Expte. Número 96130- Registrado bajo el número 127. ///En la ciudad de Mar del Plata, a los 30 días del mes de abril de mil novecientos noventa y seis se reunen los Srs. Jueces de la Excma. Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial Mar del Plata, en Acuerdo Plenario para resolver en los autos: “GARCIA CARLOS A. Y OTRA S/ PEDIDO DE QUIEBRA”, “si es procedente el recurso de apelación contra el auto que deniega la declaración de quiebra practicado solicitada por oportunamente un el acreedor. sorteo habiéndose prescripto por los arts. 168 de la Constit ución de la Prov. Y 263 del Código Procesal, resultó del mismo que la votación debía ser en el orden s iguiente: Dres. Rafael Felipe Oteriño, Dalmasso, Osvaldo Horacio font, Juan De Carli, Nélida Is abel Raúl Oscar Zampini y Jorge Orlando Ramírez. A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR JUEZ DR. OTERIÑO DIJO: Como ya se pronunciara la sala que integro en la causa Nº 95.916 "Distriplast Sociedad de Hecho s. quiebra. Rec, de queja", Reg. Nº 856-R del 26/10/95 -y anticipando que un nuevo análisis de la cuestión nos inclinaba a adoptar un criterio diferente, considero que se debe admitir la procedencia del recurso de apelación contra el auto que desestima el pedido de quiebra. También allí se expuso que los fundamentos vertidos por el doctor Rouillión en el fallo plenario de la Cámara de Apelaciones Civil y Comercial de Rosario en autos "Cereales Figheira SRL s/ quiebra" (del 27/3/87) nos habían convencido de la inaplicabilidad del principio general de inapelabilidad estatuido por el art. 296 inc. 3º de la ley 19.551 (art. 273 inc. 3º de la nueva ley de concursos 24.522). Me permito -por segunda vez transcribir su voto: "... Quizás convendría comenzar por el argumento más fuerte de la tesis contraria. O sea, el que surge del texto legal positivo: el inc. 3º del art. 296 de la ley concursal.". "En apariencia, de la simple y lineal lectura del texto citado, parecería que surge la valla infranqueable: "nada es apelable en los concursos, salvo disposición expresa en contrario". Pero ¿cuál es el sentido y alcance de esta norma?". "Los concursos son procesos en los cuales recaen resoluciones judiciales en número y frecuencia temporal más elevados que en otros procesos. La celeridad es, por otra parte, una aspiración primaria del legislador concursal (determinada) por la necesidad de poner punto final con rapidez al pernicioso problema de la insolvencia ... ". "Pero si esa es la razón de ser de la directiva general sobre inapelabilidad, bien puede sostenerse que ella no rige tratándose de decisiones que no hacen al trámite del concurso en sí, ni -menos todavía cuando ni siquiera hay, concursos.". "Recuérdese que el proceso concursal de quiebra se abre sólo después de la sentencia que declara aquélla. Antes de la sentencia declarativa no hay proceso falencial, sólo procedimiento para la declaración de quiebra o "instrucción prefalencial", pero nunca "proceso concursal" (Maffía Osvaldo J. "Derecho concursal", p. 36, Buenos Aires, Ed. Zavalía 1985.". "De donde pienso que esclarecido el sentido de la norma positiva analizada, su alcance emerge claramente: concebida la regla general de inapelabilidad para que no entorpezca el trámite concursal, ella no rige cuando se trata de decisiones que en nada influyen sobre el curso del proceso de la quiebra y menos aún pueden aplicarse cuando no hay proceso concursal" (para ver fallo completo: ED, t. 123, p. 312-9). Concluye afirmando que, ante la falta de una norma expresa que contemple la situación, deben aplicarse las normas de los ordenamientos procesales locales, por remisión expresa del art 301 de la ley 19.551 (art. 278 de la nueva ley). En el caso de nuestra provincia, debemos analizar si se trata de alguna