LITERATURA LATINA - IES Antonio Machado

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LITERATURA LATINA
PRIMERA EVALUACIÓN
TEMA I.- POESÍA ÉPICA LATINA
Frente a esa corriente que podemos llamar épica heroica, de raíz oral, de antigüedad muy notable,
de carácter formular y repetitivo, encontramos en la literatura latina una épica culta, consecuencia
de la voluntad compositora de diversos autores. Así pues, dos son las fuentes de la épica romana,
que es siempre una épica culta: de un lado, la tradición épica griega, tanto en su faceta más pura y
genuina, Ilíada y Odisea, como en su reelaboración de época alejandrina, Las Argonáuticas; de
otro, las gestas de romanos ilustres en el campo de batalla.
POEMAS ÉPICOS ANTERIORES A LA ENEIDA
Es cierto que la figura de Virgilio hace palidecer las de todos los demás y que hay un antes y un
después de la Eneida en la literatura latina y en el género épico. Nosotros haremos un recorrido por
la épica latina manteniendo un orden cronológico entre el siglo III a.C. y el siglo IV d.C. En el
centro aparecerá Virgilio, llenándolo todo con la Eneida, una obra inmortal.
El primer texto épico es obra de un pionero de origen griego, Livio Andrónico (284-204 a.C.).
Enseñó griego en Roma y tradujo al latín la Odisea. Solo se conservan 46 versos. El hexámetro
homérico, verso de la epopeya, deja sitio a un verso árido y largo, el verso saturnio.
En una línea totalmente distinta, aunque en un estilo igualmente elevado y arcaizante, escribe Cneo
Nevio un Bellum Punicum, auténtico cantar de gesta sobre los enfrentamientos armados de la
primera guerra púnica, en la que el autor participó como combatiente. Se mantiene todavía el verso
saturnio.
Años más tarde y a caballo entre los siglos III a.C. y II a.C., Q. Ennio (239-169 a.C.) compone los
Anales, extenso poema en dieciocho libros, de los que solo conocemos 628 versos, varios de ellos
muy fragmentados y en deficiente estado de conservación. Se aprecia una importante innovación: el
verso saturnio ha dejado su lugar al hexámetro, de ritmo dactílico. En ese metro Ennio narra la
historia de Roma desde su fundación hasta la época misma del autor. La mayoría de los hechos
narrados son los correspondientes a la segunda guerra púnica.
Virgilio y La Eneida
Su autor, Publio Virgilio Marón (71-19 a.C.), nació cerca de Mantua; estudió en Cremona y Milán,
y posteriormente en Roma. Fue un personaje distinguido en la corte del emperador Octavio
Augusto, quien le apoyó y admiró en todo momento, al igual que su buen amigo Mecenas. La
muerte le sorprendió al regreso de un viaje a Grecia, en Brindis, ya en tierras italianas.
Su producción es poco numerosa, pero muy variada; encontraremos a nuestro autor en el género
bucólico (Églogas) y didáctico (Geórgicas) y, por supuesto, en el género épico (Eneida). Entre los
años 40 y 19 a.C. Virgilio compone básicamente estas tres obras, que marcan todo un hito en la
literatura latina.
Tema de la Eneida
El poema narra las aventuras de Eneas, el héroe troyano, hijo de Anquises y Venus, desde su salida
de Troya hasta su llegada a las costas de Italia. Una vez allí, narra los combates que sostiene contra
los habitantes del Lacio hasta conseguir la victoria y la correspondiente recompensa: el matrimonio
con Lavinia, hija del rey Latino. Queda así Eneas en disposición de fundar una nueva estirpe: la del
pueblo romano.
Estructura
La Eneida se compone de doce libros; cada uno de ellos parece un todo con entidad propia, Sin
embargo, responde a un esquema estructural claramente perceptible; los seis primeros libros narran
las peripecias de Eneas hasta alcanzar las costas de Cartago. Allí el caudillo troyano narra a la reina
Dido todos los sucesos acontecidos desde la toma de Troya hasta ese momento. Tras realizar en el
libro VI la bajada a los infiernos, a modo del Ulises homérico, el héroe protagoniza, en los libros
VII al XII, toda una serie de enfrentamientos en tierras italianas, hasta lograr su objetivo final.
Fuentes
Sin lugar a dudas, Virgilio tuvo ante sus ojos la Ilíada y la Odisea a la hora de componer la Eneida.
Los seis primeros libros evocan las peripecias de Ulises: Los últimos seis libros, en cambio,
recuerdan las múltiples y variadas estampas bélicas de la Ilíada.
Personajes
A diferencia de Homero; Virgilio es más un pintor de sentimientos o estados anímicos que de
caracteres propiamente dichos. Apuntamos algunos rasgos definitorios de las figuras más
importantes.
ENEAS es un guerrero que en la Ilíada no destaca como Héctor o cualquiera de los otros héroes de
primera fila, pero tampoco es un personaje insignificante. Eneas persevera en su destino; con
frecuencia está tan supeditado a él que parece carecer de calor humano.
DIDO, la reina de Cartago, al contrario que Eneas, sí brilla con luz propia. Es un personaje de
creación virgiliana; una mujer fogosa, ardiente, enamorada y enormemente vital. Su aparición en la
epopeya queda circunscrita a la primera parte, y muy especialmente al libro IV.
TURNO es el guerrero rival de Eneas, que en ocasiones nos recuerda a Héctor por su valor, su
sinceridad y su infortunio, y a Aquiles por su temperamento feroz, irascible y un tanto primario.
NISO, EURÍALO y PALANTE componen el mosaico de jóvenes que pierden la vida en la flor de
la edad. Frente a ellos, ANQUISES, el padre de Eneas, y EVANDRO, el rey patriarcal, son
ancianos poco perfilados que parecen no interesar en exceso al poeta.
Es necesario referirse, por último, a los dioses, que desempeñan un papel importante en la trama de
la Eneida. Virgilio siente un respeto reverencial por Júpiter, quien parece tener en sus manos las
riendas del destino de Roma. A su lado, Juno, Venus y Minerva cumplen a la perfección su papel de
intermediarias de lujo entre el padre de los dioses y los humanos, enfrascados en tensos conflictos
bélicos. En cualquier caso, la apelación de Virgilio al fatum (palabra de difícil traducción, que tiene
que ver con los misteriosos designios del destino) es una constante en toda su obra.
Lengua y estilo
La Eneida es una de las obras maestras de la literatura universal. En ella el lenguaje poético alcanza
una perfección incomparable; frases simples, léxico poético pero carente por completo de
afectación y barroquismo, versificación lograda en todos sus detalles hacen que el poema se lea con
rapidez y agrado.
LA ÉPICA POSTERIOR A LA ENEIDA
La épica latina no se agota en Virgilio. Muy pocos años después de la muerte de Virgilio en el siglo
I de nuestra era, un hispano natural de Córdoba, M. Anneo Lucano, escribe en plena juventud una
epopeya, que él tituló Bellum Civile, pero que la posterioridad ha inmortalizado con el nombre de
Farsalia.
El enfrentamiento armado entre César y Pompeyo desborda el marco de la narración histórica y se
plasma en un cantar de gesta. La obra arranca con el mítico paso del Rubicón por parte de César, y
alcanza su punto culminante en la batalla de Farsália; la derrota de Pompeyo, su huida a Mitilene
(Lesbos), el encuentro con su mujer, Conelia, y la definitiva fuga de ambos a Egipto, donde
Pompeyo sería asesinado.
La última parte del siglo I d.C., en plena época de la dinastía Flavia, verá la aparición de tres
poemas épicos, correspondientes a otros tantos autores:
S. ITÁLICO (25-101 d.C.,) escribe Punica, obra de influencia virgiliana que intenta mitificar el
enfrentamiento de Roma con Cartago. Se centra en la segunda guerra púnica, que es utilizada como
pretexto para poner de relieve una vez más la grandeza de Roma, Aunque el protagonista es en
cierto modo Aníbal, parece evidente que su condición de enemigo no puede convertirlo en héroe.
