Prelatura de Calama Colegio Juan Pablo II Calama 30/04/2002

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Prelatura de Calama
Colegio Juan Pablo II
Calama
30/04/2002
INTRODUCCIoN
El cambio que provocó la Revolución Industrial en el Mundo de Europa y también en el resto de los
continentes, se vio reflejado en los cambios del estilo de producción y también en la forma de trabajar.
Consecuencias de estos procesos nace la cuestión social que, correspondieron a todo los problemas de trabajo,
salud, vivienda .calidad de vida, etc., del proletariado. Como siempre las respuestas frente a los nuevos hechos
históricos fueron muchas, así nacen el Socialismo, las nuevas Doctrinas sociales de la Iglesia y el
anarquismo, tema que será tratado con profundidad en este trabajo. Tratando de definir el concepto, sus
representantes y sus principales ideas al respecto.
representantes del anarquismo
PROUDHON BAKUNIM
(francés escritor) ( Revolucionario ruso)
KROPOLKIM
(geógrafo, filosofo, ruso)
principales tendencias anarquistas
1
ANARQUISMO
Doctrina política que se opone a cualquier clase de jerarquía, tanto si se ha consolidado por la tradición o el
consenso como si se ha impuesto de forma coactiva. Los anarquistas creen que el mayor logro de la
humanidad es la libertad del individuo para poder expresarse y actuar sin que se lo impida ninguna forma de
poder, sea terrena o sobrenatural, por lo que es básico abatir todo tipo de gobierno, luchar contra toda religión
o secta organizada, en cuanto que éstas representan el desprecio por la autonomía de los hombres y la
esclavitud económica. Combatir al Estado como entidad que reprime la auténtica libertad económica y
personal de todos los ciudadanos se convierte en una necesidad inmediata y la desaparición del Estado se
considera un objetivo revolucionario a corto plazo. La doctrina anarquista impone para su acción una sola
limitación: la prohibición de causar perjuicio a otros seres humanos, y de esta limitación nace otro
presupuesto ideológico básico: si cualquier humano intenta hacer daño a otros, todos los individuos
bienintencionados tienen derecho a organizarse contra él.
El termino anarquía deriva del griego y significa falta de gobierno o la negación del gobierno. El anarquismo
es la doctrina política que sostiene la Conveniencia de prescindir de gobierno. Los anarquistas sostienen que
los gobernantes tienden, inevitablemente, a abusar del poder para su beneficio. Lo que lleva a la formación de
grupos y clases que, al amparo del gobierno opresor y por medio de el, explotan a los demás, creando un
complejo sistema de privilegios excluyentes. Pierre−Joseph Proudhon dio consistencias a estas teorías a
principios del siglo XIX. Pensaba que el gobierno es un mecanismo de dominio que no debería existir y que
tampoco debería existir la propiedad privada, siendo partidario del anarquismo ajeno a la violencia.
Consideraba que la resistencia pasiva individual bastaría para derrocar al sistema estatal capitalista,
oponiéndose al marxismo porque consideraba que la clase trabajadora, cuando llegara al poder seria, en
función de la clase, tan opresora como otras.
Miguel Bakunin dio forma a la teoría del anarquismo comunista en los comienzos de la primera internacional,
época en la que compartió con Marx las contingencias de la lucha social, apartándose luego de el tanto por
discrepancias respecto a la función del estado en el esquema del futuro como porque consideraba que sus
planes revolucionarios no eran lo suficientemente radicales. Bakunin decía en su libro "Catecismo del
revolucionario" quiero no solo la propiedad colectiva de la tierra sino la liquidación social universal. Pido la
destrucción de todos los estados. Partiendo del presupuesto de que la clase trabajadora monopoliza el ejercicio
de la autoridad a expensas de los desposeídos, el autor llegaba a la conclusión de que no seria posible
restablecer el equilibrio y la justicia en las relaciones humanas sin haber despojado antes del gobierno a los
poseedores. Como estos disponen de la fuerza para defenderse, solo por la fuerza se lograría desprender de sus
manos los instrumentos de la opresión económica y política, poniendo en juego para ello el único recurso
decisivo: la violencia organizada. Las corrientes anarquistas se polarizan en dos extremos ideológicos: el
individualista y el colectivista.
El primero aboga por la LIBERTAD individual por encima de toda atadura y limitación autoritaria. Mientras
que el segundo se aparta un poco de la simple proposición teórica de la LIBERTAD individual absoluta, para
reconocer la necesidad practica pero limitada de la coexistencia social.
REPRESENTANTES DEL ANARQUISMO
Pierre Joseph Proudhon, escritor francés del siglo XIX, ha sido considerado desde una perspectiva histórica el
padre del sistema denominado anarquismo filosófico. Según Proudhon y sus partidarios, el anarquismo
excluiría la autoridad como criterio rector de la sociedad, estableciendo el individualismo en su grado
máximo. Los anarquistas filosóficos, sin embargo, repudian los métodos violentos y esperaban que la
sociedad evolucionara hacia una organización anárquica. Los anarquistas que rechazan las teorías de
Proudhon mantienen que el desarrollo humano progresa mediante la cooperación social, y que ésta no puede
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ser nunca voluntaria por entero.
