El desarrollo del debate sobre la política cultural en España Arturo Rodríguez Morató y Edurne de Juan CECUPS. Universidad de Barcelona BORRADOR PARCIAL EN CURSO DE ELABORACIÓN Resumen: Este trabajo se inscribe en el marco de una amplia investigación colectiva del Plan Nacional de I+D+i sobre El sistema de la política cultural en España. En ella se estudian comparativamente los procesos de institucionalización de esta política en una muestra significativa de comunidades autónomas del país, además de otros aspectos relevantes del tema. Uno de los aspectos que estudiamos es el debate público en torno a esa política: su evolución y sus configuraciones diferenciales. El trabajo que aquí se presenta parte de un análisis de contenido de los principales periódicos regionales de las comunidades consideradas (Cataluña, Galicia, Madrid, Comunidad Valenciana, Aragón, País Vasco y Andalucía). Utilizando la técnica del claims-making analysis, concebida para la investigación del debate público y los movimientos sociales, hemos llevado a cabo un análisis cualitativo y cuantitativo de una muestra de artículos relacionados con la política cultural aparecidos en esos medios en los tres meses precedentes a tres elecciones autonómicas desde 1980. En ese análisis tomamos en cuenta la agenda del debate y sus líneas de conflicto, los actores que intervienen en él y sus interlocutores, así como los marcos cognitivos y las legitimaciones que utilizan. Una hipótesis que guía nuestro análisis, del que aquí se presentan los primeros resultados, es que el grado de disparidad entre los diversos campos autonómicos de debate sobre la política cultural disminuye con el tiempo, una evolución que sería congruente con la convergencia general del sistema que nuestro estudio pretende confirmar. INTRODUCCIÓN: El ámbito de la política cultural, surgido en el contexto del desarrollo maduro del estado del bienestar, no se remonta apenas más allá de los años sesenta. Desde su institucionalización, sin embargo, esta política pública ha experimentado en todas partes un proceso de rápida expansión: ha aumentado extraordinariamente sus presupuestos, se ha potenciado a todos los niveles territoriales, configurándose como un complejo sistema multinivel, y ha ampliado más y más sus ámbitos de intervención (de la cultura clásica a la cultura popular y a la industria cultural) y asimismo sus objetivos (desde la conservación y la difusión al fomento de la diversidad y a la regeneración o la promoción territorial) (Bianchini, 1993; Corijn, 2002). A lo largo de todo este proceso, la política cultural ha ido desplazando su centro de gravedad de la esfera nacional a la esfera local y regional, donde últimamente está dejando de ser una simple política de bienestar y se está convirtiendo también en una crucial política de cohesión social, de competitividad y desarrollo territorial. En este contexto, en el que su importancia se acrecienta especialmente, la política cultural adquiere al mismo tiempo una característica complejidad (Cherbo y Wyszomirski, 2000). Este patrón de desarrollo de la política cultural es común a todos los países occidentales desarrollados. En España, aunque con veinte años de retraso el proceso ha seguido también la misma pauta. Lo ha hecho, eso sí, a un ritmo más acelerado que en otros países, debido al déficit del que se partía, y con una intensidad que puede calificarse de muy notable, lo que hay que achacar a la vocación culturalista del nuevo orden democrático. La nota más característica del desarrollo de la política cultural en España, no obstante, ha sido su gran diversidad, una diversidad que remite a la nueva organización autonómica del Estado y a la pluralidad de desarrollos institucionales – incluso concurrentes- que ésta ha posibilitado en el ámbito cultural ( Ariño, Bouzada y Rodríguez Morató, 2005). Porque ocurre que el sistema de la política cultural en España tiene en el nivel autonómico su instancia de estructuración predominante y los espacios de la política cultural autonómica se han configurado de manera muy dispar según los diferentes contextos y circunstancias en los que han fraguado. En las autonomías españolas existían, en efecto, al inicio del proceso contextos político-culturales muy diversos: lenguas propias, nacionalismos, regionalismos, en unos casos y una variada gama de identificaciones con el nacionalismo español y con la cultura unitaria española, en otros. También contextos institucionales muy