *** 3, 4. ¿Qué ayuda recibió Apolos de Áquila y Priscila? 5. ¿Qué amorosa ayuda dan millones de proclamadores del Reino, y qué resultados obtienen? No obstante, dicha crítica no quiere decir que existiera fricción entre Pablo y Apolos. Aunque algunos han imaginado que estos dos predicadores fueron adversarios enconados que lucharon por ganarse las simpatías de los corintios, las Escrituras no dicen semejante cosa. En lugar de intentar liderar una facción, Apolos se fue de Corinto, regresó a Éfeso y estaba con Pablo cuando este escribió su primera carta a aquella congregación dividida. “Lo tomaron consigo” Cuando Apolos se mudó a Éfeso, ya era un fervoroso evangelizador, como indica el libro de Hechos: “Puesto que estaba fulgurante con el espíritu, iba hablando y enseñando con exactitud las cosas acerca de Jesús”. El problema era que “conocía solamente el bautismo de Juan”, pero no el bautismo “en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo”. ¿Por qué razón? Probablemente porque había escuchado la predicación de los seguidores de Juan el Bautista o de los discípulos de Jesús antes del Pentecostés del año 33. Aunque era muy celoso por la verdad, su conocimiento tenía lagunas importantes. Pero otros creyentes le dieron ayuda. ¿De qué manera? (Hech. 1:4, 5; 18:25; Mat. 28:19.) 3 No existía rivalidad entre ellos; es obvio que los dos estaban cooperando para solucionar los problemas de Corinto con mutua confianza. Tal vez Pablo tuviera sus dudas respecto a algunos corintios, pero, desde luego, no dudaba de Apolos. La labor de ambos estaba en completa armonía; sus enseñanzas se complementaban. Citamos las propias palabras de Pablo: “Yo planté, Apolos regó”, pues ambos eran “colaboradores de Dios”. (1 Corintios 3:6, 9, 21-23.) 4 Cuando Áquila y Priscila —un matrimonio cristiano— oyeron la valiente exposición que hizo Apolos en la sinagoga, decidieron llevárselo consigo para darle explicaciones más profundas (léase Hechos 18:24-26). Era lo más amoroso que podían hacer. No cabe duda de que abordaron la conversación con tacto y con deseos de ayudarle, y que hicieron todo lo posible para que no se sintiera criticado. Al fin y al cabo, lo que le faltaba era conocer mejor los comienzos de la congregación primitiva. Y seguro que él agradeció que le aclararan aquellos detalles esenciales. Así, con esta nueva información, “ayudó mucho” a sus hermanos de Acaya y dio un poderoso testimonio (Hech. 18:27, 28). Capítulo 19 *** w90 15/6 ¡La palabra de Jehová prevalece! *** 17. Respecto al bautismo, ¿qué instrucciones necesitaron Apolos y otros? 18. ¿Dónde testificó Pablo mientras estuvo en Éfeso, y qué resultado tuvo su testimonio? 19. ¿Qué sucedió en Éfeso que hizo que ‘la palabra de Jehová siguiera creciendo y prevaleciendo’ allí? Hoy día, millones de Testigos se sienten en deuda con quienes les ayudaron a entender la Biblia, y en muchos casos han formado con ellos sólidas amistades. Por lo general, los maestros tuvieron que celebrar durante meses sesiones de estudio, pero hicieron con gusto ese sacrificio, pues comprendían que era un asunto de vida o muerte (Juan 17:3). ¡Qué alegres se sintieron al ver a sus estudiantes captar la verdad, ponerla en práctica y dedicar su vida a hacer la voluntad de Jehová! 5 La palabra de Jehová prevalece en Éfeso 17 Poco después Pablo emprendió su tercer viaje misional (c. 52-56 E.C.) (18:23–19:7). Mientras tanto, en Éfeso, Apolos enseñaba acerca de Jesús, pero solo sabía del bautismo de Juan en símbolo de arrepentimiento por los pecados cometidos contra el pacto de la Ley. Priscila y Áquila “le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios”, y probablemente le explicaron que el bautizarse como Jesús incluía el que uno fuera sumergido en agua y que recibiera el espíritu santo derramado. Después del bautismo con espíritu santo en el Pentecostés de 33 E.C., todo el que se hubiera bautizado con el bautismo de 3 Juan tenía que volver a bautizarse, esta vez en el nombre de Jesús. (Mateo 3:11, 16; Hechos 2:38.) Más tarde, en Éfeso, unos 12 judíos que se habían bautizado con el bautismo de Juan “se bautizaron en el nombre del Señor Jesús”, la única ocasión que se registra en las Escrituras en que creyentes se bautizaron nuevamente. Cuando Pablo les impuso las manos, recibieron el espíritu santo y dos indicaciones milagrosas de aceptación celestial: hablar en lenguas y profetizar. *** w01 1/4 “La palabra de Jehová siguió creciendo” 6. ¿Qué expresión sobre el crecimiento aparece tres veces en el libro de Hechos, y a qué hace referencia? Crece la cantidad de discípulos Una manera de examinar el cumplimiento de Hechos 1:8 es analizar la expresión “la palabra de Jehová siguió creciendo”, que en la Biblia solo aparece, con ligeras variantes, en tres ocasiones, todas en el libro de Hechos (Hechos 6:7; 12:24; 19:20). En estos pasajes, al decir “la palabra de Jehová” o “la palabra de Dios”, se hace referencia a las buenas nuevas, el emocionante mensaje de la verdad divina, un mensaje vivo y poderoso que cambió la vida de quienes lo aceptaron (Hebreos 4:12). 