10 La herencia clásica

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MÓDULO 3.2
Tema: La herencia clásica: Grecia y Roma, cunas de la Civilización Occidental
Introducción
¿Alguna vez te has preguntado por qué razón un grupo musical como Los Beatles es considerado un
“clásico” dentro de la historia de la música popular, o por qué, después de varias décadas, se siguen
escuchando con pasión sus canciones? La respuesta es que su importancia fue tal, que traspasó el
tiempo en que recorrían el mundo entero dando recitales y entregando su creación a los que los
escuchaban. Los Beatles, considerados a estas alturas como una banda clásica, marcaron una época,
y continúan emocionando a los hijos y nietos de quienes los escucharon en vivo o en algún
tocadiscos.
Con los mundos griego y romano pasa algo similar. Su influencia fue tan fundamental que marcó el
surgimiento de las nuevas sociedades que se desarrollaron con posterioridad a ella.
En este eje temático estudiaremos los elementos que heredamos de esa experiencia histórica inicial,
considerada como el comienzo de la llamada “cultura occidental”. O sea, aquellas experiencias
culturales que dieron forma inicial a Europa y, por expansión posterior, a los continentes que fueron
conquistados por los europeos a partir de los siglos XV y XVI.
En primer lugar, te sugerimos analizar las características del desarrollo histórico de los griegos y los
romanos en el mundo antiguo, entendiendo por antiguo el período que se extiende desde el
surgimiento de la cultura griega o helénica, hasta la caída del gran Imperio Romano en el siglo V
después de Cristo.
Es importante que entiendas que el mundo antiguo o greco-romano no se acabó totalmente con la
desaparición del Imperio Romano, ya que sus influencias se extienden hasta el día de hoy, siendo
América, e incluso Chile, extensiones culturales de esa rica y variada experiencia política y cultural.
Por ello, estas culturas han sido llamadas “culturas clásicas”: su herencia traspasa el tiempo y se
instalan en el mundo occidental hasta la actualidad.
En segundo lugar, se espera que conozcas la organización política básica de la ciudad de Atenas,
especialmente en la época de Pericles, observando las características políticas del período clásico
griego. Es importante que observes cómo se han ido traspasando, de época en época, las diferentes
instituciones y elementos culturales que hemos heredado de dicho sistema de organización social.
Por otra parte, te sugerimos aplicar el mismo criterio cuando estudies el Imperio Romano: conocer
su legado en el mundo occidental, especialmente en lo referido al derecho romano, base de los
sistemas jurídicos de este mundo.
Con respecto al Imperio Romano (uno de los más grandes de la historia de Occidente), es
recomendable que fijes tu mirada en las influencias culturales que Roma tuvo en las zonas que
conquistó. Concentra tu análisis en los procesos de sincretismo y transculturación que se produjeron
en las costas del mar Mediterráneo en los tiempos de los griegos y los romanos. Este aspecto es de
vital importancia, ya que estas culturas condicionaron la posterior formación de la Europa medieval
y con ello los tiempos modernos y contemporáneos.
Es importante que puedas reflexionar acerca de las profundas influencias de aquellas antiguas
culturas y relacionarlas con las distintas formas de pensar y de entender el mundo en que vivimos
hoy en día.
La herencia clásica
Grecia y Roma fueron dos importantes civilizaciones que se desarrollaron en la cuenca del mar
Mediterráneo durante el primer milenio a. de C.
La civilización griega
Los griegos constituyen uno de los fundamentos culturales de la civilización occidental. Entre sus
logros podemos señalar el desarrollo de la democracia como sistema político, el aporte al
pensamiento filosófico, científico, y sus reflexiones y creaciones artísticas.
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¿Quiénes fueron los griegos? Una interesante respuesta la entrega el historiador M.I. Finley en su
texto Los griegos de la antigüedad:
“El pueblo de habla griega, emigrando hacia el sur, allá por los albores del segundo milenio antes de
Cristo, casi seguramente con anterioridad al año 1900, entró en la península que andando el tiempo
habría de llamarse Grecia.
