Consulta y valoración psicológica en niños y adolescentes Martínez, M; Tomàs, J. Los test psicológicos practicados por psicólogos clínicos entrenados son un método para obtener unos datos de desarrollo concretos y estandarizados de las capacidades y conductas en una gran variedad de dominios. - ¿Cuáles son los dominios más importantes y pertinentes a valorar en los niños y adolescentes? Son aquellos que incluyen la habilidad intelectual, el acoplamiento educacional, las habilidades de lenguaje, la coordinación viso-motora, las conductas adaptativas y el funcionamiento personal. En la práctica clínica la valoración psicológica constituye un importante tipo de consulta del paciente. Históricamente cuando se hacía un procedimiento sobre el paciente interno, los tests psicológicos frecuentemente formaban parte de un trabajo comprensivo y multidisciplinar dirigido a facilitar el tratamiento a largo plazo; en estas circunstancias las preguntas de consulta pueden contribuir a entender todo el conjunto del paciente. Los tests de datos están normalmente integrados con los hallazgos de otras disciplinas y se deben escoger cuidadosamente los tests para poder responder de forma específica a las cuestiones planteadas en la consulta. Una valoración psicológica más profunda a menudo tiene que aplazarse hasta el momento en el que el paciente se halla en un tratamiento menos restrictivo. Para poder articular de forma clara las fases de una evaluación global psicológica nos hemos basado en el curso típico de una consulta externa. Para asegurarnos que la valoración psicológica sea más eficaz el examen debe ser directo y específico. Unas preguntas referidas al niño apropiadas facilitan la elección del psicólogo de los instrumentos de tests específicos y en el análisis de los datos ayudan a determinar cuáles son los puntos relevantes. Cuando no hay una guía de preguntas particulares, el examen frecuentemente cae en una información general que carece de la precisión necesaria para tener una utilidad clínica. Las preguntas referidas al niño para la valoración psicológica pueden agruparse en diversas áreas: Primera para los niños más pequeños el examen clínico psicológico ofrece respuestas a preguntas que inciden sobre el proceso de desarrollo. Muchas veces padres, pediatras, educadores y profesionales de la Salud Mental se forman falsas impresiones sobre la naturaleza y el nivel de desarrollo de los jóvenes. Los tests comparan el individuo niños con su nivel de edad y ofrecen un indicador fiable del nivel de desarrollo y permiten la subsanación y modificación de esas presunciones. Esta valoración es muy útil en la identificación de los trastornos del desarrollo y de las secuelas neuroconductuales. También detectarla necesidad de intervenciones rápidas que pueden mejorar de forma importante la calidad de vida a largo plazo del niño y su familia. Segunda para los niños en edad escolar y adolescentes, los test psicológicos ofrecen una estimación fiable de la capacidad intelectual que aquella que ofrece la impresión clínica. Frecuentemente una estimación clínica del nivel de inteligencia del niño puede estar basada sobre una autopresentación engañosa. Conductas interpersonales pueden confundir o disturbar si éstas parecen discrepantes con el aparente nivel de inteligencia de la persona, esto se ejemplifica cuando una habilidad verbal de un joven es muy diferente de sus otras habilidades intelectuales. La valoración intelectual también sirve como base de evaluación para otras áreas de funcionamiento. La capacidad intelectual se define como la medida más importante de inteligencia y es también la característica y la interacción de diversos subdominios específicos. Los tests psicológicos tienen una contribución importante en la atención clínica para sacar a relucir los puntos fuertes y débiles del niño y para identificar los caminos en los cuales ellos manifiestan su conducta. En el trabajo clínico con niños y adolescentes es muy frecuente y útil comparar y contrastar medidas de inteligencia con los resultados individuales académicos. Un apropiado resumen del rendimiento académico con valoraciones del nivel de lectura, aritmética, lenguaje escrito y hablado permite al psicólogo al comparar estos test académicos con los de inteligencia responder a las preguntas referidas al niño sobre la presencia de discapacidades en el aprendizaje. Es de esperar que los niveles de rendimiento académico puedan equipararse con el nivel de inteligencia (Kaufman and Kaufman, 1983; Sattler, 1988). Cuando estos niveles son inconsistentes con el rendimiento académico (que son altamente significativos con