contrastados: dos centros principales del sector cultural –Madrid y Barcelona-, asentados sobre un tejido institucional de signo opuesto: de carácter estatal y raigambre absolutista en el caso de Madrid y de naturaleza predominantemente mercantil y origen burgués en el de Barcelona, junto a otras áreas de menor densidad –muy variable, de todos modos- y carácter institucional también diverso, municipal o asociativo. La característica complejidad de la política cultural, exacerbada en el caso español, remite a la naturaleza sui generis de esta política. Se trata de una política orientada a un ámbito de la realidad social –el cultural- de contornos intrínsecamente controvertidos (cultura entendida como valores, como conocimiento y formación, como modo de vida, limitada a las prácticas expresivas valorizadas o bien considerada más ampliamente como cultura del ocio y el entretenimiento, etc.). Esta ambigüedad intrínseca del referente conceptual de esta política se traduce en una plasmación institucional marcadamente diversa (cultura con o sin educación, comunicación, política lingüística, turismo, deporte, juventud...). Y ello por más que, por otra parte, el núcleo duro de esta política y su universo social de referencia se localicen siempre en unos muy específicos y delimitados ámbitos: los del patrimonio, las artes y las industrias culturales. Hay aquí una tensión esencial de esta política. Por lo demás, a la diversidad y a la tensión se le añade la fragilidad, pues la política cultural se caracteriza también por la incertidumbre respecto a sus objetivos, en tanto que éstos no pueden fácilmente vincularse a necesidades y son por ello endémicamente disputados. En el contexto de una política semejante, hasta tal punto indeterminada, la dinámica ideológica resulta especialmente influyente, a la vez que cambiante. La evidencia internacional al respecto muestra, en efecto, que en el caso de la política cultural, por comparación a otras políticas enmarcadas en el desarrollo del Estado del Bienestar, la determinación estructural es menor y la variación y el cambio inducido ideológicamente son más amplios (Zimmer y Toepler, 1996). En el caso español, hemos dicho que el punto de partida de la institucionalización de la política cultural es especialmente diverso en sus orígenes, en unas y otras autonomías. A ello hay que añadir la ausencia en nuestro caso de tradiciones fuertes de intervención pública en este terreno. La autonomía de la dinámica ideológica ha de resultar, por lo tanto, muy importante en España. Y lo mismo cabe decir de la tensión con respecto a las exigencias pragmáticas de los sectores profesionales y empresariales concernidos. Todo ello ha de reflejarse en el debate público. Por otro lado, sin duda la evolución de la política cultural y de sus legitimaciones ha sido muy significativa en nuestro país. En este sentido, cabe preguntarse también: ¿cuál ha sido el papel del debate público en esta evolución? Nuestro estudio pretende iniciar una exploración sistemática de estas cuestiones y comprobar hasta qué punto, en este terreno del debate público, existe una disparidad de partida en las diferentes autonomías españolas y se produce luego una efectiva convergencia entre ellas. PLANTEAMIENTO METODOLÓGICO En nuestro trabajo, prestaremos atención al desarrollo del debate en las diferentes autonomías, analizando el modo en el que cambian sus configuraciones y contenidos diferenciales a lo largo del tiempo. La especificidad del debate en torno a la política cultural viene dada, en primer lugar, por la diversidad de los actores que intervienen en él, cada uno desde lógicas de acción particulares. En ese sentido, queremos conocer quiénes son los protagonistas de este debate, a quién se dirigen y qué argumentaciones plantean. Asimismo, queremos evaluar el grado de disparidad existente entre las diferentes autonomías en relación a los contenidos del debate, ver si hay disonancias entre ellas y, si es así, interpretar ese juego de disonancias. El objetivo último es confirmar nuestra hipótesis de que el grado de disparidad del debate sobre la política cultural entre los diversos campos autonómicos disminuye con el tiempo. Para alcanzar nuestros objetivos, utilizamos la técnica del claims making-analysis. Esta técnica fue concebida para la investigación del debate público y los movimientos sociales y ha sido aplicada desde entonces en numerosos estudios sociológicos centrados en las dinámicas que tienen