FORMACIÓN DOCENTE IFD ROCHA DEPARTAMENTO DE LENGUA APORTES PARA LA PREPARACIÓN DEL CONCURSO DE OPOSICIÓN DE MAESTROS PARA ESCUELAS COMUNES MATERIAL DE CONSULTA PARA ESTUDIANTES DE MAGISTERIO Profesora Beatriz González EL DEBATE ORAL Hablar de debate supone hablar de argumentación. Por eso primero referiremos a la argumentación como secuencia textual. La argumentación se hace necesaria cuando alguien no está de acuerdo con una opinión, con una prueba, con una interpretación, con un punto de vista. Se trata de una operación discursiva dispuesta a influir sobre un público determinado. Por ejemplo los discursos publicitarios y políticos en su mayoría son de naturaleza argumentativa. Argumentar es intentar mediante el discurso que el receptor tenga una conducta determinada; por lo tanto se trata de conseguir que dicho oyente crea en lo que decimos, que cambie sus convicciones u opiniones. Las argumentaciones sirven para inducir, refutar, estabilizar creencias y opiniones, por eso tienen una eficacia de tipo práctico. Argumentar consiste en aportar razones para defender una opinión, es convencer a un receptor para que piense de una determinada manera. Se utiliza para desarrollar temas que se prestan a controversia y su objetivo fundamental es ofrecer información lo más completa posible a la vez que intentar persuadir al lector mediante un razonamiento. Los textos argumentativos poseen una organización peculiar. Las categorías sobre las que se funda son premisas y conclusiones. El emisor ha de reorganizar convenientemente los elementos temáticos para lograr en el receptor una determinada disposición. En la base de toda argumentación se encuentran los principios de la dialéctica y de la lógica. Desde el punto de vista de la lógica se tiene en cuenta la noción de causalidad, que proporciona un orden objetivo. La causalidad explica por qué un hecho sucede de una determinada forma y no de otra. Desde el punto de vista dialéctico, el texto de la argumentación se mueve desde dos probabilidades, nunca sobre certezas. Los antiguos utilizaban los silogismos como herramienta de la discusión, pues el objetivo último era derrotar al adversario. La argumentación se asienta en el campo de lo verosímil y de lo probable y por l tanto se opone a la evidencia. Desde este punto de vista la argumentación no se mueve solamente en el campo de lo objetivo sino también de lo subjetivo, se pretende influir en los receptores y para ello se sirve de los medios de la antigua retórica. Es la argumentación subjetiva. ELEMENTOS DE LA ARGUMENTACIÓN Los elementos que generalmente constituyen una argumentación son. La tesis, el cuerpo argumentativo y la conclusión. Decimos generalmente porque hay casos en que la argumentación se sostiene desde la contrastación de dos elementos entre sí. Hacia el final de la argumentación el receptor puede constatar cómo lo han convencido a través de elementos que no provienen de la lógica. La tesis: es la idea fundamental en torno a la cual se reflexiona, y puede aparecer al principio o al final del texto. Si aparece al final se omite la conclusión porque resulta innecesaria, (la tesis ocupa su lugar). El núcleo de la argumentación lo constituye la tesis y puede encerrar varias ideas; de todos modos debe ser clara y presentarse objetivamente. Es preferible que la tesis no contenga un número excesivo de ideas para no provocar confusión en el receptor y para que la defensa no genere dificultades. La tesis o premisas para Aristóteles eran algo considerado cierto,, una serie de hechos sabidos portados. Son los objetos de acuerdo sobre los que se funda la argumentación. Van Dijk pone tres elementos fundamentales en una argumentación que son la hipótresis, el conector pragmático de tipo ‘por lo tanto’ y la conclusión. Pero las premisas son presentadas como algo adquirido y compartido por todos los que están implicados en una argumentación. Las premisas están formadas por los siguientes elementos: - hechos: son fruto de la observación y son supuestos, convenidos, posibles y probables. - Verdades: son sistemas complejos de hechos. - Presunciones: como la del carácter intencional de un acto humano, el interés de un enunciado, la credulidad de las personas. - Valores abstractos: como la justicia, la verdad, la