[PDF] Terapias matrimoniales y familiares

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44. TERAPIAS MATRIMONIALES Y FAMILIARES
Margaret Roath, M.S.W., LSCW
1. ¿QUÉ SÓN LAS TERAPIAS MATRIMONIALES Y FAMILIARES?
Son modalidades terapéuticas cuyo tratamiento y valoración están basados en las
relaciones humanas y no en los individuos. La valoración de estas terapias incluye datos
de las sesiones relacionados con las siguientes áreas:
-historia de la relación
-objetivos de los individuos en la relación
-mecanismos de imitación que no han tenido éxito
-precipitantes para necesitar terapia (¿por qué ahora? ¿qué cambió?)
-patrones de comunicación, tanto constructivos como destructivos
-descripción de los lazos/poderes/fuerzas de la relación
-necesidades no satisfechas de los individuos de la relación
La valoración de los precipitantes que hacen necesario buscar terapia matrimonial o
familiar es muy importante para determinar el equilibrio de la relación. Para esto es
necesario haber trabajado previamente con todos los miembros de la relación, aunque en
el momento actual no haya equilibrio. Los precipitantes pueden ser un cambio en las
circunstancias externas o un cambio de uno de los individuos involucrados en la relación.
Las terapias matrimoniales y familiares identifican estos cambios y luego examinan los
patrones de comunicación, de conducta y mecanismos de imitación (tanto destructivos
como constructivos) como respuesta a los cambios identificados.
El objetivo de la terapia es proporcionar al matrimonio o a la familia nuevas formas
de reaccionar o responder que son beneficiosas y constructivas para la relación. A veces
no existe un precipitante agudo que haga necesario la terapia, pero en su lugar se
identifican patrones de comunicación destructivos de hace tiempo, los cuales la pareja o
la familia quiere cambiar.
2. ¿CUÁLES SON LOS INDICADORES PARA LAS TERAPIAS MATRIMONIALES Y
FAMILIARES?
Las declaraciones/afirmaciones o las quejas/reclamaciones expresadas por los individuos
reflejan las inquietudes por la relación y también la inhabilidad para resolver esas
preocupaciones. Estos indicios pueden incluir cambios internos y externos de los
individuos que forman la relación o cambios de la propia relación en sí.
Indicadores internos y externos para terapias matrimoniales y familiares
Cambios internos
• Una persona que, a través de terapia individual o a través de la experiencia de la
vida, está tomando una decisión sobre si seguir con la relación
• Una persona que, a través de la experiencia o la terapia, se da cuenta que tiene
una orientación sexual diferente a la que previamente creía tener.
• Cambios normales del desarrollo de los niños, como la adolescencia
• Cambios del desarrollo de los adultos, como el deseo de la esposa de retomar
unos estudios después de ser una ama de casa
Cambios externos
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Diagnóstico reciente de una enfermedad en un miembro del matrimonio o de la
familia. La enfermedad debe implicar la muerte o cambios que modifiquen sus
capacidades.
Cambios en el estatus económico debidos a pérdidas de trabajo o disminución del
sueldo.
Adición de los miembros de un matrimonio o familia, como el nacimiento de un hijo,
parientes o hijos de matrimonios anteriores.
El abandono de la casa por parte de los hijos al hacerse mayores, hecho que
puede exacerbar una asunto no resuelto de la relación matrimonial.
La decisión de divorciarse que provoca que todas las relaciones se renegocien.
3. ¿QUÉ MODELOS DE TRATAMIENTOS SE UTILIZAN PARA LAS TERAPIAS
MATRIMONIALES Y FAMILIARES?
Modelos para terapias matrimoniales
En el modelo más común de terapia matrimonial, los componentes de la pareja son
visitados juntos por un mismo terapeuta. A veces, uno o ambos de los componentes
también son visitados de manera individual.
En la preparación para las sesiones matrimoniales, los individuos deben trabajar en
asuntos pertinentes sólo a ellos mismos o desarrollar mejores acuerdos/pactos de sus
necesidades como miembro de la pareja.
Normalmente es positivo que el terapeuta individual no sea el mismo que el que
trata al matrimonio en conjunto, porque el terapeuta puede saber secretos que podrían
comprometer la terapia marital. Sin embargo, cuando esto no es posible, por ejemplo en
áreas rurales, el terapeuta y los pacientes deben establecer claros límites en cuanto se
refiere al contenido que se discute en cada modalidad de tratamiento. Cuando varios
terapeutas están involucrados, la comunicación entre ellos puede ser beneficiosa para
clarificar lo que están trabajando en conjunto y no malentenderse. Pero aún así, es
necesario que cada terapeuta mantenga la confidencialidad con sus respectivos
pacientes.
