GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Neuro-52 Enfermedad de Wilson Año 2014 - Revisión: 0 Dr. Sergio Rodríguez Quiroga Página 1 de 7 Introducción El cobre (Cu) es un metal esencial y constituye un cofactor importante para la producción de distintas proteínas. La ingesta aproximada de Cu en la dieta es de 2.5 mg/día; sin embargo, la cantidad necesaria recomendada es de 0.9 mg/día, por lo cual gran parte del Cu ingerido termina excretado a través de la bilis. La enfermedad de Wilson (EW), conocida también como degeneración hepato-lenticular; es un defecto en el transporte intracelular de Cu, que lleva a su acumulación en el hígado y, consecuentemente, en otros tejidos, incluyendo al cerebro. Fue descripta por primera vez en 1912 por Kinnier Wilson como una enfermedad familiar, caracterizada por afectación neurológica grave y asociada con compromiso hepático que terminaba en cirrosis. En las décadas siguientes se estableció el papel del Cu en la patogénesis de la enfermedad y se determinó un patrón de herencia autosómico recesivo. En 1993 se identificó la mutación del gen ATP7B, el cual codifica una adenosina trifosfatasa (ATPasa) trasportadora de metal, como causante de la enfermedad. Epidemiología La EW tiene una prevalencia estimada de cerca de 30 individuos afectados por cada millón de individuos. Se postula que, de cada 90 personas, una es portadora de un alelo mutado en el gen ATP7B. En determinadas poblaciones, tal es el ejemplo de una localidad en Creta, la prevalencia es consideradamente mayor (cerca de 1 en 15 nacidos vivos). Tanto hombre como mujeres tienen el mismo riesgo de afectación; sin embargo, se destaca que el sexo masculino tiene mayor probabilidad de desarrollar síntomas neuropsiquiátricos (75% contra 58%) y que el sexo femenino tiene mayor predisposición para el compromiso hepático (41% versus 25%). Fisiopatología El Cu de la dieta es absorbido por los enterocitos, principalmente a nivel del duodeno y del segmento proximal del intestino delgado. Luego se transporta a través de la circulación portal unido a la albumina y la histidina hacia el hígado, donde es removido de la circulación sanguínea. El hígado utiliza el Cu para los requerimientos metabólicos; a su vez, sintetiza y secreta ceruloplasmina (una proteína que contiene Cu) y excreta el resto al líquido biliar para la posterior eliminación por vía fecal. Cualquier proceso que cause compromiso en la excreción biliar de Cu lleva a su acumulación dentro el hígado, lo cual condiciona daño tisular debido a la producción de radicales libres y al daño oxidativo a nivel celular. Copia N° : Nombre Representante de la Dirección: Revisó Dr. Leonardo Gilardi Fecha: Aprobó Dra. Inés Morend Firma Fecha 01/07 16/07 GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Neuro-52 Enfermedad de Wilson Revisión: 0 – Año 2014 Dr. S. Rodríguez Quiroga Página 2 de 7 El transporte de cobre dentro de los hepatocitos está regulado por la proteína ATP7B, que se expresa predominantemente a nivel de estas células. La ausencia o disminución de la producción de esta proteína causa reducción de la excreción celular de Cu a través de la bilis, que produce su acumulación hepática y el consiguiente daño tisular. El exceso de Cu es liberado a la circulación sanguínea y se deposita en otros órganos, principalmente en el cerebro, los riñones y la córnea. Otra consecuencia de la falta de producción de ATP7B es la falla en la unión de Cu a la ceruloplasmina. El hígado produce y secreta aceruloplasmina (ceruloplasmina sin Cu), la cual tiene una vida media más corta, razón por la cual se verifica disminución de los niveles de ceruloplasmina en sangre de los pacientes con EW. Clínica Las manifestaciones clínicas de la EW son predominantemente hepáticas, neurológicas y psiquiátricas; gran parte de los pacientes tienen una combinación de síntomas. Existe una amplia variabilidad fenotípica, incluso entre afectados de una misma familia, y no se han establecido presentaciones clínicas típicas de la enfermedad. En relación con la edad de inicio, se advierte que el depósito anormal de