Documento 31605

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Enfermedades de transmisión sexual son las infecciones que se propagan por contacto sexual, si bien algunas
de ellas pueden contraerse por vías no sexuales.
Los condones de látex son el método de protección más fiable conocido para impedir el intercambio de
fluidos corporales. Los espermicidas también ayudan, pero nunca pueden sustituir a un preservativo.
Gonorrea
La más corriente es la gonorrea. Esta enfermedad se transmite por cualquier tipo de contacto sexual, incluido
el beso. La bacteria sobrevive hasta dos días en el tazón de un retrete, o en un pedazo húmedo de papel
higiénico, aunque esta vía de contagio ocurre en muy contadas ocasiones. La bacteria que la produce suele
infectar la uretra del varón y el cuello uterino de la mujer.
El varón con gonorrea suele encontrar la micción extremadamente dolorosa y excreta por el pene una
secreción turbia similar al pus. La mujer suele tener secreciones turbias de la vagina, ciertas molestias en la
parte inferior del abdomen o hemorragias vaginales anormales. En ocasiones, la mujer que presenta esta
enfermedad siente dolor al orinar. Pero con mucha frecuencia no tiene ningún síntoma. Cuando los tiene,
suelen aparecer pasados entre 2 y 8 días de la infección o al principio de la siguiente menstruación.
A veces, la gonorrea infecta también el recto o la boca, a través del contacto sexual anal u oral. Estas
infecciones provocan normalmente pocos síntomas. Una persona con gonorrea rectal sentirá cierto dolor en el
recto, especialmente durante la defecación, o tendrá una secreción turbia por el ano. En el caso de la infección
oral por gonorrea, la persona afectada sufrirá dolor de garganta.
La gonorrea se cura con antibióticos.
Sífilis
Esta enfermedad está causada por un microorganismo con forma de espiral. Suele transmitirse por contacto
sexual, pero también por transfusiones de sangre o por la madre embarazada al feto.
Si no recibe tratamiento, la sífilis desarrolla tres fases sucesivas y separadas a menudo por largo tiempo.
Normalmente, los chancros que se producen en la primera fase y la erupción que se produce en la segunda son
muy contagiosas y contaminan a los demás a través del contacto con las membranas mucosas infectadas y,
muy pocas veces, a través de las úlceras abiertas. La tercera fase de la sífilis no suele ser contagiosa a no ser
que se efectúe una transfusión de sangre de la persona infectada a una que no padece la enfermedad. Esta
etapa de la enfermedad acarrea problemas cardiacos de consideración, trastornos oculares y lesiones del
cerebro o de la médula espinal, complicaciones que pueden causar parálisis, demencia, ceguera y la muerte.
La sífilis congénita genera deformidades en la estructura ósea y malformación dental, anemia, complicaciones
renales y otras perturbaciones.
Se cura con facilidad en la primera fase por medio de inyecciones de antibióticos. Algunos casos se curan en
la segunda fase. En la tercera fase, cuando los vasos sanguíneos y el encéfalo han resultado dañados, la sífilis
es irreversible.
Infecciones clamídicas
No todas las infecciones por clamidias son de transmisión sexual, así que hablaremos únicamente de algunas
de las que sí lo son.
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• Uretritis no gonocócica: inflamación de las vías urinarias. Los síntomas incluyen dolor durante la
micción y una secreción acuosa y mucosa. Se transmite a través del coito. En las mujeres puede
provocar como consecuencia una enfermedad pélvica inflamatoria y provocar infertilidad.
• Linfogranuloma venéreo: Rara vez se describe en Europa y América del Norte, pero es muy frecuente
en los climas tropicales.
El signo inicial de la infección es una pústula o ampolla no dolorosa que se desarrolla en el pene o en los
labios externos de la vagina, unas semanas más tarde, los ganglios linfáticos de la ingle aumentan de tamaño y
se hacen dolorosos, confluyen entre sí, tienen un aspecto enrojecido y rezuman pus.