Fuese cual fuere el nivel de su cultura cuando sus gentes realizaron esta entrada, lo cierto es que, a
partir de entonces, contribuyeron a configurar la técnicamente avanzada civilización del período de
la Edad del Bronce, que se suele denominar Micénico (1400-1200) y que tuvo sus centros
principales en el Peloponeso -la parte sur de la Grecia continental- en sitios como Micenas, Argos y
Pilos. El reciente desciframiento de su escritura silábica -conocida por el nombre de “Lineal B”- ha
puesto en claro que, al menos en los palacios, su lengua era una forma arcaica del griego.
Los griegos nunca se llamaron a sí mismos, en su propio idioma, «griegos»; esta denominación
proviene del término con que los romanos los designaron: graeci. En la época micénica (a juzgar
por los monumentos hititas contemporáneos) parece que eran conocidos por el nombre de aqueos,
uno de los varios nombres que se les da aún en los poemas homéricos, la más antigua literatura
griega que se ha conservado.
Durante el transcurso de la llamada Edad Oscura, o quizás al acabar ella, el término “helenos”
reemplazó constantemente a todos los demás, y ‘Hélade’ pasó a ser el nombre colectivo que se
aplicaba al conjunto de los griegos. Hoy en día, Hélade es el nombre de un país, como Francia o
Italia. En cambio, en la antigüedad, no había nada parecido a esto, nada a lo cual los helenos
pudiesen referirse como a “nuestro país”. Para ellos, la Hélade era esencialmente una abstracción,
igual que en la Edad Media, la cristiandad, o “el mundo árabe” en nuestros tiempos, pues los
griegos antiguos nunca estuvieron todos unidos política y territorialmente.
La Hélade se extendió por un área enorme, que abarcaba, hacia el este, el litoral del mar Negro, las
zonas costeras del Asia Menor y las islas del mar Egeo, la Grecia continental en el centro, y, hacia
el oeste, la Italia del Sur y la mayor parte de Sicilia, continuándose luego por las dos riberas del
Mediterráneo hasta Cirene, en Libia, y hasta Marsella y algunas localidades costeras de España. A
grandes rasgos, esta área venía a formar como una gran elipse, cuyo eje mayor era la longitud del
Mediterráneo, con el mar Negro como prolongación; una elipse muy aplastada, puesto que la
civilización griega se desarrolló y floreció al borde del mar y no tierra adentro.
Todos aquellos griegos tan diseminados por lejanos confines tenían conciencia de pertenecer a una
cultura común: ‘siendo nosotros de la misma raza y de igual idioma, comunes los altares y los ritos
de nuestros dioses, semejantes nuestras costumbres’, decía Herodoto (VIII, 144).”
Esta civilización se desarrolló a lo largo de varios siglos y para conocer sus distintos momentos se
la ha dividido en períodos. Sus orígenes se remontan a finales del tercer milenio a. de C., primer
período que se denomina época arcaica. El siglo V (conocido como el siglo de Pericles) y el IV a.
de C., fueron de máximo florecimiento y se conocen como las épocas clásica y helenística.
Desde el siglo VII a. de C., los griegos establecieron colonias a lo largo de una extensa región del
Mediterráneo, lo que les permitió entrar en contacto con variadas culturas, hecho que enriqueció el
helenismo como expresión cultural.
En este contexto de relaciones culturales, los griegos conquistaron Asia Menor, donde entraron en
contacto con los Persas, lo que les permitió establecer un vínculo con el milenario Oriente, de donde
extrajeron una serie de elementos culturales importantes para su bagaje cultural. Hay que mencionar
que todo esto ocurrió gracias a las llamadas Guerras Médicas.