Cu se produce desde el nacimiento. La edad de presentación de la EW varía entre los 5 y 35 años; sin embargo existen informes de casos con inicio más temprano o en pacientes de hasta 70 años. Los niños presentan, de forma predominante, afectación hepática, la cual se inicia entre los 9 y 13 años. En cambio, en la población adulta, predominan los síntomas de tipo neuropsiquiátrico, con una edad promedio de inicio de síntomas entre 15 y 21 años. Las manifestaciones neurológicas son muy variables, tanto en su expresión clínica como en la gravedad de la presentación; en consecuencia, el diagnóstico de la enfermedad puede ser complejo. Entre las principales manifestaciones neurológicas se destacan disartria, trastornos de la marcha, ataxia, distonía, temblor y parkinsonismo. En la tabla 1 se describe la frecuencia estimada de las principales manifestaciones neurológicas y otros signos que se pueden encontrar en pacientes con EW. GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Neuro-52 Enfermedad de Wilson Revisión: 0 – Año 2014 Dr. S. Rodríguez Quiroga Página 3 de 7 Tabla 1: Principales Manifestaciones Neurológicas en la EW Disartria 85% a 97% Trastornos de la marcha/ataxia 30% a 75% 11% a 69% Distonía 22% a 25% Temblor 19% a 62% Parkinsonismo 48% a 86% Sialorrea Otras Manifestaciones Neurológicas Risa sardónica (expresión sardónica por espasmo distónico de los músculos Crisis convulsivas faciales) Corea Hiperreflexia Atetosis Mioclonías Deterioro cognitivo Incontinencia urinaria Los trastornos psiquiátricos y los cambios de conducta son muy frecuentes en pacientes con compromiso neurológico por EW. Los síntomas más comunes son la presencia de depresión (20% a 30%), cambios de personalidad, conductas inapropiadas e irritabilidad. Las principales manifestaciones psiquiátricas se destacan en la tabla 2. Tabla 2: Principales Manifestaciones Psiquiátricas de la EW Depresión Hipersexualidad Mal rendimiento escolar en niños Conductas inapropiadas Distimia Cambios de personalidad Trastornos bipolares Irritabilidad Psicosis Impulsividad Labilidad emocional En relación con las manifestaciones oftálmicas, el anillo de Kayser-Fleischer (AKF) representa el depósito de Cu a nivel de la membrana de Decemet en la córnea. En la mayoría de los pacientes, se requiere la evaluación mediante examen oftalmológico con lámpara de hendidura para su determinación; sólo en casos esporádicos puede ser visible de forma directa en la inspección clínica como una banda de pigmento parduzco cercana al limbo corneal. Una manifestación ocular menos frecuente que el AKF es la presencia de cataratas en girasol, producto del depósito de Cu a nivel del cristalino. El AKF no es específico de la EW, y puede ser encontrado en pacientes con patología crónica colestásica y en niños con colestasis neonatal; sin embargo estas patologías son distinguibles de la EW por el cuadro clínico de presentación. Se calcula que cerca de un GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Neuro-52 Enfermedad de Wilson Revisión: 0 – Año 2014 Dr. S. Rodríguez Quiroga Página 4 de 7 44% a 62% de los pacientes con EW y compromiso hepático presentan un AKF en la evaluación oftalmológica al momento del diagnóstico. En niños con EW generalmente el AKF está ausente; si bien se considera la presencia de AKF como una manifestación mandatoria en pacientes con EW y compromiso neurológico, se debe tomar en cuenta que en 5% de los casos puede estar ausente. Recomendaciones Se debe descartar EW en todo individuo entre 3 y 55 años con compromiso hepático de causa desconocida. No se debe considerar a la edad únicamente como base para descartar el diagnostico de EW (recomendación clase I, nivel de evidencia B) Se debe descartar EW en todo paciente con compromiso hepático de causa desconocida que curse asociado a compromiso neurológico o neuropsiquiatrico (recomendación clase I, nivel de evidencia B) En todo paciente en el cual se sospeche EW, se debe solicitar la búsqueda de AKF mediante estudio de lámpara de hendidura por un examinador experimentado. La ausencia de AKF no excluye el diagnóstico de