Otra escuela del anarquismo, basada en la acción organizada e incluso en actos de terrorismo para conseguir
sus propósitos, se escindió del movimiento socialista y apareció hacia finales del siglo XIX.
La tendencia anarquista que propugnaba la acción directa fue la más conocida. Por otro lado, las ideas
colectivistas de Bakunin fraguaron el desarrollo del anarcosindicalismo, en especial en Italia. Las actividades
de dirigentes como Enrico Malatesta o Giuseppe Fanelli, permitieron la formación de sindicatos, en especial
en las ciudades más industrializadas, y la difusión de sus ideas en América o en España.
En el primero de los casos, la llegada de inmigrantes de origen italiano estimuló la formación de
organizaciones anarcosindicalistas reprimidas con gran dureza en Estados Unidos, donde fueron ejecutados
anarquistas de origen italiano (como Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti) de forma arbitraria, ante las
protestas internacionales.
En Latinoamérica emigrantes anarquistas de origen italiano y español contribuyeron a la formación de
centrales sindicales como la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) fundada en 1901. En México la
labor de Ricardo Flores Majón y de sus hermanos Jesús y Enrique contribuyó a la expansión de las ideas
anarcosindicalistas que coincidieron en algunos puntos con el movimiento revolucionario campesino de
Emiliano Zapata.
Joseph Pierre Proudhon
1809−1865
Nacido en Besançon el 15 de enero de 1809 en el seno de una familia humilde, recibió becas que le
permitieron estudiar y escribir. En su panfleto Qu'est−ce que la propriété? (¿Qué es la Propiedad?, 1840),
Proudhon denunció los abusos a que da lugar la concentración del poder económico y de la propiedad privada.
Sus teorías radicales le hicieron popular como pensador anarquista y se le concedió un escaño en la Asamblea
Constituyente que siguió a las Revoluciones de 1848. Su propuesta de fijar un impuesto sobre la renta contra
la propiedad no fue aprobada en la Asamblea. También fundó un banco crediticio que concedía préstamos sin
cobrar intereses.
Proudhon se oponía a las tesis de los socialistas utópicos como Charles Fourier y Claude Rouvroy, conde de
Saint−Simon, argumentando que la sociedad no puede ser transformada de acuerdo a un plan preconcebido.
Imaginaba una sociedad donde la naturaleza ética y el sentido moral de la responsabilidad estarían tan
desarrollados en el pueblo que, para protegerla y regularla, no sería necesaria la existencia de un gobierno.
Rechazaba el uso de la fuerza para imponer un sistema al pueblo. En la sociedad ideal, lo que él llamaba orden
en la anarquía, el pueblo actuaría de forma ética y responsable y por su propia voluntad.
Fue encarcelado de 1849 a 1852 por criticar a Napoleón III. Después de su liberación se exilió en Bélgica.
Tras ser indultado (1862), volvió a Francia con una salud muy débil y murió el 19 de enero de 1865.
Se considera que la obra más importante de Proudhon es su Sistema de las contradicciones económicas, o La
Filosofía de la miseria (1846), que le valió la réplica de Karl Marx en su ensayo Miseria de la filosofía
(1847). Otras obras importantes son Las Ideas revolucionarias (1849), De la justicia en la revolución y en la
Iglesia (3 vols., 1858) y De la capacidad política de las clases obreras (1863).
Bakunin, Mijail Alexandrovich
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1814−1876
Revolucionario y anarquista ruso, nacido en Priamujino en el seno de una familia aristocrática. Estudió en la
academia militar de San Petersburgo. Fue oficial de la guardia imperial, pero renunció al cargo y se dedicó a
viajar por Europa durante varios años, antes de tomar parte en las revoluciones de 1848 y 1849, desatadas en
París y Alemania. Fue arrestado en Austria y condenado a muerte, pero la pena no se ejecutó sino que fue
entregado a los rusos, quienes lo encarcelaron durante varios años. Lo enviaron a Siberia en 1855, de donde
escapó en un barco estadounidense con destino a Japón, y llegó a Inglaterra en 1861. Desde esta fecha hasta
su muerte, Bakunin se dedicó a difundir el pensamiento anarquista por toda Europa. En 1869 fundó la
organización semiclandestina Alianza Democrática y Social y, en calidad de dirigente del grupo, se opuso a
Karl Marx en la I Internacional; este enfrentamiento concluyó con la expulsión de Bakunin en 1872. Pasó sus
últimos años en Suiza, viviendo en la miseria, planeando conspiraciones que nunca llegaron a realizarse y
manteniendo correspondencia con pequeños grupos anarquistas, alentados por su ferviente inspiración.
Kropotkin, Piotr Alexeievich, principe
1842−1921
Geógrafo y pensador político ruso, el principal teórico del movimiento anarquista.