La infección parece mejorar sin tratamiento, pero en los genitales aparecen úlceras. Las complicaciones
incluyen la cicatrización, que provoca estenosis (pequeños puentes de tejido que estrechan la abertura) de la
uretra, la vagina o el recto.
Chancro
Infección bacteriana localizada en la región genital, que comienza como un grano blando rodeado de un área
enrojecida. Pasados uno o dos días se llena de pus y se rompe formando una ulceración perfectamente
demarcada con bordes dentados o irregulares.
El tratamiento recomendado para el chancro es el antibiótico, y cualquiera que haya tenido contacto con la
persona infectada dentro de los diez días precedentes a la manifestación de la enfermedad o durante ésta, debe
ser examinado tanto si presenta síntomas como si no.
Herpes genital
Infección vírica causada, generalmente, por el virus del herpes simple tipos I y II.
Pasados unos 6 días del contacto con una persona infectada, se siente dolor, sensibilidad o una sensación de
comezón cerca del pene o de la vulva. Estos síntomas suelen ir acompañados de fiebre, cefalea o una
sensación de malestar general.
Poco después aparece una o varias ampollas a lo largo del pene del varón o de la vulva de la mujer. A veces se
observan también en los muslos o las nalgas. Las ampollas se forman también en la vagina o en el cuello
uterino de la mujer, donde no se ven, de modo que es posible infectar, sin saberlo, a la pareja sexual. Cuando
la ampolla revienta, forma una úlcera abierta extremadamente dolorosa, que dura desde 1 hasta 3 semanas.
Muchas veces el virus permanece en el organismo después de que las ampollas han remitido.
No existe un método para curar el herpes genital, pero se emplean analgésicos como el ácido acetilsalicílico o
el acyclovir, que aceleran el proceso de curación. Los baños calientes frecuentes reducen la inflamación. Es
posible que el virus del herpes esté involucrado en ciertos casos de cáncer del cuello uterino.
Es imposible garantizar que no existe riesgo de contagio. Si bien el uso del preservativo ayuda a prevenirlo,
no es un método infalible.
Hepatitis Vírica
Infección del hígado que puede adquirir diferente gravedad, desde un estado completamente asintomático
hasta un cuadro clínico de síntomas gastrointestinales moderados, pasando por una enfermedad debilitante
aguda acompañada de fiebre, ictericia, vómitos y a veces complicaciones orgánicas más serias. Hay varios
tipos de hepatitis:
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• Hepatitis A: Por lo general se propaga por vía fecal−oral, por el contagio de persona a persona, las
intoxicaciones alimentarias (normalmente causadas por individuos infectados que manipulan
alimentos) y por el consumo de marisco crudo o poco cocinado recogido en aguas contaminadas.
Según estudios realizados, los homosexuales están más expuestos a esta enfermedad que los heterosexuales.
• Hepatitis B: Se propaga casi siempre por transfusiones de sangre o productos sanguíneos
contaminados, pero también a través de la saliva, el fluido seminal, las secreciones vaginales y otros
fluidos biológicos. Los portadores del virus de la hepatitis B tienen más probabilidades de contraer un
cáncer de hígado que un individuo normal.
Los homosexuales varones presentan los índices más elevados de infección por este virus.
• Hepatitis C: Las formas de transmisión más frecuentes son las transfusiones de sangre y el consumo
de drogas por vía intravenosa. Es una enfermedad devastadora, ya que al menos la mitad de los
infectados de forma aguda acaban por desarrollar hepatitis crónica, que generalmente desemboca en
cirrosis o cáncer de hígado.
• Hepatitis D: Este virus requiere la presencia de la hepetitis B para poder multiplicarse.
Frecuentemente es una infección severa que presenta un alto índice de muertes y graves daños
hepáticos permanentes en aquellos que sobreviven a ella.
