ROSTROS Y VOCES DEL REASENTAMIENTO INVOLUNTARIO. Proyecto Fondecyt 1000540 Los programas de desarrollo y modernización, especialmente los de infraestructura, tales como la construcción de carreteras, centrales hidroeléctricas, etc, tienen como consecuencia, en el aspecto social, el desplazamiento forzoso de personas o reasentamiento involuntario. Este proceso de reasentamiento involuntario no solo es privativo de los proyectos de desarrollo, sino además de otros fenómenos tales como los desplazamientos por catástrofes naturales o tecnológicas como por ejemplo terremotos, inundaciones, derrame de elementos tóxicos, o por conflictos armados a nivel interno, como en Colombia, o internacionales como en medio oriente. El proceso de reasentamiento involuntario consiste en dos procesos distintos, pero estrechamente relacionados, por un lado el desplazamiento de personas de un lugar a otro, dejando atrás el lugar de residencia y por otro el establecimiento de estas personas en un lugar distinto, con la consecuente reconstrucción de los medios de vida. El reasentamiento involuntario como producto de la implementación de programas de desarrollo, importa el desplazamiento que implica la expropiación de la tierra y otros activos mayores y la mudanza propiamente tal de los habitantes para permitir que el proyecto prosiga. Desde el punto de vista sociológico “ es un proceso de deshilvanar patrones funcionales de organización social, sistemas de producción y asentamientos existentes. El desplazamiento forzoso de la población siempre crea una crisis social, y algunas veces una crisis política también”.1 La reconstrucción por su parte se refiere “a la reintegración de las personas desplazadas y al restablecimiento de sus patrones de organización socioeconómica. En teoría los dos procesos son segmentos de un sólo segmento continuo, y en la práctica, el Cernea Michael,”Practica Sociológica e Investigación-Acción Sobre Reasentamientos de Población: Parte Y. En revista de Sociología Aplicada, vol 13,nª2,1996. 1 segundo no sucede automáticamente al primero y muchas personas permanecen dislocadas”.2 Por sus efectos adversos el reasentamiento involuntario en la actualidad se ha convertido en foco de atención de un amplio debate internacional, involucrando y polarizando a gobiernos, ONGs, parlamentarios, agencias de desarrollo, y medios de comunicación. Las críticas al reasentamiento involuntario van dirigidas, algunas veces en un rechazo a las metas y la legitimidad del programa que ocasiona el reasentamiento y a veces al desarrollo mismo. Se pueden distinguir dos posiciones principales en estos argumentos, uno niega, en principio que cualquier reasentamiento involuntario sea aceptable, tales como los fundamentos teóricos de los grupos indígenas latinoamericanos radicales. El otro, critica la baja calidad de las operaciones específicas de reasentamiento como por ejemplo el antropólogo Theodoro Downing, consultor externo del Banco Mundial, respecto de sus críticas a la construcción de las centrales hidroeléctricas Pangue y Ralco y sus sendas consecuencias negativas en El Alto Bio Bio, en nuestro país. Solo en los últimos treinta años se ha tomado en consideración de que el desplazamiento y el reasentamiento son mucho más que un simple traslado de una población de un sitio a otro. En efecto, ya sea por voluntad de un gobierno, por un proyecto de desarrollo, por un disturbio civil, por persecución étnica, o por amenaza de un desastre, se produce el traslado forzoso de población, el cual involucra un proceso de recomposición de la comunidad, no como lo hubieran hecho sus miembros, sino de acuerdo a fines y valores ajenos. En este sentido, el reasentamiento es un acto político, ante todo, basado en el poder desigual entre los participantes. En la gran mayoría de los casos, para la población afectada, el desplazamiento y el reasentamiento constituyen un desastre auténtico y concreto3. Cuando las personas son desplazadas se desmantelan los sistemas de producción, se desorganizan los reasentamientos de larga tradición y se desperdigan los grupos de afinidad. La vida cotidiana de las personas se afecta de manera muy dolorosa, muchos 2 Ibid. empleos y activos desaparecen, los niveles de salud tienden a deteriorarse, las conexiones entre los productores y sus clientes se rompen y los mercados locales de empleos se interrumpen. Se disuelven las redes sociales informales que son parte de los sistemas de sostenibilidad diaria, como por ejemplo ayuda mutua en el cuidado de los hijos, seguridad alimentaria, transferencia de ingresos, prestamos a corto plazo, intercambio de tareas y trabajos y otras fuentes básicas de apoyo socioeconómico. Las organizaciones locales y asociaciones formales e informales desaparecen por la dispersión de sus miembros. La comunidad tradicional y los sistemas d autoridad pueden perder sus líderes. Las marcas simbólicas tales como monumentos ancestrales y cementerios deben ser abandonados, rompiendo así los nexos con el pasado y con la identidad cultural de las personas. El potencial de que se violen los derechos individuales y grupales hacen que el reasentamiento involuntario sea distinto a cualquier otro proceso de desarrollo. El principal riesgo es en último término el empobrecimiento, ya sea por la falta de tierra, trabajo, por el deterioro de la salud o por la pérdida de acceso a los servicios y activos tradicionales de la comunidad.4 El reasentamiento, según Scudder es "un insulto multidimensional con componentes psicológicos, fisiológicos, y socioculturales”5. Cuando la persona es desplazada contra su voluntad de su terreno, sufre un estrés enorme debido al trauma del traslado, al sentido de culpabilidad frente a su impotencia de resistir, a la sensación de luto y de pérdida del hogar y a la ansiedad por el futuro. El estrés sociocultural nace de la falla por parte de las autoridades de tomar en cuenta a la necesidad de los miembros de una comunidad de mantenerse juntos, de la falta de sostenibilidad económica después del reasentamiento y la ruptura de actividades culturales como consecuencia del desplazamiento. El resultado 3 Ibid. Ibid. 5 Citado por : Oliver -Smith Anthony, “ Desastre sobre Desastre?. La vulnerabilidad Urbana y el Reasentamiento de Poblaciones: Un Bosquejo del Problema y un Esquema para la Investigación”, ponencia presentada al Seminario Internacional sobre Reasentamiento de Población. Colombia 1998. 