En el plano cultural, los griegos han hecho un gran aporte a la civilización occidental. Para ellos, el
hombre era “la medida de todas las cosas”, el centro del Universo, y fue esta mirada antropocéntrica
la que pasó a formar parte de la cultura universal llamada “occidental”.
M.I. Finley, respecto de la filosofía griega escribe: “la religión griega tenía ya una larga historia
cuando se escribieron las obras en que hoy podemos leer las primeras referencias a ella: la Ilíada, la
Odisea y la Teogonía de Hesíodo. No así la filosofía griega: la clase de indagaciones sobre la
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naturaleza del universo iniciadas por los filósofos jonios de Mileto a comienzos del siglo VI fue
algo enteramente original. A partir de entonces, siguieron los griegos dedicándose con ahínco a la
filosofía hasta finales de la Antigüedad.
¿Qué es el mundo? ¿Qué es el hombre? Semejantes preguntas no eran nuevas, pero antes las
respuestas a ellas habían sido míticas. Leyendas que tenían a menudo un carácter genealógico
similar a éste.” (M.I. Finley. Los griegos de la Antigüedad).
De esta manera, la filosofía griega, que buscó una explicación racional de las cosas, reflexionó
inicialmente acerca de las preguntas fundamentales del ser humano, y sus respuestas
complementaron las que se habían propuesto desde las diversas explicaciones religiosas del mundo
antiguo; sin duda alguna, esta cultura significó un importante aporte al posterior desarrollo del
pensamiento occidental. Dentro de los filósofos griegos se destacan Heráclito y Parménides, que
estudiaron la naturaleza; Sócrates, que estudió al ser humano; y Platón y Aristóteles, que estudiaron
las formas del conocimiento, entre muchas otras cosas.
Los griegos dejaron grandes nombres en todas las ramas del saber: Hipócrates en la medicina;
Heródoto, Tucídides y Jenofonte en la historia; Esquilo, Sófocles y Eurípides en el teatro.
Pero uno de los más importantes aportes históricos del mundo griego fue, sin duda, su experiencia
política. Atenas, una de las ciudades más importantes de la península helénica, implementó a lo
largo de su historia una serie de sistemas de gobierno que actuaron como antecedentes del sistema
democrático. Para ello, los griegos crearon en distintas épocas de su desarrollo una serie de
instituciones que se fueron perfeccionando a lo largo de su historia.
La primera forma de gobierno fue la monarquía, que se estableció en las antiguas civilizaciones
minoica y micénica y en las primeras polis de la península griega. Este tipo de gobierno fue
sustituido por otras formas: primero la aristocracia, después la tiranía y por último la democracia.
En la Atenas del siglo VII a. de C. se instaló un gobierno aristocrático, en el que el Concejo Real
fue substituido por el Areópago. Esta institución correspondía al órgano supremo de gobierno,
formado por todos los que eran y habían sido arcontes, que eran personas encargadas de las distintas
tareas del gobierno, todas ellas, pertenecientes a la aristocracia ateniense.
Sin embargo, en el siglo VI predominó la tiranía como forma de gobierno. Esta fue la expresión de
los deseos populares de librarse del poder de las oligarquías, que los habían dominado durante
décadas. Así, a finales del siglo VI a. de C. se logró implementar la democracia en Atenas, gracias a
la obra de legisladores como Solón y gobernantes famosos como Clístenes y Pericles.
Las principales instituciones del gobierno ateniense eran: La Asamblea o Ekklesía, en la que
participaban y podían ejercer el derecho a voto los ciudadanos varones mayores de 18 años. Este
órgano de poder fue uno de los más importantes de la democracia ateniense, sin embargo, las
mujeres, los extranjeros y los esclavos no podían participar en ella. Este detalle ha llevado a
diversos autores a definir a este sistema democrático como eminentemente aristocrático, donde solo
una minoría podía participar.
El Consejo de los Quinientos o Boulé, que ejecutaba las decisiones que adoptaba la Ekklesia.