los niveles de intelectuales) es que la persona realiza un esfuerzo extremo para conseguir los objetivos educacionales. También es posible, aunque menos común que el potencial intelectual verdadero de la persona es mayor que su inteligencia. En contraste cuando los niveles del rendimiento académico son significativamente más bajos que los niveles de inteligencia, se puede considerar que el niño tiene una dishabilidad para el aprendizaje en una o varias áreas del funcionamiento académico. Es muy importante notar que el diagnóstico de la discapacidad del aprendizaje denota una no nacida información, dificultades para procesar problemas que requieren unas técnicas de educación especial particulares. En casos de dishabilidades del aprendizaje los resultados de los tests psicológicos son las bases para programar las recomendaciones educacionales a seguir. La valoración clínica psicológica también debe responder a las preguntas que conciernen a la psicodiagnosis y al tratamiento psicoterapéutico de niños y adolescentes. El uso de los tests proyectivos y de indicadores proyectivos en otros instrumentos hace que sea posible esclarecer posibles áreas específicas de psicopatología para ayudar al diagnóstico. Un diagnóstico diferencial muy específico debe considerarse a través de la documentación obtenida ya que da matices de lo que es un adolescente con un trastorno del pensamiento o uno con trastorno afectivo, o diferenciar entre un funcionamiento psicótico y una ansiedad extrema en un niño pequeño. Cuando el diagnóstico se ha establecido la valoración psicológica puede también asistir el tratamiento, ya que puede ayudar a la selección del tipo de terapia a realizar. La información que concierne a la integridad de los procesos mentales del niño puede ayudar a determinar el nivel apropiado de la actividad de soporte terapéutico para proporcionar el insight psicológico del mismo (Pine, 1985). Los resultados de los test pueden ayudar a predecir el curso del tratamiento y los datos referentes a cómo los jóvenes han respondido al test pueden ayudar a ver cómo será la respuesta de éstos a la hora de desarrollar la alianza terapéutica. Frecuentemente la valoración psicológica identifica las características del paciente que son menos fáciles de observar al inicio y por tanto se prestará atención a éstos aspectos. Esta identificación puede ser de ayuda para esclarecer la severidad de los problemas que son considerados previamente como menos serios o que han permanecido sin reconocer. Los tests psicológicos son también útiles para constatar consideraciones prácticas sobre la disposición a la hora de elegir el planteamiento y programa de tratamiento. Varios programas designados a conocer las necesidades especiales de ciertos niños y adolescentes como son las clases para superdotados intelectualmente, o los servicios para los niños con retraso requieren documentación sobre su necesidad basada en los resultados de la valoración psicológica. -¿CÓMO DEBE LLEVARSE A CABO LA PREPARACIÓN DEL PACIENTE Y DE LOS PADRES? Para un desarrollo útil de los tests psicológicos el paciente el debe estar preparado adecuadamente. Con niños y adolescentes la preparación empieza por los padres. Cuando la petición de los tests proviene de otros profesionales de salud mental o educadores la preparación debe ser iniciada por el profesional requerido y debe ser completada por el psicólogo. La propuesta del tests debe ser explicada a los padres de forma clara, las preguntas de consulta debes ser abordadas en un lenguaje no técnico para que se pueda conseguir una buen comprensión de la necesidad de éstos. El clínico requerido deberá clarificar su relación con el paciente y los padres, aparte del trabajo con el psicólogo que realizará los tests. Si el profesional requerido continuará trabajando con el niño y la familia después del test se deberá también poner de manifiesto. La preparación del paciente sigue a la de sus padres. Éstos deberán ser animados a compartir la información preparatoria con sus hijos y deberán presentar la información de una manera honesta y abierta y sobretodo teniendo en cuenta la edad de desarrollo del niño o del adolescente. En algunos casos es de mucha ayuda que el clínico asista con los padres en esta tarea. Muchos factores deben ser enfatizados, primero se tiene que subrayar que el test está dirigido para proporcionar una ayuda interpersonal o educacional para el niño o el adolescente y que no sea algo punitivo, luego con los niños pequeños es de ayuda asegurar al paciente que el psicólogo es un “doctor del habla” y que no hará ninguna actuación física invasiva. Cuando el