[PDF]Lo que conviene saber del autismo

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Lo que conviene saber del autismo
Folch i Soler, J.
Las psicosis infantiles
En mi opinión el autismo es la más precoz y grave de las psicosis infantiles.
Mis admirados maestros, el Dr. Lluís Folch i Camarasa (1913-1999) y el Dr. Jeroni de
Moragas i Gallissà (1901-1965), paidopsiquiatras pioneros, me enseñaron a diagnosticar a
los niños que presentaban una perturbación masiva de las relaciones afectivas. Eran los
pacientes afectos de una psicosis de inicio infantil. De este grupo, había unos en los que
predominaba la retirada y el aislamiento autista, eran los psicóticos autistas.
De los tratados de paidopsiquiatria que estudié por aquel entonces, y que en conjunto
siguen siendo válidos, tengo un recuerdo muy especial (regalo de mi padre) para la
Psiquiatría infantil de Leo Kanner, de Paidós (primera versión castellana en 1966).
Más tarde, en el invierno del 1970 (ahora se cumplen, "tan solo", trenta y dos años), en este
Hospital, tuve la suerte de asistir a una conferencia magistral que daba un eminente
profesor francés, el Dr. D.J.Duché, sobre las psicosis infantiles. Más adelante comentaré
parte de su contenido.
Con anterioridad, en el año 1967, en mi primera Reunión de la SEPIJ conocí en
Torremolinos (Málaga), entre otros compañeros psiquiatras, al Dr. Josep Rom y Font,
quizás el psiquiatra catalán que más sabia de autismo, y que unos veinte años más tarde
(1988) me pidió que colaborara con él en la Red de Servicios "d'Autisme-La Garriga"
(institución catalana, pionera en el estudio y tratamiento del autismo que había fundado un
grupo de padres en el 1976 bajo su dirección médica).
El Dr. Rom, me planteó si querría participar tanto en las sesiones clínicas que él mismo
dirigía (a veces maratonianas pero siempre geniales) así como en las tareas asistenciales o
docentes. Acepté y junto al psicólogo Francesc Cuxart y su equipo, tuve la suerte de
trabajar con él hasta su prematura muerte en octubre del año 2000.
El Dr. Rom hablaba siempre de psicosis infantiles y de autismo. Los que le conocimos lo
apreciábamos por sus conocimientos en psiquiatría, su experiencia, su lucidez, su
responsabilidad y su puntualidad (británica) que contrastaba con el desorden con el que
vivía ("es un desorden organizado", decía él). Dotado de una enorme humanidad eran
notables su capacidad de comprensión y su sentido del humor. El Dr. Rom fue siempre un
compañero discreto, con una fidelidad a sus ideas, a sus amigos y a su país intachables.
Su talante generaba confianza por su humildad y honradez.
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Por la persona que fue y su compromiso con la psiquiatría, hoy no se puede hablar del
"Espectrum Autista" aquí en Cataluña, sin recordarle con respeto y admiración.
También en este mismo local, hace unos dos años, la Dra. Carmen Ballesteros, de
Valladolid, nos mostró un gráfico sobre el continuum psicótico. Era una elipse con el
nombre de Esquizofrenia en su interior. A su alrededor, sobre el perímetro se podía leer
(cito de memoria): T.Autista, T.Asperger, T.Personalidad Límite o Borderline,
T.Personalidad Esquizoide, T.Esquizofreniforme, T.Esquizotípico, Psicosis Breve, Psicosis
Tóxica y no sé si algo más.
Con estas referencias de apoyo me posiciono con los psiquiatras y los psicólogos que
seguimos viendo al trastorno autista como una psicosis infantil. No me quiero alargar en
este punto, pero les invito a consultar trabajos longitudinales de seguimiento de pacientes
(con el diagnóstico inicial de autismo o autismo atípico), como el que llevaron a cabo (en
Murcia) la Dra. Concha Gómez-Ferrer y el Dr. Antonio Fernández, ambos psiquiatras, para
darse cuenta de la realidad del continuum psicótico.
Recientemente, un paciente mío, que de pequeño lo diagnostiqué de psicosis infantil, ha
sido ingresado (a sus veinticinco años) en un centro psiquiátrico con el diagnóstico de
esquizofrenia catatónico.
Termino esta reflexión inicial, retrocediendo a la conferencia del Dr. Duché del 1970 que
nos definía al niño psicótico, como aquel que presenta una perturbación profunda de las
relaciones afectivas junto a un desconocimiento (o pérdida) del propio YO, un
desconocimiento de las propias capacidades y una personalidad poco estructurada, mal
estructurada o sin estructurar, con lo cual su relación con los demás era anormal.