El Arcontado, órgano colegiado de gobierno (de varios integrantes), formado por nueve arcontes.
Los tres primeros se repartían las funciones que antes correspondían a los reyes y correspondían al
arconte rey, encargado de los asuntos religiosos; el arconte polemarco, que dirigía los ejércitos; y el
arconte epónimo, que velaba por los derechos de las familias, además de dar su nombre al año (por
este motivo se denominaron “anárquicos” o “anarquías” los años que no tuvieron arcontes
epónimos). A partir de las reformas de Solón, los arcontes no tenían que pertenecer necesariamente
a la clase de los aristócratas, pero sí tenían que ser elegidos entre los ciudadanos ricos.
El Areópago, ejercía las funciones judiciales, resolviendo los casos de especial gravedad, como los
homicidios; además, controlaba a los magistrados.
A partir de estas instituciones, cada una con una función específica, se comienza a desarrollar, de
alguna u otra manera, la idea de la independencia de los poderes del Estado.
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Es importante resaltar el carácter limitado de esta democracia, si se piensa en que solo podían
participar los hombres mayores de 18 años. Sin embargo, y a pesar de aquello, los atenienses
inauguran este tipo de gobierno participativo que consideraba la discusión y el intercambio de ideas
como fundamento para sus relaciones políticas y sociales.
Con respecto a la participación ciudadana, es importante destacar que la mujer tuvo en Atenas un
importante rol en el espacio privado, no así en el público, que se caracterizó por ser un área
eminentemente masculina. Los hombres manejaban lo público, lo político y todo lo que se refería al
poder de la ciudad y a la discusión de asuntos de Estado.
A modo de síntesis sobre la organización social de Atenas se puede decir lo siguiente: En Atenas, y
en la mayoría de las polis de la Hélade durante la época clásica, los habitantes se dividían en
Ciudadanos (los únicos que gozaban de todos los derechos); Metecos o extranjeros, dedicados a
actividades como la artesanía y el comercio; y Esclavos, que eran quienes llevaban a cabo los
trabajos más pesados en la agricultura, la minería o en los hogares de los sectores más pudientes de
la ciudad.
Los niños y las mujeres se concentraron en los espacios privados y no participaron de las decisiones
de orden político.
La civilización romana
Roma es fundada en el año 753 a. de C. a orillas del río Tíber. Al momento de hablar de su
fundación se mezcla la historia y la leyenda, según la cual Roma fue fundada por dos hermanos:
Rómulo y Remo.
Roma representa otro importante pilar de la civilización occidental. De hecho, de esta civilización
nos llegó la lengua, el derecho y las obras públicas. Una conquista fundamental de Roma fue la
unificación de la cuenca del Mediterráneo, tanto desde el punto de vista político (creación del
Estado Universal) como cultural (expansión de la romanización)
CRONOLOGIA BASICA DE ROMA
La Monarquía
 753 a. de C.: Fundación de Roma.
 509 a. de C.: Expulsión del último rey etrusco.
La República
 509 a. de C.: Instauración de la República.
 498 – 290 a. de C.: Roma impone su dominio en la Península Itálica.
 493 – 287 a. de C.: Lucha de los plebeyos por conseguir la igualdad.
 264 – 146 a. de C.: Guerras Púnicas: destrucción de Cartago. Roma queda dueña del
Mediterráneo.
 133 – 71 a. de C.: Guerras civiles: movimiento reformador de los Graco: dictadura de Sila:
rebelión de los esclavos (Espartaco).
 60 a. de C.: Primer Triunvirato: César, Pompeyo y Craso.
 44 a. de C.: Asesinato de César: término de su dictadura.
 43 a. de C.: Segundo Triunvirato: Antonio, Lépido y Octavio.
El legado de Roma
La cultura de la civilización romana se nutrió de Grecia, Egipto y Mesopotamia.
