corrientes de vida - Federación Familias de Schoenstatt Argentina

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CORRIENTES DE VIDA
La dinámica del Cenáculo Konferenz 2014, operaba con un moderador, grupos en
mesas redondas por idioma que reflexionaban incentivados por la moderación y foros de
puesta en común coordinados por una licenciada del Norte de Alemania contratada
para tal fin.
El 4 de febrero por la tarde comenzó con una exposición sobre las corrientes de vida,
hecha por el P. Heinrich Walter (Superior General de los Padres), para facilitar la
respuesta a la pregunta: ¿Qué corrientes de vida hay – tanto local como internacional en la Familia de Schoenstatt?
El padre inicia su exposición aclarando el concepto de Corrientes de Vida, de la
conducción a través de estas Corrientes y preguntó: ¿estuve alguna vez en una
corriente? Para entender esto hay que ir a lo que uno ha vivido espiritual y físicamente
como corriente. Una vez cuando iba en canoa por el Río Danubio percibí que era
mucho mas fácil ser llevado por la corriente que querer ir en una dirección concreta. La
corriente marca el camino correcto ¿Qué significa ser llevado por una corriente?
El P. José Kentenich eligió concientemente la palabra “corriente”. Una corriente no
capta solamente la inteligencia, sino todo el ser humano. Conducir por corrientes
significa conducir desde dentro no desde disciplina u órdenes superiores. De ahí se
despierta la libertad y magnanimidad. Una corriente se produce cuando comienza en el
propio corazón. Una corriente se produce cuando libertad y magnanimidad están a
nuestro alrededor y cuando la comunidad que está alrededor mío, la percibe y con
libertad y magnanimidad la realiza. Corriente es cuando la gente está convencida de lo
que tiene que hacer. Por ejemplo, hace años que existe una corriente ecológica que
puede ser estudiada según la concepción de nuestro Padre. La corriente ecológica ha
logrado cambiar a los hombres y la política y la encontramos hasta en el Jardín de
Infantes. (…)
Las corrientes tienen portadores, porque las corrientes tienen que ver con personas
que están impregnadas en esa corriente y las corrientes así están vivas; son encarnadas
por personalidades que están profundamente imbuidas en la corriente. Una corriente
es un movimiento de valores encarnados por los dirigentes. Cuando se trata
verdaderamente de una corriente, las personas están dispuestas al sacrificio. La
corriente necesita de magnanimidad y capacidad para hacer sacrificio. Nos
preguntamos: ¿hay algo de eso en nuestro entorno? El P. J. Kentenich fue un maestro
en despertar y trabajar con corrientes. Cuando él falleció en 1968, surgió una fuerte
corriente del Padre, por la cual todos nos vimos arrastrados.
Ahora se trata de las corrientes de nuestro entorno, de nuestros países. ¿Cuáles
existen? El fuego en los ojos del hombre es lo que convence, sin ese fuego no existe la
corriente. (…)
Luego de trabajar en los grupos la respuesta a la pregunta ¿Qué corrientes de vida
hay – tanto local como internacional – en la Familia de Schoenstatt? Se resumen en:

La corriente del Padre (llevar el Padre a la Iglesia);

La corriente misionera;

La corriente del Santuario;

La corriente de la coronación.
Enseguida los participantes fueron invitados por la moderación a presentar sus
opiniones.. Notamos que existen las corrientes;
el desafío para nosotros es
introducirlas en la Iglesia. Una corriente necesita de portadores, como hemos
escuchado. ¿Qué hacemos nosotros para fortalecer, profundizar y permitir que las
corrientes sigan su curso?
Lo que vivimos no es evidente: en todo el mundo nosotros estamos unidos en la Alianza
de Amor y en nuestro Padre. Eso significa que también podemos mirar otra
perspectiva, sobre la cual ya hemos hablado: los grandes desafíos del tiempo que se nos
presentan. Con la imagen de la corriente, se establece la conexión entre nuestra riqueza
y el mundo.
