LOS FOYERS DE CHARITE

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LOS FOYERS DE CHARITE
1 – Que son los Foyers de Charité
Los Foyers de Charité son Centros de Vida Cristiana, formados por comunidades de laicos,
hombres y mujeres, casados y solteros, consagrados al servicio de Dios, de por vida, dirigidos
por un sacerdote, “el Padre” del Foyer (que puede ser diocesano o religioso) dedicado también
en forma permanente y definitiva al servicio del Foyer.
Siguiendo la teología del Concilio Vaticano II, los Foyers de Charité buscan vivir la
complementariedad de los dos sacerdocios: el sacerdocio del Orden, a través de la ‘Paternidad’
del Padre del Foyer; y el sacerdocio ‘real’ de los fieles laicos, a través de la comunidad del
Foyer. No se concibe un Foyer sin el ‘Padre’, ni el padre puede hacer un Foyer sino con la
comunidad de laicos consagrados. Ni el uno sin el otro; la complementariedad eclesial de los
dos sacerdocios muestra a la Iglesia de hoy la inmensa riqueza de carismas del laicado y a
fecundidad de la ‘paternidad’ sacerdotal del sacramento del Orden. Esta riqueza de la unidad
de los dos sacerdocios es realmente algo ‘nuevo’ en la pastoral de la Iglesia, siendo al mismo
tiempo algo tan antiguo como el Evangelio y como las primitivas comunidades que
encontramos en los Hechos de los Apóstoles.
2 – Espiritualidad
Los Foyers de Charité quieren ser comunidades al estilo de los primeros cristianos, que
compartían todos sus bienes, espirituales, intelectuales y materiales, poniendo en común todos
sus talentos y carismas, en función de la vida cristiana de la comunidad y de su irradiación
apostólica.
La espiritualidad de los Foyers está profundamente centrada en el misterio de la Eucaristía, en
la Adoración, y en el misterio de la Maternidad de María, Madre de la Iglesia.
3 – Objetivo
Los Foyers, como centros de vida cristiana, tienen como primer objetivo el ofrecimiento de la
propia vida como ‘hostias vivientes’, por la salvación del mundo, de acuerdo con las palabras
de Martha Robin: toda vida es una Misa y toda alma una Hostia que se ofrece en silencio por
la salvación de las almas.
El ofrecimiento de la propia vida se irradia en la Iglesia a través de la evangelización que se
realiza especialmente a través de los Retiros Espirituales que se predican en el Foyer.
4 – Los Retiros
Los retiros específicamente propios que los Foyers ofrecen a la Iglesia duran cinco días
plenos, comenzando generalmente los lunes por la noche y terminando el domingo siguiente
hacia medio día.
Son retiros mixtos, a ellos asisten laicos, sacerdotes, religiosas, hombres, mujeres, creyente o
no creyentes.
Son retiros doctrinales en los cuales se da una catequesis de adultos sistemática, orgánica,
siguiendo el kerigma fundamental de la predicación evangélica. Se transmite el núcleo de la
fe, en fidelidad al Magisterio de la Iglesia.
Se dan varias clases de retiros: los de una semana (cinco días plenos) pueden ser o los
llamados ‘retiros fundamentales’ en los cuales se dan las bases de la fe, o los de
‘profundización’ en los cuales se toma un tema específico y se profundiza durante toda la
semana. Hay también retiros de fin de semana, abiertos a todos o dedicados a las parejas
matrimoniales, o a los novios, los jóvenes u otros grupos.
En las épocas durante las cuales el Foyer no planea dictar retiros, muchos Foyers reciben
grupos, con predicador o sin él, para realizar diversos tipos de retiros u actividades de carácter
religioso.
Los retiros que da el Foyer se hacen en completo silencio.
5 – Otras actividades
Los Foyers de Charité organizan otras actividades bien sea educativas (colegios, escuelas
técnicas, cursos de capacitación, etc), de promoción humana, de salud, beneficencia, o de
carácter social, según sus posibilidades y las necesidades de la región en donde están
implantados: obras campesinas, mejoramiento de vivienda, cooperativas, dispensarios,
atención a madres solteras, etc.
6 – Historia
Los Foyers de Charité tienen origen en Francia, en donde Martha Robin recibió la inspiración
de promover esta Obra, cuyo Fundador, el Padre George Finet, realizó a partir del 10 de
febrero de 1936. La primera fundación se hizo en Francia, departamento de la Drome, en la
población de Chateauneuf de Galaure. De allí se extendió, primero a Francia (Marsella, los
Alpes, Niza, París, etc), luego en el resto del mundo: Colombia (1955), África (Togo 1961)
etc. Actualmente existen 75 Foyers, repartidos en 41 países, en 4 continentes (Europa,
América, Asia y África).