Las personas que mantienen contacto íntimo con alguien infectado de hepatitis A pueden obtener inmunidad
parcial si se les administra una inyección de globulina sérica inmune. Existen vacunas seguras y eficaces
contra la hepatitis B, pero no las hay para prevenir la hepatitis C. En cuanto a la hepatitis D, como depende de
la B, puede ser evitada mediante la vacuna de esta última.
Verrugas genitales
Son habitualmente unas verrugas secas que crecen cerca de los genitales y alrededor del ano. Son causadas
por un virus de transmisión sexual denominado virus del papiloma humano (VPH), y por lo general son
rosadas o blanco−grisáceas con una apariencia semejante a una coliflor.
A pesar de que las verrugas genitales, como su nombre indica, se hallan más frecuentemente sobre o en el
interior de los órganos genitales, pueden aparecer también en otras zonas que incluyen la boca, los párpados,
los labios, los pezones y los contornos del ano.
El VPH es una importante causa a largo plazo de cáncer de cerviz y otros cánceres de la zona anal y genital,
incluyendo el cáncer de pene.
El tratamiento consiste en el empleo de un líquido que contiene podofilina, el uso de ácido tricloracético, el
empleo de la cirugía del láser de CO2, el empleo de nitrógeno líquido para congelar las verrugas, o una
substancia denominada interferón inyectada en la base de la verruga. Desgraciadamente, estas verrugas son
recurrentes y ninguno de los métodos anteriores erradica la infección subyacente de VPH, que permanece en
el tejido cercano a la verruga que ha sido destruida.
Cualquiera que tenga verrugas genitales debe utilizar preservativo para reducir el riesgo de transmisión.
Molluscum contagiosum
Causado por un virus que provoca una enfermedad pustulosa de la piel y produce lesiones de tipo eruptivo en
los genitales externos (los muslos, las nalgas y la parte inferior del vientre). Esta lesión indolora tiene un color
naranja rosáceo con la punta perlada. Si se la aprieta del interior sale una sustancia cerosa muy parecida a la
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de una espinilla. Provoca pocos problemas y con frecuencia desaparece de manera espontánea, por lo que el
tratamiento no siempre es necesario.
Ladillas
Son parásitos visibles a simple vista que invaden la región del pubis. Por lo común se transmiten por contacto
sexual, pero también cabe el contagio inadvertido al utilizar sábanas, toallas o ropa infestada por un portador.
Los piojos anidan en el vello púbico y necesitan succionar sangre al menos dos veces al día. Los huevos que
depositan los piojos hembra se consolidan en las raíces del vello y no pueden ser eliminados restregándose
con agua.
Las ladillas provocan una intensa picazón sobre todo por la noche, y se curan mediante la utilización de
tratamientos desparasitarios y la desinfección de ropas.
Infecciones vaginales
• Vaginitis: Es una inflamación vaginal que, si bien es frecuentemente transmitida sexualmente,
muchos casos son debidos a causas no sexuales (infección, reacciones alérgicas, deficiencia de
estrógeno, o irritación originada en sustancias químicas). Puede crear problemas al provocar un
exceso de sensibilidad o dolor durante el coito, o generar olores desagradables.
− Infección por tricomonas: Causada por el exceso de un microorganismo habitualmente presente en pequeñas
cantidades en la vagina. Esta infección produce un flujo espumoso, líquido, blanco verdoso o marrón
amarillento de olor desagradable que habitualmente provoca escozor y prurito en la vagina y la vulva. El
tratamiento más eficaz es un medicamento (Flagyl) que debe ser recetado a la mujer y a su compañero sexual.
− Infección por monilia: Infección fungosa provocada por la reproducción excesiva de un microorganismo
que normalmente se encuentra en la vagina. El flujo es habitualmente espeso, blanco y cremoso, y va
acompañado de intenso prurito. Las mujeres diabéticas, embarazadas, las que toman píldoras anticonceptivas
o antibióticos presentan una mayor incidencia de esta infección. Las infecciones fungosas pueden enmascarar
la presencia de gonorrea o sífilis.