6 No hay duda de que Pablo se mantuvo ocupado en Éfeso, ciudad de unos 300.000 habitantes (19:8-10). El templo de la diosa Ártemis en aquella ciudad era una de las siete maravillas del mundo antiguo, y el teatro tenía cabida para 25.000 personas. En la sinagoga Pablo ‘usó persuasión’ presentando argumentos convincentes, pero se retiró cuando algunos se expresaron injuriosamente sobre el Camino o modo de vida basado en la fe en Cristo. Por dos años Pablo habló diariamente en la sala de conferencias de la escuela de Tirano, y “la palabra” se esparció por todo el distrito de Asia. 18 *** w09 1/2 pág. 19 ¿Lo sabía? *** ¿Por qué provocó un tumulto entre los plateros de Éfeso la predicación del apóstol Pablo? 19 Dios mostró que aprobaba la actividad de Pablo al hacerle posible ejecutar curaciones y expulsar demonios (19:1120). Pero los siete hijos del sacerdote principal Esceva no pudieron expulsar a un demonio usando el nombre de Jesús porque no representaban a Dios ni a Cristo. ¡Hasta fueron heridos por el endemoniado! Esto infundió temor en la gente, y “el nombre del Señor Jesús siguió siendo engrandecido”. Los que se hicieron creyentes confesaron sus prácticas de ocultismo y quemaron públicamente sus libros, que probablemente contenían conjuros y fórmulas mágicas. “Así —escribió Lucas—, de una manera poderosa, la palabra de Jehová siguió creciendo y prevaleciendo.” Hoy también los siervos de Dios ayudan a la gente a librarse del demonismo. (Deuteronomio 18:10-12.) El próspero negocio de los plateros efesios consistía en elaborar “templetes de Ártemis”, patrona de la ciudad y diosa de la caza, el nacimiento y la fertilidad (Hechos 19:24). En Éfeso se hallaba el templo de Ártemis, considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo, donde se guardaba una imagen que la representaba y que supuestamente había caído “del cielo” (Hechos 19:35). Con motivo de las fiestas en honor de esta diosa, la ciudad se llenaba de peregrinos todos los años entre marzo y abril. Los visitantes adquirían gran cantidad de artículos religiosos: recuerdos, amuletos, ofrendas, imágenes para el culto familiar, etc. Varias inscripciones antiguas de Éfeso hablan de la fabricación de imágenes de Ártemis en oro y plata, y otras mencionan al gremio de los plateros. *** w91 15/11 pág. 5 ¿Agrada a Dios la devoción a reliquias? El apóstol Pablo predicaba que los ídolos “hechos con las manos” en realidad “no son dioses” (Hechos 19:26). Cuando los plateros se enteraron, vieron amenazado su medio de vida y arremetieron contra Pablo y su mensaje. Uno de ellos, llamado Demetrio, resumió así sus temores: “Existe el peligro, no solo de que esta ocupación nuestra caiga en descrédito, sino también de que el templo de la gran diosa Ártemis sea tenido en nada, y hasta su magnificencia que todo el distrito de Asia y la tierra habitada adora esté a punto de ser reducida a nada” (Hechos 19:27). En la cristiandad algunos defienden la devoción a reliquias por lo que dice Hechos 19:11, 12, donde leemos: “Dios siguió ejecutando obras extraordinarias de poder mediante las manos [del apóstol] Pablo, de manera que hasta llevaban paños y delantales de su cuerpo a los dolientes, y las dolencias los dejaban, y los espíritus inicuos salían”. Sírvase notar que fue Dios quien ejecutó aquellas obras extraordinarias mediante Pablo. El apóstol mismo no efectuó aquellas obras independientemente, y nunca aceptó veneración procedente de ningún ser humano. (Hechos 14:8-18.) *** bt cap. 20 “Creciendo y prevaleciendo” pese a la oposición *** *** g00 22/7 págs. 6-7 Por qué evitar el espiritismo *** 18, 19. a) ¿Cómo logró apaciguar a la turba el registrador de la ciudad? b) En algunos casos, ¿cómo protegen a los siervos de Jehová las autoridades civiles, y cómo podemos contribuir a ello? La primera medida La Biblia relata: “Buen número de los que habían practicado artes mágicas juntaron sus libros y los quemaron delante de todos” (Hechos 19:19). Lo que hicieron estos nuevos cristianos sirve de ejemplo para quienes deseen hoy oponerse a los espíritus malvados. Deshágase de todo lo que esté relacionado con el espiritismo. Pudiera tratarse de libros, revistas, historietas, videocintas, carteles, información extraída de páginas electrónicas y grabaciones musicales con un trasfondo espiritista, además de amuletos u otros artículos que se llevan como “protección” (Deuteronomio 7:25, 26; 1 Corintios 10:21). 18 Finalmente entró en escena la mayor autoridad municipal, el registrador, y logró aquietar a la multitud exaltada. Demostrando gran capacidad y presencia de ánimo, les aseguró que Pablo y sus compañeros no representaban ninguna amenaza ni para el templo ni para la diosa, y que de hecho no habían cometido ofensas contra ninguno de los dos, pero que si querían plantear cargos, disponían de los cauces establecidos por la ley. Además, destacó un punto que quizás fuera el más persuasivo: si persistían con esos desórdenes ilegales, se exponían a incurrir en las iras de Roma. Con eso, despidió a todos. Gracias a su prudente intervención, la cólera se calmó tan rápido como había estallado (Hech. 19:35-41). 