LA PSICOSIS INFANTIL, es un trastorno que presentan los niños desde la primera infancia
que se caracteriza porque tiene graves dificultades para comunicarse y relacionarse
normalmente con el mundo que los rodea y por lo tanto no pueden establecer un diálogo
formador y enriquecedor de su personalidad (el YO no se organiza, no porque no se quiera
sino porque no se puede). Todo ello con independencia de los problemas neurológicos,
conductuales, educativos, sensoriales o motores que puedan presentar e
independientemente de su nivel de inteligencia.
El trastorno autista
El Dr. Josep Tomàs incidirá en la definición y precisará cuales son los criterios diagnósticos
sobre el autismo. A mí me interesa destacar la patología fundamental o nuclear del
trastorno.
La alteración de la interacción social es fácilmente observable en todos los individuos
autistas, incluso en edades muy tempranas. De niños y contrariamente a las personas
normales, no manifiestan una conducta clara y persistente de afecto por la madre y por los
adultos en general, por lo que se podría hablar de una falta de establecimiento de las
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primeras relaciones.
Es normal que durante el primer año de vida, el niño con autismo infantil no presente
conductas anticipatorias como levantar los brazos para ser cogido (cuatro meses) o
manifestar alegría al ver el biberón. Más tarde, estos niños no suelen ir tras sus padres
cuando están en casa ni buscan consuelo cuando se han hecho daño o se encuentra mal.
El contacto visual -conducta de aparición muy temprana en los niños sanos- también está
alterado en los casos de autismo. La sonrisa social de los tres meses, no aparece.
Por otra parte es bien cierto que este tipo de conductas no son exclusivas de este trastorno
y que en cuadros de abandonismo o síndromes hospitalarios también están presentes.
Pero es igualmente cierto que para un clínico con experiencia no es difícil observar
características diferenciadas en el aislamiento social que se manifiesta en estos cuadros en
relación al del autismo.
El Dr. Pedreira les hablará del diagnóstico diferencial de los cuadros que aunque
presentan sintomatología de aislamiento, no son autistas. Es decir, el autista es un
individuo aislado, pero no todos los pacientes con dicha sintomatología son autistas.
La problemática de la comunicación en este síndrome no hace referencia sólo al retraso
y al grado de desarrollo de las capacidades lingüísticas, sino que lo que caracteriza
precisamente al lenguaje del autismo son los trastornos en su desarrollo y en su utilización
como elemento de comunicación.
Las alteraciones en el desarrollo del lenguaje son visibles en conductas prelingüísticas
como es la imitación social. Estos niños no suelen participar en juegos de imitación simples
(manotear), no hacen "adiós" con la mano, no señalan con el dedo (protodeclarativos), no
piden (o exigen) las cosas con un gesto, alargando el brazo (protoimperativos). Tampoco es
frecuente en ellos el uso correcto de los juguetes ni el desarrollo de los juegos de
simulación.
En los casos que aparece el lenguaje hablado, es abundante la presencia de ecolalias,
tanto ynmediatas como diferidas. También es característica la inversión pronominal ("tú" por
"yo"), relacionada con la ecolalia. La utilización de lenguaje en los niños autistas es mucho
menor (hablan mucho menos) si los comparados con niños no autistas del mismo nivel de
desarrollo lingüístico.
Es importante destacar la ausencia de interacción recíproca, de verdadera conversación, en
la conducta verbal de los autistas. Podría decirse que no hablan con una persona sino a
una persona.
Una idea de la gravedad de la alteración en esta área nos la puede dar el hecho de que
alrededor del 50% de los sujetos con este trastorno no poseen lenguaje verbal.
Por otra parte, tal como sucede con la interacción social, también nos hallamos ante niveles
muy diversos de afectación: desde individuos que no presentan ningún tipo de código
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lingüístico y una comprensión prácticamente inexistente hasta sujetos con un lenguaje
verbal formalmente correcto y una buena comprensión, en que las alteraciones tienen que
ver con aspectos pragmáticos y/o suprasegmentales de la expresión lingüística (el tono de
la voz, la inflexión -monótona, rígida, sin musicalidad- etc.).