4 frecuente es la pérdida de la lógica de la vida, de una razón de ser que presta un sentido de significado a la existencia.6 Con el reasentamiento involuntario pueden florecer la violencia interpersonal, el abuso entre miembros de la familia, el alcoholismo y la drogadicción, y a nivel de la comunidad, el abandono del asentamiento nuevo, la pérdida completa de la inversión, el crecimiento del desempleo, pérdidas económicas, patología social, y el crecimiento de costos sociales en general7. Uno de los procesos que combate la pérdida de la orientación de la vida que muchas veces acompaña el reasentamiento es la resistencia. “La resistencia al reasentamiento es un fenómeno cada vez mas frecuente, sobre todo en los proyectos de reasentamiento provocados por proyectos de desarrollo o por desastres. Es importante entender que la resistencia no es solo la protección de intereses materiales sino también una defensa de una cultura y de una comunidad con todo lo que significan estos elementos para la identidad individual y comunitaria. La resistencia es una lucha para defender la vida, y frente a una autoridad poderosa, puede galvanizar a una comunidad y definir su identidad en términos muy concretos. La resistencia al reasentamiento constituye una afirmación de control sobre la vida que combate la amenaza a la lógica de la vida que representa el reasentamiento . Al fin y al cabo, para muchas personas la casa que ocupan ha sido un resultado importante de una lucha continua para establecerse en el mundo urbano y simbólicamente encarna su esfuerzo para mejorar la vida”8. De acuerdo a lo expuesto por Jorge Eastman, Viceministro del Interior del Estado de Colombia, en el Seminario Internacional sobre Reasentamientos Involuntarios de Población realizado en Colombia el año 1998, la situación del desplazamiento forzado puede terminar 6 Ibid. Ibid. 8 Oliver -Smith Anthony, “ Desastre sobre Desastre?. La vulnerabilidad Urbana y el Reasentamiento de Poblaciones: Un Bosquejo del Problema y un Esquema para la Investigación”, ponencia presentada al Seminario Internacional sobre Reasentamiento de Población. Colombia 1998. 7 en condiciones infrahumanas, hacinados en zonas subnormales de las ciudades intermedias o capitales, donde la insatisfacción de las necesidades básicas es habitual y su arribo influye decididamente en el empeoramiento de las condiciones generales de vida de la comunidad allí asentada. Esta situación crea problemas de vivienda, educación, salud, servicios públicos y recreación, fomenta la inseguridad y constituye un traumatismo para las personas obligadas a subsistir en un entorno extraño en condiciones de desarraigo, discriminación y marginalidad. El desplazamiento forzado es más, conlleva traumatismos en el tejido social que se manifiestan en los cambios de las estructuras familiares. La consecuencia más visible es el incremento de hogares con jefatura femenina, en los cuales las mujeres deben sobrellevar el subsistencia del grupo familiar y su reconstrucción en entornos extraños y hostiles. Además, a nivel comunitario, se destruyen procesos de organización y participación propios de las zonas rurales a través de los cuales se han posibilitado históricamente la solución de las necesidades básicas. Los efectos psicológicos y culturales del desplazamiento forzado son graves, el desplazamiento afecta de una manera vital al individuo, que se ve expuesto a grandes traumas, como el desarraigo y los sentimientos de pérdida en todas sus dimensiones. Especialmente la población rural, sufre graves procesos de desarraigo al pasar de una cultura rural a una urbana o semiurbana, lo cual es considerado como una de las más graves violaciones a los derechos humanos. De hecho allí se afectan., entre otros, derechos civiles, políticos, económicos y sociales, el derecho a la vida, a la integridad física, la seguridad personal, la libertad, la residencia, la unidad familiar. Los principales efectos del desplazamiento, de acuerdo a Eastman son: Desquebrajamiento del tejido social y la unión familiar. Incremento de la miseria social y pérdida de la calidad de vida, con severas repercusiones económicas como: desempleo, disminución de la producción agraria y aumento de la carga fiscal. Aumento del vandalismo y los cinturones de miseria en las ciudades receptoras de la población desplazada. Perdida de la credibilidad del Estado en la salvaguarda del orden público. Deterioro de la imagen internacional, a partir de la violación del derecho internacional humanitario, los derechos humanos y los derechos de los desplazados externos. Despoblamiento de la zona rural. Fraccionamiento de facto del territorio Nacional Incremento del poder de los actores armados. Afecta el desarrollo de las ciudades influenciadas por el flujo demográfico no planificado e incide en la efectividad de la planeación y ordenamiento territorial. Michael Cernea, sociólogo del Banco Mundial ha realizado múltiples investigaciones sobre reasentamientos involuntarios producto de proyectos de desarrollo financiados por el Banco Mundial y otras instituciones financieras. El sostiene que los programas de desarrollo mejoran la vida de muchas personas y desarrollan tanto la economía local como nacional, sin embargo el desarrollo pueden también causar reasentamientos forzosos de ciertos segmentos de la población local. Las poblaciones reasentadas son en general pobres y terminan en peor situación con este proceso. El resultado general es que algunas personas disfrutan las