VALERIO FLACO, prácticamente contemporáneo de Silio Itálico, escribió en ocho libros
Argonautica, Basta leer el título para notar que el poema es de inspiración griega alejandrina. Los
héroes griegos que, a bordo de la nave Argos, se hicieron a la mar en Yolco rumbo a la Cólquide
para conquistar el vellocino de oro. Su viaje habría fracasado, pese a sus éxitos por mar, si no
hubiera sido porque Medea, una mujer, había hecho posible, desde tierra firme, que la expedición se
viera coronada por el éxito.
Cierra este recorrido por la épica en época flavia la obra de Papinio Estacio, Tebaida, compuesta
en doce años y que consta, al igual que la Eneida, de doce libros. Se trata también de una obra de
inspiración griega. La leyenda de "Los siete contra Tebas", el enfrentamiento entre los hijos de
Edipo, Eteocles y Polinices por el trono de la ciudad beocia están en el eje del poema.
Con Estacio se cierra la nómina de escritores épicos del siglo I d.C. Hasta el siglo IV no volveremos
a encontrar un nuevo poema. Claudiano, oriundo de Alejandría, escribe una epopeya de tipo
contemporáneo, De Bello Gothico, y otra de tipo mitológico, De raptu Proserpinae. Son poemas en
los que todavía están presentes la admiración por Roma y la tradición mitológica que arranca de los
griegos.
Preguntas de examen:
 Tema y personajes de la Eneida
 Estructura y fuentes de la Eneida
TEMA II.- POESIA DIDACTICA
Bajo el epígrafe poesía didáctica, se agrupan una serie de importantes obras de diversos autores
latinos cuya finalidad va más allá del deleite y disfrute del potencial auditorio. En estos escritos los
elementos estéticos están al servicio de los contenidos didácticos; importa más el fondo que la
forma. El lenguaje es en ocasiones abigarrado y complejo; en función de la materia que se trate, el
léxico es enormemente específico, muy concreto y, a menudo, de uso poco frecuente en la lengua
cotidiana.
Ciertos contenidos cuadran perfectamente con lo que hoy llamamos ensayo, sea de tipo humanístico
o científicos.
DE RERUM NATURA DE LUCRECIO
El primer exponente de este género es Lucrecio (99-55 a.C.). Personaje enigmático, culto,
inestable, sorprende a todos con un extenso poema: De rerum natura. Se basa en los postulados de
Epicuro, el filósofo griego del que Lucrecio se declara ferviente admirador, y consta de tres pares de
libros. En los dos primeros, se expone toda una teoría física y se desarrollan los principios básicos
del átomo; "nada nace de la nada y nada vuelve a la nada", afirma Lucrecio; los libros III y IV son
tratados de psicología, donde se afirma que el alma está compuesta de elementos materiales y que,
en consecuencia, es, al igual que el cuerpo, mortal. Los libros V y VI se dedican a estudiar aspectos
de cosmología; se explica el nacimiento del mundo, del hombre; se reflexiona sobre el progreso
humano.
LAS GEÓRGICAS DE Virgilio
Completamente distinto es el maravilloso tratado de Virgilio que conocemos con el nombre de
Geórgicas. El poeta de Mantua desgrana en cuatro libros todos los saberes del campesino, y lo hace
desde su experiencia de hombre amante del campo. Sin lugar a dudas, Virgilio tuvo como modelo
los Trabajos y los Días, de Hesíodo. La obra consta de cuatro libros con una extensión de 2. 000
versos. El libro I trata fundamentalmente de todo lo relativo a los cereales: siembra, cultivo y
recolección. El libro II pasa revista al cultivo de la vid y de los árboles frutales; entremezclado se
presenta un elogio de Italia y de la vida en el campo. El libro III se dedica íntegramente a la
ganadería, factor muy importante dentro de la economía agraria. El libro IV, por último, dedica
todo su empeño a exponer con detalle todo lo relativo a las abejas. Este insecto fue de suma
importancia para la economía de la civilización griega y latina, puesto que, al desconocer el azúcar,
hicieron de la miel el elemento dulce por antonomasia.
OTROS POEMAS DIDÁCTICOS
Diversos campos del saber fueron propicios para varios escritores latinos que se preocuparon de
dejar escritos con una clara intención didáctica. Poemas de tipo geográfico escribieron Varrón: De
ora Marítima, De re rustica, y Avieno (siglo IV): De ora marítima. El poeta Horacio plasmó sus
reflexiones sobre la literatura en el libro II de sus epístolas, en la llamada Ars Poetica. Otro gran
poeta, Ovidio, compuso un pintoresco poema, De medicamine faciei, un recetario de cosmética que
ha llegado incompleto hasta nosotros, y Halieutica, un pequeño tratado sobre los peces y el arte de
la pesca que el autor dejó inconcluso.
LA FÁBULA
La fábula es un género de difícil clasificación, pero, por su componente didáctico-moral y por la
enorme importancia e influencia que ha tenido sobre la literatura europea, la hemos incluido en esta
unidad como un subgénero de la poesía didáctica.
Existente en el Oriente y dotada de rango propio, de la mano de Esopo, en Grecia, encuentra en
Fedro su mejor representante en el mundo romano. Mientras Esopo compuso en Grecia su obra en
prosa, Fedro tuvo el mérito de componer las fábulas en verso.
Su producción se compone de 103 fábulas, divididas en cinco libros, que incluyen al comienzo y al
final sus correspondientes prólogos y epílogos, que nos permiten conocer algún detalle sobre la vida
y el pensamiento del autor.
Animales domésticos y salvajes van desfilando por ese centenar de relatos, en los que también
aparecen personas que se encuentran con ellos en circunstancias determinadas. La moraleja final
toca varias facetas de la conducta humana, pero incide de forma un tanto machacona en las ventajas
del débil sobre el fuerte, del pobre sobre el rico, del súbdito sobre el poderoso.
Preguntas de examen:
 Características de la Poesí didáctica y explicación de “Rerum natura” de Lucrecio
 Características de la Fabula y sus representantes.
TEMA III.-POESÍA BUCÓLICA
A inicios del helenismo, Teócrito compone sus idilios, que en griego significa, en sentido literal,
"pequeños cuadros"; esto es, estampas campesinas que inspirarían durante siglos a pintores y a
escritores del mundo entero.
El medio rústico y campestre se considera un locus amoenus; esto es, una especie de paraíso alejado
de la ciudad con sus ruidos y sus prisas. En este marco agreste el hombre da rienda suelta a su
sensualidad. Solo faltan las personas, que en ese escenario muestran sus nobles sentimientos. Todos
los lances más ingenuos, primitivos y nobles del amor tienen cabida en estos maravillosos enclaves
campesinos.
LAS BUCÓLICAS DE Virgilio
Las Bucólicas son diez poemas de aproximadamente unos cien versos cada uno. Fueron publicados
uno a uno, siendo el décimo ligeramente posterior a los otros nueve. Virgilio los ordenó en grupos
de dos (en su primera edición, de nueve) de un modo simétrico por contraste, algo que fue muy del
gusto de los latinos: así, I con el IX; el II, con el VIII; el III, con el VII; el IV, con el VI, y el V, en
el centro, para destacarlo de forma especial.
Las Bucólicas, gozaron del favor del público culto de su tiempo, y han disfrutado, a lo largo de las
épocas, de un especial prestigio y aceptación. Parte Virgilio, por supuesto, de Teócrito, pero es
capaz de recrear algo distinto a partir de él.
