Truman Show - Javier Giangreco

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The Truman Show
Tema central
Esta película plantea la relación existente entre los medios masivos de
comunicación y el sentido del ser. Muy relacionado con esto se encuentra la polaridad
alienación-liberación.
Breve relato argumental
Truman Burbank es un vendedor de seguros de alrededor de treinta años que, sin
saberlo, es la estrella del show de televisión más popular en la historia: The Truman
Show.
Truman ha vivido toda su vida en Seahaven, una pequeña isla diseñada y
mantenida por la Corporación Omnicam, la misma que adoptó a Truman entre varios
embarazos no deseados y que desde entonces le ha tenido viviendo dentro de los límites
del mundo que le han creado. Su esposa, amigo, madre, compañeros de trabajo, en fin,
todas las personas que habitan Seahaven, son actores.
La vida de Truman parece ser rutinaria y normal. Se levanta, desayuna y se va al
trabajo luego de saludar a sus vecinos. Esto se repite todos los días durante todo el año.
Cierto día conoce a una chica y se enamora. Esto no parece estar en los planes
del Director que busca alejarla de él por todos los medios, y poner en su lugar a otra
actriz. Pero la chica también se había enamorado de Truman y decide jugarse por él. Se
escapan de la biblioteca (aunque él no entiende bien el por qué, la sigue) y se van a la
playa. Se besan y llega un auto que se lleva a Silvia (así se llamaba la chica). Antes de
irse le dice que están filmando toda su vida, que todos son actores, pero Truman no
llega a comprender. El conductor del auto le dice que se escapó de un psiquiátrico y que
se la llevará a las Islas Fiji. De aquí en más aprovecha los momentos de soledad para
rearmar el rostro de ella con fotos de revistas y planea su viaje a Fiji para verla.
Pese a esto su vida continua siendo rutinaria. Pero luego de varias señales que no
logra interpretar, entre ellas la aparición de su padre muerto que no le dejan ver, escucha
en la radio de su auto que lo están siguiendo y comienza a sospechar que todo está
planeado, que hay una conspiración. Intenta ser impredecible pero igual lo siguen. Se lo
cuenta a su amigo que, como siempre, lo convence de que no sucede nada extraño. Él
cumple el rol de “llenarle la cabeza” con lo que Cristof quiere (que, por ser el director,
llega a dictarle qué le debe decir exactamente).
Mientras todo esto sucede, mucha gente pasa el día entero observando el
programa. Hay televidentes de los más variados: unas ancianas, camareras de un bar, un
hombre aparentemente inmaduro, unos japoneses, unos guardias, etc.
Truman decide irse a las islas Fiji pero intentan persuadirlo de que no lo haga.
En la empresa de aerolíneas hay carteles donde muestran como un rayo destruye un
avión. La vendedora le dice que por mucho tiempo no hay pasajes. Al subir a un micro,
el chofer lo rompe adrede para que no salga. Entonces va a su casa a buscar el auto.
Hace subir a su esposa y le cuenta que quiere irse. Siempre que anuncia la dirección a la
que va a dirigirse se llena de autos y no lo dejan pasar. Finalmente los engaña diciendo
una cosa y haciendo otra. Pese a la fobia que le tiene al mar (hicieron que su padre se
ahogase, obviamente actuando, cuando él era niño) logra cruzar el puente con los ojos
cerrados. Intentan frenarlo de todos modos hasta que lo consiguen y lo llevan a su casa.
Aquí descubre que su mujer está actuando, cuando ella hace una publicidad para
supuestamente nadie. En el instante en que ella parecía echar todo a perder, aparece
nuevamente el amigo y soluciona todo. Finalmente, para ocultar toda esta situación, el
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Director arregla un encuentro entre Truman y su padre reaparecido. Los televidentes se
emocionan.
Aparece el Tru-Talk con una entrevista a Cristof, el Director. Llama Silvia y
discute con él. Luego de mostrar el catálogo de productos Truman vuelven a transmitir
su vida. Se separa de su mujer y aparece (hacen aparecer) otra chica en su vida.
Una noche, luego de llenar una bolsa de dormir con almohadones y dejar
grabados sus ronquidos, se escapa. Cuando el Director se da cuenta hace que todos los
actores salgan a buscarlo. Cortan la transmisión. Finalmente lo encuentran en el puerto
y vuelven a transmitir. Se está yendo a las Islas Fiji en un barco. Los televidentes
apuestan si se va o no. Para que no se vaya el Director maneja el programa
meteorológico y lo quiere hacer volcar. Parece morir. Todos se asustan. Finalmente se
levanta y continúa navegando. Llega al final y choca con el decorado. Va hacia una
puerta que encuentra y en ese instante escucha la voz del Director. Mantiene un breve
diálogo que termina con el típico saludo de Truman y su vuelta a la “realidad”. Silvia
sale a buscarlo. Los televidentes festejan. Dejan de transmitir. Los guardias buscan otra
cosa para ver en la televisión. FIN.
