SUICIDIO EN LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA Por Eve K.Moscicki. El suicidio es uno de los problemas más complejos con que nos encontramos en la infancia y la adolescencia, es particularmente trágico tanto por el enorme distress emocional asociado, las repercusiones en el entorno, los años potenciales de vida perdidos, como por la necesidad de establecer actuaciones de tipo preventivo, para lo que es importante intentar establecer cual es el perfil tipo del suicida y cuales son los factores de riesgo más importantes o determinantes en la consecución del suicidio. (1) METODOLOGÍA / ESTUDIOS Es difícil llevar a cabo estudios sobre el suicidio sobretodo por la falta de criterios bien establecidos en la comunicación de muertes por suicidio, no siempre se comunican todas y cuando se hace no siempre consta el método empleado. No existen métodos estandarizados a escala mundial con lo que se hacen difíciles los trabajos comparativos tanto sobre suicidios consumados como sobre las tentativas. Estas dificultades imposibilitan establecer asociaciones epidemiológicas entre los factores culturales y étnicos. Los datos más válidos proceden de las revisiones sobre morbilidad psiquiátrica en muestras comunitarias como los de Andrews y Lewisohn (1992), Meehan et al. (1992) , Garrison et al. (1993). Otra de las dificultades para realizar estudios de morbilidad por suicidio es la medida de los intentos de suicidio, como los estudios de Brent et al. (1987), Pedinnielli et al. (1989), Andrews y Lewiston (1992), Meehan et al. (1992), Garison et al. (1993), en los que se concluye que el grado de letalidad médica como índice de severidad puede ser un método aceptable y objetivo para distinguir entre suicidios fallidos y las llamadas de ayuda. (2) FACTORES DE RIESGO Este es uno de los capítulos más importantes en el estudio del suicidio pues tendría que permitirnos establecer el perfil del grupo de población con mayor riesgo y por tanto facilitar los trabajos de prevención. La autora establece una nueva clasificación de los factores de riesgo en distales y proximales. Estos factores no son mutuamente excluyentes, es más, suelen co-ocurrir aumentando probablemente el riesgo de suicidio. (2.1) FACTORES DE RIESGO DISTAL Son aquellos sobre los que se construye la tendencia suicida. Representan el umbral que aumenta el riesgo individual para la posterior vulnerabilidad a los factores proximales. Se incluyen en este grupo los factores psiquiátricos, biológicos y familiares asociados al suicidio. Factores Biológicos: Según estudios neuroquímicos en adultos se han encontrado evidencias de alteraciones serotoninérgicas (Mann et al. 1986) en pacientes suicidas, aunque no se ha podido establecer la relación exacta entre la disminución de la actividad serotoninérgica y el suicidio. Hay estudios que establecen que para que ocurra el suicidio debe darse, por un lado la alteración serotoninérgica y por otra el diagnóstico de enfermedad psiquiátrica: depresión, esquizofrenia o alteración de la personalidad (Stanley et al. 1989). Otros como Arango et al.(1990), en cambio, postulan que los cambios en la función serotoninérgica puede que no estén específicamente asociados con el comportamiento suicida pero sí con características más generales como la impulsividad o el umbral para la violencia. Lo que sí parece claro es que existe este efecto en todos los grupos de edad. Factores familiares: La violencia familiar y los maltratos físicos o sexuales se han asociado tanto a tentativas como a suicidios consumados, y pueden actuar tanto como factor de riesgo distal como proximal. (Briere y Zaidi 1989, Wilde et al. 1991) El entorno familiar desestructurado definido como separación, divorcio, viudedad o violencia familiar también se ha asociado al suicidio infantil y juvenil. Hay muchos factores de riesgo biológicos y del entorno que están interrelacionados: familias con altos porcentajes de alteraciones mentales, de consumo de sustancias o de enfermedad mental tienen mayor probabilidad de ser disfuncionales, desorganizadas, violentas y abusivas, y por tanto, detener un riesgo incrementado en niños y adolescentes. Abuso de sustancias: Es uno de los factores más importantes en el suicidio juvenil y puede actuar tanto como factor distal como proximal. Se asocia a una mayor frecuencia y repetición de la tentativa de suicidio, con tentativas médicamente más letales y con niveles más altos de ideación suicida (Crumley 1990). En la mayoría de los casos se encuentra el abuso de varias sustancias a la vez, frecuentemente el alcohol asociado a cocaína y/o marihuana (Fowler et al 1986, Marzuk et al. 1992, Garrison et al. 1993). (2.2) FACTORES DE RIESGO PROXIMAL Son aquellos que se asocian de una manera más próxima al acontecimiento suicida en sí mismo y que pueden precipitarlo. Pertenecen a este grupo los factores situacionales o circunstanciales. Factores situacionales. Los estresores que se identifican con mayor frecuencia en los suicidios en jóvenes son las pérdidas o conflictos interpersonales, los conflictos económicos y los problemas legales (Rich et al.1988) Otros factores que se han encontrado en distintos estudios son: comportamientos suicidas en parientes o amigos (Brent et al. 1989, Davidson 1989), la encarcelación (Hayes 1989, Kerhof