En América Latina comenzaron los Foyers primero en Colombia, en donde Leticia Van
Hisenhoven (1923-1968) trajo la inquietud del Foyer, e hizo la primera fundación en 1955, la
cual permanece en Paipa (Boyacá); posteriormente se fundó el Foyer de Zipaquirá
(Cundinamarca) en 1965, y en tercer lugar el de Bucaramanga (Santander del Sur), comenzado
en 1970.
En Brasil se fundó en 1968 (Mendes R.J.); En Chile en 1972 (Tomé – Concepción); en 1973
en Haití (Puerto Príncipe); en 1980 en Ecuador (Latacunga); 1982 en Perú (Ñaña, Lima);
en1988 en Agentina (Medrano - Mendoza). En 2004 se fundó un segundo Foyer en Haití.
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7 – Martha Robin
La inspiración inicial de la Obra de los Foyers, vino providencialmente a través de una
persona sencilla pero profundamente ungida por la acción del Espíritu Santo: Martha Robin.
Nació en Chateauneuf de Galaure (Drome, Francia) el 13 de marzo de 1902, hija de una
familia poco practicante. Sin embargo fue bautizada, confirmada, e hizo la Primera Comunión.
Su salud siempre fue siempre deficiente. Vivió una vida campesina normal, en medio de los
suyos, en las labores del campo, el cuidado de los animales etc. Cuando tenía 16 años cayó
enferma con una ‘encefalitis letárgica’ o enfermedad del ‘sueño’: duró 27 meses inconsciente,
hasta que fue sanada el 25 de marzo de 1921, en forma súbita y sobrenatural. En 1925, para el
15 de octubre, hizo una entrega total de su ser y de su vida a Dios. Hacia octubre de 1926,
cayó nuevamente en cama, en estado de coma, y fue desahuciada por los médicos. Tuvo
entonces una revelación a través de la cual Dios se le manifestó y le pidió el consentimiento
para cumplir una misión dentro de la Iglesia. Marta aceptó, sin saber mucho cual sería esa
misión. El 3 de octubre de 1926, en la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús, (canonizada el
año anterior) recuperó el conocimiento y la conciencia. A partir de ese momento comenzó un
lento proceso de invalidez, se le paralizaron las piernas y las manos; el sistema de deglutición
se fue atrofiando haciéndose imposible para ella el comer y el beber. El sueño desapareció.
En Octubre de 1930 recibió milagrosamente los ‘estigmas’, y a partir de esa fecha comenzó a
vivir intensamente el misterio de la Pasión del Señor, todos los viernes, sin excepción, hasta su
muerte, acaecida el 6 de febrero de 1981.
Por los años treinta, comenzó a recibir del Señor luces muy iluminadoras sobre la fe, sobre la
historia y el futuro de la humanidad, y sobre la Obra para la cual Dios la llamaba: la fundación
de los centros de vida cristiana y de evangelización, que serían los “Foyers de Charité”. El 10
de febrero de 1936 llegó a ver a Marta un sacerdote de la Arquidiócesis de Lion, el Padre
George Finet. Hablaron tres horas, sobre el Misterio de la Virgen María y su presencia en la
vida de la Iglesia, sobre los futuros acontecimientos de la humanidad, y por último sobre la
futura Obra de los Foyers. Allí Marta comunicó al Padre Finet la Voluntad de Dios de que él
se dedicara a dicha Obra. No era una decisión fácil. Sin embargo el Padre la aceptó
condicionada a la obediencia a sus superiores, el Cardenal Gerlier de Lion, sus superiores
jerárquicos, su Director Espiritual. Con la anuencia de éstos, comenzó a preparar el viejo
castillo de Chateauneuf, para la predicación de los retiros. Allí funcionaba una pequeña
escuela de niñas, iniciado por solicitud de Marta; se adaptó pobremente el local, y el 7 de
septiembre de 1936 llegaron 33 señoras y señoritas para el primer retiro del Foyer (del 7 al 13
de ese mes). El segundo se predicó del 26 de diciembre al primero de enero de 1937. Dos
señoritas que asistieron al primer retiro, solicitaron ser admitidas para hacerse cargo de la
escuela de niñas, y constituyeron el núcleo inicial, junto con el P. Finet, de la comunidad del
Foyer. En un principio los retiros fueron solamente para mujeres. Posteriormente el Obispo de
la Diócesis autorizó la presencia de hombres y sacerdotes, lo cual hizo que los retiros
comenzaran a ser mixtos.
Otros sacerdotes de diversos orígenes, habiendo conocido la Obra, quisieron implantarla en
sus Diócesis y así el Foyer comenzó a crecer primero en Francia, luego en el mundo entero.
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Marta murió el primer viernes de febrero de 1981, y el P. Finet el Sábado Santo 14 de abril de
1990. Su sucesor fue el P. Jaques Ravanel, hasta el año 2000 y actualmente el P. Bernard
Michon, antiguo profesor de Sagrada Escritura de la Arquidiócesis de Lion.
