VI Congreso Latinoamericano de Investigadores de la Comunicación - ALAIC, 2002 Trabajo para GT No. . 17 Teorías y Metodologías de la Investigación en Comunicación Imaginarios: Instrumento de Análisis de la Mediación. Por: Juana Ramírez Castro Cargo: Docente de la Universidad de Manizales- Facultad de Comunicación Social Coordinadora Centro de Estudio de Medios (Observatorio de Medios) Títulos: Comunicadora Social, Especialista en Sociología Política Candidata a Magister en Filosofía de la Ciencia e-mail: juanarc(arroba) um.umanizales.edu.co Teléfono: 0968 860632 Dirección: Carrera 9 No. 19 – 03 Manizales – Caldas (Colombia) Abstract Se expone la posiblidad teórica de estudiar la mediación desde la concepción que Niklas Luhmann plantea acerca de los sistemas cognitivos. Todo ello a partir de la observación de los imaginarios sociales entendidos como instrumentos de investigación que permiten “ver lo que no se puede ver”, esto es loso marcos de referencia (frames), desde las cuales opera la comunicación, incluida la que se realiza a través de tecnologías expansivas. Palabras claves: Mediación, Imaginarios y Selección. VI Congreso Latinoamericano de Investigadores de la Comunicación- ALAIC 2002 Trabajo para GT No. . 17 Teorías y Metodologías de la Investigación en Comunicación Imaginarios: Instrumento de Análisis de la Mediación. Por: Juana Ramírez Castro Este trabajo tiene tres ejes de reflexión: el de la mediación, el de la comunicación y el de los imaginarios. Con el primero se sostendrá desde una sintética revisión histórica, cómo la crítica de los estudios de los efectos de los medios ha desembocado en la observación de las “condiciones de posibilidad” sobre las cuales la comunicación es una operación y no un proceso. Esta última revisión se hará bajo el planteamiento de Niklas Luhmann, quien concibe al sistema social como sistema de comunicación en constante operación, en constante autodesenvolvimiento. Por último, y como objetivo central de este reflexión, se presentará a los imaginarios como instrumento de observación; instrumento desde el cual se hace posible acceder a los sistemas cognitivos, base de las operaciones de comunicación y por ende, fundamento del análisis de la mediación. Esta reflexión fue la base de una investigación realizada en la Universidad de Manizales por el Observatorio de Medios llamada “Mediación e Imaginarios de violencia en Manizales (Colombia)” . En esta investigación se pretendió identificar el “repertorio” desde el cual opera la comunicación, tanto en el sistema de los medios como en el sistema de recepción, esto es, tanto en la llamada “producción” mediática como en la audiencia. Con esto se tuvo claro que ambos sistemas llevan a cabo una mediación entre otras mediaciones. De la mediación Para comenzar cabe recordar que la preocupación científica por la comunicación impersonal surge tras ver el cambio de la dinámica social y su relación con el desarrollo de tecnologías de difusión cableada y radiada; relación que, desde la comprensión histórica, se hacía extensible a la aparición de la imprenta y a la subsecuente transformación social y política. Pero, la tendencia actual del estudio de la relación medios y sociedad demuestra la superación de simplificaciones del proceso de la comunicación masiva propuestas por teorías que presuponían, entre otros, la existencia de un “hombre-masa” y desde ella, la de una “sociedad de masas”. Además, dicho tipo de investigación aceptaba principios epistemológicos como el de causación con la cual se definía, y aún hoy se define, la pretensión teleológica de la ciencia 2 moderna de explicar los fenómenos desde el establecimiento de regularidades para hacerlos previsibles. De igual forma se reconocía el paradigma sistémico de elementos y de relación entre ellos como fundamento de la lectura de todos los fenómenos, tanto naturales como sociales. Es así como las teorías de la comunicación impersonal que pensaron la relación medios y sociedad, se estructuraron inicialmente en torno a dos campos de reflexión: el de los efectos y el de las funciones de los medios de comunicación en la sociedad de masas. Sin embargo la misma investigación se encargó de desvirtuar el principio del hombre-masa y de la omnipresencia de los medios masivos de comunicación. En realidad, el momento histórico surge a partir de las nuevas corrientes del desarrollo de la teoría informacional con la intervención de la semiótica y la lingüística, que plantean nuevas formas y estructuras para la lectura de la comunicación impersonal, específicamente bajo el modelo semiótico textual. Se debe aclarar que la tesis que se intenta exponer no evoca de ninguna manera un intento por desvirtuar la importancia que tuvo la lectura de ese “algo” llamado comunicación, desde la sistematización de la categoría de “masa ”. Sólo se intenta sostener que dicha conceptualización estableció una limitación en la investigación de la comunicación impersonal. De tal manera que se comparte la posición de Mauro Wolf quien dice que los presupuestos arriba señalados han “contribuido, por un lado al aumento de los campos de la