EW, aún en sujetos con compromiso neurológico predominante (recomendación clase I, nivel de evidencia B): Estudios complementarios Dentro de la evaluación inicial de un paciente con sospecha de EW, se debe solicitar la determinación de enzimas hepáticas, hemograma completo, ceruloplasmina sérica, examen ocular con lámpara de hendidura y excreción de cobre urinario en 24 horas. Los resultados obtenidos son suficientes para confirmar o descartar el diagnóstico de EW. Sólo en algunos casos en los cuales los resultados son indeterminados se requieren otros estudios adicionales, tales como la biopsia hepática. Las aminotransferasas séricas se encuentran en general elevadas en gran parte de pacientes con EW; los niveles suelen aumentar de forma leve y no reflejan la gravedad de la afectación hepática. La ceruloplasmina sérica es una proteína sintetizada principalmente a nivel hepático, así como un reactante de fase aguda. La mayor parte de esta proteína es secretada a la circulación sanguínea como transportadora de Cu. Debido a ser un reactante de fase aguda, los niveles séricos pueden elevarse en estados asociados con hiperestrogenemia como el embarazo, el suplemento de estrógenos y el uso de algunos anticonceptivos. Cerca del 85% a 90% de pacientes con EW presentan niveles de ceruloplasmina sérica menores de 200 mg/l (< 20 mg/dl) y, en presencia de AKF, se considera diagnóstico de EW. La presencia de niveles muy bajos de ceruloplasmina (< 50 mg/l ó < 5 mg/dl) constituye una fuerte evidencia para el diagnóstico de EW. GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Neuro-52 Enfermedad de Wilson Revisión: 0 – Año 2014 Dr. S. Rodríguez Quiroga Página 5 de 7 Se debe tomar en cuenta que se pueden encontrar niveles séricos bajos en otras condiciones, como pacientes con marcado compromiso renal, pérdida entérica de proteínas, estadios terminales de falla hepática y heterocigotos asintomáticos para EW. Por otro lado, se describen pacientes con EW y niveles normales o elevados de ceruloplasmina. Recomendación La presencia de ceruloplasina sérica extremadamente baja (< 50 mg/l ó < 5 mg/dl) establece una fuerte evidencia para el diagnóstico de EW. Los niveles levemente disminuidos requieren mayor evaluación. La presencia de ceruloplasmina sérica normal no descarta el diagnóstico de EW (recomendación clase I, nivel de evidencia B) La excreción urinaria de Cu en 24 horas es un estudio útil para realizar el diagnóstico de EW y para el monitoreo del tratamiento; refleja la cantidad de Cu que no está unido a la ceruloplasmina en la circulación. El nivel de excreción considerado como normal es de hasta 40 µg/24 h (0.6 µmol/24 h). Los niveles de excreción mayores a 100 µg/24 h (> 1.6 µmol/24 h) son un criterio diagnóstico para EW en pacientes sintomáticos. Los valores por encima de 40 µg/24 h (0.6 µmol/24 h) son sugerentes de EW. La excreción de Cu urinario puede estar aumentada en cuadros activos de falla hepática crónica y en heterocigotos para EW. Recomendación Se debe determinar la excreción basal de Cu en 24 h en todo paciente con sospecha de EW. En sujetos afectados, generalmente la cantidad de Cu excretada en 24 h es mayor de 100 µg (> 1.6 µmol) en casos sintomáticos. Sin embargo, niveles > 40 µg (0.6 µmol) sugieren EW y requieren investigación adicional (recomendación clase I, nivel de evidencia B) En general, el Cu sérico se encuentra disminuido en proporción a la ceruloplasmina. La medición de Cu sérico incluye la determinación de Cu unido a la ceruloplasmina y Cu libre. No se ha definido la sensibilidad y especificidad de la determinación de Cu no unido a la ceruloplasmina en la EW; este estudio no forma parte de la evaluación diagnostica de la enfermedad. GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Neuro-52 Enfermedad de Wilson Revisión: 0 – Año 2014 Dr. S. Rodríguez Quiroga Página 6 de 7 La resonancia magnética nuclear (RMN) y la tomografía de cerebro (TC) pueden detectar alteraciones estructurales a nivel de los ganglios basales. Los hallazgos más frecuentes son la presencia de imágenes hiperdensas en la TC y de imágenes