Modelos para terapias familiares
En el modelo más común para terapias familiares, todos los miembros de la familia más
inmediata son visitados en conjunto. Las terapias individuales que se realicen al mismo
tiempo deberían manejarse como las comentadas en el apartado de terapia matrimonial.
Terapias de grupo
Las terapias de grupo son otra modalidad posible tanto para las terapias matrimoniales
como para las familiares. Éstas proporcionan la posibilidad de aprender de otras personas
que se encuentran en situaciones similares. También son beneficiosas en cuanto a que
permiten que los pacientes se sientan menos solos en frente de los asuntos que se tratan.
Frecuentemente, las parejas o las familias pueden escuchar e integrar más y de
mejor forma los consejos de otros que se encuentran en situaciones similares a las suyas,
que no los que les da un terapeuta.
Una desventaja es que los asuntos de cada pareja o familia tardan más tiempo en
tratarse porque se utiliza parte del tiempo en desarrollar relaciones entre todas las parejas
o familias. En este caso, el rol del terapeuta es facilitar la interacción entre los
participantes de la terapia.
4. ¿CUÁL ES EL ROL DEL TERAPEUTA EN LAS TERAPIAS MATRIMONIALES O
FAMILIARES?
Típicamente es totalmente activo.
Los terapeutas ayudan a los miembros del matrimonio o de las familias a definir
los problemas y a determinar los objetivos a los que se tienen que dirigir. El
terapeuta puede necesitar frenar ciertos comportamientos y estimular otros sin terapia,
por ejemplo, frenar a alguien que domina la conversación y estimular a otros para que
hablen y participen más. También tiene que dirigir a los miembros de la pareja o la familia
para evitar ciertos comportamientos fura de la sesión terapéutica, como discusiones
maratonianas que pueden pasar a ser argumentos o acciones físicas. El terapeuta
debería sugerir un tiempo límite para todas las discusiones que no resuelvan un asunto, y
también establecer reglas muy específicas tales como la violencia física dentro y fuera de
la terapia. Cuando los individuos de una pareja o de la familia no pueden parar la violencia
física, se tendría que sugerir una separación con estrictas líneas guía cuando estén
juntos.
El terapeuta también “ayuda a solucionar” problemas o sentimientos entre los
miembros de la pareja o de la familia eliminando clasificaciones como bueno y malo y
haciendo afirmaciones sobre las diferencias entre los miembros. Puede sugerir soluciones
a los problemas con una dirección determinada. Si al final la solución no es efectiva, sólo
significa que los participantes, incluido el terapeuta, no tenían la información necesaria
para desarrollar una solución mejor. El terapeuta debe dar deberes a los miembros de la
pareja o familia para que la terapia no sólo tenga lugar en el despacho, sino que se
convierta en una parte de la vida diaria casera.
El terapeuta puede servir como profesor, educador o mentor para el matrimonio
o la familia cuando se observe una comunicación destructiva, dando ejemplos específicos
de lo qué decir o participando en un juego de roles. El terapeuta se reúne con los
miembros de la pareja o familia para desarrollar nuevos mecanismos, habilidades
comunicativas y habilidades negociadoras para así dirigir/solucionar los problemas
identificados.
5. ¿QUÉ EVALUACIONES Y TÉCNICAS TERAPEUTICAS UTILIZAN LOS
TERAPEUTAS?
Las técnicas de terapia familiar y matrimonial se centran en las relaciones y los problemas
de éstas
Técnicas de evaluación
• Pedir a cada individuo que describa su opinión del problema y su historia
• Plantear a cada individuo la misma pregunta que se ha planteado a los otros
• Identificar la comunicación no verbal
• Preguntar ante cada reacción individual, lo que los otros han dicho sobre ella
• Identificar temas en común de la relación y de los individuos sin tener en cuenta la
relación en sí.
Técnicas de tratamiento
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Pedir a los individuos que hablen con frases cuyo sujeto sea YO y no TÚ, ya que
de lo contrario suena como acusatorio.
Pedir que cada necesidad expresada se acompañe de una propuesta para
solucionarla.
Clarificar, es decir, repetir lo que el otro ha dicho y preguntar si la afirmación
repetida ha sonado como se tenía la intención de hacerlo.
Existen muchas otras técnicas. El objetivo común es reforzar los lazos de la pareja o la
familia, incluso cuando los individuos se sientan decepcionados, polarizados y
enfadados durante le tiempo de terapia.
6. ¿CUÁNTO DURA UNA TERAPIA MATRIMONIAL O FAMILIAR?