paciente está completamente preparado normalmente conoce al psicólogo por primera vez con una considerable ansiedad y puede negar a recibir alguna información sobre la valoración para ser completada. Como una parte necesaria del establecimiento de la relación el psicólogo debe reiterar la información preparatoria instruyendo al niño sobre los procedimientos del test. Cabe destacar que una preparación cuidada, con el establecimiento de la relación inicial da el suficiente confort para que los más jóvenes cooperen fácilmente en una recolección fiable de datos en los tests. ADMINISTRACIÓN DE LOS TESTS Composición de la batería Después de clarificar la consulta el psicólogo infantil se encara hacia el trabajo de decidir qué instrumentos comprenderán la batería de valoración. El psicólogo deberá obtener el mayor y mejor número de datos contando con las variables que presenta el niño, como son sus capacidades para entender los rigores del test y las variables de desarrollo del funcionamiento del niño y dominios de aquello que se valora. Los psicólogos deben ajustar la batería de tests a la consulta para que ofrezca detalles de la misma o también sugieran nuevas. Por ejemplo: Si las medidas de screening del rendimiento académico de un niño indican déficits en la adquisición o un grado inapropiado en la habilidad lectora, un examen más intensivo se deberá realizar para especificar si los déficits se atribuyen más a problemas de decodificar lo que se lee o a la comprensión lectora. Administración El tiempo que necesita un niño para completar la batería de tests depende de varias variables, incluyendo la complejidad de la petición de consulta y el número asociado de instrumentos, así como en la capacidad del niño para trabajar a buen ritmo en las tareas requeridas y la cooperatividad familiar en acudir a las del estudio. Aproximadamente para la administración de la batería psicoeducacional que la consulta requiere son necesarias entre 4 y 6 sesiones de aproximadamente 60-90 minutos cada una. El objeto máximo del tests es generalmente obtener una imagen detallada de las capacidades máximas del niño, el psicólogo debe estar seguro en la relación con el chico que éste ha dado su máximo esfuerzo. Para cumplir este objetivo el examinador emplea habilidades clínicas usadas por el clínico en la evaluación del niño que sirven para rebajar la ansiedad el niño y conseguir su cooperación para completar las tareas. Al mismo tiempo el clínico deberá tener en mente el distinguir entre la empresa de valorar las principales marcas psicológicas de aquellos datos que se obtienen en un lugar estructurado usando medidas estandarizadas apropiadas. El psicólogo, también, al establecer la relación deberá no violar los procedimientos estructurados que permiten la comparación de los resultados de la actuación del niño con las normas ejemplificadas. Datos psicométricos Existe una extensa literatura de los principios técnicos y metodológicos asociados a la valoración psicológica (Anastasi 1988, Satter, 1988). Para juzgar la utilidad de los instrumentos de valoración se deben consideran la validez, la fiabilidad y la estandarización. Validez En el resumen de los estandars del test psicológico y educacional (American Psychological Associaton, 1985) encontraron que los varios métodos para determinar la validez se organizan en tres grupos principales: Un instrumento posee una validez del contenido relatado si el contenido del ítem cubre un ejemplo representativo del dominio a seguir, un dato típicamente considerado en los tests de evaluación del rendimiento. Si un instrumento es efectivo en predecir la actuación de una persona en una actividad específica se dice que posee una validez de criterio relatado. Esta forma de validez está determinada por la actuación de los tests de checking en contra de una valoración directa e independiente de los criterios de medida de los cuales el test supuestamente mide, por ejemplo, la comparación de los resultados de la aptitud escolar con las notas obtenidas en el colegio. Finalmente, la validez del constructo relatado se refiere a la capacidad del test para medir un constructo teórico-ético en el que éste se basa derivado de las interrelaciones documentadas a través de las conductas medidas. Esta forma de validez requiere la acumulación varios tipos de información, incluyendo correlaciones con otros tests y técnicas estadísticas como son el factor de análisis y las medidas de consistencia interna del test. Fiabilidad Un instrumento fiable se refiere al grado en que los resultados obtenidos por el instrumento pueden ser reproducidos con aceptables niveles