La canonización del Padre no basta para que el sea reconocido por la Iglesia. Su
familia es su carta de presentación. Nuestra unidad en la diversidad tiene gran
significado – así queremos llegar a Roma y dar testimonio.
Está la corriente del Padre, pero también la corriente del Santuario. En ella hay un
sueño: celebrar 2014 con el Santuario Original “libre”.
También se puede resaltar la corriente misionera. Nuestra estrategia como familia de
Schoenstatt, es ser misioneros como nuestro Padre: con su sabiduría, su amor, su
coraje. ¿Quién conduce esas corrientes? ¡Nosotros! Ya hemos hablado de nuestro
anhelo apostólico. Cada uno debe preguntarse: ¿Cómo podemos permitir que esas
corrientes fluyan en todos los ámbitos? Para eso somos nosotros LOS
RESPONSABLES.
NOTAS COMPLEMENTARIAS
1) A través de corrientes de vida (de Propuesta Pedagógica del P.
Ángel Strada)
La pedagogía de movimiento pone también gran cuidado en la atmósfera o clima de la
comunidad donde se realiza la educación (hogar, colegio, etc.) Es de primordial importancia
que el educador sepa fomentar «corrientes de vida» que impregnen y movilicen a las
personas y a la comunidad.
Los elementos esenciales de una corriente de vida son:
• La fuerte presencia de algunos valores.
* La captación de todos los niveles de la personalidad del
educando, especialmente de su mundo afectivo.
« El carácter de respuesta a una situación concreta.
« La expresión de esos valores en símbolos y en acciones concretas.
La corriente de vida pone en movimiento a todos los miembros de la comunidad; forja una
mística, un alma comunitaria. Se distingue por una actitud de libre adhesión a un modo común de pensar y amar, conformado por el aporte creador de muchos y por el estímulo que
surge de los desafíos de las situaciones de vida.
Cuando en una comunidad existe realmente una corriente de vida, se produce de
forma casi espontánea la identificación afectiva y efectiva de sus miembros con los
objetivos comunitarios. La corriente de vida genera una sintonía -no siempre reflexiva ni
conceptualizada-, una suerte de simpatía que moviliza personas y ambientes*72. De allí que
la inexistencia de esas corrientes sea con frecuencia la responsable de la fosilización de
la comunidad, la caída en el formalismo externo, la parálisis y el enrarecimiento del
ambiente comunitario.
En la historia de Schoenstatt se encuentra muchos ejemplos de corrientes de vida
surgidas de la vivencia generosa de la Alianza de Amor; es imposible hacer referencia a
todas en el presente trabajo, pero vale la pena detenerse en una de las más recientes y
vitales. Se trata de la «Campaña de la Virgen Peregrina». Para iniciarla Dios utilizó a
Joao Pozzobon73, un sencillo padre de familia del sur de Brasil.
El 10 de setiembre de 1950, una Hermana de María lo invitó a acompañarla en la visita
que junto con un grupo de jóvenes iban a realizar a una familia de las cercanías. Llevaron un
cuadro de la Virgen de Schoenstatt, bendecido ese día en el Santuario de Santa María,
y rezaron el rosario con la familia.
A partir de ese día y durante más de treinta años, Don Joao peregrinó con la
imagen de la Virgen de Schoenstatt; primero a las familias, y desde 1954 también a
escuelas, hospitales y cárceles.
Miles y miles de personas reciben la imagen, rezan en común y comparten momentos
de encuentro fraternal con parientes, amigos y vecinos, quienes experimentan gracias
especiales con su visita.
Símbolos religiosos, oraciones espontáneas, cantos populares y arreglos florales,
expresan la devoción de la comunidad reunida en tomo a esta nueva Visitación. Con
frecuencia se medita en común la palabra de Dios, hay gestos de reconciliación con familiares
o vecinos y se hace partícipe a otros del acontecimiento. Suele suceder a menudo que la
Virgen Peregrina despierte la voluntad de un nuevo acercamiento a Cristo y a la Iglesia, lo
que se concreta en la recuperación o intensificación de la recepción de los sacramentos, en la
vida de oración o en la conversión a un nuevo modo de vida. La solidaridad de María con
todos, y en especial con los más pobres, impulsa a acciones concretas de asistencia, de
acercamiento a los más necesitados.