humanidad. - Valores concretos: normalmente sirven de fundamento a los abstractos. - Jerarquías entre los entes: el papel de las jerarquías es fundamental en la estructura del razonamiento, pueden ser concretas, abstractas, cuantitativas. - Lugares: son los topoi o lugares comunes. Éstos varían según las épocas, pero se los puede clasificar en: lugares de cantidad, lugares de cualidad, lugares de orden, lugar de lo existente. El cuerpo de la argumentación aparece una vez expuesta la tesis y es cuando van apareciendo los distintos argumentos para confirmarla o rechazarla. Es el razonamiento en sí. Entonces aparece la exposición que se convierte en material básico para la argumentación. En el cuerpo argumentativo es donde se incorporan citas, argumentos de autoridad, ejemplos, que sirven para sostener una opinión y derrocar la contraria. La refutación es otra de las vertientes de la argumentación. Puede ser una objeción a un argumento, y deben atenderse muy bien los argumentos que la sustentan. Si se trata de un tema conflictivo es posible que se introduzcan argumentos subetivos, es posible que aparezca la ironía. . Tipos de argumentos utilizados en el razonamiento. - El argumento de autoridad (te lo digo yo). La argumentación se apoya en testimonios fidedignos y citas que manifiestan la opinión de hombres famosos y de expertos sobre el tema. El objetivo de la cita es reforzar una idea o bien adelantarse a argumentos contrarios. El argumento puede ser directo o indirecto; indirecto si no se refiere directamente al tema que alude. - Proverbios y refranes. La ayuda de máximas, proverbios y refranes conservados por la tradición poseen además mucha fuerza expresiva, un valor de verdad admitido sin reservas. Es un recurso persuasivo necesario en la argumentación. - el sentir general de la sociedad El argumento apela al sentir de la sociedad con la clara intención de lograr la defensa y sobretodo de convencer. Los argumentos se pueden clasificar en argumentos - por asociación - por disociación Los argumentos por asociación pueden ser: - causal, que relaciona fines y medios, de la inercia, de la persona, y además, los recursos pueden ser - ejemplos -comparaciones Los argumentos por disociación se pueden dar a través de pares contrarios, y también de pseudoargumentos como el ridículo, la reducción al absurdo. La ironía, las definiciones, las tautologías, las reglas de justicia, la reciprocidad, la inclusión, la división del todo en partes. PROCEDIMIENTOS UTILIZADOS CON FRECUENCIA El texto argumentativo adquiere verdadero significado cuando lo enmarcamos en el hecho comunicativo; el emisor suele buscar la adhesión del receptor a su opinión. Por eso del contraste entre lo subjetivo y la búsqueda personal del autor ponen en juego ciertas técnicas de la argumentación. Por ejemplo la disposición. El orden y la disposición de los ‘argumentos’ es un factor esencial. El orden viene dictado por el deseo de presentar coherentemente los argumentos para obtener así un cierto compromiso con el público. Se debe prestar atención a la evolución del pensamiento en relación con los argumentos de refutación o de corroboración, para reforzar credibilidad y facilitar así la comprensión de la tesis. Los divagues entorpecen. El párrafo, si estamos en lo escrito, puede convertirse en una sección informativa esencial que aglutina una idea de la tesis defendida o que presenta argumentos contrarios a los del emisor. En la organización del párrafo intervienen elementos gramaticales como los nexos, elementos léxicos, que aluden a la unidad temática del párrafo. Dentro de los elementos de cohesión léxica señalamos la sinonimia, la repetición por sinonimia o por metonimia Los nexos son la principal marca gramatical que asegura la evolución progresiva de un texto. Delimitan párrafos, señalan cambio de contenido, reflejan variaciones que se producen en el cuerpo del tema. Los nexos muestran conexión, restricción, oposición, relación, relación causaconsecuencia, entre otros. La ausencia de nexos, es decir la yuxtaposición, es otro recurso que debe interpretarse como una de las posibilidades lingüísticas en la producción textual. Los ejemplos ilustran lo que se pretende defender y demostrar. Mediante ellos se alude a experiencias compartidas entre el emisor