ganancias, mientras las otras sufren solo los dolores del desarrollo. Durante la década de los 90, cerca de 10 millones de personas se desplazaron mundialmente, cada año como consecuencia de programas de desarrollo de infraestructura. Esto significa cerca de 90 a 100 millones de personas se desplazaron mundialmente durante la década pasada, lo cual es mucho mayor que el número de total de refugiados ocasionados por la guerra y los desastres naturales 9. Cernea diseña un modelo de riesgo y reconstrucción para el reasentamiento de poblaciones. Este modelo se encuentra construido alrededor de un concepto central: los riesgos de empobrecimiento. Estos riesgos son inherentes a todo desplazamiento. En este contexto, el concepto sociológico de riesgo se entiende como el potencial de que cierto curso de acción genere efectos injuriosos10. Según el autor el hecho de que el riesgo debe determinarse como un concepto opuesto al de seguridad es un axioma ampliamente difundido.11 Cernea plantea ocho riesgo o peligros de empobrecimiento, los cuales resultan de los procesos de deprivación social y económica y son las más importantes12: A.- Perdida de la tierra: la expropiación de la tierra elimina los cimientos sobre los cuales se construyen los sistemas productivos, las actividades comerciales y los medios de vida de las personas. Esta es la principal forma de descapitalización y empobrecimiento de las personas desplazadas, ya que pierde su capital natural, como el capital construido por las personas. Un ejemplo de lo anterior es el proyecto hidroeléctrico Kiambere en Kenya, del cual el estudio descubre daños psicológicos dolorosos y perdurables. Esto daños incluyen a aquellos cuyo medio de vida depende de un empleo tales como jornaleros sin tierra en las áreas de las represas, empleados locales de servicios u otros negocios, así como a pequeños comerciantes y microempresarios. Al ser la creación de empleo una situación muy difícil, el desempleo o sub-empleo perdura mucho tiempo después de la reubicación física. Aquellos que anteriormente contaban con un empleo los pierden de tres maneras: en las áreas urbanas, pierden sus trabajos en las industrias y empresas de servicios u otras oportunidades de trabajo; en las áreas rurales, pierden el acceso al trabajo en las tierras propiedad de otros, (arrendadas o en media y al uso de los activos bajo propiedad comunera. Un ejemplo lo demuestra, una encuesta desarrollada entre las familias de las tribus de cinco comunidades en Talcher, Orissa, encontró un incremento en el desempleo desde el 9% hasta el 43,6%, acompañado por un elevado índice de cambio de ocupaciones Cernea Michael, “El Modelo De Riesgos y Reconstrucción Para el Reasentamiento De Poblaciones Desplazadas”. En: Reasentamiento y Estudios Sociales. Seminario Internacional Sobre Reasentamiento de Población. Colombia, 1998. 10 En este concepto Cernea se basa en los establecido por Guiddens. 11 En este concepto Cernea se basa en Luhmann.. 12 12 Cernea Michael, “El Modelo De Riesgos y Reconstrucción Para el Reasentamiento De Poblaciones Desplazadas”. En: Reasentamiento y Estudios Sociales. Seminario Internacional Sobre Reasentamiento de Población. Colombia, 1998. 9 primarias a ocupaciones terciarias (cuando estaban disponibles; reportó además una reducción en los niveles de ingresos entre el 50 y 80%, entre las tribus y castas.) B.- Pérdida del hogar: la pérdida de hogar y albergue puede ser temporal para desplazados, pero para muchos, la falta de hogar se mantiene como una condición crónica. En un sentido cultural amplio, la pérdida del hogar familiar está ligada con la pérdida del espacio cultural de un grupo, resultando en una alienación y deprivación. Cuando los reasentados no pueden pagar los costos financieros de la mano de obra y de tiempo, requeridos para construir una vivienda, se les obliga a mudarse a albergues temporales. Los centros de vivienda de emergencia y campamentos de reasentamiento temporales utilizados como última salida en los casos de reasentamientos pobremente planificados tienden a producir una falta de vivienda crónica, en lugar de temporal. Para acelerar las salidas de sus viviendas, se llevan a cabo en algunos lugares destrucciones violentas de las casas pertenecientes a personas denominadas “invasores de tierra, como es el caso de Uganda en el área del parque Kibal. En los proyectos de irrigación de JukadiKrishna en Maharashtra, India, el 59: de las familias desplazadas se encontraban viviendo en casos temporales o semi temporales diez y quince años después de su reubicación. D.- Marginalización: Esta ocurre cuando las familias pierden el poder económico y se deslindan por una ruta de movilidad del deterioro: las familias agrarias de ingresos medios no pasan a ser agricultores sin tierra, sino que pasan a ser pequeños propietarios; los dueños de pequeños negocios y artesanos reducen el nivel de actividad económica y traspasan el umbral de la línea de pobreza. Muchos individuos no pueden utilizar las habilidades previamente adquiridas en su nueva localidad y el capital humano se pierde o se convierte en improductivo e inactivo. El sistema coercitivo del desplazamiento, también deprecia el autoestima. La marginación se materializa además en una caída del status social y en una pérdida psicológica de la confianza de los afectados en la sociedad y en sí mismos, etapa previa a la sensación de nulidad. La marginación económica relativa comienza mucho antes del desplazamiento, como resultado de la falta de inversión o retiro de las inversiones, en infraestructura y servicios, en las áreas afectadas. La evidencia empírica demuestra que familias reasentadas, rara vez recuperan su status social y la totalidad de su capacidad económica. Para las familias agrarias, la pérdida parcial pero significativa de tierras cultivables puede hacer que su propiedad deje de ser viable económicamente. Los campesinos y agricultores tienden a ser trasladados a tierras menos