4 No era la primera vez, ni sería la última, que una autoridad sensata protegía a los discípulos de Jesús. De hecho, en una visión sobre nuestros tiempos, los últimos días, el apóstol Juan contempló que la tierra (es decir, los elementos estables del mundo) se tragaba un torrente de persecución satánica contra los cristianos (Rev. 12:15, 16). Y así ha sido. Muchos jueces ecuánimes han amparado nuestro derecho a proclamar las buenas nuevas y reunirnos para dar culto a Dios. Claro, nuestra conducta ha contribuido a dichas victorias. En el caso de Pablo, parece que su buen comportamiento le ganó el respeto y la simpatía de algunos funcionarios de Éfeso, los cuales no deseaban que sufriera daño (Hech. 19:31). Si nosotros somos también honrados y respetuosos, causaremos una buena impresión. Y nunca se sabe qué efecto pudiera tener nuestro buen testimonio. En camino a Jerusalén, Pablo se reunió en Mileto con los ancianos de Éfeso (20:13-21). Les recordó que les había enseñado “de casa en casa” y que ‘había dado testimonio cabalmente, tanto a judíos como a griegos, acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesús’. Los que al fin habían llegado a ser ancianos se habían arrepentido, y tenían fe. El apóstol también los había estado adiestrando para que proclamaran con denuedo el Reino a incrédulos en un ministerio de casa en casa como el que efectúan los testigos de Jehová hoy día. 19 4 5 Pablo fue ejemplar en aceptar dirección mediante el espíritu santo de Dios (20:22-30). “Atado en el espíritu”, o sintiéndose obligado a seguir la guía del espíritu, el apóstol iría a Jerusalén aunque allí le esperaban cadenas y tribulaciones. Apreciaba la vida, pero lo más importante para él era ser íntegro ante Dios, y eso debe ser lo más importante para nosotros. Pablo exhortó a los ancianos a ‘prestar atención a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los había nombrado superintendentes’. Después de su “partida” (aparentemente al morir), ‘lobos opresivos no tratarían al rebaño con ternura’. Hombres de aquella índole se levantarían de entre los ancianos mismos, y discípulos poco discernidores aceptarían sus enseñanzas aviesas. (2 Tesalonicenses 2:6.) *** w90 15/6 ¡La palabra de Jehová prevalece! *** 20. ¿Por qué fomentaron un disturbio los plateros de Éfeso, y cómo terminó? 21. ¿De qué manera bendijo Dios la obra de Pablo, y cómo bendice la obra de los testigos de Jehová hoy? La intolerancia religiosa no tiene éxito 6 Los ancianos tenían que permanecer alerta en sentido espiritual para protegerse de la apostasía (20:31-38). El apóstol les había enseñado acerca de las Escrituras Hebreas y las enseñanzas de Jesús, las cuales tienen poder santificador que podría ayudarles a recibir el Reino celestial, “la herencia entre todos los santificados”. Por trabajar para su propio sustento y el de sus acompañantes, Pablo también animó a los ancianos a ser buenos trabajadores. (Hechos 18:1-3; 1 Tesalonicenses 2:9.) Si seguimos un derrotero similar a ese y ayudamos a otros a alcanzar la vida eterna, comprenderemos estas palabras de Jesús: “Hay más felicidad en dar que en recibir”. El sentido de esa declaración se halla en los Evangelios, pero el único que la cita es Pablo, quien tal vez la recibió verbalmente o por inspiración. Podemos disfrutar de gran felicidad si somos tan abnegados como lo fue Pablo. ¡Él había dado tanto de sí que su partida entristeció muchísimo a los ancianos efesios! Los testigos de Jehová han afrontado muchas veces chusmas encolerizadas, como lo hicieron los cristianos de Éfeso (19:21-41). A medida que crecía la cantidad de creyentes, Demetrio y otros plateros perdían dinero porque menos personas compraban sus templetes de plata de Ártemis, diosa de la fertilidad representada con muchos pechos. Una chusma, incitada por Demetrio, llevó al teatro a Gayo y a Aristarco, acompañantes de Pablo, pero los discípulos no dejaron que Pablo entrara. Hasta algunos comisionados de fiestas y juegos le suplicaron que no se arriesgara. Por unas dos horas la chusma estuvo gritando: “¡Grande es Ártemis de los efesios!”. Finalmente el registrador de la ciudad (que encabezaba el gobierno municipal) dijo que los artífices podían presentar sus cargos a un procónsul, quien estaba autorizado para emitir fallos judiciales, o que su caso pudiera decidirse en “una asamblea formal” de ciudadanos. De otro modo, Roma podía acusar de amotinarse a los que componían aquella asamblea informal. Sin más que decir, despidió a la gente. 20 *** it-1 pág. 885 EUTICO 21 Dios ayudó a Pablo a encararse con diversas pruebas y bendijo sus esfuerzos por ayudar a la gente a rechazar el error religioso y abrazar la verdad. (Compárese con Jeremías 1:9, 10.) ¡Qué agradecidos estamos de que nuestro Padre celestial bendice de igual manera nuestra obra! Por consiguiente, ahora, como en el primer siglo, ‘la palabra de Jehová está creciendo y prevaleciendo’. (Afortunado; Próspero). Joven de Troas que figura en el registro bíblico como la última persona restablecida a la vida de forma milagrosa. Cuando Pablo visitó Troas en el transcurso de su tercera gira misional, prolongó su discurso a los hermanos hasta la medianoche. Vencido por el cansancio, y tal vez debido al calor de las muchas lámparas y al apiñamiento existente en el aposento de arriba, Eutico se sumió en un profundo sueño y cayó desde una ventana situada en el tercer piso. El médico Lucas, escritor de Hechos y testigo ocular de lo que sucedió, registró que Eutico no solo estaba inconsciente, sino que “lo alzaron muerto”. Siguiendo un procedimiento parecido al de Eliseo cuando resucitó al hijo de la sunamita, Pablo se echó sobre Eutico y lo abrazó. Las palabras que pronunció a continuación —“Dejen de hacer estruendo, porque su alma está en él”— indican que Eutico había recobrado la vida. (Hch 20:712; véase también 2Re 4:34.) Capítulo 20 w90 15/6 ¡Proclamen con denuedo el Reino de Jehová! *** 4. Respecto al ministerio, ¿qué enseñó Pablo a los ancianos efesios? 