lugar dentro de la esfera pública. Fue empleada, por ejemplo, para analizar la movilización política por parte de las minorías (Koopmans y Statham, 1999a; 2003), el impacto de la constitucionalización de la UE en el discurso público europeo (Statham, Firmstone y Gray, 2005) o también la integración y las actitudes de los ciudadanos hacia la Unión Europea (Díez Medrano, 2008). La técnica se aplica al análisis de la prensa diaria. El método del claims making -analysis posee las características del protest-event analysis y de los estudios del discurso político. Koopmans y Statham (1999b) señalan que esta técnica ofrece varias ventajas que hacen de ella una herramienta sofisticada y universal para examinar la acción y el discurso que tiene lugar en la esfera pública. El método del claims making-analysis permite analizar las reclamaciones en un amplio contexto discursivo, cultural e institucional. La unidad principal del claims makinganalysis es un claim –una reivindicación política, consistente en una demanda, una crítica o una propuesta- que puede tomar diversas formas y ser presentada por distintos actores. Este trabajo aplica la técnica del claims making-analysis para el estudio del desarrollo del debate público en el ámbito de la política cultural en España. A este respecto, consideramos la forma que adopta la discusión pública en el ámbito de las reivindicaciones en torno a la política cultural, observamos el carácter de estas reclamaciones (claims) y analizamos las diferencias entre las distintas autonomías en la forma de originarse el debate de la política cultural. Nos centramos, para empezar, en las configuraciones del debate, identificando las características de los actores que intervienen en él, a quiénes se dirigen y con qué reivindicaciones. Y prestamos atención, asimismo, al análisis de contenido de las cuestiones suscitadas, considerando los marcos cognitivos en los que se encuadran y las legitimaciones a las que remiten. TRABAJO DE CAMPO Nuestro trabajo se inscribe en el marco de una amplia investigación colectiva del Plan Nacional de I+D+i sobre El sistema de la política cultural en España. En ella se estudian comparativamente los procesos de institucionalización de esta política en una muestra significativa de comunidades autónomas del país, además de otros aspectos relevantes del tema. Uno de los aspectos que estudiamos dentro de ese proyecto es el debate público en torno a esa política. A este respecto, hemos llevado a cabo un análisis de una muestra de artículos relacionados con la política cultural recogidos en toda una serie de periódicos. Los periódicos escogidos han sido los principales diarios regionales de las comunidades autónomas investigadas: Cataluña, Galicia, Comunidad Valenciana, Aragón, País Vasco y Andalucía (aunque esta última ha quedado pendiente por el momento). Los periódicos analizados han sido, respectivamente: La Vanguardia, La Voz de Galicia, Levante, El Heraldo de Aragón y el Correo Vasco. En el caso de Madrid, comunidad incluida también en nuestro estudio, los periódicos seleccionados han sido dos: El País y el ABC. En todos los casos se trata de los periódicos que pueden considerarse más representativos de la comunidad correspondiente, lo suficientemente plurales como para recoger reclamaciones provenientes de los más diversos actores. La muestra de ediciones analizada abarca los tres meses previos a tres elecciones autonómicas: la primera, la última y una intermedia, lo más centrada posible entre los dos extremos anteriores. Las secciones que examinamos fueron: política, cultura, opinión, regional y nacional. Por otro lado, realizamos un sondeo previo en cada periódico para elegir los días óptimos en noticias y optamos por analizar dos días por cada periódico. De este modo, codificamos todos los casos de reivindicaciones de política cultural que aparecieron en las ediciones de estos periódicos, en las fechas y secciones señaladas. Por el periodo abarcado y por los medios cubiertos, la muestra de claims recogida ha sido muy amplia y variada. Gracias a ello, hemos podido cubrir el debate sobre la política cultural en España en la doble dimensión que nos interesaba: la del contraste entre las diferentes autonomías y la de la evolución general. Nuestra codificación parte de la identificación de los artículos que contienen reivindicaciones de política cultural. Estas reivindicaciones se entienden en un sentido amplio pero al mismo tiempo delimitado. Se