fértiles e inferiores. En el proyecto hidroeléctrico Kulekhani en Nepal, un estudio independiente encontró que la mayoría de las personas desplazadas pasaron a peores condiciones de vida desde el punto de vista social y económico, debido a una productividad inferior de sus nuevas tierras, y a una producción menos diversificada. En el proyecto Kotmale en Sri Lanka, un estudio de campo reportó que la marginalización ocurrió porque las oportunidades de generación de ingresos no relacionados con la propiedad agrícola se perdieron o redujeron como resultado del desplazamiento, aumentando la diferenciación económica entre los desplazados y los anfitriones. Para aquellos reubicados en las zonas urbanas o rurales la marginalización a veces es gradual y ocurre después de transcurrido un tiempo de ser reubicados, tal como sucede cuando los afectados reciben trabajos, en lugar de tierra, que son temporales, lo que constituye una fuente de ingresos que a la larga no es sostenible. Los gobiernos y agencias de los proyectos también aceptan tácitamente la marginación permanente de los reasentados, cuando consideran como inevitable que los desplazados no vuelvan a adquirir su standard de vida social anterior, lo cual desde mi perspectiva constituye una explícita violación a los derechos humanos. E.- Aumento de enfermedades y la mortalidad: los desplazamientos ocasionan estrés social, inseguridad, trauma psicológico y el inicio de sufrimientos de enfermedades relacionadas con la reubicación, particularmente enfermedades parasitarias y las transmitidas a través de un vector, , todo lo cual produce serios deterioros de la salud. Suministros deficientes de agua potable y sistemas inadecuados de drenaje aumentan la vulnerabilidad a las epidemias y a la diarrea crónica y otos. Los segmentos más débiles de la población son los más afectados, como los niños y ancianos. En Tailandia por ejemplo, el monitoreo efectuado en el embalse de Nam Pong confirmó que las tasas locales de enfermedad, desde afecciones al hígado hasta infecciones de anquilostoma, fueron más altas que a nivel provincial, todo esto como resultado del deterioro de las condiciones de vida y las prácticas inadecuadas de eliminación de basura. Se pudo determinar que la exposición al stress social produjo consecuencias diferenciadas en la salud mental, dependiendo de la edad, género, y status marital y ocupacional. F.- Inseguridad alimentaria: el desplazamiento forzado aumenta el riesgo de que las personas sufran desnutrición crónica, definida como una ingestión de calorías por debajo de los niveles necesarios para el crecimiento y trabajo normal, así como inseguridad alimenticia. La disminución abrupta de las disponibilidades de cosecha y /o ingreso pueden provocar hambre y desnutrición y tienden a convertirse en efectos a largo plazo. Se puede caer en el riesgo de una inseguridad alimenticia crónica, ya que el reestablecimiento de la producción de alimentos en las zonas de reasentamientos puede durar años. Como resultado de que el área cultivable percápita se había reducido de 1.3 mu a solamente 0.4 mu después del reasentamiento, la producción local de alimentos en el embalse de Bailiambe en China, se hizo insuficiente y fue necesario proveer 75.000 toneladas de alimentos anuales durante varios años. G.- Perdida de acceso a la propiedad comunera: para los pobres y particularmente a los que no poseen tierras, ni activos, la pérdida del acceso a los activos de propiedad comunera, no individual que pertenecía a las comunidades reubicadas, como ríos, tierras de veranadas en el caso pehuenche, resultan en un deterioro significativo de su ingreso y de sus medios de vida. Las pérdidas del acceso a varios servicios públicos básicos, ocurre también a menudo y debe analizarse conjuntamente con este tipo de riesgos. La evidencia empírica demuestra que las frutas y otros productos comestibles, así como la leña y madera, área de pastizales que se encuentran en los lugares de acceso comunal constituyen una porción importante del ingreso familiar, sobre todo en las familias pobres. Por ejemplo, en regiones de India, del 91 al 100% de la leña, el 66% al 89% del combustible doméstico y del 69 al 80 % de las necesidades de pastizales de las familias pobres, se obtienen de terrenos comuneros o de propiedad común. Un estudio de siete proyectos que ocasionaron desplazamientos durante 1950 al 1954 en Orissa, India, encontró que no hubo ningún tipo de compensación por propiedades comunales en ninguno de estos proyectos. H.- Desarticulación Social : Los desplazamientos forzosos deshacen las vinculaciones sociales: dispersan y fragmentan las comunidades, desmantelan los patrones de organización social de los vínculos interpersonales. Los grupos de afinidad también se dispersan, así como se desmantelan las redes informales de ayuda mutua, asociaciones locales voluntarias y arreglos organizados de ayuda mutua que sostiene en la vida de las familias. La desestabilización de la vida de la comunidad puede provocar un estado típico de desánimo, inseguridad y pérdida del sentido de identidad cultural, lo cual tiende a transformar las zonas de desplazamiento en lo que ha conocido como regiones de inestabilidad social ocasionadas por la pérdida de valores y estándares. La destrucción de los patrones de organización local basados en el entorno de la vecindad, la interacción y la reciprocidad, son pérdidas de un valioso capital social, que se suma a la pérdida de capital natural y el capital generado por el hombre. El capital social perdido como consecuencia de este riesgo, permanece sin recompensarce por parte de los planificadores, y esta pérdida real tiene efectos detrimentes. Según Downing es posible que las personas sean físicamente preservadas, pero la comunidad ya no existe, porque sus determinantes espaciales, temporales y culturales han desaparecido. Un estudio sociológico sobre los efectos de un proyecto de represas en la India encontró varias