Mass Communication Research y por el otro, al “empobrecimiento” de su desarrollo, atribuyendo a algunos matices una centralidad estratégica para la configuración del sector pero, al mismo tiempo marginaba otros”1 Así, la consciencia de dicha marginalidad se obtuvo con el reconocimiento de la intervención interpretativa operada sobre los mensajes. Desde el reconocimiento de dicha intervención, los límites entre los elementos de un sistema se empiezan a disolver dentro del llamado “proceso” de comunicación. Este aspecto, aunque no tiene una intención originaria en dicho modelo, se presenta como antecedente a la discusión sobre la comunicación, que planteará Niklas Luhmann en los 90. La semiótica-textual presenta una nueva complejidad sobre la llamada comunicación y de ella sobre la comunicación impersonal2 a partir del reconocimiento de que “cualquier proceso de comunicación entre seres humanos – dice Umberto Eco - presupone un 3 sistema de significados como condición propia necesaria”.3 Ya que para él, es desde este sistema de significados que se “actualiza“ el mismo sistema. Es necesario avisar que este modelo se pensó desde los elementos clásicos de la comunicación: fuente - transmisor - canal – destinatario, pero lo importante por ahora es tener presente que con la intervención de la semiótica se empieza a complejizar el problema de la comunicación, todo ello desde el reconocimiento de un transfondo: la existencia de un sistema de significados previos al entonces llamado proceso de comunicación. Esta situación revela poco a poco la complejidad de la comunicación y una multidimensionalidad. Manuel Martín Serrano4 plantea su teoría de la mediación desde la existencia de dos sistemas diferentes: 1) el sistema social y 2) el sistema de comunicación. Así, la mediación se “realiza” en la tensión constante entre ambos sistemas; esto es, en una relación entre producción y reproducción y, entre lo imprevisible y lo previsible. Bajo esta base, señala la existencia de una doble mediación: la cognitiva y la estructural. Lo interesante es que Martin Serrano desarrolla esta apuesta teórica desde una concepción no mecánica de sistema. Por el contrario elabora la mediación en términos de una dinámica costructiva de constante selección, esto es un sistema como una estructura en continua estructuración. El problema de su planteamiento es que lo desarrolla desde la observación de la producción mediática en una especie de interreferencialidad de ambos sistemas. Situación opuesta la revive Guillermo Orozco desde los estudios del consumo televisivo. Este mexicano piensa en la mediación como “un proceso estructurante que configura y reconfigura tanto la interacción de los miembros de la audiencia con la TV como la creación por ellos del sentido de esa interacción”5, proceso que se da en el sentido de apropiación. Sin embargo, para él hay que diferenciar la mediación, como manifestación a través de acciones y discursos de los procesos de estructuración, y las fuentes o los puntos de origen de la mediación, las cuales puede ser de tipo social (cultura, economía, edad, medios, etc) o individual (emociones y experiencias). De lo anterior cabe llamar la atención sobre dos puntos: 1) tanto Orozco como Serrano presumen una instancia pre-linguística de la mediación, 2) refieren la idea de una estructura, base de la estructuración y 3) en ambos se plantea una operación ya sea de producciónreproducción o apropiación, desde la estructura o instancia “pre-lingüística”. 4 De la Comunicación La anterior referencia es importante pues desde ella se comenzará a pensar la mediación como parte de la complejidad en la que la comunicación opera y que refiere sistemas cognitivos como instrumento y producto de dicha operación. Esta apuesta se hace posible con la concepción que Niklas Luhmann tiene sobre comunicación. Para él, comunicar significa limitar, o sea, ponerse límites a sí mismo y al otro, sólo que, se limita desde limitaciones previas. Este limitar es posible por la selección, por la relación información/no información, sólo que este limitar, este seleccionar se establece como condición de posibilidad de un nuevo limitar, un nuevo seleccionar. Luhmann dice: “La comunicación es el procesamiento de la selección. Sin embargo, no selecciona como se toma una y otra cosa de un depósito. Esta idea nos llevaría de nuevo a la teoría de las sustancias y a la metafísica de la trasnsmisión. La selección actualizada en la comunicación constituye su propio horizonte, aquello que se selecciona ya como selección y, por eso miso es comunicado”6 Con lo anterior queda claro que bajo el planteamiento luhmanniano la comunicación se autodesenvuelve, se autocontiene y por esto, ella no puede tener ninguna frontera7 entendida “frontera” en el sentido tradicional de límites. Así, la comunicación no puede comprenderse desde las fronteras de los elementos que clásicamente se definen, sino como un sistema abierto cuya expansión implica una limitación, en el sentido de un horizonte abierto pues esta limitación es ya una expansión misma del sistema. Esta es la razón por la que se abandona el