8 – La predicación
Los llamados “Retiros fundamentales” son la expresión más auténtica del carisma propio de
los Foyers, que busca dar una nueva iniciación a la vida cristiana de los adultos. En ellos se da
una síntesis orgánica del mensaje cristiano, siguiendo la catequesis de adultos tal como la
propone la Iglesia (Cfr. ‘Cathequesi tradendae’); la predicación, centrada en el misterio de
‘Dios Amor Trinitario, da a los asistentes al Retiro una visión integral del Plan de Dios, del
misterio del pecado y de su reparación por Cristo, la Vida Nueva por acción del Espíritu
Santo, la Presencia de María, Madre de la Iglesia, en nuestra vida cristiana, la vida de oración
y de caridad llevada a la solidaridad con los más desposeídos, y al compromiso cristiano en el
mundo de hoy. La predicación busca no solamente formar ‘fieles’ sino ‘apóstoles’ de los
tiempos nuevos de la Iglesia.
Los retiros llamados ‘de profundización’ toman un tema específico para desarrollarlo durante
todo el retiro: tema Mariano, Eucarístico, Bíblico, histórico, teológico, etc.
Los retiro cortos dedicados a matrimonios, a novios, a jóvenes o a otros grupos, buscan
fundamentar en la fe la vida diaria, familiar, social, comunitaria de los ejercitantes.
9 – Comunidades de Trabajadores
Los Foyers quieren prolongar la Vida Oculta de Nazareth: vida de oración y de trabajo. Los
Foyers viven del trabajo de sus miembros; no viven ni de renta ni de limosnas. El trabajo
central es la atención a los Retiros espirituales. Pero también hay otras formas de trabajo según
las circunstancias: en los colegios o escuelas, en los dispensarios, en la agricultura etc. Cada
Foyer encuentra la forma de subsistir autónomamente por medio del trabajo de la comunidad.
Los miembros del Foyer no reciben sueldo, los dineros que entran a la Obra pertenecen a la
‘bolsa común’, se comparten entre todos, y se invierten en las diversas obras que realiza el
Foyer.
10 – La Eucaristía
La vida del Foyer debe ser una vida ‘eucarística’ en la plenitud del sentido del misterio:
tiempos fuertes de adoración a Cristo. Realmente presente en la Eucaristía. Entrega de la
propia vida, el trabajo, el sufrimiento, el cansancio diario, unidos al sacrificio de Cristo
ofrecido por la salvación del mundo.
11 – La Consagración a la Virgen
La consagración a la S. Virgen María, según el espíritu de San Luis María Grignion de
Montfort, está en el corazón de la vida de los Foyers de Charité. Todas las mañanas la
renovamos, poniéndonos totalmente bajo el amparo de María, Madre de la Iglesia, cuya
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presencia en los Foyers es muy sensible. Ella es realmente ‘la Madre’ del Foyer, y la
comunidad vive en una actitud de amor y docilidad a sus inspiraciones, bajo la acción del
Espíritu Santo.
12 – El silencio
Los Foyers son hogares de ‘silencio’: especialmente es esencial en la vida del Foyer, el
silencio durante el Retiro. Solamente en un ambiente de profundo silencio es posible abrirse
dócilmente a la acción de la gracia y a las inspiraciones del Espíritu. La comunidad comparte
esta actitud de silencio para favorecer el clima y el ambiente del retiro, para el bien de los
ejercitantes. Silencio exterior, claro está, pero también silencio interior, para escuchar la voz
del Señor en lo profundo del corazón
13 – Respuestas al mundo de hoy
La predicación en los Foyers, no sigue esquemas rígidos preconcebidos. Según el carisma de
cada Padre y de cada predicador de los retiros, según su temperamento, su experiencia, sus
vivencias, cada uno da lo esencial del mensaje evangélico, dentro de un clima de libertad, de
valoración y respeto por la propia experiencia, eso si, dentro de un espíritu común, y unas
bases teológicas universales, en la fidelidad a la Tradición y al Magisterio de la Iglesia. En
este marco, los Foyers buscan dar respuestas al hombre de hoy, para los problemas de hoy. No
se trata de endurecer la predicación siguiendo esquemas únicos o propios de otras épocas. La
predicación debe estar poniéndose al día en todo momento, para que pueda responder a las
inquietudes de quienes asisten a los retiros, y provienen de todos los orígenes, situaciones y
ambientes más diversos.