de las resoluciones apelables señaladas por el art. 242 del Cód. Procesal. La resolución que desestima el pedido de quiebra es una resolución interlocutoria, pues se trata de una cuestión previamente sustanciada y que cumple con todos los recaudos del art. 161 del Cód. Procesal: exposición de los fundamentos, decisión positiva y precisa de lo planteado y pronunciamiento sobre costas. Tal especie de resoluciones se encuentra expresamente contemplada en el inc. 2° del art. 242 del Cód. Procesal, antes mencionado; por lo tanto, deviene apelable. La acreditación de un "gravamen irreparable" no es condición de procedencia del recurso de apelación contra este tipo de decisiones. El Código sólo exige su existencia cuando se trata de resoluciones simples. De todos modos, aun cuando se exigiera dicho recaudo, en el caso de marras se encontraría cumplido. Si por gravamen irreparable entendemos a aquel que no puede ser subsanado en una etapa ulterior del proceso (CNCivil, sala F, 18/3/82, ED, 99-633 citado por Loutayf Ranea R. "El recurso ordinario de apelación en el proceso civil", p. 377, Ed. Astrea 1989) es evidente que cuando el juez desestima el pedido de quiebra se está causando tal tipo de gravamen. Efectivamente, la cuestión no va a poder ser debatida con posterioridad, ya que el rechazo se transforma en la decisión definitiva de esa causa. En este aspecto también cambiamos nuestra anterior postura. Antes sosteníamos, como uno de los fundamentos para rechazar el recurso de apelación, la inexistencia de gravamen para el acreedor que la solicitó, por tener abierta la vía para intentar nuevamente acreditar el estado de cesación de pagos o la acción individual (esta sala, causa 93.341, RRI 69/95, del 16/2/95). Este nuevo estudio de la cuestión nos ha hecho profundizar sobre los conceptos procesales en juego, arribando a la conclusión anteriormente reseñada. Es que si se considera gravamen irreparable sólo a aquel que impide la promoción de un nuevo proceso sobre el mismo tema, también deberían considerarse inapelables las sentencias de los procesos ejecutivos, o las resoluciones que decretan la caducidad de instancia, pues en los mencionados supuestos (en la mayoría de los casos) puede promoverse un juicio posterior; sin embargo, sabiamente el legislador ha admitido la recurribilidad de las mencionadas decisiones. Voto, entonces, por la afirmativa. A LA MISMA CUESTION PLANTEADA EL SR. JUEZ DR. DE CARLI DIJO: Sin perjuicio de que los argumentos expuestos por el distinguido colega que abre el debate puedan parecer sustanciales, tenemos en el tema una posición contraria. El suscripto participó del criterio de la sala I en su anterior composición en el sentido de considerar inapelable el auto que deniega la declaración de quiebra solicitada por acreedor (causas N° 67.213, 83.076, 84.767, 87.932, 89.440, entre muchas), fundada la solución en no encontrarse prevista una disposición especial que permita la apelación, debiendo aplicarse el principio de inapelabilidad consagrado en el inc. 3° del art. 296 de la ley 19.551. En la actualidad mantiene el citado criterio, por cuanto entiende que el argumento central de la postura contraria, volcada en el voto que me precede, es más efectista que real. Sostener que lo referido al pedido de quiebra previo a su declaración no se rige por las disposiciones de la ley de quiebras es similar a considerar que hasta la sentencia que declara la insania no hay -técnica y procesalmente juicio de demencia. La normativa a aplicarse desde que se inicia el pedido de concurso o quiebra está dada por la específica de la materia (ley de concursos 19.551; ley de concursos y quiebras (24.522), lo que importa que las normas de dicho sistema tengan plena operatividad. Así, el legislador contempla