ROMANCERO GITANO Federico García Lorca ROMANCE DE LA LUNA, LUNA La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. -Huye, luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos. -Niño, déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados. -Huye, luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. -Niño, déjame; no pises mi blancor almidonado. El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño tiene los ojos cerrados. Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. Cómo canta la zumaya, ¡ay, cómo canta en el árbol! Por el cielo va la luna A Conchita García Lorca. con un niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. El aire la está velando. PRECIOSA Y EL AIRE Su luna de pergamino Preciosa tocando viene por un anfibio sendero de cristales y laureles. El silencio sin estrellas, huyendo del sonsonete, cae donde el mar bate y canta su noche llena de peces. En los picos de la sierra los carabineros duermen guardando las blancas torres donde viven los ingleses. Y los gitanos del agua levantan por distraerse glorietas de caracolas y ramas de pino verde. Su luna de pergamino Preciosa tocando viene. Al verla se ha levantado el viento que nunca duerme. San Cristobalón desnudo, lleno de lenguas celestes, mira a la niña tocando una dulce gaita ausente. -Niña, deja que levante tu vestido para verte. Abre en mis dedos antiguos la rosa azul de tu vientre. Preciosa tira el panadero y corre sin detenerse. El viento-hombrón la persigue A Dámaso Alonso con una espada caliente. Frunce su rumor el mar. Los olivos palidecen. Cantan las flautas de umbría y el liso gong de nieve. ¡Preciosa, corre, Preciosa, que te coge el viento verde! ¡Preciosa, corre, Preciosa! ¡Miralo por dónde viene! Sátiro de estrellas bajas con sus lenguas relucientes. Preciosa, llena de miedo, entra en la casa que tiene, mas arriba de los pinos, el consul de los ingleses. En la mitad del Asustados barranco las por los gritos tres carabineros vienen, navajas de sus negras Albacete, capas ceñidas y los gorros bellas de sangre contraria, en las sienes. relucen como los peces. El inglés da Una dura luz de a la gitana un vaso de naipe tibia leche, y una copa recorta en el agrio de ginebra que Preciosa no se bebe. verde caballos enfurecidos Y mientras y perfiles de cuenta, llorando, su aventura jinetes. a aquella gente, en las tejas de pizarra el viento furioso muerde. REYERTA En la copa de un olivo lloran dos viejas mujeres. El toro de la reyerta se sube por las paredes. Ángeles negros traían pañuelos y agua de nieve. A Rafael Méndez Ángeles con grandes alas de navajas de Albacete. ella sueña que abre elen camino su baranda, del alba. Juan Antonio el de Montilla verde La higuera carne, frota pelosuverde, rueda muerto la pendiente, con ojos de fría plata. viento su cuerpo lleno de lirios Verde con la que lija de te sus quiero verde. y una granada en las sienes. Bajo la luna gitana, ramas, Ahora monta cruz de fuego, laselcosas la gato están mirando y monte, carreta de la muerte. garduño, eriza sus pitas estrellas de escarcha Grandes El juez, con guardia civil, agrias.vienen con el pez de sombra por los olivares viene. Pero ¿quién vendrá? ¿y por Sangre resbalada gime donde? muda canción de serpiente. Ella sigue en su -Señores guardias civiles; baranda, verde aquí pasó lo de siempre. carne, pelo verde, -Compadre, quiero cambiar Han muerto cuatro romanos mi caballo por su casa. y cinco cartagineses. mi montura por su espejo, y corazones de aceite. mi cuchillo por su manta. Compadre, vengo sangrando, desde los puertos de Cabra. La tarde loca de -Si yo pudiera,higueras mocito, ese trato se cerraba . y de rumores Pero yo ya no calientes soy yo, ROMANCE ni mi casa es ya casa. caemi desmayada en los muslos SONÁMBULO -Compadre, quiero morir heridos de los jinetes. A Gloria Giner y a Fernando de los Ríos decentementeYen mi cama. ángeles negros volaban Verde que te quiero verde. De acero, si puede por elser, aire del Verde viento. Verde ramas. con las sábanas de holanda. poniente. El