Animación de grupo 1.- Introducción y definición. La animación de grupo es el arte de acompañar a un grupo a lograr sus propios objetivos. Eso forma parte de aquel capítulo de la psicología social que se desarrolla bajo el nombre de dinámica de grupo, nacida hacia los años 30s y obra de Kart Lewin. En el ámbito de tal disciplina que estudia la psicología de los grupos, la animación tiende a identificar las actitudes más idóneas y las técnicas mas apropiadas para la conducción eficaz de un grupo. El creciente intereses por la animación de grupo –visible en el sensible desarrollo de la literatura sobre este argumento- es debido a diversos factores socio-culturales y religiosos, entre los cuales el redescubrimiento de la dimensión comunitaria, el deseo profundo de superar el aislamiento y el individualismo, el afirmarse de la exigencias de participación. De hecho, en todos los sectores de la vida y del trabajo se intensifica la necesidad de reunirse en grupo; para conocerse, para trabajar mejor y producir mas, para ayudarse en situaciones difíciles, para adquirir información, para favorecer la formación y el aprendizaje, para recorrer juntos un segmento del camino de la vida. También en el mundo de la sanidad y de la salud, el trabajo en equipo ha tenido un desarrollo significativo, interesando todas las disciplinas, desde aquellas medicas hasta aquellas pastorales. En las instituciones socio-sanitarias, de hecho, trabajan variados grupos, desde aquellos interdisciplinares y terapéuticos hasta aquellos administrativos. En el área especifica de la pastoral sanitaria, se encuentran equipos de capellanes, consejeros pastorales hospitalarios, grupos de voluntarios y de visitadores de enfermos en las parroquias. 2.- Variedad de tipos de animación. Los límites de esta voz restringen la atención a los aspectos mas generales de la animación de grupo, aplicables a todas sus variadas expresiones. De hecho, si todos los grupos tienen características comunes, pudiendo entrar en medida mas o menos perfecta en la definición que lo entiende “colectividad identificable, estructurada, continua, de personas sociales que desarrollan roles específicos conforme a normas sociales, a intereses y valores en la consecución de valores comunes”. Estos se diferencian por numerosos aspectos (numero de participantes, finalidad, necesidades que responden) que requieren un tipo de animación especifica. La exigencia de animación de los grupos primarios (conjunto de personas relativamente restringido como numero y con frecuentes relaciones cara a cara: familia, grupos de amigos, grupos de trabajo…) difieren de aquellas de los grupos secundarios (el conjunto de personas es mas grande y organizado: la escuela, el ejercito, la parroquia, la comunidad del hospital…) La variedad de tipos de animación se comprende posteriormente cuando se consideran que de los grupos primarios y secundarios, algunos están centrados sobre su tarea, esto es, persiguen el objetivo de cumplir las actividades sean estas manuales o de reflexión, como la organización de fiestas o de liturgias, la preparación de planes de trabajo, de documentos; otros son mayormente centrados sobre las personas y sobre el grupo, proponiéndose confrontar ideas, opiniones, sentimientos y actitudes de los participantes con la tarea de alcanzar los resultados útiles a su desarrollo humano y espiritual (grupo de crecimiento, de formación, de terapia, de meditación…). 3.- Capacidades requeridas al animador de grupo. Las diferentes exigencias de los grupos, enunciadas arriba, hacen por lo tanto apelo a grados diferentes de competencia de parte de los animadores. Una cosa por ejemplo es animar un grupo Balint –cuya finalidad es de ayudar a los operadores sanitarios a alcanzar un grado de libertad interior que permita una mejor relación con los pacientes y sus colegas- y otra cosa es acompañar un grupo de visitantes de los enfermos en la comunidad parroquial. A pesar de las diferencias, es posible identificar algunos requisitos necesarios a cada tipo de animador. Nos limitaremos a indicar los principales. 3.1 Características de las principales dinámicas de grupo. Cada grupo es considerado en sus dimensiones sincrónica y diacrónica. La primera comprende los elementos estáticos del grupo (comunicaciones, estructura, liderazgo), mientras la segunda estudia el grupo como realidad en desarrollo. De un animador se requiere que sepa moverse con soltura en la compleja dinámica de las comunicaciones, de saber dar un nombre y un significado a los varios elementos de la estructura de un grupo: La posición (el puesto que ocupa cada participante del grupo), el rol (el comportamiento de quien ocupa determinada posición), las normas (las reglas que deben gobernar el comportamiento de los participantes)… Igualmente les es requerido de estar en conocimiento de las varias fases que el grupo atraviesa habitualmente en su evolución. Se trata de pasajes importantes que necesita sea provocar que acompañar, adaptando actitudes e intervenciones apropiadas. Durante las fases de la vida del grupo –que comprenden el conocimiento reciproco, el formar el sentido de pertenencia y de la cohesión, la realización de un proyectote grupo y el termino de la experiencia- el grupo vive estados de animo variados (de la euforia a la agresividad, a la depresión…) debe afrontar tensiones, resolver conflictos, tomar decisiones, confrontarse con valores. En particular, al grupo le es exigido alcanzar aquella madurez que le permita tomarse en mano, asumiendo gradualmente la responsabilidad de la animación. De toda esta intensa vida, el animador es como el director de cine. Sus intervenciones están llamadas a desarrollarse en tres niveles: el nivel de los contenidos (objetivos para alcanzar, problemas por resolver, temas a tratar, decisiones por tomar…), el nivel de procedimientos (normas de seguir para alcanzar la finalidad del grupo…), y el nivel socio-emotivo (las reacciones afectivas que acompañan, sea los contenidos como a los procedimientos). 3.2. Adquirir un estilo adecuado de animación. Del análisis de los diversos modos de acompañar un grupo, emergen tres estilos principales de animación: el autocritico –el autoritario-, el laxista –dejar hacer- y el democrático. El estilo autoritario se caracteriza por la directividad del animador, sea sobre el plano de los contenidos que de los procedimientos. Haciendo fuerza solo en los propios recursos, el animador autoritario impone sus elecciones y sus métodos para alcanzar el objetivo del grupo, mostrándose sobre todo recio a verificar el trabajo realizado. En los casos exagerados, tal estilo genera formas de autoritarismo, que se expresan en la poca valoración de los participantes, reducidos a simples ejecutores de directivas provenientes de otros. Una posición opuesta es aquella adoptada por el animador laxista. El no es directivo ni sobre el plano de los contenidos ni sobre aquel de los procedimientos. No toma decisiones, no interviene en la subdivisión de las responsabilidades, no ama implicarse en la verificación. Abandonado a si mismo el grupo difícilmente alcanza los resultados propuestos. En el estilo democrático a una no directividad sobre los contenidos, corresponde una directividad sobre los procedimientos. El animador democrático prefiere utilizar los recursos presentes en los participantes para alcanzar los objetivos del grupo. Con ellos discute la metodología a seguir, mostrándose después directivo en el hacerla observar. Se involucra con los miembros del grupo y participa activamente en el trabajo de evaluación.