Canta, me dices. Y yo canto. Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y, otra vez, con el ala a sus cristales jugando llamarán; pero aquéllas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar, aquéllas que aprendieron nuestros nombres... ésas... ¡no volverán! Gustavo Adolfo Becquer ¿Cómo callar? Mi boca es tuya. Rompo contento mis amarras, dejo que el mundo se me funda. Sueña, me dices. Y yo sueño. ¡Ojalá no soñara nunca! No recordarte, no mirarte, no nadar por aguas profundas, no saltar los puentes del tiempo hacia un pasado que me abruma, no desgarrar ya más mi carne por los zarzales, en tu busca. Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde, aun más hermosas, sus flores se abrirán; pero aquéllas, cuajadas de rocío, cuyas gotas mirábamos temblar y caer, como lágrimas del día... ésas... ¡no volverán! Canta, me dices. Yo te canto a ti, dormida, fresca y única, con tus ciudades en racimos, como palomas sucias, como gaviotas perezosas que hacen sus nidos en la lluvia, con nuestros cuerpos que a ti vuelven como a una madre verde y húmeda. Gustavo Adolfo Becquer Eras de vientos y de otoños, eras de agrio sabor a frutas, eras de playas y de nieblas, Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón, de su profundo sueño de mar reposando en la bruma, de campos y albas ciudades, con un gran corazón de música. tal vez despertará; pero mudo y absorto y de rodillas, José Hierro como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido..., desengáñate: ¡así no te querrán! Quiero llorar mi pena y te lo digo para que tú me quieras y me llores en un anochecer de ruiseñores, Gustavo Adolfo Bécquer con un puñal, con besos y contigo. Quiero matar al único testigo Ropas con su olor, para el asesinato de mis flores paños con su aroma. y convertir mi llanto y mis sudores Se alejó en su cuerpo, en eterno montón de duro trigo. me dejó en sus ropas. Que no se acabe nunca la madeja Lecho sin calor, del te quiero me quieres, siempre ardida con decrépito sol y luna vieja. sábana de sombra. Se ausentó en su cuerpo, Que lo que no me des y no te pida se quedó en sus ropas. será para la muerte, que no deja Miguel Hernandez ni sombra por la carne estremecida. Federico García Lorca 1 No te amo como si fueras rosa de sal, topacio Si me quieres, quiéreme entera, O flecha de claveles que propagan el fuego, no por zonas de luz y sombra... Te amo como se aman ciertas cosas oscuras, Si me quieres, quiéreme negra Secretamente, entre la sombra y el alma. y blanca. Y gris, y verde y rubia, y morena... Te amo como la planta que no florece y lleva Dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, Quiéreme día, Y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo quiéreme noche... El apretado aroma que ascendió de la tierra. Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni dónde, Te amo directamente sin problemas ni orgullo, ¡Y madrugada en la ventana abierta!... Si me quieres, no me recortes: ¡Quiéreme toda... O no me quieras! Así te amo porque no sé amar de otra manera, Dulce María Loynaz Sino así de este modo en que no soy ni eres, Tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía, Tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pablo Neruda Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» No sé cómo mirar para encontrarte, El viento de la noche gira en el cielo y canta. horizonte de amor en que me excito, distancia sin medida donde habito para matar las ansias de tocarte. No sé cómo gritar para llamarte en medio de mis siglos de infinito Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. donde nace el silencio de mi grito movido por la sangre de buscarte. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Mirar sin que te alcance la mirada Puedo escribir los versos más tristes esta noche. sangrar sin la presencia de una herida, Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. llamarte sin oírme la llamada; Neruda y atado al corazón que no te olvida, Cuando te tengo y me tienes, ser un muerto que tiene por morada somos la eterna pareja, un cuerpo que no vive sin tu vida somos la forma indivisa, somos isla en las tinieblas. ELIAS NANDINO Cuando navego fundido por tu espesada indolencia, Es cierto, no toqué timbre. no golpeé. Supuse que esperabas mi llegada. Lo siento. Si prejuzgué, fue sin mala intención, debes creerlo, Como sea, estoy aquí: prepárate. Raquel Garzón cuando, abrazándose, encuentro la redondez del planeta, somos a muerte la vida