A estos dos síntomas fundamentales, el deterioro cualitativo de la interacción social y
de la comunicación (insistimos en que es algo que debe verse y vivirse en la exploración
individual, ya que es un tipo de relación y comunicación que no se puede describir con
palabras y que cuando se hace queda pobre), se une el repertorio restringido, repetitivo
y estereotipado de conductas, intereses y actividades que resumiremos con el concepto
de rigidez psicótica.
De la valoración diagnóstica ya les hablará el Dr.Francesc Cuxart con más extensión, así
como el ya mencionado Dr. José Luis Pedreira tratará del interesante diagnóstico
diferencial.
Sobre la etiopatogenia
No por sabido hay que insistir de que el Trastorno Autista es un síndrome de base
orgánica y ya que no se trata de una enfermedad sino de un síndrome (conjunto de
síntomas y signos), tiene múltiples etiologías conocidas y otras tantas de desconocidas, por
lo que existen distintos modelos de autismo. Es indudable que a medida que se conozcan
las causas, más posibilidades habrá de prevención y tratamiento.
Es por ello que esperamos con mucho interés las aportaciones de la Dra. Mª Jesús
Mardomingo y el Dr. Jean Pierre Muh que nos expondrán las líneas actuales de
investigación etiopatogénica.
El origen psicogénico de las "madres nevera", está sobradamente demostrado de que es
falso.
Sobre la epidemiología
Aunque de ello les hablará el Dr. Josep Tomás, quisiera hacer una modesta aportación
personal en este ámbito.
Con la inestimable ayuda de mi buen amigo informático, Lleonard Sánchez, el año 1994
inicié un estudio de seguimiento longitudinal de 362 oligofrénicos atendidos por mi durante
veinticinco años en los diversos servicios de la Associació Sant Tomàs de la Comarca de
Osona, en la Cataluña central, diseñando una Historia Clínica codificada con más de 200
entradas (el estudio completo aún no está finalizado por lo que está pendiente de
publicación).
Dado que las tres cuartas partes de los autistas son a la vez oligofrénicos, dedujimos que
los de la comarca de Osona deberían haber estado atendidos por mi a lo largo de todo este
tiempo, dado que la asistencia está sectorizada y no existe ningún otro recurso de este tipo.
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Una parte de este extenso estudio, el resumen epidemiológico del autismo en la referida
Comarca fue expuesto en el V CONGRESO INTERNACIONAL AUTISMO-EUROPA,
BARCELONA 1996 del que si que están publicadas sus actas (Escuela Libre Editorial,
Tomos I y II. Fundación ONCE. Madrid 1998) Dicho trabajo se resume así:
Población oficial de Osona en 1991, 111.931 habitantes
Pacientes del "Espectrum Autista": 49 son el 4,8 por 10.000h.
Pacientes con el Trastorno Autista: 29 son el 2,8 por 10.000h.
La comorbilidad
También denominada por algunos como patología secundaria o sintomatología asociada,
son una serie de trastornos neuro-psiquiátricos o alteraciones conductuales, que en buena
parte son responsables de la heterogeneidad del cuadro autista. Si a los síntomas
nucleares se les asocia algún tipo de patología como la que vamos a enumerar es lógico
que vayan a diferenciarse muchísimo tanto la evolución, como el pronóstico y el
tratamiento.
De todo ello nos hablaran los Drs. Ausilleaux, Cornellà, Gastaminza, Gutiérrez, Canal, de
Loño y quizás también otros ponentes ya que la comorbilidad puede teñir cualquier etapa
de la evolución, y afecta a la comprensión del trastorno y a su tratamiento multimodal.
Mis compañeros les hablaran de: el fracaso escolar, la epilepsia, la ansiedad hipervigilante,
la obsesividad-compulsiva, las fobias, la pica, los trastornos del sueño, las conductas
disruptivas, las crisis de agitación, la auto y heteroagresividad, la intolerancia a las
frustraciones, las distimias, las alteraciones del control esfinteriano, etc.
Por mi parte, me van a permitir que les hable de la oligofrenia o deficiencia mental en el
trastorno autista, por la indudable trascendencia que tiene.
Contrariamente a lo que afirman ciertos mitos, lo hemos dicho más arriba, en la mayor parte
de los casos de autismo hay una oligofrenia o deficiencia mental asociada. Inicialmente,
Kanner afirmaba que los niños autistas tenían una inteligencia normal porque creía que sus
incapacidades eran consecuencia del trastorno autista. Posteriormente se ha demostrado
de manera concluyente que esto no es cierto y que la mayoría de personas afectadas de
autismo (75-80%) presentan un C.I. bastante inferior a la media de la población normal.
