RESPIRACION DIAFRAGMATICA

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RESPIRACIÓN DIAFRAGMÁTICA
Generalmente sólo utilizamos una parte de nuestra capacidad pulmonar, con frecuencia la parte
superior de los pulmones, facilitando una respiración eminentemente torácica en la cual la
intervención del diafragma es poco relevante. Este tipo de respiración no permite alcanzar una
oxigenación adecuada, como la que se obtiene con la respiración más completa.
Cuando respiramos de manera inadecuada nuestros tejidos obtienen una menor oxigenación, se
evidencia un mayor trabajo cardíaco y una mayor intoxicación general del organismo, lo cual
facilita la aparición de la ansiedad y la fatiga física. Así, se utiliza la respiración diafragmática
como una técnica para controlar la ansiedad.
Para practicar este tipo de respiración, debemos asumir una postura cómoda, recostado en la
cama o sentado en un sillón, con los ojos cerrados y en un lugar y momento en el que no
tengamos estímulos que puedan distraernos.
Primer ejercicio
El objetivo de este ejercicio es dirigir el aire a la parte inferior de los pulmones. Para ello,
podemos colocar una mano en el vientre y otra sobre el pecho; de esta forma percibiremos mejor
los efectos de cada inspiración y respiración.
Posteriormente debemos tomar el aire por la nariz y tratar de dirigirlo en cada inspiración hacia la
parte inferior de los pulmones. Esta acción debe provocar que se mueva la mano colocada en el
vientre, notándose cómo se hincha el estómago, pero no la que está situada sobre el pecho.
Esta parte del ejercicio es probablemente la más compleja, por lo que es importante que se repita
tantas veces como sea necesario hasta que se domine totalmente.
Segundo ejercicio
Llegado a este punto, es el momento de realizar una inspiración completa. En un primer
momento, se dirige el aire a la parte inferior y media (ejercicio 1) y finalmente al pecho; todo ello
en la misma inspiración. Debe elevarse en este segundo momento la mano puesta sobre el
pecho, manteniéndose elevada la del vientre que ya se ha elevado primeramente.
Una vez realizados correctamente estos ejercicios, se manejará el ciclo completo de la
inspiración.
Tercer ejercicio
En esta ocasión el objetivo radica en combinar la inspiración con una correcta espiración. Así,
después de realizar la inspiración en dos tiempos, soltaremos el aire por la boca, con los labios
ligeramente cerrados y emitiendo un ligerísimo sonido.
El tiempo de la espiración puede ser aproximadamente el doble del de la inspiración (si logras
contar hasta 10 o más en el momento de la expiración es perfecto). Al principio puede parecer un
poco complicado pero deteniéndose el tiempo necesario en la realización de cada uno de estos
ejercicios, al final los resultados valen la pena. Una imagen que puede ayudar a comprender el
proceso de la respiración diafragmática es la siguiente:
Una vez que se ha practicado suficientemente, se podrá realizar también de pie o incluso
caminando. Lo cual amplía las posibilidades terapéuticas de la técnica, siendo muy útil para
controlar accesos de angustia o ira.
Es conveniente pensar en lo placentero que es el respirar conscientemente, el focalizar en la
sensación de bienestar que produce.
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