La vida religiosa y la administración evangélica del dinero

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LA VIDA RELIGIOSA Y LA ADMINISTRACIÓN EVANGÉLICA DEL DINERO
Hna Josefina Castillo a.c.i.
Aunque estoy segura de que todas y todos han leído y saboreado la exhortación del Papa
Francisco LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO, es imposible, hoy, iluminar este encuentro
de Ecónomos y Ecónomas de las Comunidades Religiosas, sin tener en cuenta los capítulos
segundo y cuarto, donde con una “mirada pastoral” en forma clara, sin tapujos, realista,
concreta y sencilla el Papa nos da unas orientaciones desde el Evangelio, para el manejo del
dinero. El Papa Francisco lleva en su mente y en su corazón las Conferencias de Medellín,
Puebla, Santo Domingo y Aparecida y lo refleja cada vez que habla de la misericordia de
Dios, los pobres, de la justicia, de humanizar la vida. Tomaré algunos criterios que pueden
cuestionarnos como consagrados en la VR.
Imagino que en un Seminario para Ecónomas/os los temas van por la parte técnica, dar a
conocer los cambios en la legislación que afectan la parte legal de los ingresos y egresos de
nuestras obras, y una actualización del trabajo que realizan las y los que administran la
economía de nuestras obras y comunidades. Pero partimos del hecho que no somos
administradores de una empresa cualquiera, sino de bienes, que por ser de la Iglesia, tienen
que llevar el sello del evangelio. Y por lo tanto estamos llamados a seguir las orientaciones
de nuestro Pastor y guía, Francisco.
Nos habla de la alegría del evangelio, pero curiosamente los administradores en la VR no
siempre suelen expresar la alegría del evangelio pues están metidos hasta el fondo en las
dificultades que obstaculizan las obras, y lo que muchas veces manifiestan es angustia,
miedo al porvenir incierto de la Institución, donde cada vez hay más personas jubiladas y
menos jóvenes que lleven las obras. Sin encontrar soluciones ven cómo disminuye el
capital, crecen los gastos de las Enfermerías, médicos, medicinas, enfermeros… en los
colegios privados hay cada año menos alumnos, crecen los impuestos de esas casas grandes
que se van quedando vacías y viene el desespero. El Papa Francisco nos hace una llamada a
la esperanza y nos invita a dejarnos encontrar por Jesucristo ya que “nadie queda excluido
de la alegría reportada por el Señor”.
Ya en el A.T. se había preanunciado la alegría de la salvación, en Isaías (49); Zacarías
(9,9); Sofonías “El exulta de gozo por ti, renueva su amor y baila por ti, con gritos de
júbilo” (3,17); y muchos textos más.
Igualmente el NT está lleno de momentos gozosos. Alégrate María (Lc 1,28); el niño salta
de gozo en el vientre de Isabel (Lc 1,41); Se alegra mi espíritu, dice María (Lc 1,47); Mi
alegría ha llegado a su plenitud, dice Jesús al iniciar su ministerio (Jn 3,29); Les digo esto
para que mi alegría esté en ustedes (Jn 15,11); Su tristeza se convertirá en alegría (Jn
16,20); Nadie les podrá quitar su alegría (Jn 16,22); se alegraron al verlo resucitado (cf Jn
20,29).
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Si hoy fomentáramos más la confianza y la esperanza, la alegría del evangelio nos ayudaría
a llevar con amor y fortaleza la misión del manejo los bienes de la institución como medio
para dar vida a los hermanos/as y a quienes se nos acercan desde su pobreza.
Veamos algunos retos que en Papa nos presenta en la exhortación:
 La mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a
día, con consecuencias funestas. Algunas patologías van en aumento: el miedo y la
desesperación se apoderan del corazón de las personas…la alegría de vivir se
apaga…la falta de respeto y la violencia crecen…la inequidad es cada vez más
patente…luchar para vivir con poca dignidad…
 Estamos viviendo una economía de la exclusión y la inequidad. Esa economía mata.
 No puede ser que no sea noticia que muere de frio un anciano en la calle y que sí lo
sea una caída de dos puntos en la bolsa.
 Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo que se puede
usar y luego tirar.
 Hemos dado inicio a la cultura del descarte. Se desecha lo que no sirve.
 Los excluidos no son “explotados” sino desechos “sobrantes”
 La teoría del derrame: crecimiento produce equidad e inclusión. Falso.
