el seguro de vida de deudores - Facal, Martin & Asociados | Abogados

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EL SEGURO DE VIDA DE DEUDORES.
Ponencias presentadas por Mariana Martin y Carlos José María Facal, socios titulares de
Facal, Martin & Asociados – Abogados. Integrantes del Instituto de Derecho de Seguros
Isaac Halperin del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal.
PONENCIA UNO:
El seguro colectivo de vida crédito es contratado por el mutuante en su exclusivo
interés, con el fin de proteger el recupero de su crédito ante la eventualidad del
fallecimiento o invalidez total y permanente del deudor, cuyo flujo de ingresos
posibilitaba el pago regular de la obligación a su favor.
PONENCIA DOS:
En los seguros colectivos de vida de deudores, el Asegurador siempre interviene, por sí,
en la negociación de los términos de la póliza con la entidad mutuante. Aunque la
entidad mutuante sea agente institorio del Asegurador para la conclusión de otros
contratos, en el seguro de vida colectivo de deudores no actúa en tal carácter.
PONENCIA TRES:
En un contrato de seguro de vida colectivo de deudores el tomador-contratantemutuante, al no actuar como agente institorio, no debe generar derecho a percibir
honorarios o comisiones en tal carácter. El pago o promesa de pago de estos honorarios
o comisiones constituiría un acto inmoral y probablemente ilegítimo (art. 953 Cód.
Civil), ya que se trataría de la devolución de parte del precio (“kick-back”) a un mero
contratante, encareciéndose el costo al tomador del crédito quien, a la postre, afronta el
precio de la cobertura.
FUNDAMENTOS
1. Las particularidades de la contratación del seguro colectivo de vida e invalidez
de deudores
Castro Sanmartino y Schiavo1, señalan que en el seguro colectivo de vida de
saldos deudores, o vida-crédito, el mutuante contrata un seguro sobre la vida ajena en su
propio interés.
Afirman que lo hacen por necesidades técnicas propias del negocio de mutuo y
que si bien deberían tener a su cargo el pago de la prima y luego trasladarla al deudor
del crédito en el precio que le cobran (interés más gastos de otorgamiento), la
discriminan por razones de conveniencia impositiva o por imposición del órgano
regulador de la actividad bancaria, cuando se trata de un préstamo bancario.
Participamos de la misma opinión. Como tuviéramos oportunidad de afirmar, “el
acreedor que presta dinero confiando en la capacidad de repago de su deudor quiere
tener la tranquilidad de que, en caso de fallecimiento de éste, su crédito se verá
cancelado de inmediato. Es evidente que si los ingresos del deudor provienen del
ejercicio de un comercio, arte o profesión, la calidad de comerciante, artista o
profesional no es heredable. La existencia de un seguro dará certeza al acreedor de la
recuperación de su crédito, aun en caso de fallecimiento del deudor y brindará a los
herederos de este último la tranquilidad de no ver afectado el acervo sucesorio a la
cancelación de un pasivo del causante”2. El acreedor no tiene interés en ejecutar sus
garantías, sino en el recupero normal de sus créditos y, de fallecer o invalidarse el
acreedor, obtendrá el recupero del dinero del asegurador en forma inmediata.
Debe hacerse notar que este seguro, extendido para los saldos deudores de
créditos hipotecarios, prendarios, personales, acuerdo de giro en descubierto en cuenta
corriente, también está ampliamente difundido para los créditos de consumo que
otorgan grandes cadenas de supermercados y tiendas con financiamiento propio.
El contrato tipo de otorgamiento de créditos hipotecarios predispuesto por la
Comunicación A 3055 del Banco Central de la República Argentina, dice en el artículo
III.4. Que el acreedor podrá contratar en su beneficio un seguro de vida e incapacidad a
nombre del deudor para protección del crédito y sus accesorios, por una suma asegurada
equivalente al saldo de la deuda derivada del crédito.
2. La mecánica de la contratación. El conflicto de intereses entre el asegurador y
el contratante-beneficiario.
En estos seguros, por tanto, el contratante actúa por su propio derecho, en su
propio interés y no ejerce la representación de los actuales o futuros acreedores, quienes
estarán obligados a adherir al seguro como condición para que se les conceda el crédito
que han solicitado.
En realidad el interés del mutuante consiste en que el asegurador tome todos los
riesgos de aquellos que se presentan a solicitar un crédito. Habitualmente intenta oponer
al asegurador condiciones blandas de suscripción y débiles cuestionarios relativos al
Castro Sanmartino, Mario A. y Schiavo, Carlos Alberto. “Seguros. Leyes 17.418 de Seguro y 22.400 de
Productores de Seguro. Comentario y Jurisprudencia. Ed. Lexis Nexis, Buenos Aires, 2007. Páginas 456
y siguientes.