Preguntas de examen:
 Características de la Poesía Bucólica y breve descripción de la obra de Virgilio
TEMA IV.- LA HISTORIA
LOS HISTORIADORES DE EPOCA REPUBLICANA
Los analistas
Los primeros pasos de la historia de Roma se encuentran en el trabajo de los llamados analistas, a
finales del siglo III a.C. El trabajo de estos personajes consiste en levantar acta de los hechos
políticos, religiosos y sociales más relevantes año a año (de ahí el nombre de analistas). Fabio
Píctor, L Cincio Alimento, P. Comelio Escipión y Postumio Albino completan la nómina de
unos hombres que, de una forma clara, concisa y precisa, escribieron en lengua griega aconteceres
de la vida romana.
Con Catón (234-149 a.C.), los analistas dan un salto cualitativo importante: comienzan a escribir en
lengua latina. Catón, orgulloso de ser romano y no griego, se propone llegar hasta los orígenes de
Roma. Es autor de Orígenes, donde se preocupa no solamente de Roma, sino también de los
pueblos latinos aledaños sometidos por ella.
Julio César (100-44 a.C.)
Es, sin duda, una figura fundamental en la historia de Roma por la época que le tocó vivir y por el
papel que desempeñó en ella.
Su obra histórica lleva por título Commentarií rerum gestarum, que comprende De bello Gallíco,
en siete libros, y De bello cívili, en tres libros.
De bello Gallico trata de la guerra de las Galias. Es un conjunto de notas, lo que hoy llamaríamos
un diario de campaña. La documentación es seria y rigurosa; aprovecha los datos de sus
lugartenientes, pero escribe partiendo de su experiencia personal. Se quiere distanciar hablando de
sí mismo en tercera persona, pero es inútil. La sensación de inmediatez, de vivacidad, de frescura
que produce la lectura del texto es inevitable.
De bello civili cuenta los avatares de la guerra civil llevada a cabo entre él y Pompeyo. César
vuelve a explicar sus maniobras militares y sus decisiones tácticas. César guarda un manto de
silencio sobre las decisiones y los aspectos políticos que pueden comprometerle. Por la forma en
que se expresa, por la exactitud de sus fuentes, por la vivacidad y la sinceridad que proporcionan la
inmediatez y el ser testigo de los hechos, César no tiene parangón. Hace gala César de una prosa
latina sin helenismos, sin arcaísmos, sin vulgarismos, sin barroquismos. Aunque casi siempre en
estilo indirecto, inserta discursos en sus relatos, lo que contribuye a romper la monotonía que va
unida casi siempre a la actividad castrense.
Salustio (87 -35 a.C.)
Contemporáneo de César, de quien fue amigo y colaborador, Cayo Crispo Salustio sigue la línea
de querer romper con la historia exhaustiva, monótona y recopiladora de datos sin fin. Prefiere
centrarse en episodios concretos de los que, o bien es testigo directo o bien se puede documentar
con gran exactitud, para extraer de ellos las pertinentes conclusiones y aplicarlas al acontecer de su
tiempo.
Son tres sus obras; solo dos de ellas bien conocidas: La conjuración de Catilina y La guerra de
Yugurta. Las Historias, que, pese a su nombre, narraban solo los sucesos del 78 al 67 a.C., han
llegado a nosotros en estado muy fragmentario.
La conjuración de Catilina narra el intento fallido de revolución protagonizado por Lucio Sergio
Catilina, quien fracasó en su intento de conseguir el consulado en el mismo año en que lo obtuvo
Cicerón (63 a.C.). Todos los entresijos de la guerrilla urbana, de la agitación callejera, la alteración
sistemática del orden público son explorados por Salustio con insuperable maestría. El ambiente
corrupto de la Roma de la época, con la república a punto de entonar su canto de cisne, está
perfectamente descrito y comentado.
La guerra de Yugurta relata el enfrentamiento bélico entre Roma y Yugurta, el rey de los
númidas. Este conflicto, que tuvo lugar entre los años 111 y 105 a.C., le seduce y le interesa a partir
de su estancia como procónsul en Numidia en el año 46a.C. Eso le permite tener acceso a las
fuentes y conocer el marco geográfico de los acontecimientos.
A diferencia de César, que se interesa más por los hechos concretos, Salustio se interesa por sus
causas. No basta con narrar los acontecimientos, hay que explicarlos y analizar los factores que
determinan su razón de ser. Al profundizar en estos, el historiador llega con frecuencia a
motivaciones morales y filosóficas: la corrupción de la aristocracia es la causa de su declive y de la
ascensión de personajes como Mario, de origen plebeyo.
Salustio dice mucho con pocas palabras. Relata lo esencial; si tiene que trazar algún retrato -y los
hay geniales, como el de Sempronia y el de Catilina-, lo hace al detalle, porque piensa que es
necesario para entender las reacciones y actitudes del personaje retratado.
Arcaísmos fonéticos y morfológicos, empleos poco usuales del infinitivo -el llamado infinitivo
histórico- abundan en su obra como rasgos de estilo para llamar la atención del lector.
Comelio Nepote (100-25a.C.)
Amigo personal de Ático y de Cicerón, perteneció al orden ecuestre, pero prefirió dedicarse a las
letras antes que escalar las cimas más altas de la carrera política.
De viris ilustribus es su obra histórica. Compuesta por dieciséis libros, solo conservamos uno, que
contiene biografías de generales no romanos (Temístocles, Milcíades, Epaminondas, Pausanias,
Aníbal, Amilcar, Datanes, Alcibíades) y las biografías de Catón el Viejo y de Ático. También nos
ha legado dos sentidas cartas de Comelia, la madre de los Gracos, dirigidas a uno de sus hijos.
Nepote, igual que después Plutarco, opta por la biografía; son las grandes personalidades de la
política y de la milicia las que marcan los trazos de la historia. El tono de su obra es panegirista;
tiende a la loa sin reservas del personaje biografiado.
El estilo es monótono, repetitivo; el léxico es sencillo; las frases, cortas, aptos para iniciar al
profano en la lengua latina.
Tito Livio (59 d.C.-16 d.C.)
Contemporáneo del emperador Augusto. Vuelca toda su actividad en una tarea ingente que nadie
había llevado a cabo hasta entonces: escribir la historia de Roma desde su fundación.
Ab urbe condita, "Desde la fundación de Roma", es el título de su obra. Abarcaba desde los
orígenes hasta la muerte de Druso, en el siglo I de nuestra era, concretamente, el año 9 d.C.
Constaba de 142 libros, que quizá la posteridad -no el propio Livio- dividió en grupos de diez, a los
que llamó décadas. Hasta nosotros han llegado las siguientes:
- 1ª década: desde los orígenes hasta la guerra contra Pirro.
- 3ª década: segunda guerra púnica.
- 4ª década y mitad de la 5ª: hasta el año 167 a. C.
Obviamente, para llevar a cabo ese trabajo, Livio encontró varios problemas y dificultades, que
fueron sobre todo tres: la falta de información, especialmente en todo lo referente a la época
primitiva); en segundo lugar, la imposibilidad de acceder a los archivos públicos y privados; varios
documentos oficiales se hallaban dispersos y otros ofrecían serios problemas de interpretación. Por
último, Livio carecía, al revés que César o Salustio, de formación política de tipo práctico. Jamás
había desempeñado cargos públicos; le faltaba, pues, experiencia para emitir juicios e interpretar
datos que no tienen a veces el significado simple que en una primera lectura se pueda captar.
LOS HISTORIADORES DE ÉPOCA IMPERIAL
En los comienzos del imperio, especialmente en la época de Tiberio, Claudio y Calígula, la vida
cultural se empobrece, pues los emperadores controlan a los intelectuales, a los que no les queda
más remedio que adaptarse a las directrices del poder, refugiarse en tareas de tipo más filosófico y
científico y menos literario, o plantar cara y asumir la prisión o el destierro.
Veleyo Patérculo (19 a.C.)
Consta que, bajo el título Ad Marcum Vinicium libri duo, compuso una síntesis de la historia del
mundo grecolatino en dos libros, arrancando desde la guerra de Troya. Lo que pretende es insertar
la historia de Roma, en la que Tiberio recibe un tratamiento preferente, en la historia universal.