y los receptores y son importantes a la hora de la persuasión. La repetición. Es una de las figuras que parece potenciar el efecto de convicción en el lector. La repetición no es adecuada en textos científicos porque no aporta nada nuevo, pero sí es importante para precisar la división de una temática compleja. Y la repetición también afecta a las estructuras lingüísticas y sintácticas. Si bien no es posible definir rasgos lingüísticos porque están condicionados a los distintos tipos de argumentos, los que sí parecen caracterizar la argumentación son: - términos técnicos correspondientes a la disciplina de la argumentación. - La sintaxis se caracteriza por su complejidad y la aparición de largos períodos oracionales. Predomina la subordinación porque es ideal para supeditar una idea a otra, la comparación de una expresión con otra, la expresión de condicionalidad. - Se emplea la modalidad enunciativa y no la exclamativa, interrogativa o dubitativa. La argumentación oral Ahora bien, un participante de una discusión argumentativa siempre debe tratar de anticipar la respuesta de la otra parte. Los participantes mismos son los responsables de cómo se desarrolla la discusión y por su calidad, por eso deben evitarse conflictos y acuerdos espurios. No es conveniente tampoco encarar varios argumentos al mismo tiempo, ni tampoco alargar en el tiempo mucho una discusión; también es recomendable llegar a una conclusión clara. Al preparar un discurso argumentativo debe brindarse especial atención a la introducción que debe ser atractiva y una conclusión clara . Otro factor importante es la presentación misma del discurso, que debe ser clara, atractiva, pausada, acorde a la ocasión y a la audiencia. En la vida diaria la argumentación oral está muy presente. La gente dedica mucho tiempo al debate y no tanto desde lo formal sino en charlas informales y en conversaciones cotidianas. No siempre es fácil establecer la divisoria entre una conversación ordinaria y una argumentativa. PREPARACIÓN Al preparar una discusión, no se sabe con anticipación exactamente en qué puntos se apoyará la otra parte. Por eso hay que concentrarse también en qué se puede esperar de la otra parte. Una buena preparación permitirá se flexible en las respuestas de la parte contraria. Estar bien preparado supone estar completamente familiarizado con los tópicos que se van a discutir y los pro y los contra de las diferentes posiciones así como también decidir la postura que se adoptará. Las bases de la defensa de la postura que se va a sostener resultan de la respuesta a estas dos preguntas: - cuál es el punto de vista propio - cuáles son los argumentos que se van a adoptar. Las respuestas a estas preguntas formará las bases de la defensa y de la postura a sostener. Una segunda cuestión es anticipar qué posición va a adoptar la contraparte y el fundamento del asunto en cuestión. Si no se sabe qué hará la otra parte, es conveniente pensar las objeciones al punto de vista y a los argumentos. Es importante en este segundo punto considerar las preguntas siguientes: - cuál será posiblemente el punto de vista a adoptar - qué argumentos podría emplear - qué objeciones se podrían plantear No siempre se sabe qué hará la otra parte pero es conveniente pensar qué objeciones probablemente se hagan al punto de vista y los argumentos. Hay dos consideraciones importantes. Por un lado si no se espera una oposición fuerte al punto de vista, puede emplearse más tiempo en una defensa lo más sólida posible. Una revisión analítica puede ayudar a confrontar los argumentos propios y ver dónde se necesita mejorar. Se pueden imaginar las objeciones y cómo responder a ellas. Por otro lado si se espera una férrea resistencia hay que dedicarle mucho tiempo a la anticipación de la posición del oponente e incluso los argumentos que éste puede llegar a usar. Si no es posible obtener información acerca de qué postura va a sostener el otro punto de vista, entonces se debe trabajar la reflexión acerca de los argumentos que podrían sostener un punto de vista encontrado con el de uno. Una revisión analítica puede facilitar pensar cómo responder a los argumentos contrarios. Puede también decidirse la incorporación de algunas de estas respuestas en la presentación propia y las otras