Análisis
El desarrollo de este trabajo será como un claroscuro intelectual. Comenzaré por
las interpretaciones que se ven a primera vista para ir adentrándome en las más
complejas y arriesgadas.
Tal vez la primera pregunta que debamos responder es la que le hace Morfeo a
Neo en la película Matrix: “¿Qué es lo real?”. Aclaremos que no es la primera ni la
última persona en hacer esta pregunta, pero es muy significativa dentro del contexto en
que la formula. Si por real entendemos una serie de impulsos recibidos por nuestro
cerebro, es tan real lo que los medios masivos de comunicación nos presentan (una
especie de matrix) como lo que vivimos “realmente”. Retomaremos este tema en forma
constante a lo largo de todo el trabajo.
Frente a la dicotomía existente entre la vida de Truman1 y la de los televidentes,
podemos plantearnos la siguiente pregunta: los medios masivos de comunicación
¿reflejan la realidad o la construyen?. Se puede decir que un noticiero refleja la realidad.
Sin embargo, no muestra toda la realidad. Se elige qué mostrar y qué no. Hay intereses
detrás, aunque más no sea que el tener más rating. Theodor Adorno dice que la
televisión introduce un duplicado del mundo para reemplazar al real, de tal manera “que
no es posible advertir que el mundo que reflejan no es el mundo”2. Pongamos un
ejemplo: el adolescente que presentan los medios de comunicación no es el “verdadero”
adolescente, no los representa a todos. Aunque cada vez más tienden a parecerse a ese
modelo mediático. Para explicar este fenómeno hay que recurrir a lo que en ciencias
sociales se llama profecía autorrealizadora. Queriendo describir al adolescente
posmoderno, se muestra a una persona despreocupada, simpática, incluso cuando
transgrede. Aparece como protagonista de noticias sobre hechos sensacionalistas o
actitudes desviadas y siempre en el epicentro de problemas sociales serios como la
droga, el alcohol, el sida, y otros tipos de violencia, infiriéndose de la conducta de la
minoría una nefasta generalización. Esto influye de manera considerada en los
adolescentes, y los que se ven distintos al modelo mediático tienden a imitarlo para no
ser marginados. La profecía lleva a que se cumpla lo que difícilmente hubiese sido de
1
2
Truth man: hombre de verdad.
Adorno, Theodor. Prólogo a la televisión en “Intervenciones”. Citado en “Sociología”, una selección
de textos de Sara Lifszyc para el CBC, página 193
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ese modo. Desde un punto de vista ético podemos decir que los medios deforman la
realidad y producen consecuencias nefastas.
Los medios de comunicación de masas se han convertido en componentes de
una explosión y multiplicación generalizada de Weltanschuangen, de visiones del
mundo ya no sólo referidas a las distintas culturas del planeta, sino también a las
múltiples subculturas dentro de una misma cultura. Los mass media son “actuales
protagonistas de nuestra imagen del mundo”3.
La realidad virtual, dentro de la cual podemos colocar la televisión, crea un
aislamiento social no sólo porque todos asisten a los mismos asuntos en la televisión,
sino también porque cada uno prefiere divertirse solo en su mundo particular repleto de
emociones sin riesgos y donde cada uno es héroe y perfecto en lo que quiere serlo. La
desaparición de la frontera entre realidad y ficción llega a ser un hecho habitual en los
informativos de televisión, y el advenimiento de la realidad virtual (curioso oxímoron
posmoderno) y las tecnologías de la saturación social (Internet, redes multimedia,
telefonía móvil) acabarán disolviendo las pocas distinciones que se mantienen entre
hecho y ficción. Así, no sólo es innegable que hay múltiples visiones del mundo, sino
también que ninguna se basa en un acceso privilegiado a la realidad (sea lo que sea lo
que signifique realidad). La intensificación de las posibilidades de información sobre la
realidad en sus más diversos aspectos vuelve cada vez menos concebible la idea misma
de una realidad. Quizá se cumple en el mundo de los mass media una profecía de
Nietzsche: el mundo verdadero, al final, se convierte en fábula.