manifestaciones de desarticulación social, tales como la pérdida de lazos de intimidad, alienación y desánimo. Además, se descubrió un proceso de debilitación del control de la conducta interpersonal y disminución de la cohesión en las estructuras familiares. Como resultado, disminuyó la actividad de los grupos, las comunitarias en ocasión de las cosechas y los peregrinajes se descontinuaron y los cementerios se desorganizaron y perdieron su forma. En mayor escala los estudios de los historiadores de la migración dentro de los costos más altos se encuentran los de cortar los lazos personales en su lugar regular de residencia, enfrentar nuevas incertidumbre económicas y sociales en una tierra extraña. En general la pobreza no es sólo la ausencia de medios materiales, sino también la pérdida de poder, seguridad, provocando la dependencia, y la vulnerabilidad individual, grupal y comunitaria. I.- Impactos diferenciales: Estos ocho riesgos de empobrecimiento afectan a varias categorías de personas vulnerables y de forma diferenciadas. La evidencia sugiere que dependiendo del sector en el cual ocurre el desplazamiento o en las circunstancias locales, los reasentados en diferentes localidades pueden experimentar algunos o todos estos riesgos. Así mismo algunas poblaciones pueden ser más perjudicadas que otras. Por ejemplo un estudio reciente reveló que las mujeres sufren impactos más severos que los hombres, en efecto han existido claras discriminaciones en contra de las mujeres en los criterios de compensación. En Orissa los derechos de compensación por la tierra de personas solteras se fijó en una edad de 18 años para los hombres y 30 para las mujeres. Por su lado los grupos tribales son más vulnerables a los peligros de empobrecimiento discutidos con antelación, que la población en general. Los niños, como una categoría de edad, están sujetas a consecuencias particularmente perversas, de hecho la reubicación a menudo interrumpe la asistencia a clases y algunos niños nunca regresan a la escuela., después del desplazamiento. Como resultado de la disminución de los ingresos familiares, los niños son reclutados al mercado laboral mucho más temprano, que si no hubiera ocurrido el reasentamiento. El Banco Mundial ha elaborado directrices y políticas operativas sobre reasentamiento involuntario y pueblos indígenas OP 4.12 y DO 4.20, respectivamente, con el objeto de proteger a las personas afectadas con proyectos de desarrollo y modernización, financiadas por esta institución, normativa que es ley para los Estados o entidades privadas que solicitan dichos financiamientos (un axioma jurídico es que los contratos son ley para las partes). En estas políticas ha intervenido directamente Michael Cernea. En la Política Operacional 4.12 se establece que los reasentimientos involuntarios pueden causar graves aflicciones, empobrecimiento y daños ecológicos a largo plazo si no se plantean y aplican cuidadosamente las medidas apropiadas. Las consideraciones primordiales que es necesario tomar en cuenta al preparar todo proyecto de desarrollo son: a).- Debe evitarse o reducirse al mínimo, siempre que sea posible, el reasentamiento involuntario, estudiando todas las alternativas viables en el diseño de los proyectos, por ejemplo reorientación de las carreteras, reducción en las alturas de las represas, etc. b).- Cuando el desplazamiento resulte inevitable, deben elaborarse planes de reasentamiento. Toda relocalización involuntaria debe concebirse y ejecutarse en forma de programa de desarrollo, y debe proporcionar recursos de inversión y oportunidades suficientes a las personas reasentadas a fin de que participen de los beneficios del proyectos. Las familias deben ser indemnizadas por sus pérdidas, recibir asistencia para trasladarse así como apoyo durante el periodo de transición, y se les preste ayuda en sus esfuerzos por mejorar sus antiguos niveles de vida o al menos, recobrarlos. Se debe presentar especial atención a los grupos más pobres que serán reasentados. c).- Debe alentarse la participación comunitaria en la planificación y ejecución del reasentamiento. Debe establecerse pautas apropiadas de organización social, apoyando y utilizando en lo posible las instituciones sociales y culturales existentes formadas por los reasentados y sus huéspedes. d).- Las personas reasentadas deben integrarse social y económicamente en las comunidades huéspedes, de manera que se reduzcan al mínimo los efectos negativos sobre estas comunidades. La mejor forma de conseguir la integración es planificar el reasentamiento en zonas que benefician al proyecto mediante consultas con los futuros anfitriones. e).- Deben ofrecerse tierras , viviendas, servicios de estructuras y otras indemnizaciones a las poblaciones que han sido afectadas, los grupos de indígenas , las minorías étnicas y los pastores cuyos usufructos han debido ceder al proyecto., el hecho de que dichos grupos no posean un título legal sobre las tierras no debe ser un obstáculo para la indemnización. En particular, los siguientes elementos deben figurar en todos planes para los proyectos de desarrollo que entrañen reasentamientos involuntarios: responsabilidad organizacional, participación de la comunidad e integración en la población huésped, estudios socioeconómico, marco jurídico, lugares de destino alternativos y reubicación, evaluación e indemnización de los haberes perdidos, tenencia, adquisición y transferencia de tierras., acceso a la formación, el empleo y el crédito, alojamiento, infraestructura y servicios sociales, protección y gestión del medio ambiente., ejecución, vigilancia y evaluación pertinente. La directriz Operacional 4.20, sobre Pueblos Indígenas ofrece una Orientación para : asegurar que los pueblos indígenas se beneficien de los proyectos de desarrollo y evitar o mitigar efectos potenciales adversos en los pueblos indígenas, causados por actividades del Banco. Por Pueblos Indígenas en esta directriz se entiende, a