pueden quedar en lista para ser empleadas en el debate. En la preparación no sólo es necesaria una revisión analítica del punto de vista propio sino también de la otra parte. EN LA DISCUSIÓN Los participantes son los primeros interesados en que el debate se desarrolle eficientemente. Cómo se procederá en el debate es un asunto que deciden los debatientes, incluso si es con o sin árbitro. La responsabilidad de ellos empieza en el empleo del lenguaje. Para evitar interpretaciones erróneas o ambiguas el cuidado del lenguaje debe ser claro y debe interpretar los juicios del oponente lo más exactamente posible. Esto es muy importante en el momento de la confrontación. Los desajustes en la comprensión pueden ser meramente verbales y no verdaderos y auténticos desacuerdos. Puede ser que los participantes sostengan una misma opinión pero que hablen con propósitos cruzados porque definen el punto de vista de distintas maneras. En este caso lo que se necesita es precisión. De hecho un enunciado puede tener muchas interpretaciones. Para asegurarse que los hablantes se refieren a los mismo pueden decidir emplear definiciones para los términos más relevantes de la discusión. No importa si esa definición es similar a la que se emplea en el lenguaje cotidiano o si puede ser una forma no usual o un significado técnico. La definición debe encajar con el propósito del debate. Hablando con fines distintos se llega a un desacuerdo espurio y si se debate sobre este falso desacuerdo es posible que la auténtica diferencia de opinión no se lleve a cabo. La auténtica discusión sólo puede empezar una vez que se constata que efectivamente hay una diferencia de opinión, cuáles son los puntos de desacuerdo y cuáles son las posturas que toman los participantes. Para participar de una discusión ordenada los participantes deben observar un número importante de reglas como por ejemplo: 1- cada acuerdo alcanzado en el debate debe ser relevante para el tema que se tiene entre manos en ese momento. No sirven soluciones previas antes que el problema se haya clarificado. No sirve presentar la información esencial luego que se hayan tomado las decisiones correspondientes. Los participantes deben hablar solo si tienen algo para decir pero tampoco deben rehusar alcanzar un acuerdo relevante. 2- Es mejor evitar presentar muchos puntos al mismo tiempo. En este caso la discusión puede volverse caótica. Es mejor comenzar por un punto o dos y no seis puntos. Los participantes deberían restringirse a un par de puntos importantes y no proponer temas o asuntos en detalle. 3- La función de cada contribución debe ser clara. Eso quiere decir que hay que preguntarse por qué el hablante está respondiendo como lo hace, si está tratando de plantear algo en forma correcta, si está ofreciendo una evidencia suplementaria o solamente una explicación, si está presentando una solución alternativa. 4- Los participantes no deberían llevar adelante un debate con repeticiones innecesarias o pretender volver a tratar puntos ya considerados. 5- La discusión debe arribar a una conclusión clara. Debe ser evidente si la diferencia de opinión se ha resuelto y cuál es la resolución. Las consecuencias de la resolución también deben ser claras y sobre eso habría que plantearse si se deberían reportar los acuerdos a alguien e, incluso, cuáles serían los pasos siguientes. PREPARACIÓN DE UN DISCURSO ALRGUMENTATIVO Muchas veces los discursos y las lecturas contienen tramos argumentativos. Una presentación oral se considera argumentativa sólo si refleja una situación en la que dos partes tienen opiniones diferentes. Al preparar el discurso argumentativo los participantes deben tener en cuenta en una revisión analítica, cuáles son los argumentos que van a emplear. Esa revisión analítica es el corazón del discurso. Sin embargo muchas veces un discurso comprende más de una sola argumentación. Normalmente comienza con una introducción en la que hay que ganar la atención de la audiencia y provee información de soporte. La argumentación empieza después de esto. El orador presenta argumentos para sostener su punto de vista y puede tratar de encontrar objeciones. Finalizada cada presentación, el hablante repite el punto de vista y sintetiza los argumentos más importantes. En la introducción, hay