Pero también podemos analizar este tema desde otro punto de vista. ¿Por qué los
medios masivos de comunicación pueden lograr que la gente cambie su
comportamiento?. Difícil responder a esta pregunta y quizás es porque no podemos
pensarla “desde afuera”. Todo lo que digamos ya está mediado por los medios masivos
de comunicación. En la actualidad, ellos son el horizonte de comprensión desde dónde
vemos y analizamos todo, es más, desde donde existimos. En los medios masivos se
constituye el sentido del ser actual. Por esta razón, posiblemente, sea tan fuerte el
impacto que tienen los medios en la realidad (sea lo que sea lo que llamamos realidad).
Operan en lo más originario, en la pragmática. Sucede que el mundo tiene sentido por el
hombre pero el hombre está abierto al mundo antes que a sí mismo y, por lo tanto,
siempre está comprendiéndose por él en una codeterminación mutua originaria.
Existimos, comprendemos y somos desde los medios masivos de comunicación.
Releyendo los párrafos anteriores surge inmediatamente otra pregunta: las
personas ¿reflejan la realidad de los medios o construyen su propia realidad?. Todo lo
que puedan hacer los medios depende de los receptores. Como dice John Milton (Al
Pacino) en el Abogado del Diablo: “Yo no manejo marionetas, sólo armo el escenario”.
El resto es puro libre albedrío, concluye. Lo mismo sucede con los medios masivos de
comunicación. Arman, constituyen un escenario, como lo es la misma Seahaven 4.
Cristof no maneja a Truman como si fuese una marioneta. Truman es libre de decidir
qué realidad quiere vivir, más allá de los condicionamientos propios de la finitud
humana (lugar de nacimiento, lengua materna, familia, etc.). El Director lo sabe y por
eso dice: “Truman puede irse cuando quiera si tuviera algo más que una vaga ambición.
Si estuviera decido a saber la verdad no podríamos impedírselo de ningún modo”.
Incluso hay muchas señales que van desocultando la verdad (aletheia). Un farol cae del
cielo, mira para arriba y sigue su vida como si nada, aunque a esto colabora la lógica
3
4
Sanguinetti, Javier. El lugar del arte en la tensión entre lenguaje y ser. Pág. 32.
Con respecto a esta palabra hay dos interpretaciones. Seaheaven: cielo del mar o Seahaven: asilo del
mar. En ambos casos hay una clara referencia al mar, que tiene una función alienante (por su fobia no
pude salir) y otra de liberación (a través de él llega a la salida a la “realidad”).
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explicación que escucha en la radio. Estando en la playa llueve en una franja sola: es
una nube que lo sigue solamente a él. Cuando quiere alcanzar al padre reaparecido, se lo
llevan, lo cruzan de cualquier forma e intentan por todos los medios posibles impedir
que se encuentren. Silvia, antes de que se la lleven, le revela todo. Sin embargo, recién
comienza a sospechar cuando escucha por su radio que lo están siguiendo. Descubre el
estudio detrás del ascensor, cómo los autos frenan para no atropellarlo, etc. Tal vez
antes no estaba preparado para descubrir la verdad. No era su tiempo.
Retomemos un tema trabajado en el párrafo anterior: “Todo lo que puedan hacer
los medios depende de los receptores”5. Eco nos dice que “cualquier obra de arte,
aunque no se entregue materialmente incompleta, exige una respuesta libre e inventiva,
si no por otra razón, sí por la de que no puede ser realmente comprendida si el intérprete
no la reinventa en un acto de congenialidad con el autor mismo”6. Las “obras abiertas...
son llevadas a su término por el intérprete en el mismo momento en que las goza
estéticamente”7. El contemplador “colabora a hacer la obra”8. Estas afirmaciones de Eco
son confirmadas por Dolina: “El último colaborador, tal vez el decisivo, es el lector”9.
Un discurso de cualquier tipo tal como se nos manifiesta lingüísticamente representa
una cadena de artificios que el receptor o destinatario debe actualizar. Por esta razón en
última instancia la influencia o no de los mass media depende del receptor. No
únicamente, pero sí necesita de su libre actualización e interpretación.