Valerio Máximo (siglo I d.C.)
A partir de extractos de historiadores que le han precedido, recoge una serie de anécdotas y de
sucesos curiosos, que agrupa con el título de Factorum ac dictorum memorabilium libri IX,
"Dichos y hechos memorables".
P. Cornelio Tácito (55- 120 d.C.)
En época de los Flavios, el imperio va a encontrar a su gran historiador: Publio Comelio Tácito,
que no se mueve precisamente en la línea aduladora y conformista de sus predecesores. Personaje
de familia noble, formado en los postulados retóricos de Quintiliano, político activo que subió todos
los peldaños del cursus honorum, parecía por su formación y su experiencia la persona apropiada
para hacer repaso a lo sucedido a lo largo de un siglo convulso en que el jefe del pretorio era quien
llevaba la voz cantante y en el que los emperadores caían uno tras otro, asesinados, envenenados o
suicidados, a la vez que Roma ampliaba más y más sus fronteras.
Compone dos obras breves antes de abordar su gran trabajo historiográfico: Agrícola (De vita Iulii
Agricolae) y Germanía. La primera es una sentida biografía de su suegro, Julio Agrícola; se exalta
al personaje, prestigioso militar que intervino en la sumisión de Britania, y aprovecha para fustigar
a Domiciano, una de las bestias negras de nuestro historiador. Germania es un documento de
primera mano para conocer la vida y las costumbres de un pueblo lejano y distinto que acabaría
siendo sometido por los romanos.
Pero son Historiae y Annales las obras que le han dado fama imperecedera. Tácito comienza a
narrar los hechos más recientes. Así, Historiae recogen lo sucedido entre los años 69 y 96; esto es,
desde Galba hasta Domiciano. Curiosamente, el autor continúa después narrando, bajo el título y la
estructura de los analistas, Annales, lo sucedido desde la muerte de Augusto hasta el año 68 d.C.
Suetonio (75-160 d.C.)
Después de Tácito, asistimos a una mejoría de Roma en los aspectos políticos y culturales. Aparece
un campo apropiado para el cultivo de la erudición. En ese ambiente se mueve Suetonio, que tuvo
acceso directo a la correspondencia de los emperadores.
La obra llegada a nosotros es breve y pintoresca, pero ha resistido como pocas el paso del tiempo.
Se trata de “Vida de los césares”, doce biografías desde Julio César hasta Domiciano, escritas en un
latín no muy elegante, pero de comprensión relativamente fácil.
Amiano Marcelino (332-398 d.C.)
Con Amiano Marcelino, la historiografía de Roma llega al final. Sus Res gestae han llegado a
nosotros incompletas; de 34 libros se han perdido los 13 primeros.
LA HISTORIOGRAFÍA CRISTIANA
Quedaría incompleto este repaso por la historiografía latina si no mencionáramos a los autores que
dieron cuenta de los primeros pasos del cristianismo en suelo romano.
Reconocida en el año 313 la libertad oficial de culto para los cristianos por Constantino, comienza
una avalancha de escritos doctrinal es que no nos interesan en este momento; son los textos de los
llamados Padres Primitivos de la Iglesia: S. Ambrosio, S. Jerónimo y S. Agustín. .
Así, Lactancio y Fírmico Materno son los exponentes más claros de una posición hostil y de
rechazo. Por el contrario, Paulo Orosio será su más ardiente defensor. En sus Historias subraya el
cambio que se opera con el triunfo del cristianismo. Está convencido de que el cristianismo traerá
una humanidad mejor.
Preguntas de examen:
 Nombra dos historiadores de la Época Replublicana, con dos de sus obras y de qué tratan.
 Breve resumen de la historiografía latina.
SEGUNDA EVALUACIÓN
TEMA V.- EL TEATRO EN ROMA
El teatro no tuvo en Roma el mismo significado que en Grecia. Para los romanos, las
representaciones eran ludi, esto es, "juegos", entretenimientos, diversiones, al igual que los
espectáculos en el circo y en el anfiteatro (ludi circenses; estos, frente a los ludi scaenici.
HISTORIA DEL TEATRO ROMANO
La historia del teatro romano no es lineal, sino circular. Es decir, al cambio de varios siglos se
retorna al punto de partida. Los ludi scaenici romanos hunden sus raíces en las pantomimas
etruscas del siglo IV a.C., y tienen su final en las pantomimas de tema mitológico de finales del
siglo v d.C. Las fases de esta historia son básicamente tres:
PRIMERA ETAPA (364 a.C.). Se crean los primeros ludi scaenici. Se trata de un teatro sin texto.
En Roma, oscos y etruscos presentan sus espectáculos, que son asimilados por los romanos. Así, los
etruscos realizaban danzas al son de la flauta; los habitantes de la vecina Fescennia acompañaban
sus danzas de coplas cantadas -versos fesceninos-, de carácter picante, mordaz y, en ocasiones,
obsceno.
SEGUNDA ETAPA (240 a.C.). Se establecen en Roma los ludi romani. En el 240 Livio
Andrónico estrena la primera obra dramática escrita, con texto y argumento tomado de la saga
troyana de los griegos. Los ludi van a ser más frecuentes; más de una vez al año, y aumenta el
número de escritores que componen comedias y tragedias.
TERCERA ETAPA (27 a.C.).Años antes del comienzo del imperio, la tradición teatral se va
extinguiendo. La novedad en esta etapa es que se va a crear la pantomima romana.
LAS REPRESENTACIONES TEATRALES
A partir del 240 a.C. las representaciones teatrales se institucionalizan en Roma. Lasrepresentaciones tienen lugar entre la primavera y el otoño, con motivo de los ludi.
Durante mucho tiempo, las representaciones se desarrollan en marcos provisionales. Después se
levantan gradas de madera.
¿Cómo se desarrollaban las representaciones? Los actores no gozaron en Roma de gran prestigio,
con excepción de quienes interpretaban las atellanae, género menor.
La afirmación más generalizada es que los actores se agrupaban en compañías, al frente de las
cuales figura un dominus gregis. Los actores eran tres para cada obra, al que se añadía un músico.
Estos actores eran siempre varones, las mujeres solo podían actuar en los mimos.
LOS GÉNEROS DRAMÁTICOS
Los romanos dieron el nombre de fábula a toda obra dramática escrita en verso, añadiéndole el
correspondiente según fuera trágica o cómica y en función de su argumento o tema –griego o
romano-. Así, a la tragedia de tema griego se llamó fabula conthurnata, y la de tema romano,
fabula praetexta. Con el primer adjetivo -cothurnata- se hacía alusión a los coturnos, especie de
botas de media caña y suela alta que distinguía a los actores de tragedias griegas en época
helenística. Con el segundo se aludía a la toga praetexta, que llevarían los actores al modo de los
magistrados.
A su vez, la comedia de tema griego se llamó fabula palliata (palium, traje distintivo de los
griegos), y la de tema romano, fabula togata (toga, traje típico de los ciudadanos de Roma).
LA TRAGEDIA
La historia de la tragedia romana no alcanza la importancia de la tragedia griega. Mucho de lo que
conocemos de ellas son títulos de obras y algunos versos desperdigados acá y allá.
Los primeros autores
 El primer representante es Livio Andrónico, natural de Tarento (280-294 a C.). Sus tragedias
son todas de tema griego y, a su vez, todas ellas están relacionadas con la guerra de Troya.
 Años más tarde, Cneo Nevio (270-190 a. C.) comienza en la línea de su contemporáneo, pero
realiza una importante innovación, es el primero en componer fabulae praetextae, tragedias
de tema romano.
 Mayor éxito alcanzó Quinto Ennio. También probó fortuna en el campo de la fabula
praetexta.
 De mayor calidad fueron las obras de Pacuvio. Escribió doce tragedias de tema griego y una
praetexta.
