CALLS EN LUCHA Como todos sabemos la ciudadanía es un estatus que garantiza a los individuos iguales derechos y deberes, libertades y restricciones, poderes y responsabilidades; los derechos sociales constituyen, como bien dice Marshall, un elemento vital de una sociedad.[1] Lo que trato de interrogar, o en fin tratar de entender, es ¿porque si estamos dentro de un país democrático, donde se vota, donde todos ya por ser seres humanos, por ser personas desde que nos gestamos en la panza, contamos con los derechos humanos, los derechos sociales, porque hay que llegar al límite de utilizar la violencia, las marchas, las huelgas, para que alguien nos escuche?. Es muy común ver cada día en nuestro país cómo la gente se despierta ante la injusticia de estas maneras, porque las personas que nos deberían ayudar se “hacen” los que no escuchan o simplemente no les interesa. Hace poco surgió un nuevo problema, que afecta más que todo a la gente joven, el trabajo insalubre dentro de los calls center, donde las personas están sometidas a un trabajo donde no son cuidados como personas, entonces yo me pongo a pensar hasta que punto los derechos humanos no son un mero artificio o ficción. El trabajo en los calls es totalmente insalubre porque los trabajadores no están en condiciones necesarias para desempeñar una buena labor; es por bien sabido que para que los trabajadores y todas las personas en fin, desarrollen bien sus que haceres, es necesaria la satisfacción de sus necesidades, es necesario que sean comprendidos psicológicamente, que sean escuchados y que se los cuiden como lo que son, como personas. Estas son unas palabras que declaró una trabajadora de calls: “…queremos ir contra las problemáticas, buscar una salida, principalmente el tema de la salubridad, no tener el reconocimiento de las autoridades profesionales, el tema de las cuerdas vocales, perdida de la visión, problema de los riñones, oídos, son cosas que no están abaladas …”.[2] No es necesario que los trabajadores tengan que llevar día a día estas condiciones de trabajo que después le dejan totales secuelas para el resto de sus vidas. Aquí nadie se hace cargo de todo lo que sucede, nadie quiere entender que las cosas así no funcionan, que todos debemos ser oídos y que la única manera de hacerlo hoy en día es saliendo a las calles en busca de que alguien de algún tipo de solución. Por estas razones los trabajadores de los calls necesitan llevar a cabo una práctica política que los ayude; necesitan unirse para que alguien los escuche, salir a los medios, al as calles y decir porque pelean, qué es lo que quieren solucionar. Este movimiento realizado por los trabajadores de los calls, se desarrolla, más que todo con la idea de que alguien los escuche, de que alguien les de una solución, de que se pueda mejorar la situación. Muchos estudios realizados estos últimos años brindaron un resultado totalmente sorpresivo, el decir que la enfermedad del futuro es el estrés; en unos de los tracks que escuchaba de una de las trabajadoras del calls establecía que trabajando casi dos años en este lugar se puede llegar a desarrollar el estrés, mientras que comúnmente se llega a desarrollar después de diez años de sometimiento a un trabajo no desea o agotador. Retomando el tema de la lucha en los calls, estoy totalmente de acuerdo que se tomen muchas medidas a cerca de cómo se puede llegar a mejor las condiciones de trabajo y que tengan sustentos médicos para todos los problemas que trae aparejado este tipo de trabajo. Hace ya algunos años, para ser más precisa en la renovación de la constitución de 1957, se dicto el artículo 14 bis, donde se garantizaba mejores condiciones laborales, las 8 horas diarias, el tiempo de ocio, en fin la satisfacción de las necesidades de los trabajadores; lo que quiero decir con esto es ¿Por qué existe por ejemplo esta ley y no se cumple?, es decir, se cumple en muchos trabajos pero en el tema tratado, las calls parece no existir. Todas las personas tenemos derechos a luchar por lo que queremos conseguir, es necesario que todos pongamos nuestra pizca de arena para que las cosas lleven un ritmo mas tranquilo y es totalmente aceptable que estos trabajadores de los calls busquen soluciones y condiciones más saludables. Autonomía y vulnerabilidad La autonomía es el patrimonio del sujeto de derecho; pero es la vulnerabilidad la que hace que la autonomía sea una condición de posibilidad que la práctica judicial transforma en tarea. Porque el ser humano no es por hipótesis autónomo si no que debe llegar a serlo.[3] Es muy importante destacar que la condición humana comporta esta paradoja: autonomía y vulnerabilidad. Los dos términos se componen entre sí, la autonomía es la de un ser frágil, vulnerable. Y la fragilidad no sería más que una patología, si no fuera la fragilidad de un ser llamada a llegar a ser autónomo, porque lo es desde siempre de una cierta manera. Hice esta introducción porque quiero destacar algo importante acerca del trabajo dentro de los calls. Cada persona al realizarse por sí misma, es decir a empezar a trabajar y recibir recompensas por lo mismo se siente totalmente autónomo, y esto es lo más chocante que los trabajadores dentro de este lugar siento una gran vulnerabilidad, esta fragilidad, de no poder hacer nada porque ellos trabajan para alguien en condiciones no deseadas y se presenta aquí mismo esta paradoja que paseé la condición humana. Esta paradoja, comparte con la antinomia la misma situación de pensamiento; dos tesis adversas oponen una resistencia igual a la refutación y deben ser mantenidas conjuntamente o abandonadas a la vez. Para finalizar y a modo de conclusión creo que es necesario que los trabajadores de los calls sigan con su lucha para poder llegar a encontrar y tener una buena solución. Todos somos personas, todos somos iguales y no hay necesidad de llegar a condiciones extremas para escuchar lo que un persona necesita. [1]”La Política”. revista de estudios sobre el estado y la sociedad, octubre 1997. Ciudadanía y Autonomía de David Held. [2] Palabras de una trabajadora de calls center. [3] autonomía y Vulnerabilidad.