Ahora comparemos a Truman con nosotros. Truman, a lo largo de la película,
está extrañado, alienado... ¿y nosotros?. Él tenía el mismo poder de decisión, la misma
libertad que ahora nosotros. Él no eligió dónde nacer, nosotros tampoco. Él no eligió su
familia, nosotros tampoco. A su esposa le dijeron que lo sedujera, pero él terminó
aceptando. Su amigo actuaba de amigo, pero él lo consideraba tal y por eso le contaba
todo. Ninguno de nosotros está exento de que le suceda algo similar. Él podría haberse
ido antes, pero no estaba preparado. Señales tuvo. Siempre estuvo dotado de libertad,
sólo que no la ejercía. ¿Qué nos diferencia de él?, ¿que no nos filman?. Es cierto que
“las personas cambian su actitud cuando se hallan frente a una cámara. Si se filma la
vida entera de la gente, todos nos pareceremos a Santiago Gómez Cou”10. En ningún
lado leemos “El Gran Hermano te vigila”11. Pero, ¿quién dijo que no nos filman?. Tal
vez estamos siendo filmados sin darnos cuenta. Al fin y al cabo a Truman le sucedía eso
mismo. Igualmente si uno no lo sabe actúa como si no lo filmasen y, por lo tanto, no
cambia sus conductas. Entonces, nos volvemos a preguntar: ¿qué nos diferencia de
Truman?. Tal vez nada. Y eso es lo peor. Cuando Truman quiere salir a explorar, como
Magallanes, le dicen: “Llegas tarde, todo ha sido descubierto”. Cuántas veces a nosotros
nos dicen algo similar: “Llegas tarde, ya han pensado por ti, ya han decidido por ti”.
Nos desaniman. Y quizás es porque estamos tan alienados como él. En el Talk-Truman,
el periodista le pregunta a Cristof: “¿Por qué creé que Truman nunca llegó a descubrir
hasta hoy la verdadera naturaleza del espectáculo?”. El Director le contesta: “aceptamos
la realidad del mundo que nos presentan, eso es todo”. Nosotros también aceptamos la
“realidad” del mundo que nos presentan; en palabras de Heidegger: vivimos en estado
interpretado. Posiblemente también nosotros estemos necesitando luchar contra viento
5
Giangreco, Javier. The Truman Show. Pág. 3.
Eco, Umberto. Obra abierta. Pág. 75.
7
Eco, Umberto. Obra abierta. Pág. 73.
8
Eco, Umberto. Obra abierta. Pág. 84.
9
Dolina, Alejandro. Crónicas del ángel gris. De la Urraca, Bs. As., 1988. Pág. 38.
10
Dolina, Alejandro. Crónicas del ángel gris. Pág. 173.
11
Orwell, George. 1984. Bureau, Bs. As., 1999, pág. 9.
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y marea, y salir por esa puerta oscura que conduce a la “realidad”, más allá de que no
veamos nada todavía.
“No hay vida cotidiana sin espontaneidad, pragmatismo, economicismo,
analogía, precedentes, juicio provisional, ultrageneralización, mimesis y entonación.
Pero las formas necesarias de la estructura y el pensamiento de la vida cotidiana no
deben cristalizar en absolutos, sino que tiene que dejar al individuo un margen de
movimiento y posibilidades de desarrollo… Si esas formas se absolutizan y dejan de
posibilitar un margen de movimiento, nos encontramos con la extrañación de la vida
cotidiana”12. Extrañación, en Heller, es similar al concepto de alienación en Marx.
Muchas veces en nuestra cotidianeidad absolutizamos la analogía, el juicio provisional
o la mímesis y no somos nosotros mismos, estamos alienados. La rutina, como a
Truman, también nos aliena. Frente a esto debemos gritar con Truman: “auxilio, estoy
siendo espontáneo”. Debemos ser el “sí mismo” heideggeriano y no el “man”. Si el otro,
por ejemplo la televisión, me constituye, estoy en estado interpretado. Actúo como el
uno, como todos y como ninguno a la vez, al igual que el adolescente posmoderno que
veíamos antes. Me hace falta realizar una hermenéutica ontológica existencial de mi
vida. Como hace Truman: desde su futuro, interpreta su pasado y se juega en su
presente. Su futuro es estar en la “realidad” junto a Silvia, su amor. Interpreta su pasado,
lo vivido junto a ella, la “mentira” en la que estuvo viviendo. Se juega en su presente:
sale en busca de Silvia. Esto lo lleva a un estado interpretante, a ser sí mismo y decidir
su propio destino; es por eso que logra liberarse. “Toda liberación no puede ni debe ser
comprendida como un desatarse de algo que nos aliena y domina, sino más bien como
un encontrar aquello que nos pueda librar a nuestro propio destino”13. “Heidegger
mostrará como la pragmática cotidiana, entendida como hermenéutica existencial, es la
que realiza más originariamente la estructura de inteligibilidad que da cuenta del sentido
del ser. Aquí se da un protagonismo esencial donde se juega tanto la alienación como la
liberación semántica del ser en el mundo”14.
Ahora aclaremos qué entendemos por medios de comunicación. Son vehículos
de información, puentes de comunicación, y por lo tanto son los encargados de que una
cosa X parta de un destino A para llegar a un destino B. De aquí se puede sacar una
conclusión fundamental, muchas veces olvidada por la gran mayoría: sólo son medios.