barco sobre la mar ¿No ves la herida que tengo Ángeles de largas trenzas y el caballo en la motaña. desde el pecho a la garganta? Con la sombra en la cintura y ella no puede mirarlas. -Trescientas rosas morenas lleva tu pechera blanca. Tu sangre rezuma y huele Verde que te quiero verde. alrededor de tu faja. amarga. soñando en la mar Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. -Dejadme subir al menos hacia las altas barandas. ¡dejadme subir!, dejadme, hasta las verdes barandas. Barandales de la luna por donde retumba el agua Vuelan en la araña gris siete pájaros del Ya suben los dos compadres prisma. Hacia las altas barandas. La iglesia gruñe a lo Dejando un rastro de sangre. lejos Dejando un rastro de lágrimas. como un oso panza Temblaban en los tejados arriba. farolillos de hojalata. ¡Qué bien borda! ¡Con qué Mil panderos de cristal gracia! herían la madrugada. Sobre la tela pajiza ella quisiera bordar Verde que te quiero verde, en esta verde flores de su fantasía. verde viento, verdes ramas. baranda! ¡Qué girasol! ¡Qué Los dos compadres subieron. magnolia El largo viento dejaba y el caballo en la de lentejuelas y cintas! en la boca un raro gusto montaña. ¡Qué azafranes y qué de hiel, de menta y de albahaca. lunas ¡Compadre! ¿Dónde está, dime, en el mantel de la misa! dónde está tu niña amarga? Cinco toronjas se ¡Cuántas veces del te esperó! Sobre el rostro aljibe LA MONJA endulzan ¡Cuántas veces te esperara se mecía la gitana GITANA en la cercana cocina. cara fresca, negro pelo, A José Moreno verde carne, pelo verde, Las cinco llagas de Villacon ojos de fría plata. Cristo Silencio de cal y Un carámbano de luna la sostiene sobre el agua. mirto. La noche se puso íntima Malvas en las hierbas finas. como una pequeña plaza. La monja borda alhelíes Guardias civiles borrachos sobre una tela pajiza. en la puerta golpeaban. Verde que te quiero verde. cortadas en Almería Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar. alto de la celosía. Por los ojos de la monja LA CASADA INFIEL galopan dos A Lydia Cabrera y a su negrita caballistas. Y que yo me la llevé al río Un rumor último y creyendo que era muzuela, sordo pero tenía marido. le despega la camisa, y al mirar nubes y Fue la noche de Santiago montes y casi por compromiso. en las yertas Se apagaron los faroles lejanías, y se encendieron los grillos. se quiebra su En las últimas esquinas corazón toqué sus pechos dormidos, de azúcar y y se me abrieron de pronto yerbaluisa. como ramos de jacintos. ¡Oh, qué llanura El almidón de su enagua empinada me sonaba en el oído con veinte soles como una pieza de seda arriba! rasgada por diez cuchillos. ¡Qué ríos puestos de Sin luz de plata en sus copas pie los árboles han crecido, vislumbra su y un horizonte de perros fantasía! ladra muy lejos del río Pero sigue con sus flores, Pasada las zarzamoras mientras que de pie, en la brisa, los juncos y los espinos, la luz juega el bajo su mata de pelo ajedrez hice un hoyo sobre el limo. Yo me quité la corbata. Ella se quitó el vestido Yo el cinturón con revólver. Ella sus cuatro corpiños. Ni nardos ni caracolas tienen el cutis tan fino, ni los cristales con luna relumbran con ese brillo. Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío. Aquella noche corrí el mejor de los caminos, montado en potra de nácar sin bridas y sin estribos. No quiero decir, por hombre, las cosas que ella me dijo. La luz de entendimiento me hace ser muy Cobre amarillo su carne, Lloras zumo de limón comedido. huele a caballo y a agrio de espera y de boca. Sucia de besos y sombra. -¡Qué pena tan grande! Corro piquetassus de los gallos arena, YunquesLas ahumados pechos, mi casa como una loca, cavan buscando la aurora, yo me la llevé del rio. gimen canciones mis dos trenzas por el suelo, cuando por el monte Con el aire se batían redondas. deoscuro la cocina a la alcoba. baja Soledad las espadas de los -Soledad, ¿por quién Montoya. preguntas ¡Qué pena! Me estoy poniendo de lirios. sin compaña ya estas azabache carne y ropa. horas? ¡Ay, mis camisas