5. a) ¿Cómo fue Pablo ejemplar respecto a aceptar la dirección del espíritu santo? b) ¿Por qué necesitaban los ancianos consejo para ‘prestar atención a todo el rebaño’? 6. a) ¿Por qué podía Pablo con confianza encomendar los ancianos a Dios? b) ¿Cómo siguió Pablo el principio de Hechos 20:35? 5 *** w00 15/7 La esperanza de la resurrección es segura *** *** w08 15/12 Decididos a dar testimonio cabal de las buenas nuevas *** 11. ¿Cuál fue la última resurrección referida en la Biblia? 5, 6. ¿Por qué estamos seguros de que las personas a las que Pablo visitaba en sus casas no eran creyentes? La última resurrección referida en la Biblia ocurrió en Troas. Pablo se detuvo allí en su tercer viaje misional y pronunció un discurso que se prolongó hasta la medianoche. Un joven llamado Eutico se durmió y se cayó desde la ventana de un tercer piso, vencido por el cansancio y quizá por el calor de las muchas lámparas y la aglomeración. “Lo alzaron muerto”, no solo inconsciente. Pablo se echó sobre él, lo abrazó y dijo a los observadores: “Dejen de hacer estruendo, porque su alma está en él”, con lo que quiso decir que el joven había recuperado la vida. Los presentes “quedaron inconmensurablemente consolados” (Hechos 20:7-12). Hoy a los siervos de Dios les conforta mucho saber que sus anteriores compañeros de servicio experimentarán el cumplimiento de la esperanza de la resurrección. 11 Con el tiempo, algunos de los que se hicieron cristianos llegaron a ser ancianos; fueron ellos quienes se reunieron con Pablo en Mileto. Él les recordó el método que había empleado: “No me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa”. Hay quienes piensan que lo que Pablo quiso decir fue que había visitado a los hermanos en sus casas. Pero la expresión “enseñar públicamente y de casa en casa” se refiere sobre todo a la predicación a no creyentes. Esto se deduce de lo que dijo a continuación: “Di testimonio cabalmente, tanto a judíos como a griegos, acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesús”. Puesto que aquellas personas debían arrepentirse y tener fe en Jesús, es evidente que no eran cristianas (Hech. 20:20, 21). 5 *** w04 15/10 “Ve de un sitio a otro en la tierra” *** En un detallado comentario de las Escrituras Griegas Cristianas, un erudito dijo lo siguiente sobre Hechos 20:20: “Pablo llevaba tres años en Éfeso. Había visitado todas las casas, o por lo menos le había predicado a toda la gente (versículo 26). En este pasaje encontramos la base bíblica para la evangelización de casa en casa y en las reuniones públicas”. Sea que haya visitado cada casa de la ciudad o no, Pablo quería que los ancianos de Éfeso recordaran el testimonio que había dado y el efecto que este había producido. Lucas menciona: “Todos los que habitaban en el distrito de Asia oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos” (Hech. 19:10). ¿Realmente oyeron la palabra todos los habitantes del distrito de Asia? ¿Qué nos enseña esto sobre el testimonio que damos? 6 17. ¿Qué podemos apreciar mejor cuando tomamos en cuenta la distancia que había entre Mileto y Éfeso? En su tercer viaje (línea verde en el mapa), Pabló arribó al puerto de Mileto y mandó llamar a los hombres de mayor edad de la congregación de Éfeso, que distaba unos 50 kilómetros de allí. Imagínese a aquellos ancianos abandonando otras actividades para ir a donde se hallaba Pablo. Es probable que, mientras caminaban, fueran hablando con entusiasmo sobre el encuentro que iban a tener. Tras reunirse con el apóstol y oírlo orar, “prorrumpió gran llanto entre todos ellos, y se echaron sobre el cuello de Pablo y lo besaron tiernamente”. Luego “procedieron a acompañarlo hasta el barco” para que siguiera viaje a Jerusalén (Hechos 20:14-38). Sin duda tendrían mucho en qué pensar y de qué hablar en el trayecto de vuelta a Éfeso. ¿No le impresiona el aprecio que demostraron al caminar aquella distancia para estar con un ministro viajante del que recibirían información y ánimo? ¿Ve usted en este ejemplo algo que tal vez le sea de utilidad en su vida e influya en su modo de pensar? 