modelo de comunicación basado en elementos (fuentes, destinatario...)8 De esta manera, para Luhmann entra a ser importante en la comunicación, el plano de la teoría del conocimiento, ya que para él todo conocimiento, toda realidad, es una construcción. “La razón – a la voz de él - es que los sistemas cognitivos no tienen otro acceso a los objetos que el conocimiento”. Incluso, el mismo Luhmann define al sujeto como un sistema cognitivo. Así la observación de estos marcos cognitivos que, constituye una mirada de “segundo orden”, implica el reconocimiento de los marcos de referencia (frames) de sus formas de conocimiento9. Esta mirada de “ segundo orden “ es la que realiza el investigador que debe procurar, como bien lo señala Luhmann, su reconocimiento. Ahora bien, el análisis del plano cognitivo no se suscribe a un sistema psíquico bajo la lógica tradicional de un complejo cerrado, pues para él, el 5 sujeto antropológico integra un sistema autorreferente y autopoiético, dentro de una relación sistema/entorno en donde los sujetos son el entorno y el sistema es su constructo integrador. Este sistema tiene como principio la diferencia y la idea de un sujeto abierto a la comunicación, en la medida en que, como se dijo antes, se está frente a un sujeto cuyas fronteras se expanden y con – no “desde”- las cuales la comunicación se opera. Ahora bien, y por lo expuesto arriba sobre el concepto de comunicación, para Luhmann, no puede haber oposición entre lo que se llama comunicación de masas, mediática o impersonal y la comunicación interpersonal o directa. Los medios son para Luhmann una disposición técnica de reproducción masiva (“tecnología expansiva”) del mundo contemporáneo. Son una conquista de la evolución humana que se utiliza para expandir la comunicación y en la que no hay “ interacción entre presentes” ya que la innovación técnica, rompe el contacto. Pero los medios son también un sistema y como tal son un sistema autorreferente. Veamos, sobre el estudio de la realidad de los medios de masas, Luhmann acepta la posibilidad de dos visiones de análisis. Lo que él llama el estudio de “su realidad primera” como la operación propia del sistema, operación que está condicionada por dos factores: la disposición tanto para emitir la comunicación como para conectarse a ella. Esta situación es una condición estructural de la tecnología expansiva, pero lo que al respecto y desde esta perspectiva se debe observar si la comunicación es o no es comprendida, pues “la acción comunicativa sola no es, pues comunicación. Debido a esto, para los medios de masas (a diferencia de la interacción entre presentes) es difícil determinar el círculo actual de receptores que coefectúan la comunicación”10. La segunda forma de observación, implica pensar en la naturaleza de la comunicación y por lo mismo, es la que adquiere vigencia en esta propuesta. En ella se propone pensar lo que es la realidad para los medios, “lo que aparece como realidad para ellos o, aquello que los otros tienen por realidad porque lo han tomado de los medios... Entendiéndolo de esta manera, el quehacer de los media ya no como la secuencia de operaciones, sino como secuencia de observaciones” 11 . La razón es que en la realidad de los medios de comunicación se encuentra una “duplicación de la realidad “ en la medida en que ellos comunican sobre algo distinto a ellos. Por consiguiente, se trata de un sistema que tiene que distinguir entre la referencia a sí 6 mismo (autorreferencia) y la referencia a otro (heterorreferencia). Ello implica que los medios no se pueden tener a sí mismos como la verdad y construir una realidad distinta frente a su propia realidad12 Es con lo anterior, que el análisis de los medios de comunicación de masas implica la distinción entre autorreferencia y heterorreferencia operada en los medios de comunicación. Sin embargo, este punto no se desarrollará en el presente escrito pues el interés se dirige hacia otro presupuesto. La pregunta que sigue es, ¿ cómo lograr acceder a esta distinción de la operación de comunicación? La respuesta se da dentro del mismo planteamiento de la teoría del conocimiento en Luhmann. Para él, los sistemas cognitivos no tienen otro acceso a los objetos que el conocimiento que sobre ellos mismos se tenga en cada sistema. Por ello su acceso se da en el plano de la observación de segundo orden o de la “realidad segunda”, es decir, en la “observación de las operaciones cognitivas de otros sistemas”. Con esto se prosigue diciendo que los sistemas cognitivos son los puntos que, en el caso de los medios y de la misma ciencia, permiten la autorreferencia y la heterorreferencia desde la cual cada sistema opera. Así, el sistema cognitivo implica la forma bajo la cual se configura la realidad propia de cada sistema, la forma con la cual “ configura el horizonte de posibilidades” sugerida por la experiencia histórica que posee cada sistema. Esta apuesta goza de llamativa cercanía con el concepto de habitus de Pierre Bourdie como “ principio generador de prácticas objetivamente enclasables y el sistema de enclasamiento... de esas prácticas”.13 De