de hilo! Me porté como quien -Pregunte por quien pregunte, ¡Ay, mis muslos de amapola! soy. dime: ¿a ti qué se te importa? -Soledad, lava tu cuerpo Como un gitano Vengo a buscar lo que busco, con agua de las alondras, legítimo. mi alegría y mi y deja tu corazón La regalé un costurero persona. grande, de razo pajizo, -Soledad de mis y no quise enamorarme pesares, porque teniendo marido caballo que se me dijo que era mozuela desboca cuando la llevaba al al fin encuentra la mar río. y se lo tragan las olas. -No me recuerdes el ROMANCE DE LA PENA NEGRA mar, A José Navarro Pardoque la pena negra ¡Qué pena tan lastimosa! brota en las tierras de en paz, Soledad aceituna Montoya. bajo el rumor de las Por abajo canta el río: hojas. volante de cielo y -¡Soledad, qué pena hojas. Con flores de calabaza tienes! la nueva luz se corona. ¡Oh pena de los gitanos! Pena limpia y siempre sola. ¡Oh pena de cauce oculto y madrugada remota! SAN MIGUEL (GRANADA) A Diego Buigas de Dalmau Se ven desde las barandas, Sanpoema un Miguelde canta en lospor vidrios; el monte, monte, monte, efebo de tres mil noches, balcones. mulos y sombras de mulos fragante Las orillasdedeagua la luna colonia cargados de girasoles. pierden juncos, ganan Sus ojos en las umbrías voces. Vienen se empañan de inmensa noche. manolas comiendo semillas de girasoles, En los recodos del aire cruje la aurora salobre. los culos grandes y ocultos como planetas de cobre. Vienen altos Un cielo de mulos blancos cierra sus ojos de azogue caballeros dando a la quieta penumbra un final de corazones, y el agua se pone fría para que nadie la toque. Agua loca y descubierta, por el monte, monte, monte. San Miguel, lleno de encajes en la alcoba de su torre, enseña sus bellos muslos ceñidos por los faroles. Arcángel domesticado en el gesto de las doce, finge una cólera dulce de plumas y ruiseñores. y lejano de las flores. El mar baila por la playa y damas de triste porte, morenas por la nostalgia de un ayer de ruiseñores. Y el obispo de Manila, ciego de azafrán y pobre, dice misa con dos filos para mujeres y hombres. San Miguel se queda quieto en la alcoba de su torre con las enaguas cuajadas de espejitos y entredoses. San Miguel, rey de los globos y de los números nones, en el primor berberisco de gritos y miradores. Un bello niño de junco, SAN RAFAEL (CORDOBA) anchos hombros, fino talle, A Juan Izquierdo Croselles huyen por el roto muro. piel de noctuma manzana, boca triste y ojos grandes, en el mitin de las ondas nervio de plata caliente, buscaba rumor y cuna. ronda la desierta calle. Sus zapatos de charol rompen las dalias del hermosura. aire Dos Córdobas de con los dos ritmos quechorros. cantan Córdoba quebrada en breves lutos celestiales. Celeste Córdoba enjuta. En la ribera del mar no hay palma que se le iguale, ni emperador coronado, SAN GABRIEL (SEVILLA) ni lucero caminante. Coches cerrados llegaban Un solo pez en el agua A don Agustín Viñuales Cuandodonde la cabeza inclina que dos Córdobas junta: a las orillas de juncos lasa las sobre torso su pecho de Córdoba jaspe, de juncos. I blanca ondas alisan romano la noche busca llanuras Córdoba de arquitectura. desnudo. porque quiere arrodillarse. te regalaron el traje. de cara impasible Coches que el GuadalquivirNiños Las guitarras suenan solas en la orilla se desnudan, tiende en su cristal maduro, Anunciación de los Reyes, para San Gabriel Arcángel, II aprendices de Tobías entre láminas de flores bien lunada y mal vestida, domador de palomillas y resonancias de nublos. y Merlines de cintura, abre la puerta al fastidiar lucero los sauces. al pez El Arcángel San Gabriel, para Los niños tejen yy enemigo cantan de que por la calle venía. -San Gabriel: niño llora en el irónica pregunta entre azucena y sonrisa, el desengaño del mundo, en el vientre de su madre. bisnieto de la Giralda, cerca de los viejos coches si quiere flores de vino No olvides que los gitanos perdidos en el nocturno. o saltos de media luna. Pero Córdoba no tiembla Pero el pez, que dora el agua bajo el misterio