de acuerdo. Las medidas de consistencia más comunes requeridas por los tests psicológicos son aquellas puntuaciones que pueden reproducir a través del tiempo (test-retest fiabilidad) y entre examinadores (interdatos fiabilidad). Una estimación adicional de la fiabilidad que frecuentemente se reporta es la consistencia interítem o la consistencia de las respuestas de todos los ítems del test. Esta forma de validez proporciona información sobre el grado de homogeneidad de la demanda en que el test está propuesto para ejemplificar y es típicamente representado en la forma de los coeficientes de fiabilidad (como los coeficientes de Kunder-Richarson y las respuestas dicotómicas del coeficiente de Cronbach para respuestas continúas). Estandarización Para estar bien estandarizado un test debería demográficamente representativa muestra de sujetos. presentar una gran y La comparación de las actuaciones hechas por los chicos en un test con un grupo apropiado estandarizado puede darse sólo si esa comparación ha sido contrastada con otros grupos. Estas comparaciones proporcionan un contexto para entender la actuación del niño en el test desde una perspectiva informada del desarrollo y permite más inferencias sobre las habilidades y déficits documentados en el trastorno del niño. Loa test de valoración más usados comúnmente están organizados de acuerdo al dominio a valorar: habilidad intelectual, rendimiento académico, funcionamiento motor-visual, conducta adaptativa, capacidad atencional, organización de la personalidad, funcionamiento neuropsicológico y estado de desarrollo. A continuación vamos a destacar algunos de los tests que con mayor frecuencia se utilizan hoy en día. Vamos a agruparlos según el dominio que valoren los mismos. MEDIDAS DE LA HABILIDAD INTELECTUAL Escala de inteligencia de Wechsler para niños 3ª Edición Como sus otros dos predecesores el WISC (Wechsler, 1949) y el WISC-R (Wechsler, 1991) y su extensión a las escalas de inteligencia para adultos (Wechsler, 1955, 1981), esta revisión, publicada en 1991, es la más utilizada para valorar de forma individual la inteligencia en niños en edades comprendidas entre los 6 a los 16 años y 11 meses. El WISC-III consiste en 13 subtests divididos en 6 subtests verbales y 7 subtests manipulativos. La escala verbal está compuesta de las siguientes pruebas: Información, Semejanzas, Aritmética, Vocabulario, Comprensión y Dígitos. La escala manipulativa está compuesta de las siguientes pruebas: Figuras incompletas, Historietas, Cubos, Rompecabezas, Claves y Laberintos, Búsqueda de símbolos. El tiempo de administración es de entre 60- 90 mimutos. El instrumento de construyó a partir de la noción de que la inteligencia está definida como la capacidad total de una persona para entender y adaptarse al mundo (Wechsler, 1991). El autor enfatiza que esta definición requiere un instrumento de valoración que aprecie la naturaleza global de la inteligencia y evita enfatizar una única habilidad para valorar la capacidad total intelectual. Las tareas de los subtests valoran las habilidades del niño en una gran variedad de caminos para ofrecer una estimación más completa de la capacidad. Las tareas requieren al niño que responda a requerimientos verbales y que trabaje diferentes tipos de capacidades visuales o que realice tareas visuales motoras como los rompecabezas. Los tests generan una escala completa de inteligencia tanto Verbal como Manipulativa que ofrece un CI para más información se puede consultar el manual (Wechsler, 1991). Los factores que se miden son: Comprensión verbal (Subtests: Información , Semejanzas, Vocabulario y Comprensión) Organización perceptiva ( Rompecabezas, Historietas, Figuras incompletas y cubos) Distractibilidad ( Aritmética y Dígitos) Velocidad en el procesamiento ( Claves, Búsqueda de símbolos). La interpretación del test protocolo requiere niveles de análisis (Kaufman 1979, Sattler, 1988) incluyendo puntuaciones del CI Global para conocer el rango de funcionamiento intelectual. 