TEATRO ANTIGUO Y MODERNO

TEATRO ANTIGUO
Período Antiguo II (800-1200)
Los cuatro siglos desde 800 hasta 1200 son conocidos como el período Heian, cuando el emperador,
con la capital en Kioto llamada en ese entonces Heian-kyo, gobernó el país, asistido por la familia
Fujiwara, una poderosa familia aristocrática que ejercía un poder enorme. La dinastía T'ang de China,
que ejerció gran influencia en Japón en la primera mitad del período antiguo, ya había caído y fue
seguida por los Sung en el siglo X, pero Japón, que había absorbido totalmente la cultura T'ang,
comenzó a crear una nueva cultura japonesa sobre unas bases independientes a mediados del siglo IX,
y con el progreso y prosperidad de una sociedad aristocrática que era apoyada por un desarrollo
económico, floreció un tipo de cultura caracterizada por la gracia y esplendor de la corte y la aristocracia.
A comienzos del siglo X la corte y la aristocracia habían descubierto una belleza ahora clásica que puso
gran énfasis en la emoción y la inteligencia, en espiritualidad en contenido y expresión, y en armonía de
forma. Luego, hacia el fin del siglo, su idea de belleza fue desarrollada aun mas a tal punto que podía
apoyarse en expresiones emocionales y simbólicas cristalizadas a través de conceptos altamente
sofisticados como aware, okashi y yosei, una belleza llena de profundidad pero contenida, un sentimiento
delicadamente sofisticado. La famosa novela La Historia del Clan Genji (Genji Monogatari) está escrita
con esta estética, y la forma final de Bugaku también tuvo como base este tipo de sensibilidad. Durante
el siglo XII lentamente apareció la influencia militar. Se inició el intercambio entre la cultura provincial y la
cultura de la región de la capital, lo que condujo a la transformación y confusión en los puntos de vista
culturales y estéticos. También surgió una nueva tendencia en filosofía budista que la acercó a la gente.
Cambio similares se dieron en varios aspectos de la cultura que marcaron la transición hacia la Edad
Media.
El teatro antiguo de este periodo incluyó, aparte de lo que se heredó de periodos anteriores, una nueva e
importante adición, Shin Sarugaku, además de otras formas, las cuales se convirtieron en la fuente
directa para el teatro de la Edad Media.
En el linaje de Kagura se perfeccionó primero al Kagura ceremonial de la corte, Mikagura; también se
crearon, desarrollaron y perfeccionaron otras formas de Kagura para bailarines y para muñecos; el estilo
único de Seino Kagura también fue perfeccionado. Gigaku, que fue desarrollado a cabalidad en el
periodo anterior, comenzó a decaer en el siglo X debido a que no se acomodaba al budismo y a la
actitud estética del nuevo periodo y al poco tiempo se extinguió. Por el contrario Bugaku prosperó, ya
que reflejaba la tendencia general en contra de la absorción de la cultura china. Hubo mucha
experimentación con muchas composiciones nuevas y adaptaciones en la segunda mitad del siglo IX.
Bugaku efectuó una reorganización y refinamiento total en cada uno de sus aspectos, hasta cuando en la
primera parte del siglo XI fue perfeccionado como una manifestación de los ideales estéticos de la corte
y la aristocracia.
Contemporáneo con los tipos de teatro que seguían y que provenían de periodos anteriores, surgió en el
siglo X un nuevo estilo popular de Sarugaku, Shin (nuevo) Sarugaku, que prosperó durante el siglo XI y
luego desapareció gradualmente, habiendo sido asimilado dentro de otro tipo de teatro medieval. Este
fue concebido como un arte exclusivamente japonés en contraste con las viejas formas de Sarugaku de
origen extranjero. En este se emplearon muchas canciones fragmentarias, danzas y actos de imitación
de varios tipos los cuales la gente disfrutaba, mientras que también cultivo su propio y único estilo
gracioso de imitación. Aunque levemente este se caracterizó por el énfasis puesto en los elementos de
acción y dialogo. Aparte de estos estilos, también estaba Dengaku, surgido de la música y las danzas de
los campesinos, al igual que las artes de los hechiceros (jushi o shushi) que fueron un intento de
dramatización de la hechicería budista practicada en los templos. Estas formas también se desarrollaron
dentro del teatro medieval. Entre ejemplos particulares se podría mencionar las artes imitativas que
representaban las ceremonias de la corte, y obras originales hechas por cortesanos, ricas en elementos
de acción y dialogo que se presentaban hacia finales del siglo XII.
En el siglo XII, con el crecimiento del intercambio entre diferentes clases y diferentes regiones, se creó
una conciencia sobre la distinción entre la cultura propia y la de otros. Hubo un estimuló en el interés por
las leyendas con la creciente complejidad de la vida social. Estas tendencias generaron a su vez
cambios en el teatro. Los argumentos de las obras se hicieron más complejos y se adicionaron
elementos de dialogo e imitación. En todo esto se puede encontrar el comienzo de la transición del teatro
antiguo hacia el teatro medieval.
TEATRO MODERNO:
Durante la mayor parte del siglo XIX las ideas arquitectónicas y escenográficas se mantuvieron en
esencia inalterables, si bien las exigencias de libertad creativa iniciadas por los autores románticos
condujeron a fines de la centuria a un replanteamiento general del arte dramático en sus diversos
aspectos.
Hito fundamental en este sentido fue la construcción del monumental Festspielhaus de Bayreuth,
Alemania, erigido en 1876 de acuerdo con las instrucciones del compositor Richard Wagner, que
constituyó la primera ruptura respecto a los modelos italianos. Su diseño en abanico, con la platea
escalonada, el oscurecimiento del auditorio durante su representación y la ubicación de la orquesta en
un pequeño foso, eran elementos concebidos para centrar la atención de los espectadores sobre la
acción y abolir en lo posible la separación entre escenario y público.
Esta exigencia de integración entre el marco arquitectónico, la escenografía y la representación fue
acentuada en los últimos decenios del siglo XIX y primeros del ** por la creciente importancia concedida
a la figura del director gracias a personalidades como el alemán Max Reinhardt, autor de espectaculares
montajes, el francés André Antoine, adalid del naturalismo, el ruso Konstantín Stanislavski, director y
actor cuyo método de interpretación ejercería gran influencia sobre el teatro moderno, o el escenógrafo
británico Edward Gordon Craig, que en su defensa de un teatro poético y estilizado abogó por la creación
de escenarios más sencillos y dúctiles.
La aparición del teatro moderno, pues, se caracterizó por su absoluta libertad de planteamiento mediante
el diálogo con formas tradicionales y las nuevas posibilidades técnicas darían lugar a una singular
transformación del arte teatral. En el campo del diseño arquitectónico y escenográfico las mayores
innovaciones se debieron al desarrollo de nueva maquinaria y al auge adquirido por el arte de la
iluminación, circunstancias que permitieron la creación de escenarios dotados de mayor plasticidad
(circulares, móviles, transformables, etc.) y liberaron al teatro de la apariencia pictórica proporcionada por
la estructura clásica del arco del proscenio.