confuso, y los mármoles enluta, Un da solo pez eny el agua. lección equilibrio pues si la sombra levanta les la arquitectura del humo, de solitaria columna. un pie de mármol afirma El Arcángel aljamiado de lentejuelas oscuras, su casto fulgor enjuto. Pétalos de lata débil recaman los grises puros de la brisa, desplegada sobre los arcos de triunfo. Y mientras el puente sopla diez rumores de Neptuno, vendedores de tabaco paisajes de caballista. anda despacio y garboso. El niño canta en el seno Sus empayonados bucles de Anunciación le brillan entre los ojos. -Antonio, ¿quién eres tú? sorprendida. A la mitad del camino Si te llamaras Camborio, cortó limones redondos, hubieras hechoseuna fuente de visita. acercaba y los fue tirando al agua de sangre con En cinco chorros.bordado su chaleco hasta que la puso de oro. Ni tú eres hijo grillos de nadie, ocultos palpitan. Y a la mitad del camino, ni legítimo Camborio. Las estrellas de la noche bajo de unTres olmo, El díalas se ramas va despacio, balas de se volvieron campanillas. guardia civil caminera la jarde colgada a unalmendra hombro, verde -San Gabriel: Aquí me tienes dando una larga torera tiemblan en su con tres clavos de alegría. sobre el mar y los arroyos. vocecita. Tu fulgor abre jazmines Las aceitunas aguardan sobre mi cara encendida. la noche de Capricornio, Ya San Gabriel en -Dios te salve, Anunciación. y una corta brisa, ecuestre, el aire Morena de maravilla. salta los montes de plomo. por una escala. Tendrás un niño más bello Antonio Torres Heredia, subía. que los tallos de la brisa. Las estrellas de la noche -¡Ay, San Gabriel de mis ojos! se volvieron siemprevivas. ¡Gabrielillo de mi vida! Para sentarte yo sueño un sillón de clavellinas. -Dios te salve, Anunciación, PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL bien lunada y mal vestida. CAMBORIO EN EL CAMINO A SEVILLA Tu niño tendrá en el pecho A Margarita Xirguun lunar y tres heridas. Antonio Torres Heredia, -¡Ay, San Gabriel que reluces! Hijo y nieto de Camborios, ¡Gabrielillo de mi vida! con una vara de mimbre En el fondo de mis pechos va a Sevilla a ver los toros. ya nace la leche tibia. -Dios te salve, Anunciación. Moreno de verde luna, Madre de cien dinastías. lo llevó codo con codo. Aridos lucen tus ojos, hijo y nieto de Camborios, viene sin vara de mimbre entre los cinco tricornios. ¡Se acabaron los gitanos que iban por el monte solos! Están los viejos cuchillos tiritando bajo el polvo. Ya las nueve de la noche le cierran el calabozo, mientras el cielo reluce como la grupa de un potro. MUERTE DE ANTOÑITO EL CAMBORIO A José Antonio Rubio Sacristán pero eran cuatro puñales voces de muerte sonaron y tuvo que sucumbir. cerca del Guadalquivir Cuando las nueve estrellas A las de clavan la noche rejones al aguaalgris, lo llevan calabozo, -Antonio Torres Heredia, cuando los erales sueñan mientras los guardias civiles Camborio de dura crín, verónicas delimonada alhelí, todos. beben moreno de verde luna, voz de clavel varonil: Ya mi talle se ha quebrado como caña de maíz. Tres golpes de sangre tuvo Voces de muerte sonaron ¿Quién te ha quitado la vida cerca del Guadalquivir? cerca del Guadalquivir . Voces antiguas que cercan -Mis cuatro primos Heredias, hijos de Benamejí. voz de clavel varonil. Les clavó sobre las botas Lo que en otros no envidiaban, ya lo envidiaban en mí. mordiscos de jabalí. Zapatos color corinto, En la lucha daba saltos medallones de marfil, jabonados de delfín. Bañó con sangre enemiga y este cutis amasado con aceituna y jazmín. su corbata carmesí, -¡Ay, Antoñito el Camborio, y se murió de perfil. digno de una Emperatriz! Viva moneda que nunca Acuérdate de la Virgen se volverá a repetir. porque te vas a morir . -¡Ay, Federico García, Un ángel marchoso pone llama a la Guardia Civil! su cabeza en un cojín. Otros de rubor cansados encendieron un candil. Y cuando los cuatros primos llegan a Benamejí, voces de muerte cesaron cerca del Guadalquivir. MUERTE DE AMOR ¿Oué es aquello que reluce por los altos corredores? -Cierra la puerta, hijó