Esto es imposible de especificar. Sin embargo, es posible establecer objetivos específicos
y valorar al final de cada sesión o después de un número de sesiones si los objetivos se
han conseguido y que se necesita que pase para que los objetivos restantes se consigan.
La cantidad de tiempo necesario depende de lo dañada que esté la relación, de las ganas
y habilidades que haya por parte de los participantes para remover el dolor y así identificar
y solucionar los problemas que existan, y finalmente del grado de empatía que haya entre
los miembros de la pareja o de la familia. La terapia será más larga, cuanto más daño
haya, cuantos menos comportamientos haya para intentar solucionar los problemas y
cuanta menos empatía haya. La terapia durará menos cuanto más ganas haya por parte
de cada individuo para examinar su propio comportamiento y desarrollar soluciones para
cambiarlo.
7. ¿EXISTEN ALGUNOS PACIENTES CON DIAGNÓSTICOS PSIQUIÁTRICOS
ESPECÍFICOS PARA LOS QUE LAS TERAPIAS FAMILIARES Y MATRIMONIALES NO
ESTARÍAN INDICADAS?
Sí. Si un miembro de la pareja o de la familia es psicótico o tiene una depresión severa
que le impide focalizar cognitivamente los problemas/asuntos del matrimonio o la familia
no está recomendada este tipo de terapia.
Sin embargo, una vez ya se haya establecido el tratamiento para la psicosis o la
depresión, se puede requerir una terapia familiar o matrimonial si hay indicación para ello.
Por otra parte, como que las terapias familiares y matrimoniales se centran en los
cambios de comportamiento, los mecanismos de “imitación” y la resolución de los
problemas, sólo serán potencialmente exitosas si los miembros están motivados para
seguir estos cambios, sin tener en cuenta los miembros con diagnostico psiquiátrico DSMIV. Algunas investigaciones muestran que los problemas maritales o familiares pueden
incrementar la vulnerabilidad de los trastornos del estado del ánimo y que los mismos
problemas se recuperan más lentamente o causan exacerbaciones de episodios
adicionales de enfermedades severas. Los tratamientos que promueven la armonía
marital y familiar deberías prevenir las recurrencias de dichas enfermedades.
La terapia familiar podría ser muy beneficiosa para reducir la severidad o las recaídas de
las personas con esquizofrenia. Habitualmente, los miembros de las familias responden
positivamente a la información sobre las enfermedades mentales y estrategias de
“imitación”, y se sienten menos solos cuando los profesionales están interesados en
trabajar con ellos en el manejo y cuidado de los enfermos.
Las parejas y los familiares de esquizofrénicos acostumbran a identificar las recaídas
antes que el paciente. Si colaboran con los profesionales, pueden aportar datos que
incrementen los servicios proporcionados. Además, si las parejas o los familiares tienen
una buena relación con los profesionales y son capaces de expresar sus sentimientos y
preocupaciones en las sesiones de terapia familiar o matrimonial, es menos probable que
los enfermos se sientan intrusos o solos y por lo tanto que no expresen hostilidad o furia,
cosa que si lo expresasen seguramente serían causa de una posible recaída. Los
comportamientos de intrusismo o de sentirse colgado se pueden catalogar como
comportamientos emocionalmente expresados. Cuanto más alto sea el nivel de este
comportamiento, más probable será la recaída del enfermo, y al contrario, cuanto más
bajo sea el nivel de este comportamiento, habrá menos probabilidades de recaída.
8. ¿PUEDEN SER EFECTIVAS ESTE TIPO DE TERAPIAS SI UNO DE LOS MIEMBROS
ES RESISTENTE A ELLAS?
Si uno de los miembros demuestra resistencia, no acudiendo a las citas por ejemplo, los
asuntos/problemas de la familia o matrimonio pueden ser reorientados, pero sabiendo que
los únicos que pueden cambiar sus comportamientos son aquellos que acuden a las citas
de terapia. El centro del problema puede no estar en la persona no presente.
Si la persona resistente acude a terapia, puede ser posible reducir la resistencia, haciendo
que todos escuchen y comprendan las razones de dicha resistencia.
Si un individuo mantiene la resistencia, éste debe de tomar alguna decisión. La terapia
puede proceder para aquellos miembros que estén motivados.
9. ¿SON LAS TERAPIAS FAMILIARES Y MATRIMONIALES DIFERENTES SEGÚN
LAS CULTURAS, RAZAS, EDADES Y ORIENTACIONES SEXUALES?
No. Tanto el proceso de evaluación como de tratamiento permanecen iguales. En otras
palabras, la evaluación y el tratamiento siempre se centran en las necesidades, las
expectativas, los roles complementarios, la comunicación y los comportamientos de los
miembros.