Lo que al principio fue iniciativa de una persona, con los años se irradió a miles de hogares
y a cientos de escuelas, hospitales, cárceles, parroquias, etc. Hoy esta Campaña se extiende
a países de los cinco continentes.
Es una magnífica muestra de lo que es una corriente de vida. Mencionemos algunos
elementos: concentración en determinados valores de la fe, tales como la presencia de María,
su cercanía y acción maternal, el valor de la oración en común, y la expresión de esos valores
en formas y símbolos accesibles a todos. María es puesta en el centro del hogar, en conexión
con las necesidades y las alegrías cotidianas.
72
Ib., Conferencias X y XI.
73
Para Joao Pozzobon véase: Uriburu, Esteban, Héroe hoy, no mañana, Patris
Argentina, 2002.
La adhesión cordial, la participación activa de quienes son portadores y de quienes
reciben a la Virgen Peregrina, y sobre todo la acción del Espíritu Santo, posibilitan una
forma de evangelización adecuada a las necesidades del hombre contemporáneo.
Buena parte del arte de la educación consiste en despertar tales corrientes, en hallar
nuevos motivos para enriquecerlas, en saber encauzarlas y alimentarlas, en transmitirlas sin
cesar y llevarlas a realizaciones concretas.
Una corriente de vida, según el Padre Kentenich, nace de la vida misma y se va
abriendo camino de una manera diferente a como lo hace una campaña publicitaria
orquestada.
El la compara con un río que va creciendo a partir de distintos y numerosos afluentes.
Este río a veces se desborda, pero luego vuelve a su cauce madre. Esos desbordes son
las tensiones lógicas de la diversidad de opiniones que se originan en toda corriente de
vida.
Dichas tensiones no deben ser eliminadas sino encauzadas creadoramente. Su sentido
es que a través de crisis espontáneas, o intencionales, la persona sea estimulada a tomar
decisiones y crecer así, en virtud de sus propias iniciativas, en la autonomía personal.
Toda corriente de vida crece y suscita vida en la medida en que integre realmente las
polaridades y los consensos. A su vez toda nueva iniciativa o corriente incipiente en un
grupo (familia, comunidad, etc.) sólo será fecunda si logra integrarse en la corriente principal
en la cual se halla inmerso todo el conjunto.
En el hogar, colegio, empresa o parroquia, la tarea del educador es captar, promover e
integrar las iniciativas de vida. Debe además tener en cuenta el disenso y las tensiones,
para que la corriente de vida se afiance y sea realmente unificado-ra; debe promover la libre
decisión personal, motivar a la gente para los ideales y cultivar el espíritu.
De ahí que el arte de la pedagogía de movimiento esté esencialmente unido a la
pedagogía de ideales y de confianza.
En el manejo sabio de estos elementos se decide nuestra capacidad de conducción
para servir a la vida, la unidad del grupo humano y la creatividad individual.
Hay que distinguir entre corriente de vida y campaña publicitaria. Esta última está
planificada e implementada calculadamente; apunta a un objetivo determinado y se
ajusta a un grupo de personas ya preestablecido y definido.
Es un medio para asegurar en otros, transmitir o despertarles ciertos apetitos
conducentes a promocionar un artículo determinado. Para ello se vale de medios que
también se usan en la corriente de vida: lemas, símbolos, gestos, cantos, programas, etc.
En cuanto al área pedagógica y pastoral, es legítima si está al servicio de la vida que
surge de las bases y no lo es si procura fomentar intereses particulares. En efecto, todos
los medios son en sí mismos ambivalentes en tanto y en cuanto no se determine en qué
relación se hallan con la vida y el fin.