los grupos sociales con una identidad social y cultural distinta a la sociedad dominante, que los hace vulnerables y los pone en desventajas en los procesos de desarrollo. Las características principales de los pueblos indígenas serían : el gran apego al territorio ancestral y recursos naturales de estas áreas; identificación propia o por otros como miembros de un grupo cultural distinto; una lengua indígena, comúnmente distinta a la nacional; presencia de instituciones políticas y sociales y indígenas consuetudinarias; y la producción orientada principalmente a la subsistencia. El objetivo general del Banco es asegurar que el proceso de desarrollo promueva el respeto hacia la dignidad los pueblos indígenas, derechos humanos y su singularidad cultural. El objetivo central es asegurarse que los pueblos indígenas no sufran efectos adversos durante el proceso de desarrollo y que reciban beneficios sociales y económicos que sean culturalmente compatibles. La política del Banco se basa en la participación informada de los pueblos indígenas, por lo que se debe identificar las preferencias locales, a través de la consulta directa, incorporar el conocimiento indígena en los enfoques del proyecto y utilizar especialistas desde una etapa inicial. Cuando no se hayan desarrollado planes adecuados de mitigación el Banco no evaluará proyectos hasta que el prestatario ofrezca planes adecuados, es decir el prestatario debe asegurar que los pueblos indígenas se beneficien de las inversiones para el desarrollo. Los prerrequisitos para un plan exitoso serían: a) la preparación de un plan de desarrollo culturalmente apropiado, basado en las consideraciones de las opciones preferidas por los pueblos indígenas involucrados. b) los estudios deberán anticipar las tendencias adversas que podrían ser inducidas por el proyecto y desarrollar los medios para evitar o mitigar los daños. c) las instituciones responsables de la interacción del gobierno con los pueblos indígenas deberán poseer la experiencia social, técnica y legal necesarias para llevar a cabo las actividades de las propuestas. d) los patrones locales de organización local, creencias religiosas y el uso de recursos deben ser tomados en consideración en el diseño del plan. Se deberán apoyar los sistemas de producción que estén bien adaptados a las necesidades y medioambiente de los pueblos indígenas, y aquellos que se encuentren en dificultades ayudarlos para que alcancen niveles sostenibles de productividad. e) el plan deberá evitar crear dependencia de los pueblos indígenas en las entidades ejecutoras del proyecto. La planificación deberá fomentar el temprano traspaso de la dirección del proyecto a la población local. En caso de ser necesario se deberá contemplar capacitación para los pueblos indígenas. f) para la planificación exitosa se requiere un largo tiempo de conducción y un seguimiento futuro. g) en aquellos lugares donde estén en funcionamiento programas efectivos, el apoyo del Banco puede tomar la forma de un incremento de financiamiento para reforzar dichos programas. El control y evaluación del proyecto debe estar a cargo tanto por organizaciones indígenas como por profesionales científicos sociales experimentados. Los informes de control y evaluación deberán ser revisados conjuntamente por los niveles ejecutivos de la agencia de implementación y por el Banco, informes que estarán disponibles al público. 2. - HISTORIA DE LA PERMUTA Difícil resultó el análisis y sistematización de las entrevistas en este tema, lo cual se debe principalmente a dos motivos, en primer lugar las distintas versiones y contradicciones que mostraron los sujetos entrevistados y en segundo lugar porque muchos aspectos que se preguntaron habían sido olvidados por estas personas, lo cual podría llevar a ciertas imprecisiones e incluso se podrían llegar a hacer aseveraciones infundadas o que no tienen asidero en la realidad, lo cual se espera remediar con la realización de entrevistas posteriores a representantes de la empresa Pangue y a la revisión de documentos oficiales o no, que den cuenta sobre estos hechos. ACTORES INVOLUCRADOS... Diversos son los personajes involucrados en las negociaciones que se llevaron a cabo para la construcción de la represa Pangue, sin embargo, se podrían clasificar en tres grandes grupos, por un lado los sujetos que representaban los intereses del gobierno y de la empresa que iba realizar la construcción de la Hidroeléctrica Pangue, Endesa, por otro lado aquellos sujetos acaudalados que eran dueños de grandes extensiones de tierras, esos fundos que contaban con más de cinco mil hectáreas y que fueron inundados parcialmente por las aguas de la represa Pangue, y por otro los sujetos, que desde mi perspectiva, fueron los más afectados por la construcción de esta represa, es decir, las siete familias que fueron obligadas a abandonar los lugares que ocuparon por más de veinticinco año, y aquellos campesinos sin tierras que vivían en tierras ajenas, pero que hacían de estos espacios no solo su lugar de habitación, sino su lugar de trabajo, de sustento y recreación. Digo que fueron los más afectados por que a diferencia de los grandes latifundistas que solo vendieron sus terrenos, -terrenos que prácticamente los tenían abandonados, porque los dueños no los habitaban con frecuencia y tampoco los explotaban-, estas familias, que no tenían poder de negociación por las condiciones adversas en las que encontraban, vieron afectados todos los aspectos de sus vidas, es decir, su vida cotidiana, su modus vivendi. NEGOCIACIONES... De acuerdo a lo que señalaron los entrevistados los primeros rumores que aparecieron respecto de la construcción de una represa en la zona fue en los años sesenta, aproximadamente, sin embargo, las conversaciones oficiales comenzarían al final de los años ochenta. Los representante del gobierno y de la empresa Endesa habrían comenzado las negociaciones con los dueños de los terrenos que iban a