130 y más Muy Superior 120-129 Superior 110-119 Normal-Alto 90-109 Medio 80-89 Normal-bajo 70-79 Inferior 69 y menos Deficiente mental WAIS-III Escala de inteligencia para adultos de Wechsler Publicado en 1997 (Wechsler, 1997a). El WAIS-III mantiene las formulaciones del WAIS original, pero ofrece más datos normativos actuales. El formato WAIS-III es similar al WISC-III ofreciendo resultados del CI a nivel Verbal y Manipulativo y Global. Comprensión Verbal, Organización perceptual, memoria de trabajo y velocidad de procesamiento. Índice global se basa en el resultado de 14 subtests: 11 subtests son los mismos que el WAIS-R y tres son nuevos. Como el WISC-III, el WAIS-III ahora también tiene el subtests de búsqueda de símbolos que mide la eficiencia del scanning visual y el reconocimiento visual. El WAIS III incluye: Información, Semejanzas, Aritmética, Vocabulario, Comprensión, Dígitos, Letras y números, Figuras incompletas, Historietas, Cubos, Rompecabezas, Claves, Matrices y Búsqueda de símbolos. El subtest de matrices es un subtest de inferencias no verbales, sobre de habilidad de razonamiento. La secuencia de Letras y números mide la atención auditiva y memoria de trabajo. Como el WISC-III el WAIS-III tiene unas excelentes propiedades estadísticas. El WAIS-III está indicado para edades comprendidas entre 16 y 89 años y puede también emplearse en adolescentes mayores de 15 años. Hay un lapso entre el WISC-III y el WAIS-III (16 años y 16 años y 11 meses) Para niños normales y superdotados los dos instrumentos ofrecen unas muestras adecuadas. La Escala de Inteligencia de Wechsler papa Preescolares y Escuela Primaria (WPPSI-R) La Escala de Inteligencia de Wechsler para Preescolares y Escuela Primaria (WPPSI-R) publicado en 1989 (Wechsler, 1987) es una revisión del original WPPSI (Wechsler, 1967) y es una extensión de las escalas de Wechsler utilizadas para niños de edades comprendidas entre 3 y 7 años y 3 meses. En esta escala se añade un nuevo subtest de los 11 subtests del WPPSI original este es el de Ensamblaje de objetos. La escala verbal está compuesta de las siguientes pruebas: Información, Semejanzas, Aritmética, Vocabulario, Comprensión y Frases. La escala manipulativa está compuesta de las siguientes pruebas: Casa de los animales, Figuras incompletas, Dibujo geométrico, Cuadrados, Laberintos, Retest Casa de los animales. Los nuevos ítemes y cambios en el diseño han sido realizados para favorecer el interés de los niños pequeños, siendo para ellos más cercano. Escalas de McCarthy de Aptitudes y psicomotricidad para niños MSCA Las Escalas de McCarthy de Aptitudes y psicomotricidad para niños MSCA (McCarthy, 1972) son un instrumento formidable para una valoración adecuada y apropiada de niños en edades comprendidas entre 2 años y 6 meses a 8 años y 7 meses. Sus 18 subtests forman parte de 5 dominios: Construcción con cubos, Rompecabezas, Memoria pictórica, Vocabulario I y II, Cálculo, Secuencia de golpeo, Memoria verbal I, Memoria verbal II, Orientación izquierda-derecha ( 5años o más), Coordinación de piernas, Coordinación de brazos I+II+III, Acción imitativa, Copia de dibujos, Dibujo de un niño, Memoria Numérica I, memoria numérica II, Fluencia verbal, Recuento y distribución, Opuestos y Formación de conceptos. Estos subtests nos ofrecen la capacidad del niño a nivel: Verbal, Perceptivo-Manipulativa, Numérica los resultados de los tres dominios no ofrecen un Índice General Cognitivo y los otros dos dominios que se exploran son: Memoria y Motricidad. También resulta de la pasación de las escalas la Lateralidad del niño dándonos a conocer la dominancia manual y ocular de éste. MEDIDAS PARA VALORAR LA CONDUCTA ADAPTATIVA Medidas de atención y concentración Se ha incrementado recientemente la investigación y la atención clínica con el ánimo de obtener un mayor conocimiento del ADHD. Los avances en el reconocimiento de este trastorno han sido acompañados por la necesidad de obtener datos de tests psicológicos para poder ayudar en el diagnóstico diferencial. Frecuentemente los psicólogos clínicos confirman el diagnóstico de ADHD a través de indicadores que se ponen de manifiesto dentro en el proceso de test como los movimientos de manos en el K-ABC, en los dígitos del WISC-R o la distractibilidad del WISC-III. Los hallazgos de dificultades en la atención deberían ser usados para poner al niño de forma adecuada en una categoría diagnóstica atencional, conductual, académica o emocional o hacer un diagnóstico de las dificultades comórbidas. No es de sorprender si los síntomas del ADHD no se manifiestan en la atmósfera controlada del despacho del psicólogo, es necesario, por tanto, obtener una evaluación directa del niño o del adolescente a través de múltiples observadores, en diferentes entornos donde los síntomas del ADHD son más probables que emerjan. Para poder completar esta tarea se pueden administrar a los niños o adolescentes, padres y profesores instrumentos adecuados. LOS TESTS PROYECTIVOS Láminas del Test Rorschach (Test Rorschach, 1921) Este test disfruta de una gran aceptación y popularidad entre los clínicos consiste en diez manchas de tinta cada una dentro de un rectángulo en una cartulina, cinco son monocromáticas, dos son negras y rojas y tres son