 Accio cultiva tanto la tragedia de tema griego como romano. Con Accio llega a su fin un tipo
de tragedia más o menos semejante a la griega. Se va a producir un parón de casi cien años
hasta que volvamos a encontrar toda una retahíla de obras de tema griego compuestas de
otra manera, y destinadas, al parecer, no a la representación, sino a la lectura.
Séneca
Lucio Anneo Séneca, hombre serio y culto, filósofo y político cercano a los tejemanejes del
emperador Nerón, aparece en escena en el primer siglo del imperio (4 a.C.-65 d.C.). Con su firma
tenemos diez obras; nueve de tema griego: Hercules Furens, Hercules Oetaeus (saga de
Hércules), Agamenón, Tiestes (saga de los atridas), Oedipus, Phoenissae (saga de los labdácidas)
y Medea; Phaedra y Troianae, compuestas bajo la influencia innegable de Eurípides. Solamente
Octavia es de tema romano; escenifica las desventuras de la esposa de Nerón, que fue repudiada por
éste en beneficio de otra mujer, Popea. En las tragedias de tema griego Séneca usa el mito como
pretexto para exponer en voz alta parte de sus ideas filosóficas y morales.
LA COMEDIA
Si bien es cierto que el género trágico no arraigó en Roma, el cómico triunfó.
Plauto (254-184 a.C.)
Nacido en algún lugar de Umbría, lejos del centro cultural que era Roma, Tito Maccio Plauto, de
origen humilde, triunfó en el mundo del escenario.
Obra
La obra de Plauto es muy extensa. Se le atribuyen más de un centenar de obras; nosotros conocemos
veintiuna. Todas son palliatae, de tema griego: Anfitruo, Asinaria, Aulularia, Captivi, Curculio,
Cistellaria, Mostellaria, Menaechmi. Los argumentos se repiten, igual que se repiten los personajes
tipo en todas y cada una de las comedias. En cualquier caso, el amor y el dinero están presentes en
toda la obra plautina.
Temas
Bodas entre personas de clases sociales diferentes, viajes que acaban en naufragios con inesperados
supervivientes, promesas de fanfarrones a jóvenes incautas que se dejan deslumbrar enseguida. Se
comprende fácilmente que los equívocos sean frecuentes y, en consecuencia, que la sorpresa y la
risa estén garantizadas.
Personajes. Los personajes que dan vida. A esas acciones dramáticas son tipos; responden a unos
rasgos determinados, estereotipados, que los hacen reconocibles e identificables a los ojos del
público. La galería es amplia: el joven enamorado, alocado y con frecuencia irreflexivo; la joven
doncella tontorrona o, al contrario, excesivamente espabilada; el viejo verde, gruñón o avaro, el
soldado fanfarrón, la vieja intrigante, y sobre todo, por encima de todo y de todos, los esclavos.
Un personaje que hará furor en la literatura posterior, al igual que hará el "caradura", el parásito,
este personaje que vive del cuento, que sobrevive a mil peripecias y que, amenazado
permanentemente, acaba por salir airoso, ya que tiene la habilidad de acertar en el momento
oportuno. Las comedias iban precedidas de un prólogo. Antes de que la acción comience, una
divinidad, un personaje simbólico o alegórico, o un actor explica el argumento y trata de captar la
atención y el favor del público. Después comienza la representación, que los antiguos gramáticos
dividieron en cinco actos de duración e importancia desigual, y que alternaban partes recitadas con
otras cantadas,
Terencio (185-159 a.C.)
Años más tarde, toma el relevo un joven esclavo manumitido por su amo en Cartago, al norte de
África. Publio Terencio Afer responde a la confianza de su amo y realiza un gran esfuerzo para
formarse. Llega a entrar en contacto con el círculo de los Escipiones, aristócrata y culto.
Sólo seis de sus comedias han llegado a nosotros (Adelphoi, Andria, Eunuchus,
Heautontimoroumenos, Hecyra, Pbormio). Se observará que los propios títulos recogen la pasión
del autor por el mundo helénico: Adelphoi, Los hermanos; Hecyra, La suegra;
Heautontimoroumenos, El que se atormenta a sí mismo, etc.
Los argumentos de esas obras están al servicio de los personajes. Se trata de comedias
"psicológicas", o de "caracteres" donde interesan más los propios protagonistas que la acción.
Antes de que comiencen sus comedias, el propio autor, en un prólogo compuesto con ese propósito,
se mantiene en sus teorías, rechaza los ataques de quienes lo acusan de plagio, de falta de
autenticidad y de "vis”, fuerza cómica.
Así mientras la obra de Plauto se acerca bastante a lo que hoy conocemos como farsa, la obra de
Terencio roza lo que hoy llamamos melodrama. Son las fronteras que toca la auténtica comedia.
Preguntas de examen:
 Breve historia del teatro latino.
 Diferencias con el teatro greiego y clasificación de los géneros dramáticos latinos.
 Un autor de tragedia y otro de comedia latinas, día algún rasgo característico y nombra tres
obras de cada uno.
TEMA VI.- LA POESÍA LÍRICA LATINA
Quizá sea la poesía el género en el que la literatura latina brilla con una luz especialmente
fulgurante. Partiendo de modelos griegos, los líricos latinos, logran superar, en muchos casos, a sus
predecesores. Los latinos solo se aplicaron a lírica monódica (cantada por un individuo).
HORACIO (65-8 a.C.)
Educado en Roma y en Atenas, Quinto Horacio Flaco tuvo una discreta participación en los asuntos
públicos de Roma, prefiriendo la vida retirada en su finca en tierras de los sabinos. Allí, bajo el
patronazgo de Mecenas y con el visto bueno de Augusto, se dedicó -nunca mejor dicho- al "ocio
creador".
Obra
Su producción lírica entre los años 40 y 20 a.C. es muy abundante). Nos centraremos en sus dos
grandes monumentos líricos; las Odas (Carmina) y los Epodos (Epodi).
Las Odas son vehículo para exponer sus pensamientos y sentimientos sobre aspectos muy diversos
de la vida. En breves pinceladas resume sus ideales: áurea mediocritas, carpe diem. El amor es para
Horacio un sentimiento secundario.
Por los Epodos desfilan personajes de la cultura, de la política, de la milicia; tampoco las mujeres se
libran de sus dardos. Sorprende a veces encontrar poemas como el famoso Beatus ille..." dentro de
esta colección, que se ajusta más al espíritu de las Odas.
Por encargo del propio Augusto, compone en el año 17 a.C. el "Carmen Saeculare",un poema para
ser cantado por un coro mixto de jóvenes y doncellas.
CATULO (87-54 a.C.)
Catulo es el modelo más expresivo de un círculo poético al que Cicerón bautizó despectivamente
con el nombre de poetae novi, o neotéricos; estos poetas suponían una ruptura con los esquemas
anteriores. Lo más interesante de Catulo son sus poemas íntimos, en los que su vida y su obra
caminan de la mano.
Catulo nace en la ciudad de Verona, pero acabará marchándose a Roma, fascinado y hechizado por
Clodia, la esposa de su amigo Q. Metelo Celer. A partir de entonces, el corazón de Catulo late por y
para ella; la llama, la busca y la sigue hasta Roma..., para nada.
Obra
Los Catulli Carmina son, en su mayoría, no en su totalidad, de amor, vibrantes como pocos en la
literatura universal.
Es Catulo, ardiente, directo, incontenible y, ante todo, sincero. Hasta en los poemas que podemos
llamar de laboratorio, el "Epitalamio de Tetis y Peleo, "Atis", El Rizo de Berenice", Catulo deja un
sello personal.
OVIDIO (43 a.C.-18 d.C.)
Natural de Sulmona, se trasladó pronto a Roma, donde se formó cerca de los círculos aristocráticos
de la época. Viajó a Atenas y al Asia Menor. Por causas poco claras, tuvo que salir al exilio a
Tomis, en el Mar Negro. Hay quienes dicen que fue el tono atrevido de alguna de sus obras la
causa de ese destierro; otros creen que se trató de un montaje del propio Ovidio, y que el destierro
como tal debe ponerse en duda.