 Se ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin advertirlo nos
volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros…
 La cultura del bienestar nos anestesia…
 La adoración del antiguo becerro de oro (Ex 32,1) ha encontrado una versión nueva
y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía, sin un
rostro y sin un objetivo verdaderamente humano
 El afán de tener y poder no conoce límites. Este sistema (neoliberal) tiende a
“fagocitarlo” todo en orden a acrecentar los beneficios.
 Se siente a Dios como una amenaza, pues condena la degradación de la persona.
 Hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre
los distintos pueblos, será imposible erradicar la violencia.
 Se acusa de la violencia a los pobres, pero sin igualdad de oportunidades… tarde o
temprano provocará la explosión.
 El consumismo desenfrenado unido a la inequidad es doblemente dañino del tejido
social.
 La inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas
no resuelven ni resolverán jamás.
Esta cruel realidad se refleja a veces en la Vida Religiosa: existen situaciones de
injusticia; (sueldos, contratos, impuestos…); nos dejamos llevar de los miedos y la
desesperación; nos acosa la tecnología; no hay comunicación entre los miembros
porque cada una/o está pegado a su celular, la tableta, el internet; también existe en
algunas comunidades la exclusión y la inequidad, la indiferencia hacia los miembros
más débiles o difíciles; no podemos negar que el consumismo nos rodea y nos faltan los
compromisos radicales de pobreza.
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También tenemos que reconocer que nos ha faltado valentía para superar
evangélicamente los problemas que presentan algunos miembros llevados de la
ambición de poder, la envidia, el egoísmo, la opresión, la injusticia y obsesión
monetaria y que son un antitestimonio de vida consagrada a Jesús pobre y humilde.
Oprimen al hermano, pero nadie los detieneLA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EVANGELIZACIÓN
El Capítulo IV se aplica a todo cristiano, pero es una iluminación a la VR sobre el manejo
de los bienes. El Papa Francisco lo inicia así: La evangelización tiene un contenido
ineludiblemente
social: en el corazón mismo del Evangelio está la vida comunitaria y el compromiso con los
otros. (177). Sólo podríamos hablar de justicia y de solidaridad si partimos del principio de
fe de que fuimos hechos a imagen de la comunión trinitaria, lo cual nos lleva a otra verdad:
no podemos realizarnos ni salvarnos solos. (cf 178). Cuando Jesús nos revela el amor del
Padre a cada uno y lo asumimos, la primera reacción es “desear, buscar y cuidar el bien de
los demás”.
Esto lo sabemos como concepto, pero dice el Papa Francisco que ya no nos asombramos, ni
nos dejamos cautivar ni nos entusiasmamos por vivir el evangelio de la fraternidad y de la
justicia “Lo que hiciste por uno de estos hermanos míos más pequeños me lo hiciste a Mi”
(Mt 25,40); “Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo…No juzgueis y no sereis
juzgados… no condenéis y no sereis condenados…perdonad y sereis perdonados… dad y
se os dará” Lc 6, 36-38); con la medida que midáis sereis medidos(Lc 6). Si hacemos un
examen de conciencia sobre cómo vivimos estos principio evangélicos, en la cotidianidad,
creo que en más de un caso tenemos que colocar la mano en el corazón y ponernos en
camino de conversión.
En la medida en que Jesús logre reinar entre nosotros, la vida comunitaria sería un espacio
de verdadera fraternidad, justicia, paz. Esto tiene mucho que ver con la manera como nos
relacionamos con el dinero que nuestros Institutos nos han encomendado. Un ecónomo o
una ecónoma evangelizados y coherentes tienen una meta clara: el bien común y una
actitud también clara: ser instrumentos de Dios para liberar y promocionar a los pobres. En
la VR tendríamos que empezar por las y los pobres de la comunidad: personas cargadas de
heridas, muchas veces de infancia, enfermas física o psicológicamente, con una instrucción,
cultura e historia personal muy dolorosa, que las hacen difíciles para la vida comunitaria.
Así las y los recibimos y ahora nos quejamos, sin haberles dado la oportunidad de crecer.
La exhortación del Papa es un llamado a utilizar los medios económicos teniendo siempre
en cuenta a los más necesitados. Para ser solidarios no basta con acciones esporádicas o
permanentes de caridad. Dice: La solidaridad “supone crear una nueva mentalidad que
piense en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de
los bienes por parte de algunos.” Lo podemos aplicar perfectamente a la VR, donde todos
somos pobres, pero unos son más pobres que otros. Estamos viviendo un nuevo paganismo
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individualista y nos extasiamos ante la oferta de cosas que dan bienestar y conducen al
consumo.