policromadas. La pasación común consiste en dos fases: Asociación libre: Donde el sujeto comenta lo que cada lámina le sugiere, pudiendo el clínico preguntar y clarificar, que sería la segunda parte, qué parte ha hecho que el sujeto haya percibido aquello. Este test aproximadamente se administra en una hora. Se han desarrollado algunos sistemas de administración y puntuación para el Test de Rorschach que representan el ambicioso esfuerzo para establecer unas bases psicométricas para la puntuación del test (Anastasi, 1988). Primero este test se utilizaba para la organización de la personalidad y en niños ofrece datos para la valoración des estado de su desarrollo y de su organización. Son particularmente significativos los datos que se generan sobre el desarrollo de las capacidades para examinar la realidad del niño, así como la integración del afecto y el nivel madurativo de las relaciones objetales. Test de Apercepción Temática TAT Test de Apercepción Temática TAT (Murray et al., 1938) consiste en veinte láminas con fotografías, una lámina en blanco y las otras diecinueve varían en su grado de ambigüedad. Se presentan una a una y se le pide al sujeto que explique una historia, que no sea una descripción literal de lo que son las fotografías. La historia debe incluir un principio, un desarrollo y un final y debe describir algo acerca de los sentimientos y pensamientos de los personajes. Después de la administración el clínico analiza la historia para determinar la identificación con el héroe, los atributos del mismo, los conflictos, las defensas y adaptaciones que se evidencian en el funcionamiento individual e interpersonal del héroe. La asunción del análisis es que las respuestas son una manera particular que utiliza el héroe como proyecciones e identificaciones inconscientes. El TAT es apropiado para niños, adolescentes y adultos. Originariamente este método se utilizaba con personas de más de cuatro años, actualmente se han desarrollado instrumentos de valoración temática para edades comprendidas entre tres y diez años (Bellack and Bellak, 1961). La publicación de una versión del test de apercepción para niños ha generado gran entusiasmo entre los profesionales. En estas imágenes aparecen en vez de personas, animales que son más apropiados para el nivel de desarrollo y preservan la ambigüedad del TAT. Se administran entre 8-10 láminas seleccionadas para el niño o adolescente que vaya a ser examinado. Test del dibujo de una persona DAP Es un test proyectivo muy usado comúnmente (Manchover, 1949) se le da al sujeto una hoja de papel (folio), un lápiz y una goma de borrar y se le indica que tiene que dibujar una persona. Se le obliga a dibujar una persona de cuerpo entero y se le dice que no puede dibujar una figura de palo. Cuando ha finalizado se le pide que dibuje una persona de sexo contrario. El examinador anota la conducta del sujeto, sus verbalizaciones y también la secuencia con la que ha dibujado las diferentes partes del cuerpo. Las producciones realizadas se analizan de forma cualitativa y el análisis se focaliza en las siguientes variables: tamaño de la figura, lugar de emplazamiento, posición de los brazos, ropa, omisiones y desproporciones significativas, sombreados y aquello que ha borrado. En la práctica clínica el DAP se utiliza como una fuente para generar hipótesis psicológicas. Las primeras hipótesis pertenecen a la percepción del sujeto de sí mismo y de sus propios sentimientos, particularmente el desarrollo del Ego y su integración del esquema corporal y las segundas hipótesis pertenecen a la percepción del sujeto de sus sentimientos en las interacciones con el ambiente social y de forma particular con los cuidadores (nutridores) primarios. Test kinético del dibujo de la familia KFD Test kinético del dibujo de la familia (Burns, 1982) se utiliza frecuentemente por los clínicos para generar hipótesis sobre la percepción y sentimientos del sujeto acerca de su estructura familiar. Se administra de forma similar al DAP, se le da al sujeto un folio, un lápiz y una goma de borrar y se le pide que dibuje su familia haciendo algo, es importante que en esta instrucción no se especifique " haciendo algo juntos", porque de este modo se contaminarían los datos acerca de la percepción de la cohesión familiar. TESTS DE PERSONALIDAD Inventario multifásico de personalidad de Minnesota para adolescentes MMPI-A Inventario multifásico de personalidad de Minnesota (Hathaway and Mckinley, 1940; Hataway and Mckinley, 1943) ha sido el inventario de personalidad más utilizado (Anastasi, 1988). Una revisión del MMPI-2 fue publicada en 1989 (Butcher et al., 