los imaginarios Pero, ¿dónde ubicamos esos sistemas cognitivos previos que determinan la forma de mediar la realidad? o ¿cómo reconocemos la “estructura estructurante”? En la medida en que esos sentidos sociales que constituyen los sistemas cognitivios se interiorizan, ellos se encuentran inmersos en formas mentales que sugieren la manera de apropiación del entorno tanto físico como social. Este mundo es un mundo de significaciones, y como lo argumenta John Searle14, es mundo ontológicamente subjetivo pero epistemológicamente objetivo. Desde una visión tradicional, se estaría reduciendo la comprensión del mundo social a la comprensión del mundo psíquico del hombre. Este planteamiento se acoge desde la visión de Castoriadis, quien discute la oposición 7 individuo/sociedad, ya que para él, el individuo no es en lo esencial nada distinto a la sociedad. La oposición individuo/sociedad es entonces una falacia total, pues “la psique no es el individuo; la psique deviene individuo únicamente en el proceso de socialización”15 y la socialización se refiere a la experiencia de sentido del sistema psiquico con el entorno. Así, la psique es el continente de sentidos sociales, de sistemas cognitivos desde los cuales la comunicación se autodesenvuelve. De tal manera que, parafraseando a Castoriadis, lo que transmiten los individuos ya socializados los supera abundantemente pues, a través de ellos, (ellos como medios), son el modo de acceso “ virtual” al mundo social. ¿Dónde ubicamos ese mundo virtual? El concepto que nos es de mayor utilidad en este campo es el de “imaginarios sociales”. Este concepto proviene de discusiones variadas al interior de las ciencias sociales. En la psicología con todo el desarrollo de la psicología cognitiva. En la sociología, se tiene noticia desde Max Weber, quien cuando hablaba del “contenido” de los sentidos sociales, ya planteaba un constructo social, un intangible desde el cual el hombre actuaba.16 Y en la antropología, especialmente estructuralista frente a la discusión del “mito”, desde el cual se señalaba la existencia de relatos sociales hipercodificados sobre el mundo, a través de los cuales los individuos se orientaban . El Imaginario Social por ahora se entenderá como forma del entendimiento que se configura a partir de la experiencia individual y social pero que a la vez reconfigura dicha experiencia. Son esquemas, “categorías”, construidas socialmente desde las cuales el sistema cognitivo, llamado sujeto, establece relaciones con su entorno. En esa medida son instrumentos de percepción y de acción, de deconstrucción y construcción de los sentidos sociales. En términos de Luhmann será el conjunto de “lo seleccionado” y desde el cual opera la selección, esto es la comunicación. Es necesario que al señalar la relación psique/sociedad, se plantee la relación imaginarios individuales/imaginarios colectivos. Esta salvedad es pertinente en la medida en que la lectura de imaginarios individuales permiten el reconocimiento de los sociales. Ahora bien,¿ en qué consiste un Imaginario? El imaginario es una dualidad entre lo real y lo ficticio. Un imaginario que responde a sensaciones y percepciones desde las que se realiza un acercamiento a lo tangible. Aunque a la luz de la psicología coginitiva ellas no adquieren el 8 nombre de imaginarios, se puede empezar a comprenderlas desde el campo de las “representaciones”. Dentro de esa disciplina hay dos tendencias que asumen las representaciones como mentales y como proposicionales. La primera apuesta teórica señala que “una gran parte de la información procesada se ajusta seguramente a un formato de imágenes mentales como representaciones sensibles de los objetos exteriores, signo de las cosas¨ 17. La segunda señala que dichas imágenes “deben tener representaciones más abstractas... Un candidato aceptable podría ser un código mental de palabra. Al fin y al cabo gran parte de los mensajes que recibimos de fuente externas o que generamos nosotros mismos, tienen carácter verbal. La unidad representacional bien pudiera ser una suerte de palabra interna”18 que se presenta en forma de proposiciones. Aquí cobra vigencia el concepto de Cassirer sobre pregnancia simbólica que determina la necesidad del pensamiento de establecer relaciones entre uno o varios sentidos, de allí que en la imaginación todo tiene que ser re-presentado y no simplimente presentado. Esta unidad representacional es a la que se le puede llamar en otros términos la unidad del imaginario. En ella permanece en estado de latencia, gran cantidad de información en la llamada memoria a largo plazo. En ella se retiene gran cantidad de contenidos semánticos, episodios o eventos autobiográficos y destrezas19. Pero desde esta información retenida el ¨ser humano no se conforma con el mundo percibido y asimilado... sino que a partir de lo vivido, conocido, elaborado y no elaborado, recrea su propia imagen, acude a la imaginación, articula lo vivido en nuevas combinaciones mentales, las cuales se traducen en representaciones imaginarias ¨20 Por esto, desde la psicología, el problema de la representaciones apunta más