17 *** w11 15/9 “Corran de tal modo que lo alcancen” *** 14. ¿Cuánta importancia daba Pablo a la carrera cristiana? Cómo alcanzar el premio 14 ¿Cuánta importancia daba Pablo a la carrera por la vida? En su discurso de despedida a los ancianos de Éfeso, les dijo: “No hago mi vida de valor alguno como preciada para mí, con tal que termine mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús” (Hech. 20:24, nota). Como vemos, para él era crucial alcanzar la meta. Tanto es así que estaba dispuesto a sacrificar hasta su propia vida para lograrlo. Había hecho grandes esfuerzos en la predicación, pero consideraba que serían inútiles si no conseguía cruzar la línea de llegada. Claro, nunca se confió ni pensó que tuviera garantizada la victoria (léase Filipenses 3:12, 13). Fue solo cuando se acercaba su muerte que pudo decir con cierta seguridad: “He peleado la excelente pelea, he corrido la carrera hasta terminarla, he observado la fe” (2 Tim. 4:7). *** w08 15/7 ¿Por qué es importante predicar de casa en casa hoy día? *** 4. ¿Dónde habla la Biblia sobre la predicación de casa en casa? La Biblia dice con toda claridad que los apóstoles predicaban de casa en casa. Por ejemplo, Hechos 5:42 nos explica lo que ya estaban haciendo poco después del nacimiento de la congregación cristiana en el año 33: “Todos los días en el templo, y de casa en casa, continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús”. Unos veinte años después, el apóstol Pablo les recordó lo siguiente a los ancianos de la congregación de Éfeso: “No me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa”. ¿Quiere decir esto que Pablo los había visitado antes de que se hicieran cristianos? Parece que sí, pues les había hablado, entre otras cosas, “del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesús” (Hech. 20:20, 21). El Comentario al texto griego del Nuevo Testamento, de Archibald Thomas Robertson, dice sobre Hechos 20:20: “Vale la pena señalar que este predicador, el mayor de todos, predicaba por las casas”. 4 *** w11 15/6 “Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia” 4, 5. ¿Cómo deben ver los ancianos el rebaño? Explíquelo con un ejemplo. “Pastoreen el rebaño de Dios” 4 Pedro aconsejó a los ancianos del siglo primero que vieran con la debida actitud el rebaño que se les había encomendado (léase 1 Pedro 5:1, 2). Notemos que, aunque Pedro era una columna de la congregación, no se dirigió a ellos con aires de superioridad, sino como un anciano más (Gál. 2:9). Pues bien, esa es la misma actitud con la que el Cuerpo Gobernante les 6 pide a los superintendentes que cumplan con la seria responsabilidad de pastorear el rebaño de Dios. Volvamos a la comparación del viaje. Puede que al atravesar una región árida divisemos un pozo a lo lejos. Nos dirigimos hacia él con la esperanza de saciar la sed. Pero al llegar descubrimos que está seco. ¡Qué desilusión! Así ocurre con los falsos maestros: quien acude a ellos en busca de las aguas de la verdad queda decepcionado. Por eso, Jehová nos previene de este peligro. Por ejemplo, a través de Pablo y Pedro, nos advierte de tales engañadores (léanse Hechos 20:29, 30 y 2 Pedro 2:1-3). Examinemos esos consejos y veamos quiénes son estos falsos maestros, de dónde salen y cómo actúan. 3 5 El apóstol puntualizó que los ancianos tenían bajo su custodia “el rebaño de Dios”. Debían comprender que las ovejas eran de Jehová y de Jesucristo, y que responderían ante ellos por la forma en que las atendieran. Pongamos un ejemplo: digamos que un amigo se ausenta por un tiempo y nos pide que nos encarguemos de sus hijos. ¿Verdad que nos esmeraríamos en cuidarlos y alimentarlos? Y si alguno se enfermara, seguramente nos encargaríamos de que recibiera atención médica de inmediato. De igual modo, los superintendentes saben que tienen a su cargo “la congregación de Dios, que él compró con la sangre del Hijo suyo” (Hech. 20:28). No olvidan que cada una de las ovejas fue comprada con la sangre preciosa de Jesucristo. Como saben que se les va a pedir cuentas, se aseguran de alimentar, proteger y cuidar el rebaño. 4 Pablo dijo a los superintendentes de Éfeso: “De entre ustedes mismos se levantarán varones y hablarán cosas aviesas”, o retorcidas. Y Pedro escribió a sus hermanos: “Habrá falsos maestros entre ustedes”. ¿Hemos notado de dónde proceden? En muchas ocasiones, los falsos maestros salen de dentro de la congregación. En este caso, reciben el nombre de apóstatas. ¿Qué es lo que pretenden? No se conforman con abandonar la organización que quizás amaron en su día. Pablo deja claro qué intención tienen: “arrastrar a los discípulos tras de sí”. Así es, los apóstatas quieren llevarse a los que ya son discípulos de Cristo. No salen a hacer discípulos de los no creyentes, sino que buscan sus presas en la congregación. Como “lobos voraces”, quieren devorar a los cristianos que hayan bajado la guardia, acabando con su fe y sacándolos del camino de la verdad (Mat. 7:15; 2 Tim. 2:18). *** w92 1/7 Ancianos, juzguen con justicia *** 9, 10. a) ¿Cómo recalcó Pablo el deber primordial de los ancianos, y por eso, qué pregunta bien pudiera plantearse? b) ¿Qué dan a entender las palabras de Pablo en Hechos 20:29, y qué pueden hacer los ancianos para tratar de disminuir la cantidad de casos judiciales? 9 Al dirigirse a los ancianos de la congregación de Éfeso, el apóstol Pablo recalcó correctamente lo siguiente: “Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del Hijo suyo”. (Hechos 20:28.) Pablo hace resaltar la obra de pastorear, no el castigar. Algunos ancianos harían bien en meditar sobre la siguiente pregunta: ‘¿Pudiéramos ahorrarnos la considerable cantidad de tiempo que se requiere para investigar y atender casos judiciales si dedicáramos más tiempo y esfuerzo al pastoreo?’. 