mío: acaban de dar las Ajo de agónica plata once. la luna menguante, pone -En mis ojos, sin cabelleras amarillas querer, a las amarillas torres. relumbran cuatro faroles. -Será que la gente aquella estará fregando el cobre. La noche llama temblando al cristal de los balcones, perseguida por los mil perros que no la conocen, y un olor de vino y Brisas de caña ámbar mojada viene de los corredores. y rumor de viejas voces resonaban por el arco roto de la medianoche. Bueyes y rosas dormían. Sólo por los corredores las cuatro luces clamaban con el furor de San Jorge. en los altos corredores. A Margarita Manso Tristes mujeres del valle bajaban su sangre de hombre, tranquila de flor cortada y amarga de muslo joven. Viejas mujeres del río lloraban al pie del monte un minuto intransitable de cabelleras y nombres. Fachadas de cal ponían cuadrada y blanca la noche. Serafines y gitanos tocaban acordeones. -Madre, cuando yo me muera que se enteren los señores. Pon telegramas azules que vayan del Sur al Norte. Siete gritos, siete sangres, siete adormideras dobles, quebraron opacas lunas en los oscuros salones. Lleno de manos cortadas y coronitas de flores, el mar de los juramentos resonaba, no sé dónde. Y el cielo daba portazos al brusco rumor del bosque, mientras clamaban las luces ROMANCE DEL EMPLAZADO ¡Mi soledad sin descanzo! Ojos chicos de mi cuerpo y grandes de mi caballo, no se cierran por la noche Para Emilio Aladrén ni miran al otro lado, donde se aleja tranquilo un sueño de trece barcos. Sino que, limpios y duros escuderos desvelados, mis ojos miran un norte de metales y peñascos, donde mi cuerpo sin venas consulta naipes helados. beben los juncos soñando. Pide luces y campanas. Aprende a cruzar las manos y gusta los aires fríos El veinticinco de junio El veinticinco de junio Los densos bueyes del abrió sus ojos Amargo, le dijeron a el Amargo: agua y el veinticinco de agosto -Ya puedes cortar, si gustas, embisten a los se tendió para cerrarlos. las adelfas de tu patio. muchachos calle Pinta una cruz en la puertaHombres bajaban la que se bañan en las para ver al emplazado, y pon tu nombre debajo, lunas porque cicutas y ortigas que fijaba sobre el muro de sus cuernos su soledad con descanso. nacerán en tu costado ondulados. Y la sábana impecable, y agujas de cal mojada Y los martillos cantaban sobre los yunques sonámbulos el insomnio del jinete y el insomnio del caballo. te morderán los zapatos. Será de noche, en lo oscuro, por los montes imantados, donde los bueyes del agua de metales y peñascos. Porque dentro de dos meses yacerás amortajado. Espadón de nebulosa mueve en el aire Santiago. Grave silencio, de espalda, manaba el cielo combado. de duro acento romano, daba equilibrio a la muerte con las rectas de sus paños. ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA A Juan Guerrero Cónsul general de la Poesía de pistolas inconcretas. Un vuelo de gritos largos La Virgen y San José perdieron sus castañuelas, se levantó en las veletas. ¡Oh ciudad de los y buscan a los gitanos gitanos! para ver si las encuentran. En las esquinas, banderas. La Virgen viene vestidaconserva. con las guindas en con un traje de alcaldesa, ¡Oh ciudad de los gitanos! de papel de chocolate ¿Quién te vio y no te recuerda? con los collares de almendras. Ciudad de dolor y almizcle, San José mueve los brazos con las torres de canela. bajo una capa de seda. Detrás va Pedro Domecq noche que noche nochera. con tres sultanes de Persia. La media luna soñaba sombra y agua Agua y sombra, un éxtasis de cigüeña. Frontera. por Jerez de la Estandartes y faroles invaden las azoteas. gitanos! ¡Oh, ciudad de los Por los espejos sollozan En las esquinas, banderas. bailarinas sin caderas. Apaga tus verdes luces que viene la benemérita. ¡Oh ciudad de los gitanos! ¿Quién te vio y no te recuerda? Dejadla lejos del mar, sin peines Los caballos negros son. La luna y la calabaza para sus Las herraduras son negras. crenchas. Sobre las capas relucen La ciudad, libre de miedo, manchas demultiplicaba tinta y de