registran actos que constituyen demandas, críticas o propuestas relacionadas con la regulación de la actividad cultural, con la organización de una oferta pública cultural o con el apoyo público indirecto a la actividad cultural. Las actividades culturales que se consideran son las que se autodefinen o presentan como tales y en todo caso las que entran dentro de lo que hemos considerado en nuestro estudio como el núcleo de la política cultural (artes, patrimonio, cultura popular e industrias culturales). En primer lugar codificamos el artículo, especificando la fecha, periódico, sección y el género periodístico del artículo: si es una noticia, una entrevista, un artículo de opinión de algún periodista o especialista en la materia, un reportaje, una carta al director, etc. Identificamos el número de reclamaciones (claims) y la región y la ciudad en la que se producen dichas reclamaciones. Categorizamos a los actores que realizan las reivindicaciones (representantes del gobierno, artistas, activistas culturales, periodistas, intelectuales, gestores de instituciones culturales, miembros de la industria cultural, etc.), especificando su rol (si es un representante anónimo de algún colectivo o un portavoz de una institución, por ejemplo) y su alcance (si su repercusión es local, regional, estatal o internacional). Esta misma categorización que utilizamos con el actor, la repetimos con el receptor, es decir, aquel a quien se dirige la intervención pública del actor. En el caso del receptor, añadimos el partido político y la valoración que hace el actor sobre él, si es positiva, negativa o neutra. Codificamos, asimismo, la forma en la que se produce la reclamación, a través de toda una serie de categorías y registramos la cuestión o el tema al que se refiere la reclamación. Finalmente, codificamos el objeto de la reclamación, el alcance territorial y la valoración que se hace. Hasta ahora hemos llevado a cabo una primera parte del trabajo total proyectado. Por el momento, hemos codificado los artículos recogidos en cuatro periódicos: La Vanguardia, El Correo Vasco, El País y El Heraldo de Aragón. Partiendo de las noticias codificadas de estos periódicos, estamos ahora realizando un primer análisis centrado en algunos aspectos básicos de las configuraciones del debate (actores implicados y líneas de conflicto) y de sus contenidos (cuestiones suscitadas, marcos cognitivos y legitimaciones). CUADRO DESCRIPTIVO Utilizando las bases de datos de los periódicos La Vanguardia y El Correo realizamos un primer análisis diacrónico del debate sobre la política cultural en Cataluña y el País Vasco. En lo que respecta a la configuración del debate en el País Vasco, a grandes rasgos podemos observar que en la primera fase del análisis (1979-1980), los protagonistas principales del debate son los intelectuales y expertos (50%) y el gobierno nacional (30%). La mayoría de las manifestaciones se dirigen asimismo al gobierno nacional y local (75%) y a los miembros de la industria cultural (25%). Los contenidos del debate en esta primera fase, se centran en una discusión sobre el gobierno multinivel y en el protagonismo autonómico. Tabla 1: actores de las manifestaciones en el País Vasco (El Correo): 1979-1980 Actores Gobierno Medios de comunicación y periodistas Intelectuales/expertos Desconocidos y sin especificar Total Frecuencias 3 1 Porcentajes 30,0 10,0 5 1 50,0 10,0 10 100 Tabla 2: interpelados de las manifestaciones en el País Vasco (El Correo): 1979-1980 Interpelados Frecuencias Gobierno 3 Miembros de la industria 1 cultural Total 4 Porcentajes 75,0 25,0 100,0 En la segunda fase (1994), los actores principales de diversifican, surgen en el debate los medios de comunicación y periodistas (26,3%), el gobierno local (21,1%), los miembros de la industria cultural (15,8%), los gestores de instituciones culturales (10,5%) y artistas (5,3%). En este caso las manifestaciones se dirigen en su mayoría al gobierno regional (61,5%) y a los gestores de instituciones culturales (23,1%). Entre los contenidos del debate de este periodo cabe destacar, las cuestiones relacionadas con las actuaciones del gobierno regional y los gestores de las instituciones culturales. Tabla 3: actores de las manifestaciones en el País Vasco (El Correo): 1994 Actores Gobierno Artistas Activistas culturales Medios de comunicación y periodistas Gestores de instituciones culturales Miembros de la industria cultural Otros Desconocidos y sin especificar