allá de la mera adquisición del conocimiento. Apunta a la estimulación que esta información provoca en los individuos. Con el análisis de los imaginarios desde la perspectiva psicologísta se ha superado el principio de sugestión presentado por Freud en su análisis del hombre masa. En ese estado de “ latencia” a partir de dichos contenidos semánticos y autobiográficos desde los cuales se hace comprensible la operación de la comunicación. Con esto, el francés, Gilbert Durand en “La Imaginación Simbólica” plantea la figura de los imaginarios como una colección, un conjunto de imágenes que constituyen el capital pensado del ser humano desde el cual el individuo establece sus relaciones con el entorno tanto físico 9 como social y es actor de la construcción de la realidad. “Gracias a lo imaginario, la imaginación es esencialmente abierta, evasiva. Es dentro del psiquismo humano la experiencia misma de la apertura, la experiencia misma de su novedad”21 Ahora, en el campo de la comunicación quien ha desarrollado el concepto de imaginario es el semiólogo Armando Silva. El desarrollo de su discurso se dirige al análisis de lo que él llama “percepción imaginaria”, un nivel superior al de la sola percepción, la misma que implica una realidad, desde la cual se establecen estructuras de intercomunicación. Para Silva esta percepción imaginaria es un “ nivel superior” porque ha superado la percepción como registro visual, como mera reproducción sensible, esto es, las marcas de lectura de la realidad o los “puntos de vista”. Cabe especificar que Silva trabaja este último concepto – “puntos de vista” en dos sentidos: como estrategia de enunciación frente a un destinatario previsto y la segunda, que es la que interesa en esta línea de discusión, el patrimonio cultural implícito que actúa como fuente identificadora en la percepción . Así, señala Silva, el registro visual compromete la mirada del sujeto de emociones que se proyecta y se encuadra en lo que mira. De allí que el nivel superior, esto es la percepción imaginaria incluya “cruces fantaciosos” de su construcción social 22. De tal manera que la lectura de la percepción imaginaria es una “cateorización por vía cultural”, categorización que encuentra relación con los marcos cognitivos de Luhmann desde los cuales la comunicación se autodesnvuelve. Silva dice “si lo fuésemos a situar en una topografía imaginaria, es antes del lenguaje, que quiere decir lo imaginario? En una definición curiosa: lo imaginario es tratar de construir el mundo ideal desde antes del lenguaje” 23 Esta afirmación encuentra clara conexión con la posición de Luhmann, ya que, el lenguaje es sólo una técnica (como la radio, la prensa, etc) que sirve para la generalización simbólica del sentido, sentido que precede, sentido que es de orden prelinguístico. Después de lo anterior cabe acotar que la experiencia de los imaginarios no es puesta en duda. El problema es ¿cómo conocer los imaginarios?. La propuesta es pensarlos como textos desde los cuales se configuran nuevos textos. Se entiende pues por textos la serie de “categorías por vía cultural “ (Silva) que preceden cualquier técnica, textos son sistemas base de significados (Eco)... culturalmente determindados, textos de la comunicación que se autocontiene (Luhmann). Por esto se apunta a señalar la comunicación personal e impersonal como una 10 confrontación intertextual, de imaginarios. Ellos se presentan como textos que son evocados. Textos que contienen una serie de imágenes virtuales, que evocan proposiciones y que contienen ideales o que son en sí mismos expresiones performativas sobre la realidad y evocan sensaciones. Se alude a textos que contienen representaciones, conceptualizaciones e ideales. A través de un análisis de estas tres categorías se plantea la lectura de los imaginarios sociales, es decir, de los sistemas cognitivos vigentes en un momento dado y sobre los cuales el sistema social opera. Representación en la medida en que se presentan como imágenes mentales. ¨Las imágenes mentales son representaciones sensibles de los objetos exteriores, signo de las cosas¨ 24. En estas representaciones el individuo “dibuja la realidad “, es el “registro visual” al que alude Silva. Sin embargo, y debido a la llamada pregnancia simbólica, en el pensamiento se construyen mapas de conocimiento, bajo proposiciones desde las que se establecen relaciones. La proposiciones “son representaciones reticulares cuyos componentes son nodos conceptuales y eslabones asociativos”25. Así, al registro visual se le suman las conceptualizaciones o construcciones que el individuo haya hecho de la realidad. Conceptualización es la forma de definición a través de la relación de proposiciones que expresan las características de la realidad. Se dice que ¨la esencia de un concepto se constituye por las proposiciones características y más generales que definen una clase de objetos, de relaciones o de operaciones. El concepto, a decir verdad, reúne todas las proposiciones predicables de una clase de objetos, de una clase de relaciones o de una clase de operaciones”26. Los marcos de referencia conceptual correspondientes a diferentes culturas proporcionan diferentes formas de percibir una misma realidad física. Así, la misma experiencia cobra una imagen diferente en cada individuo y el imaginario nace de las subjetividades, pero puesto en consenso pasa a la esfera de lo colectivo a través de la interacción comunicativa 27 . Estas proposiciones son continentes de significados, los mismos que sugieren una “apuesta” social sobre la funcionalidad de algo. De allí que se hable del aspecto performativo de las proposiciones. Se alude aquí a los ideales, entendidos como el deber ser de una institución, la aspiración que se tenga sobre la realización,28 el conjunto de utopías que el espíritu colectivo haya resuelto por sus propias experienias históricas. 