y Bernasco1990), y en EEUU la presencia de un arma en el domicilio (Kellerman y Reay 1986,Brent et al. 1988,1991,Kellerman 1992). Estos factores pueden co-ocurrir. La probabilidad de suicidio aumenta al aumentar el número de factores de riesgo y su co-ocurrencia. Los factores de riesgo centrales tanto para el suicidio como para el comportamiento suicida son las alteraciones mentales y las conductas adictivas (Rich et al. 1986, Brent et al. 1987.Runeson 1989). La enfermedad psiquiátrica es el factor de riesgo de mayor peso asociado a la tentativa de suicidio en todas las edades (Brent et al 1988, Moscicki et al 1988, Andrews y Lewinson 1992). Las alteraciones que se encuentran con mayor frecuencia en los estudios sobre suicidio consumado en la adolescencia son los trastornos afectivos, trastornos de conducta, personalidad antisocial y abuso de sustancias (Rich et al.1986, Brent et al.1988, Shaffer 1988). En estudios sobre tentativas de suicidio se encontró que la depresión, el abuso de sustancias y los comportamientos agresivos permitían distinguir entre los que intentarían el suicidio de los que no (Andrews y Lewinson 1992, Brent et al.1993, Garrison et al. 1993) La desesperanza es el indicador más potente del potencial suicida. (Beck et al 1985,1990). Las tentativas de suicidio anteriores son el factor de riesgo más fuerte para el suicidio consumado (Robins et al. 1959; Rich et al. 1986). Hay varios factores que se deducen de las investigaciones de Meehan et al.1992, Andrus et al.1991; Moscicki 1995; Beck et al. 1974: - La mayoría de los que intentan suicidarse no tienen intención de morir. - La relación entre de las tentativas de suicidio respecto a los suicidios consumados es considerablemente mayor entre niños y adolescentes entre los adultos. - Los estudios basados en la clínica no son consistentes al definir qué es tentativa de suicidio. La necesidad de utilizar una terminología estandarizada en el estudio del comportamiento suicida ya se identificó en la literatura hace 20 años. (3) INCIDENCIA Y PREVALENCIA Las tasas de suicidio varían mucho de un país a otro, entre distintas culturas, según los informadores, la edad, el género, raza, estatus socio económico, estado marital y el sistema de clasificación usado. No hay información estandarizada que expliquen las diferencias en las tasas de suicidio entre países. La mayoría de los estados miembros de la OMS informan del suicidio por grupos de edad en intervalos de 10 años, así, en el grupo de 5 a 14 años las tasas varían de 0 a 1,1 por 100.000 para chicas y de 0 a 2,5 por 100.000 para chicos. La OMS no dispone de datos para edades inferiores a los cinco años. Las tasas globales para chicos (5 a 6,1 por 100.000) eran mayores que para las chicas (1,1 a 17,2 por 100.000). La tasa de muerte por suicidio en EEUU, ajustada por edad, era de 11,7 por 100.000, similar a la tasa de Diabetes Melllitus. Las tasas de suicidio varían entre edades, géneros, razas y estado socio-económico. Se ha visto que la tendencia es a ser más frecuentes en chicos que en chicas y a aumentar con la edad. La prevalencia de las tentativas de suicidio son más frecuentes en chicas, aunque no se ha encontrado que el sexo esté significativamente asociado con la incidencia de las tentativas. Este sesgo se podría explicar por varios motivos (Moscicki et al 1994), las chicas son mejores informadoras sobre su historial médico y por ello es más probable que expliquen las tentativas de suicidio. Las chicas sufren con mayor frecuencia depresión y se auto lesionan como expresión de distress y señal de ayuda. Además, los chicos intentan el suicidio con la misma frecuencia que las chicas pero con un mayor grado de letalidad que se manifiesta con un mayor índice mortalidad. (4) MÉTODO DE SUICIDIO En los EEUU el método usado con mayor frecuencia es el arma de fuego, dada la gran disponibilidad que allí existe, seguida del ahorcamiento. Hay poca información disponible sobre los métodos usados en las tentativas, aunque parece ser que os métodos más usados en los adolescentes son el consumo de píldoras y la venosección. (5) PREVENCIÓN Se ha propuesto un modelo general para explicar el suicidio juvenil (Shaffer et al.1988) que permite identificar a una pequeña proporción de individuos de alto riesgo. Estos individuos presentan una serie de factores de riesgo distales (o predisponentes) que incluyen el trastorno depresivo mayor y ciertos tipos de personalidad Estos factores aumentan la vulnerabilidad para la co-ocurrencia que finalmente precipita el suicidio. Los factores proximales incluyen: la intoxicación con alcohol o drogas, acontecimientos muy estresantes o experiencias muy humillantes que provocan una emoción extrema. Es necesario que se dé la combinación de los factores de riesgo tanto distales como proximales y la disponibilidad para que ocurra el suicidio. Desde el punto de vista epidemiológico queda claro que el diseño de programas de prevención que se centren sólo en los factores de riesgo proximales fracasarán. La mayor probabilidad de éxito radica en programas de tipo comprensivo que se orienten a la prevención en salud mental, de alteraciones adictivas y de abuso de sustancias. La mayor esperanza para prevenir el suicidio es la prevención de las alteraciones mentales y adictivas.