Ovidio tuvo que salir de Roma porque sus obras amorosas no fueron bien acogidas por el
emperador. Al parecer, el poeta se había visto envuelto en un episodio un tanto escabroso en
relación con los adulterios de Julia, la nieta de Augusto, que fue desterrada también el año 8 d.C.,
casi al tiempo que el poeta.
Obra
La obra de Ovidio es abundante, densa y no siempre fácil de clasificar.
 Su gran aportación a la literatura universal son las Metamorfosis, difíciles de encajar;
épica o poesía didáctica, son irrepetibles y únicas.
 El poema Fastos es de carácter didáctico.
 Las Heroidas las estudiaremos dentro de la literatura epistolar. Son cartas literarias
escritas en verso; cartas de mujeres enamoradas a hombres que no siempre las
correspondieron.
Obra lírica
Los poemas líricos escritos en dísticos elegíacos se circunscriben a los siguientes títulos: Amores,
Ars amandi, Remedia amoris y Tristia. Los acompaña un pequeño tratado que hoy bien podría
ocupar páginas de suplementos en las revistas: De medicamine faciei femnae, curso práctico de
maquillaje y cosmética.
Amores es la primera obra del poeta. Es un conjunto de poemas que exponen todos los lances de
una pareja de amantes; la espera, los celos el rechazo, la aceptación y el goce efímero. Más directo
es el Ars amandi o Ars amatoria. En él Ovidio escribe todo un tratado para seducir. Responde
básicamente a un esquema tripartito: búsqueda del amor, conquista y conservación de éste. En
Remedia amoris expone, sugiere, previene, recomienda desde su experiencia amorosa. En Tristia
los cinco libros de elegías escritas en el destierro, tristeza, melancolía, soledad desesperación se
perciben en cada página.
TIBULO (48-19 a.C.)
Con Tibulo y los poetas de su entorno, la elegía alcanza en Roma una calidad insuperable. Hombre
de poca salud, enfermó y murió muy joven.
Han llegado a nosotros dieciséis elegías, divididas en dos libros: el primero consta de diez, y el
segundo, de seis. La mayoría de las elegías del primer libro son de tema amoroso. En ellas, el autor
se dirige a Delia, una mujer de estrato social inferior al suyo, así como a la plebeya Plania, de la que
Tibulo parece estar profundamente enamorado. En el segundo libro, Delia ha dejado su sitio
Némesis, por quien Tibulo parece sentir una fuerte atracción.
PROPERClO. (c. 50-post. 16 a. C.)
Cierra este repaso de la elegía latina un autor nacido en el pintoresco enclave de Asís. La muerte
prematura de su padre no le impidió llegar -tras varios sacrificios- a Roma, donde logró conectar
con Mecenas y los artistas de su círculo. Al igual que Catulo y que Tibulo, murió muy joven, recién
entrado en la treintena.
Cuatro libros de elegías han llegado a nosotros; los tres primeros se centran en la figura de Cintia,
un nombre de mujer bajo el que se oculta Hostia, hija del poeta Hostio, o Roscia, la nieta del actor
Roscio.
Preguntas de examen:
 Destaca los cinco líricos más importantes del género lírico y de tres de ellos nombra su obra
más importante.
 ¿Quiénes eran los poetae novi? De Catulo, Horacio y Ovidio nombra su obra más
impaortante.
TEMA VII.- EL EPIGRAMA
El epigrama es un género de la literatura antigua con un encanto especial. Dice mucho con pocas
palabras, ajustándose además a unos esquemas métricos determinados.
CATULO es el primero que ofrece un número significativo de epigramas de tipo erótico y satírico.
Catulo, un poeta sin ningún sentido de la moderación y de la medida, es fogoso en el epigrama
erótico, y agresivo y constante, en el satírico.
MARCIAL
El verdadero maestro del epigrama es un hispano natural de Bilbilis, hoy Calatayud, no lejos de
Zaragoza (Caesar Augusta).
Por el epigrama de Marcial desfila toda la sociedad romana. En algunos casos se ponderan sus
cualidades y se exaltan sus virtudes, pero en la mayoría de las ocasiones se resaltan sus vicios y
defectos, especialmente las taras físicas. Igualmente, aspectos relacionados con el sexo se tratan con
claridad.
LA SÁTIRA
Sátira quidem tota nostra est: "Sin lugar a dudas, la sátira es íntegramente nuestra", proclamaba
Quintiliano. Lo que debe ponerse de relieve, matizando la afirmación de Quintiliano, es que la sátira
es un género peculiar, que no deriva directamente de ningún otro género literario, ni del mundo
latino ni del griego.
LA SÁTIRA MENlPEA
Llamada así por tener como referencia la figura de Menipo de Gádara (siglo m a,C,), filósofo
cínico que utilizó una mezcla de prosa y verso para exponer su pensamiento ético a partir de una
crítica de los diversos tipos que componen la sociedad.
En Roma fue M. Varrón quien compuso nada menos que 150 libros de sátiras, que han llegado a
nosotros en estado muy fragmentario. Conocemos los títulos y unos 600 fragmentos,
aproximadamente.
Conservamos completa la obra satírica de Séneca, el escritor cordobés, titulada Apocolocyntosis
divi Claudi; es decir, la Transformación en calabaza del divino Claudio. El escritor arremete
contra el emperador Claudio, que le había desterrado a la isla de Córcega.
LA SÁTIRA HEXAMÉTRICA
Lucilio
El creador de la sátira genuinamente romana, en verso hexamétrico, es C. Lucilio. La invectiva, la
crítica directa y agresiva se hacen presentes en sus escritos y perdurarán como nota característica y
rasgo distintivo del género.
Una gran parte de la obra de Lucilio se ha perdido. Nos han llegado unos 1500 versos, que, no
obstante, permiten vislumbrar su afecto y su adhesión a las ideas políticas y a los miembros de los
Escipiones.
Horacio
En el año 30 a.C., Horacio compuso dos libros de sátiras que tituló Sermones; esto es,
"conversaciones". Se reconoce heredero de Lucilio, al que considera fundador del género, pero, sin
embargo, su obra reviste aspectos muy distintos.
Persio
A. Persio Flaco (34-62 d.C.) fue el escritor más joven de la literatura latina; murió a los 28 años.
Sus sátiras se reducen a poco más de 600 versos; seis composiciones que alcanzaron en su tiempo
un gran éxito, pese a su lenguaje y a su compleja elaboración.
Juvenal
El gran nombre propio en el campo de la sátira es el de Décimo Junio Juvenal Pintoresco
personaje a caballo entre los siglos I y II d.C. (55-130 d.C.), cuya existencia azarosa e inquieta fue
sin duda determinante en su obra.
Su producción consta de dieciséis sátiras, repartidas en cinco libros. La misma fuerza demoledora
que encontrábamos en Marcial salpica toda la obra de Juvenal, que arremete contra todo y contra
todos, y, en especial contra personajes del pasado, como Tiberio, Claudio, Domiciano, Mesalina,
etc. Estos personajes suelen ser caricaturizados con gran acidez y agresividad.
Preguntas de examen:
 Define el epigrama, la sátira y la sátira hexamétrica. Enumera el máximo representante de
cada género y una obra del mismo.
 Rasgo característico de la satira hexamétrica y sus máximos representantes con la obra
principal.
TEMA VIII.- LA NOVELA
Los romanos, al igual que los griegos, no tuvieron jamás conciencia de la novela como género
literario específicamente definido. El género novelesco fue siempre un género sencillo, sin
pretensiones.
Características
La novela no es un género serio; carece de función específicamente pedagógica; su finalidad es,
ante todo, entretener. Novelas griegas y romanas difieren, sin embargo, en un punto fundamental: el
público destinatario, masivo y poco culto en el caso de los griegos, y restringido y más culto en el
de los romanos.