Nació en Moscú el 21 de diciembre de 1842, estudió en San Petersburgo y sirvió en el Ejército ruso desde
1862 hasta 1867. Durante este periodo, dirigió dos expediciones sucesivas a Siberia y Dongbei Pingyuan
(Manchuria), respectivamente, que proporcionaron conocimientos geográficos de gran valor. Regresó a San
Petersburgo en 1867, donde fue nombrado oficial del la Sociedad Geográfica rusa. Exploró los glaciares de
Finlandia y Suecia en nombre de la mencionada agrupación desde 1871 hasta 1873. Mientras realizaba estas
investigaciones, también se dedicó a estudiar los escritos de los principales teóricos de la política, y
finalmente adoptó los puntos de vista del socialismo revolucionario. Más tarde se convertiría en uno de los
defensores de la doctrina radical del anarquismo. En 1872 participó en la I Internacional, primero como
marxista y luego como seguidor del ideólogo anarquista Mijaíl Alexándrovich Bakunin.
Cuando regresó a Rusia, comenzó a difundir el pensamiento anarquista, motivo por el que fue arrestado y
encarcelado en 1874. Consiguió escapar dos años después y se unió a una sociedad anarquista internacional, la
Federación del Jura. A continuación, se instaló en Francia, donde fue detenido en 1883 y sentenciado a cinco
años de prisión por sus actividades anarquistas. Tras ser liberado tres años después, se trasladó a Inglaterra,
donde residió y trabajó durante treinta años. Después de la Revolución bolchevique de 1917, regresó a su país
y se estableció cerca de Moscú, pero aunque tomó parte en la vida política soviética no desarrolló cargo
oficial alguno. Falleció el 8 de febrero de 1921 en Dimitrov, una localidad próxima a Moscú.
El tema central de los numerosos trabajos de Kropotkin fue la abolición de toda forma de gobierno en favor de
una sociedad que se rigiera exclusivamente por el principio de la ayuda mutua y la cooperación, sin necesidad
de instituciones estatales. Esa sociedad ideal (comunismo anarquista o anarcocomunismo) sería el último paso
de un proceso revolucionario que pasaría antes por una fase de colectivismo (el anarcocolectivismo). Sus
obras fueron escritas tanto en inglés como en francés; entre ellas, se encuentran las siguientes: Palabras de un
rebelde (1885); Campos, fábricas y talleres (1899); El terror en Rusia (1909), Ética, origen y evolución
(1924) y la autobiografía Memorias de un revolucionario. Pero quizá su libro más conocido y más importante
para el pensamiento anarquista sea La conquista del pan (1888).
DISCUSIONES SOBRE LAS PRICIPALES IDEAS DEL ANARQUISMO
En los últimos treinta años del siglo XIX el anarquismo alcanzó un éxito considerable en los medios populares
y en ciertos círculos intelectuales (muy limitados) de Francia, España, Italia del Norte y Rusia.
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Pero hubo muchas formas de anarquismo.
Hubo un pretendido anarquismo derivado de Stirner y de su vehemente exaltación del yo único. Stirner define
así su Asociación de Egoístas (que opone a la sociedad): La utilización de todos por todos. Es un solipsismo
apasionado que podría por ello encontrar cierta prolongación en Nietzsche. No ejerció casi ninguna influencia
en los medios populares.
¿Es preciso mencionar el anarquismo de León Tolstoi? Se trata más bien de un moralismo obsesionado por el
pecado y deseoso de volver, mediante la humildad, a la ley de Cristo. Casi llega, mediante un rodeo, a
condenar la acción voluntaria del hombre, a rechazar las leyes, a abandonarse a un éxtasis místico.
Descartaremos también de nuestro estudio, aun mencionándolo, ese anarquismo libertario que tanto perjudicó
a las doctrinas anarquistas, que predica (mediante la palabra o los actos) el asesinato (incluso no político), la
unión libre (y no la comunidad de mujeres: ¡odioso comunismo!) y, en general, una perpetua instalación fuera
de la ley (aunque sean leyes morales). Esta tendencia entra en el campo de lo pintoresco o de la psicología, no
en el nuestro.
Mucho más cerca de este campo se sitúa el anarquismo nihilista y terrorista (por lo demás, más terrorista que
nihilista) que sacudió a la Rusia zarista. Sin embargo, ¿merece algo más que una simple mención? En el plano
ideológico, sus héroes adoptaron o aplicaron, siempre bastante confusamente, bien un blanquismo adaptado a
la situación rusa, bien un anarquismo libertario definido en el Catecismo de un revolucionario, de Netchaiev,
bien las doctrinas de la anarquía positiva de Bakunin (1814−1876) y Kropotkin (1842−1921).
En realidad, sólo nos interesan estas últimas doctrinas.
A) FILOSOFÍA, POLÍTICA, ECONOMÍA El anarquismo profesado por Bakunin, Kropotkin y Jean Grave
pretende ser, al tiempo, una filosofía de la naturaleza y del hombre y una ciencia total de la vida humana.
El príncipe Kropotkin, que era un físico notable, enuncia en La ciencia moderna y la anarquía sus postulados
filosóficos, derivados de Spencer, Darwin, Cabanis y Auguste Comte. El universo no es sino materia en
perpetua y libre evolución: existe una anarquía de los mundos. Esa anarquía de la evolución es la ley de las
cosas. Pero esta ley no se impone a las cosas, sino que es su ser mismo. La anarquía es la tendencia natural del
universo, la federación es el orden de los átomos (Bakunin). Ahora bien, dado que esa materia está animada
por esa bella ley de evolución (i. e. de anarquía) inteligente, toda la historia de la materia (de la que el hombre
no es más que un elemento) es una negación progresiva de la animalidad del hombre por su humanidad
(Kropotkin). Por consiguiente, el hombre sólo sigue su propia naturaleza y respeta a la ciencia cuando
obedece a esa ley de rebeldía.