La corriente de vida es una convergencia de impulsos vitales que brota de una
sintonización del alma individual y del alma comunitaria, que se produce en armonía con
el orden objetivo de ser. Para que la corriente de vida mantenga su lozanía inicial debe
atenerse a sus valores y elementos fundamentales y ser fiel a la historia testimonial de
aquellos que la han inspirado y entregado su vida por ella.
La corriente de vida crece orgánicamente en la medida en que más y más personas
vayan entrando en contacto con ella y la integren vivencialmente en su vida personal.
Pero no todos los impulsos vitales llegan a conformar una corriente de vida, así como no
todas las gotas de lluvia logran integrarse en un arroyo; para ello necesitan profundidad
y densidad que se proyecten en intuiciones y anhelos. Estos a su vez deben despertar
iniciativas que se plasmen en hechos concretos.
Por otra parte, la inculturación en el tiempo y en situaciones nuevas llevará a
actualizarse y adaptarse a las condiciones que se enfrenten; pero siempre conservando el
espíritu inicial, como expresión de la Providencia, traducido en una fidelidad creadora
capaz de volcarse en formas nuevas.
La Campaña de] Rosario de Don Joao Pozzobon presenta las características de
una corriente de vida, tal como lo leíamos en párrafos anteriores:
« Crecimiento orgánico en su desarrollo histórico. No fue proyectada en un
escritorio, sino que se originó lentamente a partir de un hecho «ocasional» (vale decir,
'providencial') al cual le fueron sucediendo otros.
Todo comenzó con una única imagen peregrina de la que luego surgirían las
pequeñas, que visitarían las treinta primeras familias y se irradiarían naturalmente a
colegios, hospitales, cárceles, etc.
En un primer momento se circunscribió a Santa María, luego se difundió por el
estado de Rio Grande do Sul y todo Brasil. Por último llegó a Argentina, de donde se
esparció por toda América, África del Sur y muchos otros países.
• Crecimiento fiel al impulso carismático que la Providencia suscitó en Schoenstatt:
Llevar a los hombres a la experiencia de las magnificencias de María, Mater Ter
Admirabilis, en el Santuario. Don Joao se consideraba «el pequeño alumno del Padre
Kentenich» y deseaba ser el José Engling de América. Respaldó la Campaña de la
Virgen Peregrina con su vida y una profunda vinculación al Santuario a través de
sus fidelísimos aportes al Capital de Gracias en su vida personal, familiar y apostólica.74
74
De apuntes de conversaciones sobre el tema, mantenidas entre el R Humberto
Andwanter y el R José Pontes, Schoenstatt, enero de 1989.
2) Cuarta estrella del dirigente: Conducir a través de corrientes de vida
(“Desde el Santuario, discípulos misioneros para una patria familia” P. Guillermo
Carmona)
En épocas de cambios bruscos y sorpresivos como la nuestra, es imprescindible
buscar nuevas respuestas a innumerables preguntas. Sobre todo es necesario arriesgar
caminos novedosos para conducir y ayudar a los demás a ser mejores. Pero este riesgo no
debe ser irresponsable.
Un camino que el Padre Kentenich transitó y que sugiere para todo conductor es a
través de las corrientes de vida. Lo aplicó en comunidades, familias, colegios e
instituciones. Esta estrella no nació de la pura reflexión ni de lectura de libros, sino de:
 circunstancias providenciales,
 búsqueda de excelencia y crecimiento,
 personas que lo asumieron como suyo.
Un breve recorrido por la Historia de la Iglesia nos dice que los grandes movimientos
culturales y religiosos fueron corrientes de vida: el monaquismo, la corriente franciscana,
jesuítica, los movimientos de la posguerra, etc.
Todos ellos tuvieron algunas características fundamentales:
 respondían a un desafío del tiempo (San Francisco, a la necesidad de la
pobreza); era, por lo tanto, un valor que se debía cultivar.
 Hubo personas que lo llevaron adelante, líderes, jefes carismáticos.