La oligofrenia, (término que los médicos no deberíamos de abandonar, resistiendo modas,
esnobismos, progresistas, demagogos y todos los arribistas con fines comerciales del
momento) es sinónimo de lo que los psicólogos honrados llaman deficiencia mental
(término que tampoco deberían abandonar a pesar de las presiones de periodistas,
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asociaciones de padres ofendidos, almas piadosas, etc.).
Ahora la poderosa Asociación Americana del Retraso Mental, La Asociación Mundial de
Psiquiatría y la Asociación Europea de Salud Mental en el Retraso Mental, proponen -una
vez más, fruto del descalabro neurótico imperante- cambiar el término hasta ahora
aceptado (por ellos, no por mí) de Retraso Mental por el de Discapacitado Mental. Me niego
a ello y sigo con la oligofrenia.
Pues bien, la oligofrenia que es un drama, se banaliza. La superficialidad, la demagogia
y el dinero fácil (tres valores tan antiguos como la humanidad, pero hoy en día muy
globalmente en voga) hacen estragos en nuestra sociedad ya que, puestos al servicio de
los medios de comunicación, deforman la realidad hasta límites insospechados.
Una psicóloga, abanderada de la "normalización" (otro término tan equívoco como mal
intencionado) se me quejaba (en un curso que di sobre la psicopatología de las oligofrenias)
de que daba una visión muy "pesimista" de la deficiencia mental.
(Permítanme, en este momento, hacer un punto y a parte, con la reproducción de una cita
de un filósofo catalán, Josep Maria Terricabras, aparecida en el DIARI AVUI del 18.08.02,
sobre LA PRUDENCIA, que les traduzco así:
"Desde Platón y Aristóteles sabemos que la prudencia es una virtud política de
primer orden. Básicamente tener prudencia significa
tener
"sabiduría
práctica", es decir, saber actuar en cada momento con buen juicio, según
manden las circunstancias. La prudencia se opone siempre al atolondramiento
y a la insensatez, pero no a la determinación y al coraje. Es por ello que
entendemos mal la prudencia cuando nos pensamos que la persona prudente
ha de ser necesariamente pasiva, tímida y conservadora. A menudo la
prudencia reclama que el gobernante tome medidas nuevas, fuertes y
atrevidas, precisamente porque lo que debe buscar, en cada circunstancia, es
el máximo bien y la máxima felicidad posibles. Ser prudente, pues, significa
conocer la realidad y quererla mejorar, teniendo en cuenta las consecuencias
de las propias decisiones".)
Des de la prudencia me atrevo a afirmar que los políticos o "profesionales" normalizadores
son un espécimen que llenan de atributos a un oligofrénico con una deficiencia mental
ligera, para lucirlo en sociedad cinco minutos (prensa, radio y televisión), y de una forma
subliminal (o con un descaro total) venden la idea de que esto se puede conseguir con
todos los oligofrénicos y de por vida. A esto se llama ser positivo, mientras que a mi me
acusan de ser negativo.
Les animo a denunciar tanta demagogia o tanta ignorancia, tanta estupidez o tanta mala fe.
Si la inmensa mayoría de pacientes con autismo tienen una oligofrenia asociada, algo
habrá que decir al respecto. Definamos el término tal como lo hizo el Dr. Jeroni de Moragas
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en 1941:
LA OLIGOFRENIA ES...
1º UN TRASTORNO PERMANENTE DE LA PERSONA...
2º PRODUCIDO EN
PSICOSOMÀTICA...
LOS
MOMENTOS
INICIALES
DE
LA
MADURACIÓN
3º QUE SE TRADUCE POR UN DÉFICIT DE TODAS O DE ALGUNAS DE LA
FUNCIONES INTELECTUALES...
4ª POR UNA ALTERACIÓN (EN MUCHOS CASOS) DE LAS ESTRUCTURAS
ORGÁNICAS Y...
5º POR UNA PERTURBACIÓN DE LA VIDA INSTINTIVA, VOLITIVA Y AFECTIVA...
6º QUE CONDUCEN A UNA ACTITUD FRENTE A LOS PROBLEMAS Y SITUACIONES
DE LA VIDA...
7º QUE LE DIFICULTAN EL RENDIMIENTO DE UN TRABAJO ÚTIL Y UNA
ADECUACIÓN FAMILIAR Y SOCIAL.