Primera deducción: antiteísmo absoluto. Ni siquiera hay que demostrar que Dios no existe o que no es más
que un reflejo: hay que sublevarse, pues el hombre no puede reconocer ninguna subordinación de su ser. Si
Dios existiera realmente habría que hacerle desaparecer (Bakunin).
Segunda deducción: ... Rechazamos toda legislación, toda autoridad y toda influencia privilegiada, patentada,
oficial y legal, aun salida del sufragio universal, convencidos de que no podría nunca sino volverse en
provecho de una minoría dominante y explotadora contra los intereses de la inmensa mayoría sojuzgada
(Bakunin, Dios y el Estado). La razón de la anarquía política es la misma que la del ateísmo: el hombre es
bueno, inteligente y libre: ahora bien, todo Estado, como toda teología, supone al hombre esencialmente
perverso y malvado (Bakunin).
En el plano económico los anarquistas se han pronunciado siempre contra la propiedad
(Dios−Estado−Propiedad). Sin embargo, su pensamiento sobre la materia ha sido siempre un poco ambiguo.
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En primer lugar, porque nunca se liberan plenamente de la utopía abundancista de coger del montón.
En segundo lugar, porque lo que principalmente condenan de la propiedad es la desigualdad que crea, el poder
que confiere y derivado de esto el germen de autoridad (por sobrentendido: política) que encierra. Por
consiguiente, su crítica de la propiedad no se dirige, en cierta medida, contra una pequeña propiedad
campesina, mediocre e igual. En cualquier caso, algo es seguro: los anarquistas son radicalmente opuestos a
una organización autoritaria y global de la economía. En parte por esta razón se proclamaron en los comienzos
de la Primera Internacional, para distinguirse de los comunistas, marxistas, colectivistas (y luego,
sucesivamente, comunistas libertarios y comunistas anarquistas). Su comunismo está, en el fondo, muy cerca
del de Babeuf; pero con la añadidura de no considerar ninguna organización como definitiva y obligatoria: la
vida es movimiento, y la rebeldía es la ley del hombre.
B) CONTRA TODA AUTORIDAD.Para los anarquistas la ilusión más peligrosa consiste en imaginar que
cabe dejar sitio al Estado y encontrar una forma de organización del Poder que limite su maldad. Esto
equivaldría a admitir la necesidad del Poder como corrección fatal de una naturaleza corrompida del hombre:
¡éste es el pecado de la teología!
Por otra parte, no se puede limitar el Poder. La democracia sigue siendo una cracia, la de una mayoría. ¿Y qué
mayoría? No la de la masa auténtica en su espontaneidad y en su soberana libertad anárquica, sino la de los
representantes, es decir, gobernantes, hombres de poder y de autoridad. Nos encontramos con una de las
ideas−fuerzas que fue la verdadera filosofía inmanente del proletariado durante el último tercio del siglo XIX:
la negativa absoluta a adherirse a toda la teoría jurídico−política del mandato y de la representación, la
desconfianza absoluta, tanto en el personal parlamentario como en la mediación política.
Otra ilusión: la democracia directa. Mentira sutil: en tanto que la masa carezca de capacidad política
(Proudhon), sigue siendo un intermediario entre ella y ella misma, y crea en cualquier caso un Gobierno que la
dirige.
La negación llega hasta las últimas consecuencias. Los anarquistas rechazan con el mismo vigor los
Gobiernos revolucionarios, aun siendo provisionales: se hace Estado en nombre de la revolución y, por tanto,
se trabaja por el despotismo y no por la libertad. Toda revolución que se impone mediante un acto de
autoridad y mediante la concentración del Poder, aun provisional, crea un Poder que se separa de las masas. El
Estado provisional sigue descansando sobre la misma teología de una humanidad corrompida a la que hay que
salvar por la vía de la autoridad.
La misma desconfianza conduce a los anarquistas a condenar a todos los partidos políticos, cualesquiera que
sean, en tanto que ambicionan el Poder y porque tienden siempre a petrificar dentro de sí funciones de jefes.
C) ANTI−INDIVIDUALISMO.La verdadera doctrina anarquista, aunque rechace toda autoridad, nunca ha
sido una exaltación del individuo. El anarquista no es ni individualista ni aristocrático. En el anarquista no hay
rastro de desprecio hacia aquello que rechaza: el anarquista no desprecia, odia.
El anarquismo es ante todo, principalmente en Bakunin, una aspiración popular. No combate por el
individuo−héroe orgullosamente liberado, sino por la masa popular en su espontaneidad primera, instintiva y
brotante. Las masas contra la élite.
Así se explica el papel conferido por el anarquismo a la violencia en la acción de masas. Algunos anarquistas
deificarán la violencia, de la que harán un absoluto. Nada de esto existe en los grandes doctrinarios
anarquistas. Si no descartan la violencia es por dos razones. Primero, porque es una de las manifestaciones de
esa libertad de la naturaleza y de la vida (El anarquismo es un radicalismo vitalista, ha dicho acertadamente P.