14 – Unidad en la diversidad
Los Foyers de Charité buscan promover la unidad en la diversidad de razas, temperamentos,
cultural, orígenes, etc. de nuestra sociedad. Les retiros representan esta variedad
inmensamente rica de nuestros pueblos. Allí asisten toda clase de personas, de las
proveniencias más variadas. Todas escuchan la misma palabra, que muestra la riqueza del
mensaje el cual siendo uno y único, llaga al corazón de todos, según las necesidades de cada
uno. Setenta años de esta experiencia nos muestran cómo y hasta donde el Evangelio es para
todos, no importa el origen ni las diversas circunstancias de cada persona. Se vive
verdaderamente la unidad en la inmensa diversidad de gentes que vienen a los retiros. Jóvenes
y adultos, creyentes o incrédulos, sacerdotes y laicos, hombres y mujeres, casados y solteros,
con cultura o sin ella, doctorados o analfabetas: el Evangelio llega a todos, según la necesidad
de cada uno.
15 – En la Iglesia
Los Foyers no son comunidades “exentas” o sustraídas a la jurisdicción de los Obispos. Por el
contrario, es el Obispo local quien acepta dentro de su Diócesis la fundación de un Foyer, y
otorga las facultades sacerdotales al Padre del Foyer. Este se encuentra bajo la vigilancia
normal del Obispo y el Padre del Foyer forma parte del Presbiterio diocesano, asiste a sus
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reuniones y se integra dentro de la pastoral diocesana y aun en cuanto es posible, parroquial.
Comparte con sus hermanos sacerdotes y hace del Foyer un hogar para ellos, especialmente
cuando la necesidad de descanso y reabastecimiento espiritual lo requiere. Sin embargo un
Foyer no se circunscribe a una sola Diócesis, sino abarca toda una región geográfica y
pastoral, buscando atender las Diócesis vecinas. Su irradiación no se circunscribe a los límites
de la propia Diócesis sino los trasciende.
16 – Ingreso
Cuando una persona siente deseos de ingresar a un Foyer de Charité, como miembro de la
Comunidad, generalmente se sigue el proceso siguiente: se le pide que asista a un Retiro de
una semana; luego si es posible que venga a ayudar junto con la Comunidad en otro Retiro de
semana. Luego podrá hacer una estadía de uno a tres meses para conocer la comunidad y ser
conocida por ella. Después de regresar a su casa y pensarlo maduramente, puede venir en
forma permanente, luego de haber tenido los suficientes contactos con el Padre del Foyer; al
cabo de tres a cinco años, hará su compromiso definitivo como miembro del Foyer. Este
compromiso no implica lazos jurídicos, que en caso de retirarse haya que dispensar
canónicamente; se trata de una consagración de carácter espiritual que no requiere dispensa
(como en las comunidades religiosas), pero que evidentemente se hace de por vida.
17 – La “Consagración”
La “Consagración” o “compromiso” en el Foyer, implica que la persona se compromete a
permanecer ‘en el estado en el que fue llamado’ a la Obra, es decir, el soltero a permanecer
soltero, el casado seguir en su estado, el viudo lo mismo. Se compromete además a compartir
sus bienes materiales, intelectuales y espirituales. No tiene obligación de aportar capital en
dinero o especies; si su familia necesita de ellos, debe preferirla antes que al Foyer. Si nadie
tiene necesidad de sus bienes, y lo desea libremente, puede entregarlos al Foyer.
18 – Los sacerdotes
Los sacerdotes que desean formar parte de un Foyer, pueden se diocesanos o religiosos. En el
primer caso, deben obtener la autorización del Obispo respectivo; en el segundo, la de su
Superior Religioso. Esta autorización puede ser inicialmente por tres a cinco años; en un
segundo momento, puede ampliarse hasta ser definitiva pues el Foyer supone una estabilidad
tanto en el Padre respectivo como en los miembros. Las exigencias del compromiso son las
mismas para el Padre que para los miembros laicos: compartir los bienes, la vida entera, vivir
en pobreza personal, y dedicarse a la dirección espiritual y material de la Comunidad, a la
evangelización por medio de los retiros etc.
19 – Fidelidad al Magisterio
Los Foyers de Charité quieren ser y mantenerse siempre dentro de la fidelidad a la enseñanza
del Magisterio de la Iglesia Católica. No pretenden ser lugares de investigación teológica que
de una u otra manera se alejara del contenido de la Tradición, por el contrario, pretenden dar
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una enseñanza concorde a las líneas trazadas por los Romanos Pontífices, los Concilios y el
Magisterio de los Obispos.
20 – Los Niños
La oración de los niños ha tenido una importancia muy grande en la vida de los Foyers; la
primera fundación, en Chateauneuf de Galaure, (Francia) se hizo por medio de una pequeña
escuela de niñas, que progresivamente se convirtió en un colegio de primaria y secundaria;
posteriormente se fundó un colegio masculino y otro técnico mixto. Los Foyers siempre han
privilegiado las obras de educación de la juventud, considerando que la oración de los niños es
fuente de gracia indispensable para la vida de la Obra.
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