hiperintensas en la secuencia T2 de la RMN, la cual es más sensible en detectar dichos hallazgos. Las alteraciones radiológicas no se limitan a estas regiones y pueden encontrarse imágenes patológicas a nivel del tronco cerebral y la sustancia blanca. Recomendación Se debe considerar la realización de una imagen de cerebro, preferiblemente RMN, antes del inicio de tratamiento en todo paciente con EW con compromiso neurológico. La realización de este estudio debe ser parte de la evaluación de todo paciente con síntomas neurológicos sugerentes de la enfermedad (recomendación clase I, nivel de evidencia C) Diagnósticos Diferenciales Las manifestaciones neurológicas de la EW pueden simular otros procesos neurológicos, en especial los asociados con trastornos del movimiento. Dentro del diagnóstico diferencial de la EW se consideran el temblor esencial, la enfermedad de Parkinson de inicio temprano y la distonía generalizada. Otras patologías que raramente pueden simular EW son la neurodegeneración asociada con la pantotenato-kinasa, la coreaacantocitosis y la corea familiar benigna. Tratamiento El objetivo básico del tratamiento de la EW es promover el balance negativo de Cu, con la finalidad de remover los depósitos anormales de este metal en el organismo. La Dpenicilamina y la trientina son quelantes de Cu para el tratamiento de la EW. Ambas drogas son seguras y de eficacia similar, por lo cual pueden usarse de forma indefinida. La D-penicilamina está disponible en todo el mundo, pero la trientina sólo se comercializa en Estados unidos y Reino Unido. El tratamiento consiste en una primera fase intensiva para la remoción del Cu acumulado, sucedida de una fase de mantenimiento. La D-penicilamina se administra por vía oral, 2 veces por día, asociada con suplemento de piridoxina y alejada de las comidas, dada la disminución de su biodisponibilidad por la ingesta de alimentos: Dosis inicial: 125 a 250 mg/día Dosis escalonada: 250 mg cada 2 a 3 semanas Dosis máxima: 1 a 2.5 g/día GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Neuro-52 Enfermedad de Wilson Revisión: 0 – Año 2014 Dr. S. Rodríguez Quiroga Página 7 de 7 Se debe considerar que un 10% a 22% de los pacientes que reciben quelantes de Cu pueden presentar empeoramiento de la sintomatología neurológica en forma posterior al inicio del tratamiento. En la mayoría de los casos, este deterioro remite sin necesidad de suspender la administración del fármaco o, en su defecto, con la interrupción parcial. La dosis de mantenimiento se inicia una vez que se han eliminado los depósitos excesivos de Cu, para lo cual se considera la recuperación neurológica y la estabilización del compromiso hepático. La dosis recomendada es de 500 a 1000 mg/día. En relación con la dieta, se debe evitar la ingesta de alimentos ricos en Cu (chocolate, nueces, hongos, hígado, mariscos). Se recomienda consumo de agua procesada, baja en Cu. Se indica tratamiento sintomático en caso necesario, de acuerdo con las manifestaciones clínicas de cada paciente (antidepresivo, antipsicótico, estabilizador de ánimo). Recomendación El tratamiento inicial de pacientes sintomáticos con EW debe incluir un agente quelante de Cu (recomendación clase I, nivel de evidencia B) Los pacientes con EW deben evitar la ingesta de alimentos y agua que tengan concentraciones elevadas de Cu, especialmente durante el primer año de tratamiento (recomendación clase I, nivel de evidencia C) Bibliografía 1. Roberts EA, Schilsky ML. Diagnosis and treatment of Wilson disease: an update. Hepatology 2008: 47: 2089-2111. 2. Aggarwal Annu BM. The Pragmatic Treatment of Wilson disease. Movement Disorders Clinical Practice 2014: 1: 14-23. 3. Dong QY, Wu ZY. Advance in the pathogenesis and treatment of Wilson disease. Transl Neurodegener 2012: 1: 23. 4. Micheli F L-PMR. Movimientos Anormales Clínica y terapéutica. 2012. 5. Schilsky ML, Runyon BA, Aminoff MJ, Travis AC. Clinical manifestations, diagnosis, and natural history of Wilson disease. http://www.uptodate.com/es/home. (2012) 6. Wilson SA. 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