particularmente la apelabilidad del auto que rechaza el pedido de concurso (art. 13 "in fine", ley 19.551; art. 13 "in fine", ley 24.522), pero no hace lo propio con el auto que desestima el pedido de quiebra efectuado por terceros. ¿Podemos decir en este último caso que no nos encontramos todavía dentro del proceso de quiebra? ¿o sería más correcto señalar que no nos encontramos aún dentro de la mecánica que determina la ley de quiebras para el supuesto que medie su declaración, pero que el proceso que tiende a ello se encuentra en trámite y resulta abarcado por la situación de posible rechazo descripta? Entendemos que lo último. Adviértase que justamente para desestimar el pedido de quiebra formulado por el acreedor debieron aplicarse las normas de la propia ley de quiebras (sea la ley 19.551, arts. 90, 91, 92, 94; o la reciente ley 24.522, arts. 77, 83, 84, 85, 87), lo que no significa más que encontrarnos dentro de la misma y no fuera. La forma como se encuentran redactados los arts. 296 inc. 3° de la ley 19.551 y 273 inc. 3º ley 24.522 al señalar la inapelabilidad de las resoluciones que se dicten, modifican la solución contenida en la ley 11.719 de quiebras donde el art. 12 hacía referencia a "la inapelabilidad en el juicio de quiebra", extendiendo la solución legal a todas las resoluciones dictadas bajo su normativa, lo que importa también la inapelabilidad al supuesto que nos ocupa. En cuanto a los posibles fundamentos que puedan hacerse acerca de la "ratio" de los artículos que limitan la apelabilidad, en el sentido de que los mismos solo han sido diseñados para el supuesto de concursos o quiebras abiertos y operando, tratando de evitar la remisión al Tribunal Superior que importaría demoras en el procedimiento, lo que aquí no se daría, lo cierto es que no pasa de ser un argumento secundario y no definitorio ya que ante la restricción apelatoria impuesta por el legislador no cabe que los jueces analicemos la razón de la misma. De no existir la norma legal que entendemos aplicable, ninguna duda cabe que aquellas razones nos inclinarían por la concesión del recurso, pero ante la existencia de la misma no procede que limitemos su operatividad teniendo en consideración factores externos. Por último y como conclusión, sin perjuicio de que el tema es altamente controvertido nos sentimos reconfortados en apoyarnos en los pareceres de Héctor Cámara ("El Concurso Preventivo y la Quiebra", t. III-177-78), Francisco Quintana Ferreyra ("Concursos", ley 19.551, t. 2 p. 12326); Efraín H. Richard-José 1. Romero Moroni (Sistema de Recursos Concursales" p. 92). Por los fundamentos que anteceden, voto por la negativa. A LA MISMA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR JUEZ DR. DALMASSO DIJO: Por las razones que se expusieran en la causa N° 95.916 reg. int. 856, del 26/10/95 y las que se agregan en el primer voto de este fallo plenario, adhiero a la opinión vertida por el doctor Oteriño. A LA MISMA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR JUEZ DR. FONT: Conforme criterio sustentado reiteradamente por la sala que integro, adhiero a los fundamentos dados por el doctor De Carli, dando los mismos por reproducidos, votando en consecuencia por la negativa. A LA MISMA CUESTION PLANTEADA LA SEÑORA JUEZ DRA. ZAMPINI DIJO: Por los fundamentos dados por ésta sala en la causa N° 95.9916, reg. N° 856, del 26/10/95, adhiero al voto del doctor Oteriño. A LA MISMA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR JUEZ DR. RAMÍREZ DIJO: Me adhiero al voto del doctor Oteriño por los fundamentos que expusiera en disidencia en causa N° 95.146, del 8/8/95, reg. int. (r-723)" Préstamo S.A. s/quiebra- Recurso de Queja" y que paso a transcribir: "La cuestión no es pacífica; ni en doctrina, donde los autores están