La novela romana se aproxima mucho más a lo que hemos dado en llamar novela realista, que en
diversos momentos nos acerca a la llamada novela picaresca.
La novela latina narra aventuras en primera persona, indaga en cuadros de la realidad de tipo
incluso costumbrista, presenta personajes con una personalidad compleja y rica, se complace en
intercalar relatos dentro del relato y retrata más a antihéroes o pícaros que a héroes propiamente
dichos.
Orígenes
Cuál sea el origen exacto de la novela latina es algo que desconocemos. Debemos prestar atención a
la sátira, a los relatos en prosa de ciertos historiadores y a unos relatos griegos, las Historias
milesias de Aristides (siglo II a. C)
PETRONIO Y EL SATIRICÓN
Todavía discuten hoy día los filólogos la personalidad de Petronio y la autoría de esas páginas que
hemos recibido con el nombre de “el Satiricón.”
La opinión más extendida es que C. Petronius Arbiter era un aristócrata contemporáneo y amigo de
Nerón, hombre, al parecer, de filosofía epicúrea y, en consecuencia, amante de los placeres
refinados.
El Satiricón es una obra fragmentaria; había mucho más de lo que se ha conservado. La obra
constaba, al parecer, de dieciséis libros, de los que han llegado a nosotros el decimoquinto, el
decimosexto y parte del decimocuarto.
El núcleo básico de lo conservado se conoce con el nombre de Cena de Trímalción. No obstante,
hay algo más que la narración -espectacular por su realismo y su crudeza- del lujurioso banquete de
Trimalción. En una colonia griega del sur de Italia -sea Cumas, Nápoles o Putteoli-, Encolpio, el
protagonista, y su amigo Ascilto entran en contacto con Agamenón, un orador de la época que los
lleva a cenar a casa de su amigo Trimalción, un liberto venido de Oriente que ha llegado a ser un
personaje notable en dicha colonia. Ambos amigos se disputan el amor de un joven, Gitón, a quien
realmente ama el protagonista, Encolpio. Este logrará deshacerse de la compañía de Ascilto para
hacerse acompañar por un poeta de tres al cuarto; Eumolpio, con el que comparte una serie de
peripecias.
La Cena de Trimalción, con sus exageraciones y su abigarramiento, es todo un documento social de
la Roma neroniana.
APULEYO Y LAS METAMORFOSIS O EL ASNO DE ORO
Transcurre un siglo hasta que aparece la obra de Apuleyo (125-170 I d.C.). Nativo del norte de
África, Apuleyo emigró a Atenas y, después, a las provincias orientales antes de afincarse en Roma.
Un hombre, Lucio, de viaje por Grecia, va a alojarse en la casa de una mujer que realiza prácticas
de magia y hechicería. Fascinado por ello, se introduce a escondidas en el laboratorio e ingiere por
error una pócima que no le convierte en pájaro, como él pretendía, sino en burro. Así conserva las
facultades psíquicas y mentales del hombre, pero adquiere el cuerpo de un asno. Unos ladrones
saquean la casa y se llevan consigo al asno. A partir de ese momento se sucede todo un sin fin de
peripecias que llevarán al asno Lucio a presenciar el rapto de una doncella (Cárite) y su posterior
liberación, su segundo apresamiento y una nueva liberación a cargo del novio de la doncella,
Tlepólemo, quien, sin embargo, muere en compañía de su amada, líneas después. Lucio es vendido
a unos sacerdotes de Cibeles; luego pasa a casa de un molinero; más tarde a casa de un jardinero y
de un soldado hasta ir a dar a la casa de un repostero. Siguen las aventuras y desventuras de una
matrona que se enamora de él, al igual que de una mujer condenada a muerte en el anfiteatro, que
debe previamente hacer el amor con el asno, el cual va cayendo en una desesperación progresiva.
Todos los intentos por recobrar la forma humana son baldíos, hasta que decide incorporarse, en el
libro XI, y último, al cortejo de la diosa Isis, lame un manojo de rosas, recobra su forma humana y
se inicia en el culto de Isis y Osiris.
Es un documento de la sociedad del siglo II d.C., en pleno apogeo del imperio; pero, al igual que en
el Satiricón, es la sociedad de más baja estofa la que aparece retratada.
Las Metamorfosis comprende once libros, a los que San Agustín, siglos más tarde, bautizaría con el
nombre de El asno de oro; con él se conoce comúnmente esta novela de Apuleyo, reservándose el
título de Metamorfosis, por antonomasia, para la ingente obra de Ovidio.
Preguntas de examen:
 Características de la novela latina y diferencia con la griega.
 Nombra las obras más representativas del género, su autor y de una de ellas expón su
argumento.
TERCERA EVALUACIÓN
TEMA IX.- LA ORATORIA EN ROMA
El romano, de carácter pragmático, será un decidido partidario de los estudios de retórica consciente
siempre del poder y del valor de la oratoria. Obviamente, el ejercicio público de la oratoria va
ligado a la libertad de expresión; cuanto mayores son las libertades públicas y mayor es el grado de
democracia, mayores son las posibilidades del género. Así, la oratoria romana florecerá en tiempos
republicanos e irá declinando en época imperial. Trazar una historia de la oratoria romana implica
trazar una línea partida por un punto que marca inexorablemente un antes y un después; ese punto
es Cicerón.
LA ORATORIA PRECICERONIANA
Muchos de los datos que tenemos de la oratoria anterior a Cicerón proceden de su diálogo Brutus,
en el cual traza una historia de la oratoria romana; unos doscientos nombres aparecen citados en
esas páginas.
Las primeras manifestaciones oratorias no escritas deben buscarse en las laudationes funebres;
esto es, el discurso que con motivo de los funerales de un personaje ilustre pronunciaba uno de los
allegados o familiares más próximos. En el siglo II a.C., la oratoria romana se consolida, porque los
contactos con Grecia son más frecuentes. En el año 146 a.C. cae Corinto; Grecia pasa a ser
provincia romana y se comenzará a hacer llegar masivamente a Roma a oradores y filósofos.
Aparecen dos figuras, se trata de Marco Poncio Catón y de Escipión Emiliano.
- CATÓN -afirmaba Cicerón- escribió como vivió; es decir, con una sobriedad y una austeridad
ejemplares. Es la conciencia moral de su tiempo; sus discursos son constantes llamadas a la
sencillez y a la sobriedad.
- PUBLIO CORNELIO ESCIPIÓN comparte con Catón y con otros personajes de su círculo la
preocupación por los valores morales de la sociedad.
- SERVIO SULPICIO GALBA fue otro de los oradores notables del siglo II a.C., según los datos
que nos da Cicerón. Sulpicio Galba es importante porque ayuda a trazar la primera línea divisoria
entre los dos estilos de oratoria: el estilo ático, el aticismo, mesurado y sobrio, y el estilo asiático,
el asianismo, ampuloso y exagerado, que conecta mejor con la primitiva vehemencia romana.
- Los hermanos TIBERIO y CAYO GRACO son también figuras destacadas en ese mismo siglo II
a.C. Su importancia radica en que son los primeros en hacer del discurso auténticas arengas
dirigidas a las capas más humildes de la sociedad para cambiar el sistema de gobierno y conducir a
la republica por caminos más favorables a los intereses del pueblo llano.
- A caballo entre el siglo II y el siglo I a.C., Cicerón menciona con letras de molde a dos personajes:
MARCO ANTONIO Y L. LICINIO CRASO.
LA ORATORIA CICERONIANA
La época en que vive Cicerón es especialmente propicia para el ejercicio del discurso. La República
está en un momento intenso y álgido; las tensiones entre partidos son máximas; la opinión pública
está atenta a lo que puedan decirle sus políticos, a los que ovacionan o censuran sin reparos.