cera. sus puertas. Avanzan de Tienen, por eso no lloran, Cuando llegaba la noche, dos en fondo Cuarenta guardias civiles a la ciudad de plomo las calaveras. de la fiesta. noche que noche nochera, entran a saco por ellas. Un rumor Con el alma de charol de siemprevivas los gitanos en sus fraguas Los relojes se pararon, invade las vienen por la carretera. cartucheras. forjaban soles y flechas. Avanzan de Jorobados y nocturnos, Un caballo malheridodos en fondo. Doble nocturno de tela. por donde animan ordenanllamaba a todas las puertas. El cielo se silencios de goma oscura Gallos de vidrio cantaban les antoja una vitrina y miedos de fina arena. de espuelas. por Jerez de la Frontera. Pasan, si quieren pasar, El viento vuelve desnudo y el coñac y ocultan en la cabeza de las botellas la esquina de la sorpresa, se disfrazó una vaga astronomía de noviembre en la noche platinoche, para no infundir sospechas. Los sables cortan las brisas que los cascos atropellan. Por las calles de penumbra huyen las gitanas viejas con los caballos dormidos y las orzas de monedas. Por las calles empinadas suben las capas siniestras, dejando detrás fugaces remolinos de tijeras. se ven cielos el alba meció sus hombros diminutos en largo perfil de piedra. y arroyos de leche blanca. En elde portal de Belén Por la calle brinca y corre Mil arbolillos sangre ¡Oh, ciudad de caballo de larga cola, gitanos se congregan. le cubrenlos toda la espalda los gitanos! José, lleno de heridas, mientras juegan o dormitan y oponenSan húmedos troncos La Guardia a una viejos soldados de Roma. al bisturíamortaja de las llamas. doncella. Civil se aleja Medio monte de Minervas Tercos fusiles agudos Centuriones amarillos por un túnel por toda la noche suenan. abre sus brazos sin hojas. de silencio La Virgen cura a los niños Agua en vilo redoraba mientras las llamas te cercan. con salivilla de estrella. las aristas de las rocas. Pero la Guardia Civil Noche de torsos yacentes ¡Oh, ciudad de y estrellas de nariz rota los gitanos! avanza sembrando hogueras, ¿Quiénte vio y aguarda grietas del alba no te recuerda? donde joven y desnuda Que te busquen en mi la frente. imaginación se quema. para derrumbarse toda. Juego de luna De cuando en cuando ysonaban arena. Rosa la de los Camborois gime sentada en su puerta blasfemias de cresta roja. con sus dos pechos cortados Al gemir, la santa niña TRES ROMANCES puestos en una bandeja. quiebra el cristal de las copas. HISTÓRICOS La rueda afila cuchillos Y otras muchachas corrían MARTIRIO perseguidas por sus trenzas. y garfios de aguda comba. Flora desnuda se sube DE SANTA en un aire donde estallan Brama el toro de los yunques, por escalerillas de agua. OLALLA rosas de pólvora negra. y Mérida se corona El Cónsul bandeja A Rafaelde Cuando todos los tejados nardos pide casi despiertos para los senos de Olalla. Martinez Nadal eran surcos en la tierra, Un chorro de venas verdes le brota de la garganta. I PANORAMA Su sexo tiembla enredado DE MÉRIDA como un pájaro en las zarzas. Por el suelo, ya sin norma, y tallos de zarzamora. brincan sus manos cortadas II que aún pueden cruzarse en tenue oración decapitada. EL MARTIRIO Por los rojos agujeros donde sus pechos estaban de carne gris, desvelada, llegan al cielo sonando sus armaduras de plata. Y mientras vibra confusa pasión de crines y espadas, el Cónsul porta en bandeja senos ahumados de Olalla. III INFIERNO Y GLORIA Nieve ondulada reposa. Olalla pende del árbol. Su desnudo de carbón tizna los aires helados. Noche tirante reluce. Olalla muerta en el árbol. Tinteros de las ciudades vuelcan la tinta despacio. Negros maniquíes de sastre cubren la nieve del campo en largas filas que gimen su silencio mutilado. Nieve partida comienza Olalla blanca en el árbol. Escuadras de níquel juntan los picos en su costado. Una custodia reluce sobre los cielos quemados, entre gargantas de arroyo y ruiseñores en ramos. ¡Saltan vidrios de colores! Olalla blanca en lo blanco. Angeles y serafines Dicen: Santo, Santo, Santo. BURLA DE DON PEDRO A CABALLO ROMANCE CON