ser inundados, las cuales, después de una serie de conflictos y tensiones que se generaron por el precio de estas tierras, llegaron a buen término, ya que se hizo efectiva la compraventa de estos terrenos, terrenos que parcialmente eran ocupados por las siete familias que en definitiva fueron reasentadas. Entre los representantes máximos y medios de Endesa e incluso representantes del gobierno que comenzaron las primeras conversaciones y negociaciones con estas familias, figuran Don Gonzalo Benavente, Don Nicolás Contreras y Don Gonzalo Figueroa. La forma de negociación no fue de carácter colectiva sino individual, ya que nunca se reunieron todas las familias afectadas con los representantes de Endesa , sino que por el contrario, el modus operandi, la política de negociación por parte de Endesa fue negociar con cada uno -y por separado- de los jefes de familia. Las familias que iban a ser objeto de traslado involuntario prácticamente no pusieron obstáculo para que se llevara a cabo la construcción de la represa Pangue y el consecuente reasentamiento, lo cual se debe fundamentalmente a que ellos estaban conscientes de que los terrenos en disputa, o sea aquellos terrenos que iban a ser inundados y que ellos ocuparon durante décadas, no eran de su propiedad, lo que no significa que ellos estuvieran de acuerdo o mostraran complacencia con el fenómeno que estaba ocurriendo, sino más bien mostraron una actitud de humildad y resignación, pues estaban también conscientes de que era muy difícil emprender acciones legales o de otro tipo en contra de esta gran empresa , Endesa y el Estado Chileno, pues la falta de recursos económicos, su escasa educación y la falta de apoyo de sectores poderosos, hacían casi imposible una lucha en igualdad de condiciones. Los representantes de estas entidades, el Estado y Endesa, en un primer momento fueron muy amables en las negociaciones, les hicieron a estas familias un sin número de promesas, se les dijo que los iban a trasladar a donde estas familias estimaran convenientes, es decir, si una familia quería su casa en Los Angeles, se les construiría una casa en esta ciudad, si otra familia quería una parcela con una cierta cantidad de hectáreas en las cercanías de Santa Barbara, allá se les comprarían los terrenos. Se les ofreció a aquellos hijos de jefes de familia que habían constituido su propia familia y que habitaban la misma casa que ocupaban sus padres, un terreno y casa propia . Además de lo anterior se les ofertó dinero, asistencia técnica, leña y semillas. Si bien hubo personas dentro de estas familias que fueron visionarias y quisieron negociar colectivamente, esto no se pudo llevar a cabo por dos razones fundamentales, en primer lugar porque nunca hubo buenas relaciones sociales entre las familias afectadas y en segundo lugar porque se les hizo pensar por algunos representantes de Endesa que podrían conseguir mayores beneficios negociando individualmente, lo cual indiscutiblemente favorecía a Endesa, pues de esta manera atomizaba y debilitaba al grupo. El gran problema de estas negociaciones y por que no decirlo “la gran trampa” que puso Endesa a estas familias campesinas, es que nunca se formalizaron por escrito las promesas y acuerdos preliminares entre esta empresa y los afectados. De acuerdo a lo que señalaron los propios entrevistados ellos nunca exigieron un contrato por escrito, en primer lugar por la falta de conocimiento, experiencia y apoyo de personas especializadas y en segundo lugar porque como buenos campesinos jamás se imaginaron que los representantes de Endesa actuarían de mala fe. En la medida que fue pasando el tiempo y la construcción de la represa iba avanzando, las ofertas y el tono de los representantes de Endesa fueron cambiando, ya las propuestas originales se habían olvidado y directamente se les planteó a las familias que iban a ser reasentadas involuntariamente que no les quedaba otra alternativa que aceptar lo que Endesa tenía presupuestado entregarles, -lo cual distaba bastante de la propuestas originales -, ya que si no aceptaban estas familias la propuesta final, de todas maneras iban a ser desalojados por la fuerza de estas tierras, sin que recibieran ningún tipo de compensación y beneficio. Frente a este tipo de amenazas, a los sujetos afectados no les quedó otra alternativa que aceptar la propuesta que había sido fijada unilateralmente por Endesa. GRADO DE CONFORMIDAD DE LOS SUJETOS REASENTADOS... Se debe señalar respecto a este punto, que las opiniones de las personas entrevistadas se pueden clasificar en dos grandes tendencias, aquellas que manifiestan su conformidad en ciertos aspectos del proceso de relocalización involuntaria y aquellas que critican totalmente este proceso. Las primeras consideran que este proceso de relocalización favoreció ciertos aspectos de su vida, como por ejemplo, ellos valoran el hecho de que Endesa les haya compensado con terrenos y casas y que se les haya entregado los respectivos títulos de dominio. También, el hecho de que en la actualidad no se encuentren en condiciones tan aisladas como antes, lo cual ha favorecido el acceso a los centros más poblados y a los diversos servicios que estos ofrecen (comercio, centros médicos, colegios, etc.) y una mayor comunicación e información. Lo que consideran como negativo entre otras cosas es la repartición injusta que hizo Endesa de los terrenos y casas, la insuficiente cantidad de tierras que les fueron entregadas, la mala calidad de los suelos, lo cual ha implicado de que la mayor cantidad de productos que consumen estas familias tengan que ser adquiridos en el comercio; el pago que deben hacer por el suministro de los servicios básicos., su dependencia actual al mercado de trabajo y la subsecuente incertidumbre que significa para ellos ponerse en manos de las exigencias e inclemencias del mercado y el capitalismo. El otro grupo de personas consideran que este proceso no les favoreció en ningún aspecto, critican