Total Frecuencias 4 1 1 5 Porcentajes 21,1 5,3 5,3 26,3 2 10,5 3 15,8 2 1 10,5 5,3 19 100,0 Tabla 4: interpelados de las manifestaciones en el País Vasco (El Correo): 1994 Interpelados Frecuencias Gobierno 8 Intelectuales 1 Ges,7ores de instituciones 3 culturales Otros 1 Total 13 Porcentajes 61,5 7,7 23,1 7,7 100 En la tercera fase (2008), el actor principal será nuevamente el gobierno con un notable predominio del nivel regional y local (50%). Los gestores de instituciones culturales (15,4%), los medios de comunicación y periodistas (11,5%) y los miembros de la industria cultural (7,7%). En esta fase las manifestaciones se dirigen a los gestores de instituciones culturales (44,4%) y al gobierno regional y local (33,3%). Los contenidos del debate en este periodo se centran sobretodo en la crítica a la mala gestión de la política cultural y la critica a las decisiones del gobierno. Tabla 5: actores de las manifestaciones en el País Vasco (El Correo): 2008 Actores Gobierno Otros políticos Medios de comunicación y periodistas Gestores de instituciones culturales Miembros de la industria cultural Desconocidos y sin especificar Total Frecuencias 13 2 3 Porcentajes 50,0 7,7 11,5 4 15,4 2 7,7 2 7,7 26 100,0 Tabla 6: interpelados de las manifestaciones en el País Vasco (El Correo): 2008 Interpelados Gobierno Otros políticos Medios de comunicación y periodistas Gestores de instituciones culturales Total Frecuencias 3 1 1 Porcentajes 33,3 11,1 11,1 4 44,4 9 100,0 En lo que se refiere a Cataluña, en la primera fase del análisis (1979-1980), el protagonista principal del debate es el gobierno local y nacional (22,5%), los medios de comunicación y periodistas (12,5%) y artistas (12,5%). Las manifestaciones también se dirigen fundamentalmente al gobierno nacional (76,2%). Los contenidos del debate en esta primera fase se centran, entre otros, en discusiones acerca del gobierno multinivel, en la descentralización de la cultura, y en discusiones acerca del patrimonio y memoria histórica. Tabla 7: actores de las manifestaciones en Cataluña (La Vanguardia): 1979-1980 actores Gobierno Otros políticos Artistas Medios de comunicación y periodistas Intelectuales/ expertos Miembros de la industria cultural Otros Desconocidos y sin especificar Total Frecuencias 9 5 5 5 Porcentajes 22,5 12,5 12,5 12,5 4 4 10,0 10,0 2 6 5,0 15,0 40 100,0 Tabla 8: interpelados de las manifestaciones en Cataluña (La Vanguardia): 1979-1980 Interpelados Gobierno Otros políticos Medios de comunicación y periodistas Gestores de instituciones culturales Otros Total Frecuencias 16 1 1 Porcentajes 76,2 4,8 4,8 2 9,5 1 21 4,8 100,0 En la segunda fase del análisis (1995), el actor principal del debate vuelve a ser el gobierno local (38,9%), otros políticos (14,8%), medios de comunicación (9,3%) y artistas (7,4%). Las manifestaciones se dirigen al gobierno regional (72,4%) y a los gestores de instituciones culturales. Los contenidos del debate se centran en esta fase en la difusión de la lengua y cultura catalana, en conflictos por subvenciones y patrimonio cultural. Tabla 9: actores de las manifestaciones en Cataluña (La Vanguardia): 1995 Actores Gobierno Otros políticos Artistas Activistas culturales Medios de comunicación y Frecuencias 21 8 4 2 5 Porcentajes 38,9 14,8 7,4 3,7 9,3 periodistas Intelectuales/ expertos Gestores de instituciones culturales Miembros de la industria cultural Otros Desconocidos y sin especificar Total 1 6 1,9 11,1 2 3,7 2 3 3,7 5,6 54 100,0 Tabla 10: interpelados de las manifestaciones en Cataluña (La Vanguardia): 1995 Interpelados Frecuencias Gobierno 21 Artistas 2 Gestores de instituciones 3 culturales Otros 2 Desconocidos y sin 1 especificar Total 29 Porcentajes 72,4 6,9 10,3 6,9 3,4 100,0 En la última fase (2006), el actor principal es el gobierno local (30,3%), los artistas (15,2%), intelectuales y expertos (9,1%), miembros de la industria cultural (6,1%) y gestores de instituciones culturales (3,0%). Las manifestaciones se dirigen en su mayoría al gobierno regional (61,1%), a otros políticos (11,1%) y a los medios de comunicación y periodistas (11,1%). Los contenidos se basan en la mala gestión de la política cultural. Tabla 11: actores de las manifestaciones en Cataluña (La Vanguardia): 2008-2009 Actores Gobierno Otros políticos Artistas Medios de comunicación y periodistas Intelectuales/ expertos Gestores de instituciones culturales Miembros de la industria cultural Desconocidos y sin especificar Total