5 ¿Cómo actúan los falsos maestros? Con mucha astucia. La Biblia destaca que infiltrarían sus ideas destructivas “calladamente”. Al igual que los contrabandistas introducen sus mercancías a escondidas, los apóstatas intentan meter sus opiniones en la congregación disimuladamente. Y tal como los falsificadores de dinero tratan de que aceptemos sus billetes, estos maestros engañadores quieren hacernos creer sus “palabras fingidas”. Ciertamente, infiltran “enseñanzas engañosas” y “tuercen” los textos bíblicos para que cuadren con sus opiniones (2 Ped. 2:1, 3, 13; 3:16). Es obvio que no buscan nuestro bien. Si los siguiéramos, lo único que lograríamos sería alejarnos del camino que lleva a la vida eterna. 10 Es cierto que Pablo advirtió contra “lobos opresivos”. Pero ¿verdad que reprendió a estos por ‘no tratar al rebaño con ternura’? (Hechos 20:29.) Y aunque dio a entender que los superintendentes fieles deben expulsar de la congregación a esos “lobos”, ¿no es cierto que sus palabras muestran que los ancianos deben tratar a los demás miembros del rebaño “con ternura”? Cuando una oveja se debilita en sentido espiritual y deja de servir a Dios, ¿qué necesita?: ¿golpes, o curación?, ¿castigo, o pastoreo? (Santiago 5:14, 15.) Como se ve, los ancianos deben apartar tiempo regularmente para la obra de pastorear. Puede que el feliz resultado de esto sea que haya menos casos judiciales que consuman mucho tiempo y en los que estén implicados cristianos que han sucumbido al pecado. Sin lugar a dudas, el principal interés de los ancianos debe ser servir como fuente de alivio y refrigerio, promoviendo así paz, tranquilidad y seguridad entre el pueblo de Jehová. (Isaías 32:1, 2.) *** w90 15/6 ¡Proclamen con denuedo el Reino de Jehová! *** 6. a) ¿Por qué podía Pablo con confianza encomendar los ancianos a Dios? b) ¿Cómo siguió Pablo el principio de Hechos 20:35? Los ancianos tenían que permanecer alerta en sentido espiritual para protegerse de la apostasía (20:31-38). El apóstol les había enseñado acerca de las Escrituras Hebreas y las enseñanzas de Jesús, las cuales tienen poder santificador que podría ayudarles a recibir el Reino celestial, “la herencia entre todos los santificados”. Por trabajar para su propio sustento y el de sus acompañantes, Pablo también animó a los ancianos a ser buenos trabajadores. (Hechos 18:1-3; 1 Tesalonicenses 2:9.) Si seguimos un derrotero similar a ese y ayudamos a otros a alcanzar la vida eterna, comprenderemos estas palabras de Jesús: “Hay más felicidad en dar que en recibir”. El sentido de esa declaración se halla en los Evangelios, pero el único que la cita es Pablo, quien tal vez la recibió verbalmente o por inspiración. Podemos disfrutar de gran felicidad si somos tan abnegados como lo fue Pablo. ¡Él había dado tanto de sí que su partida entristeció muchísimo a los ancianos efesios! 6 w11 15/7 ¿Haremos caso de las claras advertencias de Jehová? 3, 4. a) ¿Por qué decimos que los falsos maestros son como pozos secos? b) ¿De dónde suelen salir los falsos maestros, y qué intención tienen? 5. ¿A qué trampas recurren los falsos maestros? Evitemos a los “falsos maestros” 7 *** bt cap. 22 “Efectúese la voluntad de Jehová” *** Capítulo 21 *** bt cap. 22 “Efectúese la voluntad de Jehová” *** 15, 16. ¿Qué mensaje trajo Ágabo, y qué efecto tuvo en los presentes? 7. ¿Qué hicieron los viajeros apenas llegaron a Tiro? “Listo [...] para morir” si hacía falta (Hechos 21:10-14) 8. ¿Cómo podemos explicar Hechos 21:4? Mientras Pablo se alojaba en casa de Felipe, llegó otro visitante muy respetado: el profeta Ágabo. Los presentes lo conocían bien y sabían que había vaticinado la hambruna que ocurrió durante el mandato del emperador Claudio (Hech. 11:27, 28). Por eso, es posible que se preguntaran: “¿A qué vendrá? ¿Qué mensaje traerá?”. No le quitaban ojo de encima. De pronto, vieron que le retiró a Pablo el “cinturón”, o “ceñidor” (Versión Moderna), que llevaba puesto. Se trataba de una faja que iba liada a la cintura y servía además para guardar monedas y otros artículos. Con esta larga banda de tela, Ágabo se amarró a sí mismo de pies y manos, y luego pronunció un mensaje impactante: “Así dice el espíritu santo: ‘Al varón a quien pertenece este cinturón los judíos lo atarán de esta manera en Jerusalén, y lo entregarán en manos de gente de las naciones’” (Hech. 21:11). 15 9, 10. a) Al ver lo preocupados que estaban los hermanos de Tiro, ¿qué pudo haber recordado Pablo? b) ¿Qué actitud predomina en el mundo, pero qué recomienda Jesús? “Hallamos a los discípulos” (Hechos 21:4-9) 7 Pablo apreciaba muchísimo la compañía de otros creyentes. Por eso, no nos extraña lo que hicieron él y los demás viajeros apenas llegaron a Tiro: “Tras hacer una búsqueda —señala Lucas—, hallamos a los discípulos” (Hech. 21:4). Como sabían que había cristianos en Tiro, se esforzaron por encontrarlos, y probablemente se hospedaron con ellos. Hasta el día de hoy, una de las grandes bendiciones que ofrece la verdad es que, vayamos donde vayamos, contamos con hermanos en la fe dispuestos a recibirnos. En efecto, todo el que ama a Dios y practica la verdadera religión tiene amigos en el mundo entero. Aquella profecía confirmó que el apóstol iría a Jerusalén. También indicó que, por culpa de los judíos, terminaría “en manos de gente de las naciones”. La predicción conmocionó a todos los presentes. “Cuando oímos esto —señala Lucas—, nos pusimos a suplicarle, tanto nosotros como los de aquel lugar, que no subiera a Jerusalén. Entonces Pablo contestó: ‘¿Qué están haciendo al llorar y hacerme débil de corazón? Pueden estar seguros: estoy listo no solo para ser atado, sino también para morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús’.” (Hech. 21:12, 13.) 