1989) como su predecesor el MMPI-2 es un informe personal, un instrumento con criterios clave en el cual los ítems del instrumento son seleccionados a partir de un criterio externo, en este caso la habilidad del ítem discrimina un grupo con diagnósticos clínicos de uno que es un grupo de control normal. El MMPI original y MMPI-2 han sido diseñados para utilizarlos con adolescentes mayores y población adulta y se tenía que prestar atención con la validez del MMPI aplicado a un grupo de población adolescente. Para poder subsanar esto y poder ofrecer datos válidos acerca de los adolescentes se ha publicado en 1992 el MMPI-A (Butcher et al., 1992). El MMPI-A está estandarizado sobre la base de las escuelas nacionales de la población adolescente. Consiste en 478 afirmaciones que deben ser señaladas como verdaderas o falsas en una hoja de respuestas. Su corrección puede ser manual o computerizada. Se incluyen varas escalas de validez y diez escalas clínicas originales: Hipocondriasis, depresión, histeria, desviación psicopática, masculinidad-feminidad, paranoia, psicastenia, esquizofrenia, hipomanía, introversión social. 5 escalas de contenido específicamente relatadas en el desarrollo del adolescente, ansiedad, obsesividad, depresión, problemas de salud, alienación, pensamientos bizarros, ira o enfado, cinismo, problemas conductuales, autoestima, nivel disconford social, problemas familiares, escolares e indicadores negativos de tratamiento. Y las escalas suplementarias para medir ansiedad, represión, alcoholismo e inmadurez. Cuestionario de personalidad para niños (CPQ) El cuestionario de personalidad para niños (CPQ) (Porter and Gatell, 1972) representa un intento de ofrecer una medida del funcionamiento de la personalidad en niños en edades comprendidas entre los 8 años y los 12 años. El test está basado en el trabajo teórico de Gatell, el cual le permitió desarrollar el Cuestionario de personalidad de 16 factores (16 PF) (Gatell et al., 1970). Consiste en 140 preguntas de elección forzada que pueden ser divididas en versiones cortas de 70 ítems cada una, el tiempo de administración no excede a los 45 minutos. El CPQ genera puntuaciones para 14 rasgos de personalidad hipotetizados, incluyendo estabilidad emocional, autoconcepto, excitabilidad y seguridad personal. Con otros factores de segundo orden derivados de los del 16 PF que son: extroversión, ansiedad, independencia y objetividad. TEST Y BATERÍAS DE SCREENING NEUROPSICOLÓGICO Test Gestalt hico de Bender (Bender, 1938) El Test Gestáltico de Bender (Bender, 1938) es un test muy usado en la práctica clínica de los psicólogos para descartar la presencia de daño cerebral. Cada una de las nueve cartas gestálticas de Bender presenta un dibujo geométrico y se le pide al sujeto que copie en una hoja de papel la carta situada frente a él. Esta fase de copia viene sucedida por una fase de retención en el que se le pide al sujeto que dibuje todas las figuras que recuerda. Bender no desarrolló una puntuación objetiva y estandarizada con datos normativos, se han desarrollado sistemas posteriores como es el de Koppitz (Koppitz, 1964, 1975) que da normas para niños de guardería hasta de 4º curso. El Test Gestáltico de Bender (Bender, 1938) está indicado para aquellos niños que con un nivel de edad apropiado tienen dificultades copiando dibujos. Estas dificultades pueden incluir problemas con los ángulos, en la yuxtaposición, en la tendencia hacia la verticalización en diagonal o en la substitución de puntitos por círculos. Test de retención visual de Benton El Test de retención visual de Benton (Benton, 1974) se utiliza como medida de la memoria visual figurativa en adultos y en niños a partir de los 8 años. El test consiste en diez láminas, en cada una está reproducido uno o más dibujos geométricos. El manual ofrece diferentes procedimientos de administración, aunque se recomienda la estándar que consiste en pedirle al sujeto que observe bien cada lámina que se le presenta (unos 10 segundos), al retirarle la lámina se le pide que reproduzca la figura de memoria. Las producciones son puntuadas sobre dos criterios, en base a la puntuación del número correcto y en términos del número total de errores. Usando las tablas que ofrece el manual estas dos puntuaciones son comparadas con una puntuación normal y con la edad y el nivel intelectual. Las puntuaciones desviadas sugieren la presencia de un déficit en la memoria visual-figurativa. Dependiendo de los datos obtenidos se hipotetiza sobre la posible presencia de déficits perceptuales, motores, o en la memoria que tendrán que ser explorados a través de la administración