 Ilustraron la idea central -el valor supremo- con muchos símbolos (en el caso de
los franciscanos, por ejemplo, la tradición de los pesebres, del vía crucis, etc.).
 Tuvieron muchos adeptos que se reunieron y con quienes formaron una
comunión con el ideal previsto.
 Estas corrientes de vida impregnaron la vida religiosa, social y comunitaria y
tuvieron repercusión histórica.
Según el Padre Kentenich hay grandes corrientes de vida, como las que mencioné
anteriormente, y otras que están circunscriptas a grupos sociales o religiosos; hay
también pequeñas corrientes de vida que pueden ser focalizadas en una familia
determinada, un grupo, una institución.
El nuevo paradigma contempla el trabajo con estas corrientes de vida. Para eso, el
conductor debe tener algo de profeta, es decir, descubrir las necesidades del tiempo y
conocer el alma humana.
También Schoenstatt tuvo y tiene corrientes de vida: la corriente alrededor de la
paternidad, del Santuario, la de coronación, el "Jardín de María" y muchas otras. En
ellas se perciben -en menor o mayor grado- las características a las que aludí anteriormente. Es claro que estas corrientes de vida abarcan dimensiones afectivas y no sólo
racionales, que van más allá de la persona y ayudan poderosamente a despertar
respuestas creativas a las necesidades del tiempo y de las personas.
Desde una perspectiva religiosa una corriente de vida es un soplo del Espíritu. En
todas ellas hay algo de inspiración divina y de respuesta humana. Es por lo tanto una
iniciativa de Dios para una comunidad determinada, que acentúa un aspecto del misterio
cristiano o, en el caso de Schoenstatt, de su espiritualidad.
Detrás de la conducción por medio de corrientes de vida está el enorme desafío para
el dirigente. Cité la expresión del P. Kentenich, que debe aplicarse a una gran corriente
de vida, o a una más sencilla para un grupo, un colegio o una Diócesis: hay que estar "con
la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios".
3) Corrientes de vida. Hna. Elizabet Parodi (fragmento de la Conferencia “La misión
del Padre nos quema el alma”)
El Padre hablaba con gusto de la palabra corriente. Él decía: “cuando nosotros
tenemos que mostrar Schoenstatt como movimiento de vida no podemos conducir a
través de ideas, este año la táctica, la estrategia va a ser ésta, y allá vamos todos”. Por
otro lado Schoenstatt es un movimiento de ideas. No es solamente decir a ver qué
hacemos hoy…, qué nos dice…, de qué tenemos ganas… no, no. Tiene que ser un
movimiento de ideas pero también tiene que ser un
movimiento de vida y conducir por la vida. Tomó la
imagen de la corriente, a lo mejor se inspiró en las
corrientes eléctricas, no sé. En todo caso a mí, que no
entiendo mucho de esto, una de las cosas que leí en
cuanto a las corrientes es que lo propio de una
corriente, para que haya una corriente eléctrica, por
ej., los electrones están como libres, por todas partes,
se unen en un campo magnético. Tiene que haber un campo magnético que los una y
esa fuerza es la que genera electricidad. En una imagen que me parece muy simpática,
es una imagen satelital, no se ve muy bien pero ….ésta es una plaza en París. Está llena
de gente, caminando por cualquier lado. Se para un charlatán, se pone a hablar de algo
y la gente espontáneamente se nuclea. ¿lo ven ahí en el medio? Éste justamente es el
magnetismo de una corriente. Cuando esto genera vida la cosa se va como trasmitiendo,
se va como ordenando todo. Este es el desafío que el padre nos plantea como
dirigentes. Por eso también la conferencia 2014 se lo pregunta, no solamente como
táctica sino también como corriente. Lo propio de la táctica, planeamos algo y a mí me
toca hacer algo. Al revés, lo propio de una corriente es que uno dice algo me toca el ser.
No es que a mí me toca hacer algo sino algo que me toca, en el sentido de una
conmoción interior y de alguna manera yo lo trasmito.