2
Facal, Carlos José María. El Seguro de Vida en la Argentina. Ed. Lexis Nexis. Buenos Aires, 2007.
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1
estado del riesgo al momento de contratar. Su interés claramente se contrapone con el
del asegurador, porque lo guía el deseo de colocar sus préstamos a quienes califican
crediticiamente y presionan al asegurador para que esos potenciales mutuarios no sean
rechazados como riesgos asegurables.
La prima debería ser afrontada por la entidad mutuante y, en todo caso,
trasladada en el precio final al tomador del préstamo. Según la Comunicación A 3055
del BCRA, ya citada, el costo del seguro estará exclusivamente a cargo del DEUDOR,
quien deberá abonar las primas respectivas conjuntamente con las cuotas de
amortización del crédito. Técnicamente es un error que se presta a todo tipo de abusos.
En la contratación de los seguros de crédito la entidad otorgante jamás actúa
realmente como agente institorio del asegurador. Como hay un obvio conflicto de
intereses entre el asegurador y su mandatario, aunque podría actuar como mandatario
para otros contratos, el asegurador siempre negocia en forma directa esta cobertura con
el mutuante.
En ningún contrato de seguros que se haya celebrado y que sea de nuestro
conocimiento, la entidad otorgante del mutuo contrata consigo mismo, en doble carácter
de mandataria del asegurador y de tomadora del seguro.
Por ende no estaríamos frente a un caso de autocontrato (cuando una sola
persona contratando consigo misma, por propio derecho y en representación de su cocontratante) y aunque ello pudiera imaginarse, como la única representación que se
ejerce es la del asegurador, y la eventual nulidad que pudiera plantearse es relativa, el
asegurador sería el único legitimado para reclamar en caso de conflicto de intereses.
Sin perjuicio de lo anterior, y sin que ello responda a la realidad del negocio, en
todos estos contratos, o al menos en muchos de ellos se hace figurar al mutuante como
“agente institorio” y se lo remunera por ello.
3. Irregularidades en el seguro de colectivo de vida de deudores.
Si el asegurador actúa en forma directa, en el contrato no interviene un agente
institorio, ¿a qué viene que la entidad mutuante figure como tal?
Estamos frente a una devolución de parte del precio que hace el asegurador al
contratante, que no tiene causa alguna (art. 499 del Código Civil) o que, en todo caso, es
lo que se denomina en los países anglosajones un “kick-back”3. Este pago es ilegítimo,
porque no hay actividad alguna del mandatario, ni podría haberla en atención al
conflicto de intereses entre ambos contratantes.
El mutuante no podría tampoco ser autorizado a operar como productor asesor
de seguros, porque para ello debería contar con objeto único y previa autorización de la
Superintendencia de Seguros de la Nación. Además no podría ser intermediario en una
operación donde es parte.
Para decirlo descarnadamente se trata de una maniobra que evidencia una burda
complicidad del asegurador para con el contratante, la que tiene por objeto inflar el
precio del seguro que afrontará el mutuario, tal como vimos que se indica en la
comunicación del BCRA, ya citada.
La entidad mutuante, de esta manera aumenta, por vía indebida, sus ingresos
como prestamista. Además se elude el pago de IVA puesto que la prima de seguros de
vida está exenta de dicha gabela, pero en todo caso este impuesto que sí recae sobre
intereses y adicionales cobrados por el mutuante, recaería finalmente sobre el mutuario.
3
Según el diccionario Merriam-Webster de la lengua inglesa se entiende por kick-back el retorno de parte
de una suma recibida, generalmente a causa de un acuerdo secreto o como efecto de una coerción ejercida
para la realización de un negocio.
Las autoridades de control deberían observar los contratos colectivos de seguro
de vida de deudores en los cuales el contratante-beneficiario figura además como agente
institorio cuando es obvio, que no ha actuado en tal rol, y nunca hay actuación como
agente institorio si el contrato ha sido suscripto entre la entidad, a través de sus propios
representantes legales, y el propio mutuante.
En estas situaciones, el mutuante, aunque sea agente institorio del asegurador
para la venta de otras coberturas, no tiene derecho alguno a percibir honorarios o
comisión, ni debería permitirse que se incremente, injustificadamente, el precio de la
cobertura de los usuarios del crédito.
La SSN debería prohibir expresamente y observar los contratos de vida crédito,
como cualquier otro contrato colectivo de personas, en los cuales, a pesar de haber sido
celebrados directamente entre el asegurador y el contratante, se hace figurar a éste como
agente institorio, sin haber actuado realmente como tal, con el solo objetivo de
“devolver” parte de la prima que abonarán los asegurados.
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