Unos de los agentes más importantes de la universalización de su cultura fue el latín, lengua que era
usada en todos los pueblos que formaban parte del Imperio Romano.
A su vez, el Derecho Romano ha sido uno de los aportes más significativos a nuestra cultura, pues
se sistematizó y enseñó como una disciplina, algo que no habían hecho los griegos. Los
jurisconsultos romanos distinguían entre derecho público, derecho privado y derecho internacional.
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Los jurisconsultos romanos, además, diferenciaban entre:
 Ius publicum (derecho público), que regulaba las relaciones entre los ciudadanos y el
Estado.
 Ius privatum (derecho privado), que regulaba las relaciones de los ciudadanos entre sí.
 Ius gentium (derecho internacional o de gentes), que regulaba las relaciones entre los
distintos pueblos (gens).
En los últimos tiempos del Imperio, en las principales ciudades romanas (Roma, Atenas, Bizancio)
existieron verdaderas universidades dedicadas a la enseñanza del derecho.
Los romanos se destacaron también en la técnica aplicada a distintas áreas, como la agricultura, las
obras públicas y la tecnología militar.
Organización territorial del Imperio
Roma era el centro administrativo de todas las tierras que formaban parte del Imperio, mientras el
resto de las ciudades tenían diferentes categorías dependiendo de cómo se hubiera llevado a cabo su
anexión.
Las ciudades podían ser:
• Colonias romanas (latinas): fundadas y habitadas por ciudadanos romanos y que tenían legislación
propia.
• Municipios: con derecho al autogobierno, pero que no podían incidir en la política exterior.
• Ciudades aliadas: ciudades libres, que habían firmado un tratado comercial con Roma y debían
proporcionarle soldados cuando esta lo solicitara. Eran autónomas en su política interior, pero en
relación a la política exterior debían consultar a Roma.
• Provincias: eran los países conquistados por Roma, que repetían los modelos administrativos y
políticos de la metrópoli (Guía Escolar Vox, Barcelona, 1990, Bibliograf, S.A., p.92).
Las magistraturas romanas
Eran cargos honoríficos de carácter anual y electivo, ejercidos por dos funcionarios con igualdad de
poder.
Los cónsules: eran los encargados de aplicar las leyes y mandar las tropas.
Los pretores: se encargaban de la administración de justicia.
Los censores: realizaban los censos de población y determinaban las contribuciones. Durante el
Imperio, se ocuparon también de la vigilancia de las costumbres.
Los ediles curules: eran regidores municipales que constituían la política de mercados y festejos.
Los cuestores: estaban encargados de la administración de la hacienda pública (Fuente: Jiménez
Rodríguez, Patricia y otros, Historia Universal. Educación Media).
CRONOLOGÍA DEL IMPERIO
 27 a. de C. – 14 d. de C.: Principado de Octavio. Inicio del Imperio. Siglo de Augusto.
 14 d. de C.: Tiberio asume como emperador.
 64 d. de C.: Incendio de Roma. Primera persecución de los cristianos.
 79 d. de C.: Erupción del Vesubio sepulta a Pompeya y a Herculano.
 98 d. de C.: Trajano asume como emperador. Máxima extensión del Imperio.
 212 d. de C.: Caracalla extiende la ciudadanía a todos los habitantes del Imperio.
 235 – 285 d. de C.: Anarquía militar. Sucesivo reemplazo de emperadores.
 285 d. de C.: El Dominado: instauración de la Tetrarquía.
 313 d. de C.: Edicto de Milán. Constantino proclama la tolerancia religiosa.
 330 d. de C.: Traslado de la capital imperial a Oriente: fundación de Constantinopla.
 392. d. de C.: Teodosio declara al cristianismo religión oficial.
 395 d. de C.: División del Imperio en Occidente y Oriente.
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476 d. de C.: Cae el Imperio Romano de Occidente frente a los hérulos.
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