L. Landsberg). En segundo lugar, porque la violencia es el modo de acción de las masas, al menos en tanto
que intenten hacer una revolución política antes de hacer la revolución social. ¿Por qué? Porque la revolución
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exclusivamente política es, o llega a ser, necesariamente burguesa, en beneficio de privilegiados (aunque sean
ex proletarios): y en ese caso las masas reaccionan según su ruda naturaleza, con violencia.
D) LA REVOLUCIÓN SOCIAL.Sobre este punto los anarquistas no imaginaron nada muy original. Sus
perspectivas son, a grandes rasgos, las de la Primera Internacional: la emancipación económica de los
trabajadores debe ser obra de los mismos trabajadores.
La acción económica de los trabajadores, la auto−organización de las masas populares (y no de la clase
obrera) responden, según los anarquistas, a una verdadera necesidad, poderosamente sentida por las masas.
Por esta razón son partidarios del cooperativismo, del sindicalismo y, sobre todo, de esas Bolsas de Trabajo
creadas en Francia gracias a la iniciativa de Fernand Pelloutier.
El anarquismo tuvo sus desviaciones y sus aberraciones desesperadas, pueriles o sublimes (véase la
conmovedora evocación de Víctor Serge: Méditation sur l'anarchie, Esprit, abril de 1937). Sin embargo,
representa, en su esencia, una cosa muy diferente. Por un lado, fue indudablemente, el signo de una irrupción
de las masas populares en la vida política en el momento en que, tras la Comuna de París y en plena agonía
del zarismo autocrático, se abatía una formidable reprensión policíaca sobre el proletariado. Fue también una
reacción de desesperanza de ese proletariado frente al estadio imperialista del capitalismo. El capitalismo no
sólo se defiende bien, sino que contraataca, culmina. Están lejanos los sueños de liberación económica y
social. No se realizarán (tal vez... ) más que a costa de un esfuerzo violento, instintivo, cuando todo el
proletariado se lance en masa fuera de la ley. El anarquismo estaba magníficamente de acuerdo con una
sensibilidad de vencidos y desesperados, a los que daba una posibilidad de dignidad. Sin embargo, sólo su
inserción en la acción sindical le permitiría no acabar en un callejón sin salida.
Conclusion
De este trabajo acerca del Anarquismo, he concluido que el anarquismo en si es una idea Utópica, ya que la
principal idea de este movimiento era permanecer fuera de una sociedad que ellos pensaban que era incorrecta
siendo que como persona es casi imposible salirse de la sociedad, la única salida para algunos era solo
cometer suicidio.
Además a través de los años este movimiento llamado anarquismo derivo en el PUNK estilo que se hizo en
los años 70 s una moda, que se salía de todos los márgenes del llamado anarquismo.
En este mundo no creo que exista dicha persona que pueda decir yo no pertenezco a esta sociedad por que yo
soy anarquista... ya que queramos o no, estamos insertos en una sociedad con todas las normas y reglas que la
rigen.
Pensamientos anarquistas
PENSAMIENTO INDIVIDUALISTA I
La revolución y la autoridad.
Individualista, y teórico del individualismo, E. Armand siempre a desconfiado de los movimientos de masas y
de la ideología revolucionaria. Y no era para menos, en 1936, cuando ocurrió el golpe de fuerza del
franquismo en España, él manifestó sus simpatías por los que habían resistido a la agresión reaccionaria y
habían replicado con las tentativas de organización anarcosindicalistas de Cataluña y Argón. Los consideró
cómo estando en estado de "legítima defensa".
Cuando ocurrió la revolución rusa de 1917, él no pudo sino sentir simpatía por los anarquistas rusos que
participaban en la lucha contra la opresión zarista y por la paz.
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Sin embargo, cómo permaneció prisionero desde 1918 a 1922, él no se expresó mas que tardíamente sobre el
tema, y ya los acontecimientos habían evolucionado, la situación se había modificado. Una nueva tiranía había
nacido en Rusia. Antiguos anarquistas depositaron sus principios al pié del nuevo Estado y consintieron en
colaborar con él y a borrarse en la sombra de un partido único.
Fue el Manifiesto de los "alineados". E. Armand reaccionó vigorosamente y publicó este artículo, de una
lúcida intransigencia, en l'En dehors (Desde afuera), aparecido a principios de noviembre de 1923 (la revista
se editaba dos veces por mes), Nº 22/23 (segundo año).