11 Reflexión final Pero pensar en “Imaginarios sociales” implica, dentro del ámbito de la ciencia tradicional, tocar terrenos “lisos” y un tanto “lodosos”. Por esto, la discusión sobre esta categoría29 debe hacerse desde una reflexión gnoseológica. Nótese que se denomina gnoseológica para buscar retroceder en el tiempo y pensar, desde otros lares, el hoy llamado debate epistemológico. Reflexión gnoseológica, porque la definición de epistemología lleva implícita la apuesta de una teoría del conocimiento, comprensible sólo dentro de una estructura de pensamiento autodenominado, moderno. Así pues, la reflexión sobre los “Imaginarios Sociales” merece conducirse desde el planteamiento mismo del problema de conocimiento, pues los cimientos de este conocimiento podrían estar contenidos en imaginarios sociales propios de esta instancia temporal de la humanidad. Imaginarios que hacen parte, o son componentes de, o simplemente son cristalizaciones sociales sobre las cuales se reconocen las estructuras de pensamiento vigentes y desde las cuales se desarrollan, bajo una racionalidad dialógica, nuevas estructuras de pensamiento. Y es desde este poder ser, que el hombre de hoy, sea filósofo o científico, sea físico, astrónomo, psicólogo o sociólogo, reconoce la posibilidad de una crisis en las estructuras de la epistemología tradicional, en la medida en que él se ha hecho consciente de que su propio marco de reflexión (estructura de pensamiento) tiene un carácter de temporalidad, de relatividad cultural y una buena dosis de responsabilidad humana. Veamos los argumentos: las estructuras de pensamiento son complejos conceptuales (sentidos sociales) construidos desde y por la experiencia humana, de tal manera que se definen como continentes de dicha experiencia, como “cristalizaciones” (Gadamer)30 de ella. Por otro lado, esas estructuras de pensamiento se contituyen en marcos de conocimiento desde los cuales el hombre vive la experiencia, desde los cuales su experiencia adquiere sentido31. Por esto se pueden relacionar las “estructuras de pensamiento” con el planteamiento de Popper sobre los “controles elásticos”32. Controles en la medida en que delimitan la experiencia humana desde sentidos pre-establecidos o, al decir de Luhmann, plantean son los límites u “horizontes abiertos” que mantienen el sistema (boundary maintenance)33; y elásticos, debido a su naturaleza contingente. De tal manera que estos controles refieren tentativas, apuestas temporales del hombre para desarrollar todo tipo de acciones humanas, incluso la misma actividad científica. 12 El ser consciente de la naturaleza de estas estructuras de pensamiento como controles elásticos, remueve los temores de la epistemología tradicional sobre la verdad y trastorna la determinación teleológica de la llamada ciencia. La discusión se traslada ahora al planteamiento de “la” verdad como certeza y, a la luz de Gadamer, se acepta ésta como un consenso34, generada y transformada en y desde la experiencia del hombre en su relación constante con el entorno. Este(os) consenso(s) configura(n) una35 realidad imaginaria que, aunque ontológicamente subjetiva, es epistemológicamente objetiva (John Searle)36. Pero, pensar en la categoría de objetividad, nos sugiere una disputa adicional con la tradición, por lo que, para efectos de este comentario, sólo se señalará que su carácter de objetividad radica en la universalidad y en la aceptación de los sentidos sociales al interior de un grupo social específico en determinada instancia histórica. De tal manera que los controles elásticos refieren sentidos, refieren contenidos creídos como “verdades naturales“ sobre los cuales el hombre vive su experiencia y desde ella desarrolla las nuevas construcciones sociales de la realidad. Los sentidos sociales son contenidos que sugieren verdades, son contenidos verosímiles, en la medida en que revelan la experiencia del hombre y por ello son continentes de su historia. Y como las experiencias son diversas, diferentes, los sentidos sociales también lo son. Ahora, la reflexión de los imaginarios sociales dentro del debate epistemológico merece una ampliación. Sin embargo, es necesario ubicarnos en el objetivo de este aparte y hacerlo entre los imaginarios sociales y la cultura. Para plantear esta relación se dirá que la cultura se reconoce como un universo abstracto de