Sucede que son manejados por personas con determinados intereses e intenciones. Pero
veamos el caso del estereo del auto de Truman. Es la misma radio que convence a
Truman que el farol que cayó del cielo se debe a un desperfecto de un avión (aliena), la
que le permite descubrir que lo están siguiendo (libera). El interés de los que manejaban
la radio, en última instancia Cristof, era maniatar a Truman, manejarlo tanto a él como a
los demás actores (en otra frecuencia). Sin embargo nos demuestra que el mismo medio
que aliena también puede liberar. Sólo hay que saber captar las señales, algo que
Truman comienza a hacer recién en ese momento.
Lo que jamás podremos saber es qué pensaba Truman realmente. Nosotros
vimos su vida, pero nunca su pensamiento. Truman dice: “¡Nunca pusiste una cámara
dentro de mi cabeza!”. Es cierto. “No existen cámaras que filmen la conciencia. Si un
operador registra las imágenes de un sabio meditando, jamás sabremos el verdadero
contenido de sus meditaciones, salvo que el hombre tenga la insana costumbre de
Heller, Agnes. Historia y vida cotidiana. Citado en “Sociología”, una selección de textos de Sara
Lifszyc para el CBC, página 17.
13
Sanguinetti, Javier. El lugar del arte en la tensión entre lenguaje y ser. Pág. 1.
14
Sanguinetti, Javier. El lugar del arte en la tensión entre lenguaje y ser. Pág. 2.
12
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meditar en voz alta. Así, jamás se sabrá si el sabio está inventando un nuevo específico
o si está analizando la posibilidad de estrangular a su cuñado”15.
Hagamos una breve digresión y veamos algunas ideas literarias que bien pueden
relacionarse. Sobre todo hay un tema que impregna todos estos textos: la vida guionada
(si es que existe tal cosa).
La lotería en Babilonia16 versa sobre una Compañía que mediante sorteos
¿decidía? los destinos de los afortunados o desgraciados participantes. La lotería era
“secreta, gratuita y general... todo hombre libre automáticamente participaba en los
sorteos sagrados...”. “La Compañía, con modestia divina, elude toda publicidad. Sus
agentes, como es natural, son secretos; las órdenes que imparte continuamente (quizá
incesantemente) no difieren de las que prodigan los impostores. Además ¿quién podrá
jactarse de ser un mero impostor?. El ebrio que improvisa un mandato absurdo, el
soñador que se despierta de golpe y ahoga con las manos a la mujer que duerme a su
lado ¿no ejecutan, acaso, una secreta decisión de la Compañía?”. Ahora pasemos a
Dolina y su texto Los libretistas del mundo17 . Los libretistas del mundo era una
“misteriosa organización de autores”. “... Algunos comentaban que la vida de ciertos
individuos era planeada íntegramente por la organización. Otros iban más allá y
aseguraban que todos los sucesos del mundo eran hijos de la perversa imaginación de
los Libretistas”. “Jamás se ha anunciado que los Libretistas abandonaran su trabajo. Por
lo tanto no sería extraño que sigan trabajando todavía. A lo mejor, muchos de los que
hoy compadrean de soberanos no hacen nada que no sea cumplir con designios ajenos”.
Tal vez este trabajo que estoy realizando es una historia que los Libretistas ya han
escrito. Quizá la nota con la que usted lo calificará ya esté decidida por esta misteriosa
organización. A esta altura me invaden las dudas y me pregunto ¿para qué seguir
escribiendo?. Inmediatamente me respondo que si estoy cumpliendo designios ajenos no
tiene sentido oponerme, es más, tal vez esa oposición sea el cumplimiento de esos
designios. Pero si realmente no existen los Libretistas, ¿para qué arriesgarme a
reprobar?. Las dudas se convierten en certezas (tal vez falsas) y continúo con el trabajo.
También se pueden leer cosas similares en El arte de la impostura18. “El Servicio de
Ayuda al Impostor ha ido perfeccionando la tecnología del reemplazo con disfraces
impecables. Se sospecha que hoy en día, la mayoría de las personas que uno trata son en
realidad agentes de la organización”. ¿Quién me asegura que usted no lo sea?. En
Agencia de aventuras19, se puede leer que “nadie, absolutamente nadie puede dejar de
contratar nuestros servicios. Todo lo que sucede en el mundo es obra nuestra. Si
nosotros no existiéramos la historia permanecería inmóvil... Nadie amaría... nadie
moriría... Decídase. ¿Qué plan quiere?”. Tal vez este párrafo no haya aportado nada al
trabajo, o tal vez sí...