EL MANIFIESTO DE LOS "ALINEADOS"
Emile Armand
Se sabe que cierto número de ex−anarquistas rusos se han alineado al bolchevismo. Estos señores han sentido
la necesidad de hacer conocer al mundo que han pasado con armas y bagajes a las filas de la dictadura
proletaria. He leído en los diarios anarquistas italianos que éste Manifiesto es la obra de hombres que, ahora a
sueldo del partido vencedor, quieren esforzarse en demostrar que merecen lo que ganan. Quiero decir, antes
que nada, que escribo aún ignorando el nombre de los que lo han firmado
Los "alineados" reprochan a las diferentes tendencias del anarquismo −stirnianos, tolstoianos,
bakunino−kropotkianos− de no poder fusionarse en una doctrina científica única. Esta falta de unidad de
pensar anarquista le impide traducirse en una acción revolucionaria coherente, de masas. Su renuncia al poder
o a la dictadura provisoria prohíbe a los anarquistas de jugar un rol sea el que fuera en el acto de posesión, por
la clase proletaria, de los organismos que rigen la vida social. Los anarquistas están por otra parte en la
imposibilidad absoluta de presentar una idea clara de lo que sería el día siguiente a la revolución. Es imposible
pensar en establecer una sociedad que ignore la autoridad en tanto que existiera un país en el cual el
proletariado no estuviera en el poder. El partido comunista ha realizado la idea anarquista del rol histórico de
las minorías activas. Pese a sus compromisos con el capitalismo, las tendencias de la democracia burguesa y
del reformismo socialista están absolutamente alejados del partido comunista.
Aparte de la cuestión de su origen, yo me froté los ojos resumiendo este Manifiesto para preguntarme si yo
todavía estaba soñando, si los que habían redactado y firmado −il Messaggero della Riscossa escribe que está
bajo en dictado de Zinovieff− jamás habían comprendido algo sobre la esencia del concepto anarquista. Antes
de examinar si es exacto o no que ese concepto tenga una base científica, los ciudadanos alineados me
permitirán que observe que ellos habrían podido esperar que se enfríen por lo menos los cadáveres o cierren
las heridas de sus antiguos compañeros de ideas fusilados o torturados por la policía de seguridad comunista.
¿Acaso el heno de la granja bolchevique es tan apetitoso que aniquila toda reserva?
Este Manifiesto es un gesto de falta de nobleza a la hora en que aparece un nuevo Código criminal ruso que
encierra artículos destinados al castigo del delito de propaganda anarquista, artículos que no se diferencian en
nada a las desalmadas leyes de nuestras sociedades capitalistas. Por apremiados que estuviesen de participar
en este movimiento, los alineados habrían podido elegir un momento distinto a aquél en que sus patrones
innauguraban una nueva persecución contra sus amigos de ayer.
Su manifiesto de alineamiento oculta el rol político del bolchevismo, una política enmarcada en el rincón
knuto−bismarckiano más evidente. El comienzo y el fin de la política bolchevique es la realización de un
Estado knuto−bismarckiano que permita al gobierno de Moscú ejercer la hegemonía sobre el continente.
La política bolchevique está manchada, desde el origen de influencias bismarckianas. Ya expuse que dejando
a Lenín, en 1917, atravesar Alemania para volver a Rusia, el bismarckófilo Ludendorff se había servido cómo
de un corderito destinado a dar un golpe decisivo al zarismo tambaleante(1). En abril o mayo de 1918, el
conde von Mirbach, enviado del gobierno alemán, escuchó a Lenín, en una entrevista particular, que un
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Estado que se respete en algo no podría mezclarse con gente de la categoría de los anarquistas(2). También la
noche del 14 de mayo, las ametralladoras proletarias estaban preparadas para destruir todos los clubes
anarquistas de Moscú. Son los procedimientos, los métodos bismarckianos de los que se sirve en toda ocasión
el gobierno ruso. Sus ambiciones y sus designios políticos enceguecen los ojos de los menos prevenidos. Esta
cuestión de un Estado knuto −bismarckiano valdría la pena de ser aclarado algo más en el Manifiesto de los
"alineados".
Pero no lo han hecho, bien es cierto. Nos cuentan que "el partido comunista da una idea esclarecedora de la
concepción anarquista del derecho de la minoría que actúa como factor subjetivo de los procesos históricos".
Yo digo que son galimatías. Pero no admito que haciendo reverencia a Lenín igualándolo a un semidiós, el
partido comunista de "una idea esclarecedora" de un concepto anarquista cualquiera. ¿Qué piensan ustedes de
ese Congreso donde todos los asistentes desde que aparece el Maestro, de esas miles de lamparitas eléctricas
que se iluminan desde el momento en que él toma la palabra, de esos operadores cinematográficos que hacen
tomas desde todos los costados para recoger la visión del Pontífice que arenga a sus fieles? Idea sorprendente
de servilismo, sí; de liberación, no. Como escribió anterior y elegantemente mi ex colaborador −Víctor Serge,
"no faltaba a la fiesta mas que el gesto de un Valiente". Por una idea sorprendente, he allí una, y todavía una
de las más puras
1Die Deutsche Republik, 20/10/1922. 2Rudolf Rocker: Bolchevismo y Anarquismo.
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Yo he hecho alusión de esos aspectos, por otro lado muy importantes, y que merecen un desarrollo extendido
para mostrar que nosotros no nos hemos engañado para nada con la terminología del Manifiesto.
Vamos a demostrar ahora su debilidad desde el punto teórico, su incomprensión del concepto anarquista.
Cuando se acaba de decir que es imposible establecer una síntesis original de las diferentes tendencias del
antiautoritarismo anarquista, se están mofando de nosotros.