Añade el Papa que para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica antes
que cultural sociológica, política o filosófica. Es Dios que se hizo pobre para enriquecernos
con su pobreza.
“El Espíritu no moviliza un desborde activista sino ante todo una atención
puesta en el otro, considerándolo como uno consigo. Esto implica valorar al
pobre en su bondad propia, con su forma de ser, con su cultura, con su modo
de vivir la fe. El verdadero amor nos permite servir al otro no por necesidad, o
por vanidad, sino porque es bello, más allá de la apariencia”
Finalmente hay una llamada que me llama mucho la atención. El Papa Francisco nos
advierte que una comunidad que busque una vida tranquila, hacia dentro, convencida de
que basta con rezar:
…terminará sumida en la mundanidad espiritual, disimulada con prácticas
religiosas, con reuniones infecundas o con discursos vacíos” (207)
Es una llamada fuerte a todos los cristianos, pues la fe no se vive desde las prácticas
religiosas, siendo éstas buenas, sino desde el compromiso real con los hermanos.
El poder de la ecónoma o ecónomo es muy fuerte en las comunidades, diría que en muchos
casos pesa más que el del superior/a, puesto que de ellos depende con frecuencia el
bienestar o el malestar de la casa o de la obra, el que cada miembro se sienta en su casa y
no tenga que recurrir al engaño, o a las amistades, para conseguir las cosas más elementales
y cotidianas. Por el contrario, el ecónomo/a permisivo se presta para que los religiosos/as
que carecen de convicción o criterio claro sobre la pobreza se convierta en consumista
compulsivo: necesita lo último en tecnología, en medicinas, en comidas, vestido etc. Les
basta el permiso para creer que viven el voto.
VIVIR LA ESPERANZA EN MEDIO DE LAS CRISIS
José Antonio Pagola en un precioso folleto que titula JESÚS Y EL DINERO, reconoce que
éstos no son tiempos fáciles para la esperanza, porque la globalización y el neoliberalismo
irracional e ilimitado nos va llevando a una sociedad cada vez más injusta y excluyente,
pero van apareciendo unos signos, que no son insignificantes y que conducirán poco a poco
al cambio, para lograr un mundo más justo e inclusivo. Se requiere tiempo y perseverancia,
como todos los cambios sociales. Dice:
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“a la humanidad se le irá haciendo cada vez más difícil soportar la tiranía del dinero
que hoy domina la marcha del mundo”, con un sistema capitalista, neoliberal,
irracional, aberrante, incapaz de autocorregirse,
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 Se están produciendo hechos que favorecen el crecimiento de la resistencia a esta
situación injusta. La tecnología de la comunicación, las redes sociales visibilizan la
pobreza, la miseria y la destrucción del planeta y crean conciencia.
 Los países ricos empiezan a sentirse inseguros ante las migraciones de sus vecinos
empobrecidos.
 Cada vez hay más movimientos que expresan su indignación y resistencia ante los
conflictos bélicos, la miseria de los pueblos y diversas esclavitudes, exigiendo un
mundo más justo y humano. Distintas ONG.
 Hoy, como en ningún otro momento de la historia, la humanidad se ha preocupado
tanto por la reparación de las víctimas inocentes en los conflictos.
Nos preguntamos: ¿qué movimientos están apareciendo en nuestras comunidades, que nos
estén llevando a una vida más justa y solidaria? ¿Más formación humana y cristiana? ¿Nos
estamos dejando “tocar” por la realidad de pobreza y miseria de nuestro pueblo?
¿Trabajamos por superar la violencia que se manifiesta como agresividad, independencia,
escapismo, intolerancia, dentro de las comunidades? ¿Cuál es nuestro granito de arena para
lograr la paz en Colombia?
La ecónoma/o son la mano firme y a la vez generosa de Dios Padre, que
acompaña a sus hermanas/os a vivir lo cotidiano de su vida personal y
apostólica con gozo y sin angustia.
Tienen como misión pastoral la administración de sus comunidades, dando al
dinero el lugar que se merece: ser instrumento de vida, de crecimiento, de paz
y de justicia, dentro y fuera de la comunidad.
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