El tratamiento implica el uso de cremas o supositorios vaginales especiales. No es necesario el tratamiento del
compañero sexual, ya que esta infección no es transmitida sexualmente.
Para prevenir la vaginitis, es conveniente seguir algunas recomendaciones: llevar bragas de algodón, evitar las
duchas vaginales frecuentes, limpiarse con un movimiento de adelante hacia atrás siempre que se vaya al
retrete, evitar el uso prolongado de antibióticos, mantener buenos hábitos de higiene personal, evitar el
contacto sexual con un individuo que tenga una infección genital, o tenerlo con preservativo, no poner el pene
cerca ni dentro de la vagina tras el coito anal y evitar las formas de actividad sexual que causen cualquier tipo
de molestia vaginal.
• Vaginosis bacteriana: El problema principal parece ser un estado en el que los organismos bacterianos
que normalmente protegen la vagina disminuyen drásticamente mientras que la bacteria que produce
la vaginosis se reproduce de manera excesiva. El resultado es un flujo blanco grisáceo con
desagradable olor acompañado de escozor y prurito. Sin embargo, muchas de estas infecciones son
asintomáticas, y sus efectos a largo plazo son desconocidos. Infecciones simultáneas de esta bacteria
son frecuentemente halladas en la uretra de los compañeros sexuales de las mujeres que peresentan
esta alteración. El tratamiento consiste en la administración de Flagyl o de un antibiótico, y no es
necesario que el compañero reciba dicho tratamiento. La vaginosis bacteriana podría ser un factor
causante de la rotura prematura de las membranas fetales y del parto prematuro en las mujeres
embarazadas.
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Sida
El sida, o síndrome de la inmunodeficiencia adquirida, no es una enfermedad sino un trastorno que predispone
a muchas enfermedades. Se debe al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH ). El virus destruye un tipo de
glóbulos blancos, lo que debilita el sistema inmunológico y reduce la resistencia del enfermo ante algunas
infecciones y determinados tipos de cáncer. El virus se transmite a través de la sangre, el semen o las
secreciones vaginales. Todavía no existe un tratamiento curativo, pero es importante saber que las
aplicaciones terapéuticas tempranas prolongan la vida del paciente.
La infección por VIH se transmite principalmente por contacto sexual, pero también puede transmitirse a
través de una transfusión de sangre infectada o por compartir una aguja hipodérmica contaminada. También se
transmite a través de una mujer infectada al feto o al recién nacido a través de la leche materna infectada. Sin
embargo, no se propaga a través del contacto casual como trabajar junto a otra persona, compartir una toalla o
utilizar el mismo WC o vaso de bebida, o a través de los abrazos o apretones de manos.
Cuando son infectadas por primera vez por el VIH, la mayor parte de las personas carecen de síntomas,
aunque otras presentan una breve enfermedad febril muy parecida a la mononucleosis infecciosa con
faringitis, fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos y exantema. Las personas con esta enfermedad pueden
seguir gozando de buena salud o pueden continuar desarrollando uno o más síntomas: fatiga, escalofríos,
fiebre, sudores nocturnos y un adelgazamiento acelerado (de 5 kg o más, sin seguir una dieta), una diarrea
crónica, tos seca e infecciones de la boca y del esófago.
Prevención de las ETS
• Permanecer informado.
• Observar si se produce alguna anomalía en el propio cuerpo o en el de la pareja.
• Tener en cuenta los riesgos del sexo anónimo y mostrarse selectivo.
• Ser honrado. Si se sospecha que se es portador de una enfermedad de transmisión sexual, se debe
informar a la pareja; de la misma manera, en caso de estar preocupado por el estado sexual de la
misma, hay que preguntarle.
• Ser precavido, es decir utilizar preservativos, orinar después de la actividad sexual...
• Hacerse tratar sin demora y someterse a los análisis y pruebas a la menor sospecha de haber podido
contraer una ETS.
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