Por el contrario se puede, fácilmente, resumir las diferentes ramas del pensamiento anarquista a un punto de
partida común: la negación de la autoridad estatal, de la violencia gubernamental al provecho del
determinismo individual, de la libertad de elección personal; la lucha contra la estática opresiva y gregaria al
provecho de la dinámica liberadora e individual. Que se la encare colectiva o individualmente, la negación de
los sistemas de autoridad conlleva necesariamente a poner la unidad humana en el primer plano.
Camino diez pasos, ella se corre diez pasos.
Corro cien metros, ella se aleja cien metros.
Por más que yo la persiga, jamás la alcanzo.
¿Entonces para qué sirve la utopía?
Sirve para eso: para hacer caminar.
Eduardo Galeano
La Justicia tiene un valor superior al de la ley. Lo justo es siempre moral; las leyes pueden ser injustas. Acatar
la ley es un acto de disciplina, pero a veces implica una inmoralidad; respetar la justicia es un deber del
hombre digno, aunque para ello tenga que elevarse sobre las imperfecciones de la ley. José Ingenieros. Las
fuerzas morales.
¿Qué es el Estado? ¡Atención!, que voy a hablaros de la muerte de los pueblos. Llámase Estado el más frío de
todos los monstruos fríos. Y miente fríamente, siendo su mentira ésta: `Yo, el Estado, soy el pueblo'.
¡Mentira! Hombres creadores crearon los pueblos y suspendieron sobre ellos una fe y un amor; así sirvieron a
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la vida. Hombres destructivos arman trampas para atrapar multitudes y las llaman Estado; suspenden sobre
ellas una espada y cien apetitos. Friedrich W. Nietzsche. Así habló Zaratustra.
PENSAMIENTO INDIVIDUALISTA II
FISIOLOGIA DEL CUERPO POLÍTICO.
Michel Onfray
Selección de la Introducción al libro "Política del rebelde Tratado de la resistencia y la insumisión" −PERFIL
LIBROS / BÁSICOS.− 1999.
Conozco mi fibra anarquista desde la niñez, de manera confusa y turbia, sin que haya podido nombrar esa
sensibilidad que surge de las vísceras y del alma. Desde el orfanato de los Salesianos adonde me enviaron mis
padres a los diez años, desde la primera mano que me levantaron, desde los primeros vejámenes infligidos por
los curas, y otras humillaciones sufridas en la época de mi infancia, más tarde, en la fábrica, a la que fui
durante algunas semanas, después en la escuela o en el cuartel, encontré la rebelión, conocí la insumisión. La
autoridad me resulta insoportable, la dependencia intolerable, la sumisión imposible. Las órdenes,
incitaciones, consejos, demandas, exigencias, proposiciones, directivas, conminaciones, me crispan, se me
atragantan, me retuercen el estómago. Frente a toda orden, me siento de nuevo en la piel del niño que fui,
abrumado por tener que volver a tomar el camino del pensionado por las dos semanas que se habían
convertido en la medida de mis encarcelamientos y liberaciones.
Casi treinta años después de mi ingreso a ese internado, siento la piel erizada, la voluntad tensa y la violencia
subyacente, ante cualquier intención de acaparamiento de mi libertad. Sólo pueden soportarse y vivir cerca de
mí los que aceptan mi carne lastimada, mi herida todavía fresca y mi incapacidad visceral para soportar
cualquier autoridad. Sin que me lo pida, se obtiene de mí lo que sea; nada, en cambio, apenas asoma cualquier
elemento que pueda parecerse a la expresión de un poder capaz de ponerme en peligro o mermar mi libertad.
Sólo tardíamente, alrededor de los diecisiete años, descubrí que existe un archipiélago de rebeldes y de
irreductibles, un continente de resistentes e insumisos llamados anarquistas. Stirner me brindó sustento,
Bakunin un destello que orado mi adolescencia. Desde que llegué a esas tierras libertarias, no he dejado de
preguntarme cómo, en la actualidad, se podría merecer el calificativo de anarquista. Lejos de las opciones del
siglo pasado o de los restos de cristianismo que todavía resuenan en el pensamiento anarquista de los grandes
antepasados, a menudo me he preguntado cómo sería, en este fin de milenio, una filosofía libertaria que
tomara en consideración dos guerras mundiales, el holocausto de millones de judíos, los campos del
marxismo−lenilismo, las metamorfosis del capitalismo entre el liberalismo desenfrenado de los años setenta y
la globalización de los noventa y, sobre todo, el pos Mayo del '68.
Antes de llegar a esas zonas contemporáneas, quisiera exponer la hipótesis de informaciones que carcomen,
en primer lugar, las vísceras, el cuerpo, la carne. Quisiera volver a sapiencias que afectan la carne, los huesos,
el sistema nervioso. Me gustaría volver a encontrar la época en que se inscriben en los pliegues del alma las
experiencias generadoras de una sensibilidad que se fija para siempre, pase lo que pase después. Mi objetivo
es una fisiología del cuerpo político. Para mí, el hedonismo es a la moral lo que el anarquismo es a la
política: una opción vital, exigida por un cuerpo con memoria.