que en mí tiembla, que tú encierras. Allá fuera queda el mundo con sus relojes a vueltas, sus faroles alienados, sus timbres siempre de urgencia. Aquí dentro, tú y yo juntos completamos la conciencia. Gabriel Celaya (1911-1991) 2 Te esperaré apoyada en la curva del cielo Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa y todas las estrellas abrirán para verte como la hierba a que bajó el rocío, sus ojos conmovidos. y desconocerán mi faz gloriosa las altas cañas cuando baje al río. Te esperaré desnuda. Seis túnicas de luz resbalando ante ti Tengo vergüenza de mi boca triste deshojarán el ámbar moreno de mis hombros. de mi voz rota y mis rodillas rudas; ahora que me miraste y que viniste, Nadie podrá mirarme sin que azote sus párpados me encontré pobre y me palpé desnuda. un látigo de niebla. Sólo tú lograrás ceñir en tus pupilas Ninguna piedra en el camino hallaste mi sien alucinada más desnuda de luz la alborada y mis manos que ofrecen su cáliz entreabierto que esta mujer a la que levantaste, a todo lo inasible. porque oíste su canto, la mirada. Te esperaré encendida. Yo callaré para que no conozcan Mi antorcha despejando la noche de tus labios mi dicha los que pasan por el llano, libertará por fin tu esencia creadora. en el fulgor que da a mi frente tosca ¡Ven a fundirte en mí! y en la tremolación que hay en mi mano... El agua de mis besos, ungiéndote, dirá tu verdadero nombre. Es noche y baja a la hierba el rocío; mírame largo y habla con ternura, Ernestina de Champourcin ¡que ya mañana al descender al río la que besaste llevará hermosura! No te voy a decir que quiero ser la arena Gabriela Mistral que tus pies desnudos acaricie, ni los rayos del sol que bajen jubilosos a dorar más aún Déjame acariciarte lentamente la fina miel que forma tu epidermis, déjame lentamente comprobarte, ni el agua que la abrace con su espuma ver que eres de verdad, un continuarte ni el viento que la bese de ti misma a ti misma extensamente. y agite sus cabellos. Onda tras onda irradian de tu frente Sólo quiero pedirte que no dejes y mansamente, apenas sin rizarte, que el beso y la caricia rompen sus diez espumas al besarte de la arena y las olas, de tus pies en la playa adolescente. de la luz y del aire, destruyan la huellas de los míos Así te quiero, fluida y sucesiva, ni mi recuerdo que te sigue manantial de tú de ti, agua furtiva, como muda presencia inevitable. música para el tacto perezosa. Angel Augier Así te quiero, en límites pequeños, aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa, y tu unidad después, luz de mis sueños. Gerardo Diego 3 Tengo miedo de verte necesidad de verte Yo no te pido que me bajes esperanza de verte una estrella azul desazones de verte solo te pido que mi espacio tengo ganas de hallarte llenes con tu luz. preocupación de hallarte certidumbre de hallarte Yo no te pido que me firmes pobres dudas de hallarte diez papeles grises para amar solo te pido que tú quieras tengo urgencia de oírte las palomas que suelo mirar. alegría de oírte buena suerte de oírte De lo pasado no lo voy a negar y temores de oírte el futuro algún día llegará o sea y del presente resumiendo que le importa a la gente estoy jodido si es que siempre van a hablar. y radiante quizá más lo primero Sigue llenando este minuto que lo segundo de razones para respirar y también no me complazcas no te niegues viceversa. no hables por hablar. Benedetti Yo no te pido que me bajes Me gustas cuando callas porque estás como ausente, una estrella azul y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. solo te pido que mi espacio Parece que los ojos se te hubieran volado llenes con tu luz. y parece que un beso te cerrara la boca. Benedetti . Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. La vida tuya sangre mía abona Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te amo a muerte, te amo; si pudiera y te pareces a la palabra melancolía. bajo los cielos negros te comiera . el corazón con dientes de leona. Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Antes de conocerte era ladrona Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: y ahora soy menguada prisionera. Déjame que me calle con el silencio tuyo. ¡Cómo luce de bien mi primavera! . ¡Cómo brilla en tu frente mi corona! Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Sangre que es mía en tus pupilas arde Eres como la noche, callada y constelada. y entre tus labios pone cada tarde Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. las uvas dulces con que pan convida. . Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Y en tanto; flor sin aire, flor en gruta, Distante y dolorosa como si hubieras muerto. me exprimo toda en ti como una fruta Una palabra entonces, una sonrisa bastan. y entre tus manos se me va la vida. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto Alfonsina Storni Neruda 4 Dame la mano y danzaremos; Tu cuerpo puede dame la mano y me amarás. llenar mi vida, Como una sola flor seremos, como puede tu risa como una flor, y nada más... volar el muro opaco de la tristeza. El mismo verso cantaremos, Una sola palabra tuya quiebra al mismo paso bailarás. la ciega soledad en mil pedazos. Como una espiga ondularemos, Si tu acercas tu boca inagotable como una espiga, y nada más. hasta la mía, bebo Te llamas Rosa y yo Esperanza; sin cesar la raíz de mi propia existencia. pero tu nombre olvidarás, porque seremos una danza Pero tú ignoras cuánto en la colina, y nada más... la cercanía de tu cuerpo me hace vivir o cuánto GABRIELA MISTRAL su distancia me aleja de mí mismo me reduce a la sombra. Libre te quiero Tú estás, ligera y encendida, como arroyo que brinca como una antorcha ardiente de peña en peña, en la mitad del mundo. pero no mía. No te alejes jamás: Grande te quiero Los hondos movimientos como monte preñado de tu naturaleza son de primavera, mi sola ley. pero no mía. Retenme. Sé tú mi límite. Buena te quiero Y yo la imagen como pan que no sabe de mí feliz, que tú me has dado. su masa buena, pero no mía. Jose Angel Valente Alta te quiero como chopo que al cielo Soñé que tú me llevabas se despereza, por una blanca vereda, se despereza, en medio del campo verde, pero no mía. hacia el azul de las sierras, hacia los montes azules, Blanca te quiero una mañana serena. como flor de azahares sobre la tierra, pero no mía. Sentí tu mano en la mía, tu mano de compañera, tu voz de niña en mi oído Pero no mía como una campana nueva, ni de Dios ni de nadie como una campana virgen ni tuya siquiera. de un alba de primavera. Agustín García Calvo ¡Eran tu voz y tu mano, en sueños, tan verdaderas!... Vive, esperanza, ¡quién sabe lo que se traga la tierra!. Antonio Machado 5 Bésame ahora que es primavera Amame ahora que tengo los cabellos negros y una corona de junco y el perfume del agua y de la jara en los brazos desnudos. y el chamariz canta y vuela en un árbol, ahora, amor mío, que estamos en mayo y zumban en el aire las abejas, ahora que todo es hermoso y feliz, ahora y no mañana, Ámame ahora que tengo en los ojos ahora y no luego. la suave llama de la tarde y la gracia de la sonrisa y la leve frescura de los manantiales. Bésame los labios, el cabello, los hombros ahora que en los huertos florecidos es tan dulce la flor primera del granado. Ámame ahora que tengo en los labios el fuego deslumbrante del Mediodía y la serenidad del cielo en las mejillas. Dame todo tu amor ahora, amor mío, ¿no ves que soy en la tierra dichosa, dulce como el árbol del paraíso? Ámame ahora que tengo en el cuello el resplandor de los lirios quemados. Ámame ahora que corre por mis hombros el torrente divino del deseo. Ámame ahora que tengo el pecho ebrio como una flor de vino. Ahora que soy un manantial virgen donde cada onda es una caricia, una colina verde donde cada florecilla es un labio encendido, un valle misterioso donde cada viento es un suspiro, Ahora y no luego, ahora y no mañana, ahora que besa mi alma todo tu cuerpo un río de amores cuya música frágil es tu nombre. confundiendo su aliento al de mis labios. ¿No son nuestros estos días tan bellos? Ricardo Molina ¿No es hermosa la tierra bajo el sol y la luna? ¿No habla todo de amor desde el alba a la tarde? ¡Ámame! Los invisibles átomos del aire ¡Ahora y no mañana; ahora y no luego! en derredor palpitan y se inflaman, el cielo se deshace en rayos de oro, Ricardo Molina la tierra se estremece alborozada, oigo flotando en olas de armonías rumor de besos y batir de alas, mis párpados se cierran... ¿Qué sucede? —¡Es el amor que pasa! —Yo soy ardiente, yo soy morena, yo soy el símbolo de la pasión, de ansia de goces mi alma está llena. ¿A mí me buscas? —No es a ti, no. Bécquer —Mi frente es pálida, mis trenzas de oro, puedo brindarte dichas sin fin. Yo de ternura guardo un tesoro. ¿A mí me llamas? —No, no es a ti. —Yo soy un sueño, un imposible, vano fantasma de niebla y luz. Soy incorpórea, soy intangible, no puedo amarte. —¡Oh ven, ven tú! Becquer 6 