La clasificación (DSM-IV) según el Coeficiente de inteligencia (CI) es:
Leves
Moderados
Severos o Graves
Profundos
CI
CI
CI 34.20
CI
70.50 (Según el DSM-IV, el 85%)
49-35 (ID, el 10%)
(ID, el 3,5%)
19.0 (ID, el 1,5%)
Se admite que del 75 al 80% de los pacientes autistas presentan además de su trastorno
principal, una oligofrenia. El resto son de inteligencia liminar y un pequeño porcentaje la
tienen normal.
Quiero hacer énfasis y señalar, que estos últimos son difíciles de diagnosticar en los
CENTROS DE SALUD MENTAL INFANTIL Y JUVENIL si no fracasan estrepitosamente en
la escuela. Quizás sólo de mayores van a precisar (o no) tratamiento en los CENTROS DE
SALUT MENTAL DE ADULTOS, por problemas adaptativos, depresivos, etc. aunque es
muy probable que no serán diagnosticados de su trastorno autista.
Nuestro ya mencionado compañero de Autismo-La Garriga, el Dr. Francesc Cuxart, en su
magnífico libro "EL AUTISMO, ASPECTOS DESCRIPTIVOS Y TERAPÉUTICOS" (Ed.
Aljibe 2000), afirma que "los estudios epidemiológicos sitúan el CI medio de los autistas
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alrededor de 50 puntos (en lugar de los 100 puntos de la población normal) y con una
distribución normal entre los sujetos:
(gráfico nº 1)
Pié del gráfico: A la izquierda curva de Gaus de distribución de los pacientes con el
Trastorno Autista, con un CI medio de 50. A la derecha la curva de gaus de distribución de
la población normal con el CI medio de 100.
Los Dres. Salvador y Novell, en la magnífica publicación "Guía Práctica de la Evaluación
Psiquiátrica en el Retraso Mental" (Aula Médica Ed. Madrid 2002) advierte de la importancia
de añadir al eje vertical del CI, un segundo eje horizontal sobre el CI 35, que indique de
más a menos (y de izquierda a derecha) las aptitudes lingüísticas de los pacientes,
quedando cuatro cuadrantes, que llamaremos de izquierda a derecha y de arriba a abajo
como: A, B, C y D y que con la debida autorización podemos reproducir:
(gráfico nº 2 y comentario adjunto)
Tengamos pues siempre presente, al hablar de los pacientes con autismo a que grupo
hacemos referencia (A, B, C ó D), porque no podemos plantear estrategias terapéuticas de
ningún tipo sin hacer mención del lenguaje y/o de la oligofrenia asociada. El planteamiento
ante un autismo del grupo A es completamente distinto del que realizaremos si es del grupo
D.
Los pacientes con autismo e inteligencia conservada son otro mundo. Sus problemas, otros
problemas. La mayoría de ellos, los he visitado con 16, 18 o 23 años, siempre
acompañados por sus padres y en ningún caso ningún profesional les habia planteado que
se trataba de cuadros de autismo.
Me pregunto, como ignorante en este tema... ¿Se explica en las universidades esta realidad
o se da por sabido que todos los autistas tienen una oligofrenia asociada?
Me gustaría que en estas jornadas, se tratara la problemática del autista sin oligofrenia:
detección, casuística, características específicas, evolución, comorbilidad, familia, trabajo,
sexualidad, paternidad, etc.
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El pronóstico
Con los conocimientos actuales, se puede afirmar que la persona con autismo, lo será toda
la vida. El autismo, hoy, no se cura.
Hay determinados factores que ensombrecen el pronóstico en el sentido de que
necesitaran, por su gravedad, de una asistencia continuada durante toda su vida:
el bajo nivel cognitivo,
la ausencia del lenguaje,
los trastornos psiquiátricos,
los trastornos neurológicos,
un entorno familiar desestructurado o
una tardía intervención terapéutica.
Mejoran el pronóstico los factores contrarios:
Un buen CI,
un buen desarrollo del lenguaje,
la ausencia de trastornos neuropsiquiátricos,
un buen ambiente familiar
los apoyos informales (familiares, amigos y vecinos) y
un tratamiento precoz.
El tratamiento del paciente autista severamente afectado
El paciente autista, sufre en su desarrollo un grave desorden que afecta a la cognición, a la
afectividad, a la comunicación y como consecuencia de ello a la socialización.
El paciente autista severamente afectado no sabe ni quien es él (no hay conciencia del
propio yo) por lo tanto no entiende no sabe que hay un tú, o varios. El está siendo, es decir,
vive, pero sin conciencia de existencia.
Además tiene graves dificultades para relacionarse y comunicarse tanto verbal como
gestualmente.