PENSAMIENTOS
La guerra es una masacre entre personas que no se conocen en provecho de personas que sí se conocen, pero
no se masacran. Paul Valery
Un lugar libre no es aquel en donde cada uno puede decir lo que quiere sino aquel donde nadie esta obligado a
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escuchar lo que otro quiere decir. E. Herriot.
Los indiferentes no luchan, porque en rigor no viven. J. Ingenieros.
La civilización es el proceso de liberar al hombre de los hombres. Ayn Rand.
El asombro es la esencia de la vida. Erschel.
(Hay que) Crear las instituciones que, interiorizadas por los individuos, faciliten lo más posible el acceso a la
autonomía individual y sus posibilidades de participación efectiva en todo poder explícito existente en la
sociedad. C. Castoriadis.
Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su
poder. No ha de ser así entre vosotros. Mateo, 20, 25
El desencanto del mundo estructura la religión nihilista de nuestra época. Que hay cadáveres, infiernos y
condenados, que se encuentre a cada paso miseria y excluidos, pobres y esclavos, arroja a la mayoría a una
desesperación que termina en el retraimiento. Como escogidos, parecemos esperar que pase la catástrofe, con
tal de que no nos toque. Los nihilistas, sean quienes fueren, suelen ser menos peligrosos para el sistema que
los voluntaristas que no definen la utopía como algo irrealizable, sino como algo que aún no se realizó.
Onfray, «Política del rebelde».
Así pues, dado que todo ser, que tiene el sentimiento de su existencia, percibe la desgracia del sometimiento y
busca la libertad (...), ¿qué vicio desgraciado ha podido desnaturalizar a los seres humanos de tal manera que,
siendo los únicos nacidos verdaderamente para vivir en libertad, llegan a perder el recuerdo de su estado
natural e incluso el deseo de recuperarlo? Étienne de la Boétie, Discurso de la servidumbre voluntaria.
Sólo soy verdaderamente libre cuando todos los individuos, hombres y mujeres, son igualmente libres. La
libertad de los demás individuos, lejos de negar mi libertad, es, por el contrario, su premisa y su confirmación.
Miguel Bakunin, El imperio knuto−germánico y la revolución social.
Considerando cualquier regla, por "fundamental" que sea, hay siempre circunstancias en las que se hace
aconsejable no sólo ignorar la regla, sino adoptar su opuesta. Feyerabend.
Libertad significa responsabilidad. Es por eso que la mayoría de los hombres le temen.
George Bernard Shaw.
Seccion Modulo
• En esta sección deberás corregir los errores del texto impreso a continuación y además de corregir las
palabras que según tu están incorrectas, deberás definirlas.
Miguel Draven dio forma a la teoría del anarquismo comunista en los comienzos de la primera internacional,
época en la que compartió con Engels las contingencias de la lucha social, apartándose luego de el tanto por
discrepancias respecto a la función del estado en el esquema del futuro como porque consideraba que sus
planes revolucionarios no eran lo suficientemente radicales. Draven decía en su libro "Catecismo del
sangriento" quiero no solo la propiedad colectiva de la tierra sino la liquidación social universal. Pido la
destrucción de todos los estados. Partiendo del presupuesto de que la clase trabajadora pertenece el ejercicio
de la autoridad a expensas de los desposeídos, el autor llegaba a la conclusión de que no seria posible
restablecer el equilibrio y la justicia en las relaciones humanas sin haber despojado antes del cabildo a los
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poseedores. Como estos disponen de la fuerza para defenderse, solo por la fuerza se lograría desprender de sus
manos los instrumentos de la opresión económica y política, poniendo en juego para ello el único recurso
decisivo: la violencia organizada. Las corrientes anarquistas se polarizan en dos extremos ideológicos: el
individualista y el imperialista.
2.− En esta parte del modulo deberás crear al menos cuatro líneas mas para el siguiente pensamiento
anarquista.
. Friedrich W. Nietzsche. Así habló Zaratustra.
¿Qué es el Estado? ¡Atención!, que voy a hablaros de la muerte de los pueblos. Llamase Estado el más frío de
todos los monstruos fríos. Y miente fríamente, siendo su mentira ésta: `Yo, el Estado, soy el pueblo'.
¡Mentira! Hombres creadores crearon los pueblos y suspendieron sobre ellos una fe y un amor; así sirvieron a
la vida. Hombres destructivos arman trampas para atrapar multitudes y las llaman Estado; suspenden sobre
ellas una espada y cien apetitos...
BIBLIOGRAFiA
1. − Fragmento de Historia de las ideas políticas. De Jean Touchard.
Capítulo XVI: sección II.
2−Articulo De Sicología Contracultura, México
3.− Enciclopedia Encarta 2000
4.− Pensamiento individualista Extraído del Nº 157 de la revista L'Homme libre. Traducción gentileza de
Claudia Piperno
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¿ qué es el anarquismo?
DOCTRINA O PENSAMIENTO POLÍTICO QUE DEFIENDE ELA LIBERTAD DE LOS HOMBRES
PARA EXPRESARSE Y ACTUAR, SE OPONE A TODA FORMA DE RELIGIÓN, GOBIERNO
,ESTADO.
• ANARQUISMO FILOSOFICO
• ANARQUISMO SOCIALISTA
• ANARQUISMO TERRORISTA
• ANARQUISMO PUNK
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