16 Al relatar la estancia de siete días en Tiro, Lucas menciona un hecho desconcertante a primera vista: “Por el espíritu le decían repetidamente [los hermanos] a Pablo que no pusiera pie en Jerusalén” (Hech. 21:4). ¿Había cambiado de opinión Jehová? ¿Le estaba pidiendo mediante los cristianos tirios que no viajara a esa ciudad? De ningún modo. Lo que el espíritu ya había indicado en su momento era que el apóstol padecería maltrato, no que debiera evitarlo. Por lo visto, los cristianos de Tiro comprendieron por inspiración que iba a sufrir mucho, de modo que le rogaron —de su propia iniciativa— que no fuera. Es comprensible que quisieran protegerlo del peligro inminente. Pero Pablo, decidido como estaba a hacer la voluntad de Jehová, siguió con sus planes (Hech. 21:12). 8 *** w97 15/5 La administración teocrática en la era cristiana 6. ¿Cómo siguió desempeñando sus funciones en Jerusalén el cuerpo gobernante, aun cuando sus miembros originales ya no se encontraban allí? 6 Al llegar a Jerusalén, alrededor del año 56 E.C., Pablo se presentó ante Santiago, y la Biblia dice que “estaban presentes todos los ancianos”. (Hechos 21:18.) ¿Por qué no se menciona a los apóstoles en esta reunión? De nuevo, la Biblia no lo dice. Pero el historiador Eusebio informó posteriormente que antes de 66 E.C., “los demás apóstoles sufrieron mil asechanzas de muerte y fueron expulsados de la tierra de Judea. Sin embargo, con el poder de Cristo [...] dirigieron sus pasos hacia todas las naciones para enseñar el mensaje”. (Historia Eclesiástica III, 5, 2.) Si bien es cierto que las palabras de Eusebio no forman parte de las escrituras inspiradas, armonizan con lo que estas dicen. Por ejemplo, para el año 62 E.C., Pedro se encontraba en Babilonia, lejos de Jerusalén. (1 Pedro 5:13.) Aun así, en 56 E.C., y probablemente hasta 66 E.C., se ve con claridad que un cuerpo gobernante seguía activo en Jerusalén. Al ver lo preocupados que estaban los hermanos, Pablo tal vez recordó que Jesús se había enfrentado a objeciones parecidas. Cuando les explicó a sus discípulos que iría a Jerusalén a padecer grandes sufrimientos y dar la vida, Pedro, en un arranque de sentimentalismo, le dijo: “Sé bondadoso contigo mismo, Señor; tú [...] no tendrás este destino”. Pero él replicó: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Me eres un tropiezo, porque no [tienes] los pensamientos de Dios, sino los de los hombres” (Mat. 16:21-23). Cristo estaba decidido a seguir la trayectoria que le había trazado el Padre, con todos los sacrificios que eso implicaba. Y Pablo compartía la misma determinación. Es obvio que, al igual que Pedro, los cristianos tirios actuaban con buenas intenciones, pero no habían llegado a distinguir bien cuál era la voluntad de Dios. 9 *** w02 15/10 pág. 30 ¿Deberían los cristianos ser celosos? Hoy, la mayoría de las personas prefieren seguir el camino del menor esfuerzo y ahorrarse las incomodidades, por lo que buscan una religión poco exigente. Pero Jesús recomendó una actitud muy distinta cuando dijo a sus discípulos: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo” (Mat. 16:24). Ir tras los pasos de Cristo es siempre la mejor opción, pero no la más fácil. 10 Incluso a muchos de los judíos que abrazaron el cristianismo les resultó muy difícil dejar de manifestar este celo desmesurado por la Ley. Tras su tercer viaje misional, Pablo presentó al cuerpo gobernante del siglo primero un informe sobre la conversión de gente de las naciones. En aquel tiempo, miles de cristianos de origen judío eran “celosos por la Ley” (Hechos 21:20). El cuerpo gobernante había indicado hacía años que no era necesario que los cristianos gentiles se circuncidaran. Sin embargo, las disputas relacionadas con la observancia de la Ley estaban causando conflictos en las congregaciones (Hechos 15:1, 2, 28, 29; Gálatas 4:9, 10; 5:7- 8 12). Algunos judíos cristianos que no comprendían del todo cómo trataba Jehová con su pueblo insistían en sus puntos de vista y criticaban a los demás (Colosenses 2:17; Hebreos 10:1). proteger a una víctima de la violencia y detener a un perturbador de la paz. Ante la reacción de los judíos, aquel oficial vio oportuno encerrar al prisionero en el cuartel militar situado en la Fortaleza Antonia (Hechos 21:27–22:24). Así pues, no caigamos en la trampa de proteger celosamente ideas o conductas arraigadas que no se basan en la Palabra de Dios. Más bien, aceptemos la nueva luz que Jehová arroja sobre las Escrituras mediante el conducto del que se vale en la actualidad. *** w11 15/2 pág. 5 Enseñemos a nuestros hijos a ser respetuosos *** Otro buen ejemplo es el del apóstol Pablo. Cuando fue arrestado en la zona del templo por soldados romanos, no dio por sentado que tenía el derecho de dirigirles la palabra. En vez de eso, le preguntó con respeto al oficial a cargo: “¿Se me permite decirte algo?”