Una definición menos técnica del Asperger. El Síndrome de Asperger fue descubierto en 1944 por un médico alemán llamado Hans Asperger, un año después de que Leo Kanner, de la misma nacionalidad descubrió el autismo. El Síndrome de Asperger (SA) es la variante más leve del autismo. Yo considero que es la frontera entre el autismo y lo que se llama “normalidad”. Me tomó a mí muchos años descubrir que la “normalidad” no es un estado de salud mental perfecto, y que las fronteras entre el Síndrome de Asperger y la “normalidad” son muchas veces confusas. Algunas de las características típicas del Síndrome de Asperger son: Falta de deseo y/o habilidad para establecer y mantener relaciones sociales. Preocupaciones estereotipadas y obsesivas por temas excéntricos como: Memorizar todos los horarios de una aerolínea. Insistir en que las cosas se hagan siempre de una misma manera. Gran apego a cosas inanimadas no simbólicas como coleccionar piedras o cristales. Obsesión con temas esotéricos como la muerte. Obsesión con mapas, carreteras, máquinas, mecanismos, leyes de Física. Dificultad para entender los contextos y roles sociales. Dificultad para entender bromas, humor, ironías y burlas. Torpeza motora. Falta de desarrollo en formas de comunicación no verbal, como gestos, tono de voz, miradas, actitudes y posturas corporales. Existen problemas tanto en la emisión como en la recepción de esos mensajes. A menudo, la persona se vuelve irritable si se le interrumpe en una actividad de su interés que está realizando. No existen síntomas de esquizofrenia, Trastorno Obsesivo Compulsivo u otro trastorno. Los síntomas no son tan severos como para diagnosticar autismo. A menudo, los síntomas son tan ligeros y vagos que se confunden con: Trastorno de Déficit de la Atención y Hiperactividad, Trastorno Esquizoide, Trastorno Obsesivo Compulsivo, etc., o simplemente se piensa que el individuo es malcriado y no quiere cooperar para desarrollarse. Quizá ya os he abrumado con términos técnicos. Antes de explicarles cada uno, quisiera mostrarles que el Síndrome de Asperger no es todo negativo. También existe la parte positiva del Asperger. Aspectos positivos del Asperger: Las dificultades no son, ni para cuando, tan marcadas como en el autismo. Generalmente, los individuos con Síndrome de Asperger tienen un coeficiente intelectual (CI) mayor a la media (100). Hay indicios de que tal vez Einstein haya tenido Síndrome de Asperger. Existe una muy buena memoria visual. La memoria visual me da la facilidad de que tengo muy buena memoria para la geografía y los dibujos, y buena orientación cuando camino por la ciudad. Existen áreas de habilidad superior, que son variables según el individuo, y pueden ser uno o más de los siguientes: cálculo matemático, dibujo artístico, razonamiento espacial, razonamiento lógico, oído y tono musical perfecto, lectura, armado de rompecabezas, memoria de fechas, etc. Esto último ayuda en el aprendizaje de las ciencias. Por ejemplo, a mí la memoria de fechas y nombres me facilita el aprendizaje de la historia, y la habilidad de razonamiento espacial y numérico me facilita la matemática, la física, la computación y la química. Hace un mes acabo de sacar un segundo lugar nacional en Química. A los tres anos, tenía muy buen oído musical y habilidad para las matemáticas. A veces, a esa edad, les preguntaba a mis padres el resultado de sumas de tres cifras. Ellos, a veces, por pensar que yo era demasiado chico, me daban cualquier número que se les venía a la mente, o a veces hacían la suma y se equivocaban ya fuera mentalmente o al teclear en la calculadora, y yo les decía que el resultado era otro número. Después repetían la operación y veían que yo tenía la razón. Una suma que aún no me sabe resolver correctamente nadie a quien le pregunto, es la de 777+333. Todo mundo, al primer golpe de vista, piensa que el resultado es 1000, pero es 1110, pues a la hora de sumar 7+3 da 10, y se reagrupa una unidad. A los cuatro años, una vez conté del uno al mil, sin saltar un sólo número. Existen teorías que dicen que el autismo, Asperger y los demás Trastornos Pervasivos del Desarrollo se deben al deficiente desarrollo de algunas áreas del cerebro, mientras otras áreas se sobredesarrollan. Esto puede explicar las capacidades sobresalientes de algunos Aspergers y autistas. Falta de deseo y/o aptitud para establecer y mantener relaciones sociales adecuadas para la edad: A veces aparecemos como personas solitarias, egoístas e inexpresivas. Yo he tenido años en el bachillerato de no tener ni un sólo amigo verdadero. Y además, era molestado mucho. Afortunadamente todo esto está ahora superado, y estoy haciéndola cada vez mejor en un grupo de veinte amigos (hombres y mujeres) en la