la forma como se llevaron a cabo las negociaciones, pues consideran que los representantes actuaron de mala fe, se encuentran disconforme con la cantidad y calidad de los terrenos que les fueron entregados, consideran que las casas que les otorgaron son de mala calidad y muy pequeñas, que se han empobrecido económicamente, (opinión que no es privativa de este grupo), lo cual ha afectado la tranquilidad y salud mental de estas personas. Otro aspecto que critican todos los sujetos entrevistados es el engaño a los que fueron sometidos estos sujetos por parte de los representantes de Endesa. Estos consideran que no debieron haberles prometido aquello que después no iban a cumplir, situación que aún les aflige y les molesta profundamente, por que sienten que jugaron con sus ilusiones y expectativas. Se sienten impotentes de no haber podido luchar en contra del poder de esta gran empresa, por la condición social que ellos poseían y poseen, pues no debemos olvidar que ellos eran campesinos sin tierra, con escasa educación y de una situación económica deficiente. Este estado de angustia e impotencia persiste a través del tiempo debido a que ellos están conscientes de la precarización de muchos aspectos de su vida cotidiana.. 4. - RELACIONES COMUNITARIAS ACTUALES, A MODO DE CONCLUSIÓN. RELACIONES ENTRE LOS SUJETOS RELOCALIZADOS... Se debe señalar que las relaciones sociales, de convivencia, nunca fueron muy buenas entre los sujetos reasentados, siempre hubo conflictos y antipatías entre ellos, sin embargo, esta situación se agravó aún más cuando empezó el proceso de construcción de la Represa Pangue y el consecuente reasentamiento de estas familias. La forma de negociación que llevó a cabo Endesa con las familias que iban a ser reasentadas perjudicó considerablemente las relaciones sociales entre las familias, pues debemos recordar que las negociaciones fueron de carácter individual y no de carácter colectivo. Esta forma de negociación permitió que muchos de los afectados buscaran su propia conveniencia y tomaran una actitud egoísta y ambiciosa. El hecho que afectó y empeoró definitivamente las relaciones sociales entre estos sujetos fue la desigual repartición de bienes por parte de Endesa a estas familias reasentadas, esto generó en ellas la agudización de las rivalidades, envidias, egoísmo y malos tratos, así por ejemplo, cuando a los entrevistados se les preguntaba por cualquier otro sujeto afectado, estos no hacían más que desprestigiarlos y descalificarlos. Desde mi perspectiva la forma de actuar de Endesa es una estrategia que utilizó esta empresa para atomizar más aún al grupo y de esta forma debilitarlo, pues lo más seguro es que a esta empresa no le haya convenido que estas personas se organizaran e hicieran mayores exigencias colectivas. Actualmente las relaciones entre los sujetos reasentados se encuentran rotas, no obstante lo anterior, estas familias están conscientes de que la manera de proceder de Endesa, perjudicó más aún sus relaciones y que esta situación en definitiva afectó las negociaciones. RELACIONES ENTRE LOS SUJETOS REASENTADOS Y LOS SUJETOS RECEPTORES... Como el lugar donde fueron reasentadas estas familias es de carácter rural no existe un contacto tan estrecho entre las familias vecinas. Las familias receptoras, es decir, aquellas familias que vivían con anterioridad en ese sector o en los alrededores, no pusieron ningún inconveniente cuando las familias afectadas fueron reasentadas, e incluso más, en general se portaron en forma solidaria, especialmente cuando estas familias tuvieron problemas con el agua, ya que fueron estos vecinos quienes les suministraron amablemente este elemento vital. ORGANIZACION DE LAS FAMILIAS RELOCALIZADAS... Como se ha mencionado anteriormente las familias afectadas nunca se organizaron para negociar colectivamente con Endesa, situación que actuó en desmedro de estas familias ya que al encontrarse fragmentadas, no contaron con poder de negociación y de presión, elementos que eran necesarios para conseguir mayores y mejores ofertas. Las familias relocalizadas tomaron conciencia de la estrategia atomizante que utilizó Endesa para desfavorecerlos, lo cual les ha llevado a concluir que si se organizaran podrían conseguir ciertas mejoras económicas y de otro tipo por parte de Pangue, por que según estos entrevistados todavía quedan ciertos compromisos que dicha empresa debe cumplir, por lo que aún no puede eximirse totalmente de sus responsabilidades. Los entrevistados mostraron mucho interés en olvidar viejas rencillas y dar paso a una orgánica que les permita enfrentar de mejor forma el poder de esta empresa. PARTICIPACION DE LOS SUJETOS RELOCALIZADOS EN ORGANIZACIONES COMUNITARIAS... Estas familias participan en general en organizaciones sociales tales como juntas de vecinos, organizaciones pehuenches no institucionales, la Fundación Pehuen etc. Importante es destacar la participación que tienen estas familias en la Fundación Pehuen. Esta organización se creó a propósito de la construcción de la Represa Pangue y su fin es beneficiar a las familias pehuenches afectadas directa o indirectamente por la construcción de esta hidroeléctrica. De acuerdo a lo señalado anteriormente habría familias directamente afectadas, es decir, aquellas que sufrieron la relocalización involuntaria, que no podrían participar en esta institución por que no pertenecen a la etnia pehuenche. Si bien estoy de acuerdo en que se haya creado una institución que favorezca a la comunidad pehuenche, esta no debió haber excluido a otros sujetos afectados directa o indirectamente, es decir, se debió haber creado una institución que permitiera el acceso a todas las personas afectadas o bien haber creado paralelamente una institución que beneficiara a las personas reasentadas a causa de la construcción de la represa, pues son ellos los que se han visto más afectados, negativamente desde mi perspectiva, por la implementación de esta hidroeléctrica.