Táctica
Me “toca hacer algo”
Corriente
Algo me “toca” el ser
Tiene como un magnetismo. Por eso lo propio de una corriente de vida es que tiene que
haber centros magnéticos, tiene que haber alguien que se enciende por la idea sino no
despierta corriente, no tiene magnetismo. Cuando en la conferencia de 2014, el año
pasado, se preguntaron cuáles son las corrientes que están movilizando nuestra familia
se nombraron cuatro:
• la fuerza del Santuario en todas sus dimensiones
• la vinculación con nuestro Padre y su carisma
• el ímpetu misionero
• el don y el desafío de la unidad de la Familia
Nos enteramos con alegría, en estos días, que el proceso de canonización de nuestro
Padre pareciera estar cerrado, en Tréveris. Termina allí y pasa a Roma, en una nueva
etapa pasa de la Iglesia diocesana a la Iglesia universal. Y la Iglesia va a mirar no
solamente cuál es el carisma del Padre José Kentenich, sino cómo viven sus hijos ese
carisma. En este sentido no es evidente que el año 2011, -la Divina Providencia
conduce- va a ser un año del Padre y de su carisma. Llevar tu presencia y tu carisma
para que la familia se una en ti.
Este criterio de unidad, que es un anhelo muy fuerte, tampoco es muy evidente.
Cada rama, cada Instituto, cada federación también podemos estar desperdigados
como los electrones, cada uno mirando en su propio puchero. El hecho de que
podamos tener un cuerpo magnético que nos una, otra vez uno se pregunta ¿cuál es esa
persona, ese centro vivo de unidad? Y ahí uno llega a los tres puntos de contacto. A la
realidad de nuestro Padre y de su carisma: Tu presencia es criterio de unidad.
No sé si ustedes lo escucharon, pero a mí sí me pasó de escuchar: “Bueno, esto lo
pensaron los Padres, pero ¡no! Es de las Hermanas, ¡no! es de la JF o de la
Federación de matrimonios o de la Liga de matrimonios.” Pero ¿cuántos Schoenstatt
tenemos? ¡Hay un solo Schoenstatt! Cuando estamos unidos en un solo campo
magnético. Lógicamente que cada uno, sean los Padres, las Hermanas, sea Federación,
la Liga o los Institutos o las Señoras de Schoenstatt, lo viven con su modalidad, hay
tensiones que son naturales, pero cuando las tensiones son naturales, son tensiones
creadoras. Luchan juntos por el único Schoenstatt, estamos “pateando” para el mismo
arco. Es un criterio fundamental para que la Iglesia reconozca que el carisma de nuestro
Padre tenga sentido. Si no van a decir que cada uno interpreta a su Padre Kentenich,
cada uno tiene su Schoenstatt como le venga bien. Esto sirve también para la
internacionalidad a nivel de todos los países. Este es el desafío que nuestro Padre
llamaba las tensiones creadoras, no las tensiones destructoras.
Si “tu misión nos quema el alma” uno podría escuchar por detrás la palabra de Jesús,
cap. 12 del Evangelio de Lucas, donde dice: “He venido a traer fuego y cómo desearía
que estuviera ardiendo la tierra…” más abajo dice: ”aprendan a descubrir las señales de
los tiempos…” “ustedes que ven una nube y dicen que va a llover…. aprendan a descubrir
lo que Dios quiere por el tiempo…” Esta pregunta también se la hizo la Conferencia del
2014 y nos dijeron que hay como diferentes campos donde queremos concretizar la
misión de nuestro Padre y hablaron de:
• el ámbito del matrimonio y la familia
• los desafíos y el dinamismo de la juventud
• la aplicación y difusión del pensamiento del P. Kentenich en el campo de la pedagogía
• la inserción en la Iglesia diocesana y universal con nuestro carisma original
• la colaboración efectiva en la gestación de un nuevo orden social y de una cultura
inspirada por la Alianza.
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