escuela, de los cuales tres de ellos son amigos íntimos, de veinte a treinta amigos en un coro de iglesia en el que ensayo los sábados y canto los domingos, y otros siete de otros lugares. Dificultad para entender los contextos y roles sociales: Hay algunas actividades que, según el contexto, pueden ser inapropiadas o no. Por ejemplo, si gritas repentinamente en un salón de clases sin ningún motivo justificado externo, quizá tu conducta se considere como inadecuada. Pero si gritas para pedir ayuda en un incendio, tu conducta será considerada completamente normal. Ahí lo anormal sería no gritar. Nosotros, los Aspergers, tenemos problemas para saber cuándo, dónde, con quién y cómo comportarse de determinada manera. Antes yo tenía problemas con mi mamá por que le gritaba cuando no hacía lo que yo quería, tratándola como un igual. Después aprendí que es una norma social y moral el respeto a los padres. A veces nuestras conductas son lógicas para nuestro mundo interno, pero no sabemos conectar nuestro mundo interior con el exterior. Tenemos a menudo problemas adaptándonos al mundo externo y a las circunstancias. Preocupaciones estereotipadas y obsesivas por temas excéntricos: Memorizar los horarios de una aerolínea: Realmente, yo nunca me obsesioné por eso. Insistir en que las cosas se hagan siempre de una misma manera: Es el ponerse ansioso cuando no se va a la escuela por el mismo camino o no se come a la misma hora y lugar que siempre. Yo tenía y aún tengo un ritual de cosas que hacer antes de acostarme que si no llevo a cabo, y en el orden en el que es, me siento ansioso. Me cuesta mucho trabajo adaptarme a los horarios de verano (eso hasta cierto punto es normal) y a los cambios de horario en la escuela. Gran apego a cosas inanimadas no simbólicas como coleccionar piedras o cristales: A mí, entre los 9 y los 10 años, me gustó coleccionar piedras. Pero no lo hacía como algo sin sentido, sino que escogía bien las piedras, y después las examinaba con la lupa y consultaba en libros para investigar qué minerales contenía la piedra. Mi madre, viendo ese interés mío me regaló un libro de mineralogía. Obsesión con temas esotéricos como la muerte: Siempre vivía con una extremada precaución de los microbios y las heridas que yo pensaba que me podían provocar una infección que me llevara a la muerte. Ello me causó un interés durante esos años por la Medicina. A veces no podía dormir por que tenía miedo de morir durante el sueño. Obsesión con mapas, carreteras, máquinas, mecanismos, leyes de Física: De muy pequeño, me obsesionaban las escaleras, y cuando veía unas, subía y bajaba corriendo por ellas repetidamente. A los cinco años, empezamos a vivir mi familia y yo en un edificio con elevador, y me obsesioné con los elevadores. A los ocho años, mi obsesión fue observar los movimientos del Sol y las sombras de los objetos a distintas horas del día y en distintas épocas del año. Mi papá, viendo mi interés, me llevó en un solsticio de verano (21 de junio) al Trópico de Cáncer a ver cómo, a medio día, en esos días, los rayos solares pegaban perpendicularmente al suelo, y los objetos no proyectaban ninguna sombra hacia los lados. Actualmente, mi obsesión es las computadoras, y a veces paso tres horas por día en ellas. Estas obsesiones son un arma de doble filo: si son incontroladas y no dan tiempo a que la persona socialice o la fatigan mentalmente, pueden ser negativas. Pero si son bien encaminadas y están en equilibrio con otras necesidades de la persona, pueden ser muy positivas. Esas obsesiones pueden ayudar a aprender temas científicos como la matemática, la química, la biología y la Física. Yo siempre he tenido gustos científicos. Desde los seis años, apenas sabiendo leer, leía temas de medicina como la digestión y la anatomía humana. Dificultad para entender bromas, humor, ironías y burlas: Yo sufrí eso mucho. Yo tenía problemas para entender y reaccionar adecuadamente ante las bromas. También tenía problemas para entender que, cuando algunos compañeros me decían cosas desagradables, era sólo para molestar, para verme molesto y enojado. Yo me enojaba, y ellos lograban su objetivo y se divertían. No les importaba cómo me sintiera yo por dentro, esa es la cruda realidad. Afortunadamente, eso también ha estado siendo superado. Y esto no es un cambio temporal. Cambié en eso en septiembre de 1999, y ahora, en abril del 2000, ¡llevo 7 meses!. Se dice poco, pero han sido meses de gran esfuerzo y lucha incansable, alegría, optimismo y disfrute. Tampoco entendía las bromas, y eso también me traía toneladas de problemas con ciertos compañeros que no entendían mis conductas y se alejaban de mí o me empezaban a molestar. También eso, gracias a Dios, está superado. [email protected].