significados, como el complejo de sentidos sociales “objetualizados”, como un conjunto de textos, que expresan un sistema de significados. Se podría decir que la cultura es la totalidad de entidades del mundo tres37 (Popper) sobre las cuales el hombre se relaciona desde el mundo dos con el mundo uno. Si se intentara graficar la idea, se diría que la cultura es un océano de sentidos en constante transformación, pero como océano, se transforma a partir de sus propios contenidos38. Este océano es el orden social en cuyos sentidos sociales está vertida la historia de los hombres y desde el cual, los hombres “organizan “ sus relaciones con el entorno39. Así las cosas, los imaginarios sociales se refieren a sentidos de una cultura, a los contenidos históricos que fundan la organización de la cultura, la misma que se cimienta, precisamente, en la pluralidad y la diferencia de textos previos a la experiencia. Por esto, los imaginarios sociales se asimilan como aquellos constructores sociales 13 de sentido, sobre los cuales el hombre tiene la estructura general de la realidad y a la vez la modifica. Por otro lado, decir que la verdad es un constructo social (humano) implicaría resquebrajar la apuesta teleológica que para la llamada ciencia moderna se había planteado. Y una reflexión adicional, pondría en evidencia que la ciencia, incluida la moderna o de occidente, es también una construcción social entre otras, cimentada en apuestas de sentido creídas como válidas. Lo que implicaría, también, “rebajar” al científico a la simplicidad de obrero de verdades. Por lo que cabe evocar la pregunta hecha a Armando Silva “¿cómo proceder con la investigación en estas circunstancias epistémicas?” y, a partir de ella, pensar en una apuesta teleológica de la ciencia desde su respuesta “Las ciencias humanas indagarían por los sentidos de los actos humanos, pero también por sus rupturas, por los descalabros de la razón, al decir que la función estética se realiza en cuanto reveladora de profundos dispositivos simbólicos que narran las fabulaciones del mundo. Y en tal ejercicio de contar el mundo las ciencias humanas toman prestado de la literatura su más noble tarea que consiste en tematizar el mundo, pero a diferencia del arte literario, el investigador científico genera hipótesis de lectura y re-escritura de los mismos temas que propone en su narración. De esta manera las ciencias sociales en el ideal de realización de una sociedad moderna de la comunicación y el intercambio justo ideal, cumplen tres funciones como parte de un proyecto moderno: tematizan al mundo haciéndolo fábula de sí mismo; re-ordena y sugiere órdenes de re-escritura y re – lectura; devuelve sus hallazgos a los grupos sociales para instaurar otras posibles praxis de afirmaciones vitales”40. De esta manera es necesario buscar estrategias desde las cuales sea posible desarrollar estudios e investigaciones para descubrir la construcción de la realidad social imaginaria. La apuesta que se hace es la de la lectura de imaginarios sociales como un instrumento de reconocimiento de dicha realidad a través del acceso a los sentidos sociales, para proceder a la reducción 41 de la complejidad social. BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 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Barcelona. 1997. p26. 2 En este modelo y con Umberto Eco, se parte de las siguientes afirmaciones: “a)los destinatarios no reciben mensajes particulares reconocibles, sino conjuntos textuales/ b) Los destinatarios no comparan los mensajes con códigos reconocibles como tales, sino con conjuntos de prácticas textuales, depositadas (en el interior o en la base de las cuales es posible sin duda reconocer sistemas gramaticales de reglas, pero sólo a un ulterior nivel de abrastracción metalinguística);/ c) los destinatarios no reciben nunca un único mensaje: reciben muchos, tanto en sentido sincrónico como en sentido diacrónico”ECO, Umberto FABBRI, P Citado en WOLF, Mauro, La investigación en Comunicación de Masas. Editorial Paidós. Barcelona 1996. P. 142 3 ECO, Umberto. Tratado de Semiótica General Ed. Lumen 5° edición 1995 pág. 25 4 Ver MARTIN SERRANO, Manuel. La mediación de los medios de Comunicación. En MORAGAS, M.Sociología de la comunicación. Escuelas y Autores. Barcelona. 1986 5 OROZCO, Guillermo. Televidencia y Mediaciones. La Construcción de Estrategias por la Audencia. En SUNKEL, Guillermo. El Consumo Cultural en América Latina. Editoria Mundo Editores. 1999. p.68-84 6 LUHMANN, Niklas. Sistemas Sociales. Los Lineamientos de una Teoría. Ed. Antrhopos. Barcelona. 1998. P.142 7 La pérdida de límites en Luhmann se explica desde la conceptualización del sistema, ya no desde la de la diferencia entre el todo y las partes, sino desde la conceptualización de un sistema autorreferente, abierto, y cambiante y autopoiético basado en la presencia de diferencias 8 En nota al pie dice “ Normalmente se formula así: la comunicación presupone tales límites, por ejemplo, presupone una lengua y normas que regula la aceptación o bien el rechazo de comunicaciones. Esto también es correcto. Pero respecto a nuestra tesis de la autoreferencia hay que tener en cuenta que estos límites, a su vez, se construyen solamente en el transcurso 15 de la comunicación, por lo que sería más exacto decir: la comunicación se posibilita a sí misma por la autolimitación”.En LUHMANN, Niklas Sociedad y sistema: la ambición de la teoría Ed. Paidos 1997 p.102 9 LUHMANN, Niklas La realidad de los medios masivos. Editorial Antrhopos. Barcelona. 