LAGUNAS Por una vereda venía don Pedro. ¡Ay cómo lloraba el caballero! Montado en un ágil A Jean Cassau caballo sin freno, venía en la busca del pan y del beso. Todas las ventanas preguntan al viento por el llanto oscuro del caballero. PRIMERA LAGUNA Bajo el agua siguen las palabras. Sobre el peinado del agua un círculo de pájaros y llamas. Y por los cañaverales, testigos que conocen lo que falta. Por el camino Sueño concreto y sin norte llano dos mujeres y un viejo con velones de plata van al cementerio. SIGUE Entre los azafranes le salen al encuentro. han encontrado muerto Los chopos dicen: el sombrío caballo A una ciudad lejana No. de don Pedro. ha llegado don Pedro. Y el ruiseñor: Voz secreta de tarde Una ciudad de oro Veremos. balada por el cielo. entre un bosque de cedros. Unicornio de ausencia Bajo el agua ¿Es Belén? Por el aire SEGUNDA LAGUNA rompelas en cristal su cuerno. están yerbaluisa y romero. La gran ciudad lejana palabras. de madera de Brillan las azoteas está ardiendo, Limo de voces perdidas. guitarra. y las nubes. Don Pedro y un hombre va llorando Sobre la flor enfriada pasa por arcos rotos. tierras adentro. SIGUE Dos mujeres y un viejo con velones de plata Al Norte hay una estrella. Al Sur un marinero. Bajo el agua siguen las palabras. Sobre el agua una luna redonda se baña, dando envidia a la otra ¡tan alta! En la orilla, un niño ve las lunas y dice: -¡Noche, toca los platillos! ÚLTIMA LAGUNA está don Pedro olvidado ¡ay! jugando con las ramas. THAMAR Y AMNÓN Para Alfonso García-Valdecasas o La luna gira en el cielo la cobra tendida canta. estremecida sobre las tierras sin agua Amnón gime por la tela de agudos mientras el verano siembrafresquísima de la cama. cauterios de rumores de tigre y llama. Yedra del escalofrío luces Por encima de los techos cubre su carne quemada. blancas. nervios de metal sonaban. Thamar entró silenciosa en la alcoba silenciada, color de vena y Danubio, turbia de huellas lejanas. -Thamar, bórrame los ojos luna los al son de panderos fríos con tu fija madrugada. pechos Mis hilos de sangre tejen y cítaras enlunadas. durísimos volantes sobre tu falda. Su desnudo en el alero, de su -Déjame tranquila. hermano. agudo norte de palma, hermana. Son tus besos en mi espalda pide copos a su vientre Los cien caballos del rey y vientecillos y granizo a sus espaldas. avispas en el patio relinchaban. Amnón a las Thamar estaba cantando en doble enjambre de flautas. Sol en cubos resistía trcs y media desnuda por la terraza. -Thamar, en tus pechos altos se tendió hay dos peces que me llaman, Alrededor de sus pies, sobre la y en las yemas de tus dedos cinco palomas heladas. cama. Amnón delgado y concreto, ¡Oh, qué gritos se sentían Toda la alcoba sufría en la torre la miraba, con sus ojus llenas las ingles de espumapor encima de las casas! llenos de alas. Qué espesuras de puñales La luz. muciza. Sepulta y oscilaciones la barba. y túnicas desgarradas. pueblos en Su desnudo iluminado la arena parda, Por las escaleras tristes o descubre se tendía en la terraza transitorio esclavos suben y bajan coral de rusas y dalias. con un rumor entre dientes Émbolos y muslos juegan Linfa de pozo oprimida de flecha recién clavada. bajo las nubes paradas. brota silencio en las jarras. Amnón estaba mirando Alrededor de Thamur En el musgo la luna redonda y baja. de los troncos gritan vírgenes gitanas rumor de rosa encerrada. y otras recogen las gotas de su flor martirizada. la delgadez de la parra. Paños blancos enrojecen Ya la coge del cabello, en las alcobas cerradas. ya la camisa le rasga. Rumores de tibia aurora Corales tibios dibujan arroyos en rubio mapa. y vio en la Aire rizado venía con los balidos de lana. La tierra estaba se ofrece llena Thamar soñando de heridas pájaros en cicatrizadas, su garganta, pámpanos y pcces cambian. Violador enfurecido Amnón huye con su jaca. Negros le dirigen flechas en los muros y atalayas. Y cuando los cuatro cascos eran cuatro resonancias, David con unas tijeras cortó las cuerdas del arpa. FIN DE “ROMANCERO GITANO”