Por último una breve comparación con uno de los más conocidos mitos griegos.
Ulises se hizo atar al mástil de su navío, por consejo de Circe, para no dejarse llevar por
el canto de las sirenas. De la misma manera Truman se ata al mástil de su bote para no
dejarse llevar por su fobia al agua. El miedo serían las sirenas. No quiere escuchar a ese
temor que le dice: “aléjate del agua, vuelve a tu rutina y vive tranquilo”. Entonces se
sujeta al bote. Se hace sujeto de la situación, pero no en el sentido moderno, sino que se
hace cargo de toda su vida (pasado, presente y futuro) y decide libremente ser sí mismo.
15
Dolina, Alejandro. Crónicas del ángel gris. De la Urraca, Bs. As., 1988, pág. 173.
Borges, Jorge Luis. Ficciones. Alianza, Barcelona, 1998.
17
Dolina, Alejandro. Crónicas del ángel gris.
18
Dolina, Alejandro. Crónicas del ángel gris.
19
Dolina, Alejandro. El libro del fantasma. Colihue, Bs. As., 1999.
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En el final, antes de salir por la puerta, Truman dice: “En caso de que no los vea:
¡Buenos Días, Buenas Tardes, y Buenas Noches!”. El mismo saludo rutinario que no lo
dejaba ver la “realidad” es su despedida hacia lo “real”. Sólo salimos de la rutina
cuando somos conscientes de que vivimos en la rutina. Por eso esa despedida irónica.
Por eso, también, comienza a ser espontáneo cuando, estando en el auto en la puerta de
su casa, descubre la rutina de los actores y predice quién pasará primero, quién luego y
cuál después (algo así como los prisioneros en la caverna platónica que jugaban a
predecir en qué orden se sucedían las imágenes). “Comprender es el carácter óntico
original de la vida humana misma”20. Cuando uno comprende que está alienado, en ese
instante se libera. Comprender es ser sí mismo. Exigirá esfuerzo pero vale la pena.
“Finalmente... intentaremos mostrar cómo y en qué medida el arte es antes que
nada un meta-contexto originario como horizonte de comprensión desde donde adquiere
sentido el decir cotidiano”. En este sentido, los mass media son obras de arte. En ellos
se selecciona qué decir, qué mostrar, cuándo, cómo. Y “cuando se ejerce el privilegio
de desechar, cuando la colección es voluntariamente incompleta, entonces ya se ingresa
en un distrito artístico. Todo arte es elección”21. Al ser obra de arte, son el metadiscurso desde donde el ser ahí comprende el mundo.
Roles
En el Director podemos ver claramente dos roles: Dios (Padre, Creador,
Providente) y padre. Cuando era chico y me decían que “Dios lo ve todo, lo sabe todo”
yo quería engañarlo. Pensaba que iba a hacer algo e inmediatamente hacía otra cosa,
pero me daba cuenta que irremediablemente lo había pensado antes y también lo sabía.
Era imposible que Dios no se enterase lo que iba a hacer: ¡hasta sabía que yo pensaba
engañarlo pensando primero una cosa para luego hacer otra!. Era terrible. Luego me
explicaron que Dios es omnisciente no porque no seamos libres, sino porque Él es
eterno y desde “fuera del tiempo” ve nuestro pasado, presente y futuro. El Director
también ve todo lo que hace Truman y eso no va en detrimento de su libertad. La
diferencia es que al ser el Director finito, él también está en el tiempo. Por esta razón no
ve el futuro, sino tan sólo todo su pasado y su presente. Además, en la última escena, se
presenta como “el Creador... de un programa de T.V. que da esperanza, dicha e
inspiración a millones de personas”.
En relación a este rol surge un interrogante: ¿Puede suceder que muera primero
el Director y luego Truman? Creo que si muere Cristof, muere el Truman que todos
conocen. Se copertenecen, se codeterminan. Sin Cristof no hay Truman. Obviamente
que Truman Burbank podrá seguir viviendo, pero ya no será el mismo.
En cuanto al rol de padre se ve claramente. Acaricia la pantalla cuando Truman
se va a dormir. Cristof es un padre que organiza la vida de su hijo intentando
mantenerlo lo más lejos posible de cualquier peligro, aunque esto vaya en detrimento de
su libertad. Es lo que llamamos un padre sobreprotector. Christofer ama a su “hijo”. Lo
ama y lo consume viviendo la vida a través de la vida de su hijo. Indudablemente no es
el primer padre que lo hace. Es interesante lo que Christofer hace con Truman: le genera
una fobia al agua en su infancia para mantenerlo en la isla sin necesidad de coerción
posterior alguna. No deja de parecer perverso, por más que Christofer intente justificarlo
20
21
Gadamer, Hans G. Verdad y método I. Ed. Sígueme, Salamanca, 1993. Pág. 325.