2000.p. 8 10LUHMANN, Niklas Op. Cit. p. 4 y 5 11 Ibidem. p. 7 12 Íbidem. p. 9 13 BOURDIE, Pierre. La Distinción. Criterios y Bases sociales del mal gusto. Editoria Alfaguara. Madrid. 1991. p.170 14 SEARLE, John R. La Construcción de la Realidad Social. Editorial Paidós. Barcelona. 1997. p.23 -25 15 CASTORIADIS, Cornelius Psiquis y Sociedad Una crítica al racionalismo Ensayo y Error Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Tunja 1998 pág 135-136 16 La metodología subjetivista de Max Weber. desarrollada desde los tipos ideales, de alguna manera anticipaba la discusión y aceptación de imaginarios sociales 17 VIDAL PEÑA, Jorge. Imaginación, símbolo y realidad . Ed. Universidad Católica de Chile. 1987. Santiago de Chile. p. 99 18 DE VEGA, Manuel Introducción a la psicología cognitiva Editorial Alianza Madrid 1998 pág 261-263 19 DE VEGA, Manuel Cit. Op. Pág 318 20 TRIBIÑO AVENDAÑO, Fabio www.barriotaller.org.co/el2htm 21 BACHELARD, Gastón El aire y los sueños Fondo de cultura Económica México 1958 pág 9 22 SILVA, Armando Imaginarios Urbanos Ed. Tercer Mundo Santafé de Bogotá 1997 pág 42-43 23 DOMINGUEZ GÓMEZ, Eduardo La constucción de la imagen Entrevista a Armando Silva Ed. Pontificia Bolivariana Facultad de diseño Colección Plexus No. 1 Medellín 1997 pág 115 24VIDAL-PEÑA,Jorge.Cit.Op.p. 9 25 DE VEGA, Manuel Cit. Op. p. 318 26 DE ZUBIRÍA, Miguel y DE ZUBIRÍA, Julian. Biografía del Pensamiento: Estrategias para el desarrollo de la inteligencia Ed. Magisterio Colección Mesa redonda 1995 pág. 53.. 27 NANDA; Serena. Antropología Cultural Adaptaciones Socioculturales Instituto de Antropología Abya Yala editores. Quito. 1994. p. 38 28 También se sugiere el análisis también de las sensaciones como la lectura de ese mundo de afectos humanos. “ La fuga, la alucinación, el miedo a la realidad, el miedo a la muerte aferrándose a la vida pero no a su vitalidad sino a sus indicios. Color, recuerdos, símbolos, fetiches – el dominio de la vida coticiana, la poetización del cuerpo, de los objetos, del espacio urbano que pulveriza su funcionalidad” Ver GÓNGORA VILLABONA, Alvaro. El actor social.¿un símbolo postmoderno?Ed.UIS.Colombia.1996 p.211 29 Se denomina aquí “ categoría “ en el sentido kantiano, como una “ forma del entendimiento” 30 Ver GADAMER, Hans –Georg. Verdad y Método I Salamanca: Sígueme. 1991 31 Sería interesante desarrollar desde este ámbito la reflexión de Gádamer sobre la relación teoría y praxis 32 Ver POPPER, Karl Nubes y Relojes: una aproximación al problema de la racionalidad y de la libertad humana en Conocimiento Objetivo Ed. Tecnos 1° ed 1982 33 Ver LUHMANN, Niklas Sociedad y sistema: la ambición de la teoría Ed. Paidos 1997 34 Y no se puede señalar de ninguna manera “democrática”, o sometida a procedimientos consensuales. 35 Nótese que se menciona “ una” y no “ la” realidad, en la medida en que ella sólo responde a las construcciones específicas de un grupo social 36 SEARLE, Jhon. La Construcción Social de la realidad. Op. Cit. 64 -85 37 Aquí se asume una “ distinción “ de los mundos para lograr la abstracción. Sin embargo, se aleja de cualquier establecimiento de “ fronteras “ o límites entre los mundos. Por el contrario, la descripción que se intenta hacer recoge, al igual que Popper, la idea de mundos abiertos y en constante influjo. 38 De allí que para Luhmann la comunicación es limitar desde limitaciones previas, es de alguna manera, dar forma a partir la formas previas 39 La organización así, es parida por el orden o la cultura, es reflejo de ella. La organización se refiere a la estructuración de esos sentidos sociales, de aquél universo abstracto de significados. Ahora, esta estructura no tiene forma estática alguna, sino por el contrario adquiere el aspecto de lo que arriba se llamó controles elásticos. Y estos controles elásticos orientan las relaciones del hombre entre sí pues son la suma de consensos, sentidos comunes que al ser universales para ese grupo social tienen el carácter de verdad, en ellas convergen las “ creencias básicas” 40 DOMINGUEZ GÓMEZ, Eduardo La constucción de la imagen Entrevista a Armando Silva Ed. Pontificia Bolivariana Facultad de diseño Colección Plexus No. 1 Medellín 1997 41 En este sentido se reconocer con Luhmann la existencia y el aumento de una complejidad en la sociedad actual. “ De ahí que una teoría de la sociedad, concebida como un instrumento de reducción de la complejidad social sea, ella misma, inmensamente compleja y deba dar cuenta de la sobreabundancia de relaciones y posibilidades que caracteriza a la sociedad contemporánea” IZUSQUIZA, Ignación Introducción: La urgencia de una nueva lógica. p. 17 16
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