muchas maneras de ganar la atención de la audiencia. Puede ser que relate una experiencia personal o que haga una cita sorprendente, o que proponga una anécdota interesante. Puede referirse a un evento corriente o un incidente histórico conocido. Por supuesto que es necesario que la conexión entre la introducción y los argumentos debe ser clara. En la introducción puede plantearse el punto de vista defendido, el orador explica de qué va a hablar y qué posición va a adoptar. Hay varias precisiones: - si el orador espera que su punto de vista encuentre una férrea resistencia fuerte, puede ser adecuado mencionar primero los argumentos y llevar a la audiencia paso a paso a la conclusión. - Si el orador da argumentos no sólo para sostener su punto de vista sino contra el opuesto, debe decidir en qué orden hacerlo. Es más común mostrar en primer lugar que el punto de vista contrario es insostenible y entonces dar argumentos para el punto de vista propio. También es posible invertir el orden y si la argumentación no se vuelve confusa se pueden alternar partes de defensa y de ataque. Los argumentos más sólidos irán al inicio o al final. - La conclusión del discurso deberá fijar los puntos más importantes en la mente de la audiencia. Ni podrá plantearse un punto nuevo ni tampoco podrá repetirse un argumento completo. Un toque interesante es volver a la introducción para crear la idea de un todo bien redondeado. - Muchas veces hay un empleo estricto del tiempo y por lo tanto cada palabra cuenta. El vocabulario que use debe sonar natural o si debe leer, leer con énfasis. El discurso sonará más vivaz y natural si los oradores eligen sus palabras en el momento de hablar. - Un orador con poca experiencia debe escribir la introducción y la conclusión y debe colocar los principales argumentos en una revisión analítica. Nunca debe perder el hilo de la argumentación. PRESENTACIÓN El discurso debe ser presentado con claridad para poder seguir la secuencia del orador. La audiencia no debe aburrirse por eso el discurso debe ser agradable. La pieza oratoria debe ser adecuada a la ocasión y a la audiencia, es decir si el público es lego, las explicaciones no deben ser muy técnicas ni emplear vocabulario rebuscado o técnico. Para una audiencia de especialistas sí, esto es lo que se requiere. Con relación al estilo también hay que tener en cuenta la audiencia y la ocasión y el discurso será más de corte académico o más familiar. De todos modos es mejor no hablar demasiado formalmente. Hay algunos puntos que pueden servir como guía para que le discurso no suene agobiante ni denso: - hacer oraciones breves - formularlas de modo conciso - reemplazar palabras complicadas por otras más comunes - variar la estructura de la oración y el tipo de oración - emplear indicadores de argumentación y de puntos de vista - limitar el uso de la pasiva - ilustrar las ideas o conceptos abstractos con ejemplos concretos - dirigirse cada tanto al público directamente - indicar claramente cuando se da una cita - dejar en claro cuando se está exponiendo el propio argumento y repetir los puntos importantes. Aún así, una presentación desmañada y el factor tiempo son otros aspectos a tener en cuenta, por eso los siguientes indicadores son también importantes: - no anunciar más de los que se va a hacer - no repetir que hay mucho más para decir ni tampoco que no se dispone del tiempo suficiente - evitar una introducción de la introducción - evitar dar la impresión que uno no está bien preparado o que es indiferente al tema - no ser muy crítico ni muy condescendiente - no explicar obviedades - no ser modesto por demás ni excusarse de manera innecesaria - no posponer la conclusión - no terminar de modo abrupto y asegurarse que la conclusión se ha identificado con claridad. BIBLIOGRAFÍA Álvarez Miriam, Tipos de escrito II: Exposición y argumentación. Arco libros Bassols y Torrent, Modelos textuales Serrano, María José, 2006. Gramática del discurso, Akal, Madrid. Van Esmeren, Frans y otros. 2006. Argumentación, Biblos, Buenos Aires. Beatriz González Fernández es Profesora de Literatura e Idioma Español y tiene a su cargo cursos de Lengua I y II y Taller de Lengua en 4º año Magisterio en el IFD Rocha
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