Frecuencias 10 1 5 1 Porcentajes 30,3 3,0 15,2 3,0 3 1 9,1 3,0 2 6,1 10 30,3 33 100,0 Tabla 12: interpelados de las manifestaciones en Cataluña (La Vanguardia): 2008-2009 Interpelados Gobierno Otros políticos Artistas Medios de comunicación y periodistas Miembros de la industria cultural Desconocidos y sin especificar Total Frecuencias 11 2 1 2 Porcentajes 61,1 11,1 5,6 11,1 1 5,6 1 5,6 18 100,0 CUADRO ANALÍTICO Análisis de tendencias: En lo referente a las tendencias generales de la evolución de los actores en el debate del País Vasco, según se constata en el cuadro descriptivo, se produce un cambio de las categorías dominantes de la primera fase, es decir, el desvanecimiento del predominio del gobierno nacional y los intelectuales y expertos. En la siguiente fase, se observa la influencia de una multiplicidad de actores que se manifiestan en el debate público, entre otros, los miembros de la industria cultural, gestores de instituciones culturales, activistas culturales y artistas. Asimismo, cabe señalar que durante este segundo momento las manifestaciones del gobierno se producen en su mayoría a nivel local. En la tercera fase, continúa la diversificación de actores de la segunda fase, los gestores y los miembros de la industria cultural pero desaparecen los artistas y activistas culturales. El gobierno se pronuncia en el debate a nivel regional y local y se incrementa el peso de los gestores de las instituciones culturales. Sobre las tendencias generales del debate de la política cultural en Cataluña, cabe destacar que ya desde la primera fase se producen manifestaciones del gobierno a nivel local además del nacional. Llama la atención asimismo, la pluralidad de actores en esta primera fase, artistas, intelectuales, medios de comunicación y miembros de la industria cultural. Al igual que en el caso del País Vasco, en la segunda fase, se observa una diversificación de los actores, entrando a formar parte del debate los activistas culturales y los gestores de instituciones culturales. En el tercer momento catalán, se mantiene el patrón de diversificación de la fase anterior y se destaca el protagonismo principal del gobierno a nivel local, debido a la persistente importancia del ayuntamiento de Barcelona. En ambos territorios se constata la tendencia al eclipse del gobierno nacional en la segunda y tercera fase del análisis, debido al progresivo aumento de las manifestaciones de gobierno a nivel regional y local. Asimismo cabe destacar, la profunda y gradual diversificación de los participantes en el debate sobre la política cultural y el aumento de los profesionales del sector cultural, los artistas, gestores y miembros de la industria cultural. Si bien es cierto que en el caso catalán en la primera fase encontramos una mayor pluralidad de actores, el porcentaje es bajo y la diversificación se fortalece a lo largo de las siguientes fases. En lo que respecta a los interpelados de estas manifestaciones, en el caso del País Vasco, se observa una tendencia paralela, esto es, la mayoría de las manifestaciones se dirigen en una primera fase al gobierno nacional y a los miembros de la industria cultural. En el segundo momento, se percibe el desvanecimiento de las manifestaciones hacia el gobierno nacional y se comprueba el auge del gobierno regional. Asimismo, surgen nuevos participantes en el debate, los gestores de las instituciones culturales y los intelectuales. En el tercer período, los principales interpelados son los gestores de las instituciones culturales y el gobierno a nivel regional y local. En el caso catalán, se verifica que las manifestaciones en la primera fase se dirigen fundamentalmente al gobierno nacional, y se observa, en menor medida, la presencia de los gestores de instituciones culturales. En la segunda etapa del debate, se confirma que al igual que en el caso vasco, las manifestaciones hacia el gobierno pasan a un nivel regional y se mantiene la presencia de los gestores de instituciones culturales. Asimismo, se va dibujando una diversificación del panorama del debate debido a la entrada de nuevos sujetos. En el tercer momento del análisis, se consolida la pluralidad de actores, desaparecen los gestores de instituciones culturales pero se confirma la presencia del gobierno a nivel regional, los medios de comunicación, miembros de la industria cultural y artistas. En las tendencias generales de los interpelados en el debate de la política cultural, se confirma el declive común