de instrumentos adicionales (por ejemplo: el Test de Reversal...). MEDIDAS PARA EL DESARROLLO INFANTIL Y PREESCOLAR Batería Neuropsicológica para niños Luria-Nebraska revisada (LNNB-C) La Batería Neuropsicológica para niños Luria-Nebraska revisada (LNNB-C), (Golden, 1987) ha sido desarrollada para investigar una amplia variedad de funcionamiento neuropsicológico y valorar los déficits cognitivos y ofrecer datos para guiar la rehabilitación en niños de entre 8 y 12 años. El tiempo de pasación es de dos horas y media aproximadamente. Las baterías contienen 149 ítems agrupados en 11 escalas y 2 escalas opcionales (valoran las habilidades senso-motoras, perceptuales y cognitivas), 3 escalas de resumen ( discriminan los niños normales de aquellos con daño cerebral) y 11 escalas factor (que valoran funciones específicas neuropsicológicas que merecen precaución en la interpretación). Todos los ítems reciben puntuaciones de, 0, 1, 2 y las puntuaciones elevadas indican daño cerebral. La LNNB-C es una extensión de la versión adulta de la batería (Satler, 1988). Escalas de Desarrollo Infantil de Bayley, segunda edición (BSID-II) Las Escalas de Desarrollo Infantil de Bayley, segunda edición (BSID-II) (Bayley, 1993) son una revisión de las anteriores BSID (Bayley, 1969). Como su predecesor el BSID-II valora el funcionamiento del desarrollo en niños pequeños con el empeño de detectar un retraso en el desarrollo y pautar el camino a seguir hacia una estrategia de intervención. A diferencia del BSID el BSID-II incluye datos estandarizados para poblaciones especiales como son los niños con Síndrome de Down, los prematuros o los niños que han sido expuestos prenatalmente a drogas. El BSID-II consiste en escalas mentales, motoras y conductales. La Escala Mental se centra en la temprana habilidad del niño para dirigir su atención hacia la gente u objetos apropiados en el ambiente y después en el desarrollo de la edad apropiada interactiva; habilidades del lenguaje, conceptos y memoria. La Escala Motora se focaliza en el temprano desarrollo de las habilidades finas y gruesas motoras, así como en la integración sensorial y coordinación motora-visual. Ambas escalas, la Mental y la Motora se complementan utilizando un formato flexible. El uso del sujeto de los materiales es evaluado. La escala Conductal se completa basándose en la observación informal del niño o del preescolar durante la pasación del test. Se valoran los diferentes estilos de relatar interpersonales, la accesibilidad. RESULTADOS DE LOS TESTS PSICOLÓGICOS Para obtener un mayor beneficio y utilidad del test psicológico es necesario un resumen de cada uno de los diferentes dominios valorados y analizar las interrelaciones entre los dominios valorados y el perfil individual con los puntos fuertes y débiles en cada dominio global. Esto debe ser así porque con una actuación idéntica en un área de funcionamiento de diferentes jóvenes pueden tener implicaciones distintas dependiendo de cómo cada uno de ellos han actuado en otras áreas, por ejemplo: una evidencia proyectiva de una alta originalidad, riqueza de los procesos mentales es reaseguradora y poco remarcable con un chico que tiene un CI alto. El mismo dato proyectivo de un chico CI Borderline incrementa la importancia de cuestionarse si la medida de la inteligencia del niño se ha realizado correctamente. - ¿Cómo se deben comunicar los hallazgos del test psicológico? Los resultados deben ser comunicados con un lenguaje comprensible, con tacto y sensibilidad. Hay que tener en cuenta de quién parte la demanda del test, si viene derivado de otro profesional, los resultados deberán ser comunicados inicialmente a dicho profesional, así se decide conjuntamente cómo proceder con la información. Se puede elegir dar los resultados junto al profesional y la ventaja de esta presentación es que todo lo que se apunta está compartido, entendiendo al niño o al adolescente multidimensionalmente. Cuando hay problemas para el encuentro el psicólogo da los resultados, enviando los datos al profesional que ha realizado la consulta. Esta opción permite mantener una mejor alianza terapéutica con el paciente y la familia, y así se puede empezar a incorporar los datos obtenidos en el test. Hay que plantearse también la opción de comunicar directamente al adolescente los resultados del test, siempre y cuando se tenga la aprobación parental. Algunos niños prefieren salvaguardar su autoestima recibiendo los datos del test de forma privada. Las habilidades del niño o del adolescente deben ser enfatizadas y sus déficits discutidos de forma empática y con recomendaciones esperanzadoras.