divididos, ni en la jurisprudencia donde prevalecen los fallos que consideran apelable la decisión de rechazar la quiebra pedida por un acreedor. Están por la inapelabilidad: Efraín; H. Richard y José R. Moroni ("Sistemas de recursos concursales" p. 92; Héctor Cámara "El Concurso Preventivo y la Quiebra" vol. 111, p. 1778; Francisco Quintana Ferreyra "Concursos ley 19.551 Comparada, Anotada y Concordada" t. 2, p. 126; Guillermo Casiello; Roberto M. Natale y Adolfo Alvarado Velloso, conforme sus respectivas ponencias en las Primeras Jornadas sobre Concurso en el Derecho Argentino y Comprado, Rosario, 1979. Están por la apelabilidad: Fassi y Gebhardt, "Concursos" p. 552, 3ª ed.; Florit y Rossi "Comentarios teórico-práctico de la ley de concurso" t. II, p. 153; Rodolfo Fontanarrosa en las adiciones a la obra de Satta (Satta "Instituciones del derecho de quiebra" p. 113); Raimundo L. Fernández "Fundamentos de la quiebra" p. 699 y Adolfo A. N. Rouillón según su voto en el fallo plenario de la Cámara Civil y Comercial de Rosario que más adelante citamos. En cuanto a la jurisprudencia, las salas de la Cámara Nacional Comercial de la Capital, se han plegado por unanimidad a la tesis de la apelabilidad (ver Amadeo y Speroni "Ley de concursos anotada con jurisprudencia" ps. 480 y 1111) y sigue ese criterio el plenario de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Rosario (ED 123-313) y en igual sentido C 1ªCC de Tucumán. La presente disidencia con la mayoría de esta sala, está indicando que considero apelable la decisión que desestima la quiebra solicitada por un acreedor, y el argumento no puede ser otro que el del concurso que no nació, y, por lo tanto, debemos aplicar las normas procesales referidas a la inadmisibilidad de una demanda o, lo que es lo mismo, al rechazo "in límine" de ésta, aplicación a la que se llega por remisión del art. 301 de la ley 19.551. La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires sostuvo en su momento y refiriéndose a los concursos en general que: "El art. 296 inc. 3° de la ley 19.551, que dispone la inapelabilidad de las resoluciones dictadas en el procedimiento concursal, rige solamente en las resoluciones de trámite normal y ordinario sin comprender las sentencias dictadas en tema de apertura del concurso" (ED 104-523) y es lógico que ello sea así ya que la "ratio legis" del mencionado art. 296 inc. 3° de la ley 19.551, es evitar en lo posible la remisión del expediente al tribunal de alzada ya que ello conspira contra la estructura del procedimiento concursal cimentada, entre otras, en plazos legales (v.gr. arts. 14 inc. 3", 28, 35, 38, 41, 59, 77 etc. de la ley 19.551) que carecerían de efecto si a sus vencimientos el expediente se encontrara en la cámara de apelaciones debido a un recurso concedido con efecto suspensivo, pero ese no es el caso de autos referido a un pedido de quiebra desestimado, porque tal rechazo en instancia unipersonal y sin posibilidad de su revisión por un tribunal colegiado cuando no existe un proceso concursal en marcha, nos parece un despropósito. En códigos y leyes procesales siempre se abre la vía recursiva cuando una demanda es rechazada "in limine" arts. 336, 494, 496 segundo párr., 530 y cctes. del Cód. Procesal y art. 9 de la ley de amparo 7166) y la razón de ser de ello es porque tal decisión ha de equipararse a una sentencia denegatoria de la demanda. Así lo voto. En consecuencia se dicta la siguiente SENTENCIA Atento lo resuelto por mayoría, se declara procedente el recurso de apelación contra el auto que deniega la declaración de quiebra solicitada por un acreedor. Pasen los autos al acuerdo a efectos de resolver las cuestiones pendientes.- Osvaldo J. De Carli.- Raúl O. Dalmasso.- Font.- Nélida I. Zampini.- Jorge O. Ramírez. Horacio