Sin embargo, las diferencias culturales entre individuos de un matrimonio o una
familia pueden conducir a diferentes asuntos/problemas o expectativas. Estas diferencias
deben ser aclaradas y clarificadas por el terapeuta.
10. ¿TIENE QUE HABER UN INTERCAMBIO CON EL TERAPEUTA EN LAS AREAS
DE CULTURA, RAZA, EDAD Y ORIENTACIÓN SEXUAL?
No, aunque las parejas y las familias lo pidan. El hecho de complacer esta petición puede
facilitar el inicio del proceso de la terapia. Sin embargo, no es necesario porque un
terapeuta competente orienta esta carencia de complementariedad al inicio, creando así
una “alianza-edificio”. Esta alianza encoraja a los miembros de la pareja o de la familia a
expresar sus sentimientos, tanto positivos como negativos, acerca de su carencia de
complementariedad y permite al terapeuta a enfatizar sobre estos sentimientos. El
terapeuta también debe encorajar a la pareja o a la familia a compartir información acerca
de la cultura, historia, tradiciones o estilo de vida, como forma de llenar el vacío entre
estas diferencias.
11. ¿LAS TERAPIAS FAMILIARES Y MATRIMONIALES SIEMPRE LOGRAN
MANTENER LAS FAMILIAS O LA PAREJA UNIDA Y MEJORAR LAS RELACIONES?
No. Aproximadamente el 50% de los matrimonios que entran en terapia matrimonial
acaban en separación o divorcio. Algunas parejas acuden a terapia matrimonial cuando la
cólera ha creado una distancia demasiado grande y uno o los dos miembros de la pareja
ya han decidido separarse o divorciarse. La terapia puede se un forum a través del cual
se pueda cumplir este objetivo.
A veces una miembro de la pareja espera a que el otro tenga al terapeuta como fuente
de soporte para así no sentirse tan culpable u horrible de abandonar a su pareja.
A veces las terapias familiares y matrimoniales son incapaces de promover cambios
porque el deseo de cambiar y entrar en lo desconocido es más débil que el confort de lo
conocido. El terapeuta comparte esta observación con el matrimonio o la familia sin juzgar
a nadie, encorajándoles a volver al punto donde la situación debería cambiar. Algunas
experiencias de matrimonios o familias atentan contra la terapia antes que los miembros
decidan realizar cambios y aventurarse ante lo desconocido. Parte del proceso de estas
terapias es aprender si los miembros de la pareja o la familia pueden satisfacer las
necesidades expresadas. Si, mediante la terapia, se aprende a que las necesidades no se
pueden satisfacer, se requerirán otras decisiones a través de la pareja o la familia para
satisfacer dichas necesidades.
12. ¿CUÁLES SON ALGUNOS DE LOS ASUNTOS POLÉMICOS?
El mayor problema de hoy en día es saber “quienes son los miembros de la familia?”
en el momento en que el terapeuta decide a quien invitar a las sesiones de terapia
familiar. El divorcio ha alterado la composición de los sistemas familiares y sus relaciones.
Puede haber padres, padrastros, hijos, hijastros, medio-hermanos, abuelos y medioabuelos.
También hay parejas de gays y lesbianas que tienen ex -esposos de anteriores
matrimonios. Para los hijos de estos matrimonios es mejor que pasen parte del tiempo
con sus padres homosexuales y parte con sus padres heterosexuales.
Otro fenómeno social reciente es la elección tanto por hombres como por mujeres
de tener hijos fuera del matrimonio. Los hijos de este tipo de relaciones deben vivir con
ambos padres biológicos, un solo padre o un padre biológico y otro que haría la función
del otro padre biológico
Otro asunto controvertido es si las parejas o familias que tienen tratos con
violencia doméstica deberían tratarse con terapia familiar o matrimonial.
Algunos profesionales dicen que nunca deberían tratarse porque creen que este
tipo de terapias apoyan el daño a la víctima. Estos profesionales dicen que sólo el agresor
es quien necesita terapia. Sin embargo, el principio básico de las terapias de pareja es
que ambos miembros contribuyen al comportamiento destructivo.
Otros profesionales argumentan que la violencia doméstica ocurre en el contexto
de una relación y que el programa de tratamiento más beneficioso es ayuda individual
para el autor de la conducta violenta junto a terapia adicional que mejore la relación
matrimonial o familiar. La decisión no debería ser vista como de ambos sino más bien
como una decisión clínica que depende de si el objetivo es o no reunir a la familia o
pareja.
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