Dolina, Alejandro. Crónicas del ángel gris. Pág. 13.
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en pos de la seguridad de su “hijo”. Tal vez suene descabellado pensar que en la vida
real un padre puede hacerle eso a un hijo. ¿Pero si le quitamos la mala intención?
¿Cuántos padres generan miedos de diversos tipos en sus hijos sin mala intención?.
Solamente por torpeza, por ignorancia y, en última instancia, también piensan que le
están haciendo un bien. Tal vez las palabras que le dice al final nos digan más que
cualquier explicación: “Tienes miedo por eso no puedes irte. Está bien. Comprendo. Te
he observado toda tu vida, cuando naciste, cuando diste tu primer paso, tu primer día de
escuela, cuando perdiste tu primer diente; no puedes irte, tú perteneces aquí”.
Veamos ahora el rol de los receptores. Los televidentes parecen estar noche y
día siguiendo la vida de Truman. Ya no viven su vida o, mejor dicho, viven su vida
mirando a Truman. Ellos también están alienados. Proyectan su vida en Truman.
Cuándo apuestan si sale o no, están poniendo en juego su propia vida. Si Truman gana,
ganan ellos. Cuándo opinan sobre lo que Truman debe hacer, no hacen otra cosa que
expresar sus deseos para su vida. Viven los momentos de tensión junto a él. Sufren con
él. Y, finalmente, se liberan con él. Por eso festejan. Tal vez, al igual que los
adolescentes que al volver de un retiro ponen la mesa y hacen los mandados no más de
una semana, estos televidentes vuelvan a alienarse con otro programa. No lo sabemos.
Por lo menos se liberaron de “El Show de Truman”. Los que no logran liberarse son los
guardias, que al finalizar Truman sólo se preguntan qué hay en la televisión. Es que en
ningún momento se compenetraron con Truman. Si en vez de vibrar con Truman, se
quejaban de que en vez de las relaciones sexuales, se vea todo oscuro y pasen la misma
musiquita de siempre.
Otro rol a analizar es el de los japoneses. Ellos aprenden a hablar con Truman.
Repiten: Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Hasta el idioma se aprende en los
medios. Ni hablar cuando “crean” nuevas palabras que se ponen de moda y utiliza todo
el mundo. Constituyen un lenguaje.
Analicemos ahora el caso de Silvia. Ella simboliza el amor, la verdad y la
belleza. El amor porque él la ama, y ella también a él (no era muy difícil de explicar).
La verdad porque ella le revela todo, más allá de que todavía no estaba preparado para
escucharla. La belleza porque es bella (esta explicación es demasiado estúpida, pero es
la más clara). Veamos ahora por qué el amor libera. Ser amado es sentir que a uno lo
eligen entre todos, es sentirse único. Esto lo aparta a Truman de la rutina. Comienza a
rearmar el rostro de Silvia, hace averiguaciones para viajar a Fiji, se retira al sótano para
recordarla, etc. Truman descubre un llamado más originario: el amor. Lo que más le
impactó de ella fueron sus ojos, su mirada.
Veamos el rol de los actores. Ellos también están alienados. Viven una vida
guionada. El centro de su vida es otro, es Truman. Son uno más, el man heideggeriano.
Viven en estado interpretado, haciendo lo que otro les dice que hagan. No logran
liberarse. Cuando Truman escapa, ellos intentan retenerlo en Seahaven en vez pensar en
huir con él. Ni siquiera se lo plantean. Están totalmente extrañados, maniatados.
Ahora veamos cómo se relacionan un cuentito de Mamerto Menapace con The
Truman Show.
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Morir en la pavada22
Una vez un catamarqueño, que andaba repechando la cordillera, encontró entre
las rocas de las cumbres un extraño huevo. Era demasiado grande para ser de gallina.
Además hubiera sido difícil que este animal llegara hasta allá para depositarlo. Y
resultaba demasiado chico para ser de avestruz.
No sabiendo lo que era, decidió llevárselo. Cuando llegó a su casa se lo entregó
a la patrona que, justamente, tenía una pava empollando una nidada de huevos recién
colocados. Viendo que más o menos eran del tamaño de los otros, fue y lo colocó
también a éste debajo de la pava clueca.
HABÍA EN OBSERVACIÓN VARIOS EMBARAZOS NO DESEADOS.
Dio la casualidad que para cuando empezaron a romper los cascarones los
pavitos, también lo hizo el pichón que se empollaba en el huevo traído de las cumbres.