Sí. Cuando quiera yo Dos cuerpos frente a frente la soltaré. Está presa, son a veces dos olas aquí arriba, invisible. y la noche es océano. Yo la veo en su claro castillo de cristal, y la vigilan Dos cuerpos frente a frente —cien mil lanzas— los rayos son a veces dos piedras —cien mil rayos— del sol. Pero de noche, y la noche desierto. cerradas las ventanas para que no la vean Dos cuerpos frente a frente —guiñadoras espías— las estrellas, son a veces raíces la soltaré. (Apretar un botón.) en la noche enlazadas. Caerá toda de arriba a besarme, a envolverme Dos cuerpos frente a frente de bendición, de claro, de amor, pura. son a veces navajas En el cuarto ella y yo no más, amantes y la noche relámpago. eternos, ella mi iluminadora musa dócil en contra Dos cuerpos frente a frente de secretos en masa de la noche son dos astros que caen —afuera— en un cielo vacío. descifraremos formas leves, signos, perseguidos en mares de blancura Octavio Paz por mí, por ella, artificial princesa, amada eléctrica. Los marineros son las alas del amor, Pedro Salinas son los espejos del amor, el mar les acompaña, Los invisibles átomos del aire y sus ojos son rubios lo mismo que el amor en derredor palpitan y se inflaman, rubio es también, igual que son sus ojos. el cielo se deshace en rayos de oro, la tierra se estremece alborozada. La alegría vivaz que vierten en las venas Oigo flotando en las olas de armonías rubia es también, rumor de besos y batir de alas; idéntica a la piel que asoman; mis párpados se cierran... ¿Qué sucede? no les dejéis marchar porque sonríen ¿Dime?...¡Silencio!¡Es el amor que pasa! como la libertad sonríe, luz cegadora erguida sobre el mar. Hoy la tierra y los cielos me sonríen, hoy llega al fondo de mi alma el sol, Si un marinero es mar, hoy la he visto...,la he visto y me ha mirado... rubio mar amoroso cuya presencia es cántico, ¡hoy creo en Dios! no quiero la ciudad hecha de sueños grises; quiero sólo ir al mar donde me anegue, Sabe si alguna vez tus labios rojos barca sin norte, quema invisible atmósfera abrasada, cuerpo sin norte hundirme en su luz rubia. que el alma que hablar puede con los ojos también puede besar con la mirada. Luis Cernuda | Gustavo Adolfo Becquer 7 No te olvides, temprana, de los besos un día. Como para acercarla mi mirada la busca. De los besos alados que a tu boca llegaron. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. Un instante pusieron su plumaje encendido La misma noche hace que blanqueen los mismos sobre el puro dibujo que se rinde entreabierto. árboles. Te rozaron los dientes. Tú sentiste su bulto, Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. En tu boca latiendo su celeste plumaje. Ah, redondo tu labio palpitaba de dicha. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. ¿Quién no besa esos pájaros cuando llegan, Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. escapan? De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Entreabierta tu boca vi tus dientes blanquísimos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ah, los picos delgados entre labios se hunden. Ah, picaron celestes, mientras dulce sentiste Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. que tu cuerpo ligero, muy ligero, se erguía. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. ¡Cuán graciosa, cuán fina, cuán esbelta reinabas! Luz o pájaros llegan, besos puros, plumajes. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Y oscurecen tu rostro con sus alas calientes, que te rozan, revuelan, mientras ciega tú brillas. No lo olvides. Felices, mira, van, ahora escapan. Mira: vuelan, ascienden, el azul los adopta. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. Pablo Neruda (Fragmento) Suben altos, dorados. Van calientes, ardiendo. Gimen, cantan, esplenden. En el cielo deliran. Vicente Aleixandre Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo:"La noche está estrellada, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y reposo, y tiritan, azules, los astros a lo lejos." mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, El viento de la noche gira en el cielo y canta. enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso; Puedo escribir los versos más tristes esta noche. huir el rostro al claro desengaño, Yo la quise, y a veces ella también me quiso. beber veneno por licor süave, En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. olvidar el provecho, amar el daño; La besé tantas veces bajo el cielo infinito. creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño: Ella me quiso, a veces yo también la quería. esto es amor, quien lo probó lo sabe. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Lope de Vega Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. ¿Qué es poesía? --dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú. Gustavo Adolfo Bécquer Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Pablo Neruda (Fragmento) 8 Nunca te entregues ni te apartes En tanto que de rosa y azucena junto al camino, nunca digas se muestra la color en vuestro gesto, no puedo más y aquí me quedo. y que vuestro mirar ardiente, honesto, enciende al corazón y lo refrena; La vida es bella, tú verás como a pesar de los pesares y en tanto que el cabello, que en la vena tendrás amor, tendrás amigos. del oro se escogió, con vuelo presto, por el hermoso cuello blanco, enhiesto, Por lo demás no hay elección el viento mueve, esparce y desordena: y este mundo tal como es será todo tu patrimonio. coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto, antes que el tiempo airado Perdóname, no sé decirte cubra de nieve la hermosa cumbre; nada más, pero tú comprende que yo aún estoy en el camino. marchitará la rosa el viento helado. Todo lo mudará la edad ligera Y siempre siempre acuérdate por no hacer mudanza en su costumbre. de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. Gracilaso de la vega Agustín Goytisolo Te sentirás acorralada, te sentirás perdida o sola, Y que yo me la llevé al río tal vez querrás no haber nacido. creyendo que era mozuela Yo sé muy bien que te dirán pero tenía marido. que la vida no tiene objeto, Fue la noche de Santiago que es un asunto desgraciado. y casi por compromiso. Entonces siempre acuérdate Se apagaron los faroles de lo que un día yo escribí y se encendieron los grillos. pensando en ti como ahora pienso. En las últimas esquinas toqué sus pechos dormidos; Tu destino está en los demás, y se me abrieron de pronto tu futuro es tu propia vida, como ramos de jacintos. tu dignidad es la de todos. El almidón de su enagua Otros esperan que resistas, me sonaba en el oído que les ayude tu alegría, como una pieza de seda tu canción entre sus canciones. rasgada por diez cuchillos. Sin luz de plata en sus copas Entonces siempre acuérdate los árboles han crecido de lo que un día yo escribí y un horizonte de perros pensando en ti como ahora pienso. ladra muy lejos del río. Agustín Goytisolo (Fragmento) Federico García Lorca (Fragmento) 9 Pasadas las zarzamoras, Te digo que te quiero, los juncos y los espinos, pero no te suena bajo su mata de pelo bien. hice un hoyo sobre el limo. Vuelvo a intentarlo Yo me quité la corbata con más énfasis, ella se quitó el vestido. pero tampoco te convence. Yo el cinturón con revólver. Nos miramos Ella sus cuatro corpiños. un rato, Ni dardos ni caracolas en silencio..., tienen el cutis tan fino, y rompemos a reír ni los cristales con luna a carcajadas. relumbran con tanto brillo. Pero en qué estaría Sus muslos se me escapaban pensando. como peces sorprendidos, Que se vayan al carajo la mitad llenos de lumbre, las palabras. la mitad llenos de frío. Te acaricio largamente Aquella noche corrí las piernas, el mejor de los caminos, y te beso en la boca, montado en potra de nácar y te muerdo la nariz, sin bridas y sin estribos. y... tú Federico garcía Lorca (Fragmento) me dices que así sí. Karmelo C. Iribarren No quiero decir por hombre, las cosas que ella me dijo. Me gusta cuando dices tonterías, La luz del entendimiento cuando metes la pata, cuando mientes, me hace ser muy cometido. cuando te vas de compras con tu madre Sucia de besos y arena y llego tarde al cine por tu culpa. yo me la lleve al río. Me gusta más cuando es mi cumpleaños Con el aire se batían y me cubres de besos y de tartas, las espadas de los lirios. o cuando eres feliz y se te nota, o cuando eres genial con una frase Me porté como quien soy. que lo resume todo, o cuando ríes Como un gitano legítimo. (tu risa es una ducha en el infierno), La regalé un costurero o cuando me perdonas un olvido. grande, de raso pajizo, Pero aún me gustas más, tanto que casi y no quise enamorarme no puedo resistir lo que me gustas, porque teniendo marido cuando, llena de vida, te despiertas me dijo que era mozuela y lo primero que haces es decirme: cuando la llevaba al río. «Tengo un hambre feroz esta mañana. Voy a empezar contigo el desayuno.» Federico García Lorca Luis Alberto de Cuenca 10