Cicerón fue testigo de cuatro enfrentamientos civiles: el de Mario contra Sila y el de César contra
Pompeyo; así como de la rebelión de Espartaco y de la conjuración de Catilina.
Defensor de la república, no vio jamás con buenos ojos el triunfo de César, en quien adivinaba
tendencias dictatoriales e imperialistas. Arremetió contra Marco Antonio, heredero en cierto modo
de los ideales y las ambiciones de Julio César. Le dedicó unas filípicas que le costaron la vida.
Los discursos ciceronianos
Sus discursos pueden dividirse en dos grandes apartados:
- Discursos judiciales, pronunciados ante un tribunal, tanto en calidad de abogado defensor como
de fiscal acusador.
- Discursos políticos, pronunciados en el Senado o en el Foro.
 Los discursos judiciales
- In C Verrem, siete discursos demoledores contra Cayo Verres, que fue gobernador de Sicilia.
Bastó que pronunciara dos de los siete que compuso para que el facineroso Verres se desterrara
voluntariamente.
- Pro Fronteio y Pro Rabirio, ambos son procesos por prevaricación y malversación de fondos.
- Pro Marcelo.
- Pro Murena.
- Pro Archia poeta, al defender a este poeta griego, defiende las letras todas.
- Pro Ligario, en defensa de quien, como él, estaba en contra de César.
- Pro Milone, en defensa de Milón, que había dado muerte en un enfrentamiento a Clodio, el
hombre que mandó al destierro al propio Cicerón.
- Pro Roscio Amerino.
Son solo algunos botones de muestra.
 Los discursos políticos
- De imperio Pompeii, todo un alegato a favor de Pompeyo frente a César.
- Catilinarias, cuatro vibrantes discursos contra L. Sergio Catilina, que fue candidato al consulado
junto a Cicerón. Al no resultar elegido, trama una auténtica conspiración para hacerse con el poder.
Cicerón lo descubre y arremete sin piedad contra él.
- Filípicas, son catorce discursos virulentos contra Marco Antonio. El poder no le perdonó sus
ataques y le dio por respuesta una muerte atroz.
Las obras retóricas de Cicerón
A su faceta como compositor y ejecutor de discursos une Cicerón una fecunda actividad como
crítico literario o teorizante de retórica; esa teoría la explica en varias obras: De Oratore, Brutus y
Orador.
En Brutus, traza una historia de la oratoria romana que ya hemos resumido; De oratore y el
Orator son los auténticos manuales de retórica.
La elaboración del discurso
Basándose en los escritos de los rétores griegos, Cicerón, en sus obras retóricas, explica las cinco
partes del proceso que exige el discurso:
- Inventio, o búsqueda de los correspondientes argumentos.
- Dispositio, o distribución adecuada de esos argumentos, encadenando unos con otros.
- Elocutio, o arte de adornar las ideas con la sintaxis precisa.
- Memoria, para recordar cada dato en su lugar apropiado.
- Actio, todo lo relacionado con el momento de la pronunciación del discurso; gestos, voz, énfasis.
También explica Cicerón las partes en las que se estructura el discurso:
- Exordium, o introducción al tema.
- Narratio, o exposición del asunto objeto del discurso.
- Argumentatio, esta parte tiene dos facetas; una positiva -probatio- o exposición razonada de los
argumentos, y otra negativa -refutatio- o - : rechazo de las objeciones reales o posibles.
- Peroratio, es la conclusión final.
El Orator se centra en la elocutio, se explican las figuras de palabra y de pensamiento, la
composición de las frases, el ritmo, la expresividad, etcétera; se matiza entre estilo sencillo,
mediano y sublime.
LA ORATORIA POSCICERONIANA
Después de Cicerón, la oratoria se refugia en las escuelas de retórica; los discursos y los tratados de
Cicerón serán allí libros de referencia y de consulta obligada.
La implantación del imperio implica la supresión de la democracia; el papel del Senado acabará
siendo muy poco relevante; no hay propaganda electoral y la vida política activa va agonizando. La
oratoria solo permanece viva en las escuelas de retórica.
SÉNECA EL VIEJO es la mejor fuente de que disponemos para saber el funcionamiento de esas
escuelas. Su obra Oratorum et rhetorum sententiae, divisiones, colores es un documento
valiosísimo. Está dividida en dos partes: Suasoriae y Controversiae. Se trata de dos tipos de
ejercicios prácticos que debían desarrollar los alumnos.
En las Suasoriae, ejercicios de primer nivel, se presenta a personajes míticos o históricos instantes
antes de tomar una decisión trascendente. El alumno debe exponer los pros y los contras, las
ventajas e inconvenientes de actuar en un determinado sentido.
Las Controversiae son más complejas, de contenido jurídico. Prácticamente se trata de enfrentarse
como acusador y defensor de alguien a partir de supuestos prácticos.
M. FABIO QUINTILIANO acierta a escribir Institutio oratoria, doce libros que constituyen el
tratado de retórica más importante del mundo romano. Completa y perfecciona los escritos de
Cicerón. Explica cómo debe formarse un orador desde que nace hasta que triunfa.
Preguntas de examen:
 Condiciones sociales de la oratoria de Cicerón y clasificación de los discursos
ciceronianos de acuerdo con su contenido.
 Proceso del discurso y partes del mismo con descripción de cada una.
 Expresa cinco discursos de Cicerón y explica su contenido junto a sus obras
retóricas.
 La oratoria posciceroniana.
TEMA IX.- LITERATURA EPISTOLAR
Es un género que no conoció como tal la Grecia clásica. Llamaremos cartas a todos los escritos
que implican un emisor y un destinatario concretos que en muchos casos pueden ser reales y en
otros literarios. Normalmente se escriben en prosa.
Una primera división, con matices, por supuesto, puede trazarse entre cartas privadas y cartas
públicas.
LAS CARTAS PRIVADAS
La carta privada va dirigida a un destinatario concreto, que es el único que puede comprender
plenamente su contenido y, por regla general, suele surgir de una circunstancia concreta. Su
lenguaje es por ello coloquial y sencillo. La carta privada está escrita en prosa, en un lenguaje
sencillo, y tiene como característica básica la brevedad. Responde también a una cierta estructura:


SALUDO. Se incluye aquí el nombre del remitente en nominativo, y el del destinatario, en
dativo; la palabra salutem se añade al final sin verbo alguno: Ej. Tullius Terentiae suae
salutem. "Tulio (Cicerón) -remitente- desea salud a su (esposa) Terencia - destinatario-".
Al saludo le sigue una forma más o menos protocolaria que expresa el estado positivo de
salud del remitente y le desea otro tanto al destinatario: Si va/es, bene est, ego va/eo
(s.v.b.e.e.v.J. "Me alegro de que estés bien; yo lo estoy".
CUERPO DE LA CARTA. Se trata del contenido propiamente dicho. Casi siempre se
emplean la primera y segunda persona, y se dan a veces por conocidos y sobreentendidos
hechos y datos que aluden a otros escritos anteriores.

DESPEDIDA. También, y por norma general, se acude a frases o expresiones hechas para
reiterar el cariño y desear salud al destinatario o, en ocasiones, de forma más o menos
concisa, se dice adiós como punto final. Vale, "adiós"; cura ut valeas, "cuídate", etc.
LAS CARTAS PÚBLICAS
Junto a las cartas privadas se encuentran las cartas públicas, a las que solemos llamar epístolas, para
diferenciarlas de las anteriores.
Este tipo de carta va dirigido, bien a un público amplio, bien a un destinatario que, en ocasiones,
actúa como pura pantalla, para dar al escrito que es realmente un ensayo, forma extensa de carta.
Además, el contenido ya no es personal e íntimo, sino más bien de naturaleza amplia y de interés
general. Por último, el lenguaje ha dejado de ser coloquial y espontáneo para ser más cuidado y
elaborado. En general, están escritas en prosa.
Preguntas de examen:
 División y características de cada tipo de cartas.
 Las cartas privadas, características y estructura.
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