del gobierno nacional, debido a que se va dejando de apelar al gobierno nacional en pro del regional y local. Se produce un contraste sobre la tendencia a la gerencialización del debate, ya que los interpelados pasan del nivel político a los gestores, estableciéndose así el debate entorno a los técnicos. Esta tendencia se dibuja en la en las tres fases, pero cabe señalar que en Cataluña se quiebra en la tercera fase, y en cambio, en el país vasco se radicaliza. Análisis de contenidos: En el caso del País Vasco, se pasa de un predominio de temas estructurales, a temas técnicos, programáticos y evaluativos, y finalmente a temas evaluativos. Asimismo, se constata que crece el énfasis sobre la crítica de las actuaciones. En la primera época, se produce una discusión genérica sobre el papel de la autonomía en el control de la cultura, formándose un paradigma de debate más estructural. También se perciben algunas líneas de debate en forma crítica, en relación a las medidas sobre la normalización del euskera. Durante el segundo momento se perfilan cuestiones más relacionadas con las actuaciones del gobierno regional y los gestores de las instituciones culturales, entre otras, conflictos acerca de cuestiones relativas al patrimonio cultural y peticiones de infraestructuras y subvenciones en el área de cultura. En la tercera fase, en cambio, entran en juego manifestaciones críticas sobre las actuaciones del gobierno regional y los gestores de las instituciones culturales. Fundamentalmente, en líneas generales, se pasa de un tema de debate estructural a otro centrado en actuaciones específicas. En el caso catalán, en el primer momento surgen contenidos de estructura y algunos temas técnicos. En la segunda fase, se aprecia la pérdida de la presencia de los contenidos técnicos y programáticos, surgen temas relacionados con la cultura en catalán, en relación al fomento y difusión de la lengua y cultura catalana. En la tercera fase, al igual que en el caso vasco, son más presentes los temas críticos o evaluativos de las actuaciones como la crítica a la mala gestión de la política cultural. En ambos territorios se constata la radical desaparición de los temas de modelo de la primera fase y se sigue una tendencia común que pasa de lo programático a lo evaluativo y crítico. A modo de contraste, cabe señalar el repunte nacionalista catalán de la segunda fase. CONFIGURACIONES DEL DEBATE En la primera etapa las configuraciones del debate son extrínsecas a los protagonistas de las manifestaciones. Tanto los enunciadores como los interpelados de las manifestaciones se sitúan fuera de las comunidades autonómicas. En contraste, se aprecian diferencias que remiten a las divergencias que son propias de cada contexto. Por ejemplo, la relevante voz del gobierno de Cataluña a nivel local, no es comparable a ningún otro caso, y se debe a la constancia predominante y fundamental del ayuntamiento de Barcelona. En la segunda y tercera etapa, las manifestaciones son intrínsecas a las comunidades autonómicas, son de nivel regional y local. Los participantes en el debate se diversifican progresivamente y aumentan los profesionales del sector cultural. La configuración del debate pasa de lo programático a lo evaluativo y crítico. En la tercera fase, se produce una divergencia en relación a la gerencialización del debate, ya que en Cataluña la tendencia al debate entorno a los técnicos se disipa y en cambio en el País Vasco se intensifica. De una forma aproximada, en esta incipiente etapa del análisis diacrónico y comparativo entre el País Vasco y Cataluña, se confirma en ambos casos la idea de la racionalización gerencialista, en la cual se pasa de lo ideológico a lo gerencial. Asimismo, podemos vislumbrar que la configuración del debate en ambos casos apunta hacia la hipótesis de la convergencia, es decir, el grado de disparidad del debate se va reduciendo con el tiempo. REFERENCIAS Ariño, Antonio, Bouzada, Xan, Rodríguez Morató, Arturo, 2005, “Políticas culturales en España”, en Juan A. Roche Cárcel y Manuel Oliver Narbona (eds.), Cultura y globalización. Entre el conflicto y el diálogo, San Vicente del Raspeig, Publicaciones de la Universidad de Alicante. Bianchini, Franco, 1993, “Remaking European cities: the role of cultural policies”, en Bianchini, Fr., Parkinson, M., eds, Cultural policy and urban regereration.The West European experience, Manchester, Manchester U.P. 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