Y aunque resultó un animalito no del todo igual, no desentonaba demasiado del resto de
la nidada. Y sin embargo se trataba de un pichón de cóndor. Si señor, de cóndor.
Aunque había nacido al calor de la pava clueca, la vida le venía de otra fuente.
DIO LA CASUALIDAD QUE TRUMAN NACIÓ EN LA HORA INDICADA.
Como no tenía de donde aprender otra cosa, el bichito imitó lo que veía hacer.
Piaba como los otros pavitos, y seguía a la pava grande en busca de gusanitos, semillitas
y desperdicios. Escarbaba la tierra, y a los saltos trataba de arrancar las frutitas maduras
del tuitá. Vivía en el gallinero, y le tenía miedo a los cuzcos lanudos que muchas veces
venían a disputarle lo que la patrona tiraba en el patio de atrás después de las comidas.
De noche se subía a las ramas del algarrobo por miedo de las comadrejas y otras
alimañas. Vivía totalmente en la pavada, haciendo lo que veía hacer a los demás.
VIVÍA EN SEAHAVEN SIN SABER QUE AFUERA HABÍA “OTRA
REALIDAD” QUE LO ESTABA ESPERANDO.
A veces se sentía un poco extraño. Sobre todo cuando tenía oportunidad de estar
a solas. Pero no era frecuente que lo dejaran solo. El pavo no aguanta la soledad, ni
soporta que otros se dediquen a ella. Es bicho de andar siempre en bandada, sacando
pecho para impresionar, abriendo la cola y arrastrando el ala. Cualquier cosa que los
impresione, es inmediatamente respondida con una sonora burla. Cosa muy típica de
estos pajarones, que a pesar de ser grandes, no vuelan.
A VECES SE SENTÍA UN POCO EXTRAÑO. SOBRE TODO CUANDO
TENÍA OPORTUNIDAD DE ESTAR A SOLAS. RECORDABA A SU AMADA.
PERO NO ERA FRECUENTE QUE LO DEJARAN SOLO.
Un mediodía de cielo claro y nubes blancas allá en las alturas, nuestro animalito
quedó sorprendido al ver unas extrañas aves que planeaban majestuosas, casi sin mover
las alas. Sintió como un sacudón en lo profundo de su ser. Algo así como un llamado
viejo que quería despertarlo en lo íntimo de sus fibras. Sus ojos acostumbrados a mirar
siempre al suelo en busca de comida, no lograban distinguir lo que sucedía en las
alturas. Pero su corazón despertó a una nostalgia poderosa. ¿y él, por qué no volaba así?
El corazón le latió, apresurado y ansioso.
1) TRUMAN PRETENDÍA VIAJAR Y DESCUBRIR NUEVAS TIERRAS...
2) TRUMAN SALE DE SU CASA Y CAE UN FAROL DEL CIELO. MIRA
PARA ARRIBA...
3) TRUMAN QUIERE IR A FIJI A BUSCAR A SU AMADA...
Pero en ese momento se le acercó una pava preguntándole lo que estaba
haciendo. Se rió de él cuando sintió su confidencia. Le dijo que era un romántico, y que
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Menapace, Mamerto. Cuento con ustedes. Patria Grande, Bs. As., 1997.
Javier E. Giangreco
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The Truman Show
se dejara de tonterías. Ellos estaban en otra cosa. Tenía que ser realista y acompañarla a
un lugar donde había encontrado mucha frutita madura y todo tipo de gusanos.
1)...PERO LA MAESTRA LE DICE QUE TODO HA SIDO
DESCUBIERTO.
2)...PERO SIGUE SU CAMINO. LA RADIO LE EXPLICA QUE FUE UN
DESPERFECTO EN UN AVIÓN.
3)... PERO HAY CARTELES QUE LO ASUSTAN PARA QUE NO VIAJE.
Desorientado el pobre animalito se dejó sacar de su embrujo y siguió a su
compañera que lo devolvió a la pavada. Retomó su vida normal, siempre atormentado
por una profunda insatisfacción interior que lo hacía sentir extraño.
TRUMAN PARECE RETOMAR SU VIDA NORMAL.
Nunca descubrió su verdadera identidad de cóndor. Y llegado a viejo, un día
murió. Sí, lamentablemente murió en la pavada como había vivido.
FINALMENTE TRUMAN DECIDE ACTUAR LIBREMENTE, SER SÍ
MISMO.
¡Y pensar que había nacido para las cumbres!
MIENTRAS EL CÓNDOR MUERE EN LA PAVADA, TRUMAN SALE A
LA REALIDAD.
Javier E. Giangreco
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