Postformalismo ruso: el Círculo de Bajtin Las primeras publicaciones de este grupo, que combina los principios básicos de la poética formalista con los de una poética sociológica de raíz marxista, surgen a finales de los años veinte. El lenguaje comienza a verse en conexión con la ideología. Junto a Medvedev (The Formal Method in Literary Scholarship, 1928) y Voloshinov (El signo ideológico y la filosofía del lenguaje, 1929), la figura más destacada es Mijail Bajtin (1895-1975) que adquirió prestigio gracias a sus estudios sobre Dostoyevski y Rabelais, aunque su obra no fue traducida ni publicada en Europa hasta la década de los sesenta. Los primeros divulgadores fueron Julia Kristeva y Tzvetan Todorov que trabajaban en París. Se cree que algunos de los textos firmados por colaboradores de Bajtin fueron en realidad escritos por él, y que si no los firmó fue debido a la persecución política y exilio que sufrió entre 1920 y 1930. Sus ideas abarcan fundamentalmente tres ámbitos: una teoría del sujeto (contra el psicoanálisis freudiano), una teoría del lenguaje (contra la lingüística estructural) y una teoría literaria (contra el Formalismo). La teoría del sujeto de Bajtin deconstruye la idea tradicional del hombre como un sujeto único al afirmar que la consciencia se fragmenta en varias voces que dialogan entre sí, y que la consciencia está determinada por una ideología concreta. Bajtin desarrollo un método formal que, al igual que Trotski en Literatura y revolución (1924) denunciaba la insuficiencia del Formalismo. Bajtin se oponía, en particular, a “la moda del cientifismo, de la erudición superficial…la tendencia de construir una ciencia a cualquier precio” (Bajtin 1989:14 citado en Viñas Piquer, 2002:460). En cuanto a su oposición a la gramática estructural, la teoría de la comunicación literaria de Bajtin indica que las lenguas no son únicamente sistemas de signos, sino entidades culturales e históricas, cuyos códigos no son fijos o estáticos. Además cada mensaje pone de manifiesto un estilo determinado, ciertas marcas textuales, ecos de otros enunciados y palabras ajenas (intertextualidad) etc. Cada texto evoca una historia de textos (relaciones entre presente y pasado-cronotopo). La metodología de Bajtin pretende escuchar el dialogo que entablan las distintas voces. Bajtin privilegia el estudio de la novela porque considera que es el género que mejor permite el análisis del discurso social. La oposición fundamental que plantea es la de novela monológica (reduce el potencial de voces a una sola voz autoritaria) frente a la novela dialógica (que se sirve de ciertas técnicas para incorporar una pluralidad de voces en el texto). Bajtin habla de otras voces en el texto, distintas a la del autor, voces que denomina “la otredad” o “la alteridad”. Para Bajtin lo dialógico es un fenómeno social que representa la lucha de clases (Iris Zavala, 1991:137 citado en Viñas Piquer, 2002:463). Quiere intentar comprender el texto en su pluralidad, en el horizonte ideológico. El mejor ejemplo era, por supuesto, la obra de Dostoievski, que silencia su propia voz y deja que se escuchen sólo las voces cruzadas de sus personajes (polifonía), y que Bajtin estudió en Problemas de la obra de Dostoievski (1940). Bajtin localiza los orígenes de la polifonía en ciertos géneros serio-cómicos de la antigüedad, como el diálogo socrático, la sátira menipea y la visión carnavalesca del mundo que presentan ciertos autores como Rabelais, Cervantes o Stern. El carnaval (Bajtin se refiere en concreto al realismo grotesco) impone una inversión de los valores establecidos y de toda estructura jerarquizada, por lo que tiene un poder liberador y un sentido ideológico y político. Una muestra es la técnica de la “inversión” a la que alude Vladimir Propp en su Morfología del cuento, y que consiste en modificar el orden jerárquico o la situación de los personajes (elevación o rebajamiento). En cuanto al lenguaje del carnaval se alimenta de la corriente popular, de refranes, proverbios y vocabulario familiar y grosero. Otros mecanismos son la parodia y la ironía. 1 En su Estética de la creación verbal, Bajtin habla de “voces enmarcadas” o interduscursividad (Julia Kristeva propuso el término “intertextualidad”, diálogo entre textos; Barthes y Genette hablaron de “palimsesto”). Introduce también el concepto de “implicatura”, algo más que queda implícito en el mensaje de manera muchas veces inconsciente, y que el oyente sólo capta mediante inferencia. Esto supone un primer paso hacia una Pragmática Literaria que desarrollarían posteriormente Wolfgang Iser y Umberto Eco. Otro de los conceptos claves es el “cronotopo”, con el que Bajtin hace alusión a los indicadores espacio-temporales que sirven para representar la imagen del ser humano en la literatura. El término procede de la Teoría de la Relatividad de Einstein y Bajtin lo emplea en su Teoría y estética de la novela donde analiza el concepto en las distintas modalidades de novela. Un ejemplo sería el comienzo del Quijote: “En un lugar de la Mancha…” que subvierte la tradición caballeresca situando al héroe no en un lugar exótico y lejano sino en un pueblo manchego, donde todo era rutinario, cotidiano (el tiempo de la novela picaresca) y aburrido (Viñas Piquer, 2002:469). Los principales cronotopos señalados por Bajtin al esbozar su historia de la novela son los siguientes: Cronotopo del encuentro- dos personajes se encuentran en un lugar y momento determinado que afecta el curso de la narración. Cronotopo del camino- relacionado frecuentemente con el anterior. El camino puede tener un sentido figurado (la vida, el conocimiento, etc.) o real. Cronotopo del castillo- ocurre en la novela inglesa del Silgo XVIII y en la novela gótica. El castillo representa el pasado histórico. Cronotopo del salón-recibidor- característico de la novela realista del XIX. Se trata de un lugar de encuentro y diálogo donde se mezcla lo público y lo privado. Una novela puede presentar multitud de cronotopos más pequeños que se relacionan entre sí, aunque también es frecuente que determinados autores prefieran un cronotopo en particular. (Resumen tomado en su mayoría del libro de David Viñas Piquer (2002) Historia de la crítica literaria) 2