El resultado es que yrá de fracaso en fracaso. No entiende, no comprende, no sabe ni que
está aunque está, todo son molestias e incomprensiones.
Tiene hambre, sed, ganas de orinar, defecar, oler, moverse, morder, dormir, intereses muy
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primarios y elementales. No hay motivación intrínseca hacia ninguna objetivo que no sea
una necesidad primaria, nadie le comprende, ni el mismo... se siente como un cuerpo
extraño, obligado a funcionar de determinada manera sin entender nada de nada.
¿Cómo se plantea el tratamiento en estos casos?
Si no hay tratamiento causal (con excepción de algunos casos como determinadas
metabolopatías) hay que pensar en el tratamiento del HANDICAP o LA DISMINUCIÓN.
Este concepto global, abarca cuatro aspectos:
LA ENFERMEDAD CAUSAL, si se conoce
LAS DEFICIENCIAS: las secuelas de esta enfermedad
LA DISCAPACIDAD: aquellas dificultades que presenta el paciente para conseguir el
funcionamiento de las actividades de la vida cuotidiana con independencia y autonomía.
LA MINUSVALIA: las dificultades para manejarse en sociedad de forma independiente y
autónoma: escuela, trabajo, desplazamientos diversos, etc.
Por lo tanto, el tratamiento, clásicamente, se plantearía con un enfoque rehabilitador dado
que no podemos incidir en las causas del problema, (de hecho el concepto correcto seria
el de tratamiento habilitador porque partimos de cero). Sabemos que partimos de cero,
y que el paciente tiene unas herramientas en mal estado, pero siguiendo a Rivière, (otro
gran profesional desaparecido y admirado al que tampoco podemos olvidar en estas
jornadas) habrá que enfocar el tratamiento con ilusión, coraje y humildad.
Inicialmente habrá que considerar dos aspectos fundamentales del tratamiento: los dos
ejes, el longitudinal y el transversal.
EL EJE LONGITUDINAL
Comprenderá la detección en los centros de la red infantil:
Unidad de Prematuros
Asistencia Primaria Pediátrica
Jardines de infancia, Parvularios, Escuelas.
Servicios Sociales de Base
Servicios de Urgencias
Familias
I la planificación del tratamiento del niño, el joven, el adulto y el anciano, teniendo en
cuenta la necesidad de Entidades Tutelares. Habrá que organizar una asistencia
adecuada para todo el proceso de desarrollo con una transición a la edad adulta para todos
los grupos B, C, D...i alguno del grupo A.
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Aquí los poderes públicos tienen una responsabilidad ineludible.
EL EJE TRANSVERSAL
Comprender todas las necesidades asistenciales, en campos diversos y muy a menudo al
mismo tiempo, de tipo...
médico (todas las especialidades),
psicológico,
pedagógico,
familiar,
escolar,
de apoyo y asistencia social,
de coordinación (un referente claro)
centros de día,
talleres,
residencias,
financiación,
etc.
Aquí los poderes públicos tienen una responsabilidad ineludible.
Del tratamiento individual les hablaran a fondo los Dres. Gutiérrez, Canal, etc. De la
importancia del tratamiento familiar les hablará el Dr. Cuxart, y de la habilitación social el Dr.
de Loño.
¿SERVICIOS ORDINARIOS O ESPECIALES?
Conceptos básicos:
1.Valorar con precisión cada caso
2.No sobrevalorar el aprendizaje por imitación
3.No asociar centro ordinario a éxito y centro especial a fracaso
4.No buscar la solución más económica, sino la conveniencia del paciente y de su familia.
Al tomar una decisión será preciso
1.Diagnóstico preciso y hándicap
2.Necesidades de la familia
3.Conocimiento en profundidad de cada centro
4.No integrar niños en centro ordinario sin el consentimiento del claustro.
INSTITUCIONES PSIQUIÁTRICAS
Las graves conductas (sobre todo en la adolescencia y la edad adulta):
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obsesivo-compulsivas
las crisis de agitación
la heteroagresividad
la autoagresividad
la pica compulsiva
etc.
que desbordan, familiares, educadores, psicólogos, psiquiatras, y que no pueden
controlarse con estrategias de contención escolares, familiares, ni farmacológicas, precisan
de un ingreso en institución psiquiátrica.
El problema aparece, porque a los pacientes con déficit cognitivo, no procede ingresarlos,
por... y aquí aparecen toda suerte de excusas tan intolerables como indignantes.
Aquí los poderes públicos tienen una responsabilidad ineludible.
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