. Como resultado, se le concedió la oportunidad de hablar en su defensa (Hech. 21:37-40). *** w90 15/6 ¡Proclamen con denuedo el Reino de Jehová! *** 8. Si a veces se nos hace difícil aceptar buen consejo, ¿qué pudiéramos recordar? 8 Pablo relató a los ancianos de Jerusalén lo que había hecho Dios entre los gentiles mediante su ministerio (21:15-26). Si alguna vez se nos hace difícil aceptar buen consejo, podemos recordar cómo lo aceptó Pablo. Para probar que no estaba enseñando a los judíos en tierras de gentiles “una apostasía contra Moisés”, prestó atención al consejo de los ancianos respecto a someterse a limpieza ceremonial y pagar sus propios gastos y los de otros cuatro hombres. Aunque la muerte de Jesús quitó del camino la Ley, Pablo no hizo nada malo al cumplir con los rasgos de esta relacionados con los votos. (Romanos 7:12-14.) *** w10 1/3 pág. 15 ¿Lo sabía? *** ¿Quiénes eran los “varones de puñal” mencionados en el libro de Hechos? ▪ En una ocasión en que se produjeron disturbios en el templo de Jerusalén, un comandante militar romano arrestó al apóstol Pablo. El comandante creyó que se trataba del líder de una banda de rebeldes formada por “cuatro mil varones de puñal” (Hechos 21:30-38). ¿Qué se sabe de ellos? La palabra griega para “varones de puñal” proviene del término latino sicarii, que significa literalmente “portador de un puñal corto” (sica, en latín). Flavio Josefo, historiador del siglo I, explica que estos sicarios eran un grupo de judíos nacionalistas, enemigos implacables de Roma, que cometían asesinatos por razones políticas. *** it-2 pág. 242 Limpio, limpieza *** Si bien el apóstol Pablo no estaba bajo la Ley, observó sus requisitos en la ocasión en que se limpió ceremonialmente en el templo. ¿Mostró esta acción falta de coherencia? En realidad Pablo no estaba en contra de la Ley o sus disposiciones, sino tan solo mostró que Dios no requería tal obediencia de los cristianos. Cuando los procedimientos de la Ley no violaban las nuevas verdades cristianas, no se objetaba a cumplir lo que Dios prescribía en ella. Pablo tomó esta medida para no dificultar de forma innecesaria a los judíos el escuchar las buenas nuevas acerca de Jesucristo. (Hch 21:24, 26; 1Co 9:20.) En esta misma línea, también argumentó que el alimento en sí mismo puede ser limpio, pero si el comerlo hacía tropezar a su hermano, se abstendría de hacerlo. (Ro 14:14, 15, 20, 21; 1Co 8:13.) De este modo mostró una gran preocupación por la salvación de otros, e hizo todo lo que estaba a su alcance para lograr ese fin. Por consiguiente, pudo decir: “Estoy limpio de la sangre de todo hombre”. (Hch 20:26; 18:6.) En palabras de Josefo, estos asesinos “mataban a la gente a pleno día en medio de la ciudad. Esto ocurría sobre todo en los días de fiesta, pues ellos se mezclaban con la multitud. Con unos pequeños puñales que llevaban escondidos debajo de sus ropas herían a sus enemigos”. Cuando sus víctimas caían muertas, fingían estar indignados como el resto de la gente para que no sospecharan de ellos. Según este historiador, los sicarios estuvieron al frente de la rebelión de los judíos contra Roma que tuvo lugar entre los años 66 y 70. Por eso, el comandante militar romano estaría deseoso de acabar con semejante grupo de delincuentes y de capturar a su líder. Tras haber escuchado a Apolos “hablar con denuedo” en la sinagoga de Éfeso, ¿qué decidieron hacer Áquila y Priscila? (Hech. 18:24-26.) [15 de jul., w10 15/6 pág. 11 párr. 4.] *** w01 15/12 págs. 22-23 “¡Apelo a César!” *** Quienes al principio agredieron a Pablo se imaginaron que había introducido a Trófimo, un gentil, en el patio reservado exclusivamente para los judíos (Hechos 21:28, 29). Hablando en sentido estricto, el supuesto transgresor era Trófimo, pero si los judíos interpretaban que la presunta participación de Pablo constituía incitación al delito, él también sería merecedor de la pena capital. Al parecer, Roma había concedido que esta infracción se pagara con la muerte, de modo que si el arresto lo hubiera llevado a cabo la guardia del templo en vez de Lisias, el Sanedrín podría haber juzgado y condenado al apóstol sin ningún problema. w10 15/6 pág. 11 párr. 4 Sigamos edificándonos unos a otros Cuando Áquila y Priscila —un matrimonio cristiano— oyeron la valiente exposición que hizo Apolos en la sinagoga, decidieron llevárselo consigo para darle explicaciones más profundas (léase Hechos 18:24-26). Era lo más amoroso que podían hacer. No cabe duda de que abordaron la conversación con tacto y con deseos de ayudarle, y que hicieron todo lo posible para que no se sintiera criticado. Al fin y al cabo, lo que le faltaba era conocer mejor los comienzos de la congregación primitiva. Y seguro que él agradeció que le aclararan aquellos detalles esenciales. Así, con esta nueva información, “ayudó mucho” a sus hermanos de Acaya y dio un poderoso testimonio (Hech. 18:27, 28). 4 *** w01 15/12 pág. 21 “¡Apelo a César!” *** Bajo la custodia de Claudio Lisias Una de las obligaciones de Claudio Lisias era preservar el orden público en Jerusalén, ya que su superior, el